Capitulo 4: Babel.
Habían pasado unos minutos desde que Bell y las demás habían dejado la gran sala en la que se encontraba Ouranos.
Siguiendo a la figura vestida de negro llamada "Feels", llegaron a la entrada que habían tomado.
Subiendo escalón por escalón, la entrada se cerró detrás suyo.
-Bell Cranel.——dijo la figura vestida de negro.
Dándose la vuelta, Bell dirigió su mirada hacia el.
-Déjame darte un consejo... Por ahora, no llames la atención de la Familia Freya y Loki.
Las dos facciones mas grandes de la ciudad, no importa cuan fuerte sea Bell, no podría ganar a unos números tan abrumadores... Almenos no por ahora.
-Lo tendré en cuenta, gracias por el consejo.
Asintiendo, Bell hizo un gesto con una de sus manos para despedirse de Feels.
Dándole la espalda, con dirección hacia las demás, Bell comenzó a caminar. Pocos segundos después Feels desapareció en la oscuridad del callejón.
-¿Nos vamos?
Dirigiendo mis palabras hacia Artemisa y las demás comenzamos a caminar.
*tap, tap, tap*
El cielo nocturno era muy hermoso.
La luna, las estrellas.
Elevando mi mirada, vi el cielo que se extendía hasta el horizonte.
-...
Nadie dijo ni una palabra, el ambiente estaba tenso, muy tenso.
-Emm... Ardi, ¿Sabes donde puedo conseguir armas de buena calidad?.
Intentando cambiar esta tensa atmósfera, Bell, titubeando hizo una pregunta a Ardi.
-Aaamm~ podrías ir a Babel.
Llevando uno de sus dedos a sus labios mientras pensaba, ella dijo su respuesta.
Babel, era la gran torre que se elevaba hasta los cielos. En los pisos superiores tenía tiendas regidas mayormente por Herreros de la Familia Hefesto y la Familia Goibnu, Ardi le explicó esto a Bell.
-También podrías ir a los talleres de ambas Familias.
Tenía múltiples opciones para decidir.
El problema era que aún no conocía todos estos lugares... Probablemente terminaría perdido en esta gran metrópolis. ¿Debería pedirle a Ardi-san que me ayude...?
-Puedo acompañarte si lo deseas...
Viendo el rostro dudoso de Bell, Ardi supo lo que estaba pensando, el era un recién llegado así que necesitaría alguien que le muestre el camino.
-¿Estas segura?
-Si, no hay ningún problema, ¿Verdad, hermana?
Girando su rostro hacia su hermana Shakti, con una sonrisa, Ardi preguntó si no había problema alguno.
-Si, esta bien.
La chica de cabello Azul y un hermoso rostro asintió a la pregunta de su pequeña hermana.
-¿Ves? Esta bien haha.
-Gracias.
Pocos minutos después llegamos a la gran plaza principal que se dividía en ocho calles.
-Bell-san, nos vemos aquí mañana.
-Claro, hasta mañana Ardi-san, chicas.
Despidiéndose con un gesto, Bell las miró irse sin decir una palabra, al parecer, ellas estaban un poco molestas con la orden de Ouranos.
-Bien~ ¿Debería volver a la iglesia?
-...
-...
Estirando ambos brazos hacia el cielo, Bell pensó que debería hacer ahora. Girando su rostro, el vio que no estaba solo.
-Waa-
-...
Bell se sorprendió porque Artemisa se encontraba al lado suyo viéndolo fijamente.
-¿No te diste cuenta que aun estaba aquí?——Dijo Artemisa mientras comenzaba a caminar.
-Ha... Haha... N——
Levantando mi rostro, mis ojos se clavaron en lo alto de la torre. Sentí una mirada profunda proviniendo de ahí.
Bell se quedó quieto mientras miraba a la alta torre.
-No te quedes ahí, volvamos a la posada.
-S-si.
Debe ser solo mi imaginación, talvez me afecto el no haber comido bien hoy.
-Vamos, vamos~
Comenzando a caminar, Artemisa dijo con un tono tranquilo en su voz.
-Si~
Debería Almenos acompañar a Artemisa-sama hasta la posada, luego me dirigiré a la iglesia.
Apresurando sus pasos, Bell comenzó a caminar para alcanzar a Artemisa.
————––—
*Fuuuu~*
La brisa nocturna soplo levemente. Iluminando las calles, la Luna estaba radiante.
Caminando lado a lado por las solitarias calles de Orario se encontraban Bell y Artemisa.
-...
-...
-Hm!
-...
-Artemisa-sama... ¿Necesita algo?
Sintiendo su su mirada, Bell se sintió incomodo. Artemisa lo veía repetidamente.
-L-lo siento.
-No. Esta bien, puedes preguntar lo que quieras.
Sintiendo su curiosidad, el solo pudo dejar que ella hiciera sus preguntas.
-...
-¿Como es que no eres como ese viejo pervertido?
-Hahaha...
-Pensé que siendo criado por el, serias un chico del tipo pervertido, pero puedo ver que no eres así. Eres caballeroso.
-Mi abuelo... El, me crió bien. Tengo muchos recuerdos felices con el.
-...
Escuchándolo, Artemisa dirigió su mirada hacia su rostro mientras caminaban lado a lado.
