Fantasma (II Parte).

Hay una gran diferencia entre amor y apego emocional, el amor no te pide nada, se dona sin reservas y es incondicional, en cambio el apego emocional es exigente, se vuelve calculador, sujeta y dudosamente lo suelta. Palabras tan opuestas e incompatibles, pero por alguna extraña razón las personas siguen confundiéndolas, y piensan que aferrar y pegarse tanto a algo les traerá la felicidad que tanto han deseado, esa dependencia que te hace tener vínculos afectivos muy intensos que conducen a relaciones poco sanas. 

"Te amo por que sin ti me muero", "Te necesito para vivir", "Eres todo lo que tengo".

¿Cuántas veces se le dio un significado romántico a algo tan toxico y dañino a la larga?. El amor nace, y con ella venían tantas conductas destructivas, cuando el amor se junto con el odio y la desesperanza, crearon variantes con ambas partes.

Nadie quiere estar en un sitio donde se le exige hasta el agotamiento, donde constantemente debes ofrecer cada arte de ti hasta que no quede nada, y sacar jugo de la parte mas seca y desgastada del corazón, te cansas de amar, te aburres de llorar, y ya no quieres esperar mas de los demás, cuando ya te han robado todo energía, y estas tan seco que no puedes seguir llorando. 

Y cuándo las ganas de llorar desaparecen, esas gotas saladas se transforman en una tormenta de actos irracionales, arrebatos de desesperación e ira, y por supuesto.

Ataques de ansiedad.

Las manos tiemblan, la respiración se hace mas y mas difícil de controlar, los ojos arden, tratas de no llorar y sientes como tu garganta se cierra y una fuerte acides sale de tu cuerpo hasta que hace tu estomago arder, no puedes vomitar, no puedes hablar, te quedas temblando. Inmóvil cual muñeco roto, tu cerebro reprime los buenos momentos, y te deja los tragos fuertes e insoportables. 

━━ Lo hemos examinado Señor Hades. -Dijo una de las encargadas al cuidado de Camus, haciendo la reverencia y bajando la cabeza. Su Señor parecía estar molesto.- ━━ No parece a ver sido afectado por algún tipo de cosmos, pero si se encuentra bastante débil. 

━━¿Está enfermo?. -Hades cruzo sus brazos, no quería alterarse, normalmente se mantenía en una postura rígida e imperturbable cuando estaba en su cuerpo original, pero ahora, inevitablemente formaba una incomodidad en su cuerpo que tuvo que recargarse en la pared.

Estaba de espaldas a la pared que chocaba con la habitación de Camus, podía sentir su cosmos, alterado, su respiración y su corazón se golpeaban mutuamente, miró su mano, la misma con la que había sujetado a Camus antes que destruyera su cabellera, el bonito denigrado, no tuvo un tiempo para contemplarlo.

Había olvidado que el color de cabello de Camus, no era el rojo. No era ese rojo cálido y suave que lo hacia ver mucho mas sofisticado y que de cierto modo, representaba y realzaba la belleza de su figura, tampoco tenia la piel pálida, su piel era tal y cómo la gente del mediterráneo. Un bronceado natural provocado por el sol de Grecia. Y con el frio se tornaba rosa.

La primera vez que vio a ese caballero, Hades lo sintió tan insignificante, para ser honestos, no le importo revivir a los caballeros de Athena con tal de que estos le sirvieran por unas cuantas horas, sabia que la lealtad de los caballeros de Athena difícilmente podía quebrantarla, ya que por muy injusta y cruel que ella fuera con los suyos, estos siempre la venerarían ciegamente. 

Pero el alma de Camus parecía estar dispuesto a hacer un trato mas, y él a diferencia de Pandora, cumplía su palabra sin ningún tipo de truco sucio. Ademas, quién había prometido la vida eterna fue Pandora, no él. tal vez si fue un poco injusto hacerle ver con sus ojos la verdad, pero era peor vivir en una mentira, si el alacrán sentía lo mismo, dejaría cualquier cosa para estar con él, más no paso.

