11. Detener el tiempo (Actualidad)

Luna

"Que me perdone el tiempo, por querer detenerlo cuando te miro"

-Desconocido.

—Solo me dijo que fueras a dar la cara y está muy furioso.—la voz de Theo sonaba a puro miedo y abrazaba mucho a la morena.

El olor a descomposición ya me tenía mal, y tuve que usar un conjuro de protección para la casa ya que estaban revisando casa por casa esa gente. Finn estaba a mi lado esperando que yo tomara una decisión pero no lo iba hacer.

Ellos no sabían que estaban a salvo aquí, pero no me iba a arriesga que el espíritu que tiene Star nos mates a todo.

—No voy a bajar.—dije mirando todavía por la ventana. De un momento a otro el cielo se oscureció avisando que la lluvia se estaba acercando.

—Esa gente te conoce y al parecer tú las conoce también.—Finn se acercó a mi buscando mi mirada la que yo iba a esquivar.—Por qué no dar la cara de una vez y ya.

—Porque eres tan insistente.—la habitación de los worthy no me gustaba, me daba un poco de miedo este lugar. Ver tantos recuerdos.

—Ok.—dijo dándose por vencido.—Si tú no vas a bajar yo sí.

—Espero que no mueras.—le di una palmeada al hombro antes de pasar por su lado y meterme en el baño.

—Eris acuéstate en la cama.—escuche la voz de Theo a la morena para tranquilizarla. Ya no tenían más sus medicinas y el olor que ella manaba me estaba matando.

Entre al baño cuando un trueno se escuchó afuera y escuche cuando Finn salió del cuarto. El sollozo de la morena no me dejaba pensar, y creo que soy una cobarde por huir y no dar la cara como a otros.

Quiero permanece aquí por siempre y no ver a mis padres, y a mis hermanos. Esto me partería de verdad. Si bajaba y me enfrentaba a ese parasito, creo que todos se darían cuentan de quien soy en verdad y es lo menos que quiero. Solo quiero buscar una manera de enfrentar a Lux y Cristians y después vivir normal otra vez.

Estaba mirándome en el espejo cuando el aire cambio de repente a muy frio como si estuviera dentro de un congelador, pude notar como mi respiración cambiaba a una agitada, todas las emociones encerrada en una sola casa me estaba matando. Ya que a mí alrededor todo se volvió oscuro y sobrio como si estuviera en otro lugar que no fuera el baño de los worthy, di un paso atrás cuando el espejo se congelo literal, se había congelado y todo el aire no me agradaba.

Salí del baño un poco asustada cuando note a Theo sentado en la cama estirando su mano a la de Eris pero al mismo tiempo se hubiera congelado en el tiempo.

—Theo.—susurre para llamar su atención pero él no se movió y eso no me gusto para nada.

Mire a Eris y estaba igual a él, como si los dos se hubieran congelado en el tiempo, así que esto no me traía buena espina y baje las escaleras con sumo cuidado todo seguía silencioso y lo único que se escuchaba era la voz de Nathan y otra persona.

Me asome y vi a toda mi familia congelada como Theo y Eris en la sala, al verlos así me dio un pequeño golpe en el corazón y creí que ahí mismo iba a descomponer hasta que el grito de Nathan me saco de mis pensamientos.

—¡¿Cómo rayos está en un cuerpo que no eres bienvenido?!—le grito Nathan furioso viendo al parasito que tenía a Star, quería hacer algo pero esta no era mi batalla. Yo no sabía nada de guerra entre ángeles y demonios, yo solo sabía defenderme y más nada.

—Solo estaba rondando por el vecindario cuando la vi a ella intentando salir del escudo y bueno... lo demás se me ocurrió solo.—dijo con un toque de diversión en la voz que eso me molesto.

—Tienes que salir de ese cuerpo porque la está matando ¡Tu lucha es conmigo, no con ella!

—Me vale si se está muriendo o no.—se encogió de hombro y después como si supiera que yo estaba ahí me miro divertido.—Así que eres tú a la que la bruja busca.

Lo mire confundida y después a Nathan que me miraba raro. Solo di un paso dudosa mientras que los dos me miraban.

—¿Que está pasando y por qué ese parasito tiene a Star atrapada?—pregunte molesta señalándolo mientras miraba a Nathan.

—Nuestro amiguito aquí, lleva más de un año entero dentro de este cuerpo sin saber que estaba y solo por eso ya no me puedo ir.—se burló el parasito desde la puerta mientras que yo no apartaba la mirada de Nathan furiosa.

