Segundo Arco: Prólogo
† Calma Después de la Tormenta †
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P.O.V. Bell
- "¿Dónde estoy...?" - Me pregunté mentalmente mientras todo estaba oscuro a mí alrededor. Probablemente esté inconsciente.
Mis recuerdos aún estaban presentes, algunos eran borrosos, incluso me cuesta recordar la pelea que tuve contra Aiz-san.
- Ugh...
Un pulsante dolor llegaba a mí cabeza cada vez que intentaba abrir mis ojos, mí cuerpo parece más cansado y adolorido de lo usual, el solo mover mí brazo hace que mis músculos parezcan gritar que parase y mis huesos crujir de dolor.
Necesito levantarme rápido y saber que fue lo que pasó, ¿Cómo están los chicos?, ¿Acaso los problemas se arreglaron?, Y Kami-sama ¿Dónde está ella?.
Demasiadas preguntas en mí cabeza hacían que ésta pareciera dar vueltas, era demasiado estrés con el que estoy cargando, pero no podía evitarlo, estoy preocupado por mí familia así que no pueden culparme por eso.
Al abrir mis ojos, me encontré con un techo desconocido para mí, no era el de una celda, tampoco el de una enfermería como en la estuve después de la expedición, tampoco era el techo de mí habitación en la mansión a la que usualmente llamaba Hogar.
Aunque ésto último era imposible de todas formas, después de todo aún recuerdo el como había quedado la mansión después de confrontar a la familia Loki.
Decidí observar más mí entorno, era una habitación con paredes de madera al igual que el suelo aunque éste parecía pulido, habían varios muebles tales como una mesa de lectura al lado de la cama, un ropero, también un par de libreros y estantes.
La ventana reflejaba la luz del sol, dando señal de que era medio día. Por alguna razón me sentía nostálgico al estar aquí, pero no sé el por qué.
*Trick*
La puerta de la habitación soltó un rechinido al abrirse mostrando una figura. Tenía una apariencia un poco robusta pero de una edad avanzada, poseía una cabellera y barba blanca grisácea, tenía la vestimenta de un granjero.
- Es bueno ver que re encuentras bien Bell... - habló el hombre mayor con familiaridad, como si me conociera desde siempre...
Y como no hacerlo...
- A... Ab... Y-yo...
En comparación a él, yo no encontraba las palabras para poder hablar o al menos decir alguna oración, no me era posible formular palabra alguna.
Todo lo que llegaba a mis pensamientos era...
"Imposible", "Ésto debería ser imposible", "Cómo es que está aquí?", "¿Acaso estoy muerto?". Esas y más dudas llegaban a mí cabeza ante la presencia de él... Aquella persona que me cuidó y crío durante mí niñez...
- A... Abuelo... ¿Realmente tú estás... Aquí...? - Finalmente pude hablar más claramente.
- Ha pasado bastante tiempo, no es así mí pequeño Bell?...
- Acaso yo... Morí... - pregunté con miedo ante la idea de haber muerto, aún con haber tenido la ayuda de todos.
- No, no estás muerto chico, pero estuviste prácticamente al borde de la muerte. - Habló una hermosa figura femenina con una bata blanca entrando después de mí abuelo.
- ¿Quién es usted...? - pregunté débilmente, parece que aún no estoy del todo bien ya que me canso bastante rápido.
- Ella fue quien te salvó Bell. - Habló mí abuelo contestando a mí pregunta. - Deberías mostrar agradecimiento por ser atendido por tan hermosa mujer Bell Jejejeje. - Terminó diciendo él, solo para después recibir un puñetazo que lo mandó contra la pared. Definitivamente ese era el abuelo que recuerdo.
- M... Muchas gracias señorita...
- Michelle, Michelle Ashcroft. - Se presentó ella con una voz amable aunque algo reacia a hacerlo.
(Ésta es la apariencia de la chica, Solo ignoren el arma)
- Oh, entonces le doy las gracias Ashcroft-San. - Terminé por agradecerle por salvarme la vida.
Ella parecía algo incómoda al realizar un chequeo en mis brazos vendados, casi como si no quisiera hacerlo.
