CapituloXXXII:💋"Fake love"💋
⚠️ Advertencia: Lenguaje extremadamente ofensivo y comportamientos homofóbicos. ⚠️
No tenía idea de lo que Emanuele hacía en mi casa al lado mio. ¿Por qué estaba ahí? No lograba recordarlo, vi la cara destrozada de Danny y sé justamente lo que está pensando, lo que cualquiera pensaría si encuentra a su pareja en esa situación.
—Baby no, no es... —No terminé la frase porque Danny salió huyendo, lo único que pude pensar en ese momento fue en salir huyendo tras él a pesar de estar completamente desnudo, salió del apartamento y lo seguí, tomó el ascensor cerrando las puertas en mis narices, bajé corriendo las escaleras para darle alcance, tenía que hablar con él explicarle.
Llegué abajo en el momento en que Danny salía por la puerta principal del edificio yo salí a la calle tras él haciendo caso omiso a las miradas escandalizadas de los transeúntes, vecinos o el recepcionista que me llamaba supongo que apelando a mi cordura. Danny ya estaba dentro del auto poniéndolo en marcha.
—¡Daniele detente!— grité, pero él arrancó dejándome hecho trizas.
Sentí como ponían algo sobre mis hombros, el chico de la recepción me puso un albornoz en los hombros, yo lo mire sin decirle nada me lo coloqué bien, entre y subí a mi apartamento sin creer lo que había pasado haciendo un esfuerzo sobrehumano para recordar la noche anterior.
Al entrar en mi apartamento ahí estaba Emanuele sentado en el desayunador tomándose una copa de vino con esa cara de maldito desgraciado, me daban ganas de asesinarlo en estos momentos.
—¿Ya se fue el conejito?— preguntó con ese tono sumamente irritante.
—Lárgate de mi casa.— dije apretando los dientes.
—¿Así me tratas luego de la gran noche que tuvimos?— preguntó con su tono meloso
Yo di un fuerte manotazo sobre el desayunador que lo hizo estremecer.
—¡Vete ahora mismo o no respondo!— grite mirándolo con la total certeza de que cumpliria mia amenaza.
Emanuele se levantó del taburete, de estar asustado no lo demostró y subió las escaleras a vestirse. Yo me senté llevándome ambas manos a la cabeza. ¿Cómo era posible que hubiera borrado toda una noche? ¿Tanto tomé? Olía bastante a alcohol, así que qué había tomado bastante era un hecho.
Escuché los pasos de Emanuele y al levantar la vista ahí estaba.
—Oye no sé porque te estresas tanto...
Yo le di una mirada asesina, no quería seguir escuchándolo lo tomé violentamente del brazo y lo llevé hasta la puerta, la cual abri de la misma forma y lo saqué.
—No quiero volver a verte.— dije cerrando de un portazo.
Le di una y mil vueltas a la cabeza intento recordar cómo llegué, ¿Qué pasó? ¿En verdad tuve sexo con Emanuele? Eso era un hecho, sí lo había hecho, las pruebas estaban en mi cuerpo. Dejé de intentar recordar la prioridad aquí era hablar con Daniele. Me preocupa en el estado que está.
No sé ni cómo llegué a la casa, hecho el manojo de nervios y lágrimas que era, fue una suerte no haber tenido un accidente. Deje el auto en la entrada mal estacionado, entre sintiendo que todo el mundo se deshacía a mis pies. Mi tía estaba en la sala, al verme me preguntó, pero yo la ignore y seguí camino a mi habitación una vez dentro me derrumbe.
Cerré la puerta y así mismo me deslice por ella, las lágrimas brotaron en un torrente de amargura, sentía un millón de puñales en el pecho y cada vez que recordaba la escena que vi, ambos desnudos en la cama era como si retorcieran esos puñales. No sabia que algo así podía doler tanto, el único dolor que lo superaba era la muerte de mi madre, fuera de ese este era el dolor más intenso que habia sentido.
Llore, grite de dolor, sentía como si se me desgarraba el alma, no pensé que una infidelidad podía doler de esta forma, pero lo hacía. Pensaba en cómo sus palabras eran mentira, en como seguramente jugó conmigo todo este tiempo.
—Daniele ¿Qué te sucede? — preguntó mi tía tocando la puerta, pero no respondí, no pude responder nada, me sentía destrozado.
Mi teléfono sonaba una y otra vez con mensajes y llamadas de Gian, el sonido del teléfono, los toques de mi tia me iban a volver loco en la condición que estaba , me lleve las manos a los oídos en un intento fallido de no escuchar nada. Los toques en la puerta cesaron, apague el teléfono y me doblé sobre mí mismo agobiado por el dolor.
Estaba sentada tomando mi té preferido muy a gusto cuando de pronto veo a mi querido sobrino Daniele pasar por la sala en una horrenda pijama de unicornio. ¿Estaba llegando a esa hora? No porque yo lo traje en la noche luego del paseo que dimos con su amigo, lo llamé para preguntarle cuando me fije que ¿Estaba llorando? ¿Que le habría sucedido? El subió las escaleras hecho un mar de llanto, subí un poco mas atras y al pasar por su habitación lloraba desconsoladamente.
Yo estaba muy intrigada ¿Que le sucedía? ¿Algo grave seguramente? Toque la puerta de su habitación varias veces mientras lo llamaba, pero la única respuesta era más llanto. Tal vez solo necesitaba estar solo, me dirigí escaleras abajo, pero aun lloraba amargamente. Decidí llamar a su amigo Stefani tal vez si él lo llamaba podría decirle después de todo son muy buenos amigos.
—Buenos días señora Patricia.— contestó el teléfono tan educadamente.
