33. Arrepentida (Actualidad)

Star

“Nunca es tarde para el arrepentimiento y la reparación”.

-Charles Dickens

Estos son momentos en que te preguntas: ¿Si todo valió la pena mentirle a tu hermana en vez de ayudarla? Es la pregunta que solo vaga por mi mente diciéndome que soy una mala hermana.

Mi deber era contarle a Rous para que le avisara a Cole, pero no sé por qué no le conté. Si fuera más sabia, más responsable, Cole estuviera con nosotros. No bajo tierra en un patio de una casa abandonada.

Dejo salir el aire que estaba reteniendo, mientras observo como John llega a mi lado. No quería estar encerrada dentro de la casa, así que preferiría tomar un poco de aire, ya que Rous y Finn hace horas que se fueron y no han dado la señal que debemos recibir.

—¿Nada aún?—pregunta refiriéndose a la señal y niego.

—Si Rous no le ha dado la señal a Lara, ella no daría la de nosotros —digo volviendo a ver el aparato que tengo en la mano.

Cuando Rous y Finn salieron, para que llegara la señal a nosotros también tuvieron que salir Lara y Carly; ellas serían las que recibirían primero la señal y después nos la pasarían a nosotros aquí.

—Es lamentable lo de Cole, aún no puedo dormir pensando cómo murió. —Se deja caer en el césped húmedo mirando la tumba improvisada que hicimos ayer en medio de la tormenta.

—Dímelo a mí —digo yo sabiendo que la que debió avisar era yo.

— ¿Cómo lo lleva Rous?

—Mal, conozco a mi hermana y eso de distraerse es para ocultar todo el dolor que lleva adentro. Yo creo que si yo viera morir al amor de mi vida así, no lo sabría cómo llevar.

—Entiendo —dice él distraído.

Guardamos unos minutos en silencio cuando este es interrumpido por el woki toki; rápido muevo buscando la señal cuando la voz de Lara es la que se escucha lejana.

—Préstame —dice John quitándomelo y solo observo lo que hace antes que su voz se escuche.

—Aquí Lara, ¿allá quién? —su voz se repite como entrecortada hasta que se escucha bien y John presiona el botón para responder.

—Aquí, John, ¿Llegaron? —esperamos dos segundos antes que la voz de Lara se vuelva a escuchar.

—Sí… pero hay cambio de planes. ¿Escucharon? … hay cambio de planes… —repite dos veces y John y yo nos miramos confundidos.

— ¿Cómo así?

—Rous y Finn se van a meter infiltrados… Quieren que mantenga a los chicos todavía en la casa.

—¡No! —digo yo quitándole el aparato a John y ahora hablando. —Dile a Rous que ni se le ocurra, que vuelva o seré yo la que vaya a buscarla así se le dañe el plan. —Pasan unos minutos antes que la voz de Lara vuelva a escucharse entrecortada.

—No puedo comunicarme con ellos… Creo que debemos seguir con el plan… — John y yo esperamos que siga hablando, pero no dicen nada.

—¿Lara? —hablo, pero pasan dos minutos y nada. —¿Lara? —el Woki Toki hace un ruido de estática antes de que la voz de Lara se escuche otra vez.

— Tenemos problemas, chicos… Nos encontraron… nos encontraron, ¡Carly cuidado! —fue lo último que se escuchó.

John me arrebató el aparato de las manos y comenzó a hablarle preocupado, pero nadie respondió.

—Tenemos que avisarle a tu mamá, John, las chicas están en problema. —Los corremos dentro de la casa asustados, mientras que John no deja de buscar señal para comunicarse con sus hermanas.

La señora Susie se levanta de la silla del comedor donde estaba sentada, mientras que los otros pares de ojos se fijan en nosotros que venimos asustados.

—¿Qué paso? —pregunta ella y soy yo la que habla cuando veo que John no lo va a hacer, si no que corre escalera arriba.

—Hay problema, Lara y Carly están en problema. —digo, cerrando la puerta y avisándole.

Susie dice algo, pero para ella, mientras que yo también corro escalera arriba buscando mi mochila. Reviso que todo esté lo que voy a necesitar, mientras bajo las escaleras, notando que la señora Susie tiene su arma y va cargada, al igual que John.

Cuando estábamos en los edificios, la señora Susie se había encontrado una tienda de armería con varias armas sin usar y agarró algunas para todos nosotros. Aunque no supimos usarla, igual necesitamos cómo defendernos de todo esto.

