Capitulo 3 - La Promesa


Un vacío oscuro y profundo, un abismo tal que te perdías en él, observar lo que tenía de frente era aterrador, pero por, sobre todo, la sensación era familiar, el sentimiento que estaba experimentando era ya conocido.



Miedo.




Podía recordar cuando sintió todas estas emociones ese fatídico día que lo dejaron de lado, ese día en el que fue abandonado por su familia se repetía y ahora solo cerraba los ojos con fuerza tratando de evitar que se repitiera lo acontecido hace años.

Al observar nuevamente notaba una su falta de movilidad, se hallaba aprisionado por una niebla oscura que lo mantenían sentado en su lugar sin dejarle moverse libremente, le costaba respirar hasta que parte de la niebla cubrió la parte inferior de su rostro y delante suyo una luz roja parecía observarlo, no entendía que sucedía y tal vez nunca lo haría, pero escucho atento las palabras dichas por el destello rojo.


-Ha sido tu culpa, fue tu falta de autocontrol, tu ira.... Lo que la mato... Lo que te hizo matarla-.

Por alguna razón esas palabras lo atormentaban, por alguna razón lo que escuchaba le provocaba varias emociones negativas....


Tristeza... Soledad.... Desesperación... e... IRA.

Era tanto el enojo que sentía, tanta rabia que le causaba, todo dirigido hacia la luz roja delante suyo, fue tal que el lugar comenzaba a ser comprimido, todo era aplastado y destruido por una fuerza invisible, cuando sintió su conciencia perderse poco a poco, era como si se le fuera obligado a cerrar los ojos con cansancio.

Ahí mismo antes de que todo se perdiera nuevamente en la oscuridad logro escuchar su propia voz haciendo eco en el lugar.

-Yo te lo prometo.... Padmé-.


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Abriendo los ojos y levantándose de su cama rápidamente, Bell respiraba con algo de dificultad, también lograba apreciarse su sudor en exceso, temblando ponía sus manos en su cabeza intentando razonar lo ocurrido, su mirada aterrorizada disminuía poco a poco hasta que formulo sus palabras.


-¿Fue Un S... Sueño? -.


Recapacitando en lo que estaba haciendo acomodaba sus ideas. Realmente ha pasado bastante, hace tan solo 2 años conoció a su única e inigualable compañera y amiga Padmé, mismo día que despertó sus habilidades aún punto incomparable, su potencial como guerrero alcanzo niveles grandiosos, siendo que sus aumentos de nivel eran en tiempo record, gracias a su habilidad < Deseo Inquebrantable>.


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Pensar que sus entrenamientos y por ende sus maestros fueron hasta el extremo de ser crueles con él, todos exceptuando Marius parecían no confiar en su potencial, el resto le hacían verse como una basura, aunque para el punto que se encontraba ahora, solo el Rubio y su maestro más cruel, Mace Windu, podían enfrentarlo, este ejército, este reino llamado Rakia contaba con un sinfín de soldados de niveles uno, pero su fuerte estaba en sus mejores guerreros medidos en cuanto a su capacidad, fuerza, destreza y potencial.

Todo siendo encabezado por Bell, Actual nivel 4 a mediados de camino, favorito de Ares y el guerrero más joven de todos.

Seguido de Mace Windu, un completo maestro en el uso de la espada, veterano de grandes guerras de Rakia, un fiel seguidor de Ares, su apariencia concorde a su edad, un hombre de mediana edad de tez oscura, sin cabello, con un duro carácter, cosa que dejo clara al mostrarle al peli blanco quien era el que estaba a cargo, por medio de intimidaciones y heridas que quedaron marcadas en el chico.

Por tercer lugar estaba Martinus Rakia y Marius Victrix Rakia Rey y príncipe de Rakia ambos Niveles 3 a mediados de camino, aun así, había una lista de guerreros excepcionales en el ejército, pero encabezándola, sin duda, era la persona más cercana a Bell. < Padmé Amidala > actual nivel 3 a finales de camino, su sigilo y habilidad en combate era mucho mejor que cualquiera en el reino, podría compararse con algún guerrero del mismísimo Orario pese a su joven edad.


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levantándose de su cama por fin daba el paso a iniciar un nuevo día, vistiendo su ropa de combate apresuraba el paso, realmente su traje era algo complejo, un traje negro recubierto con partes de armadura de un metal resistente y ligero adaptado al estilo de combate del chico, en parte de los antebrazos, codos, rodilleras y botas, contaba con unas hombreras y pechera oscuras las cuales le protegían de ataques mortíferos, esto último a petición de Padmé.

