9. ¡El tren de la muerte!


—¡Rápido cierren la puerta! —ordenó Melissa alzando su voz para que la escucharán.

Jimin cerró la puerta y se quedó detrás de ella, Ronald también se quedó en la puerta para no dejar pasar a los zombies.

—¡Vengan! Aquí en el último baño está el escape —decía el profesor Dino bajando la válvula del baño.

Cuando bajó la válvula retrocedió y rápidamente el baño dio la vuelta cambiando por un tubo muy grueso.

—Ahora entiendo porque nunca nos dejaban ir a ese baño —dijo Jimin esbozando una sonrisa.

Los zombies llegaron a la puerta y forcejeaban intentando entrar pero Jimin y Ronald no los dejaban. El profesor Dino fue el primero en tirarse por el gran tubo rápidamente cuándo vio que los zombies llegaron al baño.

—¡Sigan chicas! —les decía la militar a las jóvenes estudiantes.

Milena se lanzó inmediatamente después del profesor.

—Vayan chicas rápido —gritó Ronald mientras sudaba por tener la puerta.

—Rápido chicas —les dijo la militar pero al ver que no bajaban ella fue la siguiente en lanzarse.

La única razón por la que no se lanzaban Danissa era porque no querían que Jimin muriera.

—Rápido chicas, cuando ustedes bajen nosotros saldremos corriendo inmediatamente. No se preocupen por nosotros —les decía Jimin mientras sus brazos temblaban al no poder aguantar más.

Ellas asintieron y se lanzaron cogidas de las manos las dos.




El tubo era muy acolchado especialmente diseñado para la comodidad de cualquiera que pasara por ahí.

—¡Wow! ¡Que suavecito! —exclamó Melissa mientras bajaban por el tubo— Suave como algodón.

—¡Uy Meli pícara! —comentó Daniela riendo.

—¿Qué? ¡Oye na! —le respondió Melissa riendo también.

No tardaron mucho en llegar al gran túnel.

—¿Qué es todo esto? —preguntó Milena mirando al rededor del gran túnel.

—¡Sí!, ¿cómo es posible qué todo esto exista debajo de un colegio? —preguntó la militar mirando al profesor.

—Eso mismo me pregunto yo -—dijo Daniela aún asombrada.

—¡Yo igual! —dijo Melissa.

—Sí, sí todos estamos sorprendidos —dijo el profesor Dino sarcásticamente— Está bien yo les explicaré.

—¡No espere! —habló Melissa levantando su mano derecha de igual manera como lo hacen los estudiantes cuando saben la respuesta de algo que el profesor les preguntó.

—¿Por qué? —respondió con una pregunta el profesor Dino.

—Porque aún faltan y debemos esperarlos —explicó Melissa mirando el tubo.

—¿Y eso qué tiene q...? —preguntó el profesor Dino pero no pudo terminar ya que arriba en los baños se escuchaban muchos disparos y gritos también.

—¡Ah! —se escucharon gritos que venían del tubo.

Eran Jimin y Ronald que bajaban.

—¡Corran ahí vienen! —gritó Jimin muy alertado.




Todos siguieron al profesor.

—¿A dónde vamos? —preguntó Ronald mientras corría al igual que los demás.

—Acá hay un tren nos subiremos inmediatamente a él —respondió el profesor señalando hacía adelante.

Siguieron avanzando pero los zombies no estaban tan lejos de ellos.

—¿Ese es mi capitán? —preguntó la militar muy asombrada al ver a su capitán transformado en un zombie.

—¡Sí! Él apareció así de repente -—respondió Ronald.

La militar se detuvo por un momento y Jimin al darse cuenta de eso la haló de su brazo y se la llevó inmediatamente.

—¡Ahí está el tren! —exclamó Milena de alegría señalando el tren.

Todos subieron inmediatamente al tren y cerraron las puertas. El profesor comenzó a manejar el tren manualmente.

—¡Haber explíquenos profesor! Porque creo que todos queremos saber, ¿cómo es posible que debajo de un colegio haya un túnel enorme con un tren? —preguntó la militar Wagner poniendo su arma en un asiento cerca de ella.