—¿Con quién se van a quedar ellos? —pregunta John mirando a los dos jóvenes que aún no han dado su nombre, que nos miran expectantes.

Susie los mira, y después a nosotros.

—Nadie, que vean si se van a su barco o se quedan en esta casa. Pero ya nosotros nos vamos —dijo ella caminando a la puerta y uno de ellos se levantó preocupado.

—¡No! Queremos ir con ustedes, solo somos nosotros dos.

—¿Y ustedes no se iban a la costa, pues?

—Sí, pero queremos ayudarle con sus hijas. Después seguimos nuestro camino. —Habla el otro.

Aun así no dejo de mirarlos, son tan iguales. Algo en ellos se me hace muy conocido, pero no sé dónde los vi. De igual forma, terminan convenciendo a la señora Susie y terminan yendo con nosotros.

Nos tomamos una hora para llegar al lugar donde se encontraban las chicas, pero el lugar estaba vacío. Le hago señas a John para que esté pendiente.

—Vamos a rodear la casa —dice Susie hablándonos y con cuidados vamos; atrás el patio está desolado y no se ve rastro de nada.

—¡Por ahí! —señaló uno de los chicos que iban con nosotros, señalando el lugar donde se veía una pequeña cerca que estaba rota y había un pedazo de ropa rota.

Corremos hacia allá, notando que hay un pequeño rastro de sangre por el suelo y miro la cara de Susie.

—No pensemos lo peor —le digo pasando por su lado siguiendo el rastro. Unos quince minutos nos toma siguiendo el rastro que va hacia otro lugar de casas abandonadas.

Cuando estamos a punto de dar otro paso, escuchamos un grito de auxilio.

—¡Suéltala! —escuchamos la voz de Lara y todos nos miramos la cara y sabemos lo que tenemos que hacer.

Por lo que corremos, encontrándonos un grupo de hombres grandes, forzudos, más de dos metros, piel clara. Y sabiendo que con un golpe de ellos nos mandarían al más allá.

Están rodeando a Lara y Carly está en brazos de uno de ellos que la sostiene en un abrazo que pareciera que en cualquier momento le va a quebrar el cuello.

Susie no la piensa cuando alza la pistola disparándole a uno de ellos, provocando que los cinco hombres se volteen a mirarnos.

—Mierda, son Nefilim.—escucho que uno de los chicos que iban con nosotros gruñe molesto y volteó rápido hacia él, preguntándome cómo lo sabe.

—¡Suelten a mis hijas o mueren! —grita Susie y todos no dejamos de apuntarlos. Lo que provoca que los hombres se rían.

—Demon, las armas de mortales no le van a hacer daño. Tenemos que irnos. —susurra el otro chico y lo vuelvo a mirar. Estos dos retroceden mirando a todos lados y no sé porque aún se me hacen conocidos.

—No, vamos a pelear —dice el hermano.

—Pero miren que trajo el río, si es la familia completa de raritos —habla uno de los chicos, abriendo el paso para que el que tiene a Carly agarrada del cuello nos mire a todos con ojos observadores, antes de que su mirada caiga en mí solamente.

—Ja, premio mayor. Sí, es la linda de Star —habla el chico haciéndome tragar.

—¿Cómo sabes mi nombre o donde me conoces?—preguntó preocupada. Él que suela a Carly que corre a los brazos de Lara, da un paso al frente.

—No te deje engañar, pueden matarnos en un pestañear de ojos —susurra el que llamó Demon a su hermano.

—Oh, como no conocer a la impresionante Star y Rous, las chicas que portaron poderes celestiales. Por cierto, ¿qué se siente tener poderes de ángeles como si nada?

—No tenemos nada, porque Luna lo recupera todo —le digo porque no quiero otro grupo tras de nosotros.

Él chasquea la lengua decepcionado.

—Qué mal, y yo creyendo que Leuskna le dejó una pequeña porción. Que mala amiga tienen.

—¡Basta de charla, entréguenme a mis hijas o mueran!

—Mmm, déjame pensar. —Se lleva un dedo a la barbilla pensativo y después me mira sonriendo malvadamente. —Mmm, no, ella se queda conmigo —y sin previo aviso uno de sus hombres no sé de donde hace algo con sus manos lanzándomelo; veo todo en cámara lenta.

—¡Cuidado! —grita el chico que tenía atrás lanzándome al suelo.

Solo oigo el impacto de fuego chocar con algo atrás haciéndolo explotar; después se escucha disparo.

