Capítulo 4
ay, se me olvidó actualizar ayer xD en fin, aquí les traigo otro capi uwu
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Capítulo 4
Se acurrucó en su cama, manteniendo la vista fija en un lugar vacío de la habitación, el lugar que solía ser ocupado por el marimo. Con el pretexto de no importunar a los demás pasajeros del Sunny con "cosas de amantes", Zoro y Yoshinori decidieron pasar la noche en la habitación del acuario. Sanji no pudo evitar preguntarse qué eran esas "cosas de amantes" que había mencionado el rubio, aunque, con el pasar del tiempo, se le ocurrieron miles de ideas, una más espantosa que la anterior; sin embargo, lo que le preocupaba más en esos momentos era ese cartel de "Se Busca" que Yoshinori había tirado por descuido.
-¿qué estará planeando ese tipo?- murmuró el cocinero, intentado no despertar a los demás. Se levantó de su cama y encaminó sus pasos hasta el sillón que servía como cama al peliverde y pasó su mano sobre él
- ¿qué estás haciendo?- dijo alguien a su espalda. Sanji tuvo que taparse la boca para no gritar y despertar a sus nakama
- ¿quién te crees para asustarme así, cabeza de alga?- le regañó el rubio en voz baja- además, ¿no se supone que tendrías que estar con tu putita?
- sólo vine por unas mantas, hace algo de frío- respondió, sacando las susodichas mantas del closet- por cierto, a mí puedes decirme todo lo que quieras, pero no te metas con él- sus palabras dejaron al otro un tanto sorprendido- ¿y ahora me dirás que hacías con mi sofá?
- ehh... yo... perdí algo y estoy buscándolo
- la próxima vez, fíjate en dónde dejas tus cosas, cejas de caracol- estuvo a punto de salir cuando...
- oi, marimo- el mencionado se limitó a detenerse y mirarlo- será mejor que te apartes de ese chico, no es de fiar...
- sí, claro...
- ¡escucha lo que digo, maldita sea! ¡está tramando algo en contra tuya!
- ¿y por qué te importaría si me sucede algo?
- p... porque...- Sanji agradecía que la falta de una iluminación adecuada escondiera su sonrojo- tienes razón, no debería importarme- se apresuró a responder- si te ocurre algo, será tu culpa- el peliverde lo miró unos momentos antes de dar media vuelta y marcharse, dejando al cocinero con una extraña sensación en el pecho...
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A la mañana del día siguiente, y debido a que no había descansado como debía, Sanji se despertó más tarde de lo normal. Se apresuró a arreglarse mientras se reprendía a sí mismo y salió del cuarto de los chicos casi corriendo con dirección a la cocina. Fue en la cubierta cuando tropezó con Brook, quien estaba de pie mirando hacia algún punto en el barco
- buenos días, Sanji-san- le saludó el esqueleto sin mirarle- hoy despiertas más tarde de lo acostumbrado
- lo sé, tuve una mala noche- se revolvió sus dorados cabellos, molesto- ¿y los demás?
- por allá- señaló hacia su izquierda. Todos, a excepción del marimo y su amante, estaban ahí. Mas lo curioso que notó en la escena era que todos miraban hacia arriba, moviendo sus ojos de un lado a otro
- ¿pero qué...?- al fijar su vista hacia donde veían sus nakama encontró la razón del por qué sus miradas iban y venían como si presenciaran un partido de tenis; yendo de mástil en mástil, de vela en vela y de esquina a esquina, estaban Zoro y Yoshinori en una batalla de entrenamiento
- no sabía que Yoshinori-kun también fuera espadachín, yohohoho- comentó el esqueleto, observando cada movimiento de la pelea
- ¿no creyeron que las espadas eran de adorno, o sí?- Franky incluso se había quitado sus oscuras gafas para apreciar mejor los movimientos de esos dos
- yo ni siquiera las había visto- dijo sorprendido Usopp- son muy rápidos, me cuesta trabajo seguirlos con la mirada
- ¡¡sugoi!!- decían al unísono Luffy y Chopper con centelleantes ojos. Las chicas, al igual que Sanji, sólo se limitaban a ser meros espectadores.