-Aunque aveces decia cosas un poco raras, hahaha.
-¿Hm?
-"El Harem es el romance de un hombre". Cosas de ese estilo.
-Haa~ no puedo creer que ese viejo idiota le enseñe esas cosas a un niño.
Llevando una mano a su rostro, Artemisa habló con un tono serio en su rostro.
-...
-...
Viéndose, ellos solo se miraron por unos segundos.
-Pff... Hahahahaha.
La risa de ambos sonó al unísono.
Hablando, riendo, el tiempo pasó rápidamente.
Estos momentos se convirtieron en unos lindos recuerdos para Artemisa.
——————————
Unos minutos después llegamos a la posada.
Las luces aun se encontraban prendidas.
-Oh~, veo que la dueña aun está despierta.
Antes de alcanzar la puerta, Bell se detuvo.
-Muy bien, hasta luego Artemisa-sama.
Levantando una mano y haciendo un gesto, Bell se despidió de Artemisa, dándose la vuelta el comenzó a caminar.
-¿¡Haaa!?
Soltando un sonido de asombro, Artemisa se volteo y apresurando sus pasos, ella alcanzó a Bell.
-¡Espera!
Con su delicada y suave mano, Artemisa agarro el borde de la manga de Bell.
-¿A donde irás?
Inclinando su cabeza en señal de confusión, Artemisa miró a Bell.
-Estaba pensando ir a cierto lugar, hehe...
Girando su rostro, los ojos de el se encontraron con los de ella.
-Pero ya es tarde... Deberías quedarte aquí.
-Artemisa-samaaaaaaa~
En medio de la charla, el grito de una voz femenina que llamaba a Artemisa se escucho.
*¡Blam!*
Abriéndose fuertemente, la puerta hizo un gran sonido.
Una chica salió. Dirigiéndose hacia Artemisa, ella salto y extendió ambos brazos con dirección a Artemisa.
*¡Tump!*
Con la fuerza de un proyectil, Artemisa salió volando junto a la chica.
-¡Ay!
Habiendo caído sobre su espalda, ella soltó un quejido.
Apoyandose en un brazo y levantando la parte superior de su cuerpo, Artemisa llevó una mano a su cabeza.
-Artemisa-sama... ¿¡A donde fue!?, ¡Estaba muy preocupada por usted!.
Rodeandola con sus brazos, Artemisa fue abrazada y bombardeada con un montón de preguntas.
-¿Lante?
La chica en cuestión, era Lante, un miembro de su Familia.
-¡Desapareciendo sin decir nada! ¡Pensé que harías algo estúpido.!
Abrazando fuertemente a Artemisa, Lante habló con un tono preocupado.
-...
Viendo el rostro preocupado de su dependiente, una pequeña sonrisa se formó en su bello rostro.
Llevando una mano a la cabeza de Lante, Artemisa la acarició gentilmente.
Viendo esta escena, Bell pensó que era algo tierno.
Pasando unos cuantos segundos, Lante soltó a Artemisa, poniéndose de pie, ella extendió su mano para ayudar a su diosa.
-Hoy estuve con Bell-san, siento haberte preocupado. Perdón, Lante.
-¿Bell-san?
Girando su rostro, ella no se había dado cuenta de mi presencia.
-Ha... Haha. Hola~
Sin saber que decir simplemente la salude.
-¡Ehk!
Lante soltó un ruido tonto, pensando que lo que estaba haciendo era algo un poco vergonzoso.
Unos segundos pasaron y cuando Lante volvió a la normalidad, Bell fue bombardeado por un monton de preguntas por parte de ella.
Sin poder responder a todas ellas, Artemisa me brindo su ayuda.
-Lante, detente. Ya es tarde, podrás preguntarle lo que quieras por la mañana.
Dijo Artemisa mientras se sacudía el polvo con ambas manos, con su mirada dirigida hacia mí.
Paso a paso, ella se acercó, estando frente a mí, ella tomo mi brazo e intento hacerme avanzar.
-¿Eh?, ¿Qué esta haciendo, Artemisa-sama?
-Lante, ven y ayúdame.
-Ah... Si.
Deteniéndose un momento, Lante se dirigió hacia mi espalda y comenzó a empujar. Aunque pudiera librarme del agarre de Artemisa-sama por mi fuerza de Lv. 6, a la vez siento que sería algo imposible.
———————
-Haaaa~
Soltando un suspiro, me encontraba en una habitación distinta a la que había usado el dia anterior. Después de una charla entre Artemisa-sama y la dueña, me habían puesto en una habitación que se desocupo poco después de que me fuera esta mañana.
-Bueno... Almenos me hicieron una rebaja.
Al parecer Artemisa-sama se hizo una muy buena amiga de la dueña.
Sentándose en la cama, Bell puso su mochila a un costado. Con ambas manos hacia atrás, el dirigió su mirada hacia el techo de madera.
-Hmm... ¿Debería irme temprano para buscar una Familia y luego encontrarme con Ardi?.
Todos los dioses con los que me había encontrado hoy eran raros, espero que no todos sean así.
-Mejor me doy un baño y me voy a dormir.
————————
En la habitación de al lado.
Sentada en un asiento frente al espejo, Artemisa se encontraba cepillando su bello y largo cabello color azul.
