Libertad.
El cielo se tiñó de rojo, la tierra se tambaleó cómo si está fuera a dividirse igual que hace vientos de años atrás que formaron nuevas tierras, el día y noche que cayeron ciudades para desaparecer entre el tiempo, aún con todos los refugiados fuera pareciera ser que toda esa maldición caería sobre aquellas ciudad tan distinguida, una más de tantas estructuras magnificas que se perderían entre la ira y el despecho de un alma inocente abandonada. La calamidad se avecinaba, las raíces de Démeter salían por todas partes, paredes y viejas rocas que se colgaban alrededor de todo el Santuario con el propósito de enterrarlo.
Sin sus guardias, sin sus defensas, sin un Templo al cuál volver Athena se vería mucho más pequeña en sus divinas manos.
Démeter nunca fue de conflictos, jamás quiso llegar a tal grado de compararse a otros Dioses de pecho inflado y ególatras, ellos nunca sabrían lo que era sobrevivir incluso siendo lo que eran.
La Gran Démeter que sobrevivió a tragedias hechas desde su concepción, su propio nacimiento fue una simple comida. Era una mujer orgullosa y terriblemente fuerte para otros dioses, mancillada y rota cómo los templos que rompe ahora.
━━ Gente de Atenas. Me prometí no ser cómo mis demás hermanos, su sangre será el pago de su Diosa por sus crímenes en contra del Olimpo.
Alzó los brazos una vez más, cuerdas más largas y lianas salían con mayor fuerza que antes, debía ser constante, tenía que acabar con esto de una vez antes que cayera y perdiera más cara.
━━ Hasta aquí llega tu pueblo. -Antes de que pudiese dar el golpe definitivo pudo ver cómo sus plantas se paralizaban, dejaban de crecer de forma repentina y contemplaba cómo perdían su pureza, Démeter buscó al responsable por todas parte.- ━━¿Qué? ¿Qué significa esto?. -Miró por los aires, busco por todas partes desde arriba buscando al responsable de tal acto imperdonable.- ━━ ¿Cómo te atreves a matar a mis preciadas plantas?.
━━ Lo mismo debería preguntarle yo a usted. ¿Cómo se atreve a usted a poner raíces en mis bellos rosales?. No sabe que son bellas muy mimadas por su dueño.
En presentación lleno de gracia y elegancia con su clásica rosa roja en mano, Afrodita de Piscis hacía acto de presencia con montones de rosas apareciendo a su paso, estás mortales rosas recubiertas de veneno clavaban sus espinas entre las lianas que Démeter había creado alrededor del Santuario, absorbiendo su energía para debilitarlas y hacer que se marchitaran.
━━ Es una técnica que no llego a usar a menos que la situación lo amerite. Diosa Démeter, ¿En verdad creyó que sería posible ignorar la existencia de mis rosas?. -Afrodita pese a sus palabras mostraba un semblante serio en sus palabras, aunque su expresión fuera severa ante la crueldad de la mujer frente suyo.- ━━ Ustedes los Dioses del Olimpo quieren castigar a seres inocentes por la insolencia de los suyos dicen, es realmente lamentable ese pensamiento.
━━¿Lamentable? ¡Lamentable haz dicho!. Lo que Athena se atrevió ha hacer es algo lamentable. Sacar a mi hija de su reino para entregarla nuevamente a Hades después de la humillación de dejarla por un amante cualquiera. ¡Eso es un acto lamentable!.
━━ Con que es eso. -Otro más de ellos apareció, Aioria de Leo quién alzó su voz cómo el rey de la selva sin impórtale quién tuviese de frente.- ━━ Toda esta pelea fue creada únicamente por los celos egoístas de una madre celosa. Dicen que el amor de una madre es un sentimiento fuerte a los hijos, pero esto es ridículo. ¿Por qué somos nosotros quién debamos pagar por las decisiones de Hades?. -Aioria gritó indignado, molesto por tal motivo.
Simplemente los dioses eran seres egoístas. Incluso sin hacer nada, Hades había logrado de forma indirecta un ataque más a Athena. Él sabía que nada le dolía más a su Diosa el perder a tantos seres humanos, perderlos a ellos. No, ellos simplemente no podían dejarse ganar tan fácil.
━━¡Es está la razón por la cuál ustedes nunca descansarán en la paz! No importa cuántas veces peleen contra nosotros ni a cuántos derroten. ¡Es una perdida de tiempo completa!. -Démeter entonces se dirigió a los caballeros con una propuesta, era verdad lo que Aioria decía, eso le molestó no, no era la palabra correcta, la hirió porque de algún modo se había burlado de sus intentos de proteger a su mayor tesoro.- ━━ Ríndanse en estos momentos. Les perdonaré la vida a aquellos que decidan no pelear contra mi.
