Capitulo 5 - Darth Vader



Danmachi Bell Vader Capitulo 5 – Darth Vader









Prisión de Rakia.









Medio Dia.







Delante de una puerta reforzada, Marius parecía algo nervioso, pero sin pensar más en el asunto se adentraba dónde estaba prisionero su, considerado para él, hermano menor, desde un comienzo tenia esta rutina de venir a platicarle algunas cosas a Bell, esto era al menos una vez cada 2 semanas.



Aunque en esta ocasión parecía ser algo distinto, normalmente se desahogaba de sus culpas, aun si el chico no podía escucharlo del todo.



—Hola Bell, ha pasado un tiempo desde la última vez que vine, primero que nada, lo diré siempre y lo repetiré las veces que sea necesario, lo siento, estoy consciente de mis actos y espero puedas perdonarme, aunque hoy estoy aquí por algo importante—.



Empezando su "charla" el rubio se disculpaba como acostumbraba a cada inicio de su llegada, prosiguiendo a contar unos acontecimientos importantes con respecto a Rakia.



—Es triste ver que estas cerca de cumplir un año en este lugar, pero a lo que voy es que... Ares-Sama por fin logro su cometido, apenas hace 2 semanas, justo después de mi última visita han logrado elaborar un arma potencial para Rakia, hasta ahora no se había descubierto el modo de usar el poder de los <Cristales Kyber>, pero recientemente han forjado un báculo, uno que es aprovechado por los magos lo que les permite realizar un disparo de magia sin ningún canto, tal vez no parezca mucho, pero eso simples disparos han demostrado que pueden atravesar todo, incluso aventureros de primera clase con sus mejores armaduras, en estos instantes se están produciendo en masa para un ataque a Orario, tal vez no sirva de nada decírtelo Bell, pero me he dado cuenta de que esto no es lo que quiero, de alguna manera esto debe detenerse ahora, antes de que sea demasiado tarde para detener a Rakia, incluso con la velocidad adecuada de un primera y segunda clase, ser abrumado por cientos de magos atacando a la vez con un ataque que perforara hasta el arma más resistente hará que cualquiera caiga, esta energía parece que si se es entrenada puede almacenarse y explotar todo como un poderoso canto mágico, de verdad necesito evitar un futuro así, es por eso que vengo a contártelo, necesito sacar esta culpa que me carcome y tal vez sentir que me apoyarías en esto... —.



La extensa platica no podía ser escuchada por nadie más, por lo que el rubio se desahogaba de sus culpas intentando que de alguna manera el peli blanco lo escuche, tal vez algo loco, pero cuando estas solo que más te puede quedar que hacer.



Sentía que al contárselo de alguna manera le aligeraba una carga mental sobre acontecimientos futuros, además de no dejar abandonado a Bell en su sólida prisión.



—Y pensar que todo inicio por ese cristal—.



Prestando atención a lo que se encontraba a un costado del chico observaba con algo de nostalgia al <Cristal Kyber> que aun adornaba el lugar, su brillo se mantenía en un flujo constante que solo cambia cuando se aparta del peli blanco.





—¿Qué debo hacer? —.



Su pregunta no podría ser contestada por nadie más, por lo que frustrado se sentaba apoyado en la pared en un silencio profundo, misma oportunidad que aprovechaba para liberar algo de su angustia y de mismo modo acompañar un rato más a Bell.



El resto del tiempo paso, su visita concluiría, levantándose de su lugar observo a los guardias que se encargaba de sedar a Bell, entraban avisando al rubio que era la hora del tratamiento diario del chico.



—Marius-Sama, el tratamiento del chico debe aplicarse ahora, si nos permite—.



Tratándose del rubio le costaba tomar una decisión, guardo silencio unos momentos antes de responderles algo más seguro de sí mismo.



—Pueden retirarse, yo me encargare del tratamiento de Bell, no podre venir en un largo tiempo cuando se efectué el plan de Ares-Sama, les pido que me den esta ocasión especial, debo despedirme como debe ser—.



