El Preludio De Una Batalla II.
La luz de la luna se hizo cada vez menos visible. Las nubes que cubrían el firmamento poco a poco se extendieron hasta mas allá del horizonte.
Viendo el cielo, claramente se notaba que iba a llover.
Talvez dentro de unos minutos.
Talvez dentro de unas horas.
Cómo si la lluvia viniera a limpiar y purificar todo. Al menos, así lo sintió ella.
En una de las grandes calles de Orario, dos figuras caminaban tranquilamente.
Ambas hablaban de distintos temas.
El chico la miraba, y con una sonrisa contaba partes de su pasado.
La diosa le devolvía la mirada.
Ella claramente estaba disfrutando de esa conversación, ya que fue su pedido.
-Cuéntame historias de cuando eras un niño, es muy interesante y divertido.
Dijo ella, mientras caminaba con ambas manos hacia en su espalda.
Al principio el se sintió un poco avergonzado. Ya que a pesar de que había compartido un par de historias, no había tocado muy profundo en sus recuerdos lejanos.
-¿Ehhhhhhh? Pero ya le conté muchas.
Dijo el, esbozando una mueca en su rostro.
-Vamos, vamos. Aún falta unos minutos para llegar a la calle dedalus. Además, solo me contaste unas pocas. Quiero saber más.
Aún habían muchas historias acerca de la infancia de Bell Cranel, pero muchas de ellas eran demasiado vergonzosas. Literalmente eran historias de como un niño dio sus primeros pasos guiados por su ideal.
De como se tropezó muchas veces.
Así, aún sintiéndose un poco avergonzado, miró el rostro de la diosa que había conocido hace poco pero ya tenía en gran estima. Viendo sus hermosos ojos, el no pudo negarse.
-Está bien, pero no se ría.
-Lo prometo~
Ella hizo un gesto con la mano como una niña.
×××
-Hermana, no pudimos sacar nada de información.
En Babel, Ardi informaba a Shakti acerca de lo que había sucedido.
Después de interceptar una carta, se creó toda una operación para rastrear de donde provenía. La suerte no fue mucha ya que solo los llevó a un miembro de Evilus que había estado infiltrado en el gremio. Con mucha sutileza, la persona capturada había borrado toda huella que incriminara a otro de sus compañeros.
-Ya veo... ¿Usaste cualquier método?
-......................
Ardi no respondió, con un rostro apenado, ella muchas palabras quisieron salir de su boca pero al final no pudieron.
-¿E-Es necesario hacer eso?
Ella dijo con mucha dificultad en su voz. Siendo una ferviente creyente de la justicia, ella no aceptaba el tipo de acciones que podría tomar su amada hermana.
-Hazlo...
Con esas palabras y con una mirada sería, el cuerpo de Ardi tembló. Su hermana hablaba enserio y ella no podía o almenos no quería ir en su contra.
-Ellos viven y mueren por sus actos y creencias. Ya se cegaron muchas vidas inocentes, hazlo o pondré a otra persona a cargo.
Sus labios temblaron, apretando sus puños, ella no pudo decir nada.
-Hey-
En ese instante, una voz los irrumpió.
Sin prestar atención al ambiente, una amazona entró al lugar donde se llevaba a cabo la conversación. Al principio no lo sintió, pero en el instante en que puso un pie en la habitación, la mirada de Shakti y Ardi se clavaron en ella. Sintiendo una pesada atmósfera y que las había interrumpido, ella no terminó de hablar.
-Ilta.
-¿Las interrumpí?
La amazona de piel color trigo, cabello de tono escarlata y una vestimenta reveladora junto con unos llamativos aretes de aro dorados, se llamaba Ilta Farna. Dentro de la Familia Ganesha, después de Shakti y Ardi, ella era la que tenia más poder.
-No, justamente iba a llamarte; Habló Shakti, mientras que con un gesto con su mano pedía que se acercara.
-Tomaras el puesto de Ardi, al menos por ahora.
-!!!
Ambas se sorprendieron y miraron con los ojos muy abiertos a una Shakti que pese a lo que dijo, su rostro no mostró ningún cambio.
-¡H-Hermana!
Volviendo su mirada hacia Shakti, Ardi intentó decir algo.
