Capítulo XXXIV:💋"Dirty laundry"💋

—Patricia, fue ella quien me lo contó todo. — dijo Gertrudis con el nerviosismo notándose en su voz.

Patricia, debí imaginarlo, debo de suponer que iba a ir con el chisme, pero no me imaginé que diera para tanto.

—¿Y le creíste sin pruebas? — pregunté incrédulo.

—Ella nunca me ha mentido.

—Nunca te había mentido, deberías decir.— dije a lo que ella se quedó en silencio. —Espero tu disculpas publicas, tienes veinticuatro horas para hacerlo, así que yo si fuera tu me apresuraría.

Colgué la llamada, me quedé con el teléfono en las manos, solo podía ver el rostro golpeado de Daniele, su expresión ausente, su rostro sombrío al escuchar esas mujeres hablando sobre él y eso me lleva irremediablemente a pensar en Patricia, lo tranquila que estaba tomándose un té cuando el papá de Daniele bien pudo matarlo, pero claro si fue ella quien esparció todos los malditos rumores. Le he soportado muchas cosas a Patricia, pero esto va más allá de cualquier cosa que haya hecho el en el pasado, ya no más, esta vez habría consecuencias. Tomaría las medidas que debí de tomar desde el divorcio, me aseguraría de que se arrepintiera de lo que hizo.

No puedo dejar de pensar en las cosas que han sucedido tan rápido sin el consentimiento de nadie. Aun intento recuperar mi memoria perdida y fallo miserablemente. Eso me hace pensar en Emanuele, él y Patricia son dos problemas que yo cree y alimenté, tal vez yo era el culpable de que no superaran lo nuestro, existía la posibilidad de que con mis acciones les hubíera creado la falsa ilusión de que aún había oportunidad para un nosotros.

A Patricia la mantenía de absolutamente todo, pagaba sus tarjetas, me ocupaba de la casa, pagaba los empleados, pagaba incluso su chofer, continuaba viviendo en la casa de mi familia, seguía usando el apellido, todo eso que jamas le impedí. A eso he de añadir que asistía a todas las cenas que ella por lo general organizaba. No pensé que esas acciones la hacían pensar en la posibilidad del regreso.

Con Emanuele era un poco diferente, donde nos encontrábamos teníamos sexo sin importar que él o yo estuviéramos con alguien más. Emanuele era como una droga en mi sistema, una fuerte droga a la que siempre sucumbía. Siempre intentaba parar, poner distancia, en especial si salía con alguien, por lo general lo conseguía por meses, pero terminábamos en lo mismo más veces de la que quiero admitir. Aunque le decía que era solo sexo él lo veía como una posibilidad, debí haber cortado eso de raíz desde el principio.

Me pasé las manos por el rostro, me sentía frustrado, después de lo sucedido no conseguía concentrarme en nada, mi mente solo podía pensar en Danny, nada más lograba entrar en mi cabeza, a pesar de todos los asuntos a los cuales tenía que atender solo mi baby boy y la horrible situación por la que estaba pasando rondaban por mi mente. Llamé directamente a la casa debía saber cómo estaba después de lo de su padre.

—Está en su habitación ahora. — me respondió Allegra al preguntar por Danny una vez llamé.

—¿Ha comido algo?

—No señor, desde que regresó del hospital se ha quedado en su cuarto.

—¿Y Patricia regresó?

—No, aun no.

—Bien, quiero pedirles un favor a todos ustedes, si algo sucede en la casa, lo que sea no duden en llamarme, si Patricia le hace algo a Danny o su hermano regresa cualquier cosa, por favor llámenme, si no contesto el teléfono de inmediato llamen directamente a la oficina y dejen el mensaje con Bianca.

—De acuerdo señor.

No estaba más tranquilo cuando terminé la llamada, desde ese sábado en que desperté al lado de Emanuele no había vuelto a tener tranquilidad, la horrible sensación de perder un espacio de tu vida, de no tener control sobre lo que hiciste, de no saber qué sucedió, me llena de un sentimiento de inestabilidad ajeno a mí, a eso tengo que agregarle que por eso que no recuerdo perdí a Daniele.

Daniele... ¿Como se supone que iba a vivir sin él? ¿Como se supone que seguiría sin tenerlo? Sabiendo que no me quiere cerca. Intento respetar su espacio, entender lo herido que está por todo lo que sucedió, pero es casi imposible contener el impulso de buscarlo y traerlo conmigo. ¿Como hacerlo entender que para mí no hay más nadie? ¿Como hacerlo entender que él tiene mi alma y no tenerlo es vivir sin ella?

Abrí la gaveta de mi escritorio, repleta de sus golosinas favoritas, aguardando a que entrara con su hermosa sonrisa y saltara a mi regazo listo para abrir la gaveta y devorarlas haciendo esos sonidos de satisfacción tan suyos. Sus grandes ojos verdes siempre brillaban cada vez que comía dulces y esa expresión de felicidad en su rostro es inigualable.

Danny, Daniele, mi baby boy, mi gran amor, mi vida... Daría todo por recuperarlo, hasta el último centavo de mi dinero, mi vida entera , vendería mi alma de ser posible, aunque no creo que el diablo pueda comprarla ya que le pertenece a Danny. Miré el anillo en mi dedo pequeño, el hilo rojo del destino, Danny era mi hilo rojo, lo recuperaría sin importar que.

Mi habitación había sido limpiada por las chicas. El desastre que mi padre dejó en ella ya no estaba, al igual que muchas cosas que él rompió, los posters de historias BL habían sido arrancados, muchos de mis perfumes se habían roto cuando arrasó con lo que había en mi cómoda, por lo menos las fotos de mi pared seguían intactas.

No debería de sorprenderme la reacción de mi padre, desde un principio supuse que sería así. Mi padre nunca ha mostrado más que desagrado por cualquier persona que no esté dentro de su estándar de "normalidad". No me sorprende, pero me duele, me duele lo que me dijo más que los golpes que me dio. Me dolió lo que dijo sobre mi madre, lo mismo que dijo mi tía y muchas personas en las redes, que mi madre se avergonzaría de tener un hijo como yo... ¿Sería eso cierto? ¿Sentiría asco de mi? No quiero pensar en esa posibilidad, me duele que mi madre el ser que más amaba en este mundo pudiera odiarme por eso, no tenía cómo saberlo, no tenía cómo saber qué pensaría sobre mí, ella no estaba aquí y jamás volvería.

