11. Alpha


—¡Vamos rápido! —decía Jimin un poco asustado, cosa que se pudo evidenciar ya que estuvo a punto de dejar caer su arma pero reaccionó rápido con la cual no la dejó caer.

Ellos seguían escapando a toda prisa por los demás vagones.

—Falta poco para que se acaben los vagones, ¿qué haremos? —les comunicaba Daniela a los demás.

—Saltaremos... —respondió Melissa con una seriedad increíble.

—¿Es enserio? —preguntó Milena incrédula con la decisión de Melissa.

—Pero el tren está andando aún —comentó Ronald.

—La única opción que nos queda es saltar —les decía la soldado Wagner mientras sacaba una granada de su bolsillo.

—Cuando yo les indique ustedes saltarán y yo lanzare la granada a ese monstruo —les comunicaba ella.

—¿Pero y usted soldado? —preguntó Melissa mientras seguían corriendo.

—¡Tranquilos!, no se preocupen por mí... ustedes solo escuchen mis órdenes —respondió la militar súbitamente.

—Está bien sí esa es su orden la acepto —dijo Jimin haciendo el saludo militar.

Todos avanzaron hasta que llegaron a la puerta del último vagón.

Todos miraban los rieles, ninguno quería lanzarse por miedo a golpearse de forma grave o aún peor morir en el intento.

—¡Ahí viene! —exclamó Ronald alertando a los demás.

—Chicos ahora —les ordenó la soldado Wagner.

Melissa quién era la primera cerró sus ojos y luego los abrió para lanzarse. Inmediatamente Daniela y Milena se lanzaron juntas. De ahí Jimin y después de él Ronald.

Mientras se lanzaban uno por uno gritaban muy fuerte al hacerlo.

—Bien es ahora o nunca —dijo en voz baja la soldado sacando el seguro de la granada.

El monstruo cuándo ya estaba más cerca de ella se lanzó para matarla de un solo mordisco abriendo su gran trompa. La militar aprovechó eso lanzándole la granada en la trompa, inmediatamente el monstruo se la tragó.

La soldado se lanzó con gran velocidad. El tren seguía andando y después de unos segundos explotó el último vagón y seguidamente los demás vagones.

Al final el tren quedó inclinado para la izquierda totalmente dañado.




Todos un poco golpeados por el impacto avanzaron hasta unos asientos que quedaban en el lado derecho del túnel.

—Chicos, ¿cómo están todos? —preguntó Daniela mirando a todos procurando que se encuentren en buenas condiciones.

—Un poco golpeados... — respondió Melissa tocando su pierna tratando de aliviar el dolor que le aquejaba.

—Sí, no estamos tan mal —contestó Milena con el tono sarcástico que siempre la caracteriza.

—Y ustedes chicos, ¿cómo están? —preguntó Melissa mirando a Jimin y a Ronald.

—Bien —respondió Ronald moviendo su cabeza de arriba abajo.

—Sí, no es nada grave —Jimin sonrió cuándo dijo aquello.

—Y la soldado Wagner, ¿dónde está ella? —preguntó Ronald mirando a todos lados de manera muy similar a como lo hacen los niños pequeños cuando no ven a sus madres.

Jimin se levantó lentamente, los demás hicieron lo mismo.

—Allá está, miren —dijo Milena señalando las carriles del tren.

—Ya voy por ella, esperen aquí —Jimin intentó bajar rápidamente para ayudar a la mujer militar pero una voz totalmente desconocida tanto para él como para el resto lo detuvo.

—Alto ahí, no irás a ningún lado y ustedes tampoco —se escuchó una voz un poco ronca.

—¿Quiénes son ustedes? —preguntó Melissa mirando de pies a cabeza a siete personas que acababan de llegar.

Entre todos ellos cuatro personas llamaban su atención. El primero era el hombre que les había hablado el cuál andaba con un mandil que le llegaba un poco más abajo de sus rodillas, alto, con músculos pero no tan marcados pero se notaban si se lo quedaba mirando fijamente, de piel pálida era como si saliera muy poco al sol o quizás nunca.
El segundo era un hombre un poco despeinado y al igual que el primero llevaba un mandil, parecía ser pariente del primero debido a que el color de sus ojos era muy similares al igual que la forma de su nariz pero una de sus diferencias notables con el primero era su delgadez. La tercera era una mujer que demostraba ser ruda no solo por su vestimenta sino por su rostro serio y con algunas ojeras y a diferencia de los dos primeros ella era mucho más musculosa cargaba un arma que parecía ser pesada. El cuarto y último que llamaba la atención era un hombre moreno con barba, vestido de la misma forma que la mujer y al igual que ella llevaba un arma pesada también. Pero lo que más se notaba de él era su gran pero gran melena de color rojo al igual a la gran cicatriz que pasaba por su mejilla izquierda.