-¿¡Entonces lo haras!?
Pero Shakti la interrumpió. Con un tono severo y ojos serios, ella volvió a preguntar si Ardi llevaría a cabo la misión que Shakti le dio.
-Sabes lo raro que es capturar a un miembro de Evilus con vida. Las personas que capturó la Familia Astrea, se suicidaron en sus celdas al poco tiempo que llegaron. Cometimos el error de darles algo de tiempo, no podemos cometer el mismo error ahora.
Diciendo esas palabras, Shakti miró a Ilta y haciendo un gesto con su cabeza, Ilta asintió y salió de la habitación.
-Te encargaras de las tareas que le designe a Ilta. Ve y escolta a los refugiados a un lugar más seguro.
-...Esta bien.
Con esas palabras, Ardi salió de la habitación, dejando atrás a Shakti.
-Está niña...
Dijo Shakti para sí misma, mientras llevaba una de sus manos a su frente.
La acción que Ardi se negó llevar a cabo era tortura. Torturar al miembro de Evilus y hacerlo hablar. Sin tener mucho tiempo, Shakti tomó esta drástica decisión. Cualquier información sería muy bien recibida en este momento, aún así, ella pensó que estaba llevando las cosas un poco lejos. Pesé a saber cómo era Evilus, ella no quería llegar a ser como ellos y recurrir a un acto tan bárbaro como lo es la tortura.
Tal vez habría algún artefacto, producto o poción que haría que hable.
Pero no tenían tiempo.
Si se dispusiera de un día o al menos unas horas más, ella buscaría otra forma. Pero ese no fue el caso. Todas sus tropas tenían algo entre sus manos así que no podía permitirse prescindir de alguno de ellos.
-Haaaa......... Es difícil hacer un plan sin contar con la ayuda de la Familia Loki o Freya.
Soltando un suspiro, y con unas cuantas palabras, Shakti volvió a trabajar.
×××
Un ambiente tenue y turbio rodeaba la gran sala. Mucha gente estaba presente.
-Oh, pobres almas desdichadas. Vengan conmigo, tomen mi mano y todos sus deseos serán contestados. Todo lo que perdieron les será devuelto.
-Yo el gran Thanatos, lo juro. Juro que cumpliré con sus deseos cuando todo esto llegue a su fin.
En el centro, un dios daba un discurso.
Vistiendo una tunica negra, larga y andrajosa con diseños grises y bordes dorados, su figura resaltaba junto con sus ojos y cabello de colo púrpura.
Desprendiendo un aura hechizante, el dios había cautivado a muchos de sus creyentes con sus palabras.
Caminando un poco, el dios se acercó a nuevas personas que habían llegado.
-Tu, mi querida niña. Dime... ¿Qué es lo que quieres...? ¿Qué es lo que deseas?
Paso a paso, la figura del dios se acercó a la niña. Al principio, la niña tenía miedo y estaba oculta detrás de una persona que había llegado con ella. Pero, la persona tomo su mano y mostró una sonrisa.
El dios también lo hizo.
Cómo si quisiera decir que todo está bien, el dios extendió lenta y amablemente una de sus manos hacia la niña. Aún con dudas, la niña tomó su mano y dejando a la persona con la que había llegado, ella se acercó hacia el sonriente Dios.
-Ahora... ¿Dime, que es lo que tu corazón desea?
-Yo...
La multitud la miraba, esperando su respuesta.
Dudando, ella busco fuerzas desde lo más profundo de su corazón y reuniendo lo necesario, forzó a las palabras a salir, mezclando su temblorosa y llorosa voz con una firme convicción.
-Yo... Yo quiero ver a mi mamá otra vez.
×××
Las manecillas del reloj no se detenían, el tiempo era cruel. Sin importar cuanto lo quisieras, este seguiría avanzando lenta pero firmemente en una espiral sin fin.
-Haaaa~
Soltando un suspiro desalentado, Ardi se sentó al pie de una fuente. Esta estaba cerca de Babel así que podría quedarse por unos minutos aquí. Mirando el gran reloj, ella no supo que hacer.
Su trabajo asignado ya había acabado.