Me tiré nuevamente en la cama, es abrumadora la sensación de desolación y total desesperanza que me cubría como un manto invisible. Desde ese sábado por la mañana que encontré a Gian con Emanuele solo he experimentado dolor, un dolor profundo y cortante, un dolor antes no experimentado. Los mensajes insultantes que aún recibía solo ayudaban a incrementar esa sensación, solo quería que el dolor desapareciera, solo quería que mi vida volviera a la normalidad, despertar de esta pesadilla infernal en la que me encontraba atrapado.

Desaparecer era una idea que rondaba mi cabeza, perderme en la nada. La maravillosa posibilidad de no poder ser alcanzado por nada de esto, por las mentiras de "La amiga comenta", por los insultos de todas esas personas, por la furia de mi padre, por el desagrado de mi tía... por las mentiras de Gian.

—Danny ¿Puedo pasar? — era la voz de Geraldine en la puerta, ahí fue cuando noté que mi papá la azotó tan fuerte que la rompió y no se cerraba correctamente.

—Sí, adelante.

Ella entró con una bandeja en la que había comida coreana, no solo comida coreana, la comida de mi restaurante favorito a donde varias veces fui con Gian.

—¿Y esto? — pregunté mientras me sentaba más por hacerlo, sabía bien de dónde había salido

—Es para que comas.

—¿Quien lo trajo?

—Un repartidor.

—Yo no lo ordené.

—Lo trajeron para ti, eso dijo el repartidor.

—No lo quiero. — dije firmemente, no quería nada que viniera de Gian.

—No me lo llevaré, lo dejaré aquí, si deseas te lo puedes comer más adelante. — dijo dejando la bandeja con una sonrisa tímida y salió.

La comida se veía apetitosa y estaban mis platos favoritos, pero yo no sentía ningún deseo por ella, no tenía deseos de nada, más que de desaparecer y no sentir, no existir, así no habría más dolor. Además me molestaba estar siendo una carga para todos, Alex se la pasaba atendiéndome como un enfermo, al igual que las chicas, una persona que no es capaz de bajar a un simple comedor a comer, soy patético.

Recibí un mensaje, casi no los revisaba después de todo lo sucedido, este era un mensaje de Gian.

Por favor come, te envíe tus platos favoritos. Odiame pero no te hagas daño

No te dejes caer por mi causa o por las demás personas.

Te amo demasiado.

Ese te amo me dolió como cada una de sus palabras. Me vuelvo a tirar en la cama como la persona patética en la que me he convertido. Desde mi posición tumbado sobre un costado veo el joyero el cual no sufrió de la furia de mi padre, eso hace que me baje de la cama hacia él, lo abro, ahí están todas las cosas que me ha dado Gian, el giratiempo, el choker de swarovski, el reloj Cartier y entre todas brillando de manera majestuosa el diamante verde. Llevaba puesto el brazalete Tiffany's y el anillo del hilo rojo como el estúpido que soy, me quite el brazalete lo sostuve entre mis manos, lo gire para ver la inscripción con la fecha en la que empezamos a salir... como quisiera borrar ese día, me quité el anillo, si existía un hilo rojo, Gian no estaba al otro extremo.

Puse todo en el joyero, lo contemplé por un momento y lo cerré, le devolvería todo a Gian, no quería nada suyo, recordé lo que me dijo de nuestros besos, nuestras caricias y nuestras noches, no podía devolverle eso, como quisiera poder hacerlo, devolverle todo, devolverle su toque sobre mi piel, devolverle la sensación de su cuerpo sobre el mío, el roce de sus labios sobre mi piel. Quisiera borrar los amaneceres en sus brazos, el sonido de su voz, de su risa, borrar sus falsos te amo.

Las lágrimas no se hicieron esperar al recordar esos días en los que fuimos tan felices o por lo menos eso ilusamente creí yo. Caminé hacia el espejo que tenía allí, lo abrí ya que se podía abrir y cerrar para pasar de uno a tres espejos, tomé las fotos que tenía allí, eran fotos de Gian y mías, las tenía ahí escondidas de la vista de los demás, eran fotos en la finca y con Dolce, las arranqué todas mientras lloraba. ¿Como todo pudo salir tan mal tan rápido? ¿Como esa felicidad pudo convertirse en esto?

Sentía que mi corazón iba a estallar de tanto dolor, sentí que no iba a poder continuar de esta forma, me dejé caer al piso sintiendo como se desgarraba mi pecho.

Por fin estábamos frente a la puerta de Daniele, tocamos el timbre con un poco de inseguridad, se que le caía bien a la tía de Daniele, pero ahora que descubrió todo debo estar en su lista de personas no gratas. Una chica rubia muy linda con uniforme de mucama nos abrió la puerta.

—Buenas tardes venimos a... — empecé a decir.

—Ver a Daniele ¿Cierto? — preguntó la chica con una sonrisa.

—Sí.

—Por favor, esta arriba. — dijo haciéndonos pasar.

No vimos señales de su tía al entrar, subimos hasta la habitación de Danny. Nunca había estado en ella a pesar de ser mejores amigos, conocía a la tía de Daniele así que no lo visitaba en su casa, solo pasaba a buscarlo o dejarlo.

La puerta estaba entreabierta lo que Chiara interpretó como una invitación pues entró sin más. La habitación de Daniele era tan él y yo hubiera apreciado todos esos detalles de no ser porque estaba tirado en el suelo con esa expresión de desdicha, también su rostro se veía golpeado, fui de inmediato hacia él y lo abracé fuertemente, al principio no reaccionaba a mi abrazo, pero luego puso sus brazos sobre mí apretándome con fuerza mientras los sollozos salían de su garganta haciéndolo temblar.

—Quiero desaparecer Stefano, quiero desaparecer. — dijo con la voz entrecortada.

—No digas eso Danny, no desees desaparecer.— dije sin dejar de abrazarlo. —Vamos a levantarnos, ven. — dije parándome del suelo con él, nos sentamos en su cama, Chiara sentó al lado de nosotros.

—Lo siento Stef. — dijo escondiendo su cara en mi pecho. — Siento que te hayas visto involucrado en esto, que tu nombre saliera a relucir.

—Danny eso es lo que menos importa ahora.

Estaba consciente de que todo esto le estaría afectando, no me imaginé que estaría tan destruido, sentirlo así me hacía doler el corazón, se veía tan frágil, yo que había prometido proteger su sonrisa no lo había conseguido.

—¿Me puedes decir quien te golpeo? — pregunté lo más calmado que pude.

