Infierno Karmatico.

Salio del templo de Acuario con la garganta hecha un nudo, sus ojos rojos de tanto haberlos frotados, sentía nauseas, un mareo intenso que se apoderaba de sus adentros y un temblor recorriendo su cuerpo con ferocidad. Recriminando sus acciones, sin deseos de ser hirientes o maliciosas, salio de ahí con una recayente culpa. 

Y cayo en cuenta que ni siquiera pudo encontrar algo útil que pudiera ayudar a Athena, lo frustro tanto que no tuvo otro remedio que disparar toda su ira a uno de los pilares del templo, agrietándole de gran medida, pero la estructura seguía en pie, lo que no debía ser posible, si el estaba usando toda su fuerza.

Entonces se dio cuenta cuan debilitado había quedado desde la ultima vez que entro en combate, no era que su fuerza física disminuyera, porque el control del cosmos era esencialmente recurrente de la vitalidad de uno, la mente controlaba el cosmos, y la cabeza de Milo estaba al pellizco de la demencia por perdida. 

Salio de ahí, y corrió como si alguien estuviera detrás de el. 

Tal vez dirán, que fue una simple locura escapar de ahí tan cobardemente, pero el karma le llega a las personas de la peor forma, porque Milo, juraba a ver visto el cuerpo de Camus de manera espectral. 

Pero ese no era su Camus. 

Él sabia perfectamente que no lo era, Camus jamas tendría una sonrisa tan perversa y ojos llenos de maldad, ni se burlaría de la desgracia de la cual estaba sufriendo, ese no era Camus, quien se asomaba desde la oscuridad de Acuario no era Camus, sino un demonio que había robado su cuerpo para castigar a Milo por todos sus pecados.

O de esa manera Milo lo percibió, por eso, prefirió huir, como siempre lo hizo, escapar de la realidad que le tenia una tormenta encima, que cada vez que la apartaba, esta se hacia cada día mas incontrolable y catastrófica. 

El templo no lo había rechazado, el templo quería que se fuera porque estaba en peligro, puesto que el no era el único merodeando en esa noche de nubes rojas. 

━━ Esto no esta pasando, esto no es real. ¡Esto debe ser producto del estrés!. -Sabia que nuevamente estaba engañando a su mente, pero era mejor que pensar que su amigo se había transformado en un ser diabólico. 

Igual que un niño asustado escapo de su terrible destino.

El caballero era observado por el mismo espectro que había atacado a Camus en el Inframundo ya hace un tiempo, y al lado de este entre las sombras, se encontraba Despena, admirando la luna y las estrellas en el firmamento, sus ojos se contraían en una mueca de angustia y confusión, no recordaba que era lo que estaba haciendo, pero sabia que estaba mal, que algo no estaba dicho, pero, con la promesa de ser liberada, el egoísmo era común, y el consuelo era pensar que después de la tragedia vendrían cosas buenas.

Cómo una primavera después del otoño, ella solo quería ser libre. 

━━ Resulto ser un cobarde después de todo. Tks, y pensar que el tonto de Camus sacrifico nuestra vida por este sujeto, que decepción. -Su cabello violeta y sus ojos naranjas, sus labios pintados de cereza y piel de fantasma iluminaban la ausencia del portador de Acuario. 

No era nada mas que el mismo demonio que ataco a Camus n su sueño, realizado, completamente materializado en el plano terrestre, Despena miro lo que había creado, nuevamente la duda se estaba apoderando de sus sentires y sus ambiciones. 

━━ Camil, recuerda lo que te dije, estamos aquí para recuperar a mi hermano, esa mujer se lo robo cuando esos tontos humanos iban a traerlo de vuelta.

━━ Aparentemente, su hermano esta sellado en el cuerpo de ese infante, ¿O me equivoco Srta. Despena?. 

