Capitulo 40
Narra Harry
Bo había estado un poco extraña el último par de días. Parecía como si su mente estuviera en otras cosas. Rogué que no fuera porque se arrepintió de tener relaciones sexuales conmigo. Mis gestos hacia ella habían sido un poco reservados, prudentes, porque no quería hacerle más daño del que ya le había hecho. Todavía estaba un poco incómodo con la idea de lo que pasó en su cuarto, enojado conmigo mismo por perder el control. Bo nunca debió haber sido sometida a ese lado de mí.
Cuando entré en la sala Bo estaba de espaldas a mí, buscando algo en su bolso. Su mitad superior adornada por una camisa oscura a cuadros mía a la que le tenía cierto apego. Las mangas tenían que estar enrolladas, ya que eran demasiado largas para sus brazos. Los jeans de Bo aferrados perfectamente a las curvas de su figura, algo que siempre me ha gustado de ella. Sonreí, caminando detrás de ella. Su cuerpo se sacudió en mis brazos cuando la abracé. La apreté ligeramente, apoyando la barbilla en el hombro de Bo. Nuestra posición permitiéndome inhalar su dulce aroma.
“Soy solo yo.” Me reí ligeramente.
Una de mis manos viajó hasta su pecho, colocando mi mano por encima sus senos. Su corazón latiendo rápidamente, retumbando contra mi tacto.
“¿Estás bien?”, Le pregunté un poco preocupado.
“E- estoy bien, sólo que me asustaste.” Tartamudeó ella.
Mis labios colocando besos delicados por su cuello en un intento por calmarla. Pero me decepcioné cuando ella se alejó. Ella se apartó de mí, empujando su computadora portátil en medio de nosotros en cuanto traté de avanzar hacia ella. Bo absorbió mi ceño fruncido, mis rasgos confundidos obligándola a hablar.
“Tengo problemas con mi iTunes, me preguntaba si podrías echarle un vistazo?”
Ella me miró con recelo, su pregunta terminando con la mordedura de su labio inferior. Bo sonrió tímidamente mientras tomaba el dispositivo de su alcance. Nuestros dedos se rozaron momentáneamente.
“Por supuesto.” Contesté.
Su mano se posó sobre mi hombro mientras se inclinaba, dándome un pequeño beso en la mejilla. El calor de sus labios se quedó en mi piel.
“Gracias. Voy al baño. “
Me senté en el sofá, Bo salió apresuradamente de la habitación. Sacudí mi preocupación, rizos cayendo alrededor de mi cara antes de que los apartara. Su computadora portátil se apoyaba en mis muslos mientras abría la tapa, presionando el botón de encendido.
Narra Bo
Cerré la puerta tan silenciosamente como pude. No queriendo alertar a mi novio de mí presencia en su dormitorio. Se cerró cuando di la vuelta, escudriñando el espacio que me rodeaba. De inmediato comencé a buscar, abriendo los cajones y revolviendo la ropa. Tenía que estar por aquí.
Abandoné la gaveta en donde estaban sus camisetas, girando frenéticamente a hacia el armario. Las puertas fueron abiertas de golpe antes de que me pusiera de rodillas, buscando en el fondo. Cuando no tuve suerte, mi visión se levantó por encima de mi cabeza. Me puse en pie, parándome de puntillas, tratando de llegar a la parte superior del armario. Un suspiro fue emitido por mi boca cuando no tuve éxito, mis dedos sin estar siquiera cerca de mi objetivo. Trabajé con rapidez para arrastrar una silla, balanceándome sobre ella y buscando por segunda vez. Con mi nueva altura, mi mano buscando a ciegas sobre la madera, maldiciendo a mí vacío descubrimiento.
Bajé de la posición elevada y me dirigí a la pequeña mesita de noche. Mis mejillas sonrojándose ante mis hallazgos, analizando la variedad de condones que Harry guardaba. Todos los colores, las texturas, los lubricantes. Sacudí la cabeza, dejando caer uno morado de nuevo en el cajón antes de revolver para llegar a la parte posterior. Dejé mi movimiento momentáneamente, esforzándome por oír los pies descalzos caminando por el pasillo. Palabrotas escapando de mi boca mientras rápidamente cerraba el cajón antes de salir corriendo hacia el armario. No tuve tiempo para arrastrar la silla hacia su posición anterior.
