Obertura
Título: DANZA DE HIELO
Autora: Clumsykitty
Fandom: Universo Marvel entre Avengers y Thor principalmente.
Parejas: las que lleguen, pero sin duda habrá Thorki.
Disclaimer: Nada me pertenece aunque muera por ellos, todo es de Marvel y Mr. Lee entre otros, lo único mío es esta idea mía convertida en historia. Dicho está.
Warnings: Habrá mucho de todo y algunas cosas serán desagradables. No es un cuento de hadas. Me tomo licencias con ciertas tramas, personajes y contextos para mi beneplácito. Hace milenios que no escribía nada, pido clemencia a mis lectores por mis fallas, vuelvo a escribir como un ejercicio personal en busca de algo perdido.
Gracias por leerme.
CAPÍTULO 2. Obertura.
You're gone, gone, gone away
I watched you disappear
All that's left is the ghost of you.
Now we're torn, torn, torn apart,
There's nothing we can do
Just let me go we'll meet again soon
Now wait, wait, wait for me
Please hang around
I'll see you when I fall asleep.
Little Talks, Of Monsters and Men.
-¿Tienes idea de lo que pasé todo este tiempo?
-Lo siento. Tenía cosas que pensar.
-¿Cómo qué?
-Cosas.
-Me alegra que les encontraras e interrumpiera tu cobarde huida, tus reflexiones internas sobre "cosas" hacen daño.
Bruce suspiró azotando sus manos contra sus jeans al ver partir a Natasha en el Quinjet camino a una nueva misión. Había cosas que arreglar, entre el incidente de sus huéspedes y los conflictos que aparecían alrededor del orbe. Lucky, como Stark le había bautizado en complicidad con Rogers, permanecía en recuperación sin cambio alguno igual que Loki que permanecía aún en el Arca con un pronóstico desfavorable. Él había evadido a la Viuda Negra con el pretexto de cuidar a la pequeña pero evadir a la espía rusa no era una empresa en la que pudiese tener éxito. No sabía cómo explicarlo, el sentimiento de verse en un reflejo y encontrarse con Hulk esperándole, de estar consciente del daño que provocaba cuando su ira se descontrolaba o el hecho de amar con desesperación a Romanov y sentirse indigno. Era verdad que había sido un golpe de suerte que Hulk hallara a Loki con su hija y decidiera con solo verles que debía salvarlos a toda costa. Lo había meditado tiempo atrás, cuando Thor les narró los hechos ocurridos después de salvar a Jane Foster de los elfos oscuros y Loki se disfrazara de Odín para usurpar el poder desatando una guerra entre reinos que solamente pudieron arreglar cuando el ojiverde desapareció de manera inexplicable, desapareciendo de los Nueve Reinos. De cierta manera muy retorcida creía que Hulk y Loki compartían ese sentimiento, de ser un monstruo al que todos temen y nadie desea acercarse, eso lo había motivado en parte a socorrerle cuando notó a su hija entre sus brazos. Él había encontrado a Natasha, Loki a su hija. Anclas para no perderse en su propia locura.
No debían perderlos.
Pero la teoría era más fácil que la práctica, se dijo a sí mismo cuando el Quinjet despegó a toda prisa seguido del Hombre de Hierro y Falcon. Loki abrazaba desesperado a su hija sobre la arena con el mar golpeándoles, llevándose parte de la sangre combinada con suciedad que corría de sus cuerpos. Aquel gesto congeló la ira de Hulk y le devolvió claridad a su mente, la mente de Bruce. El exiliado dios tenía una mano de huesos expuestos pero no le impidió cubrir la cabellera de su hija con ella, igual que sus lágrimas murmurando palabras que no comprendió. Eso fue una tarea que se impuso, encontrar el sentido a esas palabras angustiadas. El doctor Selvig no sabía de los invitados inesperados en el cuartel, y Banner se había cuidado de no descubrirles cuando le preguntó por las lenguas de Asgard sobre las cuales el científico se había hecho experto luego de sus andanzas con Thor. Deseaba conocer el significado de las palabras que Loki había murmurado. Los sonidos los tenía claros como si los hubiera escuchado ayer así que no tuvo problema en repetírselos a Selvig bajo pretexto de haber visto una película europea con malos subtítulos.
"Perdóname por fallarte"
Hulk y Banner sabían lo que era sentirse así. Romperle el corazón a alguien.
-Estaban escapando y fallaron en llegar a donde esperaban –Wanda le hizo respingar al hablarle por la espalda.
-¡Hey! ¿Y si me convertía en Hulk?
-Estás demasiado triste para hacerlo.