De hecho, en cuanto fue, se dio cuenta que faltaba poco para acabar. Sintiéndose un poco decaída, ella simplemente se quedó ahí. ¿Que se supone que debía hacer? Ella se preguntó para si misma.
Mucha gente se movía sin parar.
El tiempo no era algo que ellos podrían desperdiciar a la ligera. Siguiendo las órdenes de su capitán, muchos de sus compañeros tenían las manos llenas.
-Hmm... Debo ayudar.
Sacudiendo su cabeza y dejando de lado todo pensamiento innecesario, ella se puso de pie y comenzó a caminar nuevamente hacia Babel.
-¿Lante?
En ese instante, un nombre salió de sus labios. La chica semi-elfo caminaba arrastrando sus pies.
-¿Ardi?
Ella elevó su rostro, y noto a Ardi delante suyo.
-...
-¿Sucede algo? --- Dijo Ardi, acercando su rostro, ella creyó haber oído algo.
-Perdí de vista a Artemisa-sama, nuevamente...
Con su mirada perdida y decaída, la joven chica llevó ambos brazos a los hombros de Ardi y en ese momento---
-Waaaaaaaaa... Soy una descuidada. ¿¡Y si le sucedió algo!?
Comenzó a sacudirla por los hombros.
-C-Calmate, calmate. Seguro se encuentra bien, te ayudaré a buscarla, así que calmate.
Con esas palabras, Lante dejo de sacudirla y se calmo por unos momentos.
-G-gracias...
Sintiéndose un poco apenada por su actuación, ella bajo los brazos y habló entrecortadamente.
-No te preocupes, mejor vayamos ahora.
Así, Lante y Ardi comenzaron a caminar en busca de Artemisa.
×××
-Todas, reunanse en la sala, por favor.
En una gran mansión, la puerta se abrió y una voz habló fuertemente.
Era Stardust Garden, la sede de la Familia Astrea. Todas habían vuelto por un momento, después de ayudar en múltiples cosas, ellas habían decidido pasar por su hogar. Aunque Alise y Kaguya acababan de llegar, las otras ya habían estado aquí por alrededor de una hora.
-¿Qué sucede, Alise? --- Preguntó Ryu.
Viendo que toda su Familia estaba reunida alrededor suyo, Alise comenzó a hablar.
-Mañana, habrá otro ataque.
-!!!
Todas se sorprendieron y la sala se quedó en silencio por unos instantes.
-Debemos estar listas, no sabemos con que tipo de enemigos podríamos encontrarnos.
Pensando en la mujer pelirroja con la que se había encontrado, y también en las cosas que había escuchado de Bell, Alise se encontraba intranquila. Las grandes cosas o por lo visto, esas Flores come hombres también serían un problema. Todo apuntaba a que su ataque iba dirigido a la gran torre de Babel.
No es de extrañar, ya que la torre misma tiene la función de "tapa".
Para tapar el gran agujero... El calabozo.
Si eso sucediese, no se sabría lo que podría pasar. El nivel de destrucción llegaría a los de los cuentos antiguos.
-Prepárense bien. Nos iremos en media hora, así que no pierdan tiempo.
Con esas palabras, las chicas hicieron un gesto con sus cabezas y se fueron. Dejando el círculo que habían formado.
-Esta situación se está escapando de nuestras manos.
Alise giro su rostro y camino cerca de una ventana, vio como las nubes grises cubrían el firmamento.
×××
Unos pasos ligeros comenzaron a oírse. A través de un gran y solitario corredor de piedra y otros materiales, los sonidos de unos pasos se habrían camino.
-¿Qué fue esa mierda?
Una voz femenina habló.
-Oh... Ishtar, que raro verte por aquí; Thanatos hablo con cortesía pero también con un tono sarcástico.
Ishtar se acercó a Thanatos, ella estaba acompañada de uno de sus seguidores.
-¿Viste mi actuación?
El dios la vio a los ojos y con una sonrisa en sus labios, el preguntó si había visto lo de hace unos minutos.
-No es nada, simplemente otra adición a nuestras tropas.
-¿Es así?
El dios habló alegremente mientras que la diosa respondió con claro desinterés.
-Mis seguidores me enviaron un mensaje, la Familia Loki y Freya aun siguen abajo; Dijo Ishtar mientras llevaba su pipa a sus labios.