Los guardias un poco confundidos no tuvieron más remedio que aceptar la petición de Marius, saliendo de la habitación, dejándolos solos nuevamente.



Lo único que debía hacer era inyectar el sedante en el tubo que conectaba directamente en el torrente sanguíneo del chico, su hermano, aunque sabía que hacer no reunía las fuerzas para hacer tal acción.



—Espero no equivocarme Bell, espero realmente un día me perdones por todo—.



Mirando una vez más al peli blanco, reafirmo su postura, cerraba un momento los ojos con fuerza, solo para abrirlos con algo de determinación, tomando una decisión de una vez por todas.



Minutos Después.



Marius salía del cuarto, haciéndole una señal a los guardias, estos entendían y daban paso al Rubio, cerrando las puertas de ese cuarto, aislándolo a la oscuridad nuevamente.



Por su caminata para abandonar el lugar veía de reojo una celda aparte, ahí se encontraba otro prisionero, quizá nada peligroso en su estado, pero debido a su raza, conocimiento y posible jerarquía les seria de utilidad en algún momento, palabras dichas por su Dios.



Una celda normal, dentro había un elfo de la realeza, uno del cual desconocían su nombre, aunque se podía observar encadenado, amordazado y en estos momentos dormido, en su captura fueron masacrados varios elfos que lo protegían a toda costa.



Destacando por los demás por su cabello color jade atado con un anillo dorado, contando con ojos del mismo color jade, sumado a la obsesión de los elfos por rescatarlo incontables veces en Rakia, fue traído hasta este lugar como un contra medida.



El rubio desconocía lo que se tenía planeado con él, sin embargo, pensándolo luego de posibles acontecimientos futuros puede que no se sepa más el elfo, solo tuvo la mala suerte de meterse en el camino equivocado en un momento inoportuno.



Siguiendo su camino, daba un vistazo del armamento de los guardias, no importaba que no fueran magos un mínimo de experiencia con el báculo y cualquiera podría realizar un disparo de esa arma, es en lo que Rakia tenía las de ganar, abrumar con la cantidad de soldados que poseía justo como lo hizo una vez en su antigua gloria, solo que, con un objetivo fijado en un tiempo, destruir Orario, lo que hizo hoy, se reflejara en el futuro, de mientras solo le quedaba esperar, retirarse en silencio, saliendo las enormes puertas que abrían y cerraban el lugar.



Una vez estuvo fuera de la prisión Marius subió a su caballo, miraba una vez más atrás, su culpa aun lo acomplejaba, solo que esta vez era por algo un tanto distinto, dio media vuelta cruzando en enorme puente que conectaba la prisión con el exterior camino a encontrarse con Ares.



En la celda de Bell, todo seguía igual, inmerso en la oscuridad acompañado del brillo del cristal, pero hubo un pequeño movimiento imperceptible para cualquiera, dentro de la camisa de fuerza, aunque fuera un ligero movimiento de dedo, ha sido el primero en bastante tiempo que daba pese a seguir en estado de inconsciencia.



Reino de Rakia.



Noche.





Entrando a una enorme habitación lujosa Marius avisaba su regreso, siendo recibido por su Dios, un tanto diferente de lo habitual, sin duda tenían que hablar algo importante ahora.



—Hola Marius, bienvenido, creo que debemos charlar, ya lo he hablado con tu padre y debes saberlo también, acompáñame—.



Un poco dudoso acato la petición de Ares lo que lo llevo a una de las habitaciones especiales anti ruido, ahí ambos tomaron asiento uno delante de otro, llevando el momento a un incómodo silencio que duro un par de segundos.



—Tenemos un problema Marius, hace un par de días me llego una inesperada visita, Thanatos llego pidiendo hablar conmigo directamente, al parecer tenía planeado ofrecerme una alianza para destruir Orario, debo admitir que sonó muy tentador, pero eso no importa, solo una mirada suya basto, tal vez no lo creas, pero sé muy bien las artimañas de Dioses como el, quería que compartamos nuestro armamento con él, con ellos, Evilus, no estoy seguro de como pero es casi una garantía de que ellos conocen acerca de los <Cristales Kyber>, no me queda duda, ellos solo planean arrebatarnos su poder, así que rechace su oferta—.