Con todos sus accesorios para el cabello puestos encima de la mesa, Artemisa pasaba el cepillo gentilmente a través de sus finos cabellos.
*ta, ra, ra*
Tarareando un canción, ella se encontraba tranquila, como si se hubiera olvidado del mundo entero.
*chiiiiiiiiir*
Un instante después, la puerta del cuarto de baño se abrió lentamente.
-Artemisa-sama... ¿Paso algo?
La persona que salió fue Lante.
Secándose el cabello con una toalla, ella se acercó hacia Artemisa.
-¿Hm?
Sin voltearse, Artemisa respondió un poco confundida por la pregunta de su dependiente.
-Es... ¿Como decirlo?.
Rascándose su mejilla, Lante tardo un momento en encontrar las palabras correctas.
-Después de que saliéramos del gremio parecía que usted mataría a alguien, pero ahora parece que está feliz.
-...
Deteniéndose y poniendo el cepillo en la mesa, Artemisa había terminado de cepillar su cabello.
Girando su rostro en dirección a Lante, Artemisa tenía una pequeña sonrisa en el rostro.
-¿Qué quieres decir?
-...
-No, no es nada.
Viendo a su diosa, con una ligera sonrisa y con sus mejillas teñidas ligeramente de un color rojo, Lante no pudo decir nada más.
-Vístete Lante, te resfriaras, ya es tarde vayamos a dormir.
Lante solo estaba usando una toalla para cubrir su cuerpo.
-Ah, si.
Acercándose hacia su ropero, Lante sacó su ropa para dormir y se cambió unos segundos después.
-*uaaaah…*
Cubriéndose la boca, Lante dio un largo bostezo. Ella se había pasado todo el día buscando a Artemisa así que estaba cansada.
Dando unos pasos, ella se sento en su cama.
Tomando el borde de la sabana de la cama, ella se metió entre los pliegues de las sábanas.
Siguiendo su ejemplo, Artemisa también hizo lo mismo.
Con la mirada hacia el techo, Lante hizo una pregunta a Artemisa.
-Artemisa-sama... Veo que te hiciste mas cercana a Bell-san.
-...
Artemisa que se encontraba echada hacia un costado tardo un momento en responder.
-¿Tu lo crees?
Girando su cuerpo, las sábanas hicieron un crujido. Lante también hizo lo mismo.
Viéndose, ambas comenzaron a hablar.
-Si, es... Es como si fueras otra persona cuando estas con el.
-...
-Antes de que "Eso" sucediera, tu eras estricta en lo que a hombres se refiere.
-¿Yo era así?
-¡Si!, ¡Eras así!. ¡Hasta me diste un sermón por hablar con un hombre!
Recordando esos momentos, Lante movió sus brazos e hizo un puchero.
-Yo... No lo se, cuando estoy con el... Siento como si mi mundo se pintara de color.
-...
-Cuando "Eso" paso, mi mundo se tiñó de un tono gris, de no ser por ti probablemente hubiera tomado la decisión de volver al cielo.
Apretando sus puños, ella cerró sus ojos por un momento.
-Sentí culpa. Sentí que de haber tomado otras decisiones... Ellas seguirían aquí. Pero... Cuando estuve con el, sentí que el peso que había acumulado en todo mi ser hubiese desaparecido, como si su pureza se extendiera hacia mí.
Al mencionarlo, ella abrió gentilmente sus ojos y con una pequeña sonrisa continuó hablando.
-Es alguien en quien puedo confiar, aun cuando llevamos unas horas de conocernos... Puedo sentir eso.
-...
Quedándose atónita por un momento, Lante no dijo nada.
Viendo la bella sonrisa que se formó en el rostro de su diosa, ella solo pudo devolverle la sonrisa.
Desde ese día, desde el día en que cambió todo... Artemisa había cambiado, de ser la orgullosa y fuerte diosa había pasado a ser como un niño perdido.
Pero todo cambió cuando el apareció, aún con el poco tiempo de haberse conocido Lante pudo notarlo.
El había hecho que la diosa vuelva a sonreír desde el fondo de su ser.
-Ya veo.
Diciendo esas cortas palabras, Lante giro su cuerpo y cerró sus ojos.
-Ya es hora de que nos vayamos a dormir, hasta mañana, Artemisa-sama.
-Si, Hasta mañana, Lante.
Estirando un poco su brazo, Artemisa apago la lámpara de piedra mágica que se encontraba en la mesita de noche que se encontraba a un lado de su cama.
Quedándose en completa oscuridad, pasando a través de la ventana, el cuarto fue invadido por ligeras luces provenientes de la Luna.
————————
-Esa perra hizo un excelente trabajo. Hahahahahahhahahahahahah.
En algun lugar de las alcantarillas.
Sosteniendo un papel, una mujer de cabello rozado y ojos amarillos comenzó a reír de una manera enfermiza.
Vestida con un pantalón y blusa negro, la mujer comenzó a caminar.
Pasando a través de múltiples pasillos, la mujer llegó a un gran sala hecho de adamantita y otros duros materiales.
Iluminada por unas lámparas de piedras mágicas y un montón de velas, una gran mesa de piedra se encontraba posicionada en el medio.
Al rededor de esta se encontraban algunas personas.
-¡¡Date prisa, Valletta!!
