Parte 4

Pov. Shinichi.

Mi vida cambió después de la propuesta sugerida por Akai-san. Los entrenamientos eran duros, realizaba cualquier tipo de actividades como aprender a disparar, técnicas de ataque y defensa, patrullajes, entre muchas otras cosas que me son difíciles, pero, con el paso de los días, ya no resultaba una gran barrera. Cada día, llego a medianoche, cansado, hambriento y rodeado de raspones y cortadas en todo el cuerpo. A mi llegada siempre está Ran, quien atiende mis heridas regañándome sobre cómo me las hice y diciéndome que debo tener más cuidado, a lo que siempre asiento.

Ran calienta la comida y espera hasta que terminara para que podamos charlas sobre nuestro día, pero termino quedándome dormido antes de poder entablar la conversación. Esta rutina me estaba agotando, y no sólamente a mí. Veo a Ran más y más cansada. Puedo ver sus ojeras a través de  maquillaje que le permitía disimular su bienestar. No podía hacer nada al respecto, ella se preocupaba tanto por mí y lo único que podía hacer era...seguir...seguir repitiendo lo mismo. Ya no estaba a su lado para protegerla ni como Shinichi, su amigo de ls infancia, ni como Conan, su dulce hermanito. Debía continuar el entrenamiento para derrocar a esa organización que me ha causado tanto daño. Ese momento sucederá pronto...y debo estar preparado.

Este día me tocó realizar patrulla noctura. Eran alrededor de las 7, me faltaban 3 horas para irme a casa. Afortunadamente, me asignaron cerca de casa por lo que llegaré un poco más temprano de lo usual.

Por lo general, hacer vigilancia no es muy complicado, sólo tenía que reportar si encontraba algún ladrón haciendo de las suyas y capturarlo. Con mi cuerpo de niño no sirvo de mucho, así que el FBI me permite usar mis herramientas de detective, siendo la patineta el mejor medio de transporte para este tipo de situaciones.

Estaba patrullando una área cerca de unos puentes. Estas zonas son rara vez inspeccionadas por la policía nacional con regularidad. Las calles eran oscuras, sucias y carecían de actividad comercial. Estaba caminando por una calle que llevaba a un pequeño puente tranquilamente hasta que un grito desesperado rompió el silencio de ultratumba.

¡¡¡ERA RAN!!!

¿Qué estaba haciendo a esta hora de la noche?. Se supone que su clase de karate tenía que haber acabo a las cinco y media. ¡¿Qué hace aquí tan tarde?!.

Corrí apresuradamente. No escuchaba patadas ni choques contra paredes por los puños de Ran. Algo tuvo que haberle pasado, seguramente alguna lesión en el brazo o en la parte de la antepierna. Cuando llegué la escena del acto mi cuerpo se paralizó, veo a dos hombres  sujetando a Ran de sus brazos y piernas, uno en el suelo intentando recuperar el aire y otro la estaba empezando a toquetear. No podía dejar que esto pasara, NUNCA. No me importa si es implicaba que me castigarán después.  Activé mi patineta y ajusté mi reloj. Esos hombres no tendrán mi piedad.

- ¡¡¡DÉJENLA EN PAZ!!!- grité.- Ran alzó su mirada  hacia mí. Estaba pálida, probablemente tenía fiebre alta.

El hombre que la estaba manoseando se detuvo y me miró despectivamente.

- ¡JA!, pero miren lo que tenemos aquí, un mocoso con su patineta. ¿Acaso estás jugando a ser príncipe niño?.-

- No estoy jugando.¡YO SOY SU PRÍNCIPE!. Y lo van a pagar muy caro por haberle hecho daño a mi querida princesa.

Aceleré la propulsión de la patineta y pulsé el botón. Usé el suelo como rampa y me lancé hacia él, golpeándole la cara con la patineta. Después de aterrizar, dormí a uno de los hombres que sujetaba a Ran con mi dardo tranquilizante y al otro le pateé una lata de cerveza con mis zapatos mejorados. El que estaba en el suelo se recuperó y se abalanzó hacia mí, lo esquivé y le lancé un balón inflable que saqué de mi cinturón.

- Lo vas a pagar caro niño- dijo el primer hombre que se había vuelto a levantar, sacó una navaja y me hirió en el lateral del antebrazo.

- ¡¡Aahhgg!!

Me dispuse a no prestarle la atención al dolor que sentía por la herida. Intenté patear otra vez, pero él logró tomar a Ran como rehén apuntando la navaja a la altura de su cuello.

- ¿Qué harás ahora, pequeño mocoso?.- dejó escapar una pequeña carcajada maliciosa.

Ran, con sus últimas fuerzas, le proporcionó un golpe en el estómago, lo que me permitió sacar un balón una vez más y noquearlo por completo. Una vez que me aseguré que todos estuviesen abatidos me dirigí hacia Ran.

-¿Estás bien...Ran?- pregunte mientras recuperaba el aliento.

Ella no me respondió, me miró y empezó a llorar frente a mí. Me abrazó mientras derramaba lágrimas sin parar.

- Shinichi...yo estaba muy aterrada, yo...no...no podía hacerles nada. Me siento tan inúltil. Perdón porque resultaste herido por mí.

