Capítulo 3

Por primera vez, desde que nació a su vida de vampiro.

Severus sintió que por más víctimas que mataba, no lograba saciar su sed y su hambre por la sangre humana iba en aumento.

- Como si hubiera varios sabores en la sangre, y ese tipo que le gustaba a él, era difícil de encontrar, pero debía hacerlo lo más pronto posible porque ya casi había vaciado los prostíbulos y pocos eran los vagabundos que quedaban por ahí.

- Eso lo desquiciada y enojaba, en gran medida.

- A pesar de eso, decidió con un hechizo verbal cambiar su apariencia nuevamente y entró a una discoteca muy conocida del centro de Londres,  "the Beatles' Club", era del tipo ochentera, con jóvenes maquillados, góticos, de ropas de cuero negro, piercing en ombligos, nariz, lengua, cejas y labios.

- Usaban botas, estilo militar, convers  y pulseras con tachuelas y puntas.

- Y un grupo numeroso de jóvenes que se arremolineaban y se golpeaban, unos a otros hiriendose.

- Lo que ocasionó que su instinto asesino despertase y al oler la sangre que tanto buscaba, se metió entre ellos extasiado y con prisa, para jalar como perro a su víctima.

- Se alejo lo más rápido que pudo de la gente para drenarlo completamente.

- El muchacho sintiéndose acorralado, tal cual pájaro enjaulado y asustado.

- Vio al animal correr hacia él para devorarlo, lloraba y pateaba, pensando que podría despertar su lástima.

- ¡No me mates por favor! - gritó el ojiverde pídeme lo que quieras, te serviré sin chistar, seré tu exclavo, pero no me mates....

Severus volvió a su forma humana.

- Mientras lo miraba extrañado, nunca nadie se había ofrecido a servirle, ni rogado por su vida.

- El vampiro se paseaba de un lado  a otro observando meditabundo a su víctima.

- Ya que su conciencia aunque muerta le susurraba que debía pensarlo mejor y utilizar a ese joven para iniciar su ya planificada venganza contra esas malcriadas muchachas.

- Así que decidió marcarlo, para que ningún otro vampiro lo seduzca.

- ¡Dame tus manos! - ordenó el vampiro.

- Le clavó sus uñas, dejando le pequeñas cicatrices que aunque dolieron al principio, después sólo le quedaron pequeñas marcas imperceptibles.

Severus y su nuevo criado conversaron el resto de la noche, sobre sus vidas.

- El vampiro para resguardar sus secretos no le contó que era mago, ni pocionista.

- Pero si le contó lo demás, su transformación siendo más joven que él.

- Harry tenía 30 años, vivía en la calle, desde los 11 años, en que murieron sus padres, para sobrevivir hacia mandados a los habitantes de un barrio londinense.

- Pero esa maldita noche por un robo que alguien más hizo,  lo culparon a él y lo botaron de su vieja casa de cartones.

- Mientras corría a gran velocidad y con sangre emanando de sus heridas causadas por los golpes de esa gente.

- Se metió a ese club, en un descuido de los guardias, en medio de esos locos chicos, hasta que su amo, lo jalo como si fuera un animal.

Severus entrecerando sus ojos, mientras colocaba su mano en su mentón miró y analizó al chico.

- Algo en él, le recordó al amor de su vida, su Lily.

- Ella era una joven bruja sangre pura, que murió asesinada vilmente.

El vampiro recordó esa madrugada a su único amor, viendo los ojos de su nuevo sirviente, los cuales, tenían una rara combinación de colores, entre verdes esmeralda  con destellos avellanados iguales a los ojos de su Lily.

- Le contó sobre su idea de abrir una discoteca en su casa.

- Y que bebía de un elixir para vivir entre los vivos por 6 horas solamente en el día.

- Que una vez terminado ese tiempo, él como su sirviente debía cuidar que nadie entrará al sotano, donde descansaba su ataúd.

- Además que la puerta negra de madera, en donde estaba su laboratorio, no debía ser abierta nunca, ni siquiera por él.

- Guío a Harry hacia un pequeño cuarto para que descansará.

- Mientras tanto él,  sacó su varita y transformó esa lujubre casa, en un palacete de 3 pisos.

- Con un gran salón, para la pista de baile, escaleras, pintando la estancia de  un tono oscuro.

- E imagino para si, las luces y donde colocaría cada butaca, sillas y mesas, la barra y los licores. 