-Heee~
-¿Todo esta listo?
-Si, no te preocupes. El ataque se llevará a cabo mañana, como habíamos previsto.
-Más te vale que así suceda, no te brinde mi ayuda por nada.
El ambiente era tenso, eran aliados pero no lo parecían.
Ambos tenían sus propias metas y deseos.
Esto no era una alianza, simplemente eran individuos siguiendo sus arrogantes y ambiciosos deseos.
×××
Ya casi era la hora indicada. Después de caminar por un par de minutos, ya habíamos llegado a la desolada calle dedalus.
-Oí que mucha gente se fue de esta zona.
-...
Bell habló mientras observaba los alrededores. No habían luces, solo la luz de la luna brindaba su apoyo. Pero este se estaba perdiendo, ya que el cielo se iba llenando de nubarrones con el pasar de los minutos.
-Artemisa-sama ¿Puedo preguntar algo?
-Uhm... Si, claro. Adelante.
Antes de adentrarse, Bell la miró y abriendo sus labios, hizo una pregunta.
-¿Qué harás cuando todo esto termine? -Dijo el.
¿Qué haré cuando esto termine?
No me lo había planteado hasta ahora. Rethusa estaba a salvo, pero aún faltaban las personas del pueblo que habían raptado. Es decir, todo ya estaba a medio camino. Y cuando terminará... ¿Tendría algún motivo para permanecer en Orario?
-Yo----
-Silencio--
Antes de responder, el me tomo de las manos y me arrastró a una esquina.
-¿Qué sucede? --Le pregunté.
Cubriéndonos, el miraba hacia adelante. Luego, el sonido de pisadas llegaron a mis oídos.
-Te dije que sería fácil obtener cosas de aquí, después de todo, esta zona está vacía.
-Jajaja...... Tenias razón, podremos ganar mucho dinero si revendemos estas cosas a los mercaderes.
Dos personas caminaban con sacos en sus espaldas. Sonriendo y hablando vulgarmente mientras planeaban que hacer después.
-¿Saqueadores? --Preguntó Bell para sí mismo.
Sintiendo enojo por personas que se aprovechaban de estos tiempos para cometer hurtos, Artemisa se soltó del agarre de Bell y fue corriendo hacia los saqueadores.
-¿A-Artemisa-sama?
-¡Ey!
Bell llevo una de sus manos hacia su frente mientras veía a Artemisa acercarse hacia ellos.
-Hoooo~ mira lo que tenemos aquí...
-Una muñeca.
Artemisa se detuvo y ellos la notaron.
Pudiendo sentir el olor a bebida alcohólica y a almizcle, Artemisa vio como los hombres se acercaban hacia ella mientras desenfundaban un cuchillo y una pequeña espada.
Sintiendo emociones asquerosas proviniendo de ellos, Artemisa tomo su arco y unas flechas del carcaj en su espalda, y con un ágil movimiento apuntó hacia los pies de ellos---
-¡Gwaa!
Pero antes de que ella soltara las flechas, uno de ellos fue mandado a volar por una patada en el rostro. Bell había corrido y con un ligero salto, su pie se estampó contra la cara del tipo que tenía la pequeña espada.
-Artemisa-sama, por favor no haga esto. Podrían haber enemigos esperando a un descuido nuestro.
-¡Maldito!
Sin prestar atención al enojado hombre a su lado, Bell simplemente advirtió a Artemisa acerca de su acción descuidada.
Enojado, el hombre intentó apuñalar a Bell extendiendo sus brazos. Pero con un ligero movimiento de pies, el chico lo esquivo mientras lo tomaba del cuello de su camiseta y lo redirigia hacia el lugar donde su compañero se había estrellado. Y aplicando un poco de fuerza, lo lanzó haciendo que se chocará con el cuerpo de su compañero. El sacó que cargaba en su espalda retumbó al impacto. Las cosas que el había robado, salieron volando del saco de tela.
-Ugh...
-...
Haciendo muecas de dolor y frunciendo sus ceños, ellos se pusieron de pie con el dolor aún corriendo por sus cuerpos.
-Dejen sus cosas y salgan de aquí.
Con esas palabras, Bell los miro seriamente.