También llevaba consigo una Katana con funda roja la cual fue entregada a él a orden de su Dios.

Ya una vez listo por fin salía de su cuarto, hoy mismo tendría una reunión importante con Ares y algunos comandantes de Rakia, este sería un asunto a tratar en persona, por lo poco que se enteró de parte de Marius era con respecto a un posible traidor en Rakia, esto sería en un par de horas y se le hacía tarde, sabía que muy seguramente lo estaba esperando su transporte.

Afuera de su mansión le esperaba un carruaje con dos conocidos suyos ya adentro, subiendo sin perder el tiempo se sentaba algo avergonzado a un costado de Marius, quien lo observaba esperando una respuesta.

-¿Puedo saber el motivo de tu inpuntualidad Bell? -.

Presionado tan solo con la mirada el Peli blanco guardaba silencio, no queriendo decir el verdadero motivo de su tardanza, por lo que dirigiendo su mirada hacia el frente notaba el rostro acusador y molesto de su compañera más cercana.

-Y bien Bell ¿Cuál fue la razón de que no llegaras a la hora acordada? -.

Bell, ya resignado, agachaba la mirada y era sincero en sus palabras, esperando que le perdonaran el tiempo perdido debido a él.

-P... Perdón, yo solo... Me quede dormido-.

Esto era ya sabido por sus acompañantes, quienes solo se limitaron a suspirar con molestia, el viaje ya de por si era largo así que iniciaron su recorrido hablando de las reprimendas que recibiría después por sus acciones, hoy estarían ocupados buena parte del día.

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Cuando el carruaje detuvo su andar los 3 bajaban algo fastidiados, las brutales horas de transporte entre bases secretas de Rakia eran un tormento, aunque esta por esta ocasión se requería la presencia del albino.

-Ahh, Por fin hemos llegado, bueno esto será rápido para ti Bell, luego del tema a tratar contigo puedes irte a tu entrenamiento-.

Apresurando el paso el rubio le hacía saber un detalle que le alivio un poco al chico.

-Lamento que a partir de este punto no puedas acompañarnos señorita Padmé, espero que entienda que esto es un tema confidencial-.

-También lamento eso Padme, tener que acompañarnos y esperar a nuestro entrenamiento-.

Ambos chicos se disculpaban con la pelinegra por los inconvenientes que le causaban, pero esto no parecía molestarla, tomándoselo a bien ella negaba con la cabeza respondiéndoles.

-No hay nada de que disculparse, yo acepte esto sabiendo de antemano que sucedería algo así, no se preocupen, los esperare aquí, solamente no tardes demasiado Bell, recuerda que debes mejorar en el entrenamiento que hemos practicado-.

Despidiéndose, ella detenía su caminata, yendo a sentarse en un lugar donde relajarse unos momentos, por otro lado, Marius y Bell se adentraban por las puertas principales de la base, un lugar bastante fortificado, contando con una muralla de 20 metros de alto que rodeaba la base entera, la artillería que vigilaba el acceso al punto más protegido les dio paso a los dos al momento de verlos llegar, sin ningún inconveniente recorrían los largos pasillos del lugar.

Deteniéndose en frente de una puerta muy llamativa la cual contaba con el símbolo de la familia Ares a sus costados, los dos se miraron el uno al otro antes de asentir, abriendo las puertas ingresaban al sitio donde ya había 3 personas adentro.

A la cabeza la gran mesa se encontraba su Dios Ares platicando de algo con sus 2 acompañantes hasta que noto a los dos que acababan de llegar.

-Ohh Bell, Marius, es bueno ver que ya llegaron, tomen asiento falta que lleguen algunos de los comandantes y generales para que demos inicio a esta reunión-.

Sentándose juntos, ambos miraban como la plática del Dios continuaba con los otros miembros del lugar, siendo el rey de Rakia Martinus y el comandante Mace Windu quienes se hallaban a los costados de la deidad, sea lo que fuera que hablaran parecía ser un tema a tratar urgente.

Poco a poco la sala se empezaba a llenar teniendo a los pocos comandantes y generales con los que contaba el reino, reunidos a discutir un tema en particular, todos los presentes guardaron silencio al momento de que Ares hablara para todos, dando por iniciada la reunión.