La primera vez, esa maldita primera vez que por un simple capricho termino cediendo a Afrodita y sus estúpidas ruletas románticas, por su propia arrogancia callo en un ciclo que juro no volver a pasar, enamorarse, no estaba permitido en él. Lo hacia débil, lo hacia sentir cómo un sucio mortal. Su inflado orgullo no era rival para algo tan vano, al menos no lo era antes de que pasaran tantas cosas.

━━ Asegúrense que no haya rastro de otro ser en esta casa. También necesito que se contacten con Leónidas y vean si hizo lo que pedí. -Ordeno, y tan instantánea que fue la petición, las monjas apuradas fueron de arriba a abajo. Hades no desaprovecho la oportunidad y entro a la habitación, solo para encontrarse con los ojos tristes de su siervo. 

Ojos que miraban a la nada, Camus se dio cuenta al instante en que Hades entró, pero no encontraba ni las palabras ni la cara correcta que poner cuando lo viera, sabia que no podía ocultarle el hecho de haber visto a Milo, pero tenia temor de cómo este fuera a tomarlo, estuvo en pánico.

Si tan sólo Camus supiera la verdad. Hades no se enojaría con él por algo que el mismo había ordenado.

Hades quería poner a prueba su lealtad por él una ultima vez, creía estar en el derecho de saberlo, si Camus había estado siendo tan fiel cómo le decía, Hades procuraba auto-convencerse que lo hizo para medir la lealtad de Camus, hasta ese momento todo estaba bien, si esa fuera la verdadera razón para hacer tal movimiento.

Hypnos se mostro bastante confuso ante la petición de su Señor, pero muy en el fondo de él, Hypnos también quería saber si el mortal empezaba a querer, no simplemente obedecer a su Dios, después de todas las cosas que parecían estar pasando juntos, y el pequeño pero notable cambio de Hades para Camus. El resultado, era de esperarse. 

No le gusto para nada que Camus admitiera abiertamente a Milo, en el sueño o no, que antes el lo amaba y que no le guardaba ningún rencor en especifico, pero también era importante que soltara todo lo que no pudo decir en vida.

━━¿Cómo te encuentras?. -Camus asintió una vez con la cabeza, dedicándole una sonrisa decaída, el Dios del Inframundo al verlo ahí tan vulnerable, ciertamente le provoco mucha ternura. 

━━ Lamento que haya tenido que ver eso. Honestamente, no sé que estaba pensando. -Dijo a medias, sus expresiones se mantenían neutrales, al igual que las de Hades, pero ellos no las necesitaban, sabían lo que el otro daba a entender por el tono de la voz, pero por supuesto, Camus se veía cansando. 

━━ No es necesario que te disculpes, no estoy enojado, solo quiero saber si te encuentras bien. -Ahí estaba, esa mirada cálida y gentil en los ojos del mortal, cómo si tuviera que agradecerle ese acto de honestidad, su corazón dolía mucho cuando hacia eso.- ━━ Estos momentos no ha nadie más que nosotros dos, procura descansar correctamente antes de volver a tus deberes. 

 Camus lo miro con confusión. Levantándose un poco mas para apoyarse en la cabecera de la cama. 

━━¿Dónde esta Leónidas?. -Hades embozó una pequeña, muy diminutiva sonrisa para ser tomada en cuenta.

━━ Cumpliendo una misión que le encomendé. El asunto con el Santuario me dejo bastante intrigado, así que lo mande de incognito a ver que sucedía. -Notó un cambio en la mirada de Camus, ¿estaba pasando algo en su ya antiguo hogar?. Es inevitable no preocuparte por tus raíces.- ━━¿Ocurre algo con lo que dije?.  -Camus negó, creyendo que su curiosidad lo había molestado.-  ━━ Descuida, no es un asunto que nos concierne a nosotros, en todos caso, también quise a asegurarme que esa invasión a Athena no fuese por parte de alguno de mis espectros. A veces suelen ser muy rebeldes cuando no aceptan una derrota. 