- ¿S... Sucede algo Ashcroft-San...?. - Pregunté algo nervioso.
- ¿Mm?, Oh no te preocupes, es solo que no estoy acostumbrada a tratar a los hombres... Normalmente yo los atacaría. - Me respondió de forma inexpresiva.
¿¡Cómo quiere que no me preocupe con esa información!?, Ahora mismo estoy temiendo por mí vida.
- Además es difícil tratar con alguien sin Falna. - Terminó por decir ella.
Al instante de escuchar sus palabras tuve un muy mal presentimiento, eso debería ser imposible, probablemente escuché mal, ¿Verdad?
- ¿Alguien sin... Falna...? - pregunté con temor.
- Si, tal parece que tu Falna está en un estado inactivo, ya que cuando revisé las heridas de tu espalda, tu Falna era ilegible...
Mí mente entró en shock trás sus palabras con indiferencia, fue entonces que mis últimos recuerdos de la batalla finalmente se enlazaron a mí mente.
Ryuu siendo atravesada por una lanza al intentar protegerme.
la mirada sombría y ojos vacíos de la Catman de la familia Loki y el como nos atacó con una espada mágica Crozzo.
Y también, cuando estaba cayendo asía aquel precipicio, hubo un pilar de luz rojiza elevándose asía el cielo, un Dios había vuelto al Tenkái...
Y es posible que aquel Dios haya sido Kami-sama. No, no era posible..., Esa era la cruda Realidad, fuí débil y por esa razón fue que no pude salvar a nadie, No pude salvar a Kami-sama.
*Goteo*
Una lágrima salió de mi ojo derecho, solo para luego empezar a sollozar levemente de tristeza e impotencia por culpa de mí debilidad.
- Bell... - Habló mí abuelo intentando consolarme, yo sé que está preocupado por mí, siempre que yo lloraba o estaba triste, mí abuelo siempre estaba ahí para ayudarme, pero ahora mismo yo... Quisiera estar solo...
- Por favor... Déjenme solo... *Snif*... Por unos momentos... - Les pedí sollozando, para que después mí abuelo respondiera con un "Está bien" y luego ambos salieran de la habitación dejándome sollozando de manera solitaria.
- ¿Por qué?...- fue lo último que dije para luego empezar a llorar abruptamente, diversas emociones llegaban a mí cabeza la impotencia de no proteger a Kami-sama me invadió, al igual que la culpa por haber tomado la decisión de salir de Orario en vez de enfrentar los problemas...
Pero sobre todo eso lo que más me me invadía era la tristeza, la tristeza de no ser capaz de volver a ver a Kami-sama, no poder convivir con la primer Diosa en confiar en mí y darme un hogar... Hogar que la familia Loki, No, que todo Orario destruyó...
Y así Bell durante un par de horas soltó sus sentimientos reprimidos en su almohada hasta que finalmente cayó al mundo de los sueños para así poder descansar
Fin P.O.V.
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- Parece que el chico realmente la pasó mal. - Habló Michelle al dios sentado frente a ella, la chica si bien odiaba a los hombres debido a su vida antes de ser aventurera y el voto de castidad que hizo con su diosa, ella no podía dejar a un niño en ese estado. Bell no solo había sido dañado físicamente, si no también que su mente estaba lastimada.
Tanto ella como Zeus después de dejar a Bell en su habitación para que pudiera soltar sus sentimientos en paz, decidieron discutir su estado actual en la sala de estar de la cabaña.
- Parece ser así, aunque no me explico como o que fue lo que le sucedió, tendré que hablar de ésto con Hermés cuando venga aquí. - Dijo el Dios a la chica, el realmente estaba preocupado por su nieto, ésto no debió haber pasado. - Después de todo dudo que Bell pueda hablar por ahora, con suerte y podremos hablar con él mañana.
- Supongo que si, después de ver su estado, lo mejor será dejarlo descansar. - Dió su diagnóstico la chica. - Además, ¿Qué hay con esa Daga de color negro?. - Ella recordó la daga con unas extrañas runas brillando de un tono carmesí en manos del peli-blanco quien a pesar de estar inconsciente nunca la soltó hasta que llegaron a la cabaña de Zeus, solo la presencia del dios logró hacer que el peli-blanco soltara la daga y cuando lo hizo el brillo de las runas se apagó por completo.