-Bien, subordinados míos, los he reunido para tratar varios temas de suma importancia, pero antes vayamos con uno de los más importantes, razón por la que te cite hoy Bell-.

Volteando a ver al albino este asentía, dándole seguimientos a las próximas palabras de la deidad, ahora confirmando parte de sus sospechas.

-Bueno, como algunos ya sabrán estamos en pleno abastecimiento de armas y recursos para el reino, una carga importante llegara en una semana, en la Sexta base ubicada en la cima de la montaña llamada Coruscant, pero hay un gran inconveniente.... Hemos descubierto que un grupo rebelde del reino planean atacar la base cuando llegue el transporte, por lo que sabemos dentro de esa base hay un grupo de traidores al reino los cuales robaran nuestro armamento, ahí es donde entras tu Bell, hemos planeado que tu junto a Marius y Windu lideren un contra ataque al instante y capturen a todos los traidores que puedan, claro está, si son muy peligrosos no duden en usar la fuerza letal para contener la amenaza-.

Las palabras dichas por Ares levantaron algunos murmullos entre los presentes, sin embargo, algunos levantaban sus manos para intentar dar sus puntos de vista.

-Ares-Sama, si los traidores están en ese lugar ¿porque nos arriesgamos a que puedan robar el cargamento? ¿No sería mejor ir todos ahora mismo a descubrir quiénes son y hacerlos pagar? -.

Uno de los generales expresaba sus pensamientos al momento de cedérsele la palabra, a lo que sus dudas fueron respondidas al momento.

-Es bastante claro porque, hemos decidido no llevar por completo el cargamento, solo una parte será transportada, esto con la intención de que, si uno de los que abastecerá los transportes resulta ser parte de los traidores no de una clase de aviso al resto, solo así mostraran sus intenciones y cuando lo hagan tener listo el contra ataque, igual con este método evitaremos cualquier ataque durante el viaje, ellos saben que la ruta que tomamos es información confidencial limitada a los que estamos presentes en esta sala, si no hay advertencia alguna acabaremos con el grupo infiltrado dentro de la base, claro si pueden, capturen a los que sean posibles-.

Dando un asentimiento todos en la sala se organizaban, si esto era como planeaba el Dios se asegurarían de sacar repeler cualquier amenaza.

-Como ya lo dije, Bell, Marius, Windu, ustedes encabecen esta operación, mañana desde el amanecer ya deberán estar en Coruscant, su infiltración debe ser lo más sigilosa posible, deben mantenerse ocultos hasta que sea el momento justo, nadie fuera de esta reunión sabrá que se encuentran ahí, solo así lograremos que se confíen para que se revelen, por lo que, esta misma noche partirán allá, no levanten ninguna sospecha y no deben de hablarlo con nadie, estén preparados para el combate, a media noche se les enviara el transporte designado, hasta ese momento, hagan sus tareas del día con normalidad-.

Terminando su explicación Ares extendía una mano señalando al albino que de cierta forma resentía las miradas algo molestas del resto de miembros de la sala, en especial de Windu.

-De tu parte seria todo Bell, puedes retirarte, recuerda todo y lleva con normalidad tu día, necesitaremos que estés a tu máximo potencial, no sabemos qué tan peligrosos puedan ser-.

El Peli Blanco levantándose de su asiento hacia una reverencia despidiéndose, saliendo del lugar iba en camino a reunirse con su compañera, era cierto que su visita fue de lo más rápido, pero entendió que este era un asunto en extremo confidencial, por lo que su presencia era requerida para evitar filtraciones por parte del grupo rebelde.

Viendo a la peli negra sentada en el pasto del lugar, meditando, él se acercaba y se ponía a un costado de esta, acción que no había pasado desapercibido por la chica que expreso su duda segundos después de la aparición del albino.

-¿Eso fue todo? Tardaste relativamente poco o acaso metiste la pata como siempre he hiciste que te sacaran a la fuerza-.

-Muy graciosa Padmé, no, no pasó nada de lo que dices, solamente me citaron para discutir asuntos con respecto a mis nuevos trabajos a realizar en un par de días-.

Inventando una razón distante de la realidad de los hechos el albino empezaba a caminar hacia su transporte a su lado la peli negra le seguía el paso divertida de la reacción algo molesta de Bell, terminando de recordarle lo que debían hacer hoy.