—Muy buenos días Stefano. Disculpame, pero te llamo para pedirte algo, no se donde estaba Daniele, pero regresó llorando como una magdalena, intente hablar con él y nada no me abre la puerta ni me contesta, pensé que si lo llamas tal vez te diga.
—No se preocupe señora lo voy a llamar.
—Muchas gracias, cualquier cosa llamame.
Retome mi camino escaleras abajo cuando veo a Gian di Castello entrar como un loco en la casa y preguntarle a una mucama por ¿Daniele? ¿Pero que está sucediendo aquí?
—Gian ¿Qué es esto? ¿Que haces aqui?
—No vine a hablar contigo Patricia. — fue su respuesta al pasar a mi lado escaleras arriba, yo lo seguí , tenía que llegar al fondo de esto.
—Danny abre la puerta por favor, soy yo.
—¿Qué te pasa con Daniele?
—Te dije que no es contigo.
—Danny abre por favor. — dijo golpeando aún más fuerte la puerta. —¡Daniele abre la maldita puerta o la voy a derribar y sabes que soy capaz de hacerlo!— Ya no tocaba daba manotazos en la puerta.
Daniele abrió la puerta, Gian entró cerrando la puerta en mis narices, una idea llego a mi cabeza, pero no podía ser eso, era imposible que lo fuera. Pegue el oído de la puerta en un intento desesperado de oír de qué están hablando, pero me es imposible, están hablando muy bajo. Sigo en mi intento cuando suben la voz y lo que escucho no puede ser cierto. Me retiro de la puerta desconcertada, siento que la cabeza me da vueltas, no puede ser, me niego a creer que lo sea. ¿Como todo esto pasó sin que me diera cuenta?
Entré a la habitación, Daniele se alejó quedando apoyado del escritorio, toda su cara está roja, sus ojos hinchados, me parte el corazón verlo así.
—Danny...
—No me interesa hablar contigo, solo te dejé entrar para que dejaras el escándalo. — hablaba en voz baja y un poco ronco.
—Por favor escuchame.
—No quiero... — dijo levantando la mirada hacia mí con los ojos llenos de lágrimas. — No quiero escucharte.
—Baby por favor...
—¿Baby? ¡¿Como te atreves a llamarme así?! ¡Yo te vi Gian! ¡Te vi con él! No hay más que decir.
Me acerqué a él tomé sus manos en las mías y las apartó violentamente.
—¡No me toques!— dijo alejándose. —¡No vuelvas a poner tus manos sobre mi!
Se veía tan herido, tan triste, tenía que arreglar las cosas, hacerlo entender que no recuerdo lo que pasó, no tengo idea de nada de lo que sucedió.
—Danny solo déjame hablarte, es lo único que te pido, por favor.
—Bien, vamos adelante, da tu mejor excusa.— dijo cruzándose de brazos.
—Ok, sé que puede que suene increíble lo que te voy a decir, pero es la verdad; no recuerdo nada de lo que pasó, no tengo idea de cómo terminé con Emanuele en mi casa y no puedo recordar nada de lo que pasó entre nosotros.
—Claro, ahora que lo explicas así, todo tiene sentido.
—Danny...
—¿Es en serio? ¿Tu mejor excusa es que no lo recuerdas?
—Baby te estoy diciendo la verdad.
—¡Te dije que no me llames así!— gritó bastante alterado. —¿Crees que soy estúpido?— preguntó acercándose apuntándome con el dedo. —¿Crees que voy a creer eso? ¡Por favor Gian! ¡Me engañaste, lo vi con mis propios ojos! Me engañaste con Emanuele, como él mismo lo pronosticó, tarde o temprano volverías a él, no has podido olvidarlo, aun lo amas.
—No, no es así, yo te amo a ti. — me acerqué a él, a pesar de que no quiere que me le acerque porque no estoy pensando, tomé su rostro entre mis manos. —Daniele sabes que te amo con toda mi alma, con mi vida, eres todo para mí.
—Si me amaras como dices no me hubieras engañado.
—Es que no te engañé Danny, no lo hice, te lo juro. —estaba desesperado, no podía perder a Danny, no podía. Él puso sus manos sobre las mías, sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Mis ojos no me engañan, yo los vi, tengo las fotos Gian, lo estabas besando.
—¿Qué? ¿De que fotos hablas?
—Emanuele me envió las fotos y un video de ustedes. No quería creerlo, quise convencerme estúpidamente de que era un video viejo, pero no Gian, no me sigas engañando.
Emanuele le envio fotos... pero no recuerdo nada de eso.
—No te engaño, no es como piensas no lo recuerdo.— le estaba suplicando rogando.
—Vete, no quiero verte Gian, márchate por favor.
Yo me arrodillé frente a él, no me importaba nada, nada además de Daniele.
—Te lo suplico Danny, te lo ruego, las cosas no son como piensas. No lo recuerdo, pero sé que nunca te engañaría.
—Solo vete. — su voz temblaba mientras las lágrimas corrían por sus mejillas saliendo como un río de sus ojos.
—Dime ¿Que debo hacer para que me creas? — pregunte con la voz entrecortada por el llanto que intentaba contener.
Él se mueve hacia su cómoda, lo veo buscar algo frenéticamente, cuando lo encuentra se arrodilla frente a mi, es el giratiempo que le di por navidad.
—Devuelve el tiempo.— su cara parece la de un niño desesperado. —Anda vamos ¿Cuantas vueltas son necesarias para no romperme el corazón como lo hiciste?— su cara tiene una expresión de total tristeza. —No puedes ¿Cierto? Porque no hay forma de que deshagas lo que hiciste....Se acabo Gian, se terminó y ahora quiero que te vayas. — se puso de pie, caminando hasta la puerta, yo me puse de pie y lo abrace por la espalda.
