Volver el tiempo atrás.

Athena había vuelto a su amado santuario después de meses en el hospital velando por sus queridos amigos que lucharon con el dios Hades por ella,era lo menos que podía haber hecho después de lo ocurrido ese trágico día donde más de alguno de sus caballeros,desde el rango mayor al menor se habían sacrificado por ella,Saori lloraba por la pérdida de todos ellos sin excepción a ninguno de ellos,incluyendo a aquellos que eran nombrados "traidores" les lloraba con dolor,y era mucho peor para ella oír cómo los sobrevivientes se referían a ellos como escoria,está bien,entendía que varios se encontraban enojados por la forma que "vendieron" sus almas al mal pero no todo era así,Saori sabía la verdad detrás de todas esas horribles palabras.

No tenían opción,lo hicieron con tal de ayudarla a llegar ante Hades aún sabiendo como los denominarían en el futuro,dejando que escupieran sus nombres con falsos testimonios hacía sus personas y lo que en realidad fueron,no les importó,apartaron su orgullo para proteger y servir a Athena como lo habían jurado desde muy jóvenes,¿qué clase de prueba de amor y devoción era esa?,sólo una que un verdadero caballero de Athena estaba dispuesto a pasar,en ese momento no tenía palabras para describir cómo se sentía. Y era por eso,que deseo de todo corazón agradecerles con el mayor tesoro que podía regalarse,vida.

Pero antes de actuar,Saori estuvo pensando muy seriamente este asunto en el primer instante que la idea llegó a su cabeza,de algo estaba muy clara,lo que estaba deseando era muy complicado más cuando ella no era la responsable de ese tipo de asuntos,Athena no puede revivir muertos y ningún otro dios iba ayudarla por esas riñas del pasado,solían ser bastantes rencorosos y muy pocos de ellos eran amables con ella pero tampoco estos podían ayudarla.

Entonces no le quedó otra opción,que era resignarse a dejarlos descansar en "paz",aunque viera muy injusto que siendo jóvenes e incluso compañeros terminaran matándose entre si,pero había otra opción que no era la favorita de Athena.

── Tengo que intentarlo,se que no me lo dejaría fácil pero quizás necesite ayuda extra para esto,debo ir al olimpo inmediatamente y buscar a Perséfone.

Decidida a mostrarse ante los dioses con el fin de encontrar a la bella Perséfone y pedirle ayuda en su nuevo plan para sus caballeros,no sin antes llamar por vía cosmos a Virgo para estar a cargo en lo que ella regresaba,sabía que le tomaría mucho tiempo lograr sacar a la diosa de las garras de su madre Démeter y por si acaso se sentía más tranquila que el santuario estuviera custodiado.

Cuando el caballero de la Virgen llegó inmediatamente ante su llamado,Athena partió a los cielos indicando a Shaka que había una gran posibilidad de que tardará un día o dos en volver,cualquier inconveniente que pasará en su ausencia fuera comunicado a ella de manera veloz,con tantas cosas ocurridas en el pasado temía que algún dios aprovechará la situación para atacar a los caballeros restantes.

Si bien tenía entendido,era que Deméter junto con su hija se mantenían separadas de los demás dioses,encontrarlas sería un gran desafío para ella sola,pero por hora debía preocuparse por no ser vista por un dioses que llegará a arruinarle el plan.

 Mientras tanto,entre los relucientes rayos del sol de la mañana se podía apreciar en la madera un joven de cabellera roja mirando al cielo con detenimiento,Camus contó cada árbol que pasaban y ya se estaba aburriendo de eso,pero tampoco era que tuviera mucho entretenimiento en un espacio tan reducido,la carreta bajo su velocidad ya hace un buen rato y su cuerpo le reclamaba levantarse y estirarse hasta que sus huesos se destensan por completo,se levantó con mucho cuidado y sin perder el equilibrio hizo pequeños estiramientos mirando al frente del camino,viendo la nube de polvo que las ruedas y las patas de los caballos iban levantando con cada pisada de estos,con mucho cuidado se sentó a la orilla no sin antes ver que su hoz estuviera en un lugar estable,sentado en el borde con sus dedos casi a tocar el piso,se preguntó así mismo que debía hacer o decirle a Milo cuando lo viera,no podría llegar de repente y decir hola,no cuando su amistad terminó de la peor manera,no encontraba una justificación más que el bienestar de su diosa y el deseo de verlo,pero sabía cómo era él,terco y muy necio,cuando una idea se le iba a la cabeza era muy dura de sacar.

Tenía que ser sutil en su travesía,cambiar la estrategia del coqueteo discreto,no quería tirarse a sus brazos como si estuviera desesperado pero algo le decía que debía engatusar al escorpión lo más pronto posible,estaba seguro que las maneras de hacerlo eran casi infinitas,siendo reservado pero atrevido al mismo tiempo,¿sería eso muy atractivo? una mezcla de las dos cosas que debía usar,bueno si la primera no funcionó cambiar de tácticas no estaría nada mal,si conocía a Milo bien este de seguro se fijaría en su rostro como primera impresión,lástima que su cara siempre fuera la misma tan aburrida o al menos eso pensó,quizás darle un poco de calor ambientaba las cosas.

Ah,si tan solo hubiera pensado en eso hace tanto,posiblemente ya estaría al lado de Milo,compartiendo dulces y emocionantes momentos con él.

Oh sí,más de una vez se lo había imaginado y se sentía un poco sucio por pensar tan inapropiadamente de su compañero de batalla,aunque él no supiera cómo lo fantaseaba tan descaradamente,una boba sonrisa de culpa cruzó sus labios y un tono rosa pastel tiñó sus mejillas,recostandose perezosamente levantando una de sus piernas al aire para estar más cómodo mientras sentía la suave tela del vestido rozar con su piel.