—Permítanme presentarnos, nosotros somos la corporación Alpha y Omega como observarán en el pecho de nuestra ropa —comenzó a hablar nuevamente aquél sujeto que no inspiraba confianza en los jóvenes estudiantes.

Todos los siete que estaban ahí llevaron su mano al pecho para que los chicos observarán su logo. El logo era de una A mayúscula de color plateado cruzada con el símbolo omega el cuál llevaba el mismo color.


—¿Qué hacen aquí ustedes? —preguntó Daniela mientras con precaución tocaba su pistola lentamente.

—¡Hey! No interrumpas niña choclo —exclamó aquél hombre

—¿Choclo? —preguntó Daniela desentendida.

—Sí choclo —repuso él.

Daniela miró rápidamente a Melissa porque no entendía nada.

—Veo que no entienden, choclo porque tiene granos en su cara —explicó el científico haciendo que todos rieran.

—Y tú, ¿de qué te ríes niña esqueleto? —le preguntó el científico a Milena haciendo que deje de reírse inmediatamente.

Jimin trató de disparar pero la mujer musculosa no lo dejó ya que apuntó su frente con su arma.

—Perdón por todo esto, me desvíe... sigamos. Yo soy el Dr. Richard Harper y el que está a lado mío es mi hermano el Dr. Louis Harper, nosotros dos somos los creadores de la corporación ósea nosotros dos fuimos los creadores del Virus FYB que es él ha causado que todos las personas del colegio se conviertan en zombies —explicaba el científico mientras movía sus manos al hacerlo.

Melissa intentó atacarlo pero falló debido a que el científico le dio una patada.

—Maldito vas a pagar —exclamó Daniela lanzándole su pistola en la cabeza del Dr. Harper.

El Doctor pasó su mano sobre su frente que era la zona en donde le había caído el arma.

—Niñas tontas —les gritó muy enojado a Danissa.

Un hombre de la corporación cargó su arma para dispararles pero el otro doctor lo detuvo.

—No espera, matarlas a ellas y al resto sería muy fácil. La mejor manera de castigarlos es probando la nueva mejora del Virus FYB con ellos, así saldremos de las dudas con esta nueva actualización que hemos hecho hermano —decía el Dr. Louis Harper entre risas.

—No lo harás —se escuchó hablar una voz familiar para los jóvenes quién era nada más y menos que la soldado Wagner.

—Atrás niños —les avisó la militar mientras comenzó a disparar a los sujetos de la corporación Alpha y Omega.

—No lo creo —mencionó el Dr. Richard Harper mientras deslizaba su mano derecha en el aire haciendo aparecer un campo de fuerza para protegerse él y a sus demás secuaces.

—Corran chicos, rápido —les gritaba la militar herida.

Los jóvenes no corrieron sino más bien comenzaron a disparar porque creían tener esperanzas de matar a los creadores del virus y salir del túnel, pero sus esperanzas se esfumaron cuándo la mujer musculosa mató a la soldado Wagner disparándole directamente en el corazón.

La mujer musculosa reía maliciosamente mientras veía caer a la militar. Los jóvenes estudiantes viendo la escena quedaron asombrados y por lo tanto distraídos lo que aprovecharon los hombres de la corporación y los agarraron.

Les colocaron sogas en sus muñecas y en sus tobillos a todos.

Dos de los siete hombres llevaron hacia dones estaban los doctores una caja grande. Los doctores inmediatamente la abrieron. Una vez abierta la caja los dos sacaron una jeringuilla cada uno las cuáles iban a aplicarles a los jóvenes. Ellos estaban muy asustados porque iban a ser convertidos en zombies.

—Hagámoslo al mismo tiempo, ¿qué te parece Louis? —preguntó entre risas maquiavélicas el Dr. Richard a su hermano.

—Eso es... perfecto —respondió el Dr. Louis devolviéndole la sonrisa, ya que eran tal para cual.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top