—Mi... mi papá, él estuvo aquí.

—Ese hijo de... — no termine la frase. —Sé que no estás bien... pero ¿Te duele mucho? — dije separándolo un poco de mí para ver su rostro, tiene un moretón en un lado de la mejilla y el labio partido.

Él negó con la cabeza.

—Estoy bien... Gian, él... él me llevó al hospital.

—¿Qué? — pregunte confundido no puede ser que estén bien de nuevo.

—¿Ustedes dos...?

—No. — dijo con la voz temblorosa, mientras sus ojos se humedecían de nuevo.

Volví apretarlo fuertemente contra mí, buscaba las palabras en mi interior mas no las encontraba, quería decirle algo que lo hiciera sentir mejor algo que borrara todas esas cosas que le hacen daño.

—Si quieres podemos ir a mi casa, no te tienes que quedar aquí si no quieres. — dije finalmente mientras acariciaba su espalda.

—No te preocupes. — dijo en un hilo de voz. — No quiero ser una carga.

—Nunca serías una carga para mí, eres muy especial, siempre lo serás. — dije y le di un beso en la coronilla. — Escucha no te diré que sé por lo que estas pasando, porque no lo sé, conozco lo difícil que es perder el apoyo de un padre y aunque mi nombre ha estado involucrado no es nada en comparación, pero quiero que sepas que pasara, las personas lo olvidarán, las personas saltaran a otro tema... Además qué importa lo que lo demás puedan pensar, tu sabes quien eres y las personas a las que les importas también lo saben.

—Y nos tienes a nosotros para apoyarte, no pasarás por esto solo. — dijo Chiara sonriéndole.

En ese momento me debí de llevar a Daniele conmigo, no debí dejarlo en ese lugar, no debí dejarlo solo ni un momento. Si tan solo hubiera prestado más atención a lo que decía entre líneas.

Chiara intento hacer que comiera a lo que Danny se negaba rotundamente.

—Si no lo haces te la daré yo mismo en la boca. — dije haciéndole cosquillas en el costado para sacarle aunque sea una pequeña sonrisa, debo de admitir que no me hubiera molestado hacerlo.

—Ok, pero deja las cosquillas... por favor. — dijo casi sin aliento.

Conseguimos hacerlo comer un poco.

—Stef ¿Que te pasó en la cara? — preguntó llevándose un bocado de comida a la boca.

—No te preocupes, no fue nada.

—Chiara.— dijo en ese tono que usa para que le digamos algo.

—No lo sé, ya estaba así cuando lo vi.— dijo sin mirarlo.

—Fue por lo que están diciendo que te peleaste en la universidad ¿Verdad? — preguntó bajando la cabeza.

—No pienses en eso. — dije dirigiéndome a su escritorio y tomando su laptop. — Vamos a ver algo que nos distraiga un rato.

—Veamos yaoi. — sugiere Chiara muy entusiasmada.

—Nada de romance Chiara, el punto es distraernos un poco. — dije haciendo énfasis en distraernos.

—Pues Boku no hero, es como si fuera yaoi.

—No es yaoi.— aclaró Danny.

—Sí según muchos fanfics. — rebatió Chiara.

—No sé porque lees esas cosas. — comenté por lo bajo.

—Yo estoy atrasado voy por la temporada tres. — dijo Daniele.

—Yo voy al día..

—Yo no he visto nada. — concluyo yo que no soy tan fan como ellos.

Logré mi cometido pues Chiara y Danny eran muy entusiastas del anime y la conversación giró en torno a eso, después de unos minutos se pusieron de acuerdo sobre qué ver.

—Tienes que seguir viéndolo Stef, es muy bueno. — me recomienda Chiara

Luego un vendaval de pelo rubio entró en el cuarto y se tiró encima de Danny, yo casi caigo ya que estoy al lado de él.

—Danny disculpa por tardar tanto, de verdad no debía dejarte. — dijo su prima, Alex, en tono angustiado.

—Ya te dije que no puedes dejar tu vida por mi Alex, ninguno de ustedes debe. — dijo suavemente, no solo a ella sino a todos nosotros.

—Chicos gracias por estar con Danny. — dijo dirigiéndose a Chiara y a mí.

—No es nada, somos sus amigos para estamos.— Contesté.

—¿Quisieran algo de cenar? — pregunta Alex. — Puedo decirles a las chicas que les traigan algo

—Estaría bien. — respondió Chiara quien nunca le dice no a la comida.

—Siempre y cuando Danny coma, por mí está bien.

Alex se sumó a nosotros un rato, como nos dijo nos subieron la cena, tuvimos que obligar a Danny a comer nuevamente ya que no tenía la más mínima intención de hacerlo.

Ver a Danny así de triste me parte el alma, aunque se haya pasado la velada abrazado a mí, no puedo disfrutarlo ya que solo está así por el dolor que siente, necesita apoyo y se lo estoy brindando nada más.

Las horas pasaron sin que no diéramos cuenta, terminamos una temporada casi completa de anime antes de que notáramos lo tarde que era.

La llamada de la madre de Chiara fue lo que nos advirtió de la hora.

—¡Son las once!—exclama Chiara una vez terminada la llamada.

—Es tardísimo y de seguro tienen deberes y yo manteniéndolos aquí. — dijo Danny con esa cara de disculpa que a veces pone.

—No pasa nada.— dije para no preocuparlo.

—Los acompaño abajo. — dijo levantándose de la cama.

Bajamos hablando de lo que habíamos visto, en el piso de abajo a pesar de la hora estaba su tía con una copa de lo que parece brandy.

—Ya están convirtiendo mi casa en un prostíbulo, recibiendo sus clientes aquí... Pero bueno la señora de la casa hace lo que le viene en gana. — dijo en tono despectivo.

Por mi cabeza pasaron muchas cosas que decirle, pero supongo que si le digo algo podría perjudicar más a Danny.

—No la escuches. — dijo Chiara mirándola con enojo.— Es solo una vieja amargada.

Yo tomé a Chiara del brazo antes de que la insultara más feo.

Seguimos hasta la salida, el rostro de Danny estaba triste nuevamente.

—Recuerda que puedes quedarte en mi casa. — dije una vez afuera. — No tienes que soportar nada de esto.

—Esta bien, no se preocupen por mí chicos, estaré bien. — Me asegura con una sonrisa triste.

