Hermione caminaba por los pasillos de la mansión Black, seguida por los elfos que la miraban con cara de felicidad, porque tenían nueva ama. 

Hasta que se le acercaron emocionados, y uno de ellos le preguntó -  ¿desea la amita Hermione algo de comer?

Hermi los miraba curiosa, se arrodilló frente al elfo y le tocó las orejas, este se rió porque sentía cosquillas y le preguntó - ¿por qué me llamás amita?

La rubia los miraba interrogante, una de las elfas más viejas se acercó y le dijo - le
llamamos así porque usted es la hija del amo Sirius. 

La muchacha se sonrío y la observó por un momento.

Sirius al ver la escena se le acercó y tomándola de sus  manos la levantó, mientras le explicaba que no debía hacer eso.  -

A los elfos no se les toca las orejas, hija.

Hermione seguía preguntando cómo una niña, todas las cosas que sucedían en la mansión y su padre Sirius, le respondía con una gran sonrisa.

Sirius era feliz.

Después de tanto tiempo, lejos de su gran y único amor, su hija le devolvía la esperanza.

Y así anocheció, Hermione se encontraba en una habitación que los elfos habían preparado para ella, estaba asomada en el balcón, suspirando y recordando a cierto caballero de capa negra, cabellos oscuros y bellos ojos azules, como el mar.

Se relamia los labios ansiando sus besos.

Tan absorta estaba en sus pensamientos que, no se dio cuenta, que Severus la observaba desde hacía rato con una sonrisa llena de amor,  ella retrocedió un poco, chocando con un pecho duró.

Severus al sentirla tan cerca de él, la abrazo colocando las manos en su vientre.

Ella no se asustó, conocía sus manos a la perfección y dijo  haciendo un cómico mojin en su rostro - te has demorado mucho en venir a verme.

Severus la giró y con una sonrisa de lado, que más parecía una mueca le dijo - estás muy equivocada, tengo rato mirándote relamer tus labios y suspirar por mi.

Hermione molesta por su arrogancia lo miro de reojo.

Severus al notar ese detalle en ella, se sorprendió mucho y recordó a su amiga, sin pensar susurró su nombre, Lita!!

Hermione al escuchar nuevamente ese nombre le preguntó a Severus - ¿Quién es Lita? ¡Esta es la segunda vez que me llaman así!

Severus la guió a su cuarto, y le pidió que se sentará en una butaca, que se encontraba en la pequeña sala de su dormitorio y le dijo - tranquila hermosa, yo te explicaré, quién es ella.

Tomando sus manos le dijo - Lita Black Lestrange era tu antepasado, no te pareces mucho
físicamente a ella, solo tienes sus ojos y su mirada, y esperemos que también hayas heredado su magia. O eres una Squibb.

Sirius entraba en ese momento a la habitación de su hija, encontrándose con Severus y a su pequeña rubia sentada en sus piernas, mientras se comían a besos.

Carraspeo molesto, estos al verle se separaron, dejando a un vampiro muy excitado y a una rubia avergonzada.

Sirius abrió la puerta de la habitación, invitando a Severus a que lo siguiera.

Este obedeció jalando de la mano de la muchacha.  Una vez abajo, entraron los tres al despacho del abogado.

Lestat al contrario estaba que hechaba humo por todos lados por la furia, ya que por los Encantamientos de protección de los Black no podía acercarse a Black Manor, y ver a la rubia de sus pesadillas.

Y como él no perdería otra vez a una Black, tenía que pensar bien como secuestrar a Hermione, y convertirla en su pareja, cueste lo que cueste.

Lo que Lestat no sabía es que eso era imposible, porque ella era tanto o  más poderosa que su antepasada Lita.

Sirius quería comprobar que tan poderoso era el núcleo mágico de su hija.

Así que la llevo a Hogwarts, a través de la red flu y se aparecieron en la oficina de Minerva Mc Gonaggal, Directora del Colegio de Magia y Hechizeria.

Minerva los vio aparecerse y se acercó a ellos, abrazó a Sirius y este le correspondió

Sirius, ¿cómo estás? que gusto verte y la joven que te acompaña, ¿Quién es?

Sirius sonrió orgulloso y le dijo
- es mi hija, Hermione.

La anciana la miraba con sus dotes de suspicacia, ya que había sentido la fuerza de su núcleo, desde que llegaron, le tendió la mano a la joven y le dijo - ven querida, vamos a platicar.

Hermione miraba con ternura a la vieja maestra y con un movimiento de cabeza asintió siguiéndola hacia una pequeña salita.

Minerva le hizo varias preguntas, sobre su vida, dime niña ¿Has tenido brotes de magia alguna vez?.

Hermi no lograba entender a qué se refería con eso, mientras la miraba pudo notar un palito de madera dentro de los pliegues de su túnica y aún insegura le preguntó - ¿Qué es esto?

Minerva sacó su varita y le dijo
- los magos utilizamos está varita para realizar magia, encantamientos, entre otras cosas.

Usted necesita varita para hacer magia, yo no he necesitado eso nunca, yo solo me concentró y listo.

Minerva abrió los ojos sorprendida y emocionada llamó a Sirius.

Hermione tiene un núcleo mágico muy fuerte, es más me atrevería a decir que más fuerte, que el de Lita.

Si eso era cierto, su vida corría peligro, porque sería perseguida por el vampiro Lestat, quién era conocido por sádico y asesino e incluso de los de su propia especie.

Y lo peor Severus no podría defenderla ya que siendo Lestat su creador, supuestamente era intocable.

Para un vampiro tal vez, pero no para un mago.

Mientras tanto en la ciudad de Londres muggles, los detectives Olivia y Matt buscaban desesperadamente, a cuatro jóvenes desaparecidos el día de la inauguración de la discoteca.

Sus amigos los vieron entrar, pero no salir de allí.

Así que sus familiares se agolparon en las dependencias de la policia, exigiendo que allanen el local para que busquen a los jóvenes desaparecidos.

Sirius que tenía contactos en  Londres muggles pudo sacar a tiempo el ataúd de Severus del palacete, y su laboratorio de pociones.

Además de desaparecer con magia el sótano de la casa. Para evitar conjeturas.

Lo llevo a la casa de su abuelo Regulus, en el Valle de Godric. Y lo instaló tal y como fue la última voluntad del viejo huraño como así lo llamaba Severus, a pesar de que lo quería mucho.

Luego de resguardar la seguridad de Severus, le consiguió un buen abogado a Harry, para que lo defienda en caso de ser acusado injustamente por los padres de los chicos, entre los que figuraban, Ginny Weasley, Pansy Parkinson, Seamus Finnigan y Lorcan Patil.