── Es gracioso,después de dormir tanto tiempo sigues cansado.

La voz del chico arriba de la madera llamó su atención,otra vez esa extraña mirada que lo mantenía en alerta y un poco incómodo,Camus se levantó sin dejar de verlo con el ceño fruncido,Leónidas con cuidado de no tirar nada se hizo al frente del pelirrojo sin bajarle la intensidad a su mirada,Camus no llevaba de ni un día y ese niño lo estaba sacando de quicio,paciencia no tenía,ni humor,no al menos con Leónidas y su bella forma de demostrar su desprecio tan abiertamente.

── No estoy cansado,estaba pensando.

──¿En qué?¿En tu labor especial al llegar donde esos bárbaros?. -Ambos cruzaron miradas neutrales.

 ── Te agradecería bastante que dejarás de usar esas palabras en ellos,no todos son unos salvajes como los denominan niño. -Secamente le respondió sin mirarle.

 ── Suena como si los conocieras bastante bien,¿no me digas que eres parte de ellos?,imposible nadie tan flacucho y delicado llegaría a ser tan barbárico. Podría golpearte y te romperías al igual que una rama.

 ──¿Disculpe?,usted tampoco posee un cuerpo muy estructurado a diferencia de su padre. -Le sonrió con arrogancia,el joven frunció el labio de la rabia.- Es bastante atrevido con sus mayores.

 ── Tal vez,pero es porqué hay algo que me inquieta de tu presencia. 

Leónidas atrevidamente invadió el espacio de Camus,viéndole a los ojos de manera juzgadora,gruñendo como perro que siente en peligro su territorio,moderadamente el pelirrojo lo alejó sutilmente volviendo a ver el recorrido ya transitado,Leónidas imitó la misma acción.

 ── Respondeme algo,dejando las bromas de un lado.

 ── Adelante.

 ──¿Cuál es el motivo de que esos bellos ojos reflejan tanta tristeza?.

Camus abrió los ojos con sorpresa,giró a ver al joven de cabellos negros quién también lo observó con más detenimiento,no estaba avergonzado pero si consternado,¿se notaba acaso algún indicio de haber llorado tanto tiempo?¿se notaría mucho?.

Leónidas suspiro lentamente.

 ── Puede ver que en tus ojos me cuentas una historia bastante trágica,un sentimiento profundo de frustración y autodesprecio,también puedo ver un tonto enamorado que de seguro hace este viaje para encontrar aquel amor perdido en el tiempo.

El silencio y el reposo de las hojas en el suelo invadió el incómodo ambiente en el que Camus se encontraba,aunque era cierto y esconderlo era inevitable,y no se mentiría estaba un poco inseguro al respecto pero esas emociones negativas eran un motivo más para intentarlo con muchas ganas,con paso fuerte,cumplir su añorada fantasía,una torpe pero dulce fantasía donde podía verse en una mejor vida,el no era un soñador muy recurrente,pero pronto se convirtió en uno,puede que soñando con lo imposible no importaba ahora,estaba cada vez más cerca de lograrlo.

 ── Quizás estoy actuando como un tonto,pero soy consciente de eso y se que no voy a detenerme.

 ── Hmph,entonces eres más alguien necio y terco.

 ── No eres muy bueno hablando con las personas,¿cierto?.

 Ambos soltaron una ligera carcajada,finalizando hacia una charla que bien pudo terminar en una discusión.

Más adelante,Camus apreció como cada vez más se acercaban a las aldeas que estaban más cercanas a Rodorio,su corazón y mente se llenaron de nervios,sujetando una parte de su túnica con fuerza mientras en su mirar se reflejaban las ganas de saltar y sentir el cálido suelo de su antiguo hogar,demonios incluso estaba extrañando el abrasador sol de las tardes que antes solía despreciar,su querido amigo Afrodita era quién más se quejaba de eso,que buenos tiempos aquellos pensó.

Lastima que no los valoró lo suficiente.

En la entrada de la aldea no fue mucha sorpresa que la mayoría de los aldeanos mirasen a Camus con ojos curiosos y otros morbosos,ahora su belleza era que más lo hacía resaltar,aunque siempre era así naturalmente muy popular con las bellas doncellas y algunas mujeres pasadas de los tiernos veinticuatro año pero ahora no sólo de ellas recibía miradas coquetas,también de jóvenes y hombres mayores,a Camus se le puso la piel de gallina con sólo notarlos,por Athena que eran poco discretos.

La carreta se detuvo entre el medio del mercado,donde comerciantes y compradores iban de un lado a otro ocupados en sus cosas,el padre de Leónidas ayudó a Camus a bajarse del carretón de la leña estrechando su mano y darle su hoz.

Antes de despedirse,Leónidas le dio su manto con el cuál se cubría del sol luego de un jornada de trabajo,al principio no pudo aceptarlo,se sentía demasiado agradecido con esas personas y sentía que se aprovechaba de cierto modo,pero esté le insistio bastante.

   ── El sol es bastante fuerte en esta parte de Atenas,no quisiera que tu piel de nieve fuese a derretirse,es mejor si vas protegido.

Por primera vez,le dedicó una sonrisa cálida,eso de algún modo le hizo sentirse contento.

 ── Cuidate Leónidas,y gracias a usted y a su familia por esto. Estoy en deuda con ustedes.

 ── Para nada joven,nosotros simplemente somos un poco más solidarios. -Respondió modesto el señor.-  ── Hijo,despídete y ayúdame a bajar las cosas.

 ── En seguida Papá. De acuerdo,espero verte algún día...Ah,rayos,nunca pregunté tu nombre.

 ── Me llamo Camus,un placer.

 ── Bien,esperó volverlo a ver,Camus.




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