Panteón [VII]

La tarde se alzaba a través de la residencia "Polvo de Estrellas". La vegetación aún cubría bastante el lugar y no podía apreciarse correctamente. La luz solar se filtraba ligeramente entre las hojas que cubrían parte de la ventana. Ventana que tenía un poco de madera que le pasó el tiempo y estaba bastante inadecuada y algo astillada.

La luz filtraba ligeramente la habitación la cual tenía un aspecto mucho más arreglado y estaba algo limpia a diferencia de su antigua versión que estaba empolvada y bastante sucia, nada que un par de trapos y escobas pudieran solucionar. En la cama cubierta de sábanas rojizas estaba Sven quien aparentemente aún dormía a pesar de que ya era de tarde. Su rostro estaba pacifico indicando pequeñas señales de su despertar, quien gimió suavemente.

A su lado, en la mesita de luz, descansaba un libro de tapa marrón, con hojas escritas con tinta de pluma. Era el diario de Alise Lovell. Sven se había quedado hasta tarde leyendo completamente aquel diario en una forma de conocer quién fue la mujer capitán de la familia Astrea. Aunque no pasó desapercibido que había un poco de una pluma posada en un envase de tinta de hace ya hace horas.

—Uggh...

Sven se quejó mientras se tallaba sus ojos tras su larga siesta. Tuvo que hacer un esfuerzo para estirarse un poco antes de revisar la habitación hasta que su vista se posó en el libro. Una pequeña sonrisa se le formó en el rostro antes de apartar las sábanas y buscar unas prendas de vestir.

Caminó con el pecho desnudo hacía la ventana antigua y la abrió antes de con sus manos hacer un poco de fuerza para arrancar la vegetación que tapaba la entrada del sol. En el momento que terminó de hacerlo, la luz apareció perfectamente iluminando el interior completo de su habitación. El repentino deje de luz solar cegó momentáneamente a Sven quien llevó sus manos a su rostro con un gemido de dolor mientras le daba la espalda. Yendo hacía el armario lo abrió y encontró su prenda de vestir entre toda la ropa de mujer que yacía en el lugar. Tomando una camiseta de mangas cortas la inspeccionó dándole un pequeño aleteo para quitar el polvo que se le había reunido ligeramente y luego se la puso.

Sven se tomó un tiempo para despertarse por completo mientras terminaba de cambiarse y cerró el armario, y luego abrió el cajón de abajo de nuevo, encontrándose con la ropa interior femenina, solo sus bragas realmente.

"Debería darle todo esto a Astrea o Cecil." Él podría ser Japonés, pero no se angustian o se sentiría super nervioso por ver ropa interior de una persona. Pero si creía vagamente en los significados de ella dependiendo el color. Una de ellas son las blancas que representan pureza y una dama inocente. Según las palabras de Astrea, estaba seguro que Alise era ese tipo de chica, pero también vio uno que otro encaje negro... por lo que era posible que ya ella o tenía algún novio, o deseaba alguno para verse sexy.

Cerró el cajón y se alisto. Dio la vuelta y se puso las botas que le faltaban, y se preparó para salir sin notar que dejó a medio cerrar la puerta de su habitación.

Escuchó una pequeña charla entre mujeres a través del pasillo, y pudo divisar la figura de Astrea y Cecil quienes limpiaban los azulejos quitando el polvo que estaba acumulado. Sven de hecho notó que gran parte del pasillo se encontraba como nuevo, o más bien reluciente después de darle su mantenimiento a diferencia de ayer que apenas pudieron terminar de limpiar el salón principal.

Cecil pareció haberlo notado tras oír las pisadas acercándose y ella gruñó.

—Por fin despiertas, animal. ¿Qué diablos hiciste para dormir hasta tarde?

—Ah... Primero que nada buenos días...

—¡¿Buenos días?! ¡BUENAS TARDES MEJOR DICHO!

Sven se tuvo que tocar el oído con algo de molestia tras oír los gritos interminables de Cecil. Ella agitó el palo de la escoba y lo señaló con desdén. Sven con un suspiro se rascó su cabellera con pereza antes de mirar a Astrea quien observaba en silencio.

—Buenos días, Rea.

—Buenas tardes... ¿Por qué te despertaste tan tarde? No es lo usual contigo.

—¡¿Vas a ignorarme?! —Cecil se indignó.

—Me quedé leyendo algo que encontré en la habitación y me quedé hasta tarde.

