Armonía

Título: DANZA DE HIELO

Autora: Clumsykitty

Fandom: Universo Marvel entre Avengers y Thor principalmente.

Parejas: las que lleguen, pero sin duda habrá Thorki.

Disclaimer: Nada me pertenece aunque muera por ellos, todo es de Marvel y Mr. Lee entre otros, lo único mío es esta idea mía convertida en historia. Dicho está.

Warnings: Habrá mucho de todo y algunas cosas serán desagradables. No es un cuento de hadas. Me tomo licencias con ciertas tramas, personajes y contextos para mi beneplácito. Hace milenios que no escribía fanfics, pido clemencia a mis lectores por mis fallas, vuelvo a escribir como un ejercicio personal en busca de algo perdido.

Gracias por leerme.

NOTA CLUMSY: No sé nada sobre bodas Asgardianas. Ni idea.


CAPÍTULO 16. Armonía.

'Tis the gift to be simple, 'tis the gift to be free

'Tis the gift to come down where we ought to be,

And when we find ourselves in the place just right,

'Twill be in the valley of love and delight.

When true simplicity is gained,

To bow and to bend we will not be ashamed,

To turn, turn will be our delight,

Till by turning, turning we come 'round right.

Simple Gifts, Elder Joseph (versión de Yo-Yo Ma).


Bruce cerró la ventana holográfica sobre la que había estado trabajando, dejando solamente abierta aquellas que solo mostraban ecuaciones, fórmulas y números que nadie más sabía leer salvo él. Buscó donde sentarse mientras jalaba un platito con los bocadillos de los restantes que se hubieran repartido en aquellos tres días de boda Asgardiana a la que hubiera asistido en la isla. Jamás creyó que una ceremonia podía ser tan larga y se sorprendió genuinamente cuando Thor les aclaró que era la versión resumida de aquellas celebradas en sus tierras. Aunque su "sencilla" fiesta había estado llena de sorpresas por parte del Dios del Trueno como de Tony Stark quien una vez más no se contuvo para hacer su derroche de exhibicionismo junto con su buen humor porque estaba lo suficientemente alegre para dejar pasar aquel evento sin que hubiera algo con su huella.

En buena parte la culpable de todo había sido la pequeña Lucky, quien al enterarse de que sus padres iban a celebrar su boda en la isla, había tenido tal hiperactividad que Loki había amenazado con sedarla si no se tranquilizaba. Pero todos ellos, los Vengadores, no se podían negar a los caprichos de su niña al momento de planear la festividad. Seguirían los ritos Asgardianos pero con ciertas modificaciones obvias como aportaciones de la propia Lucky cuyos ojos aguados terminaron por romper la negativa de su madre a ciertas cuestiones porque al igual que todos ellos, era imposible decirle no a una niña que desbordaba felicidad. Ni siquiera el mismo Fury había escapado, agendando actividades de tal suerte que no tuvieron problemas para coordinarse y estar libres de toda sospecha. El director ya había seleccionado desde la aparición de aquella criatura Chitauri a un grupo muy selecto de agentes a su personal servicio para la supervisión y protección de la isla, entrenados por el propio Fury bajo órdenes de silenciar cualquier intrusión no autorizada sin importar si era entre sus mismos compañeros. Muy a su manera, también mostraba su cariño.

Y gracias a sus estrategias también había dado una distancia diplomática entre Thor y Erik Selvig para evitar roces innecesarios luego de que el Dios del Trueno se alejara en definitiva de Jane Foster y del propio doctor a quien Fury había enviado con la astrofísica en la búsqueda de rastros sobre las Gemas del Infinito, olvidando el tema de los Oráculos, que el propio doctor abandonó. Después de todo, tenían la poderosa ayuda de Odín Padre de Todo quien había obsequiado a la isla sellos mágicos que terminaron de ocultarla ante cualquier ojo en los Nueve Reinos. Ahora podían estar más tranquilos y dejarse llevar por la festividad próxima que había saturado las computadoras del doctor Banner con imágenes, pedidos y cuentas sobre la boda en lugar de sus estudios científicos pero igualmente estuvo divertido con ello, hasta que el Hombre de Hierro comenzó a hacer sus propios preparativos en plena complicidad con el Dios del Trueno y claro, la suya. Eran lo que Loki llamaba acertadamente el trío de irresponsables temerarios.

