Sonata
Título: DANZA DE HIELO
Autora: Clumsykitty
Fandom: Universo Marvel entre Avengers y Thor principalmente.
Parejas: las que lleguen, pero sin duda habrá Thorki.
Disclaimer: Nada me pertenece aunque muera por ellos, todo es de Marvel y Mr. Lee entre otros, lo único mío es esta idea mía convertida en historia. Dicho está.
Warnings: Habrá mucho de todo y algunas cosas serán desagradables. No es un cuento de hadas. Me tomo licencias con ciertas tramas, personajes y contextos para mi beneplácito. Hace milenios que no escribía fanfics, pido clemencia a mis lectores por mis fallas, vuelvo a escribir como un ejercicio personal en busca de algo perdido.
Gracias por leerme.
CAPÍTULO 18. Sonata.
I will always be hoping, hoping.
You will always be holding, holding
my heart in your hand. I will understand.
I will understand someday, one day.
You will understand always,
always from now until then.
When it will be right, I don't know.
What it will be like, I don't know.
We live in hope of deliverance from the darkness that surrounds us
Hope of deliverance, Paul McCartney.
-...T-Thor...
-Ssshh, no hagas ruido.
Loki se mordió el labio inferior frunciendo su ceño en un gesto de placer arañando los hombros de Thor cuyas manos le sujetaban las caderas que empujaba contra las suyas con fuerza, haciendo que las embestidas fuesen profundas, tocando aquel punto que le hacía estremecer de pies a cabeza, nublándole la vista. Estaban sentados en la orilla del porche lateral de la casa, el ojiverde sobre el regazo del Dios del Trueno al que le había importado poco la vigilancia estricta de la isla, jalando a su pareja al exterior para hacerle el amor de manera lenta pero decidida. Loki no había podido ni reclamar, apenas si entendiendo que estaba sucediendo cuando el rubio ya estaba tomándole, tenía sobrepuesta la capa roja encima de sus hombros con su pijama entreabierta que dejaba ver su pecho sudado con su pantalón a medio muslo entrecubierto por la capa del Asgardiano que lamió la curva de su cuello cuando se arqueó ante una embestida certera, gimiendo suavemente.
-Sssshh, o despertarás a nuestra hija.
-T-Trato... maldita... sea... y tú...
Se besaron con pasión, los brazos de Thor le rodearon la cintura por debajo de la camisa de su pijama, subiendo por su espalda, pasando por su pecho buscando jugar con sus pezones clavándose al mismo tiempo entre las piernas de Loki que temblaron haciendo que gimiera de forma ahogada tirando de los cabellos rubios del otro quien rió en el beso ganándose una mordida en sus labios por su osadía. Los brazos del ojiverde se enredaron por su cuello ocultando su rostro entre la melena del Dios del Trueno mordiendo sus labios para no gritar cuando el ángulo de la embestida arremetió de lleno en su interior al tiempo que una mano diestra terminaba por excitarle. Loki no resistió más, llevaban un tiempo maratónico haciéndolo, para su gusto. El sol aun no había salido por el este anunciando un nuevo día, cuando el Asgardiano había aparecido cual ladrón buscándole en su recámara para besarle como loco y luego llevarle afuera. Una mano suya se clavó temblorosa y fuerte en uno de sus bíceps y la otra en su espalda protegida por su armadura. Abriendo su boca para jalar aire y luego ahogar un grito, se estremeció por última vez quedando sin fuerzas contra el pecho de Thor perdido en su orgasmo volviendo en sí únicamente para darse cuenta que su bravía pareja aún no terminaba.
-Thor... -gimió en un susurro mirándole con reclamo.