Despena no se digno a contestar, dejando de lado a Camil, nombre que decidió ponerle al espectro que saco desde las profundidades mas oscuras de Camus, con el propósito de liberar, todos los impulsos oscuros dentro del caballero.

Porque la maldad existía en todos los seres humanos, hasta del mas desdichado. 

Camil camino en círculos sin para sobre sus propios pasos, no le gustaba estar tanto tiempo sin un plan, ademas, las vibras que le brindaba el templo era una clara señal de advertencia, y también sabia que no podía quedarse demasiado tiempo en ese sitio. 

━━ La barrera de Athena es muy fuerte, probablemente si te alejas mucho de aquí, seras expulsado del recinto. Aún si eres una expansión de el antiguo caballero de Acuario, tu cosmos no se parece lo suficiente al suyo. 

━━¿Qué sugieres?. Si no puedo cruzar, ¿para que demonios me traes hasta acá?. -La sombra, tan altanera e impaciente, recostó su cuerpo en el pilar mas cercano, con el único propósito de espiar a los alrededores. 

━━ Estamos aquí para observar y recuperar , no para armar un duelo en medio de la noche. Cuando traigamos a Arión del cuerpo de ese niño, entonces usaremos su fuerza para que destruya toda Atenas. 

━━ Y supongo que después de ello, Deméter se va a encargar de Hades por su cuenta. 

Despena negó, Camil no lo sabia, y posiblemente si lo descubrió se opondría y causaría un problema mas a los planes, no dejaba de ser en parte los deseos egoísta de Camus, haría todo lo que fuera para mantenerse en la tierra, ya que el, siendo lo que era, no le importaría usar todos los medios posibles para hacer su estadía en la tierra longeva. 

Deméter quería la cabeza de Camus, pero Despena no compartía ese pensamiento, ella solo quería a su hermano para vivir juntos y felices, lejos de la oscuridad de a la que fueron condenados por su propia madre, sabia que estaba siendo utilizada, que Deméter jamas la vería como una hija, que ella no era Perséfone, y por eso, no le importaba lo que ella decía.

Entonces, tampoco le debía importar si los humanos pasaban hambre, si los ríos se secaran, o si el mundo entero explotaba. 

━━ Lo que Deméter quiera hacer con Hades, no es de mi incumbencia. Yo lo que deseo es a mi hermano. Por qué sólo nos tenemos al uno al otro en este mundo, en ninguno mas. 

Camil no pudo evitar burlarse de esa respuesta, el no era tonto, sabia que Deméter lo menos que haría seria hablar con Hades, sin embargo, eso no le interesaba, el objetivo de Camil era uno muy diferente, el quería causar caos dentro del Santuario, podía oler todos los sentimientos enterrados bajo la mascara de indiferencia de todos, el resentimiento de Afrodita, la tristeza de Hyoga, las preocupaciones de Aioria por su compañero, la culpa de Athena, y lo mejor de todas ellas, la angustias y penas que sometían al caballero Milo. 

Que penitencia. 

━━ No es buena idea presentarse tan fácilmente al enemigo, y mucho menos en su territorio. 

Una ventisca de viento helado azoto la casa de Acuario, el piso y las paredes se congelaron al instante, Despena intento bloquear el viento con su poder, pero su barrera fue fácilmente destruida por un objeto contundente volando a gran velocidad, una enorme hacha de oro blanco, que ferozmente cortaba el hielo del aire y se abría paso a la cabeza del enemigo, Despena cerro los ojos lista para el impacto, pero Camil, logro crear un muro de hielo, que aunque no le detuvo por la fuerza con la que se tiro, les dio tiempo de bajar sus cabeza y ponerse a la defensa, cuando el arma volvió a las manos de su portadora.

De entre las sombras, salieron dos sujetos de cabello rubio, el cisne de hielo y el caballero sin Dios, ambos sintieron presencias muy raras provenir del templo, advertencias claras de que el enemigo estaba cerca.

Y lo peor, es que habían sido descubiertos.

