Capítulo 38: Prisioneros
Un capítulo largo para compensar estas dos semanas,
Disfruten💕
Alexander Pearson
La primera vez que vi a Tobías Gregory, pude descifrar el tipo de persona que era, y sobre todo, los obvios sentimientos que tenía hacia Sarah, razón por la cual desde el primer momento en que lo vi, tuve que analizar la situación un poco para determinar si era o no un obstáculo. Aunque al final decidí verlo sólo como una piedrecilla que esquivar en el camino, quien diría que en realidad sería un maldito bache que nos haría tropezar a todos por un precipicio...
Para que al final él terminara tirándose junto con nosotros, cayendo mucho antes para esperarnos al fondo, hundido en lo más profundo de un lago de culpa y pesar.
Y no lo decía sólo yo, pues sus pensamientos contenían más de mil palabras en tan sólo unas pocas imágenes empapadas en sentimientos. Un chico solitario cuyo sufrimiento lo estaba llevando a lo más profundo de un océano de oscuridad, siendo arrastrado por cadenas que él mismo se había impuesto al carcomerse por sus pecados.
¿Es cierto que todos merecen una segunda oportunidad?
Bueno, al menos él no lo creía, ni siquiera al tener ante él a la persona cuyos errores le pesaban más que su alma manchada por el mal que corría por sus venas. No era su culpa, estaba allí desde el día en que nació, una maldad heredada de un ser despiadado. Un destino impuesto que ha intentado evitar a toda costa, mientras trata con todas sus fuerzas de escribir otro por su cuenta...
O en otras palabras, de evitar esa persona que podría llegar a ser...De cambiar lo que su padre ha impuesto en ella.
Pero Tobías en cambio, a pesar de no haber cometido tantas atrocidades como Adelí Mathews, se sentía severamente incapaz de hacer algo además de sólo mirarla y esperar a que dijera lo que quería decirle. No sentía que tuviera derecho a objetar o negar cualquiera de sus acusaciones, incluso si las que salían de su boca resultaban ser falsas o exageradas...él no haría absolutamente nada más que cumplir su penitencia.
Tobías Gregory, no se sentía merecedor del perdón de nadie, ni siquiera del de Adelí Mathews. No esperaba que nadie lo aceptara en ningún lugar, aún dudaba incluso de si era correcto estar aquí con nosotros.
Y fue mientras estaba en su mente, que pude ver todo lo demás. Aquella explicación que ansiaba escuchar, una respuesta a lo sucedido esta mañana en su casa.
Nadie podía juzgarme por hurgar en su mente, era mejor que simplemente preguntar: ¿Oye y cómo es que de repente te puedes transformar en una pantera?
-Ese cabello no está teñido-le dice Adelí, mirándolo intuitiva.
-No...-murmura, con voz rasposa.
-Pues no te queda-le digo, mirando en otra dirección.
Mentira, le queda malditamente asombroso. Es un hipnotozante azúl índigo, la perfecta combinación entre brillante y oscuro que te hace querer mirarlo por horas. ¿Cómo es que tuvo tanta suerte?
-¿Qué eres?-decido preguntarle de una vez, a pesar de que ya sé la respuesta.
Él me mira por un segundo antes de regresar su mirada a la pelirroja, quien seguía demasiado cerca de él, mirándolo fijamente desde unos centímetros más abajo, así sentada en el suelo e inclinada le llegaba casi a la nariz. Rihanna se había apartado de Tobías y ahora los observaba a ambos con seriedad, con las manos hechas garras aferradas al suelo.
-Estoy confundida-le dice, con voz suave-. Si eres un Vooker, ¿Entonces por qué tu cabello es azul?
Tobías se toma su tiempo para responder.
-Porque yo no nací siendo un Vooker.
-Eso es obvio, en secundaria ni siquiera podías patear bien el balón o atrapar la pelota-ríe por lo bajo-. Pero mi pregunta es, ¿Cómo?
-Me crearon-responde-. Me convirtieron en Vooker.
-¿Quién lo hizo?
Tobías se inclina aún más cerca, eliminando casi toda la distancia entre ellos.
-¿Tú quien crees?-le dice, esbozando una sonrisa fingida.
Los ojos de Adelí desprenden un brillo al instante que una sonrisa divertida aparece en sus labios.
-Ya veo-ríe-. Mi pequeña bruja ha crecido.
El semblante de Tobías se vuelve serio nuevamente. Pone los ojos en blanco con fastidio mientras se deja caer hacia un lado acomodando su cabeza en el regazo de Rihanna, quien da un respingo y aprieta los labios, mirándolo. No tengo manera de comprobarlo pero, mi hermana mayor ahora mismo está sonrojada.
Y yo hubiera demostrado lo mucho que eso me disgustaba, pero Adelí me lo hubiera hecho pagar de mil formas peores, por lo que decidí calmarme y mantenerme cabreado y observando.
-Fue el día en que rescataron a Tsalia del club-comienza diciendo Tobías.
-Cuando mataste a Eric-le interrumpe Adelí, doblando su pierna y recargando su brazo en su rodilla.
Tobías no hace ninguna expresión que demuestre algún tipo de reacción ante la acusación de la pelirroja, y simplemente se queda observando el techo.
-Sí-murmura sin duda en su voz-. Ese día, ella no me llevó a mi casa, al menos no directamente....
Tobías siguió con la historia, siendo interrumpido de vez en cuando por las exigencias de detalles de parte de la pelirroja.