Astrea alzó una ceja, lo suficientemente intrigada por esas palabras. Sven agarró una de las escobas y trapos para ayudarlas a continuar con la limpieza. Cecil simplemente se quejaba como una niña mientras se concentraba en limpiar los azulejos susurrando "los odio a todos". Astrea y Sven miraron de reojo a la peliazul riendo en silencio por lo dramática que estaba siendo.

××××

Habían pasado ya unas cuantas horas, el reloj tocando a las cinco de la tarde. Las calles de Orario estaba inundada de personas y mercaderes junto a pequeñas tiendas que había entre el bullicio. El camino pavimentado de piedra y las distintas razas que abundaban por el lugar. Sven y Cecil caminaban teniendo ya una charla más tranquila (Sven en su mayoría haciendo la charla) mientras miraban de reojo a las personas, ambos a un lado del otro mientras Cecil oía y daba respuestas cortas, y rápidas.

—¿Cuánto más tenemos que caminar?

—Según lo que nos dijo Rea son un par de cuadras más.

Cecil tuvo que arrugar un poco su rostro ante la forma tosca de hablar de Sven, ya que había algunas palabras que no comprendía del todo cuando las decía. "¿Qué son las cuadras?" Sintió la necesidad de preguntar, pero una parte lógica de ella quería creer cuáles eran los pasos que debían dar hasta llegar a ella. La mirada vagó ligeramente hacía la lejanía notando que había un edificio de bastantes metros de alto el cual creyó e identificó que era el "Panteón" como era llamado el edificio. Tenía grandes ventanas con estandartes de la alianza del gremio adornando el lugar. Pero eso no era lo más llamativo, la razón por la que ella creyó que era el gremio era por la cantidad de personas vestidas con armaduras y bolsas de dinero saliendo de ella.

—Creo que es ahí. —Cecil señaló.

—Si, puede ser. Estoy algo nervioso. No se como se hacen las cosas por aquí... y temo que mis nervios me hagan hablar mal.

—... Yo me encargo.

Sven se sintió agradecido con la peliazul mientras se acercaban al "Panteón". Puede no decirlo, pero Cecil era realmente confiable cuando se le necesitaba, y él le agradeció enormemente por ello. Sabía que era una chica con un temperamento fuerte y a veces hasta enojón, pero tenía el corazón de una pequeña doncella que se preocupaba mucho por sus amigos a pesar de que los trataba mal a menudo.

 Sven sabía qué significaba eso... "Tsundere". Es un término de su país que se le usaba comúnmente en su cultura a las chicas de este género, se volvió bastante famoso cuando salió Evangelion y un personaje criticado y amado por muchos salió a la luz; Asuka. No la comparaba con ella, para nada, cada "tsundere" tenía sus propios ideales y tendencias, pero lo que si no podía sacarse es como los primeros días ella simplemente actuaba de mala manera pero con el tiempo se fue ablandando.

Era una chica que daba respuestas cortas y era franca, no le gustaba alargar las conversaciones, pero disfrutaba de oír o de añadir alguna respuesta... o eso es lo que pensaba Sven.

—Debemos recordar que después de inscribirnos, Astrea actualizará nuestros estados cuando tengamos que ir a la mazmorra.

Cecil explicó con un deje en su voz mientras adelantaba el paso un poco más rápido. Sven asintió en comprensión mientras se acercaban cada vez más al gremio de aventureros.

—¿Y después? —preguntó Sven.

—Eres el capitán, no yo, así que piensa un poco en nuestro objetivo.

Sven cerró su boca, ella tenía razón. Después de todo, Sven es el capitán de la familia Astrea ahora mismo y debía pensar a futuro en su familia y cómo se organizan en base a su combate, pero realmente no tenía idea de cómo organizarse y Cecil lo sabía. Ella suspiró para luego alzar su voz.

—Mira, puedo... actuar como la capitana-

—¡N-no! Es solo que... bueno, si... Me gustaría que me ayudes y eso, pero quiero aprender a liderar. —Sven interrumpió.

Cecil gimió en comprensión como si entendiera sus palabras. Siendo sincera, ella no aceptaba a Sven como un capitán realmente respetable, al menos al inicio ya que no puede verlo realmente como alguien que sepa liderar gente menos con esa actitud tan sumisa que veía de él... miente.

