Capitulo 10
-¿Puedo tomar asiento? -Preguntó la mujer sonriendo apuntando una de las sillas.
-¡Por supuesto! Me llamo Ah Young, mucho gusto. -Dijo mi madre acercándose para sentarse a su lado.
Los demás fingieron seguir haciendo sus cosas pero tenían su oído preparado para escuchar todo lo que la extraña tuviera que decir.
-¿Qué la trae por aquí? -Dijo el señor Yook sentándose al lado de mamá. -Usted no era parte de la nave...
Ella sonrió con un brillo en los ojos y me miró de reojo.
-Pues no, no soy de la nave, vengo de otro planeta y me detuve buscando agua, pero encontré algo mejor... -Murmuró HeeYeon apoyando su mejilla en su mano.
-¿Algo mejor? -Interrogó Ah Young extrañada.
-¡Más vida! ¿De qué creen que hablaba? -Dijo HeeYeon echándose a reír.
Mi madre sonrió algo nerviosa y me miró, yo simplemente levanté los hombros y le sonreí para relajarla.
-Pero... ¿usted no se topó con esas cosas? -Dijo el señor Yook mirándola. HeeYeon no presentaba ningún rasguño ni signos de batalla, es más, su atuendo estaba impecable.
-¿Esas cosas? ¿A qué se refiere? -Interrogó HeeYeon un poco más seria.
-Ya sabe... esas sombras horripilantes come humanos. -Soltó mi madre con los bellos de punta.
La mujer frunció el ceño y pareció disgustada. Me acerqué y me senté al lado de mamá tomando su mano sin quitarle la mirada a la mujer.
Ni se te ocurra hacerle daño... yo la protegeré.
Ella me miró y levantó una ceja con una sonrisa.
*Pues no pienso hacerle nada querido, en realidad si comemos humanos, pero solo su sangre.*
Parpadeé confundido, ¿Ella había leído mi mente?
-Pues no, no me topé con esas "sombras horripilantes"-
Respondió HeeYeon fingiendo una sonrisa.
-Gracias al cielo, han asesinado a muchos de nosotros. -Dijo mi madre soltando un suspiro.
-¿Les molestaría darme un poco de agua? -Preguntó HeeYeon lanzándose aire con la mano muy finamente.
Me levanté de inmediato y fui por un poco de agua pensando en esa mujer. Ella era uno de ellos... pero ¿cómo es que no nos asesina?, acaso... ¿Ella lo conoce? Volví y le entregué el vaso para sentarme de nuevo.
-Muchas gracias, querido. -Soltó ella bebiendo el agua rápidamente.
-Y dígame señorita Min... ¿De que planeta proviene usted? -Interrogó el señor Yook.
Nunca se le escapa nada... cuidado...
Ella me miró de reojo otra vez y agregó
*Gracias por la información.*
Sonreí un poco y me levanté para ir a la litera que compartía con mi madre, me recosté en la parte inferior y miré la hora en mi pulsera. 14:53
Solté un suspiro y cerré los ojos para distraerme un poco, pero miles de imágenes volvieron a aparecer rápidamente. Luchas entre esas cosas, un planeta oscuro sumergido en agua, una explosión gigante. Di un salto en la cama alarmando a Sungjae que estaba jugando con un programa de su pulsera.
-¿Estás bien? -Preguntó Sungjae levantando una ceja.
-Mhh sí... me dio un calambre en el pie... -Mentí sonriendo.
-Deberías tomar algún remedio, habla con Minah... sabe de esas cosas. -Señaló Sungjae, sonriéndome de vuelta.
-¿Cuándo le pedirás la mano? -Interrogué acercándome a él.
Sungjae parpadeó sorprendido y se ruborizó un poco.
-No lo sé... no creo que deba... estamos bien así. -Murmuró Sungjae rascándose la nuca.
-A las chicas les gustan esos detalles... aunque sea el fin del mundo... o mejor dicho, el fin de la nave. -Mencioné dándole un golpecito en el hombro. -Deberías intentarlo...
Sungjae asintió y volvió a poner atención a su pulsera. Me levanté y fui donde Minah, que anotaba el inventario de medicamentos.
-Rubiecito, ¿Qué necesitas? -Preguntó sonriéndome.
-Necesito algo para los calambres y alucinaciones. -Dije moviendo mi dedo al lado de mi cabeza. -Cu cu~ Cu cu~...
Minah se carcajeó y comenzó a buscar entre unos estantes.
-Aquí tienes, pequeñín. -Dijo ella pasándome dos pequeñas cajitas. -Toma la de los calambres por una, por cuatro días y la de alucinaciones... las que necesites.
-Gracias, Minah. -Respondí divertido yendo por un vaso de agua.
Mi madre y el señor Yook seguían hablando con la mujer, se veían tranquilos y cómodos. Parecía una reunión de escuela de años más tarde. Sujeté el vaso y comencé a ponerle agua, pero en un momento lo rompí haciéndome una cortada en la palma de la mano derecha, ya que la izquierda aun tenía el yeso.