—No sabía que la estaba poseyendo.—se excusó también molesto apartando mi mirada para mirar al parasito.—Supo esconderse bien de mi mientras que yo salía a buscar comida.

—¿Comida o a ella?—pregunto el parasito divertido como si esta escena le diera muchísima diversión y ya esto me estaba hartando.—Porque que yo recuerde siempre salías todas las noche a buscarla a ella mientras que le mentías a los demás, y gracias a tus descuido se llevaron a pordiosero de su padre mientras que su hermana se escapaba.

Eso fue como si me hubieran echado un barde de agua fría mientras que ese parasito no dejaba de burlase en mi cara y mirar a Nathan.

Mi padre se lo habían llevado, ¿qué miércoles paso mientras yo no estaba? Si me fui para protegerlos y dejarlo con Nathan era más seguro. Me deje caer en el piso mirando a mi madre que estaba tras de Hero asustada mirando a la puerta, todos estaban mirando a la puerta asustado sin saber qué hacer.

Lo que no me explico es el paro de tiempo y porque solo yo me sentía que me iba a morir. Necesitaba rescatar a mi padre cueste lo que cueste.

—¡Tienes que salir de ese cuerpo!—le demando Nathan ya furioso caminando hacia la puerta pero el parasito solo se reía.

Yo quería salir de mi shock total y hacer algo pero no podía, sentía que el aire se me estaba agotando y tuve que llevarme la mano hasta mi garganta para ver si podía respirar mejor.

Cuando creí que ya estaba pasando a otro mundo escuche su voz, esa dulce voz que llevaba más de dos años sin escuchar. La que siempre se preocupa por mí y nunca me abandono.

—Ayúdame.—su llanto perforo mis oídos con tanto dolor que solo podía ver la pelea que tenía el parasito y Nathan.

Cerré los ojos con fuerza y me lleve las manos a los oídos para solo concentrarme. ¿Cómo pude permitir todo esto? confié en él y perdí casi toda mi familia, papá no estaba y tampoco mi hermana, Star estaba atrapada y ¿yo que podía hacer? Nathan solo se descuidó por su obsesión conmigo llevándose por delante a todos sin ver las consecuencias que cometió.

Mire la disputa entre el parasito y Nathan que no paraban de insultarse mientras que yo no sabía que estaba haciendo. Sin darme cuenta estaba caminando hacia Star, si ellos no me veían estaba pasando a otro extremos de mis poderes. Todo paso muy rápido como flash, me acerque los más rápidos que pude y solo le sople en la cara. El frio que estaba en el ambiente lo vi entrar todo en su cuerpo mientras el parasito hacia todo lo que fuera para permanecer en su cuerpo pero no podía.

—¡¿Qué....?!—ni siquiera le dio tiempo de preguntar porque así como entro el frio que había entrado en Star lo había expulsado de ese cuerpo.

Me quede asombrada mirando el cuerpo de Star en el suelo, yo no sé qué me paso, esto no es mi campo y tampoco me creí mucho más poderosa que cualquier ángel. Una batalla de un parasito con un ángel, es si aquel le dio problema en algún tiempo, eran su batalla no la mía.

Pero ahí estaba yo mirando el cuerpo de Star mientras que su color volvía y lo demás trascurría como si el tiempo ya no se hubiera detenido y siguiera adelante.

—¡Star huye!—escuche el grito de Rous de terror.

—¡Nathan ayúdala!—el grito de mi catire.

—¡¿Qué mierda pasa?!—la confusión de mi hermano y el llanto de mi madre.

Esas palabras se escuchaban tan lejos que sabía que lo que estaba viviendo no era normal. Sabía que yo no era normal y si lo aparentaba solo me estaba engañando.

Me quite el pasamontaña con la peluca y solté mi cabello, el brillo que emanaba me dio tiempo de reaccionar y agacharme a abrazar a Star. Ella era alguien muy importante para mí y yo solo había perdido a una parte de mi familia, tampoco podía perderla a ella.

Su piel pálida recobro color pero sus ojos no se abrían y me dio miedo que no despertara. Así que le di un dulce beso cargado de lágrimas en la frente y la apreté a mí.

—Star, cariño despierta.—susurre una y otra vez.