En realidad, ella podía verlo un poco, una pequeña parte de su ser puede llegar a reconocerlo, solo por la determinación que mostró los últimos días, solo que necesitaba un poco de guía... ayuda que ella le brindará, ¡pero no por compasión! ¡Si no porque lo necesita! ¡Necesita un capitán digno si quiere avanzar al nivel dos y conseguir su tan ansiada habilidad de <Herrero>.

Finalmente al alcanzar la puerta, se frenaron frente al edificio. Observando lo intimidante que se veía. Los aventureros salían y entraban, enfocándose en lo suyo pero no sin echarles uno que otro par de miradas a los dos jóvenes que estaban frente al gremio como si fuera evidente lo novatos que eran.

Cecil se preparó mentalmente antes de querer dar el primer paso para empujar las puertas de bar si no fuera porque Sven se le adelantó y él le extendió la puerta. Ella parpadeó un poco ante la muestra de caballerosidad pero no se quejó mientras le daba su reconocimiento de gratitud con sus ojos.

Una vez adentro observaron el gran amplio espacio con mostradores donde residían recepcionistas escribiendo algunos archivos o incluso charlando con uno que otro aventurero. Al lado izquierdo de los mostradores parecía ser la sala de intercambios de objetos. El sonido de la madera resuena audiblemente en el lugar por lo concurrido que estaba, sobre todo el sonido del metal de las armaduras de algunas personas.

—Gracias. Espero verte de nuevo.

—Está bien.

Cecil inspeccionó más al frente, presenciando como una persona gato se alejaba del mostrador tras despedirse de una recepcionista mujer para luego ir hacia el lado izquierdo a entregar sus objetos. Cecil le tocó el hombro con un leve golpe con su hombro a Sven quien parecía estar buscando a alguien con la mirada sin mucho éxito, ante la acción de Cecil él la miró y luego ella hizo un gesto con sus ojos hacia donde estaba el lugar vacío del mostrador, Sven comprendió lo que trato de decirle.

Con pasos lentos se acercaron con algo de incertidumbre ya que eran completamente nuevos en esto. (Especialmente Sven). Cuando alcanzaron el mostrador la mujer alzó su vista de unos archivos que estaba escribiendo, con solo un vistazo suspiró al notar que eran nuevas personas, pero rápidamente volvió a su mirada profesional.

—Bienvenidos, supongo que son nuevos en Orario ¿verdad?

La mujer tomó un aire profesional, mientras miraba a la pareja quienes parecieron reaccionar ante su voz y la miraron apreciando su atuendo que consistía en una camisa blanca y por encima una chaqueta negra sin mangas abotonada con pantalones oscuros y un moño gris que resaltaba por encima de su pecho.

La recepcionista parecía ser una mujer lobo con una mirada desinteresada mientras su tono profesional se mantenía sin cambios, su largo cabello carmesí llegaba hasta su cintura y sus ojos filosos de color dorado los observaba.

—Si. —Cecil levantó su voz. —Somos nuevos y queremos inscribirnos para ser aventureros.

—Mmhp.

La mujer hizo un gemido de comprensión y luego miró al castaño quien dio unas suaves respiraciones para no equivocarse al hablar. La mujer lobo sintió la necesidad de suspirar pero se contuvo.

—¿Sus nombres?

—Sven Bennet.

—Cecil Blackliza.

Se presentaron a sí mismos mientras la recepcionista parecía buscar algunos archivos pudiendo encontrarlos fácilmente para luego usar una pluma y untarla con tinta mientras empezaba a escribir los nombres en los papeles.

—Comprendo, mi nombre es Rose Fannet. ¿Saben que el gremio no se responsabiliza por las pérdidas o por las muertes que ocurren, verdad?

Ambos asintieron en silencio mientras Rose ladeaba sus ojos hacia el papel moviendo elegantemente su mano mostrando una bonita caligrafía.

—¿Sus edades?

—Tengo diecisiete. —Sven respondió.

—Dieciséis. —Cecil aclaró.

El sonido de la pluma sonó suavemente entre el bullicio de los aventureros y las charlas ocasionales que ocurren dentro del gremio mientras escribía las edades y luego continuaba con un poco del físico de ambos, pero eso no la detuvo de seguir hablando.

—¿Ya forman parte de una familia?

—Si. —Sven esta vez tomó la voz para responder. Cecil agradeció mentalmente eso. —Familia Astrea.

—...

