Capitulo Veintidos.
—Eso es... es horrible.
Sentado en uno de los sofás del apartamento de King, Darius giró la botella de cerveza entre sus dedos mientras observaba el espanto plasmado en el rostro de ambos hermanos luego de que les había contado. Y no los culpaba, personalmente, él aun seguía bastante shockeado por todo lo sucedido con el padre de Noah. Dado que ni siquiera en mil siglos hubiese podido siquiera pensar que algo así estuviese sucediendo tras esa sonrisa perfecta.
Pareciendo procesar todos los detalles, Reb fue quién reaccionó primero, poniéndose de pie y tomando una chaqueta cercana—. Debo ir con Noah.
—Noah esta bien, estaba durmiendo cuando salí. Mi padre se quedó con él para cuidarlo —Darius lo detuvo—. Jamás lo hubiese dejado de no estar seguro de su bienestar.
Reb dudó, pareciendo querer asegurarse por si mismo de si realmente las cosas eran como decía, pero antes de que pudiese tomar la decisión de escucharlo o ignorarlo, King habló—. Sientate, Reb —ordenó—. Puedes ayudar más a Noah quedandote y ayudando aquí, que yendo a su casa solo para verlo dormir.
Haciendo caso a las palabras de su hermano, el joven volvió a dejarse caer en el sofá con una mirada contraríada—. Aun así lo llamaré más tarde.
—Estoy seguro de que estará feliz de escucharte —Darius dijo—. Pero ahora, solo dejalo dormir, lo necesita.
Darius sabía perfectamente lo unidos que eran esos dos, quizás por sus situaciones y edades similares, desde que se había conocido, ellos había logrado entablar una estrecha amistad. Seguramente, y si no era capaz de comunicarse con él, tendría a Reb golpeando su puerta a primera hora de la mañana. Y quizás por el giro que las cosas estaban tomando, sería algo bueno para Noah.
Reb pasó sus manos por su rostro, apartando los mechones con frustración—. No puedo creer que algo así hubiese estado sucediendo justo bajo nuestras narices todo este tiempo y no nos hubiésemos dado cuenta —murmuró, pareciendo mortificado por no haberse dado cuenta—. Pobre tío Nate.
—Dudo que nadie se haya dado cuenta —King arrastró, suspirando ante la mirada interrogativa de Darius—. Reputación, Darius, te hemos explicado esto antes. Todo en nuestras familias se basa en eso.
—Y en el dinero —Reb acotó.
Frotando su barbilla distraídamente, King preguntó—. ¿Estás completamente seguro de que Nate estaba siendo sincero cuando les contó esto?
—¡King!
Dándole una mirada a su hermano, el mayor lo silenció con facilidad—. Nate fue criado como todos los demás —dijo—. Actuar a favor de su reputación no sería algo extraño, no me culpes por querer estar seguro de los hechos.
Cuando ambos volvieron a ver a Darius, este suspiró con tristeza—. Nadie puede fingir ese nivel de dolor —dijo—. Nate se veía como una persona completamente destrozada, mirando a Noah como si fuese la única luz en su vida. Estoy poniendo mis manos en el fuego por él, estoy seguro de que estaba siendo sincero.
King asintió, aceptando sus palabras—. Está bien —dijo—. La familia de Noah se vuelve peor y peor con cada segundo que los conozco.
—Ni que lo digas —Darius murmuró, dándole un trago a su cerveza antes de meditarlo—. Prácticamente crecí dentro de esas paredes, y jamás vi nada que me hiciese dudar que fuesen algo más que una familia unida y amorosa.
—En el mundo en el que crecimos, la reputación lo es todo, Darius —Reb explicó—. Nos enseñan como actuar y hablar desde que somos niños. Estoy seguro de que Noah mismo puede contarte sobre las largas clases de modales que empezaron apenas pudimos sostenernos en pie, los golpes en la parte interior de las muñecas cada vez que hacíamos algo mal y los castigos horribles que no terminaban sin importar cuanto llorásemos.
—Era una tortura tanto física como psicológica —King siguió—. Esto no es algo que suceda en todas las familias de clase alta, estoy seguro de que la mayoría de ellas no se comporta de este modo. Pero al parecer, nosotros nos sacamos la lotería al nacer dentro de un pequeño circulo de familias aferradas a antiguas y horribles costumbres que decidieron mantener vivas.
—No fue tan malo para nosotros, dado que nuestros abuelos fallecieron cuando éramos niños y nuestros padres tienden a ser un poco más benevolentes de lo que ellos fueron —dijo—. Pero en la familia de Noah, esas costumbres siguen fuertes y en pie.
—Y en realidad, si soy sincero, esto no me sorprende del todo. —King murmuró, jugando con la etiqueta de su botella.