-Despues de que Liar me dijera que me había convertido en un Vooker, James me llevó a la mansión a escondidas de los demás para pensar en lo que debían hacer conmigo a partir de ese momento-explica-. Mi entrenamiento de Vooker lo llevé bajo las órdenes de Liar, pero aún debía estar bajo vigilancia de James, así que se le ocurrió la idea de convertirme en la mascota de Rihanna...quien fue la que se ofreció a vigilarme y...-hace una pequeña pausa-. Protegerme-aclara la garganta, avergonzado-. Así que tuve que fingir ser un gato, aunque cada tarde debo ir a ver a Kenna para recibir la poción que ayuda a ocultar mi presencia, me he estado tiñiendo el cabello pero ningin tinte dura más de tres días, cosa de criaturas, supongo...-hace un mohín-. El lado bueno es que la regeneración impide que mi cabello se maltrate, o eso fue lo que Rihanna dijo-mira a MI hermana.
-Así que ese era tu secreto-le digo a Rihanna-. La razón por la que no querías que leyéramos tu mente.
-Ya veo-suspira Adelí, durante el transcurso del tiempo, se había estado moviendo y ahora estaba de pie recargada en la pared-. Tú de verdad debes tener instintos suicidas si aceptaste ser un gato en una casa como la de ellos-niega con la cabeza-. ¿Cómo es que Pryscilla no te comió?
-Estuve a punto de hacerlo varias veces-dice esta.
-¿Y cuando descubriste que era un Vooker?-inquiere el chico.
-Tú sigues siendo comida-le responde ésta, indiferente.
Tobías la mira boquiabierto, pero no dice nada y se vuelve hacia Adelí.
-En fin...Era la única forma de pasar desapercibido y estar bajo la sombra de James, además de que siendo específicamente el gato de Rihanna, ella podía vigilarme a todas horas.
-Entonces estaban juntos todo el tiempo-eleva la mirada, pensativa-. ¿Quién lo diría? Antes no podían ni respirar en el mismo sitio y ahora, la sigues a todos lados.
Tobías frunció el ceño, entre molesto y avergonzado, sabía que estaba pensando en decir algo para defenderse, sin embargo, eso no fue lo que me importó en ese momento, pues mis pensamientos fueron a dar hacia las palabras más recientes de la pelirroja.
"Entonces estaban juntos todo el tiempo."
En ese instante, los recuerdos de aquel gato molesto e irritante pasan por mi mente, Rihanna defendiéndolo a pesar de ser un grosero estorbo. Y eso no es todo...
-Todo este tiempo fuiste el gato de mi hermana...-murmuro, llamando su atención-. Entonces eso significa que...-digo lentamente, levantándome.
Tobías comprendió exactamente a lo que me refería, eso lo noté a leguas mientras se alejaba un poco de Rihanna para incorporarse, con ésta mirándolo con confusión.
Rihanna llevándolo a su habitación, aquel gato paseándose entre sus piernas, durmiendo cómodamente en su pecho y en su regazo...con ella, en su cama.
-Tú...grandísimo cabrón-digo entre dientes.
-Estás...mal interpretandolo todo-me dice.
«¿De verdad vas a decirme, que nunca se te pasó por la mente intentar algo mientras estabas con ella?» Le digo en su mente, lo que lo tomó por sorpresa en un principio, pero eso lo hizo comprender cuan furioso comenzaba a ponerme.
Tobías gruñe, apretando sus puños y colocándose en posición de defensa.
«Sabes que tuve demasiadas oportunidades...pero jamás lo hice». Piensa.
«La imaginación es suficientemente peligrosa.»
«Jamás la toqué.»Me dice.
«Querías hacerlo.»
«Por supuesto que quería hacerlo». Su gesto se endurece «Yo seguía siendo un chico durmiendo con una chica...y no cualquier chica».
«¿Ahora tratas de arreglarlo? ¿Me dirás que sientes algo por ella?»
Él agacha la mirada, su cabello caído sobre su frente impidiéndome ver sus ojos.
«¿Qué más da lo que sienta?»
Lo siguiente que ocurre es mi puño en su cara haciéndolo caer al suelo, Rihanna gritando mi nombre y colocándose junto a él para ayudarlo a incorporarse. Miro de reojo a Adelí, esperando a que haga algo para detenerme, pero en lugar de eso, sólo recarga su cabeza en la pared, mirando la escena con interés.
Claro, después de todo, Adelí es quien más quiere darle la golpiza de su vida a Tobías, así que no va a intervenir.
-¿Qué mierda te pasa por la cabeza?-me grita Rihanna.
-Es consciente de que se lo merecía -le digo.
-Tú estás loco...-dice poniéndose de pie.
-Está bien, Rihanna-la detiene Tobías, y yo no puedo quitar mis ojos de la mano en su muñeca.
-Pero...
Tobías se levanta de nuevo, pero esta vez sólo se queda de pie frente a mí con los brazos caídos a sus costados.
-La imaginación es suficientemente peligrosa...-suelta una risita ronca-. Bueno, hay una cosa que siempre imaginé hacer.
-¡Tobías!
Rihanna grita al mismo tiempo en que Tobías me devuelve el golpe con el doble de fuerza, haciéndome tambalear un poco mientras me sujeto la mejilla adolorida.
-¡Qué bien se siente poder hacer esto al fin!-exclama con satisfacción-. Hacía años que quería hacerlo.
-Detenganse ahora-espeta Rihanna.
Pero ella es la única preocupada en realidad, pues excluyendo a Drew que parece confundido y fuera de lugar, tanto Pryscilla como Adelí lucen como si estuviesen disfrutando la escena. Y hasta podría decirse que Pryscilla lo había estado ansiando, pues los ojos no dejan de brillarle de la emoción.
