Un Encuentro Silencioso.
El Olimpo.
Tan majestuoso y brillante como debía ser desde la era del mito,al comienzo de los siglos era el mundo donde el caos y la destrucción habían sido testigos de su nacimiento,antes de ser el hogar de muchos dioses y deidades,era un mundo frío y oscuro donde ningún muerto gustaría de estar,y el tiempo cambió todo ese desfiguro a una obra de arte eterno,joven y hermoso.
Athena miraba los jardines y plantas colgantes que adornan la entrada al recinto de Deméter y su hija Perséfone,maravillada como la dificultad de su misión bajó considerablemente gracias a la ayuda de Afrodita y Hermes uno de sus hermanos por parte de Zeus.
La conversación de ellos momentos atrás se repetía en su cabeza.
Afrodita le había advertido que era bastante probable que Deméter la sacará a patadas de ahí y si era posible armar un escándalo que captaría la atención de varios dioses y semidioses,lo último que deseaban eran riñas pues los asuntos con Arles,Poseidón,Artemisa y por último Hades no habían bajado del todo,muchos aún estaban tensos.
Hermes igualmente le dio el mismo sermón,de que hiciera todo con cuidado y se asegurará de no hacer mucho ruido porque a veces los animales del lugar le avisaban sobre visitas indeseadas,todos los dioses conocían el pesado carácter de la diosa y era prudente no hacerla enojar,luego de que su hija fuese obligada a casarse con un ser tan desgraciado como Hades lo era para ella,simplemente sintió la gran necesidad de proteger a su hija de cualquier peligro,no solamente Hades intentó algo con ella,sino su mismo padre Zeus quién la había seducido en forma de serpiente,Deméter estaba sumamente furiosa por eso,tanto así que le prohibió a Perséfone volverse a acercar a su padre y ella en toda su inocencia tan característica de ella la obedeció sin protestar.
Athena sentía lástima por todas esas desgracias,los sentimientos de Deméter eran de una madre que no quería ver mal a su hija,pero quizás la sobreprotección fue la que la llevó a las mismas situaciones,solo quizás fue eso.
Adentrándose al jardín,no sintió la presencia de Deméter o la de Perséfone a los alrededores,lo que era extraño en ciertas formas,según Afrodita desde los alrededores se podía sentir la esencia de ambas mujeres,siguió su recorrido tratando de agudizar más su sentido de la orientación,al instante el cosmos de Perséfone se sentía muy cerca,¿donde estaba?.
──¡Athena!.
Saori gritó cuando Perséfone le apareció de repente en la cara,la joven colgaba graciosamente de la rama de un árbol y se sujetaba con sus piernas,su vestido recogido para que no se ensuciara guardaban pequeños frutos del mismo árbol,su cabello castaño era más largo de lo habitual y las hermosas perlas que resplandecían en su rostro le regalaban brillo a la diosa de la sabiduría. Perséfone se encontraba muy feliz por la llegada de un dios conocido a su hogar,extrañaba las visitas.
── Perséfone,¿qué haces ahí colgada?. -Dijo atónita.
── Aprovechando que mi madre no está,tenía muchas ganas de subir aquí y comer de esto. ¿Qué te trae por aquí?. -Respondió bajándose con sumo cuidado.
── Quería pedirte ayuda,es importante.
──¿A mi? ¿Qué necesitas?. -Preguntó curiosa ante la petición.
── Quiero que me ayudes a convencer a Hades traer a mis caballeros a la tierra,sus muertes fueron las que me llevaron a la victoria una vez más,lo menos que puedo hacer por ellos es devolverles de nuevo su vida pero se que Hades no me lo cederá,entiendo que ustedes dos ya no estén juntos por lo que hizo con Mente,pero se tienen un gran estima por el otro,por favor no puedo hacer esto sola,Te necesito Perséfone. -Dijo en un tono casi suplicante.
La joven Perséfone lo meditó,si bien aún bajaba al inframundo en algunas ocasiones pero siempre evitaba encontrarse con Hades,puesto que ya no era capaz de mirarlo a la cara luego de que él la engañara con una ninfa tan promiscua como era Mente,lo que Saori le estaba pidiendo era bastante difícil de complacer pero deseaba ayudar,y de paso ver cuando descuidado y muerto estaba su amado inframundo,un lugar lleno de muerte y desesperación eterna como ese había robado su atención,se enamoró del inframundo y el contenido de este,los gritos de las almas en pena jamás le gustaron pero a pesar de eso,el inframundo guardaba algo muy especial para ella,no sabía que era pero ahí estaba.
Su madre no volvería hasta dentro de cuatro días.
Entonces.
── De acuerdo Athena,haré lo que usted me pide pero no le prometo resultados concretos,usted misma lo dijo,mi relación con el dios Hades cambió hace siglos,esperemos que al menos me escuché. -Contestó,haciendo que Athena se alegrará un poco más ante la aprobación auque esa sonrisa no duró mucho al recordar el primer obstaculo pendiente.
──¿Qué hay de tu madre?.
── No se angustie por esos detalles,mi madre no vendrá hasta dentro de cuatro días,si las cosas acaban rápido pienso pasear por la tierra un rato,tal vez quedarme un instante en el inframundo.
Saori guardó silencio un momento,suponía que Perséfone no sabía que él inframundo pereció al igual que Hades.
── Como desees,pero antes debemos contratar una última persona que puede ayudarnos en rastrear a Hades,nada se le escapa,es una persona intuitiva y muy buena para encontrar cosas perdidas.