Dijo un hombre de cabello blanco y ojos amarillos, vestido con una mascara de calavera llevaba un traje de batalla blanco, su piel de tono amarillento daba una sensación enfermiza.
-No sueltes tanta mierda, ¿donde esta esa basura de Vitteaux?.
-El sigue molesto por su derrota ante el chico conejo.
-¿Cómo es que esa basura fue derrotada por un mocoso desconocido?.
La pelea de Bell había llegado a lo profundo de Evilus, siendo un desconocido, el derroto a uno de sus capitanes provocando gran confusión entre las filas.
-Bueno no importa—
-Veo que ya llegaron.
*tap, tap, tap*
Una voz vino del oscuro pasillo.
-Al fin te dignas en venir ¿eh? Maldito dios de mierda.
-Oh~ vamos Valletta-chan, esa no es una manera de dirigirse a tu dios——en fin, veo que mis creyentes infiltrados hicieron un gran trabajo.
Acercándose hacia el centro de la sala, con una sonrisa asquerosa, el tomo el papel que tenía Valletta.
-¿Esos payasos harán un gran golpe dentro de poco, eh?
Sosteniendo su barbilla y con la otra mano el dios miró fijamente el papel.
-Bien, ¿Que tal si creamos un poco de caos?
-Me parece bien.
-No me importa.
-Esta decidió entonces.
Botando el papel que sostenía en sus manos hacia el piso.
-Bien~
Extendiendo su brazo hacia atrás, el dios miró a un seguidor suyo.
Sin hacer ruido alguno, el seguidor entregó un papel enrollado.
Acercándose a la gran mesa de piedra, el dios desenrollo el papel que sostenía.
Al extenderlo sobre la mesa se pudo ver que era un mapa de Orario.
Mirando a sus seguidores, el dios comenzó a hablar.
-Olivas, tu y Vitteaux atacaran el área comercial. Llamando toda la atención posible, distrayendolos mientras que Valletta se dirigirá al distrito empresarial.
-¿Por qué debo dirigirme hacia ese lugar de mierda?, yo simplemente quiero hacer sufrir a—
-¡Dejame terminar!
Elevando su tono, el dios miro fríamente a Valletta.
-Iras con Revis, a la fábrica donde refinan las piedras magicas.
Señalando todos los puntos con su dedo, el dios continuó explicando el plan.
-En el área industrial se almacenan todas las piedras magicas que los aventureros ganan al ir al calabozo. Haremos que Revis se las coma.
-Oh~~~~~~~ ya entiendo.
Con una sonrisa asquerosa en el rostro, Valetta parecía mas feliz que nunca.
-Valetta, tu te encargaras de que no interrumpan esto.
-Okay~
Haciendo un gesto con las manos, ella asintió con el rostro claramente Feliz, como si se tratara de una niña dias antes antes de la navidad.
Dándose la vuelta, el dios miró a sus seguidores de bajo rango.
-Niños que recibieron mi bendición, vengan con nosotros. En esta cruzada, apuesten todo.
Extendiendo ambos brazos hacia arriba, el dios continuó dando su discurso.
-Yo, Thanatos... Juro que cuando todo esto acabe, todas sus plegarias seran concedidas.
-...
-¡¡WOOOOOOOOOOOAAAAAA!!!
Enérgicos gritos comenzaron a escucharse.
————————
-¿Hm?
El ruido de las calles gradualmente llegó a mis oídos.
Girando su cuerpo en la cama, los ojos de Bell se abrieron gradualmente.
Girando su rostro, el aun adormilado Bell se puso de pie.
La luz del sol se filtraba a través de la ventana.
*uaaaah~*
Soltando un bostezo, Bell se dirigió al cuarto de baño.
Después de un rato, el salió. Acercándose a su cama el tomo sus ropas y comenzó a vestirse.
-¡Bien! ¡Hora de proseguir con mi búsqueda!
Tomando sus cosas, el salió al corredor, no se oía nada en la habitación de al lado.
Paso a paso, Bell llego a las escaleras.
-Buenos días~
-Buenos dias, joven!
Saludando a la dueña, Bell se acercó hacia el mostrador.
-Oh, si. ¿Cuánto le debo por la habitación?
-Esta bien, puedes pagarme luego.
Sacudiendo su cabeza, la señora dijo algo que Bell no pudo entender.
-¿Luego?
-Si.
-Bueno.
Guardando su billetera, Bell comenzó a caminar con dirección hacia la salida.
La luz del sol, lo cegó por un momento, haciendo que llevase una mano hacia su rostro como si intentará evitar la luz.
-¿Te ibas sin despedirte nuevamente?
Oyendo una voz detrás mío, gire mi cuerpo y la vi.
Artemisa-sama estaba apoyada sobre la pared a un lado de la puerta, con ambas hacia atrás, ella dirigió su mirada hacia mí.
-Ha... Hahaha—Buenos días Artemisa-sama.
Sintiéndose incomodo, Bell se rasco la cabeza con una mano.
-Pense que te irías temprano nuevamente, Lante y yo nos quedamos dormidas así que creí que ya te habías ido.
-...
-Pero al preguntar a la dueña, ella me dijo que aun seguías aquí.
Acercándose pasó a paso, ella se paro en frente de mi.
-Todavía no desayunaste ¿verdad?, aunque ya es un poco tarde... ¿Quieres ir con nosotras?.