“Bo, iTunes está muy bien, no hay nada malo en ello.”
Mi distracción no me había dado casi tanto tiempo como yo esperaba. Yo sabía que Harry había estado buscándome, su voz repitiendo mi nombre antes de que la manija de la puerta fuera empujada hacia abajo. Apenas tuve tiempo de cerrar el armario, pero no para acomodar la ropa que había tirado al azar de los cajones en mi prisa por encontrar respuestas.
Harry parecía un poco aturdido cuando entró, mirando fijamente el lío que había creado. El ceño arrugado en su frente dejó en claro que estaba muy contento. Cuando dejé su mirada interrogativa sin respuesta, su enfoque completo se posó en mí. Tragué saliva mientras él cerraba la puerta con el pie, lentamente acercándose a mí. Cálido aliento abanicando en mi cara mientras me resistía al contacto visual de Harry. Se paró directamente delante de mí, su altura impotente.
“¿Lo encontraste?” Preguntó mirándome fijamente.
Trate de aparentar calma, a pesar de la ansiedad contra la que estaba luchando desesperadamente. Era sorprendente cómo el se podía transformar en cuestión de segundos. Generalmente el harry reconfortante, de gran estructura, ahora se sentía intimidante, justo como cuando nos conocimos.
“Encontrar qué?” Pregunte débilmente.
“Sea lo que sea que estabas buscando.”
“No estaba buscando nada.” Susurré.
Mi respiración comenzó a ser superficial, mientras luchaba con mi pelo el dio un paso increíblemente cerca. Empujo ligeramente mi cabeza hacia un lado, con los labios rozando la piel de mi cuello. Mis ojos fuertemente cerrados mientras luchaban por contener las lágrimas.
“Tú y yo sabemos que no es verdad”.
Su tono fue controlado, pero el sentido de autoridad detrás de las palabras roncas era evidentemente claro. Temo que podria ver, mi cuerpo se movía detrás de él. Miré a mi alrededor cuando la parte trasera de mis piernas tropezó con el marco de madera de la cama. Cuando mi visión parpadeó a Harry, su mirada se estrechó sobre mí.
“Dime”.
Yo negué con la cabeza nerviosamente.
“No estaba buscando nada”.
“No me mientas!” Él rugió
El aumento repentino en la voz de Harry me hizo saltar, su voz áspera reboto en las paredes. Una vena gruesa en el cuello le sobresalía, un signo de su evidente disgusto. Además de la mirada endurecida de la que estaba siendo acorralada. Me arrastré hacia un lado, tratando de maniobrar alrededor de su cuerpo. Mi corazón latía cuando su gran mano agarró alrededor de la manija de la puerta antes de que pudiera llegar a él. Fue entonces cuando me di cuenta de que no me haría daño. El gesto más extremo que Harry expresaria seria gritarme y ya había hecho. Empujé mi pelo hacia atrás sobre mis hombros, me enderece.
.”Deja que me vaya.” Di instrucciones con calma, viendo el verde de sus ojos arder.
“No hasta que me digas lo que estábamos buscando.”
Su ceño se agito sutilmente transformadose en sorpresa, mi cuerpo casi presionando la parte delantera de su cuerpo menteniendome firme. No tenía miedo de él.
“¿Qué le dijiste a Dan?”
Era su turno para mirarse un poco incómodo. Su toque se apartó de la manija, casi como si ahora él realmente quería que me fuera. Harry estaba eludiendo la pregunta.
“Harry”. exigi.
Él permaneció en silencio, sin saber hacia donde mirar.
“Es cierto, entonces.”
Mis palabras eran apenas audibles, lo que confirma para mi beneficio en lugar de Harry. Una parte de mí esperaba que lo que Dan me había dicho fuera falso, un tonto intento de molestarme. Pero en el momento de estar ante Harry, sabía que era verdad. Me dolía la pregunta inevitable que venia.
“¿Tienes un arma?”
Las palabras parecían quedarse entre nosotros. Me di cuenta de que Harry no estaba acostumbrado a ser enfrentado de esta manera, sobre todo por una mujer. Si se tratara de un tipo teniendo esta conversación con el, lo habría tenido en el piso en cuestión de segundos. Lo necesitaba saber, así que segui adelante.