━━¡No diga tonterías!. -Espetó Aioria. Tal vez una mala idea pensó Afrodita ya que, de forma instantánea Démeter había lanzado otro ataque que casi lo aplasta. Afortunadamente pudo esquivarlo.- ━━¿Qué sentido tendría para nosotros vivir si salimos cómo cobardes?.
━━ Le debemos está vida a Athena. Lo mejor que podemos hacer, Saga, Shura, Máscara de la muerte y yo es pelear con todas nuestras fuerzas para enmendar nuestros pecados. No pensamos huir o aceptar algunos de sus tratos.
━━¡Pelearemos al hasta el final!. -Cantaron en tono guerrero, ambos caballeros lanzados al campo de batalla desde muy jóvenes, a quién alguna vez se consideró un traidor, era nuevamente recibido en el seno de su origen.
Afrodita usando sus rosas para matar cualquier maleza, Aioria usando su plasma relámpago para romper las defensas de Démeter, aunque fuesen un ataque de dos en dos, nada realmente extraordinario para Démeter era tan sencillo eliminarlos de un solo golpe.
Si ese era el caso, entonces dinos Démeter. ¿Por qué tu mano está temblando?.
━━¿Qué es esto?. -Démeter miró consternado su mano, no, era su mano entera la que estaba temblando, fue en ese momento de distracción que los caballeros aprovecharon ese punto ciego para atraparla justo donde querían, fue un golpe tan fuerte que un cráter se formo entre las escaleras del templo.
Démeter intentó levantarse, apoyándose en sus manos, sin embargo el espanto no habría escapado de su rostro cuándo notó lo peor. Su mano entero se había puesto negro, negro con pequeñas venas violetas creciendo lentamente.
━━¿Qué es esto? ¡¿Qué este dolor tan espantoso viniendo desde dentro?!.
━━¡DÉMETER!.
De los cielos apareció una bestia, un caballero en su esplendor más salvaje durante el mito, de caballos dorados enchispado por un cosmos violento lleno de odio, un hacha que era capaz de cortar el viento, una armadura celeste y una monstruosidad encarnada en su apariencia eterna. Cayendo justamente en el lugar de la Diosa, ignorando su vulnerabilidad, Odeth la pateó tan fuerte que el cuerpo de la Diosa hizo que 3 pilares colapsaran al traspasarlos. Démeter se levantó a medias, no completamente inconsciente cómo un humano, pero si lastimada.
━━¡Señora Odeth!. -Gritó Aioria, maldición. Ese cosmos no podía significar nada bueno. Odeth los paso de largo corriendo donde estaba Démeter. Agarrando a la mujer fuertemente del cuello, tomarla y arrojarla al suelo cómo vil muñeca.
━━ Aioria, no te le acerques. -Advirtió el peli celeste viendo cómo su compañero intentaba hablar con ella. Leo le reclamó por que lo estaba deteniendo cuándo finalmente habían capturado a Démeter, pero Afrodita le dijo que mirara bien el estado en el que Démeter repentinamente había caído- ━━ Tengo un mal presentimiento de esto justo ahora. La señora Odeth, no está en sus condiciones para escucharnos.
━━¡Maldita!. -Gritó histérica la mujer guerrero, quién golpeaba salvajemente el rostro de la deidad sin restricciones.- ━━¡Maldita, maldita seas! ¡Démeter, Démeter, Démeter!. ¿¡Qué le hicieron al mocoso!?. ¿¡Qué le hicieron a mi Kosma!?. ¡Contesta maldición!.
El estado en el que se encontraba, era exactamente igual cómo el de hace unos siglos atrás, Démeter lo sabía, y aún así pretendió eliminarlos sin imaginarse que todo no saldría a su favor. Se había confiado.
Y Despena la había traicionado.
━━ Despena. ¿De verdad te atreviste a usar el mismo truco en mi y en ese mortal?. -Los dientes de la diosa se tensaron, furiosa por la aberración que estaba sintiendo. Era cómo si su cuerpo tuviera miles de espinas saliendo de ella. Esa maldita mocosa se había burlado de ella.
Démeter no estaba del todo derrotada, aprovechando esa cercanía par usar su poder y lanzar a su oponente por los aires de un solo asentamiento. La diosa de la cosecha se levantó, cubierta de tierra y algo de su lastimada piel, algo cómo eso no debió haberla herido de esa manera. No al menos tan fácilmente. Démeter miró atónita el suelo.
━━ Despena ¿Qué demonios es lo que estás intentando hacer?.
━━ Démeter, la más sensata entre todos nuestros hermanos después de Hestia. ¿Cómo alguien que se jactaba de ser distintas a sus hermanos termino causando un desequilibrio entre los vivos y los muertos?.