Dijo ella con una sonrisa en el rostro.
-¿Tarde?
Poniéndome a pensar, al despertar no vi el reloj colgado en la pared. Mi cuerpo ya se había acostumbrado a despertar en una hora específica, como si se tratara de un reloj interno. Lo desarrolle por los entrenamientos que tuve cuando era niño.
-Si, mira.
Elevando su delicado brazo, ella señaló a un reloj que estaba cerca al mostrador.
Aun estando un poco lejos, mi visión de Lv. 6 podía verla claramente. Era las 11:45 a.m.
-Haaaa~ desperdicie mi tiempo.
Planeando su día, Bell pensó comenzar temprano así que había desperdiciado muchas horas durmiendo, o almenos asi le pareció a él.
Bajando la mirada y pareciendo decaído, Bell no dijo nada.
-¡Ji, ji!
Cubriendo sus labios con una mano, Artemisa soltó una adorable risa mientras veía al decaído Bell.
-Eres totalmente diferente de cuando peleas o tienes conversaciones serias.
-Ha—hahaha.
Sin saber que decir, Bell simplemente soltó una risa.
-Y bien, ¿Aceptas mi invitación?
-...
-Si.
Asintiendo con su cabeza, Bell aceptó la invitación de Artemisa.
-Bien, Lante vendrá dentro de un momento, espero que no te moleste el esperarla.
-En absoluto.
Los minutos pasaron, Bell y Artemisa continuaron con su conversación.
Hablando de cosas triviales, ella y el disfrutaron de esta simple conversación.
No les importo estar rodeados de las miradas de los transeúntes. A sus ojos el apuesto joven y la bella mujer parecían amigos muy cercanos o personas en una relación romántica.
—————————
El tiempo pasó, el sol ya estaba en lo mas alto del día.
Después de ir a comer algo, me dirigía a la plaza donde me reuniría con Ardi.
-...
-Vamos Bell-san, ¿Porque caminas por detrás de nosotras?
En medio de una de las muchas calles de Orario, se encontraba Bell acompañado de Artemisa y Lante.
Bell se entendió rápidamente con Lante, ambos casi tenían la misma edad.
Después de terminar su charla y contarle todo a Lante con excepción del origen de Bell, ellas decidieron pasar el día con el.
-Urg!
Esto no sería un problema si no fuera por todas las miradas que lo acechaban.
Al parecer la broma de la diosa Loki había llegado a todo Orario.
Podía sentir las miradas punzantes y oir palabras hirientes.
"Es ese chico conejo", "maldito mocoso, yo también quisiera una oportunidad así".
Rodeado de una bella diosa que era conocida por su actitud fría hacia los hombres y una hermosa y joven elfa, el claramente estaba llamando la atención.
Siendo la envidia de muchos hombres e incluso dioses, Bell intentó pasar desapercibido al alejarse un poco de Artemisa y Lante.
-Vamos, no es bueno hacer esperar a una mujer, ¿Sabes?, Ardi se molestara contigo.
Dijo Artemisa con una bella sonrisa en su rostro.
-!
Sintiendo que en cualquier momento podría ser apuñalado, Bell se puso en estado de alerta.
Artemisa-sama~ por favor, deme un respiro.
Sintiéndose cansado en su mente, Bell suplico que Artemisa y Lante no lo miraran en cada momento.
Unos minutos pasaron, ya estábamos en la plaza que habíamos fijado como punto de encuentro.
Al parecer llegamos antes que Ardi.
Artemisa hablaba tranquilamente con Lante. Observando los alrededores, Bell se distrajo mientras esperaba a la chica.
-Bell-saaaaan~
Una voz un tanto agitada llegó a mis oídos. Girando mi rostro hacia la derecha pude ver que una chica se acercaba hacia nosotros.
-Lo siento por hacerte esperar, tuve papeles que rellenar.
-No hay problema.
-Oh~ Artemisa-sama, no la note, buenos días.
Agitando su mano, ella saludo enérgicamente a Artemisa.
-Ah, si, aun no te presentó a Lante. Ella es un miembro de mi Familia.
Con una sonrisa, ambas se presentaron.
-Que suerte tienes, Bell-san.
-¿Eh?
-Tener a una hermosa diosa y a una bella elfa como compañeras de Familia.
-!
Otra bomba cayó.
Bell se había olvidado que mintió sobre eso.
Al escuchar esto, las personas que pasaban por el lugar se detuvieron, dirigiendo su mirada hacia Bell y Artemisa rápidamente se empezaron a escuchar susurros.
-¿Bell-san se unió a nuestra Familia?
Con el rostro sorprendido, Lante miró a Artemisa.
-Artemisa-sama, pero usted dijo que——¡Nhgu!
Cubriendola rápidamente con una mano, Artemisa interrumpió a Ardi.
-Chicas... ¿Podemos salir de aquí?
Sintiendo que su vida era drenada por las incesantes miradas mezcladas con odio y envidia, Bell solo pensó en salir de aquí.
————————
Después de alejarnos de las miradas en esa plaza, llegamos a la torre de Babel.
La gran torre tenía un propósito, evitar que las criaturas del calabozo emergieran a la superficie como en la antigüedad.
-Woaah.
Soltando un sonido de asombro, Bell y Lante abrieron mucho sus ojos al ver la colosal estructura.