Lo que Ares le había comentado des posiciono al rubio, parte de lo comentado era raro que su Dios lo haya averiguado por su cuenta, pero tal vez desde lo de Bell se haya tomado más enserio su papel de líder de familia.



Sin contar con eso último, eso significaba un gran problema, Evilus, los autonombrados Dioses malvados contando con un número desconocido de aliados, peligrosos y poderosos, podrían arruinar los planes de Ares si es que tenían el conocimiento de que poseían los legendarios cristales, no siendo suficiente, que lograron fabricar, produciendo un número mayor de Báculos pequeños, lo que no sería significativo si no tuvieran la capacidad de atravesar aventureros de primera clase, de saberlo sin dudarlo irían tras ellos.



—Ares-Sama, ¿Cuál fue la reacción de Thanatos ante su respuesta?—.



—No es obvio, aparento solo estar decepcionado y se retiró tranquilamente, aun así, estoy seguro que bajo esa mascara que mostraba decepción no solo había eso, pude sentir su rabia, resentimiento, lo más seguro es que no esté planeando nada bueno al respecto—.



—Efectivamente Ares-Sama, como usted lo menciona, no dejaran las cosas de esta manera—.





Aunque en esta ocasión una idea era puesta en marcha por parte del Dios.



—De eso no cabe duda, es por eso que todos los almacenes y bases productoras de los Báculos Kyber han sido cambiados de ubicación a zonas remotas ultra secretas incluso a altos mandos, siendo que tu padre y yo en persona nos encargamos de eso, el resto de lugares que puedan verse bajo ataque no cuentan con los báculos como armas y han sido proveídos de un mayor personal de protección o seguridad—.



Marius quedo sorprendido de tal movimiento enteramente personal de su Dios, sin duda algo en lo que maduro bastante, pero eso no quitaba un pequeño hecho que tal vez hayan pasado por alto.



—Ares-Sama, creo que ya sabe cuál fue la razón de mi ausencia hoy, por lo que debo decirle que ahí mismo se cuenta con el armamento de no deberían—.



—Ya tenía ese conocimiento Marius, pero recuerda que ahí se encuentra la razón de que los cristales sirvan, no podemos arriesgarnos a perderlo en un ataque, sin mencionar al Elfo de la realeza, su raza aun es persistente en recuperarlo, o en otros casos vengarlo pensando que ha muerto, son varios factores por los cuales ese lugar es el más reforzado y vigilado, donde quedo el Marius que deduciría esto por su cuenta o me lo aconsejaría—.



Viéndose superado por primera vez por Ares el rubio solo se recostaba sobre su silla bastante agotado, dando un largo suspiro antes de comentar al respecto.



—No lo sé Ares-Sama, últimamente no he podido pensar claramente, tal vez es debido a eso, a parte, la seguridad de Bell es primero, una alteración mía, solo debo descansar un par de días—.



—Como gustes Marius, ya tenemos esto cubierto de momento, deberías descansar un poco tomate el día mañana, si es que ocurre algo te llamaremos, pero mientras es mejor que liberes un poco de tu peso, si todo va tal cual planeamos dentro de un año el ataque a Orario será como lo soñamos y ahí no podrás darte este lujo, así que adelante, puedes retirarte—.



—Con su permiso Ares-Sama—.



Levantándose de su asiento, caminaba en dirección de su habitación, tal vez era lo que necesitaba, descansar un día le ayudaría a relajarse de la situación.



Pasada su rutina nocturna se preparaba para dormir, recostado en su cama volteaba a observar la luna a través de su ventana, su día concluiría de esta manera, pensando en que ocurriría después de hoy.



Prisión de Rakia.





Madrugada.