Rose detuvo su escritura por unos instantes al reconocer el nombre de la diosa para seguido alzar su vista buscando alguna mentira. Sven miró con confusión el actuar de la mujer lobo por el vistazo que ella le estaba dando.

—¿La diosa Astrea regresó a Orario? —murmuró Rose

—Si, pero te agradecería que no hicieras escándalo o corrieran la voz, Fannet.

Cecil habló entrando en la conversación nuevamente, su voz mostraba un poco de desdén por como quería meter su hocico donde no debía, ya qué Astrea les había dicho que no se revelará que ella volvió al completo. Rose bajó su vista como si comprendiera mientras vuelve a llenar la ficha.

—Entendido, pero se notificará al gremio del regreso de la familia Astrea.

—Bueno. —Cecil apartó su vista cruzándose de brazos con su mirada fruncida.

—No hagas tanto escándalo, ¿por favor?

Sven trató de calmar las malas vibras que estaba empezando a notar entre la mujer lobo y su compañera de familia. Cecil simplemente se mantuvo en silencio naturalmente.

Rose terminó de llenar la ficha y luego pasó ambas fichas por el mostrador.

—Firmen esto, y serán oficialmente aventureros.

La mujer lobo arrimó el pequeño tinte con la pluma y Cecil lo tomó mientras hacía su firma rápidamente luego de agarrar su ficha de inscripción para luego darle la pluma a Sven quien repitió el mismo proceso de firma para luego arrastrar las fichas hacia delante del mostrador. Rose agarró ambos papeles mientras se inclinaba ligeramente en agradecimiento.

—Oficialmente son aventureros, Sven Bennet, Cecil Blackliza.

—Por cierto, ¿No nos van a dar un asesor o algo así?

Cecil preguntó mientras arrugaba su rostro ligeramente. Ella recordaba perfectamente que al iniciar al ser aventurero normalmente tenías un asesor destinado a guiarte a través de la mazmorra pero Rose parecía haber descartado esa opción por alguna razón y eso la enfadaba un poco por su falta de responsabilidad.

—Ah... Si, nosotros podemos proveer asesores si es que lo requieren. —Rose empezó mientras sacaba un nuevo formulario debajo del mostrador. —Pensé que no lo necesitaban, pero ese fue mi error, disculpenme. Aquí tenemos distintos asesores de mazmorras, pero también pueden buscar alguna preferencia que quieran y podrían tratar de especificar si buscan algo en especifico como asesor.

—Oh...

Sven tomó atención a aquellas palabras con bastante curiosidad. De lo poco que recordaba esto en especifico no lo habían mencionado o lo había dejado pasar de largo, por lo que le pareció bastante interesante aquel detalle.

Cecil simplemente cerró sus ojos comprendiendo sus palabras antes de mirar el formulario y arrugar su rostro al ver que incluso para estas cosas debían especificar. Tratar de convertirse en aventureros era realmente un grano en el culo.

—Ugh... —Cecil sintió el disgusto subir por su garganta. —Solo que sea seria con su trabajo de informarnos ya estaría bien para mi.

—Lo mismo pienso, pero... ¿De casualidad que no sea humano? —En el instante Cecil y Rose miraron confundidas al castaño y este se dio cuenta que sonaba extraño. —¡Me refiero a que sea una raza que no sea humana, como elfo, hombre lobo o eso!

—Ah, si es sobre eso, entonces... creo que puedo pensar en alguien. —Rose respondió. —Mismo asesor para ambos, ¿verdad?

Ante la pregunta de la mujer lobo, Cecil alzó sus hombros sin mucha importancia pero le dio una pequeña confirmación  y Sven asintió mientras respondía con un "Seh" bastante informal. Rose asintió y luego agarró el formulario devolviendolo al mismo lugar de donde lo había sacado.

—Por favor, esperen aquí un segundo, voy a buscar su asesor ahora mismo.

Se quedaron en silencio cuando la vieron alejarse del mostrador, se miraron un momento antes de que escuchen una voz venir antes de que una hermosa mujer se acercará con pasos mientras sostenía un par de documentos en sus manos que Rose le había dado en el momento cuando la encontró en el fondo.

—Ah... ¿Ustedes buscaban... un asesor? Según lo que me dijo la señorita Fannet.