No le creo en lo más mínimo. Lo dejo en la puerta sintiéndome tan desdichado como él, se ve tan frágil parado ahí bajo las luces de los faros que iluminan el sendero que lleva a la puerta principal, no quería dejarlo solo, no quería irme, pero no me podía quedar y él no se quería irse conmigo.

Decepción, otro sentimiento que odio, otra sensación horrible, tanto como el dolor y eso también lo sentía. De nada había servido lo que hice, Gian no estaba conmigo, no me había buscado, no me había llamado y lo que era peor me había bloqueado de todos lados, algo que jamás habia hecho.

Había visto los rumores que se habían esparcido sobre el conejito, no me sentía feliz sobre eso, me daba hasta un poco de pena por el chico. Yo no soy ajeno al acoso en redes. Soy muy activo en ellas por mi trabajo y a pesar de que recibo muchos elogios por mi hermoso físico y mi andrógina belleza, también he recibido muchos ataques, en especial por ser homosexual, aun hay cada idiota en el siglo XXI.

Intento distraerme en mi trabajo, pero se me hace tan difícil, no me puedo sacudir la sensación de que la última vez que estuve con Gian fue así, sin que pudiera recordarlo, sin que pudiera reaccionar. No me preocupaba que lo que hice fuera un crimen, no había forma de que lo comprobara, lo único que me molestaba es que ese fue nuestro último encuentro. Al parecer ya no había esperanza para nosotros, al parecer nuestra relación intermitente había llegado a su fin.

Me sentía perdido, Gian era algo real para mí, era como el sol, sabes que siempre va a salir no importa qué y para mi Gian siempre estaría para mí, no importa que. Al menos no estaba con el conejito o eso esperaba, siempre lo vi como un intento de sustituirme.

Aunque sentía todo eso, no me rendía, dentro de mí sentía que tal vez había un poco de esperanza por pequeña que fuera, tal vez era muy pronto, tal vez cuando pasaran las semanas, un mes él entendería que yo soy lo mejor para él. Si le doy su espacio puede que comprenda que en su relación conmigo no había tanto drama, que por mucho tiempo fuimos felices.

No soportaba que Daniele estuviera aquí, me molestaba en sobremanera su presencia y no había nada que pudiera hacer para sacarlo, contaba con el apoyo de Franco, tan apoyado se sentía que traía a sus amiguitos aquí, el sin vergüenza. Me molestaba como todos en la casa lo trataban como si él fuera especial.

Nada de lo que hacía para darle lo que merecía parecía funcionar, el estúpido de Gian está tan cegado por él que amenazó con demandar a Gertrudis o por lo menos eso me dijo cuando me llamó.

Después de llevar a mi hermano al hospital por la golpiza que le propinó Gian decidí llevarlo a su casa, eso era mejor que comprobar si iba a cumplir sus amenazas.

Durante el trayecto se la paso soltando improperios contra Gian, intente decirle que era culpa de Daniele, pero mi hermano es una persona complicada para contradecir.

—Y en parte es tu culpa. — me dijo muy exaltado.

—¿Disculpa? ¿Mi culpa?

—Te dije que lo vigilaras.

—Y lo hice, pero tengo asuntos que atender, no podía vivir pegado a él. Nadie tiene la culpa de que sea marica. — dije a modo de defensa.

—No sabes la rabia que le traigo. Espero que jamas se vuelva a aparecer por aquí.

Antes de llegar a nuestro destino, ya que es un viaje de seis horas, recibí una llamada de Gertrudis, sonaba muy nerviosa y hablaba bastante rápido, casi no la entendía.

—¿Qué dices querida? No te entiendo.

—Gian va a demandarnos.

—¿Demandarnos? ¿De qué hablas?

—Por la noticia, quiere que me retracte, Patricia. ¿Tienes pruebas de lo que dices?

—No, no tengo pruebas.

—Pero...

—Cálmate. Gian no va a demandarnos, en todo caso te demandará a ti.

—Pero...

—Tu tampoco tienes pruebas de que yo te lo dije.

—¿Qué?— pregunto sorprendida. — Patricia, yo te creí.

—Sí lo sé, pero no hay nada que yo pueda hacer, la pagina es tuya a final de cuentas.

—Es mentira ¿Verdad? Lo que me dijiste de tu sobrino no es cierto.

—... No es totalmente falso.

—¿Como pudiste? Eres una víbora.

—Igual tu, espero que te hayas divertido publicando cosas sobre mí en el pasado.

—Nunca publiqué nada falso sobre ti, todo lo que dije es cierto, eres una amargada, obsesionada con tu ex esposo, incapaz de superarlo y entender que él no te quiere. Eres tan trepadora como tu sobrino. A nadie se le ha olvidado de donde vienes Patricia Macri. — dijo cerrando la conversación. A pesar de los años ese tipo de comentarios aún me afectan.

Estaba furiosa con Gian. ¿Como se atrevió a amenazar a esta idiota? Respire profundo no importa que lo desmienta, en situaciones como esta la duda siempre queda.

—¿Qué pasó Patricia? ¿De que demanda hablas?— preguntó mi hermano.

—Nada, es solo Gian qué se enojó por el artículo sobre su amante.

—No sé como un hombre como él puede ser tan degenerado, es verdad lo que decía papá, mientras más ricos más depravados.

No le respondí, deje a mi hermano en su casa y decidí volar a Milán desde la ciudad contigua, no pasaría otras seis horas en un auto, el chofer que llevara el vehículo él solo.

Llegué a mi casa para encontrarla invadida por los amigos de la víbora de Daniele. Como desearía poder desaparecerlo de la faz de la tierra. Tenía que distraerme de algún modo. Al día siguiente salí a un brunch con una de mis amigas del comité de beneficencia.

Nos encontramos en uno de mis restaurantes favoritos, como pensé ella sacó el tema de mi sobrino a colación y yo me aseguré de dejar a Daniele aún peor parado de lo que estaba asegurándome de que él se viera como el culpable de absolutamente todo.

El brunch transcurrió normal, con los chismes de costumbre, pero sufrí una enorme humillación que me haría acrecentar mi odio por Daniele. A la hora de pagar yo me hice cargo de la cuenta ya que fui yo quien la invite, lo que sucedió hizo que se me subieran los colores al rostro.

El camarero regresó con la carpeta par decirme en voz baja que la tarjeta habia sido rechazada.

—Esto debe ser un error.

—Lo lamento señora, pero fue rechazada. —reitero el muchacho. —Podemos intentar con otra si desea.

—Esto es inconcebible.— dije sacando otra tarjeta de diferente banco.

