Norman F****** Rockwell.

//Nada que ver el titulo, pero amo mucho este Álbum de Lana del Rey.//

(PlotTwist: Me tire todo el álbum dos veces haciendo el capitulo, teamoLanaDelRey)

Era de esperarse que las noches es una ciudad tan hermosa cómo Nimes fueran tan silenciosas y quietas, los rincones brillando con el fuego de la ciudad, y apagando silenciosamente hasta caer la noche mas estrellada.

Los ciudadanos que pasaban cerca de la vieja casa, que ahora era habitada por un extraño hombre que llego sin mas, quedaban plasmados al pasar y apreciar el espectro de ese hombre plasmado en el balcón de una de las habitaciones, se preguntaban, ¿qué podría pensar ese bello ser?, observando al horizonte, con ojos liberadores, el largo vestido para dormir de color blanco, la luna reflejando debajo de la prenda un cuerpo delgado y curveado.

Camus estaba de espaldas admirando esa ciudad, sentía tanta nostalgia, aliviado de escuchar los bullicios de la gente y su caminar.

Habían pasado tantas cosas que no se detuvo a pensar en lo desquiciado que era todo, de pronto vivía una especie de sueño extraño lleno de poesías y dialectos románticos que curaban sus heridas, de un amor infantil, maduro a una relación algo mas adulta. 

Inexperto, Camus formulaba su propio interrogatorio mental, hasta llegar a una pregunta crucial y muy importante, que definiría se dejaría que esas nuevas emociones florecieran libremente, o solo tendría que enterrarlas bajo su propio yugo, y callarlas cómo normalmente estaba acostumbrado. 

━━¿Qué soy yo, un simple mortal para Hades?. -Cerró los ojos un momento, la respuesta fue rápida, un amante, no, si eso era cierto probablemente no lo trataría con tanta amabilidad, ni siquiera ha entregado su cuerpo como una posesión.

Entro de nuevo a la habitación, ya había dormido con Hades en alguna ocasión, pero no sabia porque, algo en su interior estaba ansioso, que no podría conciliar el sueño, estaba ansioso, jugaba con su cabello, mientras miraba el piso pensativo. No era algo profano, no pensó que fuera un encuentro carnal, tal vez no, le gustaba que Hades lo tocara, si, adoraba tanto sentir sus manos alrededor de su cuerpo, que sus ojos solo lo vieran a el de forma egoísta, como un tesoro, porque nunca antes se había sentido tan amado, aunque para su orgullo fuera doloroso, no se comparaba con esa seguridad que le brindaba Hades. 

No, era momento de detener su cabeza, sabia hasta donde iría eso, y aunque se diera la oportunidad, temía salir lastimado. 

No quería volver a ese hueco de tristeza y dolor. 

Volvió a dentro, sentándose en el banquillo del tocador, tomo un cepillo y comenzó a desenredar sus cabellos, poco a poco, Camus noto ciertos cambios en la punta de estos, como un ligero color rojo escarlata transformándose en rojo vino, no le tomo tan importancia, después de todo, empezó a acostumbrarse a los cambios que estaba dando su mundo. Para bien o para mal, Camus solo quería paz. 

No era una habitación grande y ostentosa como las que había en el Castillo Einstein, era mas acogedora, las luces tenues conservaban ese pequeño aire nostálgico que traía la habitación, era la mas grande de esa casa. Las sacerdotisas pensaron que era la mas apta para ambos hombres. 

Sintió cómo uno de sus mechones se elevaba y alguien los besaba, Hades apareció en la misma forma del hombre de cabellos blancos, Camus reflejo su sonrisa en el espejo, siendo a un mas de deleite para el Dios del Infierno, apreciándole como una pintura. 

En la intimidad de ese cuarto, Hades cambio su cuerpo terrenal al verdadero cuando las luces se apagaron gracias a su presencia, cualquiera en su lugar se hubiera sentido sumamente intimidado, de que el Dios Hades estuviera en la mas vil de las oscuridades presentes, pero para alguien como Camus, era mas un símbolo de intimidad para ambos, el podía ver su rostro, podría apreciar la belleza verdadera, y no una mascara al mundo mortal. 

━━ A pesar de estar construida por humanos, es una ciudad hermosa de noche, ¿no te parece, Camus?. -Dijo el Dios observando la ventana abierta de par en par, la luz de la luna era suficiente para iluminarlos.

El collar que le otorgo cómo una muestra de su afecto por el, aun colgaba con gracia y belleza en su cuello, Camus miraba ese collar balancearse con su cuerpo, era tan hermoso, le daba confianza y seguridad plena. 