El pupilo de Camus estaba que mordía su lengua de la rabia, ¿acaso lo que decía la extraña mujer del monto era verdad?, esa cosa que se parecía a su maestro, ¿era una versión maligna de el?. Eso tenia sentido, por eso el templo reacciono de esa manera, Hyoga estaba molesto,no, no encontraba una palabra que expresara todo el odio que sentía en ese momento. En cambio Odeth, mostraba unas ansias enormes con acabar el problema, que no le prestaba atención a los movimiento imprudentes de Hyoga. 

━━¿¡Cómo sabias de nosotros!?. -Despena retrocedió, no era como lo tenia planeado, se supone que nadie les había seguido en todo el camino, ¿eso significa que habían escondidos sus presencias?. No, eso no era posible, nada se le escapa a ella. 

La mujer gigante sonrió mientras tocaba a su nariz. Y con arrogancia respondió su pregunta. 

━━ Apestas a guardado. Para mi es fácil reconocer el nauseabundo olor de un Dios. 

Despena tembló ante esa confesión, ¿en serio ella olía mal?, ¿quién demonios era esa mujer?. Estaba nerviosa, ella nunca fue parte de ningún conflicto, y en un abrir y cerrar de ojos microscópico ya estaba en medio de una campo de batalla, no había mas opción, debía, aprender a defenderse. 

Cinco pasos al frente, Hyoga, consternado por ver, aquella cosa con la imagen casi perfecta de su maestro, hizo que el joven caballero olvidara por un segundo la situación en la que se encontraba, era irreal, confuso, su maestro no podía estar vivo, el ya había desaparecido, sin embargo, la cosmos energía de ese ente era casi idéntica, pero, su rostro. No lo era.

Su maestro no le hubiera arrojado al vacío con una larga sonrisa en el rostro, ni con la fuerza necesaria para matarlo, ¡Él no era su maestro!. Pensó mientras su cuerpo caía lentamente del pilar, se levanto, y velozmente comienzo a correr en esa misma dirección. 

━━ Maldito. ¡Nunca te perdonare que uses la imagen de mi maestro para hacer tus fechorías!. -Hyoga seguía siendo un joven emocional, tal y como podía recordar, tonto e ingenuo, aun esclavo del recuerdo de su madre muerta en las profundidades del océano, Camil chaqueo la lengua, decepcionado de que ese chico jamas pudo crecer.

Aferrarse a alguien que simplemente ya no vale nada.

Odiaba eso.

━━ Sigues siendo tan estúpido Hyoga, tan emocional, y tan frágil al mismo tiempo. -Camil no tuvo piedad con Hyoga, antes de que el muchacho lograra expandir su polvo de diamantes, el espectro ataco de imprevisto con vientos helados, esparciéndose por el cuerpo del chico, Hyoga lo confirmo, el no era su maestro, por que su hielo, ardía como el propio fuego del infierno.

Hyoga una vez mas, se levanto, e intento numerables veces golpear al supuesto impostor, pero era inútil, sus propios pies se cruzaban entre si, entre mas cerca estaba de su rostro, mas recordaba a su querido maestro. 

Sus emociones seguían traicionándolo, no fue entonces que con un simple toco del dedo de Camil, congelo y destruyo el pecho de la armadura del cisne, haciendo que Hyoga escupiera algo de sangre, el golpe fue ligero a la vista, pero poderoso desde dentro, muy cerca de sus pulmones, podía sentir el aire frio adentrarse a ellos, y quemarle.

━━ Ahora, no estorbes en mi camino, niño. 

Fue cómo si una parte de Hyoga se hubiera roto, incluso la voz era la misma.

━━ No...Èl no es mi maestro...Es un demonio que ha...robado su forma. 

Despena salio volando del patadón que Odeth le propino, ella agarro el coraje de hacer levitar a su rival y estrellarla con todas las fuerzas en el suelo, pero eso solo provoco aun mas la ira de esa mujer, quien no se tardo en intentar destajarla con tal de acabar el problema.