Aquel le miró fijamente perdido en quien sabe qué cosas antes de obsequiarle una de sus sonrisas tontas, jalándole por la nuca para besarle, atrayendo por completo sus caderas sobre las suyas en una arremetida profunda que hizo a Loki ver luces, creyendo que caería de los muslos del Dios del Trueno quien ronroneó al verle arquearse cerrando de golpe sus párpados, sensible a sus caricias y embestidas. Una mano del rubio jugó con la trenza floja que enredó en su mano, similar en forma y tamaño a la de su hija. Buscó la curva de su cuello que olfateó, extasiado de su aroma antes de hincar sus dientes ahí escuchando una queja ahogada del ojiverde quien se abrazó a él ante el martilleo que se aceleró de forma súbita con el éxtasis del Asgardiano llenándole una vez más. Luego de eso iba a necesitar un largo y concienzudo baño.
Besos en su frente y párpados le mimaron, mientras ambos recuperaban la respiración. Loki movió apenas sus caderas, ligeramente adolorido, sintiendo todavía palpitar aquel miembro que terminaba dentro de él. Sus ojos miraron los amorosos de Thor, sintiendo su grueso pulgar acariciar su labio malherido al haberse mordido con fuerza para no despertar a Lucky. Cerró y abrió sus párpados cansados, suspirando hondo disfrutando de aquel cuerpo que le envolvía de manera tan posesiva como la capa.
-Tenemos que volver... ella está por despertar, ya amaneció –dijo con voz rasposa, pasando saliva para aclarar su garganta.
-Déjala dormir un poco más.
Él no se lo debatió, disfrutando unos minutos más de la adoración del Asgardiano quien continuó obsequiándole besos cortos en su cuello, hombros y con mayor cuidado sobre sus labios, con una mano acariciando su cabello húmedo como si deseara deshacer su trenza, y otra recorriendo su costado, recorriendo su espalda. La adrenalina de su cuerpo desaparecía lentamente, dejando un sopor agradable recibiendo los primeros rayos del sol.
-Es en verdad tarde.
-No hay prisa –Thor susurró en su oído separándose al fin de él- Te llevaré dentro.
Luego de ayudar al ojiverde a vestirse entre reclamos apagados, pasó sus brazos por debajo de sus rodillas y hombros, para cagarle volviendo dentro de la casa buscando sus labios que no se cansaba de besar. Loki le sonrió abrazándole por los hombros permitiendo que le llevara de esa manera hasta la recámara donde le recostó con cuidado. Juntó sus cejas al percatarse del silencio de vuelta al interior de la casa cuando usualmente el rubio solía ufanarse de su vigor sexual luego de sus encuentros.
-Thor, ¿qué sucede? -preguntó al ver que no se recostaba a su lado.
-Debo irme.
-¿Por qué? –Loki frunció por completo su ceño, no tenía conocimiento de alguna misión que hiciera que el rubio se marchara así, y menos luego de que hubieran tenido ese momento íntimo. Thor solía quedarse con él hasta que prácticamente lo corría.
-Debo volver con padre.
-Pero... -el ojiverde se desconcertó- Recién acabas de llegar, y Lucky no te ha visto.
-Lo siento –con un beso en su frente el Dios del Trueno se disculpó- Volveré tan pronto como pueda.
-Thor –Loki se hubiera puesto de un salto de no ser porque el guerrero ya le había robado las fuerzas- Espera...
-Descansa, amor mío. Dile a nuestra hija que su padre tuvo una emergencia pero que la ama con todo el corazón.
-Thor –alcanzó a tomar una de sus manos, haciendo que el Asgardiano se detuviera- ¿Qué sucede? Habla con la verdad.
-Solo estamos preparándonos para la batalla final –con suavidad el semidios se separó de él, ahora besando su mano por los nudillos- Espera por mí, no tardaré.
-Pero... -Loki ya no pudo detenerle más, viendo aquella gruesa espalda desaparecer por la puerta de la recámara y luego el sonido de Mjolnir meciéndose para llevarse a Thor.
