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Sus cuerpos envueltos en sudor era lo único vivo allí. Jungkook golpeaba con furia aquel apretado agujero, no importaba las veces que lo follara, siempre lograba hacerlo sisear cada vez que ahorcaba tan deliciosamente su pene.
Taehyung soltaba los gemidos más sucios y obscenos que había escuchado en su miserable vida, sabía que le gustaba aquello, le ponía, le excitaba.
Después de todo, ¿quién los escucharía?. Se habían asegurado de rematar cada uno de sus objetivos aún cuando sabían que ya habían muerto con el primer disparo.
Débiles, eso eran.
El olor a sangre fresca y sexo llenaba sus fosas nasales. Era ya un rito para ambos follarse en medio de los cuerpos sin vida luego de haber cumplido su trabajo.
— No te detengas, cabrón, casi llego.. —. Taehyung estaba sofocado, su pecho había golpeado aquella pared tantas veces y tan duro que podría asegurar que tendría algunas grietas. A la mierda, amaba cuando el pelinegro era tan agresivo y salvaje.
— Si así lo quieres —. Soltó burlón, el sudor no dejaba de correr en ambos, estaban sucios de sangre ajena y vaya que odiaban salpicarse de esos estúpidos pero tampoco es como si les importara mucho.
Jungkook afianzó una mano en la curva de su cintura y la otra en su pelo negro y ondulado, arremetiendo contra su culo favorito sin dejarle brecha ni siquiera para respirar.
Los gritos de Taehyung y los profundos gemidos de Jungkook llegaron a su fin con el orgasmo potente que les sacudió a ambos.
Un beso en la espalda de su compañero y una nalgada fue lo que acompañó la separación de sus cuerpos y se alejaron así, mirándose a los ojos antes de atacarse en un beso casi grotesco.
— Esto es un asco, vámonos de aquí — . Musitó Taehyung mirando los cuerpos inertes sobre el suelo mientras terminaba de acomodar su ropa interior.
— Los ineptos estarán llegando en 10 minutos, debemos irnos — . Respondió Jungkook mirando su reloj.
— Aunque esos hijos de puta nunca han sido eficientes. Un niño de cinco años podría hacer mejor trabajo que esos policías.
Taehyung rió y chocó una vez más sus labios con los ajenos. Era hora de partir.
No hubieron huellas, armas, ninguna cámara de seguridad, ni siquiera un puto botón o pedazo de tela, ninguna hebra de cabello, todo estaba impoluto, limpio, sin rastros, nada.
Otro trabajo satisfactoriamente cumplido.
Otra noche de buen sexo entre muerte y sangre, significaba felicidad para Jeon Jungkook y Kim Taehyung.
Es hora de sacar mi lado oscuro, espero que les guste ❤
Historia dedicada para mi bebé Kassy_e 💖
💕BigBabe_Jeon
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