Alzando mi cabeza vi como la torre se elevaba hasta a los cielos.
Desde lejos parecía una aguja que se clavaba en el cielo, pero de cerca era una de las cosas más imponentes que haya visto.
-Es increíble, ¿Verdad?.
Acercándose, Artemisa-sama habló al lado mío.
-Si, es increíble...
Intentando ver la cima, Bell respondió con pocas palabras a la pregunta de Artemisa.
-Tu no pareces sorprendida, Artemisa-sama.
-Yo, ya estuve aquí hace tiempo. Cuando baje al mundo inferior, pase un poco de tiempo aquí reuniendo información acerca del mundo.
-...
-Aunque simplemente fueron un par de semanas.
Terminando de hablar, ella continuó caminando con dirección hacia dentro.
-Aunque... Me gustaría saber como es la vista desde ahí arriba.
-...
Comencé a caminar.
-¿En en cielo no podías tener una vista así?
Los dioses eran omnipotentes, ellos podian hacer todo, pensando en eso creí que ella ya había visto una vista incluso mejor desde el cielo.
Sacudiendo su cabeza ella negó mi pregunta.
-La vista era distinta. Era como ver un lienzo sin vida.
-...
-Cuando descendi pude ver que estaba en lo cierto, todo lo que vi fue una tierra hermosa y llena de vida, aunque solo duró un corto tiempo porque el descenso fue rápido.
Ya habíamos llegado al interior de la torre.
Esta se dividía en unas grandes escaleras que iban hacia abajo y en el fondo unos ascensores que conectaban hacia los pisos superiores.
Segun Ardi esto también funcionaba con piedras magicas y un poco de ingeniería.
Era la primera vez que tomaba uno de estos, en el pueblo donde creci no había muchas cosas como esta.
Estábamos en el 4to piso.
-Bien, Bell. Puedes buscar todo lo que necesites aquí.
Extendiendo ambos brazos, Ardi hablo enérgicamente.
-Woah!
El paisaje había cambiado drásticamente, escaparates elegantes y claramente caros, armas en exhibición y un elegante piso hecho de algun material que claramente era de primer nivel.
Una vista totalmente diferente a la de los primeros pisos de Babel.
Asombrado, Bell comenzó a caminar de aquí para allá.
Pegando su rostro en vitrinas, entrando las tiendas disponibles, el hizo todo esto velozmente.
-¡Ji, ji!
Al ver su faceta infantil, Artemisa no pudo hacer nada más que reírse pensando que era tierno.
-Es como un niño en algun festival, hehe.—Dijo Ardi.
-¿Quieren echar un vistazo?
Dirigiendo su mirada hacia Artemisa y Lante, Ardi comenzó a caminar.
Después de un rato, Bell volvió con las manos vacías.
El ya había visto todas las tiendas en este piso. El se acercó hacia Artemisa y a las demás que acababan de salir de una tienda.
-¿No tuviste suerte encontrando lo que querías?
Artemisa preguntó.
-Si. Hay buen equipo pero no es del que busco.
Bell había aprendido sobre armas y armaduras en su largo entrenamiento. El sabía que no podía elegir un arma cualquiera, en especial por su habilidad "Argonauta".
La fuerza de esta, hacía trizas las armas que el tenía, quedándose en desventaja en combate.
-No te preocupes, la familia Hefesto tiene tiendas desde el 4to piso hasta el 8vo. Aunque los dos últimos pisos son usados por herreros novatos, seguramente encontrarás buenas armas en alguno de estos.
-¿Es así? ¿Y que hay en la cima?
-Los pisos superiores de Babel también son viviendas para los dioses mas prominentes de Orario, son conocidos como cuartos privados... La diosa Freya vive en el último piso.
Freya...
La diosa de una de las Familias más fuertes de Orario. Al escuchar su nombre, unos recuerdos fugaces vinieron a la mente de Bell.
-¿Pasa algo?
Acercándose, Lante preguntó al ver el rostro serio de Bell.
-No, no pasa nada.
Dirigiéndose al siguiente piso. Bell, Artemisa y las demás tomaron nuevamente el ascensor.
———————
La búsqueda no había sido fructífera, ellos ya habían buscado en casi todos los pisos. Actualmente se encontraban en el 6to piso, después de este seguía el piso donde los herreros novatos intentaban ganar un nombre.
-Vamos, todavía hay un montón de tiendas... Seguramente encontraras algo bueno aquí.
Saliendo del ascensor, Artemisa intento animar al decaído Bell.
Después de tanto tiempo buscando, el se había desanimado como si de un niños se tratara.
Después de tantas decepciones, Bell ya no tenia la energía que mostró en el 4to piso.
Caminando tranquilamente, Bell entró a cada una de las tiendas. Caminando por el largo pasillo, el vio muchos tipos de espadas y armaduras en exhibición.
-No, esta no.
Bell paso de largo una tienda, al estar pasando la puerta de la tienda se abrió fuertemente.
*Slam*
-Artemisaaaa~
Una mujer salió repentinamente.
Era de baja estatura, a primera vista pensé que era una niña pero al verla bien note que su cuerpo no coincidía con una.
Con sus largas coletas meciendose en el aire, la pequeña diosa salto y abrazo a Artemisa enterrando su rostro en su abundante delantera.