- No tengo idea niña, pero de algo estoy seguro y es que esa podría ser el arma que solo la podría portar un verdadero Héroe. - Contesta el dios con gran seguridad y orgullo en su voz.
- Dejando eso de lado, si no lo hubieras reconocido como un miembro de tu antigua familia, pensaríamos que solo es un niño inocente... O más bien un conejo... ¿Realmente estás seguro que es tu nieto? - preguntó aun con duda de que sea parte de la familia del dios pervertido.
- Por supuesto que sí, nunca confundiría a mí querido nieto, niña. - Respondió el dios con algo de enojo. - Además, ¿Cómo es que no me tienes respeto a mí, que soy un Dios del Olimpo?. - A Zeus no le agradó el tono con el que le hablaba la chica.
- ¿Acaso creé que he olvidado que hace un par de días intento espiarnos a mí Diosa y las demás?, Yo nunca tendré respeto por una deidad así. - Mostró su descontento con severidad.
- No puedo negar mis instintos como hombre por el...
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- EL ROMANCEEEEEE!!! - Finalizó el dios con euforia, como si hubiera dicho algo realmente genial e importante
- *Suspiro* Cada vez entiendo más el porque Lady Artemisia odia a los hombres, al igual que las demás. - dijo Michelle con cansancio.
- Ustedes solo son un grupo de niñas que no entienden el romance de un hombre, deberían tener una rehabilitación por parte de Afrodita.
- Se puede saber, ¿Qué le estás enseñando a mí hija... Zeus?... - Habló una nueva voz para nada contenta, tronando sus puños y lista para apalear al Dios.
Zeus dirigió su vista al origen de la voz, solo para ver a la Diosa de la caza acompañada del resto de sus hijas, todas con su mirada sombría y unas otras con decepción, como si estuvieran viendo escoria
- A-artemisia, Yo solo... - Tartamudeo el hombre solo para ser llevado a la sala y ser molido a golpes por la virgen de su hija.
Si bien el era su padre y ella había lastimado accidentalmente a su nieto cuando lo vieron inconsciente en el lago, no permitiría que mal influencie a su querida hija con sus ideas retorcidas sobre el romance.
- E-espera, puedes golpear mí cara, pero esa zona no por favor... - Lagrimeo el hombre en busca de piedad para no ser pateado en su zona baja sensible... Pero la mirada en su hija decía "¡No perdonaré que te atrevas a cortejar a mis hijas!", por lo cual recibió un duro castigo... -
- NOOOOOOOOOOOOO!!!
Solo se escuchó el grito de aquel hombre antes de ser juzgado por la salvaje de su hija cazadora.
(F to respect of Zeus)
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Time Skip
Había pasado un día desde que Bell había despertado, él ahora sabía porque la habitación le daba la sensación de nostalgia, Bell se había dado cuenta que ésta era la misma habitación de la cabaña en donde se crío junto a su abuelo, aquel lugar donde su abuelo le contaba las historias de los Héroes más grandes del mundo y en donde nació su deseo de convertirse en el Héroe más grande de la historia.
Ahora mismo se encontraban Michelle, su Diosa y 2 chicas más en un extremo de la habitación, mientras que Zeus estaba sentado al lado de la cama de su nieto con vendas en la cabeza.
Bell había contado lo sucedido, el como fue culpado de traidor mientras estuvo una semana en el calabozo "Entrenando" durante una semana, y... decir que Zeus estaba enojado era poco, el estaba dispuesto a usar su Arcanum para destruir la ciudad entera, pero Bell detuvo sus pensamientos al mencionar que su familia y quienes lo ayudaron a escapar seguían ahí.
