Capítulo XXIV: 💋"Is the most wonderful time of the year"💋
Me sorprendió que una limusina fuera a recogernos. Mientras íbamos al apartamento de Gian no pude dejar de pensar en lo enojado que Stefano estaba conmigo, lo peor es que nunca pensé que también Gian se enojaría, esa noche solo se ponía peor.
Llegamos al apartamento, como era de esperar Gian no espero que abrieramos la puerta para devorarme, a trompicones entramos y fuimos dejando un rastro de ropa desde el recibidor hasta la habitación.
—No te quites los pantalones— me dijo entre besos.
Una vez en la habitación me acostó en la cama donde me retiro los botines y las medias, dejándome solo con el diminuto pantalón a rayas y volvió a atacar mis labios y cuello.
Quería estar con Gian, tenía desde el lunes del castigo deseaba estar con él como ahora, pero por alguna razón seguía viendo la cara herida de Stefano cada vez que cerraba los ojos.
Gian estaba encima de mí besando mi cuello, podía sentir, sus labios repartiendo besos, sus manos acariciando mis piernas suavemente, claro que puedo sentir todo, como también me siento afligido por las cosas que sucedieron, los bailes, la conversación con Emanuele, lo que sucedió con Stefano.
Puedo sentirlo detenerse se apoya en sus manos y me mira.
—¿Qué te sucede baby?
—No es nada.— respondí desviando la mirada.
— Sé cuando te sucede algo. ¿Qué es? ¿Sigues enojado por lo de la fiesta?
— Sí. — aunque no es solo por eso, en realidad no quiero pensar, quiero que mi mente se quede en blanco... No quiero sentir este raro remordimiento. Puse mis brazos en su cuello.— Por favor daddy haz que olvide porque estoy enojado. — use una voz más dulce de lo usual, abro mis piernas más para que pueda acomodarse mejor entre ellas, para sentirlo más pegado a mí.
Gian me besa con ardor, recorriendo mi cuerpo con sus manos, como un navegante experimentado que ha memorizado la ruta de un mar que ha atravesado cientos de veces.
—Amarrame daddy... por favor. — dije ofreciéndole mis muñecas.
Él sonrió de la manera que me encanta, de la mesa de noche mas cercana saco un juego de pañuelos de uno de sus tantos regalos de cumpleaños y ató mis manos por encima de mi cabeza.
—Dime si están muy fuertes.
—No, así está bien.
Repartiendo besos por todo mi cuerpo bajó hasta quedar en mi entrepierna.
—Si tan solo la tela fuera más elástica te cogería con este pantalón puesto. — dice besándome por encima de la tela del pantalón. — En serio adoro verlo. — lo fue bajando despacio revelando la pequeña ropa interior de encaje negro que llevo puesta. —Es la primera vez que te veo con un color oscuro, te ves sexy, aunque prefiero los colores más claros en ti.
Me besó nuevamente por encima de la tela de encaje que dejaba muy en claro mi estado ante sus atenciones, retiró la ropa interior con los dientes para luego tomarme en su boca. Dejo escapar un jadeo al sentir su lengua traviesa, cierro los ojos ante el placer que estoy sintiendo perdiéndome en él, es justo lo que necesitaba. Me encanta cuando lo hace, no puedo controlar las sacudidas de mi cuerpo ante tan gloriosa sensación.
—Mantente quieto baby.— dice demandante haciéndome obedecer.
Eso quería esta noche, ser su sumiso total, que hiciera lo que quisiera conmigo, que fuera rudo, que fuera brutal. Él lo entendió sin que tuviera que ponerlo en palabras, comprendió lo que yo quería a la perfección. Me volteo bruscamente, me preparo deprisa y de un solo movimiento ya estaba dentro. Me jalo del cabello,mientras que tenía una mano bien aferrada a un lado de mi cadera haciéndome arquear la espalda.
Fue tan rudo como lo quería, nalgadas fuertes que dejaban la piel enrojecida, mordidas que dejarían marca por varios días, embestidas brutales que hacían que mi cuerpo se balanceara violentamente. Todo para no recordar lo que me atormentaba.