—¿Que quieres decir?
—Teniendo en cuenta la forma en que ese matrimonio comenzó... —hizo un gesto vago con su hombro—. No me sorprende que este haya sido su final.
Completamente confundido por el giro de la conversación, Darius miró entre ambos con curiosidad—. ¿A que te refieres con "la forma que comenzó"?
Deteniéndose antes de darle un sorbo a su propia cerveza, King le devolvió la mirada con la misma cantidad de confusión—. Fue un matrimonio arreglado, pensé que lo sabías.
Darius negó lentamente mientras su cerebro se esforzaba por procesar sus palabras—. No creo que Noah sepa de eso.
Eso logró obtener la completa atención de King, haciendo que bajara la botella y compartiese una rápida mirada con su hermano antes de regresar a Darius—. ¿Noah no lo sabía?
—No —negó con seguridad—. Él siempre me ha dicho que ellos estaban realmente enamorados. En realidad, creo que ellos mismos le dijeron que se casaron por amor. Es la primera vez que escucho algo sobre un matrimonio concertado relacionado a ellos.
—Eso es extraño —King señaló—. Porque según lo que he escuchado, su compromiso fue todo un escandalo.
Ahora Darius estaba intrigado—. Quiero escuchar esa historia.
King dudó, pero Reb no tuvo problemas en tomar la palabra—. King no quiere contarlo porque esto es algo que escuchamos de nuestros padres, ni siquiera habíamos nacido cuando sucedió, por ello jamás hemos tocado el tema con Noah o con nadie más —dijo—. Los chismes no son muy bien vistos cuando se trata de jovencitos de sociedad.
—Puedo entender eso. —Darius asintió—. Aun así, creo que esto es algo que debo saber, porque si es importante, entonces Noah debe escucharlo también.
Pudo ver el interior de King luchar, como si no estuviese seguro de hablar antes de que un suspiro brotara de sus labios y hablase—. Por lo que sé, el compromiso original de Nate no involucraba a su actual esposo. Él fue prometido a alguien más cuando era muy joven —dijo—. Pero tío Van, el otro padre de Noah, se encaprichó completamente con él cuando se conocieron, e insistió en casarse sin importarle el compromiso previo.
—Déjame adivinar —Darius lo detuvo—. Nate se enamoró de Van y abandonó a su antiguo prometido para poder casarse con el imbécil, es demasiado predecible.
Reb negó—. En realidad no —dijo—. Según nuestros padres, Nate estaba muy enamorado de su anterior prometido, y ansioso por casarse con él. Es más, rechazó cada una de los avances de Van en ese tiempo.
Ahora estaba perdido—. ¿Cómo terminaron casados entonces?
Reb se encogió de hombros—. Algo sucedió con su anterior prometido.
—¿Algo?
Cuando Reb abrió la boca, King le dio un golpe y una mirada de advertencia—. No comiences con tus especulaciones, sabes que no es buena idea comenzar un chisme si no sabes su veracidad —advirtió antes de girarse a ver a Darius—. Algo sucedió, no tengo idea de que fue realmente y mis padres tampoco. Lo único que supieron fue que cayó en desgracia, su familia lo abandonó y le quitaron todo lo que tenía al mismo tiempo.
—Y él desapareció —Reb volvió a interceder, haciendo un gesto con su mano—. ¡Poof! Desapareció, nadie más volvió a verlo.
—Sin él en el cuadro, fue fácil para la familia de Van el presentar una petición de compromiso a una familia desesperada por limpiar la imagen de su hijo —dijo—. Ellos en realidad, se comprometieron y casaron en menos de un año.
Darius asintió lentamente, dándole un trago largo a su cerveza, intentando que el alcohol de la misma le diese las respuestas a las dudas girando en su cabeza—. Eso responde muchas preguntas —dijo—. Y deja muchas otras en su lugar.
—¿Acaso nunca escuchaste decir que las familias más perfectas son aquellas que tienen más secretos? —Reb murmuró.
Sonriendo un poco ante la ironía de esa frase en una situación así, Darius se tomó un instante para ordenar esa nueva información en el esquema en su cabeza antes de soltar—. No lo entiendo —dijo finalmente—. Según Noah, ellos realmente se amaban al inicio. Si todo eso sucedió tan rápido, si Nate no quería tener nada que ver con Van, ¿entonces por qué lucían tan enamorados en las memorias de Noah?
King se encogió de hombros—. Actuación —murmuró—. O quizás, Noah era demasiado pequeño y recuerda las cosas mal, el único que sabe con seguridad lo que sucedió es el propio Nate.
—Aun así —Darius masajeó distraídamente su nuca, pensando y repensando—. Hay algo en todo esto que no cuadra, una pieza que falta.