Escuche paso y más voces a mi alrededor pero lo que me importaba era que Star despertar. Alguien coloco su mano en mi hombro y pude ver a Finn haciéndome señas a la puerta, todo se veía borroso a mí alrededor que no pude ni siquiera mover un solo musculo al ver a los espías en la puerta intentando entrar. Ya no quería seguir peleando, ya no quería seguir huyendo, necesitaba que todo volviera a como era todo antes, así que cuando baje mi mirada a Star ella había abierto los ojos y una pequeña sonrisa se le formo en los labios.

—Volviste Luna.—fue lo único que dijo antes que toda la descarga de energía que hubiera en mí se revolviera en todo mi interior encendiéndose como un faro sin completación a quien cegar o matar.

Vi mucha luz antes de cegarme de la ira.

***

Star

<<¿Recordaba? >>

Si, recordaba perfectamente.

Aquella chica que emana luz celestial de su piel que me tenía entre sus brazos era la misma que una vez conocí. Era mi mejor amiga Luna, la misma por la razón que estábamos en guerra.

¿Cómo pude olvidarla?

—¡Luna para!—la voz de Nathan era de advertencia.

Todo paso muy rápido ella se encendió de una luz muy fuerte que tuve que taparme la cara porque sentí que iba a quedar ciega. Solo sentí que ella se paraba y hablaba en otro idioma, escuche gritos en todos lados. Y la única voz que se escuchaba por encima de los gritos era la de Nathan.

—¡Star!—mi hermana me llamaba pero no quería abrir los ojos, todavía se sentía en el aire aquella intensidad de luz.

—¡Luna!—llame a mi amiga pero solo se podía escuchar todavía el caos y los gritos y llantos.

De repente todo se quedó en silencio y cuando abrir mis ojos solo pude ver a Luna destilando luz y parada frente a una morena que no dejaba de llorar.

—Luna aléjate de Eris.—le advirtió el chico que tenía a la chica. Pero Luna no dejaba de verla.

Su cara no mostraba nada de sentimientos nada de expresión alguna, su cabello rubio ceniza platinado era más brillante como si fuera plata escarchada, su piel brillaba como la bella luz de la luna y sus ojos aquellos que eran grises ahora eran mucho más oscuro como la tormenta ante de una tempestad. La ropa vieja negra que tenía ya no era más negra si no un vinotinto llamativo, jeans y chaqueta.

—Luna.—la llame para llamar su atención porque esa mirada no mostraba más nada y solo estaba asustando a los demás como la chica que estaba en los brazos del chico asustada.

— הריקבון שלך מטביע אותי.— le dijo pero la tal Eris no dejaba de llorar.

<<Tu putrefacción me está ahogando. >> es lo que pude entender.

—Luna ¿qué vas hacer?—yo si sabía lo que Luna decía. Ella solo arrugo la nariz antes de agacharse y soplarle en la cara.

La chica se desmayó en los brazo del chico y Luna se desplomo de repente.

—¡Luna!—me levante débil y camine hacia ella pero se me adelanto Nathan.

—Necesito alejarla de aquí.—dijo antes de llevársela por la puerta.

Mire el lugar por donde Nathan se la había llevado pero no entendía que le había pasado a Luna, ¿por qué ella brillaba así? ¿por qué le dijo a esa chica que su putrefacción la ahogaba? Necesitaba respuesta y ella nos necesitaba a nosotros.

—Star.—la voz de mi hermana me saco de mis pensamientos trayéndome a la realidad.

Me voltee para encontrarme a Rous asustada junto a mi hermano, a su lado estaba John junto a Lara y su mamá como protegiéndola de algo y al lado del chico que no dejaba de llorar e intentar despertar a la chica estaba un catire que solo nos miraba curioso.

Estaba a punto de responder cuando el chico que lloraba grito.

—¡Finn, ¿Qué mierda le hizo?!—le grito con rabia a su amigo que volteo a verlo.—¡Nos dijiste que no era mala, y ahora ve lo que le hizo a Eris!

—Cálmate, no sabemos si Eris está durmiendo o que se yo, Luna no es mala.—intento tranquilizarlo pero el chico negó todavía más furioso.

—¡Dijiste que no era igual que su hermana, dijiste que nos ayudaría, dijiste...—no pudo seguir gritándole cuando miro a mi dirección y luego a la chica.—No sabemos que es y ahora estamos perdidos.

El tal Finn le iba a responder cuando yo me acerque y le hable firme. No permitiría que pensara que Luna era la mala de esta historia.