Lo mismo sucedió, el joven volvió con la misma historia.

—Tranquila Patricia, puede ser un problema del banco. — dijo mi amiga. — Yo pago querida.

Salí del restaurante sintiéndome muy humillada, no podía ser, debía de ser un error. Hice que el chofer se parara en un cajero automático para comprobar y en efecto en la pantalla del mismo me informo que me comunicara con el banco. Decidí llamar a Piero ya que él es que se encarga de estas cosas.

—Ah, sí las tarjetas. — me dijo cuando le expliqué lo que sucedió. —Papá me dijo que te comunicaras con él sobre esto.

—¿Qué? ¿Por qué?

—No lo sé mamá solo me dijo que lo llames.

No tenía deseos de llamar a Gian di Castello, mucho menos después de lo que había sucedido en los últimos días, pero no me quedaba de otra.

—¿Que se te ofrece Patricia? —su tono era de total cinismo.

—Me dijiste que llamara.

—Ah así que esto es por las tarjetas.

—No veo otra razón para llamarte.

—Tienes razón, bien las cancelé.

—¿Que? ¿Como que las cancelaste?

—Lo que oíste Patricia, ya no pagaré más tus gastos, ya no te mantendré más.

—No puedes hacerme esto.

—Claro que puedo, ya lo hice.

—¿Como alimentare tus hijos? ¿Cómo mantendré la casa?

—Los chicos no tienen problemas, tienen su propio dinero, de la casa siempre me encargado yo... y de hecho creo que deberías empezar a buscar un lugar para mudarte.

—¿Me estás echando de la casa?

—Lo estoy considerando, debo hablar con mi padre de todos modos.

Yo no salía de mi asombro, esto no puede estarme sucediendo, no a mi.

—¿Todo esto es por él? ¿Todo es por Daniele?

—En parte sí, me costó comprender lo hija de puta que puedes llegar a ser para entender que yo no tengo porque seguir manteniéndote.

—Es... es un ultraje.

—Quéjate todo lo que quieras no hay nada que puedas hacer de todos modos.— dijo colgando la llamada.

Mi vida se estaba acabando. ¿Cómo iba a vivir sin el apoyo financiero de Gian? Mi estilo de vida dependía de él. Ya en la casa me senté en la terraza aun en el mismo estado de shock, no creía lo que estaba sucediendo, sentí que estaba siendo presa de una broma pesada. Tenía unos minutos en la terraza cuando veo el chofer acercarse.

—Signora di Castello disculpe, tengo que informarle de algo.— dijo una vez allí.

—Ahora no.— respondí en un tono firme, no estaba para los empleados y sus problemas.

—Es que es algo que debería de saber.

—En otro momento, si es un permiso no lo puedo aprobar.

—Ya no trabajaré para usted.— dijo.

—¿Qué has dicho?— pregunté sorprendida.

—El señor di Castello me informó que ya no estaré trabajando aquí, me dijo que me necesita para la empresa.

—No puedes irte, eres mi chofer.

—Lo siento señora, pero el señor es quien me contrató, hago lo que me ordene.

—¡Maldito Daniele! — grité llena de furia. 

No me iría de la casa, tendrán que sacarme para que me vaya, ese desgraciado no se quedaría con mi vida, este no sería el fin de Patricia di Castello.

Los días sin Danny se me hacían eternos y grises, no podía creer que él no quería saber nada de mí, extrañaba todo de él. Salí de la oficina un poco tarde no tanto por el trabajo sino porque no quería llegar a mi apartamento y sentir aún más su falta en mi vida.

El lugar se sentía tan vacío sin él, todo parecía tan irreal, tan falto de vida. Ya no me acostumbraba a estar sin él, sin poder llamarle para verlo, para saber de su día. Danny era mi vida, sin él yo no era nada.

Subí a mi habitación para despojarme de mi traje. Cada rincón me hablaba de él, la cama donde lo hice mío tantas veces, el sillón donde me sentaba a ver los shows que hacía solo para mí. Podía verlo parado iluminado por la luz que se filtraba por los ventanales en tantos amaneceres juntos. En el alféizar de la ventana cerca de la mesa de noche había un oso de peluche que había dejado aquí, lo tomé entre mis manos sentándome en la cama.

Danny, Danny, Danny es lo único en que podía pensar, mi baby boy tan dulce y tierno. El oso tenía el aroma de Danny a vainilla y caramelo, lo abracé fuertemente enterrando mi nariz en él, queriendo conservar su aroma en mi por siempre. No pude evitar sentirme desdichado,no pude evitar las lágrimas que salieron de mis ojos, no pude evitar el dolor que se expandía en mi pecho.

Casi por acto reflejo fui al vestidor a despojarme de la ropa con la que llevaba el día completo, pero ahí todo fue peor con tantas cosas de Daniele en todas partes, con esa sensual ropa que usaba para mí, todo aun conservaba su aroma, todo seguía allí esperando su regreso. Me desvestí despacio sin poderlo sacar ni un instante de mi cabeza.

Pensé que tomar un baño me relajaría, pero solo me hizo pensar más en él, porque ahí en el baño estaban las bombas para baño que tanto le gusta usar. Termine optando por una ducha fría, me vestí con lo primero que encontré, daba vueltas por la casa como un animal enjaulado hasta que finalmente baje a la cocina, tome una botella de whisky y me dirigí al área de la piscina Mientras veía el agua me pregunté porque nunca nadé con Danny aquí, él es un gran nadador lo he visto, pero jamás hemos usado la piscina. Me tome el litro de whisky en tiempo récord y decido ir por otro.

No sé cuanto duré entre un litro y otro, solo sé que en un momento se acabó el whisky y decidí continuar con vodka, estaba más que borracho en esos momentos. El cielo estaba bastante oscuro, no tenía idea de que hora era, pero al parecer llevaba varias horas ahí sentado tomando mientras pensaba en Danny.

No sé cuál era el número de la botella por la cual iba cuando la falta de Danny se me hizo aun más insoportable, entonces en las brumas del alcohol pensé que sería una buena idea ir por mi baby boy. No podía estar tan lejos de él por tan largo tiempo, no podía no verlo, no podía vivir con el hecho de que me odiara. Tomé una chaqueta del armario y las primeras llaves que vi, salí de la casa alcoholizado como estaba dispuesto a buscar a mi baby boy y traerlo conmigo.