- No fue tu culpa, todo está bien ahora.- le acaricié la cabeza para calmarla un poco.

No sé que estaba haciendo en ese lugar. Seguramente, la fiebre provocó que se confundiera de camino. Escribí un mensaje al FBI diciendo que me iría temprano y habían  cuatro hombres inconscientes debajo de un puente, mandé mi ubicación y me encaminé junto a Ran a casa.

La sujeté durante el trayecto final para evitar que se cayera. Minutos después llegamos a casa y la recosté en su cama. Revisé su temperatura lo que confirmó mis sospechas de la fiebre. También noté que tenía un vendaje en su muñeca. No era yeso por lo que deducí que sólamente es una leve torcedura.

Intenté ver recetas de sopas en internet pero cuando vi la complejidad de estos, me rendí ante tal posibilidad y decidí no más calentar un ramen instantáneo. Se lo llevé a su habitación y la ayudé a tomar. Una vez terminado, humedecí un paño y se lo coloqué para intentar bajarle la fiebre lo más que se pueda. La arropé para que guardara calor y me senté junto a ella y pasé toda la noche vigilándola en caso que necesitara algo.

Miré su rostro somñoliento, sus ojeras estaban muy marcadas y su rostro suplicaba descanso. Todas las noches que me esperaba, empeoraba su situación. Le estaba haciendo daño aunque no fuese directamente. Acomodé su cabello y pedí para que la batalla final resulte victoriosa para nuestro bando.
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Pov. Ran.

Me desperté con el sonido de la puerta tocando. Identifiqué una voz que sonaba detrás de ésta, era Sonoko.

- E..está abierto.- logré pronunciar.

- Con permiso.

Escuché los pasos de Sonoko dirigirse hacia mi habitación.

- ¡Ran!, ¿qué te pasó?. Ni siquiera te has sacado la ropa del colegio.

- ¡¿Qué?!, ¡¿Qué hora es?!.- me levanté de golpe lo que me produjo un horrible dolor de cabeza.

- Son las 10 de la mañana.

-¡¿Qué?!, ¡Tenemos que ir al colegio!.

- Amiga, es sábado. Nadie va al colegio los sábados.

Sentí un alivio inmeso. Mi cabeza dolía un poco pero ya no era gran cosa. Miré a mi alrededor, había un recipiente de ramen instantáneo a lado izquierdo de mi cama, encima de mi mesa de noche. Junto al ramen también había una tina con un pañuelo. No entendía nada, lo único que recuerdo fue ver a Shinichi rescatándome de esos vándalos.

- Ran, perdona por decirte esto pero...pues...parece que tr ha llegado y has manchado la cama.- dijo Sonoko sacándome de mis pensamiento. Eso era imposible, si me había llegado la semana pa...no, no podía ser. Sino, ¿de quién?. Intenté recordar eventos de la noche anterior que expliquen la sangre en la sábana.

"Lo vas a pagar caro niño"

"¡¡Aahhgg!!"

¡Shinichi!, Shinichi fue quien salió lastimado en la pelea cuando me rescataba. Se lastimó por mi culpa y no pude devolverle el favor tratando su herida correctamente. No pude hacer nada...otra vez.

Cambié de cara, no debía dejar que Sonoko se entere sobre lo que está pasando. Así que me levanté y busqué un cambio de sábanas.

- Uy, lo siento Sonoko. ¿Me puedes esperar en la cocina por favor?, puedes tomar lo que quieras del refrigerador mientras esperas.

- Ok. Pero te arrepentirás si no vienes pronto.

- Vale, vale.

Cuando Sonoko salió de la habitación. Introduje seguro a la llave y empecé a arreglar la habitación un poco. Cuando saqué la sábana manchada, noté que un papel cayó la piso. Estaba doblado en cuatro y en la primera carilla decía: "Para Ran, de Shinichi". Abrí inmediatamente y reconocí su letra un poco apresurada. Ésta decía:

"Hola Ran!. Qué bueno que despertaste. Me disculpo por no haberte levantado para avisarme que me voy. Intentaré regresar temprano para poder pasar más tiempo contigo. Recordé que me dijiste que irías de compras con Sonoko hoy. Pásala bien y si vuelves a sentirte mal, tómate una pastilla del paquete que te dejé en el cajón de la mesita a lado de tu cama. No hagas mucha fuerza ni busques líos.

Atte.
Tu loco maniático de los misterios."

- ¿quién en su sano juicio se proclama maniático de los misterios?.- bufé- Shinichi tonto.

Guardé el papel, tomé algunas pastillas del cajón y las guardé siguiendo su consejo y me fui a arreglar para salir a comprar ropa con Sonoko.

Si mis cálculos no me fallan, faltaba una semana para la batalla decisiva. Y debemos estar preparados para ese momento.

Hola! ¿Qué tal?. ¡Feliz año nuevo atrasado!. Espero que la hayan pasado bien con sus familias durante estos día de navidad y año nuevo. Les traigo uno de los últimos capítulos.  ¡Se aproxima el final!. ¿Qué creen que suceda?. ¿Qué jugadas tomará el FBI?. Dejen sus teorías en los comentarios.

Espero que les haya gustado y ¡nos vemos en el próximo capítulo!.

Bye :D.

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