—No creo que vaya a poder caminar mañana.— dije acostado a su lado en la cama una vez terminamos. Estaba sin aliento, cansado, adolorido y satisfecho muy satisfecho.
—Exageras baby, aunque a mi me encantaria que te quedes acostado mañana todo el día — dijo poniéndose de pie, vi que tomo una cajetilla de cigarros y salió, como dije nunca fuma a mi lado.
Me estiré en la cama el cansancio que sentía era en cierto modo satisfactorio, me envolví en el edredón, me gire para acomodarme cuando me fije en mi teléfono, eso me hizo recordar ciertas cosas. Estire el brazo para tomar el teléfono de la mesita de noche para ver si tenía algún mensaje de Stefano, pero no tenía nada. Él por lo general me envía un mensaje para decirme que llegó bien, esta vez no lo hizo. Aún no era tan tarde yo podía mandarle un mensaje.
No recibí tu mensaje espero que hayas llegado bien. Por favor respóndeme.
Visto, me dejo en visto. Esta muy enojado conmigo.
Lamento lo que sucedió en la fiesta, no fue mi intención que te sintieras así. Perdóname si así se vio.
Me dejó en visto de nuevo.
Por favor dime algo, no me dejes en visto!!!
—¿Qué haces baby?— la voz de Gian me sobresalto.
—Nada.
—¿Como que nada? Estabas con el teléfono ahora.
—Solo veía la hora.— dije bloqueando rápidamente mi teléfono
Él me miró levantando una ceja no muy convencido, pero no dijo más, se acostó a mi lado.
—¿No vas a dormir baby?
— Sí.
Iba a poner el teléfono de nuevo en la mesa de noche cuando... ¿Recuerden que mi vida es como la ley de Murphy, si algo malo puede pasar, pasará? Mi teléfono sonó con el tono de mensajes. Me quedé estático, no sabia que hacer, no podía solo ignorarlo o si.
—¿Quién te está enviando mensajes a esta hora?
El nombre de Stefano en la pantalla.
—¡Ah! Ya veo, es él. ¿No lo vas a abrir?
Si lo hacía verá la conversación y vera que le menti. Mi corazón late acelerado, si no lo hago sabrá que le oculto algo, lo abrí.
Una imagen enviada por Stefano:
Pero los ojos de Gian no se quedaron en la imagen, se posaron en los mensajes que yo envié.
—Me mentiste.
—No, yo solo...
—Te pregunté qué hacías y me dijiste que nada y luego que viendo la hora cuando en realidad estabas mandandole mensajes a tu amiguito a mis espaldas.
—No es así daddy lo estas mal interpretando.
—¿Qué estoy mal interpretando? — preguntó con gesto enojado.
—No te dije que le escribí a Stefano para que no te enojaras.
—¿Entonces admites que me mentiste?
No pude responder, volví a poner el teléfono en la mesa de noche
—Sólo duérmete.—me dijo poniéndose de pie.
—¿A dónde vas? — pregunté abriendo los ojos desmesuradamente e incorporandome en la cama lo que causó una punzada de dolor en mi cadera.
—Abajo— dijo poniéndose un pantalón de pijama.
—¿Qué? ¿Por qué?— Esta vez me senté ayudándome con los brazos, maldición hasta las piernas me dolían.
Él se giró para mirarme.
—Quédate acostado. — dijo acercándose a mí, pero se detuvo. —Mañana hablaremos sobre tu comportamiento.
Perfecto ahora él también está enojado conmigo.
Casi no dormí en la noche, cuando cerré los ojos el sol estaba por salir. Me despertó el sonido del teléfono, sonaba incesantemente lo conteste adormilado sin reparar en quién era.
—Pronto* — conteste con voz pastosa.
—¿Donde estas Daniele?— era lo voz de mi tía y no sonaba nada feliz.
—Estoy en... — piensa cerebro piensa, necesito una excusa, pero no estoy bien despierto para pensar.
—¡No me interesa donde estés!— fantástico ahora estaba gritando— ¿Olvidaste la cena con Gertrudita?