-Bueno, ya no te molestes, solo bromeo, mejor apresurémonos a ir al campo de entrenamiento, debes pulir tu técnica a la hora de desviar ataques asesinos a tu persona, luego vayamos por algo de comer-.

Dejando sus actitudes profesionales, sonreían como la gran amistad que eran, la peli negra dio varios pasos por delante del peli blanco y tomando su mano le hacía apresurar el paso, mostrando una actitud fuera del estoicismo que mostraba a todo el mundo, su sonrisa tan brillante y pura había quedado marcado en la mente del albino, sonrojándose por tal vista desviaba un poco la mirada, dejando que la chica lo guiara hasta subir dentro de su transporte.

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Mientras tanto.



Sala de Reunión.


-¿Ares-Sama el chico todavía no sabe es exactamente el transporte? -.

Un comandante lanzaba su duda, recibiendo una respuesta clara por parte de su Dios.

-No, aun no debe saber acerca de los < Cristales Kyber >, no sabemos cómo de poderosa pueda llegar a ser una reacción de la gran cantidad de cristales con Bell, no podemos perder estos 3 años de arduo trabajo, durante todo este tiempo hemos conseguido un centenar de ellos, daremos un poco más de tiempo a Bell para que se prepare y entrene de manera adecuada, por lo menos hasta estar al nivel de los guerreros de Orario, solo dominando su poder aseguraremos nuestra victoria.

-Pero Ares-Sama el chico ya es tan fuerte como Windu, con lo que tenemos sería suficiente para obliterar a Orario, sin mencionar los cristales-.

El silencio se hizo presente en el lugar, no por lo loco que sonaba atacar en estos momentos a la cuidad laberinto sino por la osadía de comparar a Bell con Windu, de antemano se sabía que era una ofensa para él, lo que al hombre le había tomado, décadas, años de sudor y máximo esfuerzo, entrenamiento y práctica, todo eso era alcanzado fácilmente por un niño en tan solo un par de años, así que ya podían esperar una reacción agresiva por parte del hombre.

-Como ya ha dicho Ares-Sama, al muchacho le hace falta mucha práctica, si atacamos de una vez perderemos todo lo que hemos conseguido estos años, intenta tener un mínimo de pensamiento racional y no digas estupideces, no tenemos por qué adelantarnos y arriesgarnos a una derrota si podemos esperar a una victoria segura-.

La voz de Windu dejo en claro su molestia, a pesar de no mencionar al peli blanco era obvio que la mayor parte de su disgusto era por él, así que lo dejo de lado a un lado solo para mencionar la gran equivocación del comandante.

-Entonces ya aclarado esto, deberemos seguir con los tipos de deberes a realizar antes de la misión, recuerden que nada se le debe mencionar a Bell-.

Finalmente, el Dios sacaba parte del hostil ambiente que se había formado en el lugar, en lo que quedaba de horas se organizaría con todos a la vez y pulirían los detalles de la misión.

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Campo de entrenamiento.

Horas más tarde.

Dentro de un cuarto semi oscuro había un albino en guardia, miraba analizadoramente a su alrededor, este esperaba cualquier indicio de ataque para reaccionar, toda su concentración estaba puesta en su defensa, en ese momento escucho, a su espalda, como el viento se cortaba y algo se dirigía a toda velocidad, directo a él.

Rápidamente, giraba sobre sí mismo, usando su espada, desviaba un cuchillo, pero dándose cuenta rápidamente, tomaba su posición defensiva más practicada, bloqueando a gran velocidad, desviaba varios de cuchillos y dagas que eran lanzados en su contra, en sincronía de su postura, lograba poner el filo de su espada en la dirección correcta de donde provenían los ataques lo suficiente como para desviarlos a un lado suyo sin moverse de su lugar.

Cuando sintió que la última arma arrojada a su persona caía sórdidamente al piso tomo un respiro, mirando en la parte oscura del lugar observo como una silueta se colocaba en frente de el con una sonrisa.

-Perfecto Bell, ya dominas este tipo de postura-.

Sentándose en el piso Padmé daba unas palmaditas al costado de ella dándole la señal al albino de sentarse a su lado, cosa que fue seguida por el chico quien, un poco más exhausto por ser al blanco de tiro en el entrenamiento, se acostaba por completo, estirando su cuerpo para relajarse, le hablaba a la pelinegra.

-G... Gracias, sin tu ayuda no podría entrenar este tipo de cosas, eres realmente espectacular Padmé-.


