Sin comentarios de esta historia. Muy turbia xd.

Desde un inicio supo que algo no andaba bien. El lobo gruñón de la familia Loki se puso a rugir cuando vio al niño de cabello blanco que no debería estar en su campamento.

Solo habían pasado unos pocos días desde que lo sorprendió con aquella batalla contra ese monstruo con cuernos. Pero, ya estaba aquí, en los pisos intermedios.

“¿Que hace roedor aquí?” Grito furioso, aunque para sus compañeras amazónicas solo sonaba como celos por su rápido progreso.

“Aléjate de él”, le dijeron ambas chicas, esperando no ver los problemas que Bete podría causar.

“Finn, ¡¿que hace el enano aquí!?”.

“Sucedieron algunas cosas mientras traías la medicina”.

*Grr*

*Gruñido * Gruñido*

Bete no podía con eso. Para él, tenía que mostrarle la cruda realidad. Nadie le impediría hacer eso.

Espero pacientemente a un momento en el que pudiera rugirle en la cara.

Dentro den dungeon, en el piso 18 también llegaba la noche. No había ninguna explicación sobre el porque, pero también llegaba la noche.

Las luces ya se habían apagado dentro del piso 18. Las piedras mágicas estaban alumbrando el ambiente.

Bete preguntó sobre el niño a Finn, y él le dijo, que había pedido una carpa pequeña para él solo, y como había una de sobra se la dieron.

Finn, antes de que el hombre lobo con una cara satisfecha saliera del lugar, le preguntó, “¿Tienes asuntos con ese chico?”.

“Ninguno”, respondió inmediatamente. Lo siguiente que hizo fue salir de la carpa del capitán como si fuera un villano saliendo de su castillo.

Los pasos fueron rápidos y tenían un solo destino claro. No llamo a la puerta y rompió esa pequeña cremallera que aseguraba el espacio interior.

El niño estaba ahí, de espaldas a él. Se había quitado el polo, y de repente giro la cabeza sorprendido.

De inmediato, un sonido de exclamación muy bajo salió de los labios del niño.

“Bete-san”.

Por un solo momento no sabía que responder. Quizás solo quería burlarse de ese cuerpo tan estúpidamente curvilíneo que miraba. Sin embargo, cuando echo otro vistazo, había algo molesto delante de su visión. Algo totalmente inquietante.

La sensación de poder volver a decir algo fue la peor.

“¿Qué mierda? “.

La mirada inmediatamente de esa persona dio media vuelta.

“¿Tu que tienes ahí delante? Esas cosas pequeñas, pero redondas son acaso“.

Esa persona salto de la silla postrándose en el suelo, rogando algo que no había imaginado. – “Por favor mantén lo en secreto“, rogó con todas sud esperanzas.

*Argh*

Retrocedió un paso, su rostro ligeramente impactada. Bete no podía creerlo. Se sonrojo ligeramente cuando el niño se levantó con esas dos bombillas siendo ligeramente cubiertas por sus manos.

“Tú”, Bete gruño. Bell se volvió a echar en el suelo, y una vez más repitió sus palabras.

“Por favor, mantén lo en secreto”, su voz claramente había tomado un tono diferente al habitual. Sonaba natural, pero era la voz muy femenina, - “Haré… Haré lo que quieras”, le dijo.

“Tú…”, Bete no podía. “Realmente eres… una chica”.

La cara de Bell ruboriza da se levantó.

Sus ojos parpadearon una sola vez mientras caía y volvía a mirarlo.

“S…si”.