La mujer se acercó a paso lento, vistiendo el mismo uniforme de los administradores del gremio de aventureros que la hacía lucir bastante hermosa. Tenía un par de orejas delgadas y puntiagudas, y ojos claros color esmeralda. Su cabello castaño le llegaba hasta los hombros y tenía un brillo que la hacía aún más atractiva. Pero esa hermosa apariencia no era algo como la de algunos elfos que habían visto de camino al "Panteón" que parecían puros y perfectos, sino más bien natural. Ella era una mezcla de humano y elfo, una semielfa.

Sven, como esperaba, pareció haberla reconocido vagamente por ser la referente y asesora que Bell tuvo originalmente alrededor de todo su viaje. Esa era una parte fundamental, si quería seguir los pasos de Bell Cranel tenía que tratar de hacerlo... Tener las mismas amistades que él tuvo a lo largo de su recorrido original. Su principal motivo en verdad era sobrevivir a este mundo y volverse tan fuerte como para poder derrotar a ese dragón tuerto, por lo que esto en realidad era como un objetivo secundario que tenía para sí mismo, más que nada porque era el sustituto de esa persona.

—¡Si!

Sven actuó más confiado de lo que esperaba. Cecil lo encontró un poco extraño notando que toda la inseguridad inicial que tenía se había disipado como si nunca hubiera estado ahí pero no le tomó tanta importancia y continuó mirando a la mujer.

—Ya veo... Seré su asesora personal de hoy en adelante, espero que nos llevemos bien y que mi guía les sirva de experiencia para aprender sobre la mazmorra. —Explicó. —Mi nombre es Eina Tulle. Un placer. —Se inclinó de forma respetuosa y profesional. —Fannet me explicó un poco su situación y tenga por claro que mantendré mi silenció sobre su familia. Por otro lado, al ser nuevos, ¿puedo hacer la pregunta de cuándo es que entrarán a la mazmorra? De ser así puedo instruirlos con el conocimiento básico de lo que explorarán.

—Bueno, supongo que teníamos pensado entrar mañana.

Sven respondió para el descaro de Eina, quien pareció exaltarse un poco, mientras Cecil estaba completamente callada ante las interacciones de ambos.

—¡Si van a entrar mañana, deben saber al menos los tres primeros pisos! —Eina alzó su voz. —Vengan ahora mismo, empezare su lección, no se van a ir hasta que sepan lo básico de los tres pisos.

—Espera, ¿ahora? —Cecil levantó su voz algo confundida.

—Si, vengan ahora.

Ninguno de los dos tuvo la audacia de negarse ante la mujer quien parecía estar completamente en su modo profesional mientras los arrastraba hacía una habitación que estaba privada para aventureros y asesores. Sven por un momento sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral en cuanto cerraron la habitación, miró a Cecil quien parecía escanear la habitación con sus ojos antes que se frenará en una de las pequeñas mesas donde Eina apoya una larga pila de archivos.

Sven juró oír el tragar nervioso de Cecil, quien se sintió abrumada de solo ver las cantidades de archivos.

—Ahora, vengan y siéntense. Primero empezaremos con lo básico del primer piso. —Eina pidió estrictamente.

¿En que se habían metido para pedir un asesor así?

××××

—Mmmh...♪♩ Rottirirariran...♪♩.

La residencia estaba bastante silenciosa a diferencia de hace apenas unas horas, los pasillos aún tenían un poco de suciedad pero se había minimizado en gran medida a como lo era antes. Astrea estaba con unas tijeras de campo mientras recorta las plantas del exterior de [Stardust Garden]. Su voz tarareaba suavemente el sonido de una vieja canción mientras hacía su trabajo limpiando y cortando las hierbas altas que había en el exterior para darle una mejor imagen a su humilde residencia. En el momento que terminó con la entrada principal fue hacia las paredes con un balde y esponja que pasó por las paredes con gentileza arrancando el musgo que se había formado con el pasar de los años.

—Itodo Arashi...♪♩. εκτεθειμένη άκρη Ζώντας με ένα όνειρο δίπλα...♪♩.

El musgo salía lentamente mientras Astrea frotaba con algo de fuerza su esponja. Sus pequeñas manos temblaron ligeramente y la esponja cayó al césped recién podado. Se agachó para agarrarlo y continuar con lo que debía hacer y siguió limpiando mientras continuaba tarareando y cantando suavemente de vez en cuando. Su mente hizo recuerdo y podía visualizar los fantasmas de cada una de sus miembros charlando animadamente en el lugar, pero sabía que era una simple farsa, pero le alegraba poder estar renovando este hermoso lugar una vez más.