Y lo único que Tobías había logrado con ese golpe, fue ponerme los vellos de punta, pues sentir el dolor extenderse conforme se debilitaba la fuerza con la que me lo había dado, fue la chispa mi adrenalina...Él ahora era muy fuerte, un Vooker nivel 11, el doble de fuerte que Liar.
Lo que significa que...Ya no tengo que contenerme.
Me giro rápidamente y le doy un golpe en el estómago, sacándole el aire completamente, pero no le doy tiempo de reaccionar y con un puñetazo en la barbilla lo hago caer de espaldas.
-No vayas a sacarle sangre-interviene Pryscilla-. Si huelo una sola gota no podré contenerme.
-¿Importa?-gruño.
-Importa-espeta Adelí-. Ese tipo, por muy idiota que sea, no puede morir. Juré asegurarme de que viva hasta el último día de su miserable vida.
Mier...da.
¿Es que nunca puedo divertirme?
Sin embargo, el ultimátum no parece importarle ni un poco al Vooker, pues aún así se incorpora, pasandose el dorso de la mano por la mejilla sin dejar de atacarme con la mirada llena de rabia. Y con eso, se abalanzó sobre mí sin piedad.
Tobías no estaba sólo cabreado, lo que soltaba junto con cada golpe era más que eso.
Él había llegado a su límite.
Lo sentí en cada puñetazo en mi abdomen, como si con eso me gritara a todo pulmón lo harto que estaba. Casi sentí que en realidad estába hablando conmigo, diciéndome como se sentía. Y lo que yo estaba haciendo era dejar que se desahogara. Pero él no estaría satisfecho si sólo dejaba que me golpease como a un saco de box, él quería que yo le demostrara cuanto resentimiento guardaba por jodernos a todos en el pasado.
Así que después de unos segundos, le detuve el brazo derecho, y poco después pude escuchar el sonido de su muñeca quebrándose ligeramente. Aquello fue suficiente para hacerlo retroceder, le di otro puñetazo y con esto cayó al suelo junto a la pared, lo tomé del cuello de su camiseta y me acerqué.
-¡Alex, detente!
Fue justo lo que hice, antes de que mi hermana me lo pidiera a gritos, yo llevaba casi tres segúndos sólo mirando el rostro mallugado de Tobías, oyéndolo respirar entrecortadamente, y no necesitaba leer su mente para saber que él esperaba que lo pusiera a dormir por un buen rato con el siguiente golpe.
Pero en vez de eso...
-Gracias-le dije.
No sólo él, sino todos en la habitación, incluso Adelí, se quedaron pasmados ante mis palabras. Pero no más que el mismo Tobías, que no dejaba de parpadear como si pensara que estaba soñando.
-¿Q-Qué dijiste?-tartamudea.
-Gracias-repito.
-¿Por...?-dice, desconcertado-. ¿Por qué?
-Por quedarte al lado de Rihanna, mientras yo estaba en otro país siendo un inútil, y el hermano más imbécil-le digo-. Y gracias por estar aquí ahora mismo.
-Pero yo...-traga con dificultad-. Después de todo lo que les hice...
-Lo que importa es lo que estás haciendo ahora...Y ahora mismo estás aquí, sacrificando tu vida por nosotros...-le corto-. Y no tienes idea de lo mucho que eso significa para mí, eso es más que suficiente-señalo con la cabeza a mi hermana-. Pero necesito que sigas cuidando de ella, al menos hasta que yo sea digno de hacerlo de nuevo.
No espero a que hable de nuevo, y lo suelto pata regresar a mi lugar. No pude mirar a Rihanna a los ojos, sólo vi de reojo cuando por fin reaccionó y corrió hacia donde estaba Tobías.
Sí, ella iba a hacer mucho eso a partir de ahora.
Porque al estar dentro de la mente de Tobías, me di cuenta de más cosas de las que pensé. Aquella imagen que yacía en lo más recóndito de su alma. Él, al fondo de un mar de desesperación, dislumbrando una mano llena de esperanza rescatándolo.
Lo que no sabe, es que en realidad la dueña de esa misma mano no había ido en su rescate sino que se estaba hundiendo también, y por casualidad sus destinos se habían encontrado, y aunque él pensaba que ella lo había rescatado de ahogarse en la profunda oscuridad, en realidad, él la había detenido a ella de seguir hundiéndose.
Y ahora, ambos yacen de la mano en el oceano, manteniendo el equilibrio para no hundirse, y flotar hasta la superficie.
Adelí y yo chocamos miradas en ese instante, ambos inexpresivos, esperaba cualquier comentario ofensivo de su parte, pero lo unico que obtuve fue silencio.
-Oye...Adelí-ella se vuelve hacia Tobías.
-¿Sí...Animal?
Mientras se acomoda en el suelo, adolorido por los golpes, aclara la garganta.
-Hay algo que quiero preguntarte-no deja de sorprenderme el respeto y el cuidado con el que se dirige a ella, no parece asustado sino más bien, demasiado amable y cuidadoso.
La pelirroja deja caer la cabeza hacia un lado, suspirando.
-Hay tantas cosas que me gustaría hacerte también-dice, soñadora-. Pero ahora que eres un Vooker eso lo hará más difícil y...-le oigo tragar-. Divertido.
-Es sobre Eric.
La situación en la que Tobías Gregory acaba de meterse, es una de la que sólo puede sacarlo la misma Adelí. Sé que seguirá con vida pase lo que pase, pero también sé que hay cosas mucho peores que eso.
Adelí Mathews, por ejemplo.
-¿Cuál es el motivo...para que menciones su nombre como si tuvieras el derecho de hacerlo?-habla entre dientes.