Y mas que eso, le enfermaba ver a esa Diosa usar el rostro de un muerto, se preguntaba el por que, que acción buscaba dar, no era momento de cuestionarse, terminaría con eso lo mas pronto posible. 

Mas en cambio, al ver a Hyoga caer se había distraído, y Despena en un momento que no dudo en usar, entre su nerviosismo y su poco control de poder en situaciones de estrés, invoco sin pensar espinas sobresaliendo del suelo de la habitación, y Camil, ocurrente, las congelo, y estas fueron a contra del caballero de Alpha Librae.

Y el inconfundible sonido de la carne rasgarse, y el grito del joven caballero de cisne al ver tal escena.

El ataque había perforado el pecho de Odeth, haciéndola caer estrepitosamente.  

Dándole a Despena y Camil la oportunidad perfecta para escapar. 

Hyoga a como pudo, camino hasta el cuerpo de la mayor, quien ahora parecía descansar en un charco de su propia sangre. Ella le observo con la vista nublada, y levanto su dedo que apuntaba directamente al ataque. 

━━ Ves, por que no debes descuidarte en batalla. -Su voz era ronca, diferente a la voz fuerte y demandante que tenia, se escuchaba débil.- ━━ Por este, tipo de situaciones...Prefiero pelear sola, no quiero a...mocosos que deba cuidar.

━━ Deja de hablar, por favor. Estás perdiendo mucha sangre!. -Dijo este alertado, tratando de hacer presión en la herida, pero el también empezaba a ver todo borroso, y la respiración se le dificultaba cada vez mas. 

━━ No te preocupes. Es solo una herida superficial, pero eso no significa que no me duele. En cambio tu, estás mucho peor que yo. -Al instante que culmino su teatro, Odeth llevo su brazo a su boca, y lo mordió con todas sus fuerzas, haciendo que brotara la sangre  milagrosa que se le dio de herencia. Chupándola al instante.

Y milagrosamente ya estaba de pie, claro, con una herida claramente abierta y goteando sangre. 

━━ Esto ya no es un simple conflicto, siento que hay algo que no esta bien aquí. Y tengo una idea de saber quien es el responsable directo. ¿Puedes levantarte?. 

━━ Si, señora.

━━ Bien. Escúchame con atención. Ahora sabes cosas que pueden ser útiles, sin embargo, no diremos nada. No confió del todo en la palabra de una mujer, que se dice la diosa de los misterios, aquí la historia esta incompleta. -Extendió su brazo que interiormente había mordido, Hyoga le miro con desconcertó. Pero Odeth, impaciente lo agarro de los cabellos y lo hizo lamerla. 

El caballero del cisne se alejo bruscamente, cuestionando dicha acción con asco y enfado, dándose cuenta que ahora poda respirar mejor que hace unos segundos. Era una habilidad increíble. 

━━ Vete a descansar, mañana los levantare a todos tempranos y los entrenare hasta que sus huesos se conviertan en polvo. 


Mas tarde esa noche, mientras el Santuario se rodeaba de un sueño profundo después de un largo día, entre los templos del zodiaco, había un solo hombre que no lograba dormir, este hombre era Milo de Escorpión, que se despertaba cada cierto tiempo, con el único afán de verse vivo, el no podía borrar del todo ese encuentro, cada vez que cerraba sus ojos, las expresiones del rostro de su amigo sufriendo le eran cada vez mas realistas que simples espasmos o recuerdos lejanos, asociados con la culpa que este ya iba cargando. 

Milo sabia perfectamente que estaba pagando por un pecado, sin embargo, sentía que también se estaba muriendo a propósito, el sabia perfectamente que todo eso, era a causa de su subconsciente corrupto por la misma negativa y rechazo a su tiempo. 