━━ Sus vistas so magnificas, siento que sera una buena noche. -Se levanto del pequeño banquillo terminando de sujetar superficialmente su cabello, caminar hasta el ventanal y cerrar la ventana.

Esa acción, aunque fue inconsciente, fue tan poderosa para atraer los ojos del Dios dentro de la habitación, esos ojos que deleitaban la figura luminosa que traspasaba la tela de camisón blanco y delgado, una maravilla echa a la medida de él, por qué él, el Rey de los Infiernos, el Gran Señor de la Oscuridad y "El Invisible"; No merecía la menor de las criaturas, así como, Camus no merecía las migas de un amor vagabundo e hiriente. 

━━ Un esplendida noche. -Hacia mucho tiempo que no sentía eso, esa tensión absorbente, peligrosa y sobre todo, ardiente, tan fogosa como el fuego, Hades sin pensarlo dos veces acerco su cuerpo al caballero, la diferencia de tamaño era notable, siendo Hades dominantemente mas alto.

Camus adoraba sus suaves caricias, pero también añoraba escucharlo, porque el contacto físico, aunque era de lo mas divino que pudo haber sentido en toda su vida, nada era igual que ese sentimiento de emoción en su pecho, y en su estomago las mariposas revoloteando, y sus nervios mezclarse con la clandestina furia de la pasión. 

Pero se preguntaba, ¿por cuánto tiempo se le permitiría ser feliz?. ¿Seria suficiente para un Dios, cuando ni siquiera conquisto a un mortal?. ¿Qué estaba sucediendo?, ¿de donde provenían esas lagrimas?. 

━━ Perdone, tuve un pensamiento algo estúpido. -Camus cubrió su rostro de manera discreta, sin ser descortés, pues inconscientemente sus ojos se aguaron y se soltaron, que enorme vergüenza. Hades en cambio, sabia perfectamente que estaba pensado. Y en vez de sentirse ofendido o otra cosa, únicamente se limito a sonreír a medias, acercadnos nuevamente al pelirrojo mientras extendía sus brazos a el.

El estilo nupcial de su agarre, firme y seguro, mientras se dirigía a la cama que esa noche compartirían. Hades se sentó en ella, con el pelirrojo entre sus piernas abrazando su cuello, escondiendo su rostro en los oscuros cabellos de Hades.

Era casi un abrazo sincero, Hades le reconfortaba, su oscuridad lo abrazaba, su piel se erizaba cuando sus manos acariciaban su cabello con tanto cuidado, no era despiadado, era justo e impredecible, bondadoso, pero también cruel y severo. 

Era perfecto. 

━━¿A qué tienes miedo, Camus?. 

El pelirrojo tardo unos segundos en responder, y cuando lo hizo, no aparto ni un segundo su rostro ni sus brazos de Hades.

━━ Prométame, prométame que si se lo digo, no lo tomara cómo un simple temor de media noche. -Su cuerpo temblaba, estaba a casi nada de ser descubierto. 

━━ Tienes mi palabra.

Finalmente cuando Camus decidió verlo, sus ojos habían parado de llorar, pero seguían estando cristalizados por un sentimiento diferente, uno que lo hiciera sentirse seguro. Y finalmente lo confeso. 

━━ Estos últimos meses con usted, de cierto modo, los he sentido cómo un viaje de auto-descubrimiento. Puedo decir, que he cambiado en ciertos aspectos, pero, aun conservo un temor que me persigue en mi soledad. Jamás tuve que ser sincero con mis sentimientos, pero ya no quiero vivir con dudas. 

Su garganta se cerro con fuerza, el calor de sus mejillas se torno rosa, su cuerpo entro en un estado de ansiedad frio y controlado, pero las nubes y nudos que se formaban dentro suyo, eran de las peores tormentas que vivió. 

━━ Tengo miedo de que usted algún día, se aburra de mi, me abandone dentro de ese maldito abismo del cuál me costo tanto trabajo salir, no soportaría otra decepción mas. Entonces, sea sincero conmigo, ¿qué demonios ve en mi?. ¿Por que sigo aquí con usted?. 

Había pasado un tiempo desde que un humano logro tener la valentía suficiente para hablarle de esa forma, para él, normalmente miraba a los humanos cómo simple mascotas, alguien que podría ser reemplazado con otro similar, pero, era una buena pregunta la que Camus estaba haciendo, y tenia razón en atormentarle tanto, y carcomerlo por dentro.