Noah no era al único que le gustaba pensar demasiado las cosas, Darius era bastante similar en ese aspecto. Y todo ese asunto de Nate no había abandonado su mente en ningún momento desde que habían salido de esa casa. Le había hecho la promesa a Noah de encontrar una solución a la situación del mayor, y Darius jamás rompía una promesa.
Volviendo a ver a los hermanos, decidió que no podía estirar más la razón que lo había llevado allí en primer lugar—. Necesito su ayuda. —soltó.
King asintió—. Lo sé. —dijo—. Pero no hago magia, Darius. Estamos hablando de personas muy poderosas, las cuales me aplastarían como a un insecto si hiciese un mal movimiento.
—¿Eso quiere decir que no nos ayudarás?
El otro bufó una risa—. Por supuesto que lo haré —dijo—. Solo te advertía que no sería fácil, me tomará un tiempo encontrar la forma de ayudarlos, a todos.
Darius dudó—. ¿Crees realmente que haya una forma de reparar todo el daño que esas personas han estado haciendo?
—Todos tenemos un talón de Aquiles —Reb intercedió—. Es solo cuestión de encontrarlo.
—Y para tu buena suerte, ambos somos unas mierdas entrometidas. Encontraremos la forma.
Darius sonrió un poco, sintiéndose algo mejor por haber ido en busca de esos dos para ayudarlo. Aunque la familia de King y Reb era más liberal, todos ellos habían crecido bajo las mismas reglas, así que estaba seguro de que no había nadie que pudiese ayudarlos mejor que esos dos.
Solo esperaba que pudiesen hacerlo a tiempo.
#
Entrando al ascensor, Darius soltó un suspiro, sintiéndose un poco más aliviado luego de hablar con King y Reb. Toda la situación lo ponía un tanto nervioso debido a que, aunque su familia tenía dinero, no estaba ni de cerca de las cuentas bancarias que la familia de Noah manejaba. Le daba una diminuta cantidad de paz interior el saber que tenía a los dos herederos de una poderosa familia protegiendo sus espaldas.
Mirandose en el reflejo de las paredes acristaladas, arregló su cabello y pasó sus manos por su rostro, intentando borrar el estrés que manejaba en su interior antes de tener que entrar al apartamento. Lo último que Noah necesitaba era verlo enloquecer.
El apartamento estaba en penumbras cuando entró, las cortinas estaban en sus lugares y el silencio era bastante espeso. Quitándose la chaqueta, Darius entró a la sala y rodó los ojos al ver a su papá Drew acurrucado en el sofá con el control en su mano y un programa de cocina en el televisor. No tenía idea de porque el hombre seguía viendo esas cosas, él no era muy bueno en todo eso del arte culinario.
Había que ser sincero, él era bastante mediocre en ese aspecto.
Intentó entrar en silencio, para no despertarlo, pero quizás era su sexto sentido de padre logró que este abriese los ojos lentamente cuando estuvo a un par de pasos—. Hey tú —murmuró, enderezándose en el sofá para frotar sus ojos—. Estás de vuelta.
—Siento haberte despertado. —dijo—. No fue mi intención.
—Está bien —echó un vistazo al reloj en su muñeca—. En realidad, se supone que debo reunirme para cenar con tu padre, así que fue bueno que me despertaras.
Sentándose en el sofá individual, lo observó estirarse y arreglar distraídamente su cabello desordenado antes de hablar—. Gracias, papá —dijo, agregando cuando el otro lo miró con confusión:— Por venir, por preocuparte por él, por quererlo y cuidarlo como si fuese tu propio hijo.
—Vi a ese niño crecer ante mis ojos —dijo antes de sonreír—. Lo quiero como a uno de ustedes, así que no tienes nada porque agradecerme.
—Aun así —insistió—. No tienes idea de lo mucho que significa para ambos.
Alcanzando para ordenar su cabello al modo en el que pensaba que "se veía más bonito", sus palabras, no las de Darius, el otro suspiró—. Siempre voy a estar aquí para cuando me necesiten —dijo antes de reír suavemente—. He conocido a Nate por mucho tiempo, solíamos bromear sobre que nuestros futuros hijos se casarían uno con el otro y seriamos una familia completa. Aunque las cosas son un poco complicadas ahora, supongo que esa ilusión si se cumplió.
Darius sonrió un poco antes de detenerse, mirando a su padre con curiosidad—. Papá, dices que conoces a Nate desde mucho antes que se casara con el padre de Noah, ¿verdad?
—Nos conocimos en la secundaria, ¿por qué?
Dudó sobre como decirlo, pero no había muchas vueltas para darle—. ¿Tu sabías que estuvo comprometido antes de casarse con quién hoy es su esposo?
Drew sonrió de forma confundida—. ¿Por qué preguntas por eso? —dijo antes de sacudir su cabeza—. No he visto a Chris en más de veinte años.