Esa voz, esa maldita voz la reconocería hasta el final. Cómo siempre el escondiéndose entre las sombras de la negrura más pura, inexpresivo y sereno Señor Hades que devastaba toda vida a su paso, o al menos esa era la versión humano la que todo el mundo termino por ceder, y Hades sólo confirmaba con su forma tan oscura de ser.
━━ Estoy esperando una respuesta, querida hermana. -Dijo Hades saliendo entre las sombras, mirando el panorama, y a los caballeros que solo se dieron cuenta de su presencia gracias a las alamas que lo rodeaban, esas mismas que se atraían por la energía del Inframundo que emanaba de él.- ━━¿Qué pensaría tu hija Perséfone de verte en este modo?. -Una palabras fueron necesarias para el desliz de la diosa, mujer que mostraba su agresividad al mayor de ellos con torpes ataques.
━━ No insolentes el nombre de mi hija Hades. Nada te esto estaría pasando si no hubieras permitido que Athena tuviera acceso a Perséfone. -Démeter había empezado a lanzar golpes intentando lastimar a su hermano, la fuerza de un dios contra la de otro eran equivalentes, pero ahora, con esa maldición que Despena había puesto.
Las ganas de pelear eran presentes, pero las fuerzas no eran suficientes. Hades volteó a su alrededor, las cosas solo marchaban de mal a peor, los temblores dentro de la tierra solo podían significar que el despertar de esos dos estaba más cerca de lo que temían, peor aún que la única forma de detenerlos sería prestando su ayuda.
Que gracioso era todo, iba ayudar a su eterna enemiga a evitar que el planeta fuera destruido por esos dos.
━━ Démeter entre todos nosotros eres a quién más he tenido cierto grado de respeto. -Dijo Hades caminando lejos de su hermana, deteniéndose sin siquiera voltear a mirarla.- ━━ Sin embargo tu actitud y posición actual me parecen de lo más corriente y mundano que pudiste elegir.
━━¡Tú, cómo siquiera me hablas de ese modo!. Después de todo, es tu responsabilidad todo esto que ha sucedido. Si hubieras rechazado a Perséfone desde un inicio nada de esto hubiera pasado. Y lo más asqueroso de todo es tu asunto con ese humano. ¿Cómo te atreviste a engañar a mi hija de esa manera?. Ante los ojos de nosotros los Dioses ustedes siguen casados.
¿Su responsabilidad?.
Ah cierto, es tan gracioso cómo la responsabilidad era suya aunque no fue él quién comenzó todo, pero por alguna misteriosa razón si algún mal sucedía y él estaba cerca de pronto todo aquello era consecuencia de su propia presencia ,las desgracias, las guerras y las muertes de todos los habitantes. Claro, era entendible ese terror a la muerte y a lo que hay después de esta, Hades nunca lo diría y se negaba a aceptarlo por dentro sin embargo, él ya había sentido ese miedo hace mucho tiempo, y después de millones de años lo presenció de nueva cuenta cuando ese mocoso Seiya y Athena lo eliminaban completamente de la existencia misma.
Era razonable que todos le temieran. Cuándo los reinos fueron repartidos entre los tres hermanos había sido justo, bueno en palabras del propio Zeus lo era. Hades siempre fue así desde su prematura niñez.
Cuándo se le dio el Inframundo cómo sus dominios de repente el se había convertido en el villano de todo el mundo, hasta de aquellos con los que alguna vez compartió lazos, bajo al infierno mismo, ese lugar que ni los Dioses podían mencionar sin sentirse cohibidos por la presencia de este, pero Hades lo aceptó cómo su nuevo hogar.
Abrazo una oscuridad completa, sólo y sintiéndose profundamente dejado de lado por todos. Siendo juzgados con severidad, él y sus súbditos.
Hades el Dios del Inframundo, quién cuidaba el balance entre vivos y muertos. Quién nunca hizo nada que sus hermanos habrían hecho.
Zeus engañaba sin parar a su esposa con miles de hombres y mujeres una y otra vez, sin importarle cuántos semi dioses dejará a su paso con tal de satisfacer sus deseos egoístas. Secuestrando y robando anfitriones para lograr su cometido. Sin mencionar a Hera y los constantes asedios y asesinatos tanto a hijos cómo las personas que caían en manos de su hermano y esposo, en cómo hizo a un Dios y luego lo desecho cómo basura.
Poseidón que abusaba de mujeres y permitía el caos de sus hijos que eran una completa deshonra en nombre de todos ellos, quién no solo estuvo presente en conflictos tan idiotas cómo una guerra creada por Athena, Hera y Afrodita por algo tan trivial cómo ver quién se quedaba con una manzana dorada.