Se dejó caer en la cama confundido por la actitud del Dios del Trueno, le inquietaba verle así, pero no podía restarle importancia a sus razones. Estaba llegando el momento de planear algo antes de que los poderes de Lucky evidenciaran su ubicación ante Thanos. El cansancio comenzó a vencer a su cuerpo que sintió hormiguearle anunciando un sueño pesado pero reconfortante. Tocó sus labios que tantas veces fueran besados antes de acomodarse de lado tirando de la capa roja para cubrirse por completo, cerrando sus ojos. Deseaba tener su magia de vuelta, para hacer algo de provecho igual que Thor, preparar el terreno y ayudar a su hija, pero no lamentaba lo que había hecho. Gracias al conjuro Lucky había vivido sus mejores días en aquella isla sin muchos incidentes de los cuales arrepentirse. El sueño le venció al fin y no despertó sino hasta que una mano le sacudió insistente.
-Cuernitos... Cuernitos... hey, Cuernitos, estás asustándome.
Se quejó, abriendo sus ojos que de inmediato cerró ante la luz de un sol de mediodía que pegó por completo contra él, protegiéndose con una mano. Sentado a su lado estaba Tony Stark quien arqueó una ceja con una sonrisa maliciosa.
-Sí que te agotan las visitas del Rey del Swing, ¿eh?
-Eres un pervertido.
-Yo no soy quien da esa clase de espectáculos. Anda, estamos por almorzar.
-¿Lucky? –preguntó de inmediato al recordar que habían pasado demasiadas horas.
-Ya desayunó si es lo que te estás preguntando. Ha venido Natasha y Steve. Ah, también Bruce.
-¿No planean hacer una fiesta sorpresa, verdad?
-¿Contigo en esas fachas?
-...
-No, harían falta Wanda y los demás. Tengo hambre, Bambi. ¿Puedes ponerte de pie?
-Un día, Stark, un día.
Riendo, Tony le dejó para que pudiera asearse aunque Loki sentía el cuerpo desganado para hacerlo, se levantó de mala gana arrastrándose al baño donde volvió a preguntarse por las maneras de Thor horas antes, tomando unos jeans y playera, dejando sus cabellos sueltos para ir al comedor escuchando por el pasillo la animada charla que sostenían los Vengadores sobre cuál era el mejor platillo para comenzar. Loki sonrió deteniéndose un poco al sentir de nuevo que la luz del sol le lastimó los ojos provocándole un leve mareo. Fue cosa de unos segundos, recobrándose enseguida llegando con el grupo.
-Buenos tardes –saludó a todos dándose cuenta que pasaba del mediodía.
-Hola primor –sonrió Natasha.
-¿Y Lucky?
-Está afuera jugando, ya le llamamos –Steve terminó de poner la mesa.
-Cual restaurante de carretera, tenemos un bufet de comida china, italiana, argentina y una mezcla extraña pero de buen sabor que Capipaleta nos trajo –ofreció Stark.
-Creo que comenzaré por el jugo.
Para no tener una escena incómoda prefirió quedarse de pie recargándose de la barra de la cocina mientras el resto ya repartía el almuerzo. Escuchó unos ladridos que le hicieron arrugar el entrecejo.
-¿Eso fue...?
-Creemos que ya es hora de que Lucky tenga una mascota –explicó Bruce.
-Me alegra que me hayan consultado.
-Esto es una democracia, gana la mayoría –Stark sonrió victorioso.
-Un perro –Loki les miró- Espero que no sea un experimento de Fury.
-Claro que no, solamente es un inadaptado social que rescatamos de un refugio –dijo el empresario escuchándose los ladridos cada vez más cerca.
-¿Y posee algún nombre en particular esa criatura?
-Fenrir.
Natasha, Bruce y Steve rieron ante la mirada asesina que Loki le dedicó a Stark por su humor particular, en tanto un perro blanco y peludo de manchas negras y naranjas con ojos de color dispar entró corriendo lengua de fuera seguido de Lucky entrando a brincos, abriendo sus ojos al ver a su madre a quien corrió a abrazar.
-¡Mami! ¡Ya despertaste! Buenas tardes.
-Buenas tardes, hija.
La niña rió bajando su mirada a su vientre abrazándole con más fuerza. –Buenas tardes, hermanito.