Con su par de espadas negras, Yoshinori creó una ráfaga de viento que Zoro logró detener e incluso cortar con su técnica del Santöryü. Cada movimiento y técnica utilizada por ambos iba muy en serio, y eso fue lo que terminó por inquietar a Sanji. Ahora que veía al "intruso" en acción, reconocía que era lo suficientemente fuerte como para sostenerle una batalla el marimo; si se lo proponía, fácilmente podía hacer caer a más de uno en la tripulación de los mugiwara, entonces ¿por qué ir sólo por el marimo? Quizá era una de esas estupideces que tenían que ver con el honor de un espadachín, pero ¿cómo saber que no estaba tras todos ellos?
El campo de batalla se vio reducido en el mascarón del Sunny, donde ambos espadachines cruzaban espadas, haciendo estremecer el barco con el incesante golpear de los metales. Después de un rato de repeler ataques mutuos, Yoshinori al fin logró frenar las tres espadas de Zoro con una sola de él, colocando el filo de su segunda arma en el pecho del peliverde
- parece que esta vez gano yo, Zoro-san- decía exhausto el rubio, con una enorme sonrisa triunfante en el rostro
- aún no- habló el otro espadachín- te falta concentración y estabilidad- con un rápido movimiento, Zoro enredó su pierna con la del otro, haciéndole perder el equilibrio y caer al agua. Todos se asomaron hacia el mar, y al ver que el rubio no salía, Zoro se arrojó al agua y sacó al chico de ahí- ¡idiota! ¿Por qué no me habías dicho que no sabías nadar?- le reprendió el peliverde una vez que estuvieron de regreso en el barco
- lo siento, es que... es algo vergonzoso...- explicaba Yoshinori mientras el renito le hacía un chequeo rápido
- parece que estás bien- sonrió aliviado el doctor del barco- ya has expulsado todo el agua de tus pulmones
- espadachín-san, no seas tan rudo con amante-san- el peliverde enarcó una ceja al escuchar el "apodo" que le había puesto la arqueóloga- hizo su mejor esfuerzo
- parece que no me esfuerzo lo suficiente- suspiró el ojiverde- ni siquiera en un duelo de espadas puedo ganarle a Zoro-san
- es porque estás retando futuro mejor espadachín del mundo, shishishi- exclamó el capitán- deberías intentar vencerlo en otras cosas
- pero no importa en qué lo rete, siempre termino perdiendo; incluso anoche...
- ¿anoche?- preguntó intrigado el capitán- ¿tuvieron un duelo anoche?
- algo así. Es más bien un juego que los amantes suelen hacer; se llama "Me Vengo"- la cara de todos los presentes se encendió en un instante, imaginándose a qué venía el nombre- el primero en gritar "Me Vengo" pierde... y anoche perdí tres veces y empatamos una
- ¿y cómo haces que el otro grite "me vengo"?
- ah, verás. Hay que meter...- mas Zoro le cubrió la boca justo antes de que entrara en más detalle. Estiró su mano libre hasta el rostro de su capitán y tiró de su nariz levemente
- Luffy, tengo tu nariz- dijo el espadachín mostrándole su puño cerrado, colocando su dedo pulgar entre el medio y el índice
- ¡ah! ¡Mi nariz!- chilló el pelinegro, tocándose la cara- ¡devuélvemela!
- ve por ella- agitó su mano en el aire y fingió arrojar algo. Luffy corrió en dirección en donde creyó ver que volaba su nariz; los demás le miraban con una gruesa gota de sudor resbalándoles por la sien, ¿quién era más idiota en ese barco?, ¿Luffy por creer que le habían quitado su nariz o ellos mismos por unirse a la tripulación de un chico cuya única neurona parecía no funcionar como debía?- como sea...- suspiró Zoro- tienes que ir a secarte o te resfriarás- le dijo al chico entre sus brazos y lo soltó
- ¡duchémonos juntos!- exclamó alegre Yoshinori, arrastrando al peliverde hacia el baño.
Después del shock inicial, Sanji y las chicas fueron a la cocina para preparar el desayuno mientras que los demás tripulantes le explicaban a su capitán que su nariz seguía justo en donde debería estar y que era fisionómicamente imposible que pudieran quitarle su nariz a él o a cualquier persona en el barco, exceptuando, claro está, a Franky y Brook, el primero porque, al ser un cyborg, probablemente pudiera hacerlo y el segundo porque no poseía una nariz que le pudiesen quitar.