Adelí no sabía lo que realmente había pasado aquel día en el club, el por qué Tobías se encontraba allí. Ella aún pensaba que él se había unido a Tsalia para acabar con nosotros de nuevo.
Miré a Tobías, esperando a que le explicara la verdad, pero en vez de eso, sólo continuó tratando de expresar la duda que parecía estarle preocupando.
-Quisiera saber si él...-hace una pausa-. Ya que Zack, y la hermana de Drew...estaban muertos antes, bueno...
-Como Zack, Drew, Tsalia y Robert volvieron de la muerte, quieres saber si Eric también-le interrumpe, seca. Tobías asiente con lentitud-. La respuesta es no.
-¿Pero?-se semblante se apaga completamente-. ¿Entonces cómo es que ellos...?
-Eric no es un condenado, él no está aquí-le corta de nuevo-. Es lo único que puedes saber.
Abatido, Tobías se recuesta y vuelve a sumirse en sus pensamientos, ahora sin ninguna emoción que poder demostrarnos a los demás. Rihanna se queda a su lado, preocupada por el chico.
-¿Lo único que puede saber?...¿O lo único que puedes decirnos?-pregunto.
Adelí ni siquiera me mira. Pero eso para mí fue una respuesta.
-Yo también quiero preguntarte algo-le digo.
-También comienzo a preguntarme algo-dice-. ¿Desde cuando se tienen tanta confianza a si mismos como para interrogarme de esta forma?
A diferencia de Tobías, yo ya estaba bastante acostumbrado a los distintos escenarios que se presentaban en una conversación con ella, así que hice lo que se tenía que hacer en momentos como este.
-Antes, Sarah me dijo que cuando Emmily te ordenó que la asesinaras, estabas por completo fuera de ti misma, no reaccionaste hasta que ella te llevó al límite-digo, ignorándola descaradamente-. Pero algunas veces, a pesar de estar drogada, sigues diciendo cosas que usualmente dirías.
-Ve al grano de una vez, tal vez así lo que dices suene interesante-dice, borde.
-Cuando yo estuve bajo sus efectos, no podía ni decir lo que yo quería sin que me lo pidieran, ¿Por qué contigo es diferente?
-Ahora mismo no estoy bajo el efecto de la Droga del corazón.
-¿Qué?-frunzo el ceño-. Pero entonces...¿Por qué obedeces a Rooner y no puedes decirme en donde está Sarah?
-Porque...-relame sus labios, aún seguía sin mirarme, como si le costara hacerlo-. Porque...Es así como Emmily consigue que la gente se...suicide.
Claro, yo ya soy consciente de que Adelí forma parte de lista de criaturas suicidas de Emmily. Sin embargo, que ella misma lo diga, lo hace insoportablemente real.
-¿Pero no se supone que sólo pueden suicidarse estando bajo el efecto de la Droga?
-No necesariamente-cierra los ojos-. Verás, el sacrificio sólo funciona si tienes una fuerte conexión con un condenado y debes morir queriendo con todas tus fuerzas dar tu vida por esa persona. El propósito de la droga, es convencer a tu corazón de que...darías tu vida por ese familiar-dice-. Es por eso que a las almas candidatas a sacrificio, se les inyectan dosis cada cierto tiempo, y se manipula su mente día a día, tratando de llegar a su corazón.
-Con lo poco que pude entender sobre lo que ocurría aquí, la duración del proceso del sacrificio varía según la relación que antes tenias con el condenado por el que al final vayas a dar tu vida-habla Drew-. Al principio, Atria se me presentó en persona, me pidió que no le dijera a nadie sobre su regreso, y me engañó diciéndome que se trataba de una bruja que había invocado su alma.
-Entonces era por eso que no querías decir nada-digo-. Sarah presentía que algo malo ocurría, pero yo le dije que debía tratarse de una novia ocasional...Parece que me equivoqué.
-Entonces lo que quieres decir es...-comienza a decir Pryscilla, inclinándose con interés-. ¿Que entre más afecto le tengas a un condenado, menor es el tiempo en el que te convences de sacrificarte por él?
-Y menos dosis de Droga del Corazón son las que recibes-concluye Adelí.
Adelí no estaba siendo tan clara como hubiera querido, eso lo entendía cada vez más, pues parecía estar esforzándose en cada palabra, como si le doliera hablar.
Pero lo que más me preocupó en ese momento, fue una vez más, lo ultimo que dijo.
-Emmily quiere que tú...-trago con dificultad-. Ella quiere que te sacrifiques por tu padre.
Ella asiente una vez con la cabeza, sus labios temblorosos.
-Emmily me secuestró el día en que abandoné Mellow Ville, la única razón por la que sigo viva es que odio tanto a mi propio padre, que no soy capaz de entregar ni un poco de mi vida por él.
Sentí como se me iban las fuerzas poco a poco. Adelí había estado aquí desde antes de que Sarah y yo nos fuésemos a Inglaterra, eso hacían casi siete meses. Desde entonces ella estaba encerrada en este infierno, sola y sin nadie que la rescatara, porque nadie sabia su paradero.
Le habíamos fallado. De nuevo.
-Pero el problema...es que entre más tiempo lleves consumiendo la droga, más te consume ella a ti-se vuelve hacia mí-. En pocas palabras, hace tiempo ya no tengo el control sobre lo que hago.
Ahora entiendo, aun cuando se le ha pasado el efecto, esa cosa la ha dejado tan jodida, que Adelí ya no sabe actuar por su cuenta...Ha dejado de ser ella misma.
Y yo tengo que encontrar una forma de solucionarlo.