-¿Dices que escapaban? ¿Has podido hacer contacto con su mente?
-No –Wanda apretó sus labios sonriéndole después- Son pedazos de recuerdos que alcanzo a capturar, entre las tinieblas que los rodean. Huían de su cárcel, y querían llegar a un lugar... donde morir tranquilos y libres.
Bruce dejó caer sus hombros quitándose sus lentes que limpió antes de volvérselos a poner. –Alentador.
-Algo falló y terminaron aquí. Afortunadamente.
-No todos en este lugar comparten tu opinión.
-Lucky está tranquila, cuando estaba en el Arca la primera vez que la vi estaba llena de desesperación. Ahora está quieta, las visitas de Steve están ayudándole. Sus memorias se llenan de su voz.
-¿Loki?
-Está lejos de mi alcance.
-Quizá si los demás charlan con Lucky ella despierte –propuso Banner girándose sobre sus talones con las manos en los bolsillos caminando de regreso hacia el interior del cuartel junto con la Bruja Escarlata.
-No, ella solo confía en ti y Steve.
-¿En mí? –eso sorprendió al doctor.
Wanda asintió clavando sus ojos en él, sus ojos brillaron escarlata por unos segundos. –No lo recuerdas, pero cuando Hulk los recogió, les susurró "Vivir". Lucky lo creyó.
-¿Ella lo comprendió?
-Los sentimientos no tienen un idioma.
-Vaya –Bruce rió sobándose la nuca- Gracias, Wanda.
-El lazo entre Loki y su hija es tan fuerte como el que yo tenía con Pietro –confesó con tristeza la joven sin perder su sonrisa- Estoy segura que si Lucky se recupera, también lo hará su mamá.
Rieron ante lo extraño que era la palabra en el Embustero separándose de momento para volver una a sus entrenamientos y el otro a sus investigaciones, mirando de vez en cuando la pantalla donde Viernes, la IA que Stark les obsequiara en sustitución de Jarvis, monitoreaba el estado de la pequeña que en esos momentos se encontraba acompañada del Capitán América quien le leía un cuento. Era cierto que no todos los Vengadores estaban de acuerdo en cómo estaban ayudándolos pero no era un rechazo total, la reputación de Loki era suficiente para hacerlos dudar tomándolo por una trampa nueva pero arrepintiéndose después con su estado de salud crítico. Cuando despertaran vendría el desafío real.
-"Señor, creo que desea ver esto" –habló la inteligencia artificial.
Banner se volvió de nuevo a la pantalla, Steve seguía contando el cuento sin percatarse de que la pequeña había abierto los ojos, dejando ver dos esmeraldas claras fijas sobre el techo. Sin duda alguna era hija de Loki. El doctor dejó sus cosas sobre la mesa apagando el resto de las pantallas para ir corriendo hacia la sala acomodándose sus lentes, entró aprisa deteniendo sus pasos cuando el Capitán América levantó su mirada llevándose un dedo a los labios señalando luego a la camilla para que notara a Lucky despierta.
-Lucky... -Rogers se puso de pie como rayo sonriendo, llevando una mano a la frente de la pequeña.
-No, espera...
La reacción no tardó, la niña abrió sus ojos como platos en el más puro gesto de terror con lágrimas saltando a sus mejillas. Los monitores chillaron ante la súbita aceleración de su pulso y latidos del corazón. Steve se detuvo preocupado mientras que Bruce le jaló para alejarlo. La doctora Cho llegó casi enseguida para tranquilizarla, estabilizando sus signos vitales.
-No hiciste nada malo –le dijo saliendo del campo de visión de Lucky hablando en susurros- Pero si es una víctima de tortura, lo primero que ve en una mano que se acerca a acariciarla es la intención de herirla. ¿Comprendes?
-Sí –Rogers miró a la camilla con tristeza, escuchando los monitores volver a tranquilizarse. Cho miró a los dos hombres haciendo una mímica con las manos para darles a entender que ya estaba tranquila pero debían tener cuidado.
-Puedes hablarle desde aquí, ella reconocerá tu voz –sugirió el doctor.
-¿Es seguro para ella? No quiero que vuelva a alterarse.
-Sólo haz conforme te indico.
-¿Lucky? ¿Puedes escucharme? –dijo el capitán en un tono de voz suave y suficientemente alto para que alcanzara a escucharle- Soy Steve.
-Dile que deseas acercarte, que no le harás daño.
-Lucky, voy a acercarme, ¿de acuerdo? No voy a hacerte daño, quiero terminar la historia.
La niña miró al techo sin reaccionar, no parpadeaba pero tampoco se alteró. Bruce lo tomó como señal de avance y animó a Steve a que se acercara.