Sí, no lo recordaba para nada.
—No, tía claro que no.
—Tienes que estar aquí a tiempo, no puedes perder esa cita, no puedes hacerme quedar mal.
—No lo haré se lo prometo.
—Bien eso espero... — por lo menos ya no gritaba—No quiero tener inconvenientes por tu causa y tu tampoco quieres tenerlos.
—No se preocupe.
—Te espero aquí a tiempo si sabes lo que te conviene. — una amenaza. Agreguemos mi tía a las personas enojadas conmigo.
Colgó la llamada, me quede con el teléfono en las manos. La cena con Gertrudita. La ví en la fiesta y ella no me menciono nada. Las nueve veinte presentaba el teléfono. Me senté en la cama para ponerme de pie y un dolor intenso me recorrió por toda la cadera. Maldita sea en verdad no podía ponerme de pie. ¿Cómo rayos iba a ir a la cena en semejante estado? Intenté moverme lentamente, pero el dolor era persistente. Finalmente me levanté para ir al baño, aunque solo tenía deseos de volver a la cama.
Desperté con dolor de cabeza, ni siquiera note cuando caí dormido en muy elegante y nada cómodo sofá, recuerdo haberme enojado con Danny por el mensaje, recuerdo que baje por un trago y luego otro hasta que me lleve la botella y me tire en el sofá. En verdad me enoje mucho, me enoje porque me mintió, no por la regla de no mentirle a daddy si no por hacerlo, más aún en algo referente a ese tipo. Es cierto que me enojaría si me lo decía, pero peor era mentirme, es que aun no comprendo cómo puede pensar en él cuando estamos juntos, no lo entiendo, es lo mismo del yate, lo mismo ahora, maldición entiendo que sea su amigo, pero se preocupa tanto por él que me hace dudar.
Me levanté del sofá sintiendo los músculos entumecidos, ese sofá es realmente incómodo... aunque cuando estoy en el con Danny no se siente así. Subí las escaleras despacio, solo quería tirarme en la cama con mi baby, estrecharlo entre mis brazos y olvidar el hecho de que me mintió, pero no lo puedo dejar pasar, ya lo hice una vez en el pasado, deje pasar demasiados cosas, hasta que ya no se pudo resolver.
Llegué a la habitación y pude escuchar el sonido del agua correr, supuse que Danny estaba tomando una ducha, me daban deseos de entrar con él y acariciarlo, besarlo y hacerlo entender que el es solo mio, pero de nuevo me detuve ante mis acciones. De todos modos no espere que terminara para lavarme la cara y los dientes, la boca me apesta a alcohol, el olor a alcohol trasnochado es horrible.
Mientras me cepillo los dientes Danny sale de la ducha, se ve cansado, noto que camina despacio y aparentemente le duele cada paso. ¿Fui tan rudo con el? Término de prisa para ayudarlo a caminar.
—Baby boy ¿En verdad te duele tanto?— dije tomándolo del brazo.
— Sí y es todo tu culpa— dice haciendo un hermoso puchero con los labios.
No dije nada solo lo cargue para depositarlo en la cama.
—Daddy estoy mojado aun.
—Eso no importa.— dije tome una toalla, para ayudarlo a secarse. — ¿Si te sentías así por qué te levantaste?
—Tenía que hacerlo...
—Me podrías llamar, si gritas desde aquí te escucho abajo.
—Pensé que estabas molesto conmigo.
—Y estoy molesto contigo, pero no pasaré por alto cómo te sientes. Ponte de espaldas— Al decir esto veo la cara de preocupación que pone.
—Daddy...
—Danny es solo para secarte, además te pondré una crema para el dolor muscular.
Terminé de secar a Danny, me dirigí al baño para tomar la pomada para el dolor y dos analgésicos. Regresé y me senté a su lado.
—¿Me puedes decir donde te duele en específico?
—La cadera y las piernas.
Yo apliqué la crema en esas áreas masajeandolas firmemente. Danny deja escapar unos cuantos jadeos.
—No pensé que fuera tan intenso anoche.
— Sí lo fuiste.