Los soldados se encontraban en su continuo patrullaje, por razones que desconocían la seguridad se vio gradualmente aumentada, algún problema exterior tal vez, no era su trabajo cuestionar las decisiones de sus superiores, solo acatarían las ordenes.



—Que cansancio, no sucede nada—.





En una de las murallas un guardia exhausto de caminar tanto se recostaba junto a un par de compañeros de patrullaje que compartían su idea.



—Lo sé, este lugar es tan aburrido, prefiero estar en mi cama descansando que sobre proteger a un insignificante par de prisioneros sin valor—.



—Tienen razón, pero no podemos hacer nada al respecto, al menos no por hoy, mañana solicitemos un cambio de posición y largarnos de aquí—.





—Estoy de acuerdo—.



Pero en su conversación no pudieron reaccionar a tiempo y uno de ellos fue decapitado de un momento a otro, antes de gritar y alertar al resto los otros dos fueron atravesados por la espalda, fueron dejados caer al piso tan silenciosamente que nadie se dio cuenta, solo que no tomaron en cuenta que a uno de ellos le quedo la fuerza suficiente como para tomar el báculo en su mano y lanzar un disparo perforando a uno de los perpetradores, haciéndolo caer dentro la prisión al estar parado en el borde de la muralla.



El mismo disparo que generaba una luz perdiéndose en la lejanía, sumado a la caída de un cuerpo alerto a los guardias dentro y debajo, por lo que usaron todo el alumbrado que tenían para iluminar las murallas.



Siendo sorprendidos, pues todos los guardias que había patrullando la cima de los muros estaban muertos, en su lugar se encontraban decenas de hombres vestidos en su mayoría de color negro, encapuchados y muy bien armados.



Esto rápidamente hizo activar la alarma dentro de la prisión, usando las piedras mágicas de todo el lugar para dar el mensaje y hacer sonar las campanas que avisaban de la peligrosa intrusión.



—¡Estamos Bajo ataque, repelen a los enemigos! —.



Fue entonces que la carnicería empezó, decenas de hombres peleando entre si por un secreto que habían descubierto.



Varios de los invasores que descendieron a pelar fueron acribillados casi al momento, tal vez pensaban que Rakia por tener en su mayoría niveles inferiores esto sería pan comido, pero luego de verse algo abrumados por su peculiar fuerza de ataque tomaron acciones evasivas, los encapuchados no paraban de llegar.



De un momento el campo de batalla se anivelo, la razón fue que los encapuchados tomaron la decisión correcta al usar los báculos de los soldados asesinados en la cima de las murallas e intentar atacar de la misma manera, lo que llevo a un completo campo de guerra.



Los invasores dedujeron rápidamente que el secreto de Rakia eran estas y probablemente otras armas ocultas guardadas en el lugar, por lo que no se rendirían en su misión.



Los soldados de Rakia tampoco cedían, matar a todos los intrusos y recuperar el armamento era una prioridad, se verían abrumados si dejaban pasar más tiempo, los sujetos no habían ingresado por el puente, única entrada y salida del sitio, de alguna manera superaron el enorme cráter que rodeaba la prisión, escalaron por los muros asesinando a cualquiera en su camino, esto era malo, ya que solo les dejaba una opción.



—¡Plan de contención, repito!, ¡Plan de contención, ejecutar la orden 66! —.



Al escuchar la voz de una de las autoridades máximas del lugar, varios empezaban a ceder terreno en lo que otros retrocedían, entrando en las chozas, almacenes y estructuras.



Un movimiento que les costaba varios hombres también por consecuente más armas, aunque no parecía importarles.



Algunos ya estaban escapando por el puente dejando a sus compañeros atrás.



En uno de los pasillos subterráneos que conectaba directamente con las celdas en lo profundo del lugar se hallaba una persecución, no había lugar de cubierta por lo que los disparos eran casi a quema ropa, aun así, varios seguían forcejando por escapar, justo en medio del enfrentamiento entre los soldados y los encapuchados paso algo que desconcertó a la mayoría.