“Amenazaste con disparar a Dan.”
La acusación a Harry atrajo su atención hacia mí. Le brillaban los ojos, desesperadamente. Labios carnosos y rosados se abrieron para hablar, pero las palabras no salieron. Harry no tenía idea de cómo manejar la situación. Mis manos comenzaron a temblar, la idea de lo que un arma puede hacer a una persona y el efecto que tendría si la persona apretara el gatillo.
Me mordí el labio, alejándo el miedo, disgusto, tristeza. Las emociones que se arremolinaban en mi cuerpo eran abrumadoras. Harry era peligroso. Yo sin rumbo me acerque a los cajones en desorden. Harry todavía estaba junto a la puerta, con la cabeza baja, sin saber qué hacer.
“Siento lo de tu ropa … Yo-yo ordenare todo despues de irme.” Hable en voz baja, con la voz ligeramente temblorosa.
Empecé a recoger las camisetas del piso, doblarlos y colocarlos de nuevo en los confines de madera. El último fue sustituido, respire hondo para tranquilizarme antes de dar marcha atrás.
Harry parecía haber comprendido lo que realmente estaba sucediendo. Su cuerpo se movió avanzando a mi, llegando antes que pensarlo dos veces y aminoro su toque. Parecía un niño pequeño, asustado y desesperado por no estar solo en la oscuridad.}
“Por favor no te vayas.”
La vulnerabilidad de su voz me hizo querer tomarlo en mis brazos y abrazarlo. Pero no lo hice.
“Yo no estaba pensando, estaba enojado con él”. Él habló.
Me quedé callada, Harry nerviosamente se mordia el labio inferior. Supuse que él pensaba que yo todavía quería que su presencia abandonara el lugar donde se encontraba la puerta. Harry se movió detrás de mí, sentándose en el borde de la cama en la derrota. Me quedé allí durante lo que parecieron minutos, con los ojos clavados en mi escape. Hubiera sido muy fácil para mí para caminar en línea recta. Pero yo sabía que el dolor emocional sería insoportable. Estaba enamorada de un chico que sabía era peligroso. Pero no había absolutamente nada que pudiera hacer al respecto.
Bruscamente me gire hacia Harry, con los ojos centelleando, imposiblemente amplios cuando su cabeza se elevó a mi mirada. Su mirada sorprendida contemplaba esperanza. Era casi como si no pudiera comprender mis acciones cuando me senté a su lado, nuestros muslos frotandose. Su calor emanado con nuestro toque, pero no hizo ningún movimiento para conectar a nuestros dedos como lo haría normalmente.
“Harry, ¿tienes un arma, o-o es de otra persona?”
Los dos mirabamos al suelo.
“De alguien mas”. Hizo eco la voz ronca de Harry.
No estaba muy segura de si deberia estar aliviada por la información dada, o petrificada por Harry teniendo conocidos que negocian con armas.
“¿Por qué demonios conoces a alguien que posee un arma?”
Su cabeza se volvió hacia mí, con los ojos la capturandose el uno al otro. Absorbió mi rostro por un momento, teniendo la comodidad del hecho de que yo había elegido quedarme, dandole el beneficio de la duda.
“¿Recuerdas que te dije sobre haber sido detenido por la policía?”
Mi mente viajó de nuevo al parque de atracciones y cuando Harry había dicho eso casualmente en la conversación. En ese momento yo había pensado que el incidente se había reducido a su mal genio, una pelea tonta, alimentada por el ego.
“Ustedes fueron puestos bajo custodia.” Confirmé
Él asintió con la cabeza. Harry pausó, casi como para medir mi reacción. Ansiosamente jugueteó con sus dedos sobre su regazo.
“Hubo una pelea en un club al que solía ir … Se puso un poco desastroso esa noche, la gente estaba intoxicada. Uno de los chicos del grupo con el que estaba disparó algunos tiros “.
No me había dado cuenta, pero mientras Harry hablaba yo había tomado su mano izquierda en la mía, apretándola mientras pacientemente esperaba a que continuara.
“Nadie fue herido.” Él afirmo. “Y yo no tenía ni idea sobre el arma hasta entonces.”
