Kyungsoo mira sin expresión alguna el cuerpo inerte del hombre que yace a sus pies, este fue muy fácil, piensa; toma al hombre de las piernas y tira de él hacia lo más oscuro del callejón se desliza a un lado del cuerpo, prende un cigarrillo e inhala, ahora debe esperar a que llegue su compañero

15 minutos después esa voz tan familiar que ah escuchado por 14 años ya lo llama

-¿Soo?-

-Vienes solo- le responde el pelinegro

-¿Cómo lo sabes?- le responde el otro

-No me dirías Soo en frente de alguien mas, nini-

-Es cierto- sonríe

Kyungsoo sale de su escondite y lo ve, a un Jongin recostado sobre la farola que esta al inicio de aquel callejón, camina hacia el lento, despacio sin prisa alguna total la noche apenas comienza y ellos ya han terminado su trabajo, Kyungsoo llega a la altura de Jongin

-Has acabado rápido- le comenta

-Fue muy fácil- le contesta Kyungsoo con un encogimiento de hombros, -Ahora hay que deshacerse de él-

-De eso me encargo yo- Jongin le sonríe

Están frente a lo que ellos llaman "El Reciclaje" ese lugar donde los cuerpos que tienen que desaparecer daban un tour por todas las maquinas posibles de destrucción del cuerpo humano hasta reducirlo a cenizas, Jongin baja del auto y va a la parte trasera saca al cuerpo y regresa al frente se inclina sobre la ventana de Kyungsoo

-Ni me lo digas Jongin ya lo sé debo quedarme aquí ¿Cierto? Pero que sepas que algún día entrare ahí-

-Soo... créeme no es algo que quieras ver-

-¡Bah!, Tonterías hago cosas mucho peores eso no me impresionaría para nada-

-Algún día lo veras por ahora quiero conservar esa pequeña inocencia que tienes-

Kyungsoo solo rodo sus ojos, Jongin le sonrió

Jongin no tardo mucho en volver, en sus manos como siempre traía esa bolsa con las cenizas del sujeto

-¿Al rio Han?- le pregunta el pelinegro

-Al rio Han, Soo- le responde el otro

Kyungsoo sale de ese lugar a tomar la auto pista, van en silencio ese donde se comparten todo porque entre ellos las palabras sobran, el cielo poco a poco se va iluminando dando paso al alba; llegan al lugar de siempre, el que han visitado y desechado vidas tantas veces que ya ni llevan la cuenta y no es que importe mucho

Bajan del auto y se dirigen a la orilla del rio, Jongin vierte las cenizas de aquel hombre y observan como lentamente pero seguro las cenizas se pierden hasta que toda existencia de ese hombre desaparece como un suspiro en el aire

El alba avanza cada vez mas hasta que el cielo se llena de rayos amarillos anunciando que pronto llegara el sol, Jongin mira a Kyungsoo y Kyungsoo a él, y lo saben es hora de volver; porque el cielo azul con sus nubes blancas algodonosas y el sol brillante no es para ellos, porque el aire limpio y fresco de la mañana no les pertenece, hace muchos años no les pertenece, porque la noche es lo suyo; el olor a cigarro, alcohol, sangre y sudor es lo que están acostumbrados a oler; los gritos, el miedo, la suplica es lo que forma su vida, porque Jongin y Kyungsoo son asesinos

Pero eso ya no importa, no desde el momento en que se tienen el uno al otro, desde que se aman el uno al otro, se cuidan el uno al otro; porque el amor también puede nacer en la oscuridad

-Vamos Soo volvamos a casa-

Kyungsoo entrelaza su mano a la de Jongin y caminan al auto; Jongin va al lado del conductor y Kyungsoo de copiloto, salen de aquel lugar cuando los rayos del astro rey baña todo y se pierden en la autopista en una soleada mañana, tan cegadora para esos ojos que ya se han acostumbrado a la oscuridad su oscuridad, sus noches oscuras