La única puerta de acero cayo, cerrando por completo su salida, no siendo la única anormalidad, las piedras mágicas que iluminaban el lugar se apagaron dejando en la oscuridad el pasillo.



Esto detuvo el combate, sin embargo, lo que sucedió atemorizo a ambos bandos, las piedras mágicas generaban una especie de ruido que se repetía, un preámbulo de lo que le seguiría ya que escuchaban una compuerta abrirse pesadamente, seguido de unos pasos en la oscuridad.



Ambos grupos cedían ante el miedo de la situación, no entendían lo que pasaba, pero lo que le siguió disparo una alerta en todos, una respiración sonaba en la penumbra oscuridad, repitiéndose un par de veces antes de que la pesadilla diera comienzo.



Posicionándose para atacar lo que fuera que estuviera ahí los dos bandos se preparaban temblorosamente, sin esperar lo que vieron después.



 (Repetir la cancion o poner en bucle para mejor experiencia)



Encendiéndose como una llamarada, Iluminando el fondo del pasillo con lo que parecía ser una espada de brillo carmesí la figura del chico despertó el pánico en los presentes, su armadura negra y extraña aura que lo rodeaba eran tan poderosas que hizo dudar unos instantes a todos antes de que decidieran atacarlo en conjunto.



—¡Abran Fuego! —.



Aquellos que contaban con los báculos tomaron coraje, desafiando su miedo y disparando en contra del chico.



No obstante, el peli blanco no retrocedió, todo lo contrario, balanceando perfectamente su arma bloqueaba todos los disparos que pretendían darle, avanzando rápidamente hacia ellos.



Esto causo desesperación en los hombres, verlo acercarse de esa manera era un preámbulo de muerte, pero siguieron en su arremetida.



Al cabo de un momento no solo repelia los disparos, sino que los devolvía a varios de ellos asesinándolos al instante, esto para los soldados de Rakia era mucho más desesperante, se suponía que no había nada que pudiera bloquear el ataque de un <Cristal Kyber>



Aun avanzando el albino, continúo desviando los disparos, deteniéndose de ello momentáneamente para extender su mano hacia un encapuchado, este levantaba su brazo cerrando su puño, esto hizo que el sujeto no opusiera resistencia elevándose hasta estrellarse en el reducido techo del pasillo.



Esto lleno el corazón de los presentes de puro miedo, que clase de habilidad era esa que le permitía doblegar manipulando el cuerpo de una persona de tal manera antinatural.



Aunque siguieron en su ataque luego de salir de la impresión, viendo que esto parecía ser inútil, pues su avance no se detenía, fue así hasta estar debajo del encapuchado aun con su puño cerrado, sin piedad alguna giraba su espada cortando al sujeto por la mitad.



Uno de los encapuchados intento aprovechar la oportunidad disparándole casi de frente, ya que el chico bajo momentáneamente su arma, pero sin esperarlo, el chico abría el puño en su mano extendiéndolo delante del disparo, lo que hizo fue un reflejo total, ya que el ataque se devolvió atravesando por completo en pecho del sujeto.



4 de los 6 restantes intentaron retomar valor alzando los báculos, pero para mala fortuna de ellos en albino no bajo su brazo solo lo apunto hacia ellos, cerrando su puño nuevamente mientras lo atraía hacia él, lo que sorpresivamente les arrebato los báculos de las manos cayendo detrás del chico.



Este mismo cortaba de lado a lado a los 4 soldados, la mirada carente de emociones que ahora poseía, pese a estar masacrando a varios hombres daba un indicio de su estado mental.



Luego de acabar con los soldados se acercaba a los dos restantes, uno en pánico corrió hacia la puerta de acero intentando inútilmente de levantarla y escapar, el otro sujeto sin embargo decidió enfrentarlo.