En tanto, el cocinero les preparó un té y unos bocadillos ligeros a sus damas mientras él terminaba el desayuno para el resto de la tripulación. Debido al atraso en el horario, no podía preparar algo difícil, pero tenía que ser lo suficientemente nutritivo para sus nakama.
- Zoro es un pervertido- le comentó Nami a la arqueóloga- mira que enseñarle ese tipo de cosas a Yoshinori
- son cosas de amantes, navegante-san- le sonrió Robin, bebiendo un poco de té- a todo esto... ¿no crees que hay algo extraño?- a pesar de estar metido en sus labores, el rubio escuchaba la conversación de las chicas, más aún cuando la morena empezó a hablar- espadachín-san y amante-san tienen a lo sumo 4 días de conocerse, no creo que puedas enamorarte de alguien en tan poco tiempo; quizá su relación sea cuestión de atracción física solamente
- no lo sé- la pelirroja meditó un poco- Zoro se comporta diferente cuando se trata de Yoshinori... ¿no crees que más que atracción física es amor a primera vista?- un fuerte ruido les hizo voltear a ver al cocinero, quien les daba la espalda- ¿ocurre algo Sanji-kun?
- n-no... nada- dijo tratando de no llamar mucho la atención para que sus damas no vieran el desastre en el que había terminado parte de la vajilla- Nami-swan, ¿puedo cortar algunas de las mandarinas de tu huerto para preparar un poco de jugo?
- claro, ¿podemos ayudarte en algo?
- no hace falta, ladies. Puedo arreglármelas solo- tomó una canastilla de mimbre y salió de la cocina rumbo a la pequeña huerta del barco. Tomó los frutos que necesitaba y, tras tomar un poco de aire fresco, se dispuso a regresar a su puesto, mas al escuchar inusuales risas provenientes del baño se vio tentado a ir y asomarse.
Sabía que estaba mal, que lo que vería ahí probablemente le haría enfadar más de ser posible, pero su cuerpo le condujo de forma automática hacia allá, y para cuando se dio cuenta, ya era tarde, estaba frente a la puerta de la ducha. Su curiosidad aumentó al ver la puerta ligeramente abierta, dejando escapar de la ducha un aroma dulce e inusualmente familiar...
- ¡¡kyaaa!!- al reaccionar, Sanji abrió la puerta de la ducha de golpe, encontrando al marimo y a Yoshinori metidos en la bañera entre blanca espuma y vapor de aroma empalagoso- ¡cómo te atreves, marimo de mierda! ¡Había comprado esos jabones de baño para mis damas!
- Yoshinori quería algunas burbujas- explicó Zoro. El más joven le enseñó la lengua descaradamente al cocinero, sacándolo de sus cabales
-¡burbujas mis cojones! ¡Vas a pagarme cada berrie que gasté en esos jabones!
- como quieras- respondió indiferente el peliverde
- si no le molesta, Sanji-san ¿podría marcharse? Quiero una revancha antes del desayuno
El rubio, sabiendo a qué se refería aquel muchacho, cerró la puerta y se marchó a grandes zancadas hacia la cocina, terminando el desayuno justo antes de que sus nakama entraran reclamando comida, a excepción de dos personas, que llegaron un poco más tarde, situándose frente a la mesa como la noche anterior, el menor sentado en las piernas del mayor. Luffy miró a su primer oficial haciendo un puchero de molestia mientras cruzaba los brazos, y el hecho de que aún no tocara la comida sorprendió a más de uno, atrasando más el desayuno
- eres malo, Zoro- le reprochó el capitán al peliverde para luego mirar al rubio con su enorme sonrisa- Yoshinori, ¿cómo es ese juego de "Me Vengo"?- el mencionado miró al mayor, pero éste le dio una negativa con un ademán
- lo siento Luffy-san, pero es algo que sólo puedes jugar con tu amante
- Entonces, ¿puedo mirar mientras juegan?
- Ni de coña
- ¡Vamos Zoro, sólo será un momento!- el mencionado ya no respondió- ¡Al menos préstame a Yoshinori un rato!
- ¡Por supuesto que no, imbécil! ¡Búscate tu amante!
- ¡Nami, sé mi amante!- tras su petición, la cabeza de Luffy quedó aplastada entre el puño de la navegante y el pie del cocinero
- ¡No puedes hablarle así a una dama!- dijo Sanji a regañadientes, pateando el rostro de su capitán con toda la rabia que había estado conteniendo desde la noche anterior.