Ojalá pudiera salir para ir al centro médico de la nave... me sanaría en segundos.
-¿Estás bien, amor? -Preguntó mi madre acercándose a mí.
-Sí... solo fue una pequeña herida... -Metí la mano al agua y la limpié un poco.
-Vamos, te vendaré esa herida. -Dijo Ah Young sujetando mi muñeca.
-No te preocupes mamá, puedo solo. -Aseguré con una sonrisa.
-¿Puedo? -Preguntó HeeYeon apareciendo atrás de mí.
Me volteé y estiré mi mano para que la viera. La sangre seguía brotando y pude notar como se ponía inquieta.
-Iré por Minah... -Me alejé rápido.
-¿Otra vez aquí rubiecito? ¡¿Qué te pasó?! -Exclamó Minah golpeando su frente.
-Rompí un vaso... -Susurré ruborizándome.
-Hombres... -Murmuró buscando unas vendas.
-¿Qué tenemos los hombres? -Preguntó Sungjae pasando su brazo por mis hombros.
-Son idiotas. -Respondió Minah volteándose.
-Somos idiotas... pero amas a este idiota. -Sungjae se apuntó con una simple sonrisa. Minah le sonrió y beso su mejilla antes de tomar mi mano y revisarla.
-Parece que no tienes ningún cristal y no es para suturar... con la venda y poca movilidad mejorarás. -Minah comenzó a vendar con cuidado y terminó con un lindo nudo.
-Es algo femenino ¿no crees? -Solté levantando una ceja.
-Como tú. -Comentó Minah haciendo que me ruborizara.
-¡Uh! ¡Esto se puso interesante! -Exclamó Sungjae apretando mi mejilla.
-Ya quítate... -Murmuré apartándolo.
Un carraspeo de garganta nos exaltó.
-¿Puedo hablar contigo? -Curioseó HeeYeon mirándome. Yo asentí y me levante para seguirla un poco más allá.
-¿Qué...es? -Enmudecí algo nervioso.
-¿Sabes quien soy? -Interrogó levantando una ceja.
-Pues... ¿Min HeeYeon? -Dije soltando una risita nervioso.
Ella sonrió y me despeinó.
-Soy la madre de YoonGi. -Reveló sujetando mi brazo para que nos sentáramos en una litera.
-¿YoonGi? -Dije extrañado.
-El que te dejó esta marca. -Ella estiró su brazo y tocó mi hombro.
¿Cómo es que...?
-Lo sé, porque él me habló de ti antes de que fuera encerrado. -Explicó sujetando un mechón de su cabello.
-¿E-encerrado? ¿Cómo que está encerrado? -Solté sintiendo escalofríos por mi cuerpo. HeeYeon suspiró bajo y se sentó más derecha.
-Él me dijo que tú salvaste su vida... ¿Es cierto? -Curioseó ella mirándome.
-Sí... así es... -Dije esperando a que continuara.
-Por eso... dime algo... ¿es cierto que te salvó de otras "sombras horripilantes"? -HeeYeon sonrió y yo hice lo mismo.
-Sí, estuve dos días escondido con él para que... espere... ¿Cómo sé yo, que usted de verdad es su familia? ¿Y si buscan pruebas para acusarlo? -Pregunté poniéndome de pie.
Ella abrió los ojos sorprendida, no esperaba eso.
-No... no es así, yo soy su madre, no ti...- No dejé que continuara hablando porque la interrumpí.
-No le creo... ¿Y sabe qué? No le diré nada... no dejaré que le haga daño... y si tengo que luchar con un brazo roto por él, lo haré. -Advertí serio.
Ella miró alrededor nerviosa y se levantó dándome un abrazo. Quise separarme, pero todo el ambiente cambió, cómo en el simulador.
Dentro
Miré el piso, estaba sobre agua pero no me hundía, caminé curioso por el pasillo en el que estaba. Era una casa antigua pero bien cuidada. Una de las sombras pasó corriendo por mi lado y segundos después paso otra sombra, pero más pequeña. Decidí seguirlos y los encontré en una habitación parecida a una cocina donde otra sombra adulta les tocaba la cabeza en forma cariñosa.
HeeYeon apareció a mi lado y apuntó hacia el frente. Las sombras ahora eran personas, ella estaba acariciando el cabello de los dos niños, el mayor sonreía tierno y el menor...
Él...
-Es Yoongi. -Dijo HeeYeon a mi lado sonriente
YoonGi, estaba avergonzado con el pulgar dentro de la boca.
-Es... una ternura... -Solté con mis manos en mis mejillas.
-Es muy lindo ¿No? -Agregó Hee Yeon mirándolo. -Acompáñame.
Yo la miré y la seguí por el pasillo. Llegamos a una puerta que daba a lo que parecía ser un jardín, repito, repleto de agua.
-Esto es tiempo después. -Explicó mirando.