En sus sueños, o mejor dicho pesadillas, se encontraba solo en un pasillo oscuro, persiguiendo la sombra del fantasma de su amigo. Susurrando su nombre mientras el le ignoraba, como si simplemente lo desconociera, la apariencia de Camus al avanzar era cada vez mas extraña.

Pasaba de ser ese niño callado a un adolescente, y después un caballero, y de pronto, se escuchaba un fuerte golpe, y se reflejaba a Camus con aquella sapuri oscuro, lo volteaba a ver con esos ojos de diamantes, brillantes en la oscuridad, escuchaba un susurro.

"Te a..." 

El movimiento de sus labios era suave, delineaba perfectamente su pequeña boquita, le daba una ultima sonrisa y desaparecía. 

Y reaparecía bajo sus pies, golpeado, torturado y con lagrimas de sangre en sus ojos, Milo lo observaba con horror, parpadeaba, y sus manos estaban sobre su cuello, apretando con fuerza mientras lloraba, Camus en cambio, solo movía los labios, repitiendo la misma palabra, esa maldita palabra que no lograba descifrar. Se desvaneció como polvo. 

Y él cayo al suelo de su pesadilla, siendo rodeado por espinas negras, escuchando todo tipo de acusaciones. 

Que era su culpa.

Que el debió morir de una forma digna.

Que Camus debería seguir viviendo y no él. 

━━ Yo daría mi vida para que él regresara. -Ese era el consuelo de Milo, un deseo insano por morir, de ser purificado y pagar su Karma.

Pero de pronto, hubo otro escenario que no concordaba con sus pesadillas.

Miraba un punto escarlata, y caminaba a él. De repente ese punto se transformo en cabello, el mismo cabello que recordaba en Rodorio.

La primera vez que lo miro, el temido rostro de un jovencito de cara hermosa, que al principio llego a confundir con la mujer mas bella de todas, sin embargo, esa belleza resulto ser letal.

━━¡Espera!. -Grito desesperado, quería saber porque de repente estaba soñando con ese chico pelirrojo, el mismo que estaba al lado de un hombre.

Alto, de compleción amenazadora, y cabellos negros. 

Los ojos de Milo se abrieron de par en par cuando esos dos sujetos se detuvieron, sus manos estaban juntas, delicadamente sujetas por los dedos del otro, y el chico pelirrojo se dio la vuelta, y con horror Milo reconoció el rostro de su difunto amigo.

Pero el, ¡él juraría que no era él!. 

Su Camus, su Camus no era pelirrojo, tampoco era de tez blanca, era de piel bronceada, un hermoso moreno hecho de sol, de hilos cerceta como cabello, no un pelirrojo de infiernos y ojos violetas, ojos que no voltearían a ver a otro con la misma mirada que le ha dedicado por tanto tiempo.

¡Ni que tampoco estaría abrazando un cuerpo ajeno que no era el suyo!.

Cabreado, Milo corrió hasta donde los amantes estaban, rodeados por un campo de flores negras que se tornaban blancas poco a poco, al mismo tiempo que sus labios se unían en un maldito beso.

Cuando estaba cerca de ellos una fuerza lo detuvo, siendo sujetado por las mismas espinas que lo habían rodeado en la primera etapa del sueño, Milo intento arrancarlas, pero se hacia cada vez mas daño. 

Ese hombre simplemente se alejaba, se alejaba con el mismo joven que hace un tiempo, llego a confundir con su amigo, desesperado, Milo empezó a llamarle, tratando de alcanzarle con una mano , y cuando creyó que lo logro.

Una mano le sujeto fuertemente, volteo su mirada para arriba y se encontró cara a cara con el mismo demonio de pelo magenta que había visto en el templo de Acuario. El dolor ejercido por la fuerza no se comparaba con nada, era insoportable, Milo se quejo pero el no se detuvo, al contrario, lo levanto, y lo empujo al vacio.

━━ No hay vuelta atrás, ahora solo muérete. 

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