-Lento, muy lento, siempre dile cómo vas a moverte.
Igual que si anduviera en un campo de minas antipersonales, el Capitán América midió sus pasos, dando tiempo a que Lucky le escuchara, advirtiéndole de su cercanía. Le tomó algunos minutos llegar de nuevo hasta ella permitiendo que le observara.
-Hola, Lucky.
Un par de atemorizados ojos verdes le observaron, tenía el globo ocular rojo producto de hemorragias y golpes, sus pestañas negras se habían unido a causa de sus lágrimas anteriores que podían verse todavía cerca de sus oídos. El Capitán América miró de reojo a los monitores cuyas pantallas no reflejaron ninguna alteración, la pequeña seguía asustada pero ya le había reconocido.
-Lucky –Steve no se movió de su sitio a pesar de que quería consolarla- ¿Terminamos la historia? Tomaré el libro y leeré. ¿De acuerdo?
Banner estaba en cuclillas con manos juntas donde apoyaba sus labios, sonrió al ver que el ritmo cardíaco de Lucky bajó a niveles normales, como si estuviera entrando en un estado de relajación profunda. Los ojos de la niña se volvieron al techo pero era claro que escuchaba a Steve leerle aquel cuento de conejos traviesos robando lechugas de un sembradío ajeno antes de tomar el té. Cuando acabó, ella cerró sus ojos quedándose dormida.
-Eso estuvo cerca –suspiró levantándose, palmeando la espalda del capitán.
-Lo siento, olvidé que no debía acercarme así. ¿Cómo sabes tan bien de esto?
-Traté soldados con estos problemas –le recordó, hablando del estrés postraumático.
-Despertó –Steve se permitió una sonrisa al fin.
-Despertó.
-¿Vamos por buen camino?
-Puedes apostarlo, Steve.
Tony hizo toda una algarabía cuando le contaron lo sucedido, enfadado por no haber atestiguado el evento del año como lo catalogó, pero se conformó con la grabación que Viernes hizo para todos desde diferentes ángulos conociendo las exigencias del Hombre de Hierro.
-Tartamudeaste –criticó en broma al capitán.
-Si hubieras estado ahí también lo hubieras hecho –bufó Steve.
-Caballeros –intervino Fury con una expresión de alivio que no pudo esconder- Debemos prepararnos, no sabemos que nos tiene reservada la pequeña Lucky.
-¿Aún creen que es un peligro? –Vision preguntó atónito. Ya habían discutido días anteriores sobre la posibilidad de tener una semidiosa que los metiera en problemas, si tenía los poderes de Loki no podían darse el lujo de bajar la guardia.
-Yo creo que será un peligro si nosotros pensamos que es peligro –arrojó Clint en tono bromista.
-Dejemos la retórica para otra ocasión –el director miró la grabación que se repetía- Tomaremos medidas de seguridad que no están de más, por acaso si nuestra huésped muestra poderes fuera de control.
-Auch –rió Bruce- Gracias por el comentario entre líneas.
Natasha le miró arqueando una ceja de brazos cruzados antes de volverse a Steve. –Eres el puente entre nosotros y ella. Bien hecho, capitán.
-Gracias.
-¿Y qué hay de mamá? –quiso saber Tony.
-Sin cambios –informó Banner apretando sus labios mirando a Wanda, si ella tenía razón, en un futuro cercano Loki saldría del Arca.
Se instalaron nuevas cámaras y campos electromagnéticos de control alrededor de la sala donde Lucky se encontraba. Ella no volvió a abrir sus ojos sino hasta dos días después, siempre observando primero el techo y luego a Steve quien le narraba un cuento o le hablaba de Loki, asegurándole que ambos estaban a salvo. La pequeña regresaba su mirada hacia el techo antes de quedarse dormida sin otro gesto más que ese. Vision y Wanda estaban de acuerdo en que era todo un triunfo que ese gesto apareciera, pero el Capitán América se sentía frustrado. Lucky tenía una mirada vacía, desolada para ser una pequeña niña. Como si le hubieran arrancado su humanidad por llamarlo de alguna manera, igual que a Bucky cuando Hydra le hiciera el Soldado de Invierno.
Eso lo comentó con Tony Stark quien respondió en su acostumbrado humor. -¿Extrañas a tu novio?
-Stark...
-Toooooony.
-¿Crees que Loki sea tan capaz de tender una trampa de esta índole? ¿Poner una niña que ganara nuestra simpatía para usarla en nuestra contra?
-Lo he pensado, sí. No puedo decir que sí, no puedo decir que no. Ese dios puede ser tan engañoso, aunque algo me dice que no llegaría tan bajo. Ojalá estemos en lo correcto, no creo que Nueva York esté listo para un segundo round.