Hades mencionaría miles de sus faltas, y no contaría suficientes años para relatarlo.
Pero el era el culpable por secuestrar a la única mujer que pareció ver un lado de él que otros ni siquiera se molestaban en ver, alguien tan cálida y tierna cómo era Perséfone, incluso después de cientos de años y de todo lo que pasaron juntos siempre fue gentil con él.
Incluso si él mostraba ciertos sentimientos a ella, Perséfone siempre había sido cordial con su presencia.
Por miles de años se sintió vacío cuándo todo acabo por un maldito desliz.
━━ Démeter.
La voz de Hades siempre había sido grave, con entonación fuerte y con mayor rigidez en cada letra saliendo de su boca, una boca que al igual que todo su fantasmal ser fue transformándose en su propia forma, cierto que los dioses nacieron con cuerpos perfectos y hermosos, pero lo que había adentro, tal vez era la representación más pura de un Dios. Démeter exhaló de sorpresa, la garganta se le había cerrado ante lo que presenciaba, su hermano Hades se había vuelto grande, no, era más un manto de oscuridad lleno de estrellas y olor a azufre, ráfagas de su cosmos maldito golpeaban los alrededor para encerrarla en una aparente nada, sintiéndose pequeña, llamó a su hermano repetidas veces exclamando que dejara de hacer tonterías que le costarían la vida.
Hubo un silencio perpetuo que la hizo pensar que la había encerrado, Démeter en un intento de no quedar completamente vulnerable corrió tratando de escapar, en cambio de la luz de afuera fue azotada por las llamas que se consumían en un rostro demoniaco que solo transmitía ira, posible frustración.
━━ No hay peor tortura para mi que tener que soportar tus tonterías. -Apenas y podía entenderse la voz de Hades entre la densidad de una capa de humo mundano rojo y violeta que rotaba violentamente al soltar palabras. La experiencia era de lo más asfixiante y la herida en su brazo empeoraba todo al impedirle salir.- ━━ Responsabilizarme de tus actos es solo una muestra de tu falta de autoridad. Tu pésima maternidad y sobreprotección es lo que ha llevado a esta tierra a padecer por tus acciones en contra de tus hijos. Pobre y abnegada madre, quién sufre los desplantes de su hija favorita y menos precia a la otra que ruega por su cariño. ¿Quién podría entender el dolor de una madre tan querida?
El brazo de Hades mutado de lanada fue encontrando su forma alrededor del frágil cuello de su hermana, conforme la niebla iba disipándose el cuerpo de Hades también volvió a su misma figura, la de un hombre de tez muerta y el cabello tan negro cómo la nada absoluta.
━━ Sabes hace algún tiempo atrás, escuche a un humano decir una tontería que hasta el momento me llega a hacer sentido. -Esta vez acercó más su cara con el de su hermana, quién yacía en el suelo tratando de reponerse pero Hades se lo impedía, y la maldición de su brazo tampoco era de ayuda.- ━━¿Cuál es la brecha que divide a un humano insolente a un Dios que olvida su posición?.
Hades no tenía nada que hacer allí, siempre había sido dejado por sus hermanos después de todo que el lo hiciera no tendría ningún significado, no estaba del lado de Athena, jamás estaría de lado de una mocosa tan obstinada y enamoradiza de los seres humanos.
Qué incongruencia.
━━ Radamanthys. -Llamó, y en cuestión de segundos el juez estaba arrodillado detrás de su dios, anunciando su presencia con la cabeza viendo al piso.- ━━ Desde la era del Mito, Athena y yo siempre hemos tenido batallas por el control de la tierra, eso lo sabes muy bien y que por ningún motivo podría llegar a estar de acuerdo con sus ideales infantiles. -Hades lo vio de reojo, luego su mirada se dirigió al origen donde el caos apenas daba sus inicios.- ━━ Sin embargo por esta vez, pondré mis manos en este asunto.
━━ Mi Señor, con el debido respeto. ¿Por qué alguien cómo su majestad ayudaría a Athena en algo cómo esto?.
━━ Radamanthys. No me importa si Athena perece o no durante este encuentro, eso me da completamente igual, sin embargo dejar que este problema avance será un problema mayor que no solo afectará a la tierra sino también al Inframundo.
━━¿El Inframundo?. -Radamanthys había quedado con más preguntas que respuestas pero sabia que no podía preguntarle más a su Rey, y menos cuándo de una sola mirada se lo advirtió. Fue suficiente para mantener su boca cerrada.- ━━ Si, entiendo lo que quiere decir. Pero mi Señor ¿Qué es lo que piensa hacer?.