Como médico particular del ojiverde, Bruce había estado preocupado cuando Thor había aparecido para llevarlo ante la justicia de Asgard, temiendo que la situación echara a perder todo el tiempo de rehabilitación que habían ganado con ellos. Sin embargo, para su alivio, Loki había vuelto con un semblante mejor y claro, con la sorpresa de que estaba iniciando una relación amorosa con nada menos que su "hermano" mayor. El doctor ya le había dado severas indicaciones al Asgardiano sobre cómo relacionarse con su nueva pareja, conociéndole lo decidido que podía llegar a ser en ciertas cuestiones. Una cosa era que el ojiverde tuviera ese enorme avance y otra muy diferente a que todo se hubiera quedado atrás. Igual que su hija, había marcas perenes de Thanos en sus mentes que requerían de una constancia templada e infinita paciencia para removerlas. Razón por la cual había sido el primero en llegar a la isla el primer día de la boda, por supuesto acompañado de la mano de Natasha quien se uniría a la comitiva femenina encabezada por Lucky y seguida por Wanda, María Hill y la doctora Cho quienes ultimaban los detalles.

Loki se encontraba examinando el arco que serviría de altar que el par de Steve y Tony habían hecho en la torre Stark siguiendo las indicaciones de la pequeña, comandante de todo aquel despliegue festivo. La ceremonia según la tradición de Asgard, se llevó a cabo a finales de otoño en el claro del bosque tropical que estaba próximo además al lago que de forma misteriosa recibió la llegada de otras aves como los cisnes o las blancas garzas. Esa atracción que Lucky estaba ejerciendo sobre la fauna y parecía también que la flora era inquietante.

-Es un trabajo impresionante, quizá debiera mencionar el adjetivo perfecto o Tony puede matarme –le había dicho al ojiverde llegando a su lado.

-Perfecto es una palabra que le concedo a Stark por esta vez.

-¿Cómo te sientes?

-Orando porque esta isla no se hunda cuando todo termine–bromeó Loki mirándole- Estoy bien, doctor Banner.

-Recuerda que estás en control de la situación.

-No me va a dar un ataque de pánico.

-¿Thor se ha comportado?

-Define comportarse.

Ambos rieron, al Dios del Trueno le era imposible no ponerle una mano encima al ojiverde en la primera oportunidad que tenía, pero también eran maneras que le gustaban a éste.

-Gracias por habernos salvado, Bruce.

-A veces uno se ayuda, ayudando a otros –confesó el doctor- Al igual que tú, me consideraba un monstruo que todos iban a rechazar sin darme oportunidad de tomar la mano de quienes me aceptaban tal cual con mis peculiaridades. También ustedes me ayudaron. Así que estamos a mano.

-He estado pensando en algo.

-¿Qué es?

-El blindaje de Lucky no permanecerá activo por mucho tiempo, tal vez dure tres o cuatro años más como máximo. Y he meditado en la idea de que se una a ustedes antes de que eso ocurra, así cuando ella no tenga más mi protección, sabrá qué hacer.

-Loki... ¿estás seguro?

-Se muere por estar en sus aventuras, es fuerte como su padre al que también desea acompañar. No puedo reprimirle su deseo de convertirse en Vengadora. Nada me daría más orgullo.

-Y también tú serías uno de los nuestros, no creas que no he notado como has ayudado a Rogers con sus planes cada que te visita. No necesitas tus poderes para ser igualmente un Vengador. Todavía recuerdo como le lanzaste el cuchillo a Tony –rió al mencionarlo.

-Se lo merecía por atrevido –Loki se cruzó de brazos terminando su inspección de aquel arco blanco con festones naturales y ramilletes de las flores favoritas de su hija- Fury también me lo ha comentado.

-Entonces no necesitas más alicientes. Creo que serás el dolor de cabeza de Hydra. Pero primero vamos a pasar esta boda. Es tu primera misión.