Alzando su báculo para realizar un disparo, no pudo siquiera oponerse pues el peli blanco levanto su brazo cerrando su puño, lo que lo hizo elevarse del piso, sintiendo como si lo estuvieran estrangulando, acto seguido el chico movía con fuerza su brazo a un costado lo que en consecuencia causo que el hombre fuera en esa dirección estrellándose bruscamente contra la pared, salpicando bastante sangre, solo para caer al piso sin vida.



El último hombre ahí había perdido toda su cordura y confianza, se rendía, desesperado por vivir, extendiéndole el báculo al albino, queriéndoselo entregar con tal de que lo deje irse, pegado a la puerta suplicaba una última vez.



—Ten, toma, llévatelo, déjame—.



Aun después de eso, el sujeto fue atravesado por la espada del peli blanco, asesinándolo sin piedad.



La puerta no significo nada para el albino pues con alzar su brazo esta se abrió dejándolo salir directo hacia otra masacre.



Gritos desesperados por querer escapar sonaban en todas partes, lo que confundía a los que no sabían nada al respecto.



Los soldados consiguieron escapar por el puente, escucharon y vieron a la lejanía que la masacre parecía llevar otro rumo distinto, del otro lado del puente aun en la batalla estaban sus compañeros, pero tal vez se trataba de un muy peligroso invasor, no podían dudar en este punto, tomando una muy severa decisión los encargados del lugar gritaron su orden.





—Vuélenlo—.





Sin chistar la orden los soldados que escaparon volaron el puente dejando atrás a todos sus infortunados compañeros, escapando del lugar rápidamente luego de tal acto.



En el borde del otro lado del puente el albino caminaba hasta la orilla, su camino fue explotado deteniéndolo de su avance, limitándolo a estar en este lugar hasta hallar una forma de escape, el brillo de su arma se redujo hasta desaparecer mostrando más a detalle el mango de espada que Bell siempre cargo consigo, contando con el <Cristal Kyber> unido al mango en su punta.



Su tan valorada capa oscura igual completaba el traje ondeándose con el viento, era una formación completamente nueva y diferente a lo que era Bell, solo miro serio el extenso cráter, más al fondo, su vista no le permitía a mas debido a la gruesa capa de humo.



Retirándose a los adentros de la prisión avanzo sin darle importancia a los cuerpos masacrados de decenas de hombres, pero se detuvo un momento al observar a alguien saliendo del mismo lugar que él, un poco agonizante a su vista.



Un elfo de cabello y ojos color jade intentaba caminar sosteniéndose de la pared, solo llegando a un par de metros fuera de su salida, viendo la borrosa silueta del peli blanco acercándose a él cayo inconsciente.



Su verdadero camino comienza aquí, uno que solo le llevaba a un lugar en concreto, pero con un nuevo objetivo en mente.



Recuperar todos los <Cristales Kyber>, una vez visto su potencial se entendió su peligro por lo que no puede estar en manos de nadie, su deber ahora era arrebatarles todos a quien sea que los poseyera.



Y tal vez el elfo frente a él, sería una clave para conseguirlo.





Solo avanzar, solo mejorar.





Cumplir su objetivo, recordó la voz de alguien conocido hablándole acerca de ello, pero eso ya no importaba, regreso sobre sus pasos con el elfo en sus hombros, yendo al cuarto donde lo aprisionaron, volvió para tomar algo que le serviría, el complemento superior de su máscara, esta vez sin ningún temor se la colocaba, estaba listo para iniciar de nuevo, para lo que sea y llevaría consigo todo, incluyendo el nombre que una persona especial le dio.





A partir de hoy seria conocido como...











Darth Vader.













Fin del capítulo.



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Debo admitir que esta parte era de las que mas me entuciasmo escribir, solo que de aqui en adelante se viene lo mejor, hasta ahora solo era explicar el concepto de porque es parte del lado oscuro, ahora se viene la llegada a Orario.



Pdt: Si, el dibujo yo lo hice, hace bastante, esperaba poder usarlo, pero aveces me bloqueo solo en esto de la escritura o el canal de Youtube, sin mas que decir, los veo en el proximo cap.



Que la fuerza los acompañe.

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