Mentiría si digo que sé como llegué, solo sé que fue una suerte llegar de una pieza. Mal estacioné el auto en la entrada y me encaminé hacia la puerta, tengo llave de la casa, pero como estaba no creo que sería capaz de abrir una puerta. Toqué varias veces antes de que una de las muchachas del servicio con ropa de cama me abriera.

—¿Señor di Castello? — preguntó extrañada y asustada.

—Hola. — dije sosteniéndome del marco de la puerta. — Toma linda llénalo. — dije pasándole un vaso que ella tomó anonadada. —¡Danny ven aquí! — grité en dirección a la escalera— ¡Danny!

—¿Que es este escándalo? ¿Papá? — era Alex quien salió de su habitación y se asomó por la escalera a ver a qué se debía el ruido.

—Alex vuelve a dormir, tienes clases mañana vine a buscar a Daniele.

—¿Sabes que hora es?

—La hora de buscar a Danny.

—¡Es de madrugada!

—Conejito baja, he venido por ti. — seguí llamando haciendo caso omiso a Alex y la información que me dio sobre la hora.

—¿A quien se le perdió un conejo? — esta vez fue Carlo quien despertó.

—Tu también vuelva a dormir. — dije camino a la puerta .— Daniele Macri te estoy llamando baja ahora.

—¿Es que ya no te queda nada de vergüenza? — preguntó Patricia quien venía bajando las escaleras bastante enojada.

—Maldición no vine por ninguno de ustedes. — dije frustrado. —Danny baja de una buena vez o voy a ir por ti. — dije encaminándome con mi paso irregular de borracho a la escalera.

Me desperté por los gritos de Gian, tomé el teléfono aturdido por el sueño y vi que eran las una treinta de la madrugada. Lo escuché llamarme a gritos con esa voz que delata que ha tomado bastante, pero no quiero bajar, no quiero verlo.

Ese día había sido igual de malo que el anterior, no había ido a la universidad desde que los rumores se iniciaron. En la mañana lo intenté, pero me dio un ataque de ansiedad al salir de la casa al pensar en los comentarios de los demás que solo incrementarían al ver el estado de mi rostro, me quedé parado en el umbral sin poder caminar y decidí devolverme.

—Daniele si no bajas subiré por ti. — lo escuché gritar otra vez.

Esto no estaba sucediendo, era lo que me repetía una y otra vez desde que esto empezó, quería que todo fuera una horrenda pesadilla de la cual me despertaría. Escuché las quejas de los demás para que Gian entre en razón y se vaya, aunque nada parece convencerlo. Respiré profundo, abrí la puerta y bajé las escaleras.

—Gian por favor marchate. — dije sin terminar de bajar las escaleras.

—Baby boy. — dijo con esa voz y sonrisa de ebrio.

—Solo vete ¿Sí?

—No me voy sin ti mi conejito. — dijo mientras se acercaba a mí, terminamos frente a frente, me tomó de la mano.

—Suéltame por favor.

—¿Como te atreves a hacer espectáculo con tu amante en mi cara? ¿En mi casa?— dijo mi tía bastante molesta.

—¿El amante de quien? ¿Te refieres a Danny? Él no es mi amante, él es el amor de mi vida, eso es muy diferente. ¿Además la casa de quien?

—Papá estás muy borracho— dijo Carlo quien había bajado las escaleras.

—Carlo déjame en paz, vete a dormir como un buen niño. ¿Sí?

—El que debe acostarse eres tu.

—Y lo haré, con Danny, ven mi baby boy.

—Gian... — dije en algo que sonó más a un quejido.

—Papá por favor, tenemos que dormir— dijo Alex quien también había bajado.

—Pues duérmanse, yo no los estoy deteniendo.

—No tienes el más mínimo de decencia. — repetía mi tia

—Ni tu amor propio y yo no te digo nada. — dijo Gian mirando en su dirección.

—Hacer esos escándalos en una casa decente, a estas horas.

—Y la perra seguía y seguía.— dijo con gesto de fastidio.

—¿Como me llamaste? La única perra aquí es esa. — dijo señalándome.

—Mamá por favor... — empezó Alex.

—Por favor nada, no me van a callar ,eso es lo que es una perra aprovechada que se metió en esta casa y se quedó con tu padre.

—Ay Patricia, Patricia. ¿Sabes una cosa? Ahora no me voy, me quedaré aquí con Daniele, en mi habitación. Saca todas tus cosas de la habitación principal, dormiré en ella con mi mi baby, bueno dormir lo que se dice dormir tal vez no.

—De ninguna manera.— dijo con el ceño fruncido estaba tan enojada que se veían las venas en su frente.

—¡Maldición Patricia cállate de una buena vez!— no gritó, bramó, fue tan fuerte que todos nos estremecemos. —Vine para estar con Daniele y tu no tienes nada que ver con eso. — me tomó de la muñeca me llevó hasta el sillón donde nos sentó. —Esperaré aquí a que salgas de la habitación.

—Gian por favor no hagas esto. — le digo en voz baja, ahora que estoy a su lado noto que huele bastante a alcohol.

—No te preocupes dentro de poco estaremos durmiendo abrazados juntos. — dijo poniendo sus brazos a mi alrededor. Me siento débil ante su abrazo, ante su calor, no negaré como mi corazón late rápido al sentir las vibraciones que salen de su pecho cuando habla.

Quería decirle que me soltara, que me dejara en paz, que no quería verlo, pero estaba tan borracho que sería imposible razonar con él, bueno más que de costumbre.

—Gian por favor... solo vete.

—No me iré sin ti conejito. — dijo tomándome del mentón para besarme, yo aparté el rostro, aunque claro que anhelaba sus besos no olvidaba lo que me había hecho.

—¿No besas a daddy?

¿Es que está tan borracho que olvido todo lo que sucedió? ¿No recuerda que terminamos?

—Papá estás incomodando a Danny. — dijo Alex con las manos en la cintura.

—Perdoname baby no era mi intención incomodarte.— dijo con una cara exagerada de arrepentimiento.

—Si no te vas me veré obligada a llamar a la policía. — dijo mi tía.

—Mamá no hay que llegar a eso. — dijo Carlo.

—Déjala que lo haga Carlo. — dijo Gian poniéndose de pie.— Adelante, vamos llama. — las palabras sonaban como un reto.

—No hay que llamar a nadie papá solo deberías ir a acostarte, por favor, deja de hacer esto — dijo Alex intentando apelar a su juicio.

—Puedo llevarte a tu apartamento para que llegues completo. — se ofreció Carlo — Anda vamos.