-¿Y qué hay de ti?-Pryscilla señala a Drew-. Sigues siendo tan irritante como recuerdo, ¿Por qué tu no te comportas como Terminator al igual que Adelí?
-Durante las últimas semanas, no dejé que me inyectarán la sustancia-responde.
-¿Cómo?-pregunta Rihanna.
-Usé mi poder para impedirlo, cuando alguien venía a darme mi dosis diaria, comenzaba a hablarle sobre eso para que se imaginara inyectándome la dosis y proyectar esa pantalla en sus ojos para que creyera que fuera así-explica.
-Admito que eso fue bastante inteligente-hago un mohín.
-Si no hubiera sido por eso, no habría tenido la intención de escapar...-hace una pausa-. Mejor dicho, estoy seguro de que ya estuviera muerto, y de que Atria hubiera vuelto a la vida.
-No tienes de qué preocuparte-le corta Adelí-. Seguramente Emmily ya ha establecido la fecha de tu sacrificio, y esta vez no habrá manera de que puedas escapar...
Adelí deja de hablar de golpe, sus hombros se tensan y en menos de un segundo ya está junto a la puerta, la cual se abre enseguida, mostrando a Rooner adentrándose a la celda imponente.
-¿Qué pasa aquí?-dice altanero, paseando la mirada por cada uno de nostros, y cuando se acerca a Adelí, ésta mira hacia otro lado con impotencia-. ¿Qué estabas diciéndoles?
Al ver que no contesta, Rooner se vuelve hacia los demás.
-Bueno, realmente no importa...Nada cambiará las cosas-dice-. Ustedes vendrán conmigo.
En ese momento, tres condenados lo pasan para entrar, se acercan a Drew primero para colocarle esposas claramente hechizadas. Miro a Pryscilla, quien ahora está sentada con las piernas junto a su pecho, y no pude evitar alarmarle cuando el hombre se le acercó. Pero ella sólo levantó sus manos para que la esposaran, y se puso de pie en silencio.
-¿A dónde nos llevan?-le pregunto.
Rooner sonríe de lado.
-Ya lo verán.
Ninguno de nosotros habló más tarde, mientras éramos llevados a espaldas de Rooner, quien sólo nos miraba de vez en cuando para dirigirnos algún gesto de burla, como para recordarnos nuestra posición, como si estuviera descerebrado o las esposas no fueran suficiente.
Bajamos por un elevador, y nos abrimos paso hacia lo que suponía que era la cede del lugar, había condenados armados y equipados caminando de un lado a otro, comunicándose a través de audífonos, y cada uno de los que nos vio mientras pasábamos, nos miró de la misma manera.
Con temor, pero satisfechos de que estuviéramos aquí.
-¡Bienvenidos, a la prisión de Emmily!-exclama Rooner, alzando los brazos-. Las instalaciones más seguras de todo el mundo sobrenatural, un lugar en el que se puede retener incluso a la criatura más peligrosa de todas.
-Sólo que en lugar de encerrar criminales, la usan para secuestrar a criaturas buenas-murmura Rihanna.
-Exactamente-la señala Rooner, sonriendo-. Y ahora mismo ustedes son los novatos por aquí, pero no se preocupen, en uno días comenzaran a acostumbrarse al proceso de sacrificio.
¿Habla de las torturas por las que ha hecho pasar a Adelí? ¿Del infierno al que obligaron a Drew a atormentarse para convencerlo de que diera la vida por su hermana?
Miro a Rihanna detrás de mí, ella se mantiene observando todo a su alrededor, y yo sabía lo que estaba haciendo con eso. Ella queria grabar todo en su memoria, cada detalle, cada pared y puerta, cada rostro, para así encontrar una forma de salir de aquí.
¿Pero cuando exactamente haríamos eso? Si es que es posible...
Nuestro propósito aquí es sobrevivir y sacar a Adelí con nosotros. ¿Pero cómo lo haremos? Además, aún hay cosas que no sabemos, y deberíamos aprovechar la situación...pero tenemos que hacerlo sin arriesgar nuestros cuellos.
Mientras esperaba descubrir a qué pasillo íbamos a entrar ahora, me quedé de piedra cuando vi a Rooner atravesando una pared como si nada.
-¿Qué fue lo que...?
-¡Avanza!-me interrumpe uno de los hombres, empujándome con fuerza hacia la pared.
-¡Espera!
Obviamente no lo hizo, y en vez de eso, me lanzó hacia la pared, y de un segundo a otro ya ya me encontraba agachar sobre el suelo, del otro lado.
Miro a mi espalda, la pared que había atravesado hace un segundo.
-¿Pero qué mierda es este lugar?
-¡De pie!-una mano me sujeta bruscamente del brazo y me obliga a levantarme.
Cuando me giro, veo el nuevo lugar en el que me encuentro. Un cuarto gris con luz, con una cámara, y luces que apuntaban hacia una pared, la cual es idéntica a las que usan en la comisaria para tomarles foto a los presos.
-¿Esto es en serio?-murmuro, incrédulo.
-Ya te lo dije-responde Rooner-. Esta es una prisión, y tú uno de los prisioneros...Así que tendrás que hacer lo que hace un prisionero.
Después de eso, Rihanna, Tobías, Drew y Pryscilla cruzaron también, esta última, mirándolo todo con desconfianza, pero sus ojos se entrecerraron de repente, mirando un punto por detrás de mí.
-¿Quién es ella?-dijo.
Frunzo el ceño y miro hacia donde mismo, y fue entonces que me encontré con lo más extraño de este cuarto. La persona que ocupaba una de las sillas metálicas del lugar, una chica delgada y pequeña, de cabello rubio sujetado en dos moños uno de cada lado, pero lo más curioso eran las agujas y alfileres en él.