A Tony se le cayó su lata de refresco como Steve tosió al ahogarse con una hoja de lechuga y Bruce se quedó con un bocadillo a medio camino hacia su boca mientras que Natasha sacó su celular para tomarle una fotografía a Loki cuya expresión le divirtió. Lucky tomó asiento canturreando, dándole un pedazo de pollo a Fenrir que ladró sacudiendo su cola. Los adultos por su parte, no atinaban a romper el momento inquietante intercambiando una mirada hasta que el mismo Loki volvió en sí acercándole a su hija el tazón de ensalada para servirle haciendo como si no hubiera escuchado sus palabras escasos minutos atrás.
-Mami, Papa Tony dice que mi corona es real.
-Stark, una tiara de diamantes es demasiado.
-Tenía entendido que la satisfacción no tenía cabida en tu persona.
-No tiene relación una cosa con la otra.
-¿Puedo ponérmela entonces? –interrumpió la pequeña.
-Cuando termines esa ensalada, señorita.
-Papa Bruce...
Loki se giró de inmediato al doctor con una mirada de advertencia. Banner solamente alzó sus manos en son de paz.
-Tu madre tiene razón, linda.
-Aaaawww...
-Necesitas muchas verduras para ser tan bella como Natasha –bromeó Steve- Ve esas mejillas y ese cuerpo. Fueron zanahorias de esfuerzo.
-¿No dices nada de mí? –se quejó Stark.
-Eres un error de la naturaleza.
-Y lo dice el súper soldado de Brooklyn relleno de suero.
Lucky rió mordiendo un pedazo de zanahoria que Natasha le tendió.
-Todos son lindos –les dijo- Papa Hulk es guapo también.
-Gracias, nena –rió Bruce.
-Te voy a dar lecciones de encanto masculino, cielo –replicó Tony.
-Cuidado con eso –le advirtió una Viuda Negra protectora.
El perro ladró exigiendo más comida que la pequeña le proporcionó a pesar de las quejas de su madre quien no probó alimento alguno, luciendo calmado más en el interior sintiéndose dentro de un tornado. Terminaron el almuerzo y Lucky desapareció de nuevo con su nueva mascota a la que le mostraría toda la isla a lomos de su caballo, el resto ayudó a limpiar la mesa hasta que Jarvis les dio un mensaje de Fury solicitándoles en el cuartel.
-Nos despides de Lucky –Tony miró a Loki quien echaba los platos al fregadero- Te veremos pronto, Cuernitos.
Solo recibió un asentimiento de cabeza. El ojiverde se quedó quieto mirando el agua correr sobre los trastes sucios apretando la orilla del fregadero hasta que sus dedos se quedaron blancos.
-¿Todo bien? –esta vez fue Steve quien le habló, haciendo que siguiera con la limpieza.
-Creí que ya se habían marchado.
El Capitán América rodeó la barra para recargarse en el mueble donde Loki se encontraba, cruzándose de brazos.
-¿Qué te preocupa realmente?
Loki arqueó una ceja mirándole de soslayo terminando con los trastes, buscando aprisa una toalla que apretó al secarse las manos. Cuando se percató de que Rogers no iba a moverse de ahí sin una respuesta suspiró negando.
-Thanos –fue todo lo que dijo.
-¿Crees que Thanos vendrá ahora mismo?
-No, no ahora... no podría explicarlo.
-Sabes bien que esta isla es el lugar más seguro sobre la Tierra, y eso es decir mucho al compararla con la Torre Stark. No vendrá por ustedes, Loki. Hicimos un juramento.
Podría haber pasado tiempo, pero los Vengadores estaban conscientes que había temores en Lucky y su madre que no iban a marcharse tan pronto. No iba a ser tan fácil desprenderse de recuerdos llenos de pesadillas vivientes que prometían la muerte.
-Han hecho bien su trabajo –replicó Loki dejando la toalla en paz mirando hacia la puerta de entrada, los ladridos de Fenrir iban y venían- Sólo que no esperaba esto, se suponía que yo ya no... ellos me...
Steve puso una mano sobre el hombro de Loki, reconfortándole. –No tienes qué decirme.