Ante las palabras del chico se sonrojo bastante mirando hacia su costado y cambiando de tema a uno menos incomodo le hacia una pregunta que le divertía hacer cuando quería molestar a Bell.

-N... No, no tienes que agradecerme nada, yo la paso bien, P... Por cierto, ¿no has elegido tu apodo? -.

-No de nuevo-.

Resignándose el Peli Blanco cerraba los ojos solo para escuchar, a la chica a su costado le encantaba molestarlo así, desde que supo que él no tenía segundo nombre o apellido y ya hace medio año con su rápido aumento de nivel, se disponía día con día a buscarle un Alias, Apodo o Sobre nombre con el que lo conocerían a futuro, parecía que hoy no sería la excepción.

-He pensado bastante esta vez, podrías llamarte...-


-Bell Bright...-


-O... Rabbit Brigth-.



-Darth Bell...-


-O... Bright Vader...-


-Ya sabes, algo que valla con tu aspecto y tu gusto por los trajes oscuros que usas, como el que siempre llevas puesto, contrario a tu pelo blanco-.

-Ohh, Ya se, la mejor opción...-


Haciendo una pausa dramática agachaba su cabeza y juntaba sus brazos, todo para alzar la vista lentamente, extendiendo poco a poco sus brazos.

.

-DARTH VADER-.

.


Abriendo los ojos y levantándose, el peli blanco reaccionaba positivamente a un nombre dado por su compañera, ese último apodo le había gustado.

-Oye, ese último no está mal, de hecho, me gusta... como se te ocurrió Padmé-.

-No sé, simplemente se me ocurrió, pero está decidido, a partir de ahora llevaras el nombre de Darth Vader a la grandeza, no me decepciones, haz grandes hazañas-.


Señalándolo con su dedo la peli negra parecía algo triste, para Bell no pasó desapercibido esto, así que coloco una mano en su hombro preguntándole acerca de su situación.

-Padmé, ¿Sucede algo?, pareces algo decaída, ¿es algo que te moleste de mi o de algo en particular? -.

Al percatarse de que muy posiblemente su mirada la delataba recomponía su postura negando con la cabeza.

-N... No es nada, solo te he querido dejar algo que recuerdes por siempre, tal vez no estemos así para eternamente, por lo que pensé en un pequeño detalle para ti, aun así, Bell, ¿puedes prometerme, que pase lo que pase, harás lo correcto y ayudaras a las personas que lo necesiten? -.

Extendido su mano, levantando su meñique la pelinegra, parecía que le suplicaba, a punto de llorar, al albino, quien no entendió porque su compañera actuaba de esa manera tan repentinamente, pero dejando de lado eso respondía a la acción.

-Yo te lo prometo Padmé.... También te prometo, estaré siempre contigo, aun queriendo el mundo en contra-.

Con sus meñiques entrelazados la chica soltaba unas pequeñas lágrimas que rápidamente limpio con su ante brazo, finalmente sonriéndole al chico.

-C... Creo que ya es tarde, tu transporte llegara en cualquier momento, yo deberé hacer varias cosas aquí mañana por lo que me quedare esta semana y no nos podremos ver, igualmente, agradezco esto Bell, adiós-.

Despidiéndose del peli blanco se levantaba para irse, deteniéndose unos momentos antes de salir del lugar, se dio media vuelta viendo que al albino ya estaba de pie se acercó firmemente a él, su cabello cubría sus ojos hasta el momento en que se detuvo delante, ahí mismo con toda la fuerza de voluntad que tenía, tomaba a Bell de su camisa con ambas manos y le daba un beso rápido en los labios.


No fue por mucho tiempo, fue un instante, pero fue una sensación que lo hizo parecer eterno, no supo reaccionar a tal acción, solo se quedó mirando a su compañera salir rápidamente de la habitación con el rostro sonrojado a mas no poder, mientras que él tenía una mano en su boca intentando procesar lo ocurrido.

Quería decir algo, pero las palabras no salieron, solo se observaba estupefacto, aun cuando estuvo por horas en su transporte de camino a casa, aun cuando ceno, incluso ahora que estaba recostado es su cama a punto de dormir.


Pegando su rostro contra la almohada sonreía ampliamente por lo ocurrido, aquella sensación tan cálida le hizo mantenerse un par de horas despierto y antes de caer en el profundo sueño tenía una meta a alcanzar, un objetivo, un propósito claro por el cual luchar....






Una Promesa.










Fin del capítulo.

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