—¿Chris?
—Christopher Kantachai —dijo—. Es el nombre del anterior prometido de Nate. Si no estoy mal informado, ha estado viviendo en Tailandia por un largo tiempo. Pero, ¿por qué preguntas?
—Por nada —negó, no queriendo que sus sospechas fuesen públicas aun. Haciendo un gesto a las escaleras, preguntó—. ¿Noah?
—Durmiendo —dijo—. Él bajó y tomó la merienda conmigo, luego se durmió mientras mirábamos televisión, así que lo envié a la cama.
—Bien —asintió—. Gracias, papá.
—De nada —se puso de pie, sacudiéndose lo último de su adormecimiento antes de tomar la chaqueta cercana y meterse en ella—. Me voy ahora, tu padre odia cuando llego tarde, dice que su perfecta comida se enfría y pierde su toque. Lo que sea que eso signifique.
Sonriendo, Darius dejó un beso en su mejilla y lo acompañó hasta el ascensor antes de regresar al apartamento. Cerrando la puerta detrás de si, subió las escaleras de a dos escalones, sintiendo su corazón ligero al ver a Noah acurrucado en el centro de la cama, durmiendo profundamente. Su osito Teddy necesitaba descansar luego de toda la mierda sobre su familia que había escuchado de su padre.
Sintiéndose exhausto, Darius giró y se deslizó con pasos suaves hasta el baño, decidiendo que podía darse una ducha antes de comenzar con la cena. Estaba aclarando la espuma de su cabello bajo la suave lluvia de la ducha mientras hacía un repaso mental de los ingredientes que había en la heladera, cuando la puerta a su lado se deslizó. Noah estaba de pie allí, con su rostro manchado con lágrimas y una expresión lastimera.
—Hey, amor —Darius lo aceptó entre sus brazos cuando Noah se metió en ellos, sin importarle terminar empapado—. ¿Que sucedió?
—Pesadilla —dijo cortamente, apoyándose en su pecho antes de murmurar:— Dijiste que siempre debía correr a tus brazos.
Darius sonrió—. Mis brazos siempre están abiertos para recibirte, Teddy.
Acariciando delicadamente el suave cabello castaño del menor, Darius le permitió acurrucarse junto a él por un largo tiempo antes de moverse para cerrar la ducha. Sabiendo lo que Noah necesitaba para sentirse mejor, se acercó para llenar la bañera a un lado antes de regresar al joven, comenzando a quitar su pijama pieza por pieza.
Entrando a la bañera, lo guio para humedecer su cabello antes de moverse para lavarlo. Sus dedos se hundieron en la suavidad de los hilos castaños, haciendo espuma mientras masajeaba con delicadeza hasta que las marcas de preocupación en el rostro de Noah comenzaron a desaparecer y la calma pareció llegar a él.
Observando ese rostro tan bonito con una media sonrisa, Darius se inclinó y dejó un delicado beso en sus labios—. Sabes que yo jamás rompo una promesa, Teddy —musitó, no queriendo romper la burbuja de tranquilidad en la que el otro parecía sumido—. Te prometí que ayudaría a tu padre, y voy a hacerlo, ¿si? ¿puedes confiar en mi con eso?
Parpadeando lentamente, Noah musitó—. Yo confío completamente en ti, Dare.
Sintiéndose de tres metros de alto con esa confirmación, Darius volvió a besarlo—. Gracias, Teddy.
Sonriendo más ahora, Noah permitió que aclarara la espuma de su cabello antes de descansar con la espalda en su pecho, viéndose mucho más en paz ahora que estaba rodeado de Darius. Luego de un tiempo, el joven volvió a hablar.
—¿Dare?
—¿Mm? —murmuró, ocupado deslizando sus dedos por toda la sedosa y pálida piel a su disposición.
Hubo un instante de silencio antes de que la voz de Noah lo rompiera—. Si hiciese una cita para un especialista en fertilidad para antes de la fecha de nuestra boda, ¿me acompañarías?
Darius se detuvo antes de sonreir suavemente—. No se me ocurriría estar en otro lugar, cariño.
Noah asintió suavemente, como si supiese que esa iba a ser su respuesta. Y era obvio que lo sería, Darius estaba completamente en la relación, y había estado solo en ella por un largo tiempo, no había forma de que se quedara lejos ahora que Noah parecía querer avanzar en ello.
Sabiendo que no había mejor momento que una oportunidad que aparecía repentinamente, Darius susurró—. Hablando de la boda —musitó—. ¿Que te parecería una luna de miel en Tailandia?
Necesitaba respuestas si quería cumplir su promesa, y tenía la sensación de que había alguien que podía dárselas, solo tenía que encontrarlo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top