Hades no respondió la pregunta de su súbdito, ni siquiera se le detuvo a pensar que era lo que haría a decir verdad, él había subido con una sola idea en la cabeza. Reclamarla por lo que era suyo. Y Radamanthys lo sabía, era consciente de lo estúpida que fue la pregunta pero era demasiado tarde para retractarse, no lo entendía. Y sin embargo no iba desobedecer lo que su señor le mandase solo por no estar de acuerdo.
En medio del caos que se formaba a su alrededor, tantos caballeros fueron atacados por las fuerzas desconocidas de Despena la hija ilegitima de Démeter, buscando a su Diosa Athena al notar que su presencia repentinamente había desaparecido en el bosque, mientras todos aquellos valientes jóvenes y adultos se aventuraban a defender su hogar y su Santuario, y otros buscaban el paradero de Athena. Milo de Escorpio permanecía inquieto en la Casa de Acuario, con quién ahora ya sabia su verdad en sus brazos, estaba cometiendo una locura sin ponerse a pensar en lo que se supone es más importante. Athena, era responsabilidad suya cómo caballero.
Con Camus en sus brazos haciendo muecas de inconformidad y el desastre que persistía incrementar hasta salirse de las manos de todos, la cabeza de Milo se sentía a estallar, o sobre ponía su necesidad de saber que estaba pasando, responder esas preguntas que se formaban todas las noches al dormir y despertar.
Oh podría ser un caballero cómo la última vez.
¿Pero no fue eso lo que llevo a la muerte a Camus?.
━━ Milo. -El heleno obedeció al llamado de su voz, su tono débil y apariencia no hacían más que hundir más esa yaga que había formado la culpa y el resentimiento en su corazón, apretando con más fuerza cuándo él intento escapar.- ━━ No hay tiempo para esto, debes irte y ayudar a tus compañeros en esto.
Pero Milo parecía ni siquiera escucharlo, completamente inmóvil cómo en estado de catatonia, quizá en posible negación, pero de que estaría refutando. Por fin las piezas de un doloroso rompe cabezas se juntaron con las piezas desencadenantes.
━━¿Milo?. -Camus dudo un momento si tocarlo, llevando sus heladas manos a la mejilla de Milo, quién sudaba frío al contacto, su cuerpo dio un ligero espasmo de sorpresa, sin siquiera verlo, el labio del heleno empezó a temblar buscando palabras entendibles.- ━━ Despierta. -Insistió Camus, aún en ese estado Milo conservaba la fuerza del agarre, escapar no era una opción completamente viable ahora. Si era rudo, tal vez terminaría de romperlo.- ━━ Tienes que dejarme ir.
Milo parpadeo, incrédulo. ¿Dejarlo ir?. Y volvió a mirarle, no con odio ni frustración, sino buscando que en alguna parte de el hubiese algo que lo impulsara a pedirle eso. Pero en los ojos de Camus no había nada más que decisión, por supuesto eso era una expresión usual de él. Aunque estaba muy dolido, estaba tratando de ser sensible a la situación.
━━¿Por cuánto tiempo?.
Camus suavizo su mirada, ya sabía a donde iba eso. Y no quería, pero escapar simplemente ya no existía más en él, sólo la confrontación. Observo a Milo, esperando que terminara su frase antes de contestarle, lo sabía, sabía que quería preguntarle, pero no sería suave con él desde el inicio.
Camus siempre pensó que el golpe es menos doloroso cuándo es directo y no cuándo lo escondías y dabas cuándo la otra persona se sentía en confianza. No iba a ser un golpe amistoso.
━━¿Por cuánto tiempo has jugado con esto?. Fingiste tu muerte, pensé que te habías ido por la culpa que sentías, te paseabas por aquí y allá siendo otra persona, un desconocido completo que pudo ser atrapado y llevado a Athena. Seguiste en ese papel hasta el final, y ahora veo y encuentro que estás con Hades cómo su mano derecha. Camus, ¿Cómo se supone que tome eso?. -Los brazos de Milo parecieron tensarse al mismo tiempo que este ocultaba su rostro para evitar que las lágrimas llenas de rabia mostrasen su debilidad ante la situación.
Camus lo sentía, esto no hubiese pasado si tan solo hubiese sido más cauteloso con sus movimiento, al final, había hecho sufrir al hombre que suponía amar tanto que prefirió perecer mil veces con tal que el no lo odiara. Sin embargo ahora, decir que Milo no lo estaría odiando por todo, sonaba a una mentira dura de llevar.
No quería que Milo lo odiara, pero tampoco que lo amase cómo una vez lo pidió. De hecho, esperaba que Milo lo olvidara para siempre y continuara su vida de manera natural, normal hasta donde pudiera con su vida cómo caballero. Qué su recuerdo y la traición fueran arrastradas por el viento de una vida lejos de él.