Chopper gritó alarmado al ver cómo la cara del chico de goma se hinchaba monstruosamente. Después de algo de hielo en la cara del moreno, por fin pudieron desayunar a gusto, o lo mejor que pudieron tomando en cuenta el barril sin fondo que tenía su capitán como estómago. Al terminar sus alimentos, la tripulación bajó a la isla en busca de algo interesante; Zoro y Yoshinori fueron asignados para cuidar el barco, mientras que Sanji se quedó a terminar sus labores para luego poder reunirse con Nami.
Y mientras lavaba la vajilla, Sanji veía receloso a la pareja que descansaba en cubierta. Era la primera vez que veía al marimo abrazar otra cosa que no fueran sus katanas mientras dormía, ahora lo que tenía en brazos era a cierto chico mentiroso que se empeñaba en hacerlo cabrear. Tenía que hablar con el marimo a solas y advertirle de las verdaderas intenciones de su supuesto amante, el problema era quitarle a esa lapa de encima. Al terminar sus deberes, el rubio dejó el barco para reunirse con la pelirroja en el pueblo.
- ¡¡Nami-swan!!- gritó emocionado al ubicarla entre tanta gente. La chica sólo levantó el brazo para indicarle el camino- ¡Lamento haberte hecho esperar, mellorine!
- está bien, Sanji-kun, no importa. Sólo quiero que me ayudes a llevar algunas cosas al Sunny
- ¡Claro que sí, preciosa!- el rubio se limitó a seguir a Nami cargando las cajas, paquetes y bolsas que ésta le iba entregando. En cuanto sus brazos no pudieron cargar nada más, Sanji regresó al barco a dejar las cosas y se apresuró a regresar con la navegante, repitiendo el proceso un par de veces más
- eres patético, cocinerucho- habló Zoro al verle ir y venir- un simple perrito faldero tiene mucha más dignidad que tú
- no voy a recibir sermones de ti, marimo pervertido, ¿por qué no te vas a jugar por allí con tu putita?- el peliverde le miró de mala manera, un insulto más y terminarían peleando como siempre, mas en ese momento notó que algo faltaba- y hablando de, ¿en dónde se metió?
- fue a buscar algo de sake a la bodega
- oh, lo tienes bien amaestrado, ¿de qué callejón lo sacaste?- sabía que estaba jugando con fuego, pero lo único que quería era un poco de la atención del marimo; que le hablara sólo a él, que le mirara sólo a él, aunque eso significara que terminarían sacándose los ojos; no le importaba, sólo necesitaba compartir un breve momento con Zoro para no colapsar de tristeza
- te dije que no te metieras con él- desenfundó sus katanas, buena señal para comenzar una pelea- sé que no lo conocí en las mejores condiciones, pero...
- ¿a qué te refieres con eso?- preguntó el cocinero, desviando sus intenciones a otro sitio- ¿cómo le conociste?
- en un bar, o mejor dicho, un prostíbulo- explicó el peliverde
- así que realmente es una zorrita...
- ¡no lo es!- apuntó el filo de su espada contra el rubio- fui yo el que se aprovechó de él. Estaba oscuro, así que yo...- a pesar de seguir hablando, su voz ya no llegó a oídos de Sanji, quien terminó perdido en sus pensamientos, ¿dijo "oscuro"? no podría estarse refiriendo a "ese" cuarto, ¡Esa noche era sólo de ellos dos! ¡Fue él con quien terminó follando como loco en medio de la oscuridad! ¿Por qué...?... y de pronto, todo pareció iluminarse; el marimo no sabía que era él con quien estuvo en ese cuarto... ¡ese mocoso se aprovechó de la situación! ¡Lo estaba suplantando!
- ¡¡NO!!- gritó eufórico, deteniendo el narración del peliverde- ¡¡ese chico te está mintiendo!!
- ¿ahora de qué hablas, cejillas?
- ¡¡él no estuvo contigo esa noche!! ¡¡Y tampoco te ama, te está engañando!! ¡¡Es un caza recompensas!!
- ¿caza recompensas?- el espadachín comenzó a reír- ¡no digas estupideces!
- ¡¡Es verdad!!
- ¿por qué habría de creerte?
- ¡¡Porque soy tu nakama, joder!! ¿A caso confías más en un chico que acabas de conocer que en tu propio compañero?