O eso creí.
La chica sostenía una pequeña caja metálica en sus manos, estaba abierta y parecía estar buscando algo dentro, y fue así que mis ojos aprovecharon para subir por la piel de su brazo, sintiendo que el nudo en mi garganta se hacía cada vez más grande al notar las costuras en su piel.
Había bordados, de diferentes colores, repartidos por sus brazos y hombros, y esos eran sólo los que estaban a la vista.
La chica nunca contestó a la pregunta de Pryscilla, y siguió empeñada en revolver todo en esa cajita metálica. Pryscilla dio un paso, pero yo coloqué una mano frente a ella, y le dediqué una mirada tranquilizadora.
-Recuerda que aún no sabemos en donde está Sarah, cualquier cosa que hagamos podría significar la muerte de uno de nosotros-le digo en voz baja.
Pryscilla se me queda mirando furiosa por unos segundos, pero yo trato de no inmutarme, hasta que finalmente respira y libera la tensión en sus hombros.
-Oh, ella-Rooner se ríe, señalando a la chica sentada.-. Ya la conocerán.
Sólo cuando habla Rooner, la chica parece reaccionar y percatarse de nuestra presencia, mirándonos con unos ojos aterradores, examina detenidamente a cada uno de nosotros, y cuando termina, sus dedos sacan por fin una aguja de la caja.
-¿En dónde está Adelí?-le pregunto a Rooner, pues ya habían entrado todos menos ella.
-Los alcanzará más tarde-dice-. Bien, princesa-se acerca a Rihanna-. Tú vas primero.
Coloca una mano sobre su hombro y la lleva a través de la habitación, la coloca frente a la pared, y le entrega una tarjeta con su nombre.
-Tienes una hermana bastante guapa, Alex-habla Rooner tras la cámara-. Tal vez deba tomar una foto para mí también.
La idea de estrellarle la cámara en su cara pasa por mi mente cuando alguien más se me adelanta hablando:
-Haz algo como eso...y verás qué es lo que pasa entonces-dice Tobías, severo.
Las palabras del Vooker hicieron que Rooner titubeara antes de decir que yo era el siguiente. Sostuve mi tarjeta a regañadientes frente a mí, queriendo asesinar a Rooner todo el rato. Para cuando fue el turno de Tobías, este al principio se quedó sólo mirando la tarjeta en sus manos.
Tobías Gregory
~Vooker~
-Así que tú eres el Vooker extraño del que todos han estado hablando-le dice Rooner, recargado sobre la cámara-. ¿Por qué tu cabello es azul?
-No soy extraño-réplica-. Soy un Vooker como cualquier otro.
-¿Entonces te teñiste el cabello?-ríe-. Imagino que debes ser de un nivel tan débil como para querer ocultarlo...¿Serás nivel 1, quizá?
-Es del nivel suficiente como para romperte la cara-le corto el rollo.
-¿Sabes cuál es la diferencia entre tú y yo, Alex?
-Aguarda un segundo...-arqueo una ceja-. ¿Que yo estoy vivo y tú no?
-No-pone mala cara.
-¿Que él tiene novia y tú no?-le sigue Pryscilla, pensativa.
-N-no...
-¿Que Alex es intimidante y tú repulsivo?-agrega Tobías, desconcertado.
-¡Callense, imbéciles!-grita enfurecido.
Pryscilla pone los ojos en blanco y se cruza de brazos sin decir nada más. Tobías por su parte, le arroja la tarjeta a Rooner antes de tomar asiento y este alcanza a sujetarla entre sus dedos.
-Puedes seguir actuando como el ser invencible que todos creen que eres...pero en unos minutos estarás arrastrandote como la porquería en verdad eres-escupe Rooner.
-Bueno, considerando que yo a ti te he matado unas diez veces y tú a mí ninguna...dudo que eso sea posible-me encojo de hombros.
Rooner suelta un gruñido, a la vez que acomoda la cámara.
-Sigue la rubia-dice.
Esperé a que recibiera un insulto de parte de Pryscilla, pero me sorprendió ver que se mantuvo en silencio siguiendo las indicaciones de Rooner, algo que para nada iba con ella.
-Entonces tú eres Pryscilla...-murmuró Rooner, disfrutando las palabras-. Al fin tenemos la oportunidad de conocernos adecuadamente.
¿El de verdad considera esta situación como una "Adecuada" para ella?"
-Ese es mi nombre, pero a ti no te conviene decirlo-habla ella con firmeza.
-¿Por qué lo dices, preciosa?
Ella lo examina de pies a cabeza, haciendo una discreta mueca de repulsión.
-En este momento, no me encuentro en un estado de animo que le convenga a nadie-y con eso, Pryscilla dejó la tarjeta en donde mismo y camino directamente al asiento junto a mí.
"Estado de Animo"
Fue en ese instante, en que me di cuenta de que la situación era mucho, mucho peor de la que pensábamos. Me di cuenta entonces, que la que mejor había reaccionado ante todo esto, era Pryscilla.
Pryscilla, quien no soportaba que las cosas se le salieran de las manos, a quien debías vigilar un rato antes de empezar a conversar con ella, estudiar en tu cabeza las palabras que ibas a decir para saber si eran o no las correctas. Porque estar con Pryscilla, era como estar encerrado, tranquilo y sereno, entre cuatro paredes, con una bomba cuya hora de estallar era complemente aleatoria.