—No, no esto no se ha terminado, no pienso dejarte Daniele, eres mi vida.
—Suéltame. — dijo con la cabeza baja ,sus lágrimas caían en mis manos que estaban cerradas sobre su vientre, cada gota me quemaba y hacía doler mi corazón.
—No, no te dejare como estas.
—¡Que te importa como estoy si tú lo causaste! ¡Ahora Suéltame!— gritó removiéndose en mis brazos, pero yo lo sostenía con fuerza. —¡Suéltame Gian! ¡Déjame! ¡Lárgate de mi vida! Desaparece...— dijo dejando de luchar. — Maldita sea la hora en que te conocí.
—No digas eso Danny, por favor, no lo digas. —rogué desesperado con gruesas lágrimas también saliendo de mis ojos.
—Solo suéltame Gian, no hagas esto más difícil de lo que ya es.
—No— dije enterrando mi nariz en su cuello. —No te dejaré nunca. — continúe moviendo mi cabeza de manera negativa.
—¡Ya detente!— volvió a removerse en mis brazos al sentirme en su cuello.— ¡No quiero que me toques! ¡No quiero tener tus sucias manos sobre mi! ¡No te quiero tocándome como lo tocaste a él!
De pronto alguien toco la puerta, nos detuvimos de pronto, ninguno en ningún momento pensó que nos estaban escuchando, el miedo se apoderó de Danny junto con la tristeza que sentía, se podía ver en su rostro.
—Soy yo, Carlo, por favor abran la puerta.
Yo solté a Danny, él se secó las lágrimas con las manos, respiró hondo para calmarse y abrió la puerta, Carlo entró y la cerró, se notaba que acababa de despertar con el cabello todo revuelto, un pantalón de pijama a cuadros e iba descalzo. Nos miró detenidamente a los dos.
—Oigan, yo no soy quien para meterme en su relación, pero creo que lo mejor ahora es que nos calmemos un poco. No sé lo que está sucediendo pero claramente están pasando por algo, por lo que pude escuchar Danny no quiere hablar contigo ahora, es mejor que ambos se calmen y después hablen. — dijo con calma mientras nos miraba. — Así que papá creo que lo mejor es que te vayas a tu apartamento y te calmes un poco, luego después ya pueden hablar.
—O yo me voy. — dijo Danny.— Después de todo es su casa, no tengo derecho a decirle que se vaya.
—No, no te vas a ir. — dije —Bajo ningún concepto, no es mi casa de todos modos es de mi papá.
—¿Como te vas a ir Danny? Claro que no. — dijo Carlo. — Ven vamos papá, Danny tú quédate aquí, vendré en un momento.
No habíamos salido bien de la habitación cuando recibí una bofetada de Patricia. Fue una fuerte bofetada, es como si hubiera estado esperando darme esa bofetada por mucho tiempo y guardó todas sus fuerzas para el momento indicado, fue tan fuerte que me hizo girar el rostro y me dejó un intenso escozor en la mejilla.
—Sabía que eras un degenerado, pero no hasta qué punto.
Carlo cerró la puerta del cuarto tras nosotros.
—Mamá no creo que sea...
—Tu te callas Carlo, estoy hablando con tu padre.
—¿Y bien?¿No vas a decir nada?
—¿Qué quieres que te diga Patricia?
—¿Te atreves a preguntar? ¿Crees que soy estúpida? — dice mirándome con furia en los ojos. —Los escuché Gian, tienes una relación con mi sobrino Daniele.
Ya a este punto no valía la pena negarlo, ya lo habia escuchado todo, Patricia podía ser prejuiciosa, clasista, insoportable, pero no era estúpida.
—Sí, la tengo. — dije porque en mi mente no estaba la idea de que habia perdido a Daniele.
—Eres un depravado, un pervertido. no te bastó con ser un degenerado tu tenías que contagiar a mi sobrino también. Esto es lo más bajo que has hecho por mucho. ¡Es mucho menor que tu! ¡Es tu sobrino! Lo que están haciendo no es solo una abominación, es incesto y pedofilia.
—En primer lugar nada de esto es una abominación, en segundo Daniele es tu sobrino no mío y en tercer lugar es un adulto, mayor de edad.
—¿Es eso lo que te repites en las noches para poder dormir? ¿Eh? Maldito enfermo.
—Tienes razón Patricia soy un enfermo, estoy enfermizamente enamorado de Daniele.
—¿Como te atreves a decirme eso a la cara? ¿Como no te remuerde la conciencia en lo más mínimo? ¡No tienes decencia, enfermo, pervertido, desviado!
—¿Que te molesta que te lo diga? Pues es la verdad, estoy completa, total y perdidamente enamorado de Daniele, lo amo como nunca he amado a nadie. — vi la furia en sus ojos brillar con mayor intensidad. No me importo, solo me gire hacia la puerta de Danny, puse en mi palma en ella. —¿Lo escuchaste Danny? Te amo, eres mi todo.
—Esto tiene que ser una pesadilla. — escucho decir Patricia, me giro de nuevo para verla. — Esa enfermedad tuya se la has contagiado a todos lo miembros de esta familia. ¿Como puedes ser así? Eres un monstruo Gian di Castello. Un monstruo que ha manchado esta familia, dándome hijos con esas afecciones y ahora mi sobrino... ¿Nadie a mi alrededor puede ser normal?
—Estas mal Patricia, estas muy mal, de lo único que estoy enfermo es de amor.
—¿No te da vergüenza ser un brocalaro*?
—¿Utilizas ese tipo de palabras? ¿Una señora tan fina como tu?