- me ha dado más razones que tú para ganarse mi confianza
- sé que no somos los mejores amigos ni mucho menos, pero esta vez tienes que confiar en mí
- bien. Te creeré si me respondes algo- Sanji se quedó en silencio, esperando a que el peliverde siguiera hablando- ¿cómo es que estás tan seguro que él no estuvo conmigo en ese cuarto?
- y-yo...- diablos, ¿por qué, entre todas las preguntas que podía hacerle, tenía que preguntar precisamente esa? La única pregunta a la que no podía responder sinceramente, pero si quería ayudar al marimo no tenía otra opción que confesar- porque yo... esa noche...- las palabras se negaban a salir, era más difícil de lo que había imaginado- nada... no es nada...- ¿qué tan cobarde podía ser? Aun cuando sabía que podían arrebatárselo, aún cuando la vida de la persona que amaba estaba en peligro, no pudo confesarle lo que sentía- sólo un presentimiento
- idiota- habló en murmullo- ¿no estabas ocupado siendo el esclavo de esa arpía?- sin decir nada, incluso cuando una de sus chicas había sido insultada en sus narices, Sanji bajó del Sunny y regresó al pueblo junto a la navegante.
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Pasaron algunos días en los que la tripulación de los mugiwara fue aceptando poco a poco a Yoshinori, no sólo era buen espadachín, sino que también destacaba en la pesca, lo que, en definitiva, alegró con demasía al capitán. Sin embargo, el cocinero de la tripulación aún sospechaba que ese muchacho tramaba algo, y aunque quiso averiguar de él y de sus intenciones con el marimo, las pistas se hacían cada vez menos, como si ese chiquillo estuviese escondiendo algo que los demás no debían saber.
Fue en la noche del séptimo día en esa isla cuando sucedió lo que inevitablemente tenía que suceder, Luffy reunió a todos en la cubierta del Sunny, pues tenía algo muy importante que decirle a su tripulación...
- ¡Ya lo he decidido!- anunció el capitán, con una de sus características sonrisas- ¡Yoshinori será nuestro nuevo nakama!- Sanji tuvo empezó a toser estrepitosamente, pues el humo del cigarrillo se había colado en donde no debía
- ¡estoy de acuerdo!- apoyó la moción la navegante- no sería justo para Zoro dejar a su amante aquí, ¿verdad?
- ¿qué dices Yoshinori?- preguntó Luffy al rubio- ¿viajarás con nosotros?
- ¿eh?- sus ojos esmeralda se iluminaron y un ligero sonrojo se apoderó de sus mejillas- ¿realmente puedo viajar con Zoro-san?- el rostro del pelinegro le respondió un silencioso "Por supuesto"- ¡me encantaría!
- shishishi ¡tenemos un muevo nakama! ¡Sanji, prepara un banquete!
- ¡¡SSUUPPEERR!!- exclamó contento el cyborg, formando una estrella con los tatuajes de sus brazos para luego empezar a bailar, siendo secundado por Usopp, Chopper y Luffy, mientras Brook amenizaba con su hermosa música.
Esa noche, todos comieron y bebieron como no lo habían hecho desde hace tiempo; mas hubo una persona que no logró poner siquiera una pequeña sonrisa en su cara en toda la noche... Sanji. No bebió y apenas y comió un poco; ahora tendría que ver a la persona que amaba retozar en brazos de otro por día tras día; hizo todo lo posible por contener sus lágrimas, hasta que, uno a uno, sus nakama terminaron exhaustos en la cubierta, durmiendo a pierna suelta. Las chicas habían preferido ir a dormir a su alcoba mientras que el marimo hace mucho que había ido al baño y jamás regresó.
Sanji comenzó a levantar todo mientras sus saladas lágrimas empapaban sus ojos. Al despejar un poco más el área, pudo observar mejor a quienes yacían en el suelo, sólo cinco personas, ¿quién faltaba?
- el usurpador- dijo para sí en voz baja, buscándolo con la mirada. Al no encontrarlo, recorrió el barco hasta que, detrás de la biblioteca, escuchó un leve murmuro; efectivamente, Yoshinori estaba ahí, hablando por un den den mushi
-tenía razón, es un completo idiota- escuchó pronunciar chico- se ha creído todo. Los preparativos están listos para mañana, ni siquiera lo verá venir...
Continued...
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