No pedía ni siquiera para él mismo esa felicidad.
Entonces Camus tomó la mano de Milo, y a su vez este dejo de temblar y miro atónito a Camus, sin presentir algún tipo de agresividad o evitación cómo las últimas veces que se vieron, era más serenidad.
━━ Son demasiadas cosas que tendría que explicar. Milo, y si las supieras tu odio hacía mi podría intensificarse cómo un incendio en medio de hojas secas y ramas huecas de lo que alguna vez fui, o la visión que todos tenían de lo que era. Pero al verdad es que les he estado mintiendo. Principalmente a ti.
━━¿Qué quieres decir con eso?. Camus por favor, no des más rodeos al asunto. Siento de verdad que me muero por dentro con esto, tantas cosas que no sé y tampoco logro entender. Todo es...tan confuso!. -La voz de Milo sonaba llorosa, su rostro desesperado y una risa nerviosa llena de temblores, intentaba aliviar la angustia que se iba escapando de sus labios.- ━━ Días y meses creyendo que tu existencia simplemente se esfumó, pero tú estabas con Hades en la misma habitación que nosotros. ¿Verdad?, Tú viste todo lo que paso allí.
━━ Y no sabes lo terrible que fue para mi saber que te había vuelto a lastimar. A ti, al hombre que solía llevar conmigo en mi mente, en mi corazón de una forma tan especial que me resultaba aterradora y que negaba con fervor. -Y tocaba su mano, acariciaba su mejilla con lentitud, cómo si sus dedos trazar las facciones de este en su memoria, alguna vez fue el hombre perfecto que siempre hubiese soñado tenerlo cómo ahora. Su corazón se sentía a estallar de su pecho y salirse de su lugar por los fuertes golpes que daba. Respiro hondo, y luego exhaló con los ojos de Milo fijados en él. - ━━ La verdad de todo es que yo te amaba demasiado Milo, te adoraba no sólo cómo un amigo, sino más allá de esos limites, tu forma de ser tan radiante y extrovertida, tu picardía, tu fuerza. Todo eso me cautivo, cómo si me hubieses atrapado en un hechizo del cuál no podía deshacer tan fácil.
Camus levantó la vista, esperando no encontrar lo que su mente imaginaba, asco y desprecio, aunque fuera desearía un poco de comprensión, pero no llegaba ni siquiera a eso.
El rostro de Milo no decía esas cosas.
No decía nada. Inexpresivo o tal vez en shock probablemente, eso era más apropiado de decir sin sonar cómo un completo desalmado quién no podía entender el peso de sus propias palabras. Y aunque se sentía intranquilo y el miedo a la confrontación llegó a regresar, Camus no se detuvo.
━━ En la Guerra contra Hades, decidí dejar atrás mis pensamientos egoístas y enfocarme en cumplir mi última misión cómo caballero de Athena, pero fallé en ambas cosas. No pudimos proteger a Athena y ella al comprender nuestro dolor termino nuestra labor por nosotros, y yo, yo fallé en volverte a ver. Percibía tu odio en tus actos, en tus ojos, y lo entendía. Yo era el enemigo y jamás te voy a odiar por eso ni recriminar por ello, sin embargo quizá lo más doloroso fue oírte decir que tu si me odiabas. No lo pude soportar.
Lagrimas salieron pronto de sus ojos, se maldijo en su mente intentando detenerlas a voluntad con poco éxito en ello.
━━ Entonces yo me convertí en esto. Hades me dio una última oportunidad de verte, y a cambio yo le ayudaría a restaurar el Inframundo, más sin embargo él me dijo que tenía una condición, si yo no lograba hacer que me amarás de la misma forma que yo te amaba entonces le serviría por toda la eternidad y no volvería a la tierra, ni al lado de Athena. Yo perdí, y me quedé al lado de Hades todo este tiempo sin opciones. Lo único que pudo hacer fue adaptarme pero yo nunca quise lastimarte ni a ti, ni a Mu las veces que vine al Santuario. ¡Yo no podría hacerlo!
Era inútil intentar contenerse pero ahí estaba su gran orgullo intentando detenerlo, es que cambiar algo que ha permanecido por mucho tiempo parte de él y su personalidad no era sencillo, y se moría por eso, y no iba a llorar pidiendo perdón por su decisión ni tampoco para que Milo tuviera compasión, él no la tendría y estaba seguro de eso. Si se lo contaba todo, lo odiaría, podría olvidarse de él. Y nunca más tendría que cargar con su nombre ni su recuerdo cómo un traidor.