Asentí con la cabeza en la comprensión. Parecía un poco aliviado con mi reacción.
“La policía llegó y se llevó a todos a la estación … no tuve cargos, sin embargo.”
Nos sentamos por un corto tiempo, mi mente procesando lo que se había escapado de la boca de Harry.
Cuando se movió, mi atención se precipitó de nuevo, tomando mi otra mano en la suya. Me resulta difícil comprender cómo alguien podía verse tan bello como Harry, pero aún contener tan inconfundible oscuridad. Los dos parecían contradecirse fuertemente entre sí.
“Yo estaba enojado.” Harry sacudió la cabeza. “No me gusta la forma en que estaba actuando hacia ti.”
Yo no entendía, Dan había sido más que amable conmigo, pero Harry se negaba a verlo. Me había dado cuenta que su comportamiento posesivo, había aumentado desde la noche que pasamos juntos en mi habitación. Cuando estábamos en la presencia del otro, yo siempre me encontraba compartiendo el calor de su cuerpo. El brazo de Harry se ponía alrededor de mi espalda o mis hombros, acercándome, entrelazando nuestros dedos inconscientemente. Incluso cuando dormíamos, Harry se sentía como una manta extra, sus pestañas rozando mi mejilla mientras me sostenía imposiblemente cerca. Si no tuviéramos responsabilidades, tenía la sensación de que nunca me dejaría ir.
“Eres mía y yo haría todo lo posible para protegerte.”
“Harry, no tienes que preocuparte por Dan” Dije intentado calmarlo.
Mi cuerpo bajó al edredón, el alivio corriendo, sabiendo que habíamos tenido la conversación que temía tener con Harry desde que había hablado con Dan Pude relajarme un poco con la confirmación de que no era mi novio el que poseia un objeto que podría fácilmente terminar con una vida.
Me tomó por sorpresa como un par de labios se apretaron a los míos, mis ojos parpadeando hasta abrirse por completo. Harry se alejó, moviendo su cuerpo sobre el mío. Sus dedos largos atraídos por la cadena de plata sobre el cuello de mi ropa, jugueteando con el colgante por un corto tiempo. El gesto fue un recordatorio de la noche que me lo había dado y lo mucho que se preocupaba por mí.
“Tu sabes, yo nunca te haría daño.” Él hizo una mueca ligeramente ante sus propias palabras y cómo se contrastaban con el número de moretones en mi cuerpo. Su cabeza se sacudió cuando él frunció el ceño. “No intencionadamente.” Sus palabras fueron susurradas.
“Lo sé.” Susurré, una pequeña sonrisa se curvo en mis labios.
No hubo más palabras intercambiadas, sólo besos y suaves toques. Era como si estuviera tratando de alejar el temor. Su nariz suavemente empujó mi mejilla, deseando que correspondiera. Mis dedos se deslizaron en el cabello de Harry, tirando de sus rizos para forzar un ronco gemido de su boca. Ya sea en un momento caliente, apasionado o un gesto reconfortante, había aprendido que Harry amaba que alguien jugara con sus suaves rizos. Mis dedos levemente rascaron su cuero cabelludo para persuadir a otro sonido excitante de sus labios. Pero cuando una gran mano viajó hasta debajo de la camisa a cuadros que yo llevaba, me estremecí cuando Harry palmeó mi pecho.
Sus movimientos cesaron inmediatamente. Un momento de comprendimiento cruzó por su rostro.
“¿Estas sensible?”
Me puse un poco tímida, no completamente cómoda con la discusión de los pros y contras de mi cuerpo. Harry siguió a interrogarme mientras yacía debajo de él.
“Estás en tu periodo?”
“Harry.” Me quejé, mis mejillas empezaron a sonrojarse.
La curva ligeramente de sus labios me dijo que estaba divertido por mi falta de voluntad.
“No hay necesidad de estar avergonzada.”
“Estás encima de mí mientras discutimos mi ciclo mestrual, voy a encontrar eso un poco incómodo, Harry.”
Se rió de mi respuesta cortante, rodando hacia un lado, nuestra conversación anterior aparentemente olvidada.
“¿Puedo hacer algo por ti?”
El verde de sus ojos brillaba, mirándome por debajo de algunos rizos sueltos antes de empujarlos hacia atrás.