—¿Por qué no lo eres? ¿No eres un ommo de merda*? No sé cómo pude aguantarte tanto, siempre te han gustado los hombres más que las mujeres. ¿Por eso es que no quieres estar conmigo? ¿Por que me falta algo entre las piernas?
—Patricia... ¿Aguantarme qué? Tu no me has aguantado nada, nunca te fui infiel mientras estuvimos juntos, ni con hombres, ni con mujeres. Patricia, el amor no se determina por los genitales de las personas, aunque hubieras sido hombre aun asi te hubiera dejado, no te amo.
Su cara se congestiono, su gesto entre la pena y la rabia.
—No puedes amar a Daniele.
—Pues sí, si lo amo, como nunca te amé a ti.
Pude ver el efecto de mis palabras en ella.
— No me interesa seguir hablando contigo, tengo problemas mas importantes.— dije en tono cansado. —Carlo, me voy ahora, por favor quédate con Daniele haré lo que me dijiste, hablaremos cuando este mas calmado.
—Está bien papá.
Bajé las escaleras ignorando a Patricia que me dedico unos cuantos insultos mas a los que no les presté atención. Veo que Alex va entrando con unos girasoles muy grandes en las manos.
—Hola papá.— se acerca para darme un beso en la mejilla, yo la saludo dándole un abrazo. — No dejes solo a Danny por favor. — le digo mientras la abrazo.
—¿Qué sucedió? — preguntó bastante confundida. —¿Le sucedió algo a Daniele?
—Solo sube, yo me iré. pero estaré en contacto.
Alex se quedo confundida y visiblemente preocupada. Salí de la casa sintiéndome extremadamente miserable, no entendía cómo habia podido borrar toda una noche sin guardar ni el más mínimo recuerdo. Subí a mi auto y golpee el volante repetidas veces frustrado por no poder recordar, por estar perdiendo a Danny sin haber hecho nada.
—Tu lo sabias. ¿Cierto? — preguntó mi madre que aún no se recuperaba del shock.
—Sí— respondí, de nada valía hacerse el tonto.
Alex venía subiendo la escalera con cara de preocupación.
—Igual que tu, seguramente también lo sabías.
—¿De qué hablas? ¿Que sabía?
—Alex, es sobre papa y Danny... ya lo sabe.
Miedo, sorpresa y preocupación pasaron por la cara de Alex y se mezclaron en un nuevo gesto que expresó todas juntas.
—Ay no, eso es terrible.
—Es decir señorita que usted lo sabía.
—Sí madre, lo sabía.
—Ustedes dos son de lo peor. Supongo que Piero e Isabella lo sabían también. Todos solo viéndome la cara de imbecil.
—No es tu asunto con quien salgan los demás.— dije simplemente.
—Cada día eres mas como tu padre. Ó— lo dijo como si serlo fuera un insulto.
—Y bien que me siento al serlo, te aconsejo que te tomes un té e intentes tranquilizarte.
—No me voy a tomar ningún té, voy a hablar con Danny el tiene que oírme.
—No es el momento — dijo Alex intentando ser diplomática.
Yo me puse frente a la puerta de Daniele listo para bloquear cualquier intento de entrar de mamá.
—Él no te debe explicaciones. — dije.
—¡Claro que me las debe! En especial después de lo que me hizo.
—Él a ti no te hizo nada.
—Mamá en otro momento— dijo Alex ya en la puerta de Daniele, entramos cerrando la puerta en la cara de mamá.
Danny estaba acostado en la cama, doblado en posición fetal abrazando una almohada, sollozaba y las lágrimas seguían deslizándose por sus ojos. Alex se sentó en la cama y como pudo puso la cabeza de Danny sobre sus piernas.
—¿Qué pasó corazón? — pregunto acariciando su cabello.
Él no respondió, solo lloraba desconsolado en el regazo de Alex.
—Está bien, déjalo salir, ya me lo dirás cuando te sientas mejor.
Alex se quedó acariciando la cabeza de Danny en completo silencio, yo me preguntaba que habia sucedido. Por lo que escuche papá y él estaban teniendo problemas, pero no escuche porque. Algo malo debía de haber hecho para que Daniele estuviera así. Los sollozos de Danny redujeron su intensidad.
—Me engaño Alex. — dijo en voz baja. —Me mintió.—dijo y se abrazó a la cintura de Alex reanudando su llanto.
—Ya cariño. ¿Puedes contarme qué sucedió?
—Lo encontré con Emanuele.
Ok, eso lo explica.
—¿Qué?— preguntó Alex sorprendida.
—Los vi, los vi juntos.
—¡Ay no Danny!— exclamó abrazándolo, Daniele rompió en llanto de nuevo, mientras Alex intentaba tranquilizarlo con frases donde lo aseguraba que todo estaría bien. Yo conocía bien el corazón roto, sabía lo mucho que dolía estar así.
Estuvimos así por un rato, hasta que ya no salía ningún sonido de Danny.
—¿Quieres comer algo? — pregunto Alex suavemente.
Él negó con la cabeza.
—Tienes que comer por favor.
—No quiero.
Mi teléfono sonó, era mi papá, salí de la habitación para contestar.
—¿Como esta Daniele?
—Mal, bastante mal. ¿Cómo es eso de que te acostaste con Emanuele?
—Carlo, te lo juro que no me acuerdo de nada.
Él pasó a decirme lo que recordaba.
—Suena a que tomaste bastante. — dije después de escucharlo. — Y Emanuele se aprovechó de eso. Solo dime una cosa papá ¿En verdad lo olvidaste? ¿No te habrás ido con Emanuele porque te enojaste con Danny?
—No, nunca haría algo así, no a Danny.
—Es que recordando tu historial con Emanuele.