Miro hacía arriba, el frente de Milo su cubría de su cabello azul tapando sus ojos y la expresión de ellos, aún si viera cómo partía sus labios con sus propios dientes Camus se preguntaría que era lo que pasaría, le gritaría, lo golpearía, incluso hasta cobraría lo que le hizo a Mu. Fue largo y doloroso, el momento en que buscaba desesperadamente alguna forma de saber que estaría pensando detrás de esa mirada.
Su boca se empezó a mover por si sola, soltando más las piedras que lo ataban a hundirse en la mentira, era ligero. Pero al igual que en esa situación, soltarlas era complicado y el aire a veces no llegaba a su cerebro.
━━ Permanecí tanto tiempo en la Oscuridad del Inframundo que me acostumbre a ella. Sabía que nunca iba a regresar y me esforcé por sacarlos de mi cabeza, no podía morir en paz y ni siquiera tenía el derecho de hacerlo. Morir era demasiado bueno para mi.
Camus iba a seguir, iba a decirlo. Le iba a decir a Milo que sus sentimientos por él, aunque seguían de pie cómo las rocas en medio de un mar lleno de tormentas, sin embargo incluso por muy rígidas que estás fueran eventualmente con el tiempo irán hundiéndose hasta que no puedan salir más.
Camus no tenía expectativa de su reacción, y ese fue lo que más le asustó al momento que Milo pareció finalmente despertar de su propio perfil bajo, sus ojos estaban rojos de tanto a ver llorado en silencio, lo que combinaba con la sangre de su boca, su labio lastimado. Milo no espero tanto para una respuesta cómo esa.
Se odiaba a si mismo.
Odiaba a Hades.
Tanto cómo Camus parecía amarle.
Con sus dos manos se aferró al cuerpo de Camus cómo un niño lloraría en los brazos de su madre, dejando a Camus atónito y frío, y aunque tardo unos segundos en entender lo que quería era un consuelo de todo esta pesadilla que ambos se habían sometido por mucho tiempo.
Desafortunadamente, finales felices no habían sido preparados para casos cómo el suyo, lo que acaba mal terminaba mal ¿No es eso una verdad?. Tal vez no, tal vez podrían iniciar de nuevo una vida las dos juntos, tomados de la mano mirando a un cielo lleno de esperanzas a futuro y promesas cuándo eran niños, retomar algo que no se había concretado.
No obstante, Milo sabía que quizá ese sentimiento particular hacía Camus que aprendió a aceptar, no era lo que Camus estaba buscando. Pero se esforzaría por hacer que eso cambiara a lo que él quería, por que si, Milo quería mucho a Camus.
Camus amaba a Milo.
━━ Yo te hice esto. -Por fin había reunido el valor suficiente para hablarle y mirarle directamente a la cara, ya no estaba más ese pelirrojo que le había echo la vida un laberinto lleno de secretos, sino la imagen de un viejo y querido camarada. Dos personas que a pesar de las diferencias en su crianza era lo que se tenían el uno al otro. Lo más cercano a una familia que se les permitió tener. Entre sus sollozos, una objeto brillante de plata brillaba en el pecho de Camus, Milo lo tomo, solo para darse cuenta que era el propio sello de Hades. El medallón que Shun tenía desde bebe. Ahora era de Camus.- ━━¿Es por esto que ya no regresaste?.
Camus asintió lentamente. Milo apretó el medallón en sus manos.
━━ Todo este tiempo, creí que te habías marchado porque tu alma estaba rota por tus propias acciones, pero si tu elegiste ser parte de Hades a cambio de volver a verme. Entonces, fui yo quién te rompió en primer lugar.
━━ No, no lo fuiste. -Camus tomó la mano con la que él apretaba el collar, con claras intenciones de arrancarlo, pero este no se movería y Camus tampoco lo dejaría.- ━━ Milo tu fuiste la parte de mi vida que más me hizo feliz todo este tiempo, con tus travesuras y tonterías que tanto me irritaban. Entre mi frío carácter siempre estaba tu calidez. Esos recuerdos lo guardare lo que me quede de vida. -Camus respiro profundamente. Esto no iba a gustarle para nada, pero era lo correcto.- ━━ Milo, tienes que dejarme ir ahora.
━━¿Qué?. -Dijo con voz incrédula, rápidamente su cabeza empezó a negarse una y otra vez, poniéndose en una pose más erguida agarrando a Camus por los hombros, casi suplicando que no se fuera.- ━━ No, no, no, no me hagas esto. Camus por favor, no puedo hacerlo no me pidas que haga eso. ¡No ahora que finalmente me doy cuenta de lo importante que eres para mi!.
