"No me solté
Solo me di cuenta...
que nada me sujetaba"

—Avenida 749.

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Una semana después estaban los chicos sentados en el almuerzo junto a Cheryl.

— ¿Enserio no entrarán a ningún extracurricular?— cuestionó la pelirroja llevándose una papa a su boca.

—Aunque quisiéramos no podemos, ellos no pueden estar en el fútbol americano porque doblan en fuerza a todos, yo no puedo estar en las porristas porque estar en constante movimiento cansa, y si no quieres quedarte sin tus vixens... será mejor que me aleje de eso— aseguró divertida.

—Bueno, ser vampiros después de todo es bastante aburrido.

—No... ¿Enserio?— Cheryl rodó sus ojos ante el sarcasmo en la voz de Damon. Éste mismo rió al verla.

Sintieron como otras tres personas se unieron a su mesa. La rubia alzó una ceja viendo hacia delante suyo, ahí estaban Jughead, Verónica y un chico con rasgos asiáticos.

— ¿Podemos sentarnos?— preguntó la pelinegra.

—Ya se sentaron— murmuró Stefan viendo hacia otro lado.

—Sí, claro— sonrió Betty. Trataría de ser amable para ver cómo llegar hacia el consejo a base de sus hijos.

— ¿Puedo preguntar algo?— dijo Jughead llamando la atención.

—Ya lo hiciste Jones, así que adelante—ánimo Damon divertido.

— ¿Qué los trae devuelta por Riverdale?— los tres chicos se miraron entre sí.

La rubia hizo una mueca —La verdad... ni nosotros sabemos, solo queríamos volver a nuestras raíces, hay muchas cosas aquí de nuestros padres que nunca pudimos buscar, herencias familiares.

— ¿Cómo esos anillos?— preguntó el pelinegro medio asiático.

Los hermanos miraron el idéntico anillo que compartían —Si —soltaron los dos a la vez. Damon habló luego— Es algo que se pasa entre los gemelos Salvatore, si alguno de nosotros tuviera hijos y eran gemelos o mellizos deberíamos pasárselos— en parte lo que decía era cierto, solo que esos anillos se quedarían con ellos, debido a que no podrían sacárselos nunca.

—Sí y este—Betty miró su anillo —Creo que es lo último que mi madre me dejó— se encogió de hombros. Si su memoria de 107 años no le fallaba eso era cierto.

— ¿Dónde vivieron antes?— preguntó Verónica curiosa.

—Italia— habló Stefan viéndola. Él no la había visto antes y el hecho de que se vea igual a Victoria era interesante —No funcionó por mucho allí— hizo una mueca.

—Hemos ido a Italia los tres— se miraron entre sí —Es un poco difícil su idioma pero es un lindo país— finalizó Verónica.

—No creo que sea tan complicado, debes buscarle la vuelta y ya— Stefan se encogió de hombros.

—Oigan, ¿Por qué no se unen a los Bulldogs? Se los ve que son buenos— hablo Reggie.

Los hermanos se miraron entre sí. Betty los miró y negaba levemente.

— ¿Por qué no?— Damon se encogió de hombros —Creo que sería bueno— se miró con su hermano para ambos asentir, Betty rodó los ojos, ni al caso que seguirían las reglas, ellos aman romperlas.

—Perfecto— sonrió Jughead.

Verónica miró a Betty — ¿Tú Betty? ¿Te unirás a las vixens?

La rubia negó —Paso. No es lo mío ni el baile ni nada de eso— negó con su cabeza.

(...)

— ¿Qué haces?— cuestionó Damon alzando una ceja mientras entraba a una habitación donde Betty estaba con los pies sobre un escritorio.

Está bajo el cuaderno que leía para verlo —Estaba leyendo el diario de papá, tantas cosas que escribía— bajó sus pies de arriba del escritorio —Realmente estaba desesperado en convertirme en humana de nuevo hasta creo que llegó a volverse loco— rio ella mientras cerraba el diario y lo dejaba sobre el escritorio.