Era cierto, el amor de un inmortal era impredecible, así como engañoso, por ellos te dirán, que te amaran toda la vida, pero para ellos, toda una vida humana era igual que un año. Por lo que solo serias amado por momentos, pero para los mortales, seria una eternidad, hasta su eternidad.

Pero el inmortal sigue ahí. 

━━ Seré absolutamente sincero Camus, porque el lo mínimo que mereces después de tu corta Odisea. Llamaste mi atención, porque eres de los pocos seres humanos que son capaces de amar genuinamente, y cuando vi eso, supe inmediatamente que deseaba tenerlo, únicamente para mi. Infantil y egoístamente hablando, esas fueron mis palabras. 

Camus pudo verlo a los ojos, ya no estaban esos aires de indiferencia, sino una abertura cómoda y sincera en medio de sus bellas esmeraldas. 

━━ Los humanos en su mayoría, aman por conveniencia, los padres que solo quieren a sus hijos para su beneficio, los hermanos que solo se usan en su propia contra, el hombre que dice amar a su mujer pero la engaña con otra porque su supuesto amor es infinito, la mujer que dice amar a su familia, pero que siempre pone condiciones a su amor. Me repugna esa palabra, porque ha sido utilizada para ocultar una vida de limitación, condiciones, y conformismos. 

Hades hizo una pequeña pausa para ver a Camus, sus ojos permanecieron en paz mientras le escuchaba. 

━━ Pero tú, que dices ser un hombre frio y sin sentimentalismos, eres el mas susceptible y el mas frágil de romper, amas en silencio, no lo gritas, lo demuestras con tus acciones, e incluso si te lastiman sigues amando a esa persona. 

Lo describía como un masoquista, y quizá lo era. 

━━ Y te retuve, para que olvidaras a ese Caballero. No me provocas ni la menor lastima, porque se que eso seria ofensivo para ti. Al contrario, te guardo cierto respeto por soportar tanto. Y es por eso, que te mantengo a mi lado Camus, para que no vuelvas a llorar por nadie mas, para que no vuelvas a apostar toda una vida por una fantasía. 

Camus permaneció en un silencio aterrador, y no porque hubiera sucedido algo que lo molestara, sino porque no era capaz de controlar los latidos de su corazón apenado y enamorado, si, enamorado, enamorado de las palabras de ese hombre, de su expresión, de su tacto. 

━━ Quédate a mi lado, y no tendrás razones para llorar. 

Así que era eso, ¿era así cómo Hades convencía a los muertos de permanecer a su lado y dentro del Inframundo?. Era un hombre peligrosamente hábil con las palabras, rudo y directo, un sociópata que sabia atacar el corazón y la fragilidad de un alma. Y sonaba tan sincero, que no existiría un mortal que desconfiara de ello. 

━━ Hades.

El Dios se giro, esperando una respuesta. Esperando una acción, y como resultado, sintió todo su cuerpo caer, y encima como la principal causa del declive estaba Camus, su cabello cubría su rostro, sus labios temblaban, sus manos estaban firmemente sujetadas a los extremos de la cama, y sus piernas se enredaban con las de Hades. 

Hades estaba sorprendido por la astucia y el atrevimiento que el mortal había adquirido para tenerle encima suyo, era nuevo, era inesperado, era tan propio de el. Y a casi un hilo de voz, oyó la petición de quien se transformaría, en su acompañante en el mundo terrestre.

━━ Si llego a morir de nuevo, quiero que mi alma permanezca a su lado. 

Sus ojos mostraban determinación, rigidez, y seguridad plena, Hades se miro complacido, haciéndose un poco para adelante para que sus rostros estuvieran a centímetros de un beso, pero no hubo uno, sino, una fuerte promesa. 

━━ Mientras estés a mi lado, nadie te pondrá una mano encima. 

Pero Camus sonrió con pesar. 

━━ Pero yo no soy inmortal. Querido Hades. Así que, vuelvo a pedírselo, deje que mi alma descanse a su lado por toda la eternidad. 

El rostro de Hades cambio, serio e indescriptible, y casi le fue difícil hablar con claridad. Pero de cualquier forma lo hizo. 

Y el caballero cayo a en su cuerpo, Hades la abrazo sobreprotectoramente, su respiración, tan calmada como suave, sus mejillas llenas de vida, y su cuerpo joven y fornido, era cierto que todo eso algún día desaparecería. 

Esa noche, Camus no abrazaba a Hades, sino que Hades abrazaba el cuerpo de Camus, como si temiera que algo fuera a pasarle.

Aquello, se sintió casi como una despedida. 


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