En lo profundo de su ser estaba realmente agradecida con Sven por haberle dado esta pequeña y mísera oportunidad de volver a este atractivo y relajante lugar al cual llamaba "Hogar". La ligera sonrisa que se le marcaba a través de su labios era digna de una mujer tan atractiva como la bella Astrea. Ella ingresó de regreso después de haber limpiado lo suficiente muy exhaustivamente. Miró su camisa blanca y sus pantalones sucios, su ropa estaba bastante sucia con toda la limpieza. Camino hacia su despacho con suaves pisadas, el sonido de sus tacones resonaban con la cerámica roja con rayas doradas ya deslumbrantes.

Alcanzó su habitación y abrió la puerta con gentileza buscando en su armario aquella ropa tan digna que la hacía ver majestuosa y atractiva de ser una diosa. Busco entre las prendas y finalmente encontró ese hermoso vestido junto a su falda blanca y aquella bella gargantilla. Se cambió lentamente hasta que finalizó con el pequeño nudo que colgaba su vestido a su cuello. Se observó en el espejo con aquellas ropas tan divinas que usaba hace solo cinco años. Su falda llegaba hasta el suelo y cubría completamente sus piernas, pero el vestido se acentuaba a su figura, marcando su cintura y demostrando un poco de su escote.

Con una sonrisa salió de su habitación luego de cerrar su puerta, caminó por los pasillos pero pudo notar la puerta de la habitación de su primer hijo hombre en su familia. Ella no pudo evitar sonreír ante lo descuidado que podía ser el chico y se apresuró a cerrarle la puerta. Su mano se acercó al pomo de la puerta y se preparó para cerrarla pero pudo divisar un pequeño libro en la mesa de luz.

Astrea era respetuosa con las cosas de los demás y siempre lo fué pero aquel libro podía reconocerlo, era muy obvio lo que era... y al ser la antigua habitación de Alise podía saber perfectamente lo que era. Ella ingresó en la habitación mientras se disculpaba suavemente por invadir la propiedad de Alise y de quien es su ahora miembro de esta habitación, Sven.

Todo estaba en su lugar como recordaba a diferencia de unas que otras cosas, ella no pudo evitar reírse al ver algunos cajones abiertos y ver la ropa de Alise, era de suponer que Sven tal vez le entregaría esas ropas a ella y Cecil porque no él no la prioriza. Vio la cama desarreglada un poco a la vez que se acercaba y tomaba el pequeño libro de la mesita de luz con gentileza, notó que había pequeñas motas de polvo pero el libro de tapa marrón se había conservado lo suficiente bien. Ella abrió suavemente revisando las hojas observando cada página con lentitud.

"Octubre 27 del XXX. ¡Hoy es un día super requete bueno! He ascendido a nivel dos, como era de esperar de mi! La señora Astrea dice que no haga alarde de ello, pero adoro haber subido de nivel tras todo mi esfuerzo que demostró sus frutos!"

"Agosto 11 del XXX. Hoy fué un día prácticamente normal, estuve haciendo de administradora ayudando a la familia Ganesha con algunas cosas (Odio ser administradora...) Pero pude aprender cosas que no sabía, pero no es como si fuera a decírselo a otros, porque si no ¡¿Cómo podría decir con orgullo que soy la más pura y fuerte capitana de la familia de la justicia?!

"Mayo 6 del XXX. ¡Hoy una pequeña miembro ingresó a esta grandiosa familia! Es una adorable elfa que tiene un nombre super requete complicado y fuí super honesta y le dije que simplemente la llamaría "Lion" y resulta que soy la única que puede tocarla un poco sin ser golpeada! después de todo, ¡Soy una mujer muy pura y digna!

"Diciembre del XXX. Hoy fue tranquilo, pero maldita sea, ¡a veces yo quiero ir a desestresarme por mi misma! ah y también compré algo de conjuntos atrevidos para el día que esta pura mujer logré enamorarse de un hermoso chico que la ame mucho, pero hasta el momento nadie es digno de esta poderosa capitana!"

—Alise...

Astrea tuvo que taparse su rostro algo divertida al ver algunas de sus entradas echando unas ojeadas rápidas, hasta que llegó a una página, el día que perdió a todas sus miembros, no había un día registrado como todas las demás entradas. Se preparó para cerrar el libro con una sonrisa de tristeza pero sus ojos notaron tinta reciente, se confundió y avanzó la página y allí encontró letras con una gramática algo buena pero podía notar algunos errores. Astrea leyó suavemente sin poder evitar que su sonrisa de tristeza lentamente se transforme en una de ternura.