──¿Y cómo para qué la necesitas?.
── El cosmos de Hades...Llevo días intentando buscar indicios de él pero no hay nada,supongo que debe estar muy débil,no tengo pruebas pero tampoco dudas de ello.
── Si es así,debemos apurarnos,si piensas que Hades se encuentra debíl puedo ayudarlo en recuperar aunque sea un tercio de su energía.
── En ese caso,tenemos que irnos inmediatamente a Anafiotika,la encontraremos ahí.
Y sin más preámbulo,Athena y Perséfone descendieron de los cielos y dieron rumbo a la ciudad de Anafiotika,donde Saori decía que un muy antiguo camarada vivía ahora,luego de renunciar completamente a seguir sus órdenes de nuevo,había pasado un año y medio,ojala y su humor se haya endulzado un poco.
Camus por otro lado,se tomó su tiempo para recorrer los alrededores del mercado,algunas tiendas las reconocía otras no tanto,posiblemente nuevas en el lugar,otra vez volvió la incógnita de su tiempo estando muerto,no le parecía largo pero tampoco corto,un punto intermedio podría ser entre ambos,algunos rostros un poco conocidos entre las personas empiezan a hacerse visibles,mercaderes,algunos niños,ancianos y jóvenes.
En su distracción,terminó por chocar con un hombre que iba en su misma dirección,Camus no dijo nada cuando se fijó de quién se trataba,de hecho,esperaba que no lo hubiera reconocido y siguiera con su camino sin hablarle.
Aioria de Leo.
Lo peor o menos esperado era que iba junto aquel hombre que provocó esos sentimientos tan necios dentro suyo.
Milo de Escorpión.
Ambos amigos casi inseparables,discutían por tonterías y debes en cuando se peleaban para cinco minutos después volverse hablar como si nada hubiera pasado,recordó una época que le tenía enormes celos al caballero de Leo por la cercanía de este al escorpión,como se avergonzó de solo pensarlo de nuevo,eran celos irracionales que lo mantenían fatal en estado de ánimo,y Aioria no había hecho nada para ganarlos,se sentía un completo estúpido. Más sin embargo; gracias a los dioses este era muy despistado y nunca lo notó o al menos eso quería creer.
Sus piernas instintivamente se movieron a dirección de ellos,Camus iba casi inconsciente de lo que hacía,lo único que deseaba en esos momentos era mínimo volver a ver esos hermosos ojos que tanto había anhelado presenciar,no importaba la manera en que sería visto,lo necesitaba,quería verlos,recordar cuán hermosos y brillantes eran,que más daba sino lo reconocía en un principio. Lo necesitaba tanto que el corazón le era un infierno,palpitando salvajemente,casi lo sentía en la garganta.
── "Milo ..."
Como si el heleno lo hubiera escuchado a través del pensamiento,el peliazul volteó en su dirección con la interrogante de quién era esa voz que vino a su cabeza,para encontrarse con un chico de cabellos rojizos hipnóticos que brillaban más con el sol de la mañana,la voz le era conocida pero la persona de frente de él,no le era para nada familiar,a decir verdad ni siquiera estaba seguro de alguna vez verlo pero no había duda de algo,esa persona de frente suyo le era muy hermosa.
Milo le sonrió ligeramente haciendo un pequeño saludo con su mano al pelirrojo,quién luego de procesar todo también se lo devolvió para luego seguir su camino y perderse en la multitud,Camus quería llorar pero de alegría,Milo le sonrió e incluso saludo,luego de tanto tiempo esa sensación tan cálida que únicamente su sonrisa podía darle volvió como una rafaga caliente a su corazón,adornando sus mejillas con un rosado del mismo tono de sus labios o tal vez más fuerte,Camus quería decirlo algo antes de que se perdiera pero por algún misterio,su voz no salía,ni un sonido.
──"¿Qué pasa?...Mi voz no sale."
Presó de soltar cualquier sonido esté comenzó a desesperarse,literalmente no podía hablar,era como si le hubieran quitado la voz,su lengua estaba tiesa y la garganta le dolía,ni un alarido,ni un quejido.
Nada.
Los pensamientos en su cabeza se desordenaron por completo,dejándolo medio desorientado y mareado,un olor putrefacto hundió sus fosas nasales,obligándolo a alejarse de la multitud pero ese maldito olor parecía hacerse más fuerte cada vez que se desviaba.
En un instante,el hedor se fue y Camus notó como se había desviado lo suficiente para terminar en uno de los barrios cerca de Rodorio,habían personas limpiando afuera de sus casas y niños corriendo de un lado a otro,una que otra gallina revoloteando mientras era perseguida por un campesino,Camus por una parte se preguntaba que ocurrió hace tan solo unos instantes,justo cuando estaba tan cerca de lograr hablar con Milo le pasó semejante desgracia que definitivamente era totalmente injusta a su parecer.
── Maldita sea.
Maldijo en voz alta,aliviado por un momento de que su voz haya regresado,tocó su garganta delicadamente,definitivamente estaba seguro de que la sentía extraña pero por el momento todo normal,ninguna inflamación o daño. Entonces,¿qué era eso?¿nervios quizás?.
Ahora estaba más alejado,pero al menos la distancia era considerable,podía caminar sin problemas.
Algo lo detuvo,siente la presencia de un cosmos familiar,no,no eran uno eran varios y todos iban a una misma ruta.
El Santuario de la Diosa Athena.
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