—No lo hice, en verdad no. Hazme un favor intenta que Danny coma algo y no lo dejen solo.
—Esta con Alex ahora, pero no quiere comer.
—Solo intentenlo, llamaré más tarde.
Baje las escaleras porque yo también moría de hambre, escuche a las chicas del servicio hablar de lo que sucedía y por lo que pude captar ellas también sabían el tipo de relación que unía a mi padre y a Danny. Entre a la cocina y todas se callaron.
—Buenos días joven Carlo.
—Buenos días, ¿Podrían prepararnos algo de comer? Algo ligero.
—Por supuesto... joven... ¿Como esta Daniele?
—Esta... un poco más tranquilo. ¿Y mi madre?
—La señora está en su habitación.
—Bien.
Cuando subí Daniele seguía en la misma posición al igual que Alex. En ese momento al verlo tan mal, tan afectado entendí lo mucho que Daniele amaba a mi padre.
No podía creer lo que mi papá le había hecho a Daniele, verlo así como estaba era justamente lo que no quería. Me preguntaba ¿Si él no habia podido olvidar a Emanuele porque no solo regresaba con él? ¿Por qué meter a Daniele en todo esto?
Acariciaba su cabeza despacio, asegurándole que todo estaría bien, que no se pondría mejor, pero me dolía verlo así. Sentía a Daniele como si fuera un hermano pequeño al que quería proteger, era tan desesperante no poder hacer algo que disminuyera su dolor.
Un rato después Carlo ya sin el pijama volvió a la habitación en compañía de Vittoria que llevaba una bandeja con platos y tazas. Carlo la ayudó a colocar la bandeja en la mesa de noche.
—Les traje algo de comer, también un té Valeriana para Danny y unas aspirinas.
—Gracias Vittoria.
—Iré al apartamento de papá. — dijo Carlo, no le preguntaría más, estaba decepcionado de papá por como se habia comportado con Danny.
—OK.
Carlo se fue dejándonos solos de nuevo.
—Danny come aunque sea un panquecito, mira tiene fresas y chocolate.— dije intentando tentarlo.
—No quiero comer.
—Vamos aunque sea un poco.
Él se incorporó, sus ojos grandes estaban hinchados y rojos, bueno toda su cara estaba roja, se recostó del respaldo de la cama.
—Vamos dale una mordida al menos.— dije sosteniéndolo frente a él.
—En verdad no quiero.
—Una pequeñita.
Él le dio una mini mordida.
—Bien. ¿Otra más?
—No, por favor. — su voz era tan baja y sonaba tan rota.
—Ok, bien, pero tomate el té, te ayudará a relajarte.
Con mucha insistencia de mi parte se tomó la mitad el té. En un rato luego del té y el calmante se durmió. Yo aproveche para comer algo, también debía llamar a Bella y contarle lo sucedido. Me senté en el comedor de diario saqué mi teléfono y antes de marcar recibí una llamada de Stefano
—Hola Stef.
—Hola Alex. ¿Estas con Danny? — Sonaba bastante preocupado.
—Sí..
—Es un alivio, la señora Patricia, es decir tu mamá me llamó para decirme que estaba llorando y que no tenía idea de lo que le sucedía, me dijo que tal vez a mi me pudiera decir lo que le pasa. Lo intente llamar varias veces, pero creo que su teléfono está apagado. Volví a llamar a tu mama, pero me colgó.¿Como está Danny? ¿Que le sucedió?
—Está dormido ahora... — No sabia que decirle, sé que Stefano es su mejor amigo, pero no es prudente que sea yo quien deba decirle.
—¿Pero qué le sucedió?
—...— dejé escapar un suspiro. —Eso es mejor que el te lo diga...
—Algo le debía de hacer el desgraciado del señor ese.
Guarde silencio, a pesar de ser mi papá era cierto que le había hecho algo.
— Disculpame... olvide que es tu papá.
—Descuida.
—¿Puedes decirle que me llame cuando despierte?
—Por supuesto.
Llamé a Bella para contarle lo sucedido, al igual que yo no salía de su asombro, me dijo que iría para darle apoyo moral y eso es lo que Danny más necesitaba en estos momentos.
Me desperté con un descomunal dolor de cabeza, los sucesos de la mañana parecían un sueño, más bien una pesadilla. Quería que cuando abriera los ojos todo fuera mentira, que lo que sucedió nunca haya ocurrido, quería pensar que apenas me estaba levantado en sábado, que iría a casa de Gian, que me estrecharía entre sus brazos, enterraría mi cara en su pecho y todo estaría bien.
Me levanté sintiéndome irreal, mi realidad acabada de cambiar de manera monumental, fui hasta el baño, me pareció tan hermoso desde que llegué con toda su cerámica negra, tan elegante. Me miré en el espejo me veía igual que como me sentía, extremadamente desdichado, aún tenía mi pijama y ni el más mínimo deseo de quitármela, en verdad no tenía deseos de nada.
Después de usar el baño, regreso casi arrastrándome a mi cama, en la mesa de noche veo mi teléfono apagado aun, no quería encenderlo tampoco, me acoste de lado dándole la espalda.
Tocaron la puerta de mi habitación, debía ser Alex de nuevo, me arrastré fuera de mi cama, la puerta no estaba asegurada lo que ella debía de saber, pero al abrir la puerta no era Alex, era mi tía, me dedico una mirada de furia como nunca antes, me helo la sangre su expresión, sé que ya lo sabía y no estaba preparado para enfrentarla mucho menos en el estado emocional que me encontraba.
—Sígueme.
No estaba en posición de contradecirla así que lo hice. Fuimos a su habitación, no podía estar más nervioso y asustado al mismo tiempo.
—Cierra la puerta.