-¡Hestia! ¡¡Almenos espera a que terminemos nuestra charla!!
Detras de ella otra mujer salió, con un tono molesto en su voz.
Con su bello cabello color rojo carmesí y un parche en el ojo, la mujer era increíblemente hermosa. Su voz estricta se hizo mas pequeña a medida que notaba a la persona que la pequeña mujer estaba abrazando.
*Haa, haa*
Empujandola con ambos brazos, Artemisa respiro erraticamente.
Al parecer el fuerte abrazo casi la asfixio.
-¿¡Hestia!?
Una gran sonrisa llena de felicidad se cruzó por los labios de Artemisa.
-Aaaaaaaa! ¡Hestia! ¡Que alegría volver a verte!.
Soltando un grito de emoción, Artemisa devolvió el abrazo a su amiga.
-Hola, largo tiempo sin vernos Artemisa.
Acercándose, la diosa de cabello rojo saludo a Artemisa.
-¡Hefesto!
Soltando por un momento a la chica de coletas y cabello negro, Artemisa dio un abrazo a la mujer de cabello rojo.
———————
Después del conmovedor reencuentro fuimos invitados a pasar dentro.
Artemisa nos presento a ambas.
Ellas eran diosas y muy buenas amigas de Artemisa-sama.
Aunque hubo preguntas incómodas, como el chiste de la diosa Loki y otras muchas cosas, rápidamente lo solucionamos explicando la situación.
Actualmente, Artemisa y Lante hablaban felizmente con Hestia y Hefesto. Poniéndose al día desde la última vez que se vieron en el cielo.
Mientras que Bell y Ardi caminaban alrededor de la tienda viendo las armas y armaduras disponibles.
-¿Hay una cantidad increíble de armas, verdad?
-Si.
Espadas, escudos, Lanzas, etc.
La tienda tenia de todo tipo, aun no me decido que tipo de arma usaré.
Bell había sido entrenado en muchos estilos de combate, no importa cual arma eligiera, rápidamente se acostumbraria.
*tap, tap—*
Bell se detuvo frente a un mostrador el cual tenía solo dos armas.
-¿Hm?...
-¿Encontraste una de tu agrado?——Ardi preguntó.
-Si...
Acercándose, también se quedó viendolas por un momento.
-¿Que pasa?
Oí una voz acercándose a mi, era Artemisa-sama junto a las demás.
Al parecer ya habían terminado de hablar.
-¿Puedes enseñarme esas armas, por favor?
Señalando con un dedo, Bell miró a Hestia y a Hefesto.
-Esta bien.
Asiendo un gesto, Hefesto asintió a la petición de Bell.
Yendo hacia el mostrador, Hestia sacó una llave que se encontraba en un cajón debajo de esta.
Unos momento después, ella saco fácilmente una espada.
Entregandosela a Bell, Hefesto comenzó a hablar.
-Esta espada esta hecha en parte con acero de Damasco procedente del País Minero de Acero de Sharm. También con Mithril haciendo que sea un buen conductor de magia, su dureza sería un punto débil pero es ligera, perfecta para alguien que se enfoca en la velocidad.
Hmm... Conductor de magia... ¿Soportará múltiples cargas de argonauta?
Sacándola de su funda, Bell inspeccionó detenidamente la espada.
La espada era ligera y algo larga, era parecida a un estoque. La punta de la hoja claramente estaba muy afilada, con el tono blanco y brillante, el arma claramente era de primer nivel.
*Fiiiii~*
Empujando la espada hacia adelante, Bell probó el manejo del arma mientras cortaba el aire.
-Es buena.
Dándole la espada a Hestia, esta volvió a ponerla en su lugar.
-La siguiente.
Diciendo eso, Hefesto pidió que Hestia sacara la otra espada.
-Nnuuuugggh.
Haciendo un esfuerzo, la pequeña diosa sacó la otra espada.
Al momento de tocarla pude sentir que su material de construcción era diferente del de la anterior.
-Esta espada fue construida con adamantita traída directamente del calabozo y acero de damasco, su composición la hace casi tan dura como un arma hecha de durandal.
Una gran durabilidad...
Sacándola de su funda, toque ligeramente la hoja, su tacto era firme dando la sensación de aguantar lo que sea.
La espada tenía un tono Azul oscuro.
La hoja era mas ancha y un poco mas larga que la otra.
Sacándola de su funda, Bell osciló el brazo.
*Fiiiiiiii*
La espada corto el aire provocando una ligera brisa.
Esta espada también era buena, su manejo aunque algo tosco era firme.
Enfundando el arma, Bell se la devolvió a Hestia.
-¿Y bien? ¿Por cual te decidirás?——Preguntó Hefesto.
-Hmmm...
Ambas espadas eran buenas, cada una tenía sus pros y contras...
Sin poder decir, Bell se tardo unos minutos.
-Llevaré ambas——dijo Bell con una expresión tranquila en el rostro.
-¿Eh?
Con una expresión de confusión, Hestia y Hefesto soltaron un ruido tonto al mismo tiempo.
-El precio de ambas asciende a 170.000.000 varisu. Vamos chico, escuche que eres un recién llegado a la ciudad, es imposible que tengas tanto dinero. No porque seas cercano a Artemisa te hare una oferta especial.
-No. Esta bien.