-Voy a matar a Thor.
-Bueno, me parece que es cincuenta por ciento culpable, solamente.
-Gracias, capitán –sonrió Loki.
-Yo espero que Fenrir no te vuelva loco. Yo propuse que fuese más pequeño y menos inquieto, pero ya has escuchado de las democracias de Tony.
-Es bien recibido, pero si Stark llega un día con un caballo de ocho patas, ese día perderán al Hombre de Hierro.
El Capitán América rió, despidiéndose al fin de él. Loki salió para verles partir en el Quinjet, sentándose en los escalones de la entrada abrazando sus piernas. Un hijo. Gruñó al imaginar lo que el Asgardiano haría en cuanto se enterara. De nuevo aquella isla iba a convertirse en un carnaval por días. Aún estaban las huellas del evento pasado cuando habían hecho sus votos.
-¿Estás bien, mami? Mi hermanito está preocupado –Lucky salió de la nada con Fenrir siempre siguiéndole.
-... estoy bien, cielo.
Su hija se sentó a sus pies recostando su cabeza en su regazo que buscó, para que acariciara sus cabellos. Loki besó su sien.
-¿Tú estás contenta de tener un hermano?
-Mucho. Mucho. A él no le harán lo que a mí –Lucky se giró quedando frente a Loki acariciando su abdomen- Te lo prometo, mami.
-No digas eso –el ojiverde le abrazó con expresión preocupada.
-Ya no estés triste.
La lengua de Fenrir lamió la mejilla de Loki quien rodó sus ojos, acariciando sus orejas en respuesta sin dejar de mirar a su hija.
-De acuerdo, ambos ganan. Esta democracia marca Stark es más bien una dictadura.
Lucky rió con Fenrir ladrando alegre echándose a un lado de Loki quien miró a su hija, esos ojos vivaces llenos de travesura. La pequeña pegó su frente contra su vientre apretando su inseparable Teddy en su pecho.
-Cántanos.
-¿Cantar?
-Hace tiempo que no lo haces.
-Me pareció que estabas conforme con la música que te obsequiaron, no has parado de escucharla.
-No –ella sacudió su cabeza- Tu voz me gusta más.
-No soy un ruiseñor.
-Eres mamá. Canta, por favor, ¿sí? Queremos escucharte.
-¿Qué tal si lo hacemos los dos? –propuso Loki aun reticente a cantar algo sabiendo que había oídos indiscretos que iban a aprovecharse de eso.
-Maaaaaaaaaaaaaaaaamiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii –la niña pataleó haciendo luego un puchero chantajista.
-Desearía hubieses heredado las cualidades y no los defectos de tu padre.
Lucky rió acomodándose mejor sin separarse del cuerpo del ojiverde, mirándole con ojos grandes y expectantes. Fenrir les observó moviendo apenas su cola. Hubo una vacilación en Loki pero al final se resignó, no le dejarían en paz hasta que no les cantara, así que pensó en alguna melodía de Midgard que pudiera servirles, él también había estado escuchando las recopilaciones que Banner o Natasha le enviaban sin contar las interminables horas de música Stark. Al fin dio con una canción y sonrió acariciando la cabeza de su hija, permitiéndole escuchar su voz.
Baby mine, don't you cry.
Baby mine, dry your eyes.
Rest your head close to my heart,
Never to part,
Baby of mine.
Little one, when you play;
Don't you mind what they say.
Let those eyes sparkle and shine,
Never a tear,
Baby of mine...
La mirada de Lucky brilló al reconocer las letras, sus ojos vacilaron pero sonrió ampliamente apretando su oso con una mano que acarició el rostro sobre ella que continuó obsequiándole esa voz que tanta clama le traía a su alma. Al final se abrazaron con fuerza, Loki besando los cabellos de su hija y ella escondiéndose en su pecho junto con su oso de peluche mientras Fenrir pegó su hocico contra ellos.
Tanto en el Quinjet como en el cuartel hubo un silencio respetuoso.
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