—Oh cierto— caminó hacia ella —Me olvidaba de quien sacaste ese hábito de escribir cada cosa qué pasa en tu día— se burló el riéndose.

Ella asintió —Creo que los recuerdos hay que recordarlos, ¿Qué mejor forma que escribirlos?— se encogió de hombros —Tengo 127 años, sin mis diarios, no me acordaría de muchas cosas la verdad.

—Sí, mi hermano es igual, creo que va por su diario número cien— hizo una mueca divertido mientras alzaba sus cejas.

—Estamos condenados a vivir por el resto de nuestra existencia, el resto de la eternidad— aclaró divertida —Creo que los recueros se van perdiendo, y sabes cuánto odio no recordar algo.

—Bueno... para alguien que vivió más de un siglo creo que debería ir aceptando que perderá los recuerdos— hizo una pausa —Yo ya lo he hecho, ya sabes mi lema— alzó una ceja.

—El pasado lo olvido, el presente lo vivo y el futuro lo creo— repitió ella riéndose —Eres patético.

Éste la señaló con una sonrisa —Ah, ah, puede ser patético pero me sirvió, rubia. Tú no te burles de mi lema y yo no me burlo de tus absurdos diarios.

Ella alzó una ceja incrédula pero divertida.

—Ya, ya, me callo. Bajemos que me aburro— señaló la puerta. Los dos salieron mientras Betty cerraba nuevamente la puerta del despacho que antes era de su padre.

— ¿Dónde están Cheryl y Stefan?— lo miró mientras caminaban por el largo pasillo hasta las escaleras.

—Cheryl haciendo cosas de brujita no sé qué, y mi querido hermanito se fue al bosque a cazar unas ardillas o conejos, ni idea— negó sin importancia. Betty rio sentándose en el sofá — ¿De qué te ríes?—la miró mientras se sentaba a su lado dejando las piernas de ella sobre su regazo.

— ¿Si sabes que solo eres veinte minutos más grande que Stefan no?— cuestionó incrédula mientras reía.

—Aun así soy el más grande, no me cuestiones— negó el divertido.

—Oh claro, me había olvidado, nadie debe de cuestionar al gran Damon Salvatore, si cierto— rieron ambos.

—Tú lo dijiste, no yo— se señaló a ambos divertido. Al final soltó una risa antes de que la puerta se abriera.

De esta cruzó Stefan con sus manos dentro de la chaqueta de cuero. Dejó las llaves en la mesa de entrada y caminó hacia ellos.

— ¿Le diste mis saludos a las ardillas?— rió Damon mirando a su hermano.

—Sí. Claro...— rodó sus ojos sentándose frente a ellos — ¿Algo interesante hoy?

La rubia abrió su boca señalándolo — ¿Sabías que mi padre se volvió loco intentando convertirme de nuevo en humana?— río ella señalándose.

Stefan abrió sus ojos riéndose — ¿Es enserio?— cuestionó con sus cejas alzadas.

—Sip, un diario entero solo sobre eso tiene— asintió ella riéndose.

—No entiendo la obsesión de escribir en un diario las tragedias de la vida— habló Damon haciendo sus típicas muecas — Yo que ustedes, las olvidaría, viviremos por siempre y para siempre, sean felices.

—Yo soy feliz, de hecho amo esta vida, no me imagino haber muerto ese día— hizo una mueca recordándolo —Fue tan épica la cara que hizo mi padre al verme un año después viva y respirando— rió ella.

—Lo sabemos, estábamos ahí, e intentó clavarnos una estaca— Stefan hizo una pausa asintiendo —Sufrimos muchas tragedias— rieron los tres.

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"¿Les diste mis saludos a las ardillas?" JAJAJAJ no, es lo mejor que van a escuchar en todo el día.

Escrito, 7 de septiembre, 01:40 am