El profesor Dino dejó de manejar poniendo el piloto automático. Se acercó dónde estaban todos los demás.

—¡Bueno les explicaré! —dijo el profesor poniéndose serio en ese momento.

-—Este túnel se creó hace más de un año por si algún peligro o alguna catástrofe sucedería en el colegio, pero solamente lo conocíamos los profesores, no sé más —continuó el profesor Dino.

Luego se levantó y decidió seguir manejando el tren. Nadie más preguntó algo.





Mientras iban en el tren se sentían más tranquilos y en calma.

—¿Por cierto es verdad que al colegio llegó la muestra del virus que causó todo esto? —preguntó Jimin acomodando su cabello hacía un lado debido a que lo tenía un poco desarreglado por todo el trajín que había vivido.

—¡Sí! No sabemos si fue un profesor o un estudiante el cual pidió la muestra. Tampoco sabemos porque lo han pedido, es muy raro todo lo que está pasando —respondió la militar mirando enseguida al profesor ya que no confiaba plenamente en él.

—¡Sí rarísimo! —exclamó Melissa frunciendo levemente.

La conversación fue interrumpida por un ruido que provenía de la parte trasera del tren.

-—¿Qué fue eso? —preguntó Daniela un poco asustada.

—No sé, parece que fue en la parte trasera del tren —respondió Ronald levantándose.

—Iré a mirar —dijo Jimin agarrando su pistola.

—Yo voy contigo... —dijeron Danissa al unísono— Decimos nosotras vamos también.

—Será mejor que vayan tres por sí acaso sucede algo, ya murieron muchas personas y ahora solo quedamos siete —dijo la militar cargando su arma dispuesta a todo.

—Entonces iremos los tres —comunicó Jimin señalando a Daniela y a la militar.

Ellos tres fueron inmediatamente a ver que sucedía en los últimos vagones del tren.

Melissa quedó insatisfecha por no poder ir.




—Nada por aquí —decía Daniela revisando los asientos.

—Por acá tampoco hay nada —exclamó Jimin quién también revisaba por los asientos.

—¿Qué fue eso? —preguntó Daniela al escuchar otro ruido más fuerte.

—¡Viene de allá, vamos! —dijo la militar señalando el último vagón del tren.

Jimin y Daniela la siguieron.

La militar revisaba sigilosamente por los asientos hasta que pudo ver una sombra en un asiento de atrás.

—¿Quién eres? —preguntó la militar apuntando con su pistola.

—¡Responde!, ¿quién eres? —dijo Daniela apuntando también.

Aquél sujeto se levantó y rápidamente corrió hacía ellos con la intención de atacarlos pero la militar lo detuvo disparando en su frente.

—¡Bien! —exclamó alegre Daniela chocando palmas con Jimin.

—No creo que deban relajarse mucho —comentaba la militar con cierto tono de voz que expresaba miedo.

—¿Por qué? —preguntó Daniela intrigada.

—Porque hay más zombies —gritó la militar retrocediendo.

Muchos zombies se acercaban a hacía los tres con gran velocidad pero ellos les disparaban.

Corrían hasta llegar al quinto vagón. Cuando llegaron ahí cerraron la puerta inmediatamente y siguieron corriendo hacia los demás vagones restantes.

Los zombies forcejeaban y golpeando con algo de fuerza bruta lograban pasar de vagón en vagón.




—¿Qué pasó? —preguntó Milena viendo como llegaba todos agitados y jadeando.

—¡Zombies! —fue lo único que respondió Daniela en ese momento.

—¿Hay zombies en el tren? —preguntó Melissa muy preocupada— Lo que faltaba...justo cuando pensé que estábamos a salvo.

—Sí muchos, y vienen hacía nosotros —respondió Jimin mirando desde la puerta.

—Debemos acabar con ellos —comentó Ronald cargando su arma para disparar.

—¡Sí! No debemos rendirnos...los venceremos —dijo Melissa alzando su pistola.

—¡Sí! —exclamaron todos con fervor dispuestos a matar zombies. 

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