Llevando una mano a mi mochila busque "eso".
-Vamos, Lante.
-Te esperamos afuera Bell-san.
Empujando a su dependiente, Artemisa salió de la tienda seguida de Ardi.
Lante no sabía nada acerca de la ayuda que Ouranos brindo a Bell.
Artemisa pensó que era mejor no decir nada, aun a su dependiente.
-Ten.
Extendiendo mi mano hacia Hefesto, le di el sello que Ouranos-sama me había dado.
-Esto es——¿Quien eres?.
Quedándose atónita, Hefesto solo pudo preguntar acerca de la
-¿Que pasa, Hefesto?——preguntó Hestia sin saber lo que ocurría.
-N-no es nada. Esta bien puedes llevarte tus armas.
Recibiendo el sello, Bell tomo ambas armas del mostrador.
-¿¡Eh!? Pero aun no ah pagado, Hefesto.
Con un tono de asombro en su voz, Hestia habló con su amiga.
-Esta bien, Hestia. Luego te explico.
—————————
-Artemisa-samaaa~
-¿Hm?
-¿Porque salimos antes?
Estando paradas frente al escaparate, fuera de la tienda, Lante tenía un poco de curiosidad acerca de lo que había pasado.
-Ah, lo siento, me dio un poco de calor así que quise salir antes.
Dando una pésima excusa, Artemisa intentó confundir a Lante.
-Artemisa-sama~, eres pésima mintiendo.
-Eh——
Antes de que terminara de hablar, Bell salió junto a Hestia y Hefesto.
-Perdón por hacerlas esperar.——Dijo Bell.
Acercándose, ellas pudieron ver que cargaba solo una de las espadas colgada en su cadera.
-¿No compraste las dos, Bell?——Dijo Artemisa.
-Si, solo que deje una aquí. Sería algo molesto cargar ambas, así que la retomaré cuando consiga un buen soporte.
-Nos veremos luego, Artemisa.
-Cuidate.
Despidiéndose de sus amigas comenzamos a caminar por el largo pasillo nuevamente.
-Conseguiste una buena espada, Bell.——Dijo Ardi mirándola de reojo.
-¿No compraras una Armadura?
Preguntó Lante.
-Creo que ya es suficiente por hoy... Haha...
-Que tal si lo dejamos aquí por hoy.——Dijo Artemisa con un tono tranquilo en su voz.
Cuando llegaron, el sol estaba en lo alto del cielo.
Girando mi rostro hacia una ventana que estaba cerca mío, pude ver que el inmenso cielo estaba teñido de un tono rojo y el sol ya estaba por ocultarse en el horizonte.
Habiendo bajado por el ascensor ya nos encontrábamos en el primer piso de Babel.
Las grandes escaleras que conectaban a la entrada al calabozo estaban llenas de personas volviendo de un día de exploración.
Humanos, Elfos, Enanos, DemiHumanos, pallums. Todos ellos se veían como aventureros experimentados.
Unos segundos después comencé a caminar nuevamente, llegando a la entrada me gire hacia ellas y dije——
-¿Qué les parece si vamos a comer algo?
Dando su opinión, Bell miró a las demás esperando su respuesta.
-Genial.
-Por mi esta bien.
Artemisa y Lante aceptaron la propuesta de Bell.
-Lo siento, creo que no podré hacerlo——Dijo Ardi.
-Gracias por invitarme pero, ya va siendo hora de que retome mis labores.
Como miembro de la Familia Ganesha, Ardi patrullaba las calles en búsqueda de cualquier peligro.
-Oh... Vamos, Ardi, solo sera un momento.
-Si, es nuestra manera de agradecerte por acompañarnos el día de hoy.
Intentando convencerla, Artemisa y Lante se acercaron a ella.
¿Hm?——Al verlas pensé que se habían vuelto muy cercanas a comparación de cuando llegamos aquí.
Las chicas hacen amigas rápidamente...
-Bien, Bien~
Con una sonrisa cruzando por sus labios, Ardi comenzó a caminar cuando de pronto——
*¡buuum!*
Un fuerte estallido se escucho.
Girando mi rostro velozmente, vi como una gran nube de humo comenzó a elevarse hacia el cielo.
-Eso es...
Ardi, quien se encontraba a mi lado, también miró en dirección hacia el humo. Con unas cortas palabras filtrandose de su boca, su rostro se mostró terriblemente preocupado, era totalmente diferente a como se veía hasta hace unos momentos.
*¡Tap, tap, tap!*
-¿¡Ardi!?
Ardi comenzó a correr rápidamente.
Sorprendida, Artemisa extendió su brazo intentando detenerla por un momento.
-Artemisa-sama, Lante... Quédense aquí, ire a ayudar a Ardi.
Dijo Bell mientras las miraba por el rabillo del ojo.
Viendo el número de aventureros pensé que Evilus no hará algo aquí. Era mejor que ellas dos se quedarán aquí a que estén caminando por las calles en este momento.
-No se preocupen, ella es fuerte. Aun sin mi ayuda estaría bien.
Mostrando una sonrisa, intento calmar a las claramente preocupadas Artemisa y Lante.
-Volveré pronto.
Comenzando a correr en dirección hacia donde había ido Ardi, la espalda de Bell se hizo cada vez mas y mas pequeña.
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