Natasha había aparecido para llevarse al ojiverde, era hora de prepararse. Lucky llegó también sin parar de brincotear alrededor de su madre repitiéndole una vez más todas las cosas lindas que iban a suceder, haciendo que Loki rodara los ojos intercambiando una última mirada con Bruce antes de desaparecer tomado del brazo por la Viuda Negra. A pesar de la distancia, Odín sería quien les daría su bendición, habiendo mandado ya los obsequios como artilugios que necesitarían en los curiosos ritos que el doctor Banner estuvo ansioso por conocer. Para cuando llegó la tarde, todo comenzó con la llamada caminata nupcial desde la casa decorada con arreglos florales y telares, Thor lució su armadura completa en gala con Mjolnir en una mano mientras que el ojiverde había sido ataviado con un traje Asgardiano blanco y detalles verdes iguales al tono de sus ojos con la ocurrencia de su hija de haberle trenzado elegantemente sus cabellos con un grueso listón blanco que caía tras su espalda con joyas que habían pertenecido a Frigga. Lucky iba en un hermoso vestido blanco de bordes dorados y cortes en color rojo y verde, peinada a la usanza de las princesas con su Teddy en un bolsillo, tomando cada mano de sus padres con ella en medio. Todos les siguieron detrás, en esmoquin, trajes militares o vestidos de noche como su querida Natasha que sabía robarse miradas. Formaron un círculo alrededor del arco altar mientras ambos contrayentes encendían un fuego ritual en un pebetero ayudados por Lucky para iniciar la ceremonia.

Con una sonrisa que no le cupo en el rostro, el Dios del Trueno tomó de las manos de su pareja semillas que la hija de ambos presentó en una canastilla para arrojarla al fuego como ofrenda a sus dioses, a la tierra y todo poder mágico. Bruce examinó los rostros de los invitados, cada vez más hipnotizados por aquella ceremonia que jamás habían presenciado y que tenía una atmósfera mágica a pesar de su aparente sencillez. Lucky, como solícita ayudante, les trajo una fruta de piel dorada que según había escuchado el doctor, provenía de un árbol que la antigua reina de Asgard había sembrado pero además compartía una memoria importante con Loki quien lo probó para compartirlo con Thor, haciéndole sonrojar por alguna razón, seguramente algo había ocurrido en Asgard en relación a esa fruta. Un elegante cuerno de algún animal no existente en la Tierra fue llenado de la famosa hidromiel que más tarde se repartió en la fiesta y que Bruce achacó como responsable de la sorpresa posterior de Stark al que seguramente le hizo más efecto que a ninguno. Todos tomaron su turno para formar un anillo de piedras previamente talladas con runas mágicas que colocaron alrededor del trío para dar turno a sus votos. Según tradujo Jarvis la lengua Asgardiana, fueron palabras firmes, que exaltaban la individualidad de ambos al mismo tiempo que juraban su compromiso como pareja, sin faltar la mención de su hija que brincoteó sobre sus pies profundamente emocionada al ser parte de aquellos votos.

Vino la parte esperada de ese día por parte de Lucky, quien tomó de manos de Wanda un discreto arreglo floral que obsequió a su madre, colocándolo en el lado izquierdo de su cabeza, entre sus cabellos trenzados. Eran nada menos que rosas provenientes de Asgard y trabajadas por la Bruja Escarlata para mantenerlas frescas y brillantes. Loki besó su frente, agradeciéndole. A Thor la pequeña le tendió el par de espadas ceremoniales haciendo una reverencia que le había visto ensayar días previos a todas horas. En la punta de cada espada se colocaron los anillos regalo de Odín, cruzando las hojas mientras terminaban sus votos, tomándolos luego para colocarlos en sus respectivas manos. Los anillos brillaron con un halo dorado por unos segundos, bendecidos desde el palacio del Valhalla para ellos. Cada vez que el rubio dejara la isla, su anillo desaparecería, así nadie sabría de su matrimonio, una medida necesaria por el bienestar de su familia. Todos rieron cuando el Dios del Trueno no perdió tiempo y besó a Loki como si éste fuese a desaparecer en cualquier momento. Lucky les arrojó pétalos blancos, terminando la ceremonia entre sus muy fervorosos aplausos.