Cuando los disparos censan, el de mi equipo se queda en silencio, notando que ni las balas pudieron tocarlo. Miro a Lara y Carly. La última llora en los brazos de su hermana, mientras que el jefe de los Nefilim, si se le puede decir así, solo sonríe malvadamente sin apartar los ojos de mí.

—Vayan por ellos —es lo que dice antes que todos nosotros demos pasos atrás, asustado cuando notamos que la tierra bajo nuestros pies se mueve.

Trago grueso, sabiendo que matamos a la creatura; pero toda duda es descartada cuando un pedazo de tierra es elevado al cielo. Como si fuera el avatar, y es apuntado a nosotros.

—¡Cúbranse! —gritó corriendo tras de un muro al ver que más se alza.

Logro ponerme a salvo cuando solo pedazos de tierra vuelan por un lado. Ruidos ensordecedores se escuchan en todos lados. Mientras gritos se le unen.

—¡Star!—me llama el que llamó a su hermano Demon, y volteó hacia él, que está solo cubriéndose de las llamas de fuego que van hacia el contenedor de basura. Volteó al otro lado y está su hermano con la señora Susie, y John no sé dónde está. —¡Necesito que los distraiga, voy por las chicas!

—¡¿Cómo rayos crees que los voy a distraer?! —grito al no ver la lógica asustada. Él señala el cielo y no entiendo.

—¡Aun tienes los poderes de tú amiga!

—¡¿Cómo sabes tú, de Luna?! —pregunto confundida, y cierro los ojos al sentir otro impacto en el muro.

—¡Después te lo explico, pero necesito que los distraiga! —y no me da tiempo de preguntar cómo, cuándo siento unas fuertes manos en mi brazo que me impulsan sacándome de mi escondite.

Unos ojos negros, tan negros, me devuelven la mirada.

—¡Atrape a una! —dice, antes de lanzarme contra el piso fuerte. Mi cuerpo recibe todo el impacto, provocando que un quejido de dolor salga. Y no me da tiempo de prevenir la patada que me lanza, y la fuerza que usa provoca que se me estanque el aire. —Como me voy a divertir mucho. —dice, y solo escucho lejos antes de que me agarre por el pelo y me arrastres.

No sé dónde siento una fuerte electricidad por mis venas, cuando veo la intención de lo que va a hacer. Algo dentro de mí se activa, y lo único que veo es negro antes que un trueno en los cielos se escuche tan fuerte, provocando que el que me tiene agarrada por el pelo mire arriba y un rayo impacte contra él, haciendo que me suelte y mi cuerpo salga disparado contra otro muro.

—¡Star! —no sé de donde sale John, pero llega antes mi preocupación. Logro abrir los ojos aún con la energía en mi sistema, y cuando alzo mi mirada chocando con la de John, él retrocede preocupado. —¿Star? ¿Tus ojos?

Lo hago a un lado, poniéndome de pies. Unos de los chicos tienen a la señora Susie por el cuello agarrada, mientras que otro tiene a Demon en el suelo con un arma pegada en su cabeza. No veo al otro chico, y Carly la tiene en brazos del jefe mientras que Lara intenta en un forcejeo quitársela.

Alzo mis manos por voluntad propia desde mis lados hasta llegar arriba, haciendo que el cielo se escuche otro trueno y el rayo que cae es a los pies del que tiene a Demon en el suelo, provocando que el arma vuele por los aires…

—¡Oye, imbécil! —él que tiene a Lara agarra me mira con su sonrisa como si ya lo hubiera sabido.

—¡Pero si la linda de Star tiene poderes!

—¡Suéltala o te las veras conmigo! —le digo alzando la otra mano y él se burla de mí.

—¡Ajá! ¿Y qué me vas a hacer, mocosa? —y sin previo aviso antes que yo hiciera algo, una sombra negra salió de la nada e impactó contra él, soltando a Lara que cae en el suelo y Carly sale corriendo para ayudar para correr al otro lado…

Estos dos luchan y yo hago que los rayos caigan en los otros Nefilim, provocando que su jefe mire toda la escena cuando la sombra negra se lo permite, antes de maldecir entre dientes molesto y hacer algo, provocando que la sombra negra volara por los aires lejos de él.

Intento ir tras del jefe, pero la mano de alguien o más bien de John impide que me mueva.

—Tenemos que irnos, Star, tanto ruido va a traer más de ellos. Y lo que sentía correr por mis venas se apaga, igual que el cielo se vuelve a despejar y todos corremos en dirección contraria a buscar un nuevo refugio, pero esta vez con más interrogantes que antes.

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