Hubo un silencio en la habitación, luego de que Camus asintiera con una sonrisa a sus palabras, le miraba preocupado, ansioso de decirle cosas que, para el caballero serian perjudiciales para su extraña, pero intensa relación con Hades, ¿era correcto pensar eso con tanta seguridad?. 

Era de hecho un poco extraño y curioso, los dos estando ahí solos en la habitación, sin nadie a los alrededores que pudiera verlos, hacia que el caballero de Acuario se sintiera profundamente inquieto, y esa inquietud se expresaba con el colorete de sus orejas hasta las mejillas, ¿debería hablar un poco más?. Se sentía claramente la tensión de ambos en el aire, Hades se miraba un poco perturbado. 

━━¿Qué pasa con esa cara de angustia?, no sabia que los mortales también se sonrojaran estando en ese estado tan deplorable. 

Los ojos de Camus se abrieron de par en par, mirando al pelinegro quien se encontraba ligeramente recostado a su lado, muy cerca de él, con esa sonrisa ladina en sus labios, solo puso aun mas nervioso a Camus que olvido por segundos el porque estaba ahí, cuál niño pequeño,trato de tapar esa vergüenza con las cobijas, mismas que había compartido con Hades  la noche anterior, permanecía siempre esa fragancia indudablemente majestuosa.

Un ligero hormigueo paseo por sus hebras rojas, volteándose a ver que provocaba ese movimiento en el cabello, Hades aprecia admirar los colores que se quemaron en la punta del cabello rojo de Camus, Hades los dirigió a sus labios y los beso tiernamente. 

━━¿Le gustan acaso?. -Pregunto, siendo atrapado por los ojos verdosos del pelinegro, que firmemente los mantenía en los suyos, con su mechón cambiante enredado en sus dedos como serpiente. 

━━ Más que eso, me gusta como se ve en ti. -Cierto, no era un cambio que se esperara, Hades supuso que al estar en el sueño de Milo, Camus no usaba el tono de cabello que el le dio, sino con el que nació, y quizá, al haber sido abruptamente llevado de nuevo a esa parte de su cerebro, hizo click en cierta zona que le permitió quedarse con esos pequeños pedazos de cerceta. 

Y luego sonrió, se rio, y sus labios fueron recompensados con la misma ternura de la primera vez, jugando con su corazón una vez mas. Él se preocupaba por su sueño, que su amado prisionero fuese feliz, feliz en una jaula que lentamente iría cerrando, por temor a que esa hermosa ave escarlata fuese lastimada. 




Aioria de Leo, era bueno peleando pero menos dialogando, pues tuvo que ver ahí resentido cuando el veneno de las rosas de Afrodita lo paralizo, y que este acercara una de esas mortales flores blanca a la cabeza de Milo, ver cómo su compañero estaba tan decidido en morir por una causa noble, Afrodita no era de esos que se conmovían por unas palabras, el quería hechos, y los obtendría por cualquier medio.

Estaba harto de ver a Milo comportarse cómo una victima, que mencionara tan descaradamente cómo se sentía "profundamente arrepentido" de la manera en la que Camus murió, simplemente lo hizo estallar todo lo que se tuvo que aguantar, la impotencia que sentía al saber que su amigo ya no estaba, de saber que convivía con aquel que mato a su amigo.

━━¡Afrodita, detente ahora mismo!. -Advirtió Aioria, sujetando del brazo a Afrodita quien empezaba a perder la paciencia. Ferozmente, Piscis golpeo la mano del León y lo volteo con ojos bañados en rabia. 

━━¡No te atrevas a interferir Aioria!. ¡Tú mejor que nadie deberías saber que se siente tener que saber quien mato a tu ser querido y vivir cómo si nada!. ¿O acaso tu perdonaste tan fácilmente a Shura o a Saga por lo de Aioros?.

Fácilmente la mirada de Afrodita podía sentirse tanto resentimiento y odio que sus espinas serian tan mortales como sus pupilas, pero también Aioria cuándo se enojaba no reconocía amigos o enemigos, tan cegado por el instinto de querer hacerse valer cómo hombre, y por supuesto, el valor de su querido hermano.