La Diosa Artemisia tenía un semblante triste al saber que su mejor amiga en el Tenkái, Hestia, había vuelto trás defender a el niño frente a ella. Lo último que quedaba como lazo entre Bell y Hestia era la Daga Hestia la cual ahora se encontraba sin su característico brillo de sus runas en manos de la Diosa, ni siquiera devolviendo el arma en manos de Bell recuperó aquel brillo que la hacía parecer un arma viva a ojos del conejo, aunque también de cierta forma era algo raro para Bell ya que él recuerda como ésta se había convertido en una espada.
El ambiente era caído o al menos lo era hasta Michelle por curiosidad preguntó por la vida del peli-blanco en Orario antes del problema
Bell con nerviosismo, contó algunas de sus aventuras, desde el como las demás familias de la ciudad lo rechazaron al presentarse para unirse, hasta la pelea del Minotauro en el piso 9, cabe decir que no contó su encuentro con con un Minotauro en el piso 5 ya que de por sí era vergonzoso oír de las chicas:
"No estaba hecho para eso", "Es como un pequeño conejito", "Él realmente es un niño" o la Diosa "Tuvo suerte de entrar en una familia nueva, de lo contrario hubiera sido el hazmerreír de la ciudad". Todo ésto fue después de escuchar su primera vez en la mazmorra y su combate contra el goblin, él decidió omitir el momento en el que obtuvo un anhelo dorado.
También contó el como después de derrotar al minotauro fue capaz de subir al nivel 2, siendo que solo llevaba mes y medio como aventurero. Ésto sorprendió a las cazadoras, ellas no lo hubieran creído de no ser porque su diosa estaba ahí para confirmarlo.
Zeus ya estaba al tanto de los sucesos debido a su buen amigo y contacto que tenía en Orario, así que solo le dió palabras de orgullo a Bell.
Así fue Bell contando aventura en aventura, como los pisos intermedios, también cuando su diosa liberó su divinidad en la mazmorra para detener a los aventureros que se encontraban combatiendo contra él y su party provocando que la mazmorra reaccionara mandando a un Goliath Negro, el cual fue derrotado por todos en Rivira(Bell no mencionó que él mismo le dió el golpe final con la habilidad <Argonauta>)
Luego fueron los sucesos del como Apolo intento tomar a Bell en un juego de guerra contra la Familia Hestia, literal era imposible ganarle a una familia de más de 100 miembros siendo solo uno, pero con el apoyo de sus amigos que se unieron a su familia y también cierta elfa de nivel 4 que les ayudo en el juego, lograron vencer a la Familia Apolo en un juego de guerra que parecía imposible y para Bell fue un paso más allá con su ascenso al nivel 3.
Las cazadoras al igual que su diosa, estaban sorprendidas por la velocidad de crecimiento de Bell, era simplemente inexplicable.
Luego llegó el momento de cuando él, Welf y Lili siguieron a Mikoto al barrio del placer, las palabras de orgullo de Zeus hacían contraste con las miradas de repulsión de las cazadoras y su diosa... Pero todo fue resuelto trás mencionar acerca de Haruhime y el como la salvaron de ese lugar.
Luego llegaría el momento de los Xenos, pero Bell no estaba seguro de contar esa información, por lo que buscó una manera de cambiar el tema... Hasta que una duda surgió en su mente...
- Oye Abuelo... - Bell llamó a su abuelo para así obtener respuestas.
- ¿Qué sucede Bell?.
- Dime... ¿Qué fue lo que sucedió en realidad aquel día... Donde se supone que tú moriste...?.
- Oh eso, bueno verás...
Y así Zeus procedió a contarle a Bell el porque de sus acciones, de como fingió su muerte para que Bell se dirigiera a Orario, también le contó de su identidad como el Dios Zeus entre otras cosas como los nuevos cuerpos frescos en los baños del pueblo.
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- Entonces, ¿Decidiste fingir tu muerte para que yo me convirtiera en un aventurero, abuelo?. - Cuestionó Bell al Dios a su lado, Zeus le había hablado del porque de sus acciones para que Bell pudiera cumplir su sueño de ser un Héroe.
- Si. - Respondió el Dios con simpleza, sintiendo la mirada de la diosa de la caza que decía "¿Enserio?, Apenas es un niño".