Yo obedecí sin decir palabra, cuando me gire para quedar frente a ella me dio una fuerte bofetada, tan fuerte que me dejó un tremendo ardor y seguramente la marca, fue tan fuerte y violenta que me hizo retroceder unos pasos y voltear la cara hacia el lado donde me golpeo. No pensé que tuviera tanta fuerza, me lleve la mano al lugar donde me golpeo. Ella me miraba llena de ira con lágrimas en los ojos.
—Eres un desvergonzado, un abusivo y un aprovechado. — sus palabras estaban llenas de ira. —Te conseguí una beca para que estudiaras, te abrí las puertas de mi casa, te presente ante la sociedad ¿Y es así que me pagas?
No le dije nada me quede escuchando sus reproches
—¿Es que no te basto con lo que hice por ti? Querías más ¿No es así? Querías la gran vida, la lujosa vida de los di Castello y tu única forma de conseguirla era abriéndole las piernas a mi esposo como una ramera. ¿Que no te das cuenta de lo enfermo que estas? Yo quise curarte, quise tratar esa enfermedad tuya, esa desviación, pero no tu ya tenias los ojos puestos en Gian como la arpía trepadora que eres.
»Te aprovechaste de sus degeneraciones para conseguir lo que querías, participaste de sus comportamientos inmundos por unos centavos, eres menos que una prostituta. Yo también caí en tu acto con tu carita de niño bueno, sí tía esto, sí tía aquello y clavándome un puñal por la espalda. Eres una vergüenza para mi, una vergüenza para mi hermano y agradece que tu madre está muerta porque de seguro serias una vergüenza para ella.
Sus palabras dolían más que la bofetada que me dio, sus insultos llegaban hondo, pensar en que mi madre se avergonzaría de mí me dolía en lo más profundo. Las lagrimas se acumulaban en mis ojos, no quería llorar, no quería derrumbarme ahora, pero estaba tan destrozado por lo que sucedía que me fue casi imposible.
—¿Estas llorando? ¿Crees que me vas a comprar con tus lágrimas baratas? ¿Qué me vas a decir ahora? ¿Tia lo siento, no sé porque lo hice? No, no lo dirás porque sabes porqué lo hiciste. Lo haces porque eres un ¡Anormale, un capretto, un culo allegro ¡Dannato mignotta*! ¡Te odio como no te imaginas! Y sé que estás sufriendo por Gian ¡Y me alegra! ¡Quiero que sufras y te arrastres en tu miseria! ¿Cómo pensaste que un muchacho simple de pueblo como tu le iba a gustar a un hombre como Gian? Solo lo entretuviste por lo degenerado que es. pero eres nada, eres nadie.
En ese momento Alex entró como un vendaval en la habitación.
—¡Ya basta madre!
—¡Callate Alesandra que no es contigo!
—¿No ves como esta? No tienes porque insultarlo.
—No, ¿Se lo celebro como todos ustedes? Eres una mala hija y una traicionera. Defendiendo a este paracullo a esta peppia*
—¡Basta!
—Sí defiende a tu madrastra quien es además tu primo que no se te olvide. Lo quiero fuera de mi casa quiero que se vaya
Alex me sacó del cuarto de mi tia, tomándome de la muñeca.
—¡Lo quiero fuera hoy!— seguía gritando una vez salimos, sus gritos debían de oírse en toda la casa.
Llegamos a mi cuarto, Alex me sentó en la cama luego de cerrar la puerta y asegurarla, yo estaba en silencio con lágrimas bajando por mis mejillas, Alex se arrodillo frente a mi.
—Calmado. — dijo secándome las lágrimas.— Ella no puede sacarte de aquí, lo sabes.
Yo no reaccione ante sus palabras, ella se sentó a mi lado, me abrazo y recostó mi cabeza de su hombro.
—Perdon por no estar contigo, fui a mi habitación a tomar una ducha y termine colapsando en la cama. Lo siento.
No debía disculparse, ella no tiene que estar al pendiente mio como si yo fuera un niño pequeño. Si estaba sufriendo era mi culpa, mi culpa por iniciar una relación con Gian di Castello.
—Stefano quiere que lo llames, tambien hable con Bella me dijo que vendría, pero se ha tardado.
—¿Le dijiste a Stef?
—No, sorpresivamente mi madre lo llamó, no entiendo. Cómo sea el punto es que está preocupado por ti, pero no sabe nada, no creí que fuera mi deber decirle.
—Gracias por no decirle.
Yo tomé mi teléfono temblando y lo encendí, todas las notificaciones de llamadas perdidas y mensajes empezaron a llegar. Ignore todas y llame a Stef.
—Danny es un alivio escucharte. ¿Te encuentras bien?— su voz era tan apremiante.
—Sí... No, no lo sé, no definitivamente no. — me había dicho mentalmente que no le diría nada para no preocuparlo. pero falle.
—¿Que te sucede?
—Yo... yo terminé con Gian. — esa era la mejor forma de decirlo. ¿Verdad? Eso es lo que habia pasado.
—¿Qué sucedió? — su voz era neutral, sé que no se sentirá apenado por eso.
Recordar lo que sucedió hizo revivir todos esos sentimientos horribles en mi otra vez, lo único que hice fue sollozar en la línea.
—Estoy en el trabajo ahora, desde que salga te ire a buscar.
—No.— dije con la voz entrecortada. —No... no es necesario...que te preocupes por mi.
—Claro que lo es, eres muy importante para mí.
Yo asentí aunque sé que él no podía verme.
—Solo quiero que estés calmado hasta que pueda verte. ¿Sí?
—Sí...
Nos despedimos él prometiendome que nos veríamos más tarde.