“Si tienes espasmos mestruales, creo que tengo un poco de paracetamol en el armario”.
Harry estaba de pie y caminando hacia la puerta antes de que pudiera responder. Miró a su alrededor cuando lo llamé, sus labios entreabiertos mientras se paró interrogante.
“Estoy bien.” Sonreí. “Pero tal vez algo caliente para poner en mi estómago”.
***
Salí del cuarto de baño sólo para descubrir que Harry había desaparecido, ya no estaba donde yo lo había dejado sentado en el borde de la cama. Mi visión examinó la habitación, reconociendo que algo estaba ausente o fuera de lugar, pero no pude decir que era. Un profundo suspiro fue emitido antes de que yo me dirigiera a la puerta del dormitorio. Mi atención se despertó, tenía mis pies llevándome al final del pasillo, cautivada por el suave sonido musical.
Mis dedos apretando el marco de la puerta de la sala de estar, mi curiosidad al instante cayendo sobre Harry. Él estaba sentado en uno de los sofás, ligeramente inclinado. La guitarra, cuya ausencia había reconocido en la habitación de Harry, se apoyaba en su rodilla derecha. Rizos dejándose caer sobre su frente mientras tarareaba en la concentración. Lo único que podía hacer era escuchar con asombro como el hermoso sonido de su voz ronca resonaba por toda la cálida habitación. La longitud de sus dedos sosteniendo una plumilla, rasgueando las cuerdas. Nunca me había imaginado a Harry como el tipo musical, algo que me pareció un gran contraste con su trabajo muy físico. Pero al escucharlo ahora, el tono de su voz, acariciando las palabras familiares para mi, hacia mi corazón derretirse, mi compostura siendo llevada con él.
Yo caminaba tranquilamente alrededor de la parte trasera del sofá, Harry haciendo una pausa en cuanto mi presencia se hizo conocida. Él me miró, mis labios presionando un beso en su mejilla.
“Por favor, continua.” Susurré.
Los bellos sonidos continuaron filtrándose en el aire mientras me sentaba a su lado.
“But if I kiss you will your mouth read this truth
Darling how I miss you, strawberry’s taste how lips do
And it’s not complete yet, mustn’t get our feet wet
Cause that leads to regret, diving into soon.
And I’ll owe it all to you, oh, my little bird, my little bird “.
Yo estaba fascinada por el muchacho capturando mi completa atención. Me di el gusto en el perfil lateral de su cara mientras cantaba la letra. La completa, forma de corazón de sus labios de color rosa, haciendo un mohín con ciertas palabras. Sus pestañas oscuras parecían más largas mientras estudiaba a Harry desde mi posición, rozando la parte superior de sus mejillas cuando él parpadeaba. Los músculos de sus antebrazos haciéndose evidentes con sus mangas enrolladas, sus dedos largos fácilmente viajando arriba y abajo del traste. Parecía tranquilo, mostrando el control que yo sabía que poseía.
Cuando la canción terminó Harry se volcó hacia mí, poniendo la guitarra a un lado. El ligero tinte rosado en sus mejillas me hizo creer que no estaba acostumbrado a una audiencia.
“Eres increíble … No sabía que podías cantar.” Sonreí.
“No he cantado en mucho tiempo.”, Contestó en voz baja.
Había una tristeza en sus palabras, algo que me obligó a acercarme. Mis dedos rozaron su frente, reordenando los rizos que se habían extraviado.
“¿Por qué?”
Un brazo me atrajo hacia su calor, Harry dejando un beso en la parte superior de mi cabeza.
“Yo solía cantarle a mi hermana … para bloquear el ruido de mi papá cuando llegaba a casa borracho. Ella siempre decía que era la única manera para que ella pudiera dormir. Cuando mi papá se fue no había ninguna razón para que yo cantara más “.
Le apreté la cintura mientras Harry jugaba con mis dedos.
“Se siente diferente ahora, sin embargo.”
Mi cabeza se inclinó hacia arriba para encontrarlo sonriendo hacia mí, me besó en la nariz juguetonamente. Me acerqué a frotar la suya contra la mía mientras se reía.
“Busqué, pero no creo que tenga una bolsa de agua caliente”.