"Día uno continuando este fantástico diario. Espero me dejes continuar este precioso diario, Alise Lovell y te enorgullezcas de este asombroso joven llamado Sven Bennet. ¡Mañana iré a registrarme al gremio de aventureros y reharemos la gran familia de la justicia, tenlo por seguro."

—Sven... —Alise sintió su corazón calentarse ante la muestra de cariño que evidentemente escribió y comprendió que a esto se refería con lo de haberse quedado hasta tarde.

××××

—Ugh... ¿Qué le pasa a esa loca estúpida y maldita semielfa...?

—Cállate Cecil... Sabes que era necesario... Ugh...

—Sí, pero... Agh...

El reloj marcaba las 10 de la noche mientras salían por las puertas del gremio. El aire se sentía como un viaje placentero después de haber aguantado casi 5 horas seguidas de puro estudio completamente estricto por parte de su nueva asesora Eina Tulle. Si Hades la tuviera enfrente hasta el mismo rogaría por su muerte debido a lo estricta que era la semielfa. Sus cabezas le dolían como el diablo por tanta información que tuvieron que aprender prácticamente a la fuerza, y esas cinco horas ya casi habían memorizado los tres primeros pisos, algo sorprendente para ambos miembros de la familia de la justicia quienes caminaban tambaleándose mientras se tocaban la cabeza. Parecían zombis caminando a la luz de la luna.

—Quiero ir a casa y dormir...

Sven murmuró sus pensamientos mientras avanzaban a paso lento mientras sentía el cansancio mental. Cecil estuvo de acuerdo mentalmente y avanzaron a paso lento hacía el [Stardust Garden].

En la tutoría de asesoramiento de Eina Tulle ambos hicieron muchos exámenes exhaustivos con toda la información que habían aprendido para poder aprobar. Cecil se había quejado a media sesión y Sven simplemente se hizo el tonto mientras trataba de irse casi corriendo, si no fuera por qué Eina los tenía a la raya ninguno pudo si quiera huir o seguir quejándose, tuvieron que continuar con todos esas atroces calamidades llamadas exámenes de la señorita administradora "Tulle". Sven sentía incluso que sería mucho más fácil enfrentarse a una "Fiesta de monstruos" (Término aprendido en el examen) o al mismísimo dragón negro que a esa calamidad llamada "Asesoramiento de Mazmorra".

Mientras se acercaban podían ver de hecho la mansión por el exterior de una forma mucho más cuidada a cómo la habían visto el día de hoy cuando salieron hace apenas unas horas. Su sorpresa fue bastante abierta si no fuera porque Cecil simplemente avanzó hacía la puerta que ya no tenía aquellas lianas obstruyendo. Sven adelantó el paso alcanzado con velocidad a la peliazul.

El crujido de la puerta abriendo resonó ligeramente y ambos finalmente entran, observando lo limpio que se encontraba el lugar, ahora todo relucía mucho más presentable que como era antiguamente, pudieron notar también nuevas flores en los jarrones y pinturas limpias con mucho cariño. Pudieron oír el pequeño sonido de los tacones de alguien acercándose y miraron hacia uno los pasillos y vieron a Astrea salir de allí.

—Bienvenidos, queridos hijos...

Sven y Cecil observaron el hermoso vestido que Astrea estaba actualmente portando, demostrando su elegancia, purés y sobre todo su aura madura. El aura que estaba irradiando Astrea era mucho más fuerte debido a que ahora sí parecía una digna diosa de la justicia.

—Te queda... muy hermoso, Rea...

—Lo que dijo, él... Te ves muy bonita, señora Astrea...

La diosa sólo tapó su boca ligeramente, ahogando unas pequeñas risa ante lo anonadados que habían quedado con su presencia y su nueva vestimenta pero agradeció tiernamente.

—¿Tienen hambre? La comida ya está hecha, la acabo de terminar hace unos minutos.

Ni siquiera necesitó de una respuesta para que ambos dependientes salgan despedidos hacía el comedor y ella no pudo evitar volver a reírse ante la velocidad con la que actuaron y los siguió mientras se preparaban para que cenen muy satisfechos

Mañana sería un día agotador para ellos después de todo.

[Fin del capitulo]

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