Otro toque en mi puerta me hizo estremecer no estaba preparado para otro set de insultos de mi tia. Alex se levantó y fue a abrir la puerta.
— Disculpa la tardanza, pase por unas cosas.— era Bella.
Ella entró con muchas bolsas que puso sobre la cómoda, fue hacia mi y me abrazo fuertemente. No dijo nada con palabras, pero transmitio sus emociones con un abrazo.
—Traje muchas cosas para intentar hacerte sentir mejor.— dijo —Aunque se que duele y no se irá de inmediato, los dulces siempre ayudan. — se puso de pie y sacó un paquete de ositos de gomita.
—Gracias Bella, pero no quiero nada.
—Danny no ha comido nada en todo el dia.
—No puedes estar así.
Yo me tire hacia atrás en la cama.
—Yo solo quiero morirme. — dije poniendo la almohada en mi cara.
—No digas eso. — dijo Alex quitándome la almohada de la cara. —Gian di Castello puede ser mi padre, pero eso no quita que te traiciono y no merece tus lagrimas y mucho menos merece que te mueras por él.
—Alex tiene razón...
—No se imaginan lo que sentí cuando los vi.
—¿Puedes explicarnos exactamente qué pasó? — preguntó Bella suavemente.
Les conté lo que sucedió entre accesos de llanto y momentos en los que mi voz simplemente no cooperaba.
—No me lo puedo creer, si mi tío parecía morirse por ti.
—Decir que no lo recuerda vaya excusa más tonta. — dijo Alex.
—Danny no les des el gusto de estar mal por lo que te hicieron, toma un baño con sales, yo voy a bajar a buscarte algo de comer y después veremos películas malas y comeremos mucho chocolate.
— No quiero comer.
—Vas a hacerlo aunque tengamos que obligarte.
Por pura insistencia de Bella y Alex tome un baño que esta última me preparo, me sentí bien en el agua caliente de la tina, a pesar de que mi cuerpo se relajaba mi alma seguía igual. Al salir fui a mi closet a buscar la ropa, al buscar entre los hoodies ahí estaban los que usaba con él, roce mis dedos por ellos e irremediablemente comencé a llorar, recordando todas esas veces que estuve en sus piernas con ellos, todas las veces que me los ponia solo para él, todas las veces que me decía baby boy seguramente pensando en Emanuele.
Alex me encontró tirado en el piso del closet, me tomó por los brazos.
—Vamos Danny ponte de pie.
Yo me fui incorporando con su ayuda, me llevó de nuevo a la cama yo solo tenia el albornoz puesto.
—Todo me hace pensar en él.
—Es entendible, acaba de suceder, pero conforme pasen los dias te sentiras mejor.
Bella subió con un humeante plato en una bandeja.
—Come un poco, las chicas lo preparon para ti. Mira son espaguetis alla carbonara. — dijo colocando la bandeja en mis piernas. Yo comí un poco ya que ellas estaban siendo tan lindas conmigo que me apenaba no hacerlo.
💔🖤
💔
Stefano me llamó cuando salió del trabajo, les dije a las chicas que saldría con el, ellas estuvieron de acuerdo que era una buena idea dispersar la mente, cualquier cosa que las llamara. Stef paso por mi y preferí ir a su casa. Llegamos a su apartamento después de un trayecto silencioso.
—¿Podemos ir a tu habitación?
—Claro. ¿Quieres algo?
—No, nada.
Nos sentamos en la cama, yo me quede con la cabeza baja y la vista clavada en el suelo.
—Gian me engaño... — comencé y deje salir todo lo que pasó.
—¡Ese bastardo! Era de esperar que te hiciera algo así.
Sabía que eso era exactamente lo que diría Stef.
—Lo lamento Danny, pero necesitas escucharlo.
—Soy tan estúpido.
—No lo eres, eres uno de los chicos más listos que conozco, solo caiste con un idiota, le pasa a los mejores.
Yo recosté mi cabeza de su hombro.
—Ahora lo que tenemos que hacer es animarte. — dijo.
En resumen me pase la tarde con Stefano él intentando que yo no me sintiera infinitamente miserable y fallando, pero agradezco el empeño que le puso, en la noche Alex pasó por mi y se quedó conmigo en mi cuarto, me tome otra taza de té de valeriana y un calmante para poder dormir. Ese fue el día uno de mi infierno.
—Si tomar tanto es lo que hizo que olvidaras tomar el doble no te hará recordar. — dijo Piero quitándome la botella.
—Déjame en paz Piero, Daniele me odia, eso es lo único que sé y no se que hacer para recuperarlo.
—Beber hasta la inconsciencia no es una buena idea.
—Piero tiene razón papá si te embriagas será peor.
Ambos se hallaban en mi casa desde unas horas, intentando hacerme comer y evitando que me bebiera todo el alcohol que había en mi casa. Estábamos en la sala, yo tirado en el sofá con una botella de whisky vacía y pretendía vaciar otra si Piero no me lo estuviera impidiendo.
—Ustedes no tienen idea, no se imaginan cómo se siente perder una parte de ti y no poder recordar si hiciste algo para dañarla. No tienen idea de lo enfermo que me sentí al verme en la cama con Emanuele. ¿Como pude hacerle eso? Lo peor de todo es como pude borrarlo de mi memoria. — los chicos no entendían la envergadura de lo que sentía en esos momentos.
Yo soy una persona acostumbrada a tener el control de todo, manejo una compañía de millones con miles de empleados, yo mantengo todo en orden, yo tengo el control de todas las situaciones a las que me enfrento, pero en esta situación no podía ni controlar ni mis recuerdos. La impotencia que sentía ante esto.
—Dices que me fui de la fiesta con Emanuele.