Sonreí al ver la expresión en su rostro adorable. La atención de Harry sobre mí causaba una sensación de hormigueo en mi estómago, suprimiendo los músculos apretados por un segundo de alivio.
“Puedes usar estas”. Sugerí, tomando sus manos entre las mías.
El tamaño de sus manos era algo bastante extraordinario. Estiré sus dedos curvados, sorprendida por la longitud de estos. Mi pulgar pasó por encima de las líneas en sus palmas, siguiendo los pliegues en su piel cálida. Seguí explorando la vasta zona, dándoles la vuelta para encontrar los pequeños cortes en los nudillos de Harry que todavía estaban lejos de sanar adecuadamente debido a la pelea.
Incliné mi cabeza hacia arriba para descubrir a Harry mirando fijamente como investigaba la parte específica de su cuerpo.
“¿Te gustan mis manos?”, Me preguntó en tono de broma.
Le sonreí, asintiendo con la cabeza mientras me ruborizaba.
“Son enormes”.
La risa ronca de Harry sonó, tomando mis manos entre las suyas.
“Tal vez las tuyas son muy pequeñas.”, Sugirió.
Me reí cuando Harry comenzó a burlarse de mi estatura, haciéndome cosquillas.
“Pero en serio, son anormalmente grandes.” Hablé, envolviendo mis dedos alrededor de su índice.
Reflexionó sobre mi declaración durante unos segundos, mirando a donde nos pusimos en contacto.
“Puedo sostener una lata de Coca Cola entre mis dedos.” Dijo, con cierta brusquedad.
Mi boca se abrió mientras él me sonrió con aire de suficiencia.
“De ninguna manera, déjame ver.” Le dije.
Salté, arrastrando a un poco emocionado Harry detrás de mí a la cocina.
***
Habíamos terminado con nuestro pequeño experimento, que consistió principalmente en mí entregándole objetos a Harry para ver la cantidad de cosas que podía sostener en una mano. Me quedé muy sorprendida con los resultados.
Ahora estábamos en la sala de estar, una película había sido puesta en el reproductor de DVD mientras prácticamente estaba echada encima de Harry, que estaba tendido en el sofá. Él utilizó la extensión de su palma caliente para frotar círculos en mi espalda, aliviando la tensión que sentía.
Una manta cubriéndonos después de que Harry regresara con dos tazas de té.
Mientras veíamos la película 007 que yo había elegido, mi mente comenzó a divagar. El personaje principal en la pantalla había provocado unos cuantos pensamientos curiosos que se arremolinaban en mi cabeza. Después que el villano había sido matado a tiros, me levanté de Harry.
“¿Alguna vez has tenido un arma antes?” Pregunté yo.
Me levanté el pelo suelto detrás de la oreja, para que mi visión quedara clara. El silencio de Harry siguió por un corto tiempo, estudiando mi rostro. Cuando todo lo que leía era la curiosidad, me respondió.
“Sí”.
Me recosté hacia abajo, con la cabeza contra su pecho mientras consideraba su respuesta. El movimiento de su mano todavía calmando el dolor en mi espalda.
“¿Has disparado una?”
“Sí”.
Mi repentino movimiento hizo a Harry suspirar ligeramente, mi rodilla accidentalmente rozando su entrepierna. Me disculpé ante la persistencia.
“A alguien?” Pregunté.
El verde de sus ojos avivándose, sosteniéndome más cerca.
“No, no. Fue en un campo de tiro, un entorno totalmente controlado. “Él respondió apresuradamente. “No he disparado a nadie, Bo.” Harry resopló.
“¿De verdad matarías a Dan?”, Le pregunté en voz baja contra su pecho vestido, casi con miedo de su respuesta.
Mi cuerpo se movía con el auge y la caída del torso fuerte de Harry. El ritmo constante siendo consuelo para mí, así como el olor familiar de Harry.
“Si te lastima .. No sé lo que haría.”
Fue una respuesta que estaba esperando, la naturaleza protectora de Harry mostrándose. Mis dedos jugaban con el borde de su camiseta por debajo de la manta, empujando la tela hacia arriba para dibujar patrones aleatorios sobre la suave piel de su cadera.
“Igual, no necesitaría un arma, sólo lo golpearía hasta acabar con él.” Dijo en voz baja.
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