CAPITULO 17
En algún lugar alejado de Londres, un hombre corpulento, de ojos azules y
vivarachos, llamado Adam Granger, sonreia mientras se ponía de pie y decía para sí mismo, - se ha cumplido la profecía, mi princesita de ojos avellanados, es toda una Black.
Subió a la azotea de la casa, para admirar mejor la luna y las estrellas, que brillaban más que nunca.
Tomo su telescopio, para admirarlas mejor y abriendo su boca con sorpresa observó como se unían un gran número de estrellas formando una nueva constelación.
El la llamó, la vengadora.
Así sería llamada para la posteridad, su amada hija, su Hermione.
Aún recordaba su nacimiento, se enamoró de ella, desdé que nació, era nenudita, blanca, con ojitos avellanados y unos ricitos rubios que la hacían ver adorable.
Sabía de antemano, que él no era su padre, pero al conocer a su madre, y gracias a su don de profecía, heredado de las habilidades de Legerancia de su padre, supo que en su vientre se gestaria una Black.
Mucho más fuerte y poderosa, que la misma Lita Black, reconocida en el mundo mágico como la primera cazadora del odiado vampiro Lestat.
Pero que había muerto a temprana edad y no habría podido cumplir con sus objetivos.
Adam Brown se habría criado en ese mundo mágico rodeado de los magos más poderosos, sus padres fueron magos de sangre pura, pero no sufrían de la locura purista, sus nombres eran Callum Brown y Alissa Greengass, que esperaron ansiosamente su primera explosión mágica, que nunca llegó.
Después de tantos intentos fallidos de sus padres, se comprobó que él había nacido como Squibb, su único don, fue la profecía.
Lo que le valió para seguir rodeado de las personas que lo amaban.
Recibió la fortuna de sus padres, pero él debía vivir como lo que era, un muggle.
Por esa razón decidió estudiar varias carreras, ya que era en extremo inteligente y con una sorprendente memoria fotográfica.
A pesar de no haber nacido con magia, asistió al colegio Hogwarts, de magia y hechicería.
Estudió Legerancia, Oclumancia, Adivinación, Runas Antiguas, Pociones e Historia de
Muggles, materia que le enseño las posibles carreras que debía estudiar en su mundo para pasar desapercibido.
Graduándose en Hogwarts con las mejores notas y siendo reconocido como el mejor Legerante de su promoción, se enteró de la muerte de sus padres, en manos de Grindelwald, un purista de la sangre que odiaba terriblemente a los Muggles y se había enterado que su hijo lo era.
Ellos amaban a su hijo y dieron la vida por él.
Así tomó la iniciativa de cambiar su apellido mágico, por uno muggle, y desapareció aparentemente de su amado mundo, tomando el apellido Granger.
Estudio Odontología en la University of Birmingham, School of Medicine, por 6 años, graduándose con honores y figurando su foto en su amada facultad.
Lugar que guardaba bellos recuerdos, ya que allí conoció a la joven, que lo acompañaría los últimos 22 años, Jean Jones.
Desde que se conocieron, nació en él, una bella amistad, admiraba de la joven, su inteligencia, terquedad, sinceridad, no temia decir lo que pensaba, valiente y luchadora.
Vio reflejado en ella parte de sus propias virtudes, naciendo en él, un fuerte sentido de protección en su compañera al sentir su embarazo de dos meses, y antes de que la familia de Jean, se enterará de su desliz, se casó con ella.
Con el pasar de los años, descubrió que su amada hija no era una niña cualquiera, su inteligencia era sorprendente, devoraba libros en minutos, suspicaz a la par de hermosa.
Los ojos de Hermione siempre fue lo que más llamó su atención, su brillantes en momentos de alegría y la oscuridad que la invadía al enojarse, eran extremos que lo confundían.
Así que decidió investigar. Sabia que no era normal esa mirada de reojo, sentía que ya la había visto antes en otros ojos, de otra mujer, pero no recordaba de donde.
No lo pensó mucho y tomando un puñado de polvos flu se apareció en la mansión Brown Greengass.