—Sí, incluso hablé contigo.
—¿Tomaste algo que te diera Emanuele?
—Claro que no, no soy estúpido.
—La única opción es que hayas tomado tanto hasta el punto de no recordar.
—Y Emanuele se aprovechó de esto.
—No debí dejar que te fueras con él, pero es que no parecías tan tomado y estabas de acuerdo de irte con él.
—No es tu culpa Piero.— dije llevándome las manos a la cara. —Solo quisiera poder recuperar a Danny, daría todo lo que tengo por poder resolver las cosas con él.
Mi teléfono personal empezó a sonar, Piero lo miro por mi.
—Es el abuelo.
—Ponlo en autobús.
—Hola abuelo, soy yo Piero, estas en altavoz papá y Carlo también están escuchando.
—Que bien. Gian di Castello me podrías decir qué sucedió entre tú y Daniele.
—¿Como sabes eso?
—Recibí una llamada de Alessandra e Isabella muy preocupadas porque Patricia quiere sacarlo de la casa, me intrigo mucho esta situacion, asi que me contaron lo que sabían, ahora es hora de que me cuentes tu.
—¿Cómo es eso de que Patricia quiere sacar a Danny de la casa?
—No te preocupes por eso, ya me encargue, ahora dime.
Suspire pesadamente y procedí a decirle lo poco que recordaba.
—Es una situación muy complicada, pasa por la finca mañana para que hablemos.
—Esta bien.
—Y deja esa botella que de seguro tienes.
—No te preocupes aquí estamos para mantenerlo sobrio.
—Te espero mañana temprano.
—Ahí estaré.
Estaba esperando camino a casa de Gertrudis aun anonadado ante la llamada que me hizo Franco y lo que me dijo, era inconcebible que ese señor pudiera decirme algo como eso. Repaso mentalmente la llamada telefónica y aun no lo creo.
Después de decirle sus verdades a Daniele me quede muy alterada en especial porque hizo caso omiso a irse de la casa, lo peor es que sus primas lo apoyaban. Ordené un té para calmarme, mientras me lo tomaba recibí una llamada de Franco di Castello.
—Franco, que gusto oirlo.
—Gracias Patricia. Te llamo para hacerte una pregunta.
—¿Sí? — pregunté muy confundida
—¿Cómo es eso de que quieres sacar a Daniele de la casa?
—¿Como usted se enteró de eso?
—Mis nietas.
—¿Y también le dijeron sobre el comportamiento de Daniele?
—Si te refieres a la relacion que mantenia con mi hijo ya lo sabia.
—¿Perdón?
—Sí Patricia, escuchaste bien. No puedes sacar a nadie de la casa porque es mía, no vas a dejar a Daniele sin un lugar para vivir.
—Pero...
—¿Pero?
—No es un miembro de la familia, ni siquiera sigue con su hijo.
—Tampoco tú sigues con él y vives ahí.
—No es lo mismo yo soy la madre de sus hijos.
—Sí es cierto y siempre tendras un lugar por eso, pero la casa sigue sin ser tuya.
—Me niego a vivir con el.
—Eres libre de marcharte.
—¿Como me puede decir eso? Tiene más de veinte años conociéndome, Daniele es un recién llegado y un...
—Patricia al parecer compartimos opiniones distintas sobre Daniele, solo recuerda que la casa es mía y en ella vive quien yo quiera.
Fue tanta la rabia que me consumió en ese momento, era una humillación de marca mayor lo que había hecho conmigo. Llegue a la casa de Gertrudis, la ama de llaves me abrió la puerta y me condujo a la terraza llena de plantas donde me esperaba mi amiga.
—Querida— dijo levantándose y saludándome con besos en las mejillas. —¿Gustas un té?
—Por supuesto.
Tomamos té acompañado de pasteles y galletas. Compartimos un par de palabras cordiales, pero yo estaba allí con un propósito.
—Gertrudis no tienes idea de lo que me entere. — dije segura de que mi cara pareciera de pena absoluta.
—¿Que paso?
—Mi sobrino Daniele mantenía una relación con Gian... y es peor de ahí.... —dije dispuesta a contarle todo y unas cuantas cosas más, sabia que todo lo que le dijera saldría en todas la redes de la amiga comenta, tal vez no podía botar a Daniele de la casa, pero podía asegurarme de arruinar su vida entera.
A/N: Brocalaro: Hombre gay mayor que busca relaciones con veinteañeros
Ommo de merda : Homosexual de mierda
Anormale: anormal: insulto contra las personas LGBT. Entendido como el incumplimiento de la norma, como algo irregular. En Italia, es una de las expresiones más dañinas, más violentas y más difíciles de erradicar
Capretto: joven homosexual. Deriva de cabra como argot de prostituta.
Culo allegro : culo alegre. Homosexualidad masculina.
Dannato mignotta: Dannato: maldito. Mignotta: puta, prostituta. También utilizado para los hombres homosexuales
Paracullo : que pone el culo, hombre homosexual pasivo.
Peppia: expresión del norte de Italia para insultar a los hombres homosexuales pasivos.
Pido disculpas por los insultos, mi intención no es ofender a nadie, era necesario para el personaje. Obviamente no apoyo la discriminación de ningún tipo.
Otro capítulo llega a su fin... Cada vez estamos más cerca del final.
Actualización bastante rápido, debo decir.
¿Que opinan del capitulo?
¿Que opinan de la actitud de Patricia?
¿Tendrá alguna posibilidad Gian de regresar con Danny o todo se perdió entre ellos?
Gracias mil por sus comentarios, los amo y me motivan cada vez más. 😘
Muchas cosas mas esperan en el próximo capítulo: Rumors.
Bye 😘
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