El banquete fue todo un acontecimiento, en buena parte porque tuvieron ante sí platillos que les eran desconocidos pero cuyo aroma les abrió el apetito. Stark no pudo contenerse más, dando su discurso de felicitación entre comentarios que le ganaron miradas de advertencias del ojiverde y carcajadas del rey de Asgard. Lucky regaló a todos un prendedor que María le había ayudado a hacer por estar presentes en la boda de sus padres que lucían felices. Cenaron en el jardín trasero de la casa, bajo las estrellas tal cual indicaba la tradición, el manto de Yggdrasill, con música cortesía de Tony quien apenas calentaba motores en sus muestras de apoyo a los novios, motivado por las risas de la pequeña, sentada entre sus padres quienes le obsequiaron besos y abrazos. Natasha le comentó lo bien que ese cuadro se veía y que jamás habían creído hubieran atestiguado en otros momentos, esperando que eso animara a cierto par de superhéroes a formalizar su relación, idea que Bruce apoyó. Esa noche durmieron en las cabañas cercanas a la playa dejando la casa para los recién casados, con una pelea de piedra, papel y tijeras entre Vision y Stark por la tutela de Lucky entre las risas malsanas de los demás y que Stark ganó sospechosamente. El doctor Banner no necesitó mucha imaginación para saber qué clase de noche de bodas tuvieron aquellos dos, con ver a un somnoliento Loki en el desayuno y un sonriente Thor cual gato Cheshire fue más que suficiente.

El segundo día era de ofrendas a Yggdrasill, las misteriosas Nornas y los seis puntos del universo. Previamente Lucky había elegido el árbol representativo para ser Yggdrasill, un frondoso árbol que crecía a un costado de la casa y que los ahora esposos Asgardianos en galas más simples, adornaron con un lazo blanco de donde colgaban cuentas y runas inscritas en hueso, tomando de entre sus ramas la hidromiel que había recibido el fresco de la noche anterior y que se repartió para la comida donde hubo postres hechos por la pequeña. Fue su turno para los obsequios, cada uno de ellos dio a la pareja un regalo que representara sus buenos deseos, acorde a las instrucciones de Jarvis y de Lucky, fueron puestos en bandejas de madera tallada con formas nórdicas antes de ser presentados a la mesa principal. Sin embargo, el día anterior había sido demasiado para alguien como Tony Stark quien hizo llegar vía Quinjet sus propios regalos para desmayo del ojiverde que ya le conocía sus desproporcionadas maneras de agasajar a alguien. De cualquier forma, fueron recibidos entre las bromas de los demás y los regaños de Loki. Para la tarde fueron de nuevo al arco altar donde encendieron una fogata esta vez a nivel del suelo, el trío quemó sobre aquel fuego mediano pergaminos con inscripciones sagradas dando gracias a las Nornas por entrelazar los hilos de sus vidas y dejarles ser una familia.

Llegó la segunda cena, esta vez más abundante en carnes y postres de todos colores y sabores, amenizada con música más animada. Cuando llegó la medianoche, Thor y Loki encendieron seis velas que colocaron bajo el arco altar formando una cruz celta, señalando el norte, sur, este y oeste como puntos principales y el arriba, abajo como secundarios. Los seis soportes del universo. Eso le hizo pensar a Bruce en la manera en que ellos como habitantes de la Tierra veían las dimensiones, de forma tan diferente a Asgard. Una vez más despidieron a la pareja esta vez ganando Clint la tutela de Lucky a pesar de las quejas de un ya ebrio Stark al que Steve tuvo que cargar. Natasha le prometió una foto tamaño poster a Loki como recuerdo en venganza por las pilas de obsequios anteriormente recibidos. Pero si de regalos sorpresas se habló, a la mañana siguiente fue el turno del Dios del Trueno de ofrecer sus propios tributos a su hija y pareja, que fueron nada menos que un joven potrillo y un corcel, respectivamente, ambos de color blanco casi albinos. Lucky casi se quedó afónica de los gritos de alegría que profirió, pidiendo o mejor dicho suplicando que pusieran la montura a su caballo al que nombró Rocinante, para dar una vuelta, escoltada por Sam y el coronel Rhodes por la playa. Loki prefirió hacerlo más tarde.