Dirigiéndose a la biblioteca, más específicamente a la sección prohibida, no tuvo que buscar mucho, ya que su biografía era el libro amado de su madre.
Abrió el libro de pasta negra y vio su retrato, no podia creer la similitud entre ellas, sus inusuales ojos avellanados, tan enigmáticos, como hermosos.
Tomó el libro para llevárselo, pero este tenía una cadenilla de plata, que sujetaba una cajita alargada de color negro.
Quiso abrirla, pero no pudo. Estaba encantada.
Tomó ambas cosas escondiendolas en su saco y regreso a su hogar.
Allí estaba una Hermione de apenas 8 años esperándole para que la acostara, ya que cada noche le leía un cuento para que se durmiera.
Adam sonrió complacido por su infantil público que se restregaba sus ojitos, le dio un tierno beso en la frente y le dijo
- adelantate querubín, papi va a guardar unos papeles en su oficina primero y de ahí irá a contarte el cuento que tú elijas.
Hermione brincaba de emoción, porque ya sabía que libro quería que lea su padre.
Las cuentos de Bettle El Bardo.
Le encantaba la historia de las Reliquias de la muerte y soñaba con tener alguna vez, la capa de invisibilidad.
Una vez que Hermione dormía plácidamente, Adam subía a la azotea y leía el diario de Lita, así pudo ayudar a su hija a cumplir su legado.
En esos 10 años, leyendo ese libro, que más parecía las indicaciones para saber si la niña de sus ojos era descendiente de Lita Black, situación algo extraña ya que sabía por sus contactos que los últimos Black eran hombres y solo quedaba un soltero, antiguo compañero de casa, Sirius Black, a quien no se le conocía novia alguna.
Pudo ver con éxito, que efectivamente su querubín era un 80% Black, pero que debía pasar la prueba final por ella misma.
Adam sabía que no debía ser en su casa, porque Jean no conocía ese mundo.
Asi, que alentó a la muchacha, para que fuera a Londres, a estudiar en un reconocido instituto, la carrera de Auditoría y Contabilidad.
Adam viajó primero aduciendo que hablaría con unos ex compañeros de la universidad, para que le alquilará o le cedieran un pequeño departamento, que habría sido suyo mientras estudió su carrera, para que allí viviera Hermione.
Porque ante los ojos de Hermione y Jean, ellos no eran ricos, sino de clase media.
Mentira que tuvo que mantener para no llamar la atención de Grindelwald. Ya que este vigilaba sus bodegas en Gringotts.
Obviamente, el departamento era suyo, pero consiguió un contrato de alquiler, para evitar sospechas.
Y una vez limpiada la casa, colocó debajo de una tabla cerca de la cómoda, la cajita que habría pertenecido a Lita.
Sabia ya, que dentro de ella, reposaba su varita y su diario.
Pero se dejaría ver, cuando Hermione, estaría lista y haya cumplido el ritual de iniciación.
Ese detalle era un misterio para Adam, ya que Lita había sido muy escueta al manifestar, que solo su verdadera descendiente, podría completar sola su iniciación y que si era más poderosa que ella, hasta su propia constelación.
Hermione se ruborizada al sentir los ojos de su padre, admirandola, mientras ella, bajaba la cabeza con pena.
Adam se acercaba a ella y le decía - nunca bajes la cabeza, ante nadie, tú vales mucho, ¡eres una guerrera!.
Hermione sonreía y asentía orgullosa.
A pesar de tener el amor incondicional y la admiración de su padre, Hermione, se creía rara, porque hacía cosas que no comprendía y se asustaba.
Tales como, mover cosas con la mente, leer los pensamientos de los demás.
Lo que Hermi no sabía es que Adam ya se había dado cuenta de ello, ya que su núcleo mágico había despertado unos días después de que ella cumpliera los 18 años.
Estaba cerca la despedida de Hermione para ir a estudiar a Londres, su madre le preparó una pequeña reunión, con sus amigos más cercanos.
Lloraron, bailaron y se prometieron escribirse.
Adam satisfecho de su trabajo, tomó a su esposa de la cintura, llevándola al porsche de la casa y le pidió que le contará, quién era el padre de Hermione.
Aunque él ya lo sabía.
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