Todo es por tí.

Al salir del cuarto,Camus intentó calmar los latidos de su corazón que no dejaba de latir con fuerza y violentamente,por un lado estaba ansioso,por no decir nervioso y aterrado,de volver a ver a Milo y a sus camaradas y por el otro se sentía de alguna manera amenazado por las palabras que el dios del inframundo le reveló hace unos instantes,todo eso era una extraña mezcla terribles de emociones que le provocan mucho estrés cuando se juntaban,quitando el tema de la recolección de almas pues ya tenía más que suficiente con saber que si no lograba enamorar al terco del escorpión,estaba condenado a una vida de infelicidad y penumbras hasta que el mundo se apagará,le rogaba a los dioses de que Milo aún siguiera soltero porque de no serlo nada de su sacrificio había valido la pena.

Seguía sin entender las extrañas condiciones e intenciones que el dios hades tenía con él,a decir verdad se encontraba en un gran dilema respecto a eso,posiblemente se trataba de un simple capricho retorcido del dios ya que en muchas ocasiones estos mostraban deseos que no eran más que eso,arrebatos de irresponsabilidad y que incluso podrían llegar a ser inmorales ante los ojos de los mortales,mientras bajaba las escaleras su mente reflejaba distintos escenarios vividos en el pasado,su infancia por ejemplo,recuerda cuando el patriarca Shion seguía vivo y este tomaba la tarea de ayudarlos a él a sus compañeros en distintos campos,tanto en el combate y en la enseñanza,aún recordaba como solía ver a Aioria y Milo jugar como salvajes mientras este hablaba con Afrodita y Shura,se le vino la imagen del guardián del templo de Leo ser regañado por su hermano Aioros,y era más chistoso memorizar al alacrán metiéndose en problemas y escapando como loco de los castigos de Shion.

En ese tiempo Camus consideraba a Milo un salvaje mal educado,pero en menos de lo esperado ese salvaje mal educado de pronto se volvió en su mayor interés,debes en cuando mirándolo de forma anónima cuando entrenaba sólo su tan famosa Scarlet Needle,la cálida sensación que le rodeaba a su estómago y sus mejillas era maravillosa en esos momentos,pero de repente todo eso se había vuelto un martirio total para su ser entero.

Sacudió su cabeza repetidas veces alejando esos pensamientos,varias hebreas de su ahora cabello rojo cayeron para delante,Camus miró por el reflejo de una ventana una vez más su nueva apariencia,le tomaría bastante tiempo acostumbrarse a todos los cambios que Hades le había proporcionado,quizás esa nueva imagen suya podría significar su nuevo comienzo y esta vez intentaría que todo fuera diferente,aún si no estaba seguro de lograrlo,daría lo mejor de él en todo lo que pudiera.

A decir verdad,como que el cabello rojo lo hacía verse un poco más "vivo" algo llamativo y le daba un toque diferente a su aura,pero seguía siendo el mismo y antipático Camus de Acuario,sin embargo ya ni siquiera estaba seguro de llamarse a sí mismo Acuario no después de lo que hizo,y aunque lo más profundo de su corazón sabía que su diosa entendió sus razones por las cuales hicieron lo que hicieron,ni él mismo era capaz de perdonarse lo que había hecho.

Ya en la puerta de salida del castillo,Camus buscó cuidadosamente el artefacto que Hades le dijo que lo ayudaría en su labor,no vio más que oscuridad y algunos muebles tapados por mantas llenas de polvo,y vaya que era un salón muy grande entonces se propuso a recorrerlo,tal vez estaba escondido entre tanta sombra. Realmente el castillo bien podría ser un de esos monumentos góticos del momento,tan solitario que se veía sin mencionar una extraña sensación de muerte cerca.

Era difícil tratar de ver entre las sombras de la noche,le tomaría tiempo acostumbrarse a eso,no obstante en el tiempo en que más se adentraba a lo profundo del lugar notaba un ligero cambio en el ambiente,el salón se volvía más grande con cada paso que este daba,se sentía mareado por forzar su vista hacia la nada,sin parar de caminar Camus podía notar lo eterno de esa búsqueda más no paró ahí y siguió sin quejas,en menos de la esperado si percató que algo malo pasaba,volviendo sobre sus pasos notó que todo el tiempo estuvo caminando en círculos por la misma dirección,golpeo ligeramente su frente ante semejante descubrimiento,estar muerto tanto tiempo comenzaba a afectar de a poco sus sentidos,mientras sus pensamientos se acomodan correctamente tomo asiento en una de las sillas que estaban frente a una gran ventana donde más allá se revelaba la brillante luna en su más puro esplendor,entre ella yacía un bosque muerto desde la profundidad de la tierra,las ramas secas y los troncos podridos hasta derrumbarse,ni los carroñeros daban señales de vida,era deprimente ver ese escenario ya que le recordaba el infierno que vivió,aún conserva el sonido de los llantos de varias personas condenadas a vivir esclavizadas a sus propios pecados,desgarradores y tortuosos,un agujero infinito de maldades.