-He estado pensando en algo también.
-¿Qué puedes ser asquerosamente rico si vendes esos pantalones de la Segunda Guerra Mundial?
-No –Steve rodó sus ojos- Thor dijo que Loki se rehusaba a ceder el trono a pesar de haber sido descubierto y que pelearon hasta desangrarse mutuamente. Luego desapareció cuando Thor volvió con las fuerzas de Vanaheim.
-¿Ajá?
-¿Crees que en esos momentos...?
-¿Se dio cuenta que iba a estar en los estelares de la medicina Asgardiana? Se te olvida algo, Capipaleta.
-Deja... ¿qué es eso?
-Lucky tiene aproximadamente nueve años. Eso no tiene más de dos años y exagero. Dos años, nueve años, dos años...
-No sabemos cómo crecen los Jotun.
-Yo sí. Siempre hago mi tarea al contrario de todos ustedes que pierden el tiempo buscando en Google las respuestas.
-A veces me pregunto qué gano al ser paciente contigo.
-Me adoras. Bien. Los Jotun son tal longevos como los Asgardianos, miles de miles de años de vida y frescos como lechuga, ¿entendiste, Coral? Frescos como lechuga.
-...
-Como decía, sus vástagos crecen con lentitud. Loki mismo creció al ritmo de los Asgardianos de sangre real, es decir le tomó más años todavía volverse tan malo. Por lo tanto, Lucky no pudo haber crecido tan rápido. Pero el asunto de la disparidad de tiempo debe ser resuelto sin duda, lo que me lleva a pensar que probablemente su crecimiento fuese acelerado de manera artificial, pensando en que quien o quienes le retuvieron tienen esa tecnología. Espera, si la tienen, Loki le parió en primer lugar. Te concedo la sospecha sobre su huida de Asgard cuando pudo haber seguido en la pelea por otro siglo más si entendí la historia del fortachón. No lo sabremos hasta que podamos preguntarle.
-Espero que podamos obtener esa respuesta.
-Lo me recuerda algo más. No quiero minimizar tu excelente trabajo con Lucky pero pasaste por alto un detalle sumamente importante al momento de ponerte de cuentacuentos.
-¿Qué fue eso?
-Que con toda seguridad Lucky no conoce el idioma humano.
-Oh...
-No te sientas mal, la parte buena es que a pesar de que no tiene la menor idea de qué estás diciéndole puede percibir la bondad y protección que emana de tu ser justiciero.
-Soy capaz de percibir tu sarcasmo.
Tony rió sentándose frente a él, con el ventanal de la torre Stark iluminándoles con la luz vespertina. –Si lo pides de forma amable te lo daré.
-¿Darme qué?
-Lo que necesitas.
-Habla claro, Stark.
-Tooooony.
-Tony, dilo ya.
-Tengo un traductor Jotun Asgardiano.
-¿Desde cuándo lo tienes? –demandó Steve poniéndose de pie.
Stark rió aplaudiendo. –Esa cara no tuvo precio. Bueno, cuando ella abrió sus ojos la primera vez y te vio con profundo terror me di cuenta que era porque en buena medida no entendía lo que estabas diciéndole. Así que puse manos a la obra. Mira.
Le mostró de un estuche un auricular que podía colocarse en una oreja y así escuchar la traducción de lo que Lucky hablara o lo que debía responderle. El Hombre de Hierro le explicó su funcionamiento entre bromas que el capitán aceptaba de buen grado, siempre sorprendido del ingenio y el genio del millonario. Rogers hubiera querido enojarse consigo mismo por aquel desliz que había asustado a la niña pero le hizo sonreír el pensar que alguien como Tony dedicara su tiempo a la hija de su más problemático enemigo y tomara detalle de ello. El dispositivo era color rojo con dorado y llevaba en blanco la palabra Lucky sobre la cubierta.
-Gracias, Tony.
-Solo es un beso.
-¡Stark!
Ambos hombres se deleitarían más tarde con la expresión de Lucky quien al escuchar a Steve hablarle en un idioma conocido su mirada dejara por momentos aquel terror que le gobernaba, siendo más curiosa y relajada, escuchando la diversidad de cuentos que el Capitán América le dedicara en sus ratos libres con la extensa biblioteca que Tony Stark tenía a su disposición. El director Nick Fury aún seguía receloso de la niña, como algunos de los Vengadores. Sin embargo, lentamente se dieron cuenta que más que un enemigo postrado, tenían con ellos un ser inofensivo que anhelaba escuchar otro cuento de solo despertar.
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