━━ Milo. He esperado años para que dijeras eso, y aunque mi corazón siente felicidad. No es la misma que hubiese experimentado antes, te lastime, tú me lastimaste. Sin embargo no todo fue tu culpa, yo me hice esto al obsesionarme con tener a alguien que no me miraba más que un amigo. Intenté hacerte mío. Pero simplemente no era la persona indicada para ti.
━━ Pero si dices que aún me amas, podríamos intentarlo. Yo podría ser mejor de lo que fui antes, ¡Yo podría...!-
Camus deslizo un dedo a sus labios, agachando la cabeza ante tal confesión, ese "podría" no lo sabia pero si que había dolido un poco, quizá no tanto cómo un rechazo. Pero Camus sabría que no iba a permitir que Milo se forzara a ser algo solo por un momento.
No era justo para él, ni para si mismo, ni para nadie.
No era sano.
━━ Hace mucho que entendí, que el amor no puede forzarse, que mi amor por ti fue una obsesión. Y yo no puedo permitirlo más Milo, quiero tu felicidad. Aunque eso signifique que yo no voy a estar ahí. Así que...Milo de Escorpio, te libero de mi amor posesivo.
Se convertirá en un susurro en su oído, palabras y llantos que el viento se llevará algún lugar muy lejano de ambos, con su mundo cayendo a pedazos cómo si pudiera leer su mente, la cabeza del heleno dio vueltas suficientes para hacerlo caer de frente a Camus, mientras aún este lo sujetaba con suavidad y amabilidad, el rio en los ojos de Milo soltó pedazos y pedazos de si mismo con cada lágrima que caía al suelo.
Pero el momento no duro mucho tiempo. La tierra tembló, y la fuerza de este formó una grieta desde la primera casa corriendo hasta el templo mismo de Athena, grieta que al abrirse se llevo consigo la imponente estatua de su diosa en ella, no por completo, esta se sujetaba, aunque hundida tampoco se daba por vencida, igual que la voluntad de su diosa.
Con temor y sorpresa en los ojos, cada presente del Santuario fuese o no habitante de este miraron con horror cómo salía despegado del techo del tempo de su santidad una fuerza obscura, relinchando con fuerza aquella enorme bola de humo fueron formando dos grandes alas negras, quién en el centro de esta se desplazo la cabeza de un caballo de crines negras y ojos rojos cómo el fuego mismo. El animal rechino con tal ira que las paredes de las doce casas temblaron y las personas cubrieron sus oídos por la fuerza que llevaba en su canto.
Camus Y Milo se vieron entre si, ambos viéndose preocupados al saber que si el animal fue liberado, entonces significaba que Despena habría ganado y libró una bestia salvaje en el mundo, nadie sabía con exactitud que haría Arión ahora que lo habían despertado, pero estaban seguros que al igual que su hermana era probable que una guerra en el Olimpo se desatara todo con tal de vengarse de quienes lo encerraron alguna vez.
━━ Ese es... -Los ojos de Camus estaban que no creían lo que veía, después de tanto siglos dormidos, finalmente la había despertado otro ser de la mitológia escondido entre las entrañas de la tierra y sus antecedentes pasados, una bestia de bestias capaz de caminar en el agua y partir la tierra con sus galopes.
━━ Arión. Si Despena logró despertar a Arión, eso significa que Kosma...¡No puede ser!. -Milo se levantó de golpe, eso no era buena señal.
Kosma era el recipiente principal que mantenía a Arión en una forma vulnerable y pacifica hasta el momento, si Arión estaba libre, eso quería decir que Despena tuvo que acabar con la vida de Kozma para hacerlo despertar.
━━ Milo, debes irte de aquí y buscar a Athena. Escucha no hay tiempo que perder, deben encontrar el cuerpo de ese niño y hacer que Arión vuelva al sueño donde se le despertó. ¡Busca a Athena antes que sea demasiado tarde!.
━━ Camus, ¿Y tu que piensas hacer?. No puedo dejarte aquí en ese estado.
━━ No te preocupes por mi Milo, recuerda que ahora soy un Espectro. No, no sólo soy eso, ahora sirvo a Hades y por lo tanto no puedo morir libremente hasta que él lo desee. ¡No pierdas tu tiempo conmigo, ve y busca a Athena antes que Despena lo haga! ¡No olvides que eres un Caballero de Athena y debes mostrar de lo que estás hecho!.
Era cierto, había estado tan centrado en sus propios lamentos que había olvidado eso, pero él también era un humano, igual que sus compañeros que sacrificaron gran parte de su vida para ser quiénes eran ahora, justo en ese momento, deben estar dando su vida para pelear, observo a Camus una última vez hasta de partir en busca de su diosa.
━━ Voy a volver, así que mantente aquí y no hagas algún otro movimiento. ¡Prometo que regresaría por ti Camus, y te devolveré al Santuario!.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top