—No me voy ir de aquí sin Danny, no me voy a ir de aquí y punto. No me iré dejando a esa bruja creyéndose dueña de todo, no la dejaré creyendo que tiene el derecho de maltratar a Daniele, no lo dejaré a él pasando por todo esto solo, no me voy. Me quedaré con él aquí para siempre.

Todos intentaban hacerlo entrar en razón mientras mi tía gritaba todo lo que pasaba por su cabeza. Yo sentía que me volvería loco, que me daría un colapso nervioso en cualquier momento, no podía seguir soportando tantas cosas.

—¡Iré contigo! — dije poniéndome de pie. —Esta bien. — dije acercándome a él, lo tomé de la mano. —Me iré contigo daddy. — dije poniendo voz melosa.— En tu apartamento estaremos mejor, solo nosotros. ¿Sí? Ahora dame esas llaves y deja que tu baby te lleve.

—¡Maldita cualquiera!— exclamó mi tía mirándome con los ojos llenos de odio.

Intenté que no me afectara, estaba haciendo eso no porque quisiera si no para convencer a Gian de que se fuera, así tuviera que llevarlo yo.

—Mejor nos quedamos. No le vamos a dar la satisfacción a Patricia de que te llame como le de la gana. — dijo acariciándome el rostro.

—No importa daddy, solo vámonos.

—Sin vergüenza degenerado.— siguió mi tía.

—Mamá no sigas. — dijo Carlo que entendió lo que pretendía hacer.

—Vámonos.— volví a decirlo tomando su mano. — Solo déjame despedirme de los chicos y buscar unas cosas arriba.

Subí por mi teléfono y por el joyero para devolverle las cosas, una vez abajo me acerqué a Alex y la abracé.

—Lo llevaré a su apartamento y volveré en la mañana. — dije a su oído.

—Esta bien, cuidate Danny.

—Estaré bien. — le dije con una sonrisa.

Me despedí de Carlo de la misma forma.

—Si quieres los puedo seguir en mi auto.

—Descuida no pasará nada, tienes clases mañana así que descansa.

Mi tía me dio una mirada de completo odio cuando pase por su lado sin mirarla.

Fue un reto sacar el auto de lo mal estacionado que estaba, pero lo conseguí. El trayecto fue difícil para mí, la presencia de Gian en el asiento del copiloto me afectaba bastante, cada vez que parábamos en una luz roja tomaba mi mano para besarla dedicándome una sonrisa.

Subir a su apartamento fue otro reto, Gian estaba bastante ebrio y hacerlo caminar por el parqueo hasta el ascensor fue muy difícil, Gian es bastante pesado. Al final pudimos llegar al apartamento donde lo ayudé a llegar a la habitación. Lo dejé en la cama completamente vestido y con los zapatos puestos, no me molestaría en quitarle nada.

Después de dejarlo en su habitación le escribí a Alex que llegamos bien para que no se preocupara, luego me dirigí a su baño busqué una aspirina de su botiquín tenía un dolor de cabeza monumental. Una vez abajo vi varias botellas de whisky vacías, eso explicaba su estado.

Volví a su habitación y me senté en el sillón, estar ahí no me hacía ningún bien, ver esa cama solo me hacía recordar cuando lo encontré con Emanuele, pensaba en todo esto y en algún momento caí dormido.

Los rayos de sol entrando por los ventanales me despertaron, me dolía todo el cuerpo por dormir en el sillón Gian seguía dormido en la cama. Me levanté para ir al baño, todas mis cosas de baño estaban aquí, mis bombas para baño, mi champo, mi cepillo de dientes como si viviera aquí. Me di una ducha rápida, me dirigí al vestidor donde también había mucha de mi ropa, me vestí con lo primero decente que encontré.

Baje las escaleras pensé en irme, no tenía que esperar a que Gian despertara. Mientras lo consideraba recibí una notificación de que "La amiga comenta" estaba en vivo. No quería verla, lo más probable sería para hablar más mentiras sobre mí, pero la curiosidad o el masoquismo me hicieron verla.

En el directo no se veía su cara solo la silueta de una mujer a pesar de que la gran parte de las personas sabíamos que se trataba de la señora Gertrudis.

—Buenos días a todos los que están viendo esto.

Es increíble la transmisión era vista por miles de personas. Me senté en nuestro sofá de la sala.

—Lo que vengo a hacer hoy es difícil, pero necesario. En los últimos días se han propagado muchos rumores sobre el joven estudiante Daniele Macri, se ha cuestionado su moralidad, su calidad como persona y su reputación a quedado muy perjudicada. Esos rumores han sido propagados en su mayoría por esta pagina y por su servidora. Vengo a desmentir todo lo que se ha dicho. La información recibida por mí pensé era de buena fuente y publiqué lo que se me dijo aun sin pruebas ya que la información me fue dada por su tía Patricia di Castello o más bien Patricia Macri.

Hace una pausa cuando dice esto. Estoy anonadado, no puedo creer lo que estoy viendo.

—El joven Daniele Macri es un estudiante becado de arquitectura, si bien es cierto que tiene una relación romántica con el señor Gian di Castello, el joven Macri no ofrece servicios sexuales, no recibe dinero de hombres a cambio de favores de este tipo.

»Todo eso fue un invento malicioso de Patricia Macri que no ha entendido que Gian di Castello es su ex esposo y que desde hace diez años no hay nada entre ellos. Esa señora orquestó todo y uso este medio para esparcir su veneno, y yo tontamente por la amistad que nos unía creí en todo lo que me dijo.

»Pido mis más sinceras disculpas a todos los implicados en esto. Pido disculpas al joven Stefano Bianchi, al empresario Gian di Castello y principalmente a Daniele Macri quien fue el más afectado por este desafortunado incidente.

»Esperamos pasar la pagina en este asunto y de este punto en adelante solo publicaremos información veraz y comprobable. Nos vemos pronto y recuerden no hay nada mas peligroso que una mujer despechada.

Con eso termino la transmisión. No salía de mi asombro. ¿Por que se disculpó? ¿Por que dijo la verdad y culpó de todo a Patricia? Los comentarios eran miles, pero en su gran parte no habían mejorado.

"De seguro alguno se los amantes le pago para que dijera eso"

"Es que no querían que saliera a relucir el nombre de alguien más"

"Si claro ahora es mentira, yo creo que la amenazaron"

"@laamigacomenta no te dejes presionar"

"Que desgraciada es la patricia esa"

"Pobre chico tan mal que hablaron de el"

"Sigue siendo un homosexual asqueroso y sigue acostándose con un viejo rico da lo mismo"

"Se coge con el tio como quiera"

—No debes seguir viendo eso, no te tortures. — dijo Gian detrás de mí.