Y ahora mismo, ella había sido la que más se había esforzado de nosotros, en mantenerse controlada. Había sido separada de Scord, para convertirse en prisionera. Por fuera, parecía tranquila, pero era solamente la manta que se había puesto encima para aislar sus emociones del exterior. Tampoco era su culpa, pues digamos rostro no es capaz de expresar, todas las emociones que Pryscilla puede sentir a la vez.
-Oye...-susurro para llamar su atención, pero ella permanece impenetrable, mirando solamente una cosa-. Pryscilla...
-Ella...es peligrosa-me corta.
Sólo así pude notar lo equivocado que estaba al pensar que no estaba mirando nada, pues sí que lo hacía. Su total atención estaba puesta en una sola persona de este lugar.
La chica de las costuras.
No había dicho ni una palabra desde que llegamos, pero la cajita de metal de antes ahora estaba en el suelo debajo de su silla, mientras que ella estaba trabajando con algo en sus manos. Tuve que seguir mirando unos segundos, porque mis ojos no podían creer lo que veían.
-¿Eso es...?
-Un muñeco-termina Pryscilla por mí-. Ha estado haciéndolos desde que llegamos-susurra.
-¿Haciendo...los?
Ella asiente un par de veces con la cabeza y me hace un ademán para que vuelva a mirar.
Efectivamente, entre las piernas de la chica, había otros cuatro muñecos, pero al mirarlos con mas atención, fue cuando sentí como un escalofrío me recorría la espalda, pues esos muñecos se parecían...
-¿Se supone que...somos nosotros?
Cuando lo dije en voz alta, la chica se detuvo.
-¿Qué estás...?-titubeo-. ¿Qué estás haciendo?
No sabía el por qué todavía, pero temía por la respuesta que fuera a recibir.
-Muñecos-responde ella, simplente así.
-¿Muñecos?-inquiero.
-Son de ustedes.
Tobías, quien estaba a tres sillas de la mía, levantó un poco la cabeza para prestar atención.
-¿Quieres decir que son para nosotros?
Ella sonrió, pasando la aguja y el hilo en los brazos del muñeco, el cual por su cabello negro y botones azules, supe que era el mío. Y mientras movía la muñeca, me di cuenta de donde sacaba todo el hilo, pues la aguja estaba amarrada nada más y nada menos que al hilo de uno de los bordados de su brazo, y mientras jalaba el hilo, este salía de su piel fácilente, lo que hizo que me estremeciera. Y por más que seguía cociendo, el hilo no se acababa ni el bordado se desfiguraba, seguía saliendo como si su cuerpo lo produciera.
-Es la cosa más asquerosa que he visto-oigo susurrar a Tobías, que está completamente estupefacto-. Alex, hipnotizame para que deje de mirar, por favor.
«Eres un idiota»digo a su mente.
«¿Acaso no siente los hilos cuando tira de ellos? Es repulsivo...»
Dejo de hacerle caso a sus tonterías, cuando capto movimiento a mi lado. Pryscilla está ligeramente inclinada en su silla y sus ojos clavados en la chica ahora brillaban peligrosamente.
-¿Qué es lo que está haciendo?-gruñe entre dientes-. ¿Qué planea hacer con esos muñecos?
"Ella es peligrosa", había dicho Pryscilla, y aunque no lo pensé en ese instante, lo cierto es que jamás la había oído decir algo como eso sobre alguien.
De un momento a otro, Pryscilla ya estaba de pie, acercándose a la chica que sólo levantó la mirada una vez estuvo frente a ella.
—¡Pryscilla, alto!
Pero no fui yo quien la detuvo.
—Tranquila...—dijo Drew, quien había llegado a su lado en un santiamen—. Recuerda lo que dijo Alex, por ahora todo lo que podemos hacer es seguir las órdenes de estos idiotas.
Pero ella no le estaba haciendo caso a sus palabras, pues al igual que los demás, miraba la mano de Drew sobre su hombro.
—Idiota—susurra ella, haciéndolo callar.
¡Mierda!
Me pongo de pie lentamente, y trato de acercarme.
—Pryscilla—la llamo, pero ella no se mueve ni un centímetro—. Pryscilla, calma.
—¿Qué esta...?—Drew no pudo terminar de hablar, cuando Pryscilla sujetó la mano de él con fuerza y le dio una patada en el pecho.
Con su mano libre, comenzó a golpearlo con toda su furia, gruñendo cada vez que la piel de ambos hacía contacto.
—¡Pryscilla, detente!—grita Rihanna.
Pryscilla toma el brazo de Drew, y lo hace girar hábilmente en el aire, haciéndolo caer de espaldas. Él chico empezó a retroceder asustado y sin saber lo que estaba pasando, pero ella no se detuvo, tomó una de las sillas y usando sólo sus manos, arrancó una de las patas.
—¿Qué mierda sucede contigo?...Yo sólo trataba de ayudarte—habla Drew con dificultad, para luego empezar a gritar, sujetando sus oídos.
Pryscilla se abalanza sobre él, sujetando la pata de la silla y llevandola directamente a su corazón, al mismo tiempo, corro para interponerme entre ambos, consiguiendo que la pata me atraviese por el costado.
—¡Alex!—oigo el grito de Rihanna, pero yo levanto la mano en su dirección para que se detenga.
Respiro agitadamente, tratando de contener las ganas de gritar por el dolor, la pata de la silla se mueve en mi interior con cada respiración de Pryscilla, quien no deja de devorarme con sus ojos verdes a punto de salirse de sus cuencas.
—Perdoname...Pryscilla—digo con la voz entrecortada—. Pero todo está bien, nosotros estamos bien.
—En dónde...—dice entre dientes—. ¡¿En dónde está Scord?!