Esta vez la música no paró desde el desayuno hasta la cena cuando todo concluyó, era la fiesta propiamente, sin más ritos a celebrar más que el baile y los brindis. Aunque no eran parte de la ceremonia, Lucky había convencido a su madre de que tuviera una danza inicial con su padre antes de que todos los demás se les unieran, como en las bodas ordinarias, solo que deseaba verles bailar a la usanza de las tierras de Asgard pues ya había escuchado de labios de Thor de la gracia y estilo de Loki para hacerlo y que no había podido atestiguar, ni el resto de los Vengadores que se asombraron cuando la pareja les mostró como se danzaba en el palacio real. Todos quisieron imitarles, entre risas, pisadas y uno que otro empujón, envalentonados por la hidromiel que ya se les había subido a la cabeza, particularmente a Tony quien a pesar de su estado se dio el tiempo de manera misteriosa para desaparecer a la vista de Steve el tiempo suficiente para armar la sorpresa con que cerrar con broche de oro esos tres días de boda Asgardiana. En primer lugar fue más comida que hizo traer, atreviéndose a combinar los platillos planeados con algunas muestras gastronómicas menos elegantes como pizzas o fideos chinos. La idea era que hubiera cena para un ejército, en parte por su mente ya perdida por la hidromiel, pero la sorpresa mayor fue el despliegue ensordecedor de fuegos artificiales que cubrió la isla por espacio de una hora en una muestra que a cualquier ceremonia de juegos olímpicos o celebración internacional le hubiera gustado tener.

Una vez más, Lucky bailó bajo esas luces entre carcajadas de felicidad.

Esa imagen trajo lágrimas a los ojos de Bruce, mitad dicha, mitad desdicha. Miró las pantallas alrededor llenas de números y ecuaciones que atiborraban todo el espacio solitario en ese laboratorio personal donde había estado trabajando en los datos que la doctora Cho le había dejado respecto a la evolución del ADN de la pequeña. Él que había luchado tanto por traer de vuelta a la sanidad a madre e hija ahora tenía en sus manos algo que le estaba rompiendo el corazón. Se había pasado varias noches en vela asegurándose de que fuese un error, revisando bajo microscopio cada cifra, cada dato, cada análisis, esperando encontrar una falla que le trajera un alivio que nunca llegó. Se llevó una mano a su frente cubriendo sus ojos, quitándose sus lentes que dejó sobre la mesa con el platito vacío.

Está bien, papa Bruce.

-¿Lucky? –éste respingó al escucharle, mirando a todos lados.

Está bien.

El doctor parpadeó, cerrando todas las ventanas dejando solamente abierta aquella que monitoreaba la habitación donde ahora se encontraba Loki, quien le enseñaba a su hija un libro traído de Asgard por su padre. Lucky parecía demasiado absorta en la lección pero ella había hablado en su mente. Bruce pasó saliva.

-Lucky...

No le digas a mamá. Los demás pueden saber pero mamá no. Promételo.

-No sé si pueda.

Por favor. Sus ojos ya han derramado suficientes lágrimas.

-¿Desde cuándo lo sabes?

Eso no importa. ¿Lo prometes?

-Lucky, yo... -Banner se talló sus ojos quitándose lágrimas- Está bien.

Gracias.

-Te juro que haremos algo al respecto.

Lo sé. No llores, papa Bruce.

-¿Por qué? ¿Por qué?

No llores. Tampoco papa Hulk.

-Eres la nena más valiente que he conocido –dijo con un hilo de voz.

Vivir, ¿lo recuerdas?

Bruce asintió sollozando.

Ssshh, todo va a estar bien.

-¿Puedo decirle a tu padre?

Sí. Pero no a mamá, recuérdalo.

-Te quiero, Lucky.

Y yo a ambos.


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