Es verdad, y la verdad era molesta cuando te la dicen en la cara, Aioria no podía ver a Saga con esa nueva cara de santo sin que una invasivas ganas de golpearlo se le vinieran encima, pero no iría por la vida amenazando ni haciendo hacer sentir mal a otros por sus acciones en el pasado.

Para Aioria, Milo no tenia la culpa de lo que sucedió, nadie lo sabia, y por ese pensar le molestaba que Afrodita le hablara a su amigo cómo si matar a Camus siempre hubiera sido una meta. 

━━ Escucha, no es tu problema la situación que tengo con ellos dos. Pero te advierto una cosa Afrodita, si se te ocurre lastimar a Milo por tus delirios te juro en el nombre de Athena que voy a acabar contigo. -El moreno, y solo obtuvo cómo respuesta una mirada desafiante de Afrodita, la tensión entre ambo caballeros era tan notoria que destellantes chispas de su cosmos se chocaban entre sus frentes, estaban listos, esperando que uno saltara encima del otro, ahora siendo Milo quien trataba de hacerle ver a su amigo que no le importaba lo que Afrodita dijese de él. 

No era una pelea de puños, sino más una de la moralidad y su doble sentido, mientras Milo buscó el perdón y no justificarse, también esperaba ser castigado porque para él no era la suficiente simplemente decir lo siento, por haber cometido un pecado tan grande.

Aioria que era tan fiel a su amigo que no toleraba escuchar las acusaciones que el otro hacia de Milo, no era sino otro espectador pero a en la versión del responsable, ¿y que si hizo mal?. ¿Cómo se suponía que Milo debería saberlo?. ¿por qué tenia que venir otro a dárselas de un predicador de la paz?, los crimines que Afrodita hizo en el pasado no lo definían, así que, todo el mundo puede perdonarlo por traicionar al Santuario, pero Dita no era capaz de perdonar a Milo por algo que no estaba en sus manos.

Y por ultimo Afrodita, que sentía rabia e impunidad por el crimen de su amigo, y si quizá podía estar siendo irracional, pero poniéndonos en los zapatos de Afrodita, imagínate que maten a tu mejor amigo, y no solo eso que esa persona que lo hace resulte ser ese amor correspondido por el cuál sólo tu sabes lo que él lloro en silencio y aguanto todos las ganas de decirlo, y que ahora venga el responsable de la muerte, física y emocional, de tu amigo, y que ese mismo bastardo que empezaste a odiar sin razón aparente, venga a darse golpes de pecho cómo si el fuese la victima, y tú, en un estado colérico depresivo lo único que quieres es arrancarle la garganta con tus uñas. 

Pez y León estaban listos para abalanzarse contra el otro, y nuestro Heleno se interpuso entre los dos, en medio de ambos que parecían no dar un pie a atrás, igual cómo cuándo eran niños, en esas ocasiones en que Afrodita terminaba peleando con Aioria por decirle cara de niña, Milo detrás de su amigo calmándole, y Camus detrás de Dita haciendo el mismo acto.

Parecía que todos habían tenido el mismo recuerdo en trance, Afrodita se cruzo de brazos y se recargo en una pared dejándose caer con el rostro siendo tapado por su pelo, Aioria, seguía eufórico, pero era mas fuerte la carga emocional del momento. El caballero de Leo miro a Piscis, y voltea la mirada cuándo este derramo la primera lagrima. 

━━ Aún lo extraño. -Nunca habían visto con rostro tan abatido y amargo. Milo no se sentía seguro de hacerlo, pero el ya entendía que horrible era sobrecargar un pena sobre los hombros, sin poder decirlo a nadie.

Milo había decidido que era momento de madurar. Pero estaba vez, lo haría bien. Seguramente era lo que Camus hubiese querido. Puso cautelosamente su mano en la hombrera de Afrodita, dirigiéndole una mirada de compasión. 

"Yo te ame." 

━━ Yo también. 


(Amistades no me lo van a querer ya entre a la Universidad y creo que me equivoque de carrera, tips para regresar en el tiempo.)




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