Me giré para verlo estaba solo en un pantalón de pijama negro, no pude evitar mirarlo de arriba abajo deteniendo en su definido abdomen y su fuerte pecho... pero eso no quita el hecho de que es un maldito desgraciado que me mintió y me usó. Un desgraciado muy sexy, pero un desgraciado a final de cuentas. Bloquee mi teléfono y me levanté del sofá.

—Veo que no moriste en la noche, mi buena obra está completa. — dije sin mirarlo dirigiéndome a la puerta.

—Danny no te vayas por favor. — dijo tomándome del brazo.

—Le agradecería que me suelte.

—Danny por favor.

—Señor di Castello.¿Piensa obligarme a que me quede? ¿Me va a secuestrar de casualidad?

—No voy a obligarte solo quiero que me creas.

Yo me gire para quedar cara a cara con él.

—¿Creerle? ¿Usted quiere que le crea? ¿Me creería usted si hubiera sido yo? ¿Me creerías si me hubieras encontrado en la cama con Stefano?

—Te hubiera escuchado.

—Pero no me hubieras creído el cuento del no me acuerdo, descuida nadie lo haría.

—Sabes que no te haría daño.

—Ya lo hiciste.

Mi teléfono suena, es Alex.

—Danny no vayas a la casa, vamos donde Bella mi madre se puso como loca cuando vio el directo de La amiga comenta empezó a romperlo todo y a lanzar amenazas contra todo el mundo, tuvimos que llamar al doctor para que le pusiera un tranquilizante.

La situación solo mejora, pensé irónicamente.

—Está bien iré para allá.— dije terminando la llamada. —Pase buen día señor di Castello.

—Danny...— dijo tomando mi mano nuevamente.

—No me toque.— dije retirando la mano violentamente. —En su auto le deje parte de las cosas que me dio, las demás se las daré cuando tenga la oportunidad, seguramente las enviaré a su oficina.

—Ya sabes que no tienes que devolverme nada.

—Adiós señor di Castello. — camine hacia la puerta a pesar de que me llamaba decidí salir huyendo como aquella vez, el ascensor se tardaba demasiado, temía que Gian pensara perseguirme así que bajé corriendo las escaleras y tomé el primer taxi que pasó al salir del edificio.

En la casa de Bella solo estaban ella y Alex.

—Me asustó, pensé que había perdido la razón. — dijo Alex.

❣️❣️

❣️

Estábamos en la cocina de Bella tomando café.

—Tiro los adornos, rompió los floreros, estaba como loca, gritaba cosas sobre mi papá, sobre Gertrudis...

—Y sobre mí lo sé, me odia.

—Creo que no debes seguir viviendo allí. — dijo Bella. — No me malinterpreten, estoy de tu lado Danny, es solo que creo que te hace daño. Cada vez que mi tía Patricia se enoje cargará contra ti.

—Papá está pensando sacarla de la casa. — dijo Alex.

—No dejes que lo haga. — dije, ambas me miraron sorprendido.

—Pero te hizo muchas cosas feas, es decir es mi mamá, pero eso que te hizo estuvo muy mal.

—Lo sé, pero ella siempre ha vivido en esa casa, tiene años en ella, sería cruel sacarla de allí.

—Eres demasiado bueno. —dijo Bella.

—Es en serio, por favor Alex pídele que no lo haga.

—No es un hecho aún. — dijo Alex. — Solo lo está pensando y debe hablar con mi abuelo primero.

—Como sea te iba a proponer que vivas aquí. — dijo Bella. — Tengo cuatro habitaciones y solo ocupo una, además no me vendría mal un poco de compañía.

—No lo sé, no quisiera molestar.

—No me molestas, me estarás haciendo compañía. Vamos nos llevamos bien, no tendrías que soportar los arranques de mi tía. ¿Que dices?

—Creo que es buena idea, no te conviene estar cerca de los arranques de mamá.

Yo lo considere mirando mi taza de café. ¿Cuales eran mis opciones después de todo? No podía volver a mi pueblo, no creía correcto que mi tía tuviera que salir de la casa por mi causa, no tenía dinero para alquilar un lugar, ni trabajo y por cómo se ven las cosas perdería la beca... no tenía nada. Tal vez vivir con Isabella representaría un cambio, a pesar de que yo no me sentía especialmente positivo.

—No estaría mal.— dije finalmente.

—Hecho — dijo Bella emocionada.— Solo tienes que buscar tus cosas.

—Es mejor mañana, no se como estará mi mamá cuando despierte.

—Pues vamos a escoger una habitación para ti. — Bella parecía muy feliz por mi respuesta positiva.

A pesar del entusiasmo de las chicas, de las disculpas de doña Gertrudis, a pesar del apoyo que Stef y Chiara me brindaran, me sentía en un pozo, me sentía en un túnel oscuro en el cual no podía ver la luz, no podía ver la salida. Podía hablar con ellas, reír un poco y distraerme, pero el dolor seguía presente, seguía en mi pecho, la garra que me apretaba la garganta seguía cortándome la respiración.

No culparé a nadie de lo que sucedió después, fue mi decisión. En esos momentos ya lo consideraba solo necesitaba un poco para pasar de los pensamientos a la acción y el mundo estaba decidido a dármelo.

Otro capítulo llega a su fin.🎉

Perdón por el retraso, mi servicio de internet decidió no funcionar por unos días.📡

¿Que opinan del capitulo?

¿Que opinan de lo que le ha sucedido a Patricia?

¿Creen que Gian deba demandar a Gertrudis de todos modos?

Quise poner un poco de POV de Emanuele para enseñar sus pensamientos luego se lo que hizo.

Gracias mil a todos los lectores de esta historia, gracias por sus votos y sus comentarios, los amo.

Gracias de todo corazón por llevar esta historia tan lejos aun me sorprendo de haber llegado a tanto. Un millón de besos para todos ustedes.😘

Quiero informarles que casi llegamos al final y prepararlos para el capítulo que viene porque viene MUY fuerte. Preparen pañuelos, chocolates, música y todo los que les haga sentir mejor.

Como de costumbre, dejen sus dudas, preguntas, comentarios, emotional outburst, todo.

Nos vemos en el próximo capítulo.

😘 Bye.

Próximo capítulo: Last resort. (Papa roach)

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