Trago saliva con dificultad, tratando desesperadamente de encontrar las palabras adecuadas. Y para mi sorpresa, aquellas no fueron más que la verdad.
—Scord está a salvo—digo—. Antes de venir aquí, tú te aseguraste de que así fuera.
Ruego internamente porque eso sea suficiente para detenerla, y que mi cabeza no vaya a rodar por el suelo después. Pryscilla está luchando también, puedo darme cuenta por sus manos temblorosas, al igual que la furia en su rostro.
Lentamente, ella suelta su arma improvisada, y retrocede aterrorizada.
—Alex...—dice con la voz quebrada, mirando la pieza de metal enterrada en mi cuerpo—. Yo...no quise.
—No, soy yo quien debe disculparse...—digo mientas trato de incorporarme, soportando el tubo moviéndose en mi interior—. No me di cuenta por lo que estabas pasando.
Ella mira ahora a Drew, quien sigue en el suelo, confundido y atemorizado porque no tiene ni la menor idea de lo que está pasando.
No puedo culparlo, él no es consciente de la carga que lleva Pryscilla, la cicatriz permanente que le fue impuesta por Carter Blake.
—Ese fue un gran espectáculo—oigo decir a la voz de Rooner a mis espaldas.
En ese momento, más condenados entran a la habitación, y entre tres de ellos se lanzan a sujetar a Pryscilla.
—¡Oigan!—grito.
Ella se remueve, todavía trastornada por lo que acaba de pasar, cuando llega un cuarto condenado y la sujeta del cuello, para luego inyectarle un líquido morado.
—¡Pryscilla!—trato de ir hacia ella, pero otros hombres me detienen.
Pryscilla parpadea, y continúa removiéndose hasta que su piernas tiemblan y sus brazos caen sobre los hombros de los dos condenados que la retienen.
—Qué mal, se supone que esa dosis era para el corredor...creo que Atria se enfadará conmigo—dice Rooner—. Bien, ya tendré que explicarle más tarde, llevensela.
Ellos hacen caso, y entre los tres se llevan a Pryscilla a través de la pared.
—Yo ya me voy—la chica de los muñecos se levanta de un salto, y camina animadamente hasta la puerta.
—¿Terminaste?—le pregunta Rooner.
—Por supuesto que terminé, ¿Por quien me tomas, Ronny?—esta le dedica un puchero antes de desaparecer por la pared.
—Las mujeres son terroríficas, ¿No crees?—habla Rooner, chasqueando la lengua.
—¡Dejenme!—me vuelvo cuando oigo gritar a mi hermana.
El mismo condenado que le había inyectado la cosa morada a Pryscilla se dirige hacia ella para enterrarle otra jeringa con el mismo líquido.
—¡Rihanna!—forcejeo.
—Tú, detente ahí—espeta Rooner, sujetando la pata de la silla con su mano, y enterrándola más, haciéndome estremecer violentamente—. Denle su dosis al Vooker.
El condenado se dirige hacia Tobías, quien trata de deshacerse del agarre de los condenados.
—Se supone que ninguna sustancia tóxica hace efecto en los Vookers—dice Rooner, recargándose en la pieza de madera—. Pero esta es la excepcion—sonríe—. La Salvadora es grandiosa, ¿No?
Oigo a Tobías quejarse cuando recibe la inyección, y luego como lo arrastran fuera del lugar.
—Bastardo...¿A dónde te los llevas?
—No te preocupes por eso, enseguida los verás—me dice—. Pero antes...
Con su mano, comienza a sacar lentamente la pata de la silla. El dolor se acumula y emerge al sentirla moviéndose en mi interior, astillandome y provocándome arcadas hasta que la saca por completo de mi cuerpo, y la arroja a un lado.
—Hijo de...
—Guarda los insultos para más tarde, escoria—se inclina—. Están a punto de ir a un lugar en el que necesitaras fuerza si quieres sobrevivir.
Nos obligan a Drew y a mí a levantarnos del suelo, y entre Rooner y dos condenados, nos llevan a través de otra pared que conduce a un pasillo oscuro, en el que al final, una chica nos espera, quieta como una estatua.
—Ya sabes a donde, linda—le dice Rooner.
Ella asiente y con eso un portal se abre a su lado.
—¡Bienvenidos al infierno de Emmily!
La risa escandalosa y llena de gozo de Rooner es lo último que escucho, antes de ser empujados directo al portal.
Drew y yo caemos en un suelo de piedra, escuchando como se cierra el portal a nuestras espaldas.
—¿En dónde estamos?—pregunta Drew, alterado.
—No lo sé—murmuro.
Frente a nosotros, hay sólo una puerta, y la única luz iluminando el lugar es la que entra por los espacios que hay entre esta y la pared. Apenas dimos un paso, la puerta comenzó a abrirse lentamente, y con eso, el ruido proveniente de fuera del lugar empezó a escucharse a toda potencia.
—¿Esos son...?—Drew no pudo terminar su pregunta, pero esta vez fue la impresión la que le impidió decir una palabra más.
Y yo al igual que él, me quedé atónito al ver lo que había del otro lado de la puerta.
—¿Qué rayos significa esto?
Continuará...
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Hola Criaturas!!
Espero que estén todos bien y que hayan disfrutado el capitulo de hoy. Lamento haberlos hecho esperar, este martes volvemos con más de esta historia, se vienen capítulos con acción. Una vez que termine de publicar la historia y corrija errores y le haga algunos arreglos, tal vez decida dividir este capitulo en dos partes.
Si te ha gustado no olvides dejar tu estrellita y comentar qué tal te ha parecido (adoro leer sus comentarios)
Los quiero muchoo❤
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