- Y... ¿Eres el Dios Zeus?, ¿Aquel Dios de la familia de Héroes que derrotaron a 2 de las 3 grandes misiones...?. - Ha Bell aún le costaba digerir que su abuelo fuera una Deidad y no cualquiera si no la deidad patrona de una de las familias más poderosas del mundo hace 15 años.
- por supuesto!. - con orgullo.
- Y... No solo espíaste los baños del pueblo... ¿Si no que también trajiste mujeres a la cabaña...?. - El rostro de Bell se empezaba a oscurecer en éste punto.
- Claro que si!, Es el deber de un hombre tener romance Bel!. - El dios claramente no notaba el ambiente.
La diosa Artemisia quería refutar las palabras de ambos hombres, pero por alguna razón, la mirada del peli-blanco en Zeus hacía que sus instintos le advirtieran que no debería meterse ahora mismo.
- Tú... Maldito viejo!!!. - *Golpe sordo*.
- Puagh... - Bell lanzó un golpe al estómago del dios haciendo que éste atravesara la puerta de la habitación, Zeus solo pudo poner los ojos en blanco al sentir como todo el aire abandonaba sus pulmones.
Al levantar la vista, Zeus notó la mirada de Bell, por un momento creyó ver a cierta demonio del talento, pero no, está era una diferente, una que ya había sentido antes.
Ésta era la misma presencia que hizo temblar a la misma Diosa Hera y a la demonio del talento Alfia hace bastantes años solo por comerse un dulce equivocado.
- "Parece que incluso eso sacaste de ella Bell..., Probablemente esté orgullosa de ti...". - Dijo en su mente el dios al ver como incluso Artemisia estaba rígida ante el aura que Bell desbordaba. - "Tienes el don de hacer que las deidades tiemblen al igual que ella, parece que eso es de familia...". - Terminó sus pensamientos para luego caer desmayado.
Mientras tanto
- Mm, parece que el niño de Zeus despertó. - Habló una voz mientras se acercaba a cierta cabaña. - Y parece que se divierten, eso significa que el niño está bien, aún siendo atravesado por la flecha de Artemisa-Chan en el lago. - Terminó de decir la deidad mientras se aproximaba con su característico báculo dorado.
Y si, Bell había sido atravesado por una flecha debido a que cayó de una cascada asía el mismo lago donde Artemisa y 3 de sus cazadoras que la acompañan se daban un baño, claro cuando se dieron cuenta que estaba inconsciente se vistieron rápidamente para que Michelle pudiera atenderlo, no solo por la herida de la flecha, si no por habían manchas de sangre, señal de una batalla por el tipo de cortaduras.
Al parecer decidieron llevarlo a la cabaña donde estaba Zeus para poder atenderlo adecuadamente.
Durante el camino de pura casualidad se encontraron con la deidad que porta el báculo dorado, éste vió algo que le interesó y fue la luz en Bell quien a pesar de estar al borde de la muerte, su alma no se rendía, no dejaba de luchar para seguir adelante.
Y ¿Cómo sabía ésto?, Fácil, ésta deidad podía ver las almas de las personas, sin embargo a diferencia de cierta acosadora en cierta Torre de cierta ciudad laberinto, no podía ver el color de ellas, si no su luz, si bien "En donde hay luz hay oscuridad", Bell no poseía oscuridad ni siquiera una pequeña sombra, ésto le sorprendió a primera vista, así que visitaría la cabaña para conocer más a fondo el caso
- Presiento que tiempos entretenidos se acercan - Terminó de decir con una sonrisa divertido, además de que tenía razón y el autor se los puede afirmar, tiempos entretenidos y suculentos se acercan.
Fin del capítulo.
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Palabras Finales
Buenas, aquí Covenant reportándose con un nuevo capítulo de ésta gran historia.
He de admitir que éste capítulo no me convence mucho, pero es lo que hay, con suerte y pude escribir ya que estoy en temporada de examen.
Además de que ya empecé a escribir el siguiente capítulo además de un par de historias nuevas, aunque claro aún no termino los prólogos pero con suerte y salen éste mes.
Trataré de actualizar seguido, pero no prometo nada y sin más que decir.
Hasta luego
3357 palabras
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