Los recuerdos de ese espantoso sitio no se irían.

Agito su cabeza repetidas veces acomodándose en la silla,entonces cerró sus ojos un instante y en ese momento escuchó un ruido en particular,el sonido de una cuchilla muy cerca de su nuca,alertado se para de golpe listo para atacar a quien estuviera detrás de él,para su sorpresa no había absolutamente nadie,ni un miserable respiro que no fuera el suyo y al voltear de nuevo se llevó un ligero susto al notar una especie de herramienta muy cerca de él,casi rozando su ojo izquierdo,ligeramente fue tomando el artefacto con sus manos impresionado al ver que se trataba de una especie de hoz,no como cualquiera,esta era más larga desde la punta hasta la base de la hoja filosa de color negra,muy bella la pieza con la se adornaba en la base superior de esta colgaban unos detalles de color dorado,era algo pesada cuando la tuvo en sus manos,igual de fría que un bloque de hielo Camus la contempló con mucha atención,pasando suavemente sus dedos y uñas en la cuchilla resplandeciente,accidentalmente su meñique rozó la parte de abajo de la hoz,un ligero rozamiento y fue suficiente para cortarse y que de su dedo saliera unas gotas de sangre que iban formando una delgada línea que bajó lentamente a la mitad de su muñeca,esa cosa parecía estar muy bien afilada.

──¿Ha esto se habrá referido Hades con herramienta?.-Dijo intrigado levantando la brillante hoz,agitando de un lado a otro el artefacto.- ── Si es así,solo me queda saber cómo usarla,espero que no sea tan complicado,será mejor empezar de inmediato,no creo que Hades le agrade saber que sigo aquí.

Caminado lejos del castillo,El señor del inframundo contemplaba al joven de cabello rojo irse entre la inmensa sabana de la noche,adornada con hermosas estrellas que brillaban en su ser,reluciente y elegante Camus se va con la frente aún con la tortuosa voz en su cabeza que le decía que todo aquello que hacía,todo lo que estaba haciendo por el octavo guardián,todo ese amor,era inútil y una pérdida de tiempo absoluta,no estaba convencido si lo lograría pero deseaba mostrarse que estaba dispuesto a pelear por aquello en lo que tanto creía.

Eso le llamaba bastante la atención a Hades,ver como alguien que sabiendo que fue miserable al morir,fuera tan obstinado en conseguir lo que su corazón anhelaba incluso dejando de bombear,era curioso ver a un guerrero actuar de esa manera,cuando originalmente se les consideraba gente sin misericordia,Hades amplio una sonrisa viendo a la luna.

Me intriga saber hasta dónde está dispuesto aguantar.

Fue todo lo que dijo antes irse a descansar,no sin antes imaginar el rostro que el joven pondría al darse cuenta de la verdad que le escondió.

Mientras tanto,Camus comenzó a adentrarse más y más a un valle casi desierto a excepción de algunas plantas y uno que otro animal nocturno como las lechuzas,el viento soplaba fuertemente y el aire helado recae en su rostro,extrañaba ese frío tan agradable y el aire puro del césped en sus fosas nasales,paso ligeramente cerca de un arroyo oyendo el agua recorrer y el sonido de las cigarras,en su caminata sintió algo que lo obligaba a ver al otro lado de donde estaba,entre los árboles escuchó un susurro y seguido un resplandor azul,inmediatamente Camus supo que se trataba de una,no eran más,un aproximado de al menos dos almas en el lugar,aparentemente extraviadas pues se les sentía muy desorientadas y al notar la presencia de él,cambiaron de dirección lejos de su ruta,actuando rápidamente Camus saltó de otro lado del arroyo persiguiendo las orbes de color azul fogoso.

Adentrándose en territorio desconocido vigilaba cuidadosamente donde se pudieron haber escondido,sujeto con fuerza la hoz sobre su hombro,ligeramente puso su vista detrás de un árbol,entre las ramas torpemente escondidas yacían temerosas ante la presencia del pelirrojo,Camus podía oler ese miedo,lo que era bastante extraño,no se detuvo mucho en pensar en ello. Cuando de pronto en una reacción automática saltó con un gran impulso,con ambas manos elevando la imponente hoz delante de sus presas y en un veloz movimiento la enorme cuchilla negra los había partido en dos dejando una pequeña nube humeante de blanco bailando con el viento.

Camus comprendió el funcionamiento de esa hoz,era bastante sencillo,lo único que debía hacer era tocarlas con ella e inmediatamente,suponía él,se transportaban devuelta a donde pertenecían.

Y aunque no se sentía cómodo con ello,era la única manera que tenía en esos instantes si quería quedarse en la superficie hasta el amanecer,realmente esperaba que Hades cumpliera su parte del trato porque de no ser así,no le importaba empezar un enorme campo de batalla en el castillo con el dios debilitado.

Todo lo que hacía tenía un único propósito,lo que era bastante triste,saber que solo estás vivo para una persona y que esa persona fuera el causante de tanto dolor.

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