—¡No hables así de mi hermana!—le grito en ese momento no me importaba que todos me miraran como si ya hubiera perdido la cabeza, nunca me gusto que trataran mal a Luna y mucho menos cuando ella solo intento ayudar.—No seas un cobarde, ella aquí no es la mala, y por si no lo sabía...—señale a su amiga.—La sano o eso creo, yo escuche perfectamente cuando le dijo que su putrefacción la ahogaba a lo mejor por eso estaba molesta cuando se acercó a ustedes, Luna no es una persona que le gusta ver a las personas morir, ella no es así.

El chico me miro confundido y después volvió a ver a su amiga.

—Star ya perdiste la cabeza.—la voz de Rous me hizo voltearme a verla que intentaba acercase a mí pero no lo hacía.—Esta enferma y tu ni siquiera conoces a esa chica, nadie aquí la conoce.

La tristeza y temor que mostraba en sus ojos me hacía dudar de lo que en verdad ella sabia y que no. Ella solo pensaba que estaba loca porque así me tenía aquel individuo maléfico.

Resople molesta y los mire a todos. Aquellos con quien viví mucho años de vida, los que me vieron nacer y los que compartir todo esto dos años me miraban con miedo, como si ya hubiera perdido la cabeza.

Entonces paso algo que nunca me lo espere, el tal Finn me coloco la mano en el hombro llamando mi atención.

—¿No te he visto en algún lado?—lo mire fijo confundida porque era la primera vez que yo veía esa gente extraña en mi casa.

—No que yo sepa... ¿Quiénes son ustedes?

—Star aléjate de ellos.—la voz de mi hermano sonó desesperado que no preste atención.—Ellos estuvieron con la bruja.

—¡No la llames así!—le grite volteándome. Él se sorprendió por el grito.— ¿Se le olvido quien es Luna? ¿Quién fue la que estuvo con nosotros desde que tenemos memoria?

Todos se miraban confundidos y no sabía por qué, resople molesta y vi a Finn que seguía mirándome.

—Tú la conoces ¿verdad?—asentí y él me regalo una sonrisa de labios cerrados que le respondí.—Y yo que pensaba que no los quería.

—¿Qué quieres decir?

—Ella nos dijo que no los conocía y que no pensaba ayudarlos pero yo sabía que fingía... Y lo comprobé cuando te abrazo y pidió que no te fuera otra vez. ¡No puede ser que ella sea real!—chillo casi de emoción.

No quise seguir preguntándole porque mis hermanos no dejaban de discutir conmigo y solo los ignore subiendo a mi vieja habitación.

Ya habían pasado unas cuantos horas la noche estaba cayendo, solo baje a ver a la chica y al parecer se llama Eris y cuando se despertó yo ya sabía que Luna la había sanado, solo decía que se sentía mejor y todo. Él chico llorón se llama Theo y al parecer son una pareja muy rara según lo que me conto Finn. Él sí parecía más amable que todos los que estábamos en la sala y al parecer si se preocupa por Luna como yo.

Los demás estaban en la sala reunido entre ellos, mi hermana que no entendía la razón de porque no me hablaba desde que paso con lo de Luna no me miraba y también mi hermano. En cambio John solo me miraba como si hubiera cambiado otra vez y eso que habíamos terminado antes que intentara huir.

—¿No sabe a dónde se la llevo el chico?—Finn me paso una manzana sentándose a mi lado. Le agradecí por todo, desde que me había sentado a su lado no dejaba de preguntarme mucho por Luna.

—No sé, llevo horas echando cabeza a ver dónde Nathan se la llevo.—le di un mordisco a la manzana y resople.

—Yo no lo conozco mucho, pero...—dudo antes de hablar pero lo anime a que continuara.—No confió en él, además ella es muy especial.

—Te entiendo nadie confía en nadie en esto momento.

—Puedes decirme qué relación tienen ustedes con ella.

Dude por un momento en si contarle o no, ya el mundo no era igual y no podíamos confiar en más nadie que nosotros mismo pero que se podía hacer.

Mire a Rous y Hero que estaban hablando por lo bajito, Lara, John y su madre estaban comiendo algo en otra esquina mientras que Eris y Theo estaban mirando por la ventana. Si, ellos dos andaban haciendo guardia o mejor diría yo, esperando a que Luna volviera.

—Es algo que no me corresponde a mí contarte, pero lo único que te puedo decir es que somos mejores amigas desde pequeña.

Él estaba a punto de responder cuando el grito de la señora Hill nos asustó. Estaba teniendo un ataque de pánico que volvió todo a nuestro alrededor un caos.

<<Bienvenido al mundo de la oscuridad Star.>>

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