- Y para hacerlo más real creó dinero muggle para que la gente creyera que él era un nuevo empresario.

- Con Harry como su asistente,  que habrían comprado esa casa y la habría transformado.

- A la mañana siguiente, sabiendo que el chico estaba rendido, lo dejo despertar solo.

El vampiro bebió su poción antisolaris y junto a su asistente  fueron a ver un sastre  para comprar ropa para ambos.

- Trajes de la época y todo lo necesario para que no llamará la atención.

- Salvó para generar envidia, y no ser otra vez, burla de nadie.

- Severus entregó dinero a Harry, para que se encargue de comprar el inmobiliario para la discoteca, y para que  contratará el personal que atendería a los clientes.

- La gente curiosa, se amontonaba detrás de los carros que traían el inmobiliario y a
los decoradores que trabajarían por esa semana  para armar y dejar todo listo para la apertura de este nuevo antro de entretenimiento juvenil.

- Las noticias corrieron como pólvora y todos estaban emocionados por la apertura del local.

- Mientras las sudodichas se morían por conocer al nuevo empresario,  ya que escucharon que era joven y bien parecido.

Ginny y Pansy, corrieron presurosas a los malls a comprar vestidos de fiesta para la gran inauguración que se llevaría a cabo ese fin de semana.

Hermione, por su parte revisaba en su clóset, alguna prenda que no haya usado antes para lucirla ese día y no quedarse atrás de sus amigos.

- Ya terminadas las 6 horas, Harry acompañaba a Severus hacia sus aposentos, para que descansará.

Pero en esta ocasión, Severus vio una alucinación y se quedó estático y en un tono hipnótico le ordenó a Harry que comprará una prenda femenina, pero debía entregarle la caja esa noche, cuando él despertará.

- A la media noche. Harry abría las puertas corredizas que daban al sótano, ya que su amo despertaría pronto y tenía en sus manos la caja del encargo, tal como le ordenó Severus.

- Se escucharon ruidos en la estancia.

Harry se asustó y dejando la caja a un lado corrió a ver qué pasaba y se encontró con dos hombres que lo apuntaban con un arma.

- Los infelices se habían metido a robar pensando que el palacete estaba cerrado por remodelación.

- Lo que no contaron es con el hambre voraz del dueño de la casa.

- Después de tan ajetreado día, percibió la sangre y se abalanzó sobre sus víctimas hasta dejarlos secos, quedando solo cenizas, ropa, arma y zapatos en el suelo.

- ¡Harry! -  llamó Severus - desaste de todo, pero quédate con el arma y las municiones para que te protejas, mientras yo descanso.

- Este hizo un ademán con su cabeza y obedeció.

- ¿Desea el amo que entregue la caja?  -  preguntó Harry. 

El vampiro medito un poco  dudoso, pero al final acepto, ya que se dio cuenta que aún no era el tiempo para darse a conocer.

- Lo miro irse, y se fue atrás de Harry.

- Escondiéndose entre los árboles para pasar desapercibido,

- Harry golpeó la puerta del departamento de la rubia.

- ¿Quién es? - preguntó la rubia.

- Tengo un paquete para usted - contestó el ojiverde.

La rubia abrió la puerta confiaba y recibió la caja.

- ¡Gracias!  y entró a su cuarto extrañada.

Severus subió al árbol, que estaba frente a la ventana de Hermione para observar ...

La rubia dejó la caja sobre la cama y se sentó a escudriñarla con sorpresa y curiosidad.

- Se acercó dudosa y la abrió, se tapó la boca con las manos y dejó escapar un grito de emoción.

- Mientras lo cogía de los lados y bailaba con el vestido.

- Era un hermoso vestido dorado, corte princesa, cubierto en el pecho por un estampado de rosas.

- Un lazo en la cintura en forma de rosa y falda dorada.

- A un lado y como complemento, unas sandalias  doradas de tiras, con tacón magnolia.

La rubia sonreía feliz.

- Cuando se viro, notó algo o a alguien en ese árbol y brinco del susto, cayendo sentada en la alfombra de su cuarto. 

- Al levantarse se volvió a asomar y no encontró nada.

Severus estaba muy lejos de ahí, volando sobre Londres como un murciélago.

- Se coló por la ventana del tercer piso quedándose sentado en el marco de la ventana, como si fuera un jovenzuelo tratando de huir de casa.

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Gracias a mis lindas amigas, por su apoyo. Lacosita55, Rachel Baker, Carolina Saenz💚❤

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