Miré en la misma dirección y me encontré con el chico de la sonrisa tierna pero más grande, tenía unas ojeras notorias bajo sus ojos y sujetaba un libro sentado sobre el agua. Bajo el agua apareció YoonGi, se veía más grande...
-Es guapo ¿no? -Murmuró en mi oído HeeYeon haciéndome sonrojar.
Los dos hablaban y reían apuntando el libro.
-Ven, vamos a un último lugar. -Dijo HeeYeon, sujetando mi brazo para dar un salto y levantarnos muchos metros sobre el aire. Caímos sobre un techo y apuntó hacia abajo. Paseé mi mirada por el lugar y lo vi de nuevo. YoonGi usaba un traje negro al igual que el otro chico y sonreían hacia un hombre que levantaba algo extraño en la mano.
-Se veían tan felices ese día... -Dijo Hee Yeon sonriente. Yo la observé, sus ojos brillaban y emanaba amor.
-Volvamos por favor. -Pedí convencido.
Fuera
Abrí los ojos y estábamos dándonos el abrazo aún, pero nadie nos ponía atención.
-¿Ahora me crees? Son recuerdos muy preciados para mí... y decidí mostrártelos porque mi hijo te eligió como su hembra. -Explicó ella tranquilamente.
¿Hembra?.... ¿Acaba de decir Hembra?
-¿Hembra? U-usted debe estar en un error... y-yo soy hombre... y él... -Tartamudeé, sin poder creer aún lo que había dicho.
-No, no hay ningún error... él te eligió, él me lo dijo. -Aseguró HeeYeon sonriéndome. -Además te dió una marca... y tú te preocupas mucho por él... eso me agrada.
-¿Usted se refiere a mi hombro? -Pregunté sin entender nada.
-Sí, esa marca te servirá en bastantes sentidos. -Respondió guiñándome un ojo.
Parpadeé extrañado hasta que entendí su doble sentido y me ruboricé imaginándolo.
/ -Eres mío... -Dijo besando mi cuello.
-No... no lo soy... -Respondí con mis manos en su pecho intentando empujarlo.
-Te lo demostraré. -Aseguró apegándose a mí, mirándome directo a los ojos. -Eres mío, te joderé como el verdadero animal que soy hasta que no puedas más. /
Cubrí mi boca avergonzado por haber imaginado esa barbaridad.
-Oh no te reprimas, hubiera sido interesante que sucediera así. -Confesó ella seria.
-¡No lea mi mente cuando imagino cosas! -Exclamé rojo hasta las orejas.
-Pero si es algo natural mi pequeñín... además ahora que te conozco... tienes mi bendición. -HeeYeon me sonrió. -Pero... él está encerrado...
-¿Por qué lo encerraron? ¿Fue mi culpa? -Interrogué alarmado.
-Pues... si y no... -Respondió moviendo las manos. -Será castigado por asesinar dos de nuestra especie cuando te protegía... pero no te atormentes por eso, él te quiere mucho como para contarles la verdad a todos... sería un peligro para ti.
-¿Vendrían por mí? -Pregunté mirando de reojo a mamá que reía hablando con el señor Yook.
-Sí... y asesinarían a todos los demás... pero te protegió un poco más cuando te marcó el hombro, muchacho... tienes algunos de los poderes básicos que desarrollo cuando niño. -Comentó HeeYeon acariciando mi mejilla.
-¿Tengo sus poderes? -Dije recordando todos los extraños sucesos que habían pasado.
-No todos, pero si una pequeña parte... una pequeña parte de mi bebé. -Susurró HeeYeon con los ojos humedecidos.
-¿Qué es lo que puedo hacer para salvarlo? -Interrogué poniendo mis manos en sus hombros.
-Por ahora... nada... lo único que te pediré... es que intentes comunicarte con él para que esté más tranquilo... está muy preocupado por ti. -Respondió ella, limpiando una lágrima que cayó por su mejilla.
-¿Puedo comunicarme con él como con usted? -Señalé apuntando mi cabeza.
-Sí... pero está algo lejos... está encerrado en nuestra nave, tendrás que practicar unos días... te pido que lo intentes ¿Si? Por él... debo volver o sospecharan de mí. -HeeYeon me dio un fuerte abrazo y yo se lo correspondí. Aún tenía muchas dudas, pero no quería atormentarla aún más.
La acompañé hasta la puerta y la abrí.
-Suerte... y... si lo ve... dígale que estoy preocupado por él. -Murmuré ruborizándome.
Que mierda me pasa... yo no soy así...
-Se lo diré... -HeeYeon sonrió y salió alejándose por los pasillos de la nave.
Cuando cerré la puerta fui donde mamá, necesitaba decirle la verdad.
-¿Mamá puedo hablarte sobre lo que dijo esa mujer? -Pedí sujetando su mano.
-¿Qué mujer, querido? -Dijo Ah Young, extrañada.
Lo supuse...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top