En ese momento, el se encontraba igual de molesto que Artemisa. Sintiendo asco por cómo se aprovechaban de la situación y por cómo vieron a Artemisa, el recordó las palabras de la dueña de la posada.
En estos tiempos es común que cuando alguien esté en problemas la gente no haga nada, para no arriesgar nuestras vidas bajamos la cabeza y seguimos como si nada hubiera pasado.
La ciudad estaba muriendo lentamente.
Ella tenía razón en parte... Por gente de esta calaña es que las cosas están como están.
Bell también recordó como esos hombres intentaron secuestrar a la joven llamada Syr y a la niña llamada Fina hace unos días. Viendo el asqueroso rostro de los hombres al ver a Artemisa, el llegó a la conclusión de que ellos pensaban hacer lo mismo.
-¡Tsk!
Enojados, ambos soltaron sus cosas y se fueron. Entendieron que no podían ganar y decidieron retirarse.
-Lo siento... Los dejé ir...
Dirigiendo su mirada, y con un rostro apenado, Bell se disculpo con Artemisa.
-No te preocupes, está bien. Estamos solos, además de que no tenemos el tiempo para entregarlos a la Familia Ganesha o Astrea.
Con esas palabras, ambos se acercaron a las cosas que salieron volando cuando los bolsos de los saqueadores cayeron al piso.
Eran cosas de valor comercial y sentimental. Eso se vio claramente, en algunas piezas artesanales. Por suerte, el material con que se hizo era lo bastante resistente como para aguantar una caída.
-¿Ahora que hacemos con esto? - Preguntó la diosa.
-Hmm... Tengo una idea; Dijo el chico.
Tomando el saco de las manos de Artemisa, Bell salto impulsandose de las paredes y dejó los sacos en el tejado de una casa.
Con un salto, el cayó al piso y se acercó a Artemisa.
-Volveré por los sacos cuando esto termine, después buscare a sus dueños; Dijo el chico, mientras que con una de sus manos tomó el cuchillo que él saqueador había tirado.
-Dejame ayudarte a hacerlo; Ella respondió, mientras lo observaba.
-Claro, me gustaría contar con tu ayuda. Oh, si... ¿Podrías pasarme la espada que esta cerca a tus pies?
La pequeña espada había caído de las manos del saqueador, que Bell había mandado a volar con una patada. Ahora estaba cerca de los pies de Artemisa.
Ella tomo la pequeña espada con sus delicadas manos y la vio por unos segundos.
-¿Puedo usarla? -- Ella preguntó.
-...
Bell se sorprendió un poco al escuchar esas palabras, ya que el tiempo que llevaba en Orario, el creyó que al menos la mayoría de dioses eran casi como personas simples con sus poderes sellados.
-No quiero ser la persona a la que salvas todo el tiempo.
-...
-Me escude usando la culpa y me volví en una inútil que tiene que ser defendida por todos. Yo voy a pelear...
El recordó el momento en el que los hombres se acercaron a ella. Con un rápido y ágil movimiento, ella había apuntado hacia los pies de los dos hombres.
Ella habría ganado la pelea en un instante.
Al menos, así lo noto él. Aunque decidió no tomar riesgos y terminó metiéndose pocos segundos después.
Volviendo a la realidad, él vio su rostro decidido, sintió que poco a poco volvía la Artemisa de antes. Aunque no la conociera en ese entonces, él se guió por las palabras del dios Ellen.
Cuanto más la viera, más sentía que era extraña. Después de todos los dioses que conocí, parecían simplemente hacer cualquier cosa a costa de sus seguidores simplemente por diversión... Pero ella era distinta.
Así, después de escuchar sus palabras, Bell simplemente dijo-- Está bien.
Cuando ya estaban a punto de seguir--
-Hoooooo~ Pero que tenemos aquí, dos tortolitos acaban de caer en mi red.
Una voz vino de unos metros mas adelante.
Era una mujer.
Con una sonrisa desagradable, ella se acercó hacia él chico.
-Qué bueno que ya llegaron... Comenzaba a aburrirme después de jugar con esa vieja.
La mujer, con una sonrisa grotesca y macabra. Empuño una espada apuntado hacia ellos.
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