—Pero tu lo pediste.
—Bueno sí.
—Termine, iré a traerte algo de desayunar para que te tomes los analgésicos.
Él asintió.
Decidí prepararle una ensalada de frutas con yogurt que ir a comprarle algo. Lo ayude a sentarse para que comiera.
—Deberías quedarte acostado. — dije pasándole los analgésicos. —Aún no sé porque estas tan adolorido no creo que nos sobrepasaramos anoche.
Me miró como si hubiera hecho la pregunta mas tonta del mundo.
—Teníamos mucho sin hacerlo, el día de tu cumpleaños solo usaste el estimulador y anoche me follaste como si no hubiera un mañana.
—Tal vez porque alguien no paraba de gritar más fuerte daddy.
Veo su cara tornarse roja, es tan adorable.
—También usar tacones tan altos toda a noche influyó en mi dolor.— dice desviando la mirada.
—Por eso quédate acostado.
—No puedo... mi tía me llamó, tengo una cita para cenar con Getrudita.
—¿Qué?
— Sí me lo dijo el jueves y yo lo olvidé.
No sabia que decir no quería actuar como un celoso maniaco y pensar que en realidad no lo olvido y simplemente no me lo dijo deliberadamente.
—¿Estas enojado por eso?— pregunto mirándome de soslayo. ¿Por que se ve tan dulce? Me cuesta mantenerme enojado con él.
—No, por eso, sabes porque.— dije invocando a toda mi fuerza de voluntada para no caer por esa cara tan adorable.
—Ya te dije que no quería mentirte.
—Pero lo hiciste y no porque tuvieras, preferiste no decirme nada a decirme que te comunicaste con el. Danny quiero que comprendas y no por las reglas, la importancia de la sinceridad en una relación. Entiendo que no seas sincero con los demás por miedo, porque aun no estas listo para que los demás se enteren, pero conmigo debes decirme siempre la verdad. — dije poniendo mi mano en su rostro acariciando su mejilla con mi pulgar. —No me gusta enojarme contigo, pero me enoja que siempre tengas a ese chico tan presente.
—Es que el fue mi primer amigo cuando llegué aparte de mis primos... Además siempre ha estado ahí cuando lo he necesitado, le mande ese mensaje porque siempre me avisa cuando llega, como no lo hizo me preocupe, es todo... pero no debes enojarte no quiere hablar conmigo.
Yo tomé las manos de Danny entre las mías y las bese.
—No quiero verte así. — no quería que estuvieran tanto tiempo juntos, pero tampoco quiero que sufra. —Sabes no habrá consecuencias por mentirme, solo prométeme que no lo harás, es algo muy importante para mí, más que cualquier regla. ¿De acuerdo baby?—Escucho mi voz como si no fuera mia, mas que dulce sueno desesperado.
— Sí daddy.
—Dijiste que es una cena lo que planeó Patricia con la nieta de Gertrudis, en ese caso aun puedes descansar. Acuéstate un rato y en la tarde vas a la casa.
Él asintió, lo ayudé a acomodarse en la cama y me acosté a su lado,rodeándolo con mis brazos hasta que caímos dormidos los dos.
Llegué a la casa de mi tía a la cinco de la tarde, decir que estaba enojada era minimizar la situación , parecía furiosa.
—¿Cómo llegas a esta hora?
—Pero es una cena, estoy a tiempo.
—¡No me contestes Daniele! Ve a arreglarte, a las siete y treinta el chofer te llevara a casa de Gertrudis a buscar a Gertrudita y quiero ver que ropa te vas a poner, ningún atuendo raro de esos que te compraron tus primas, quiero verte bien vestido.
Solo asentí, subí las escaleras lo más rápido que pude, ya no me dolía tanto, pero aun sentía pequeñas molestias.
Hice tal como mi tía me dijo, me puse un traje formal, peine mi cabello hacia atrás, me puse el reloj que me regaló Gian de aniversario, me quite el brazalete tiffany's que siempre llevo, por un momento pensé en quitarme el brazalete de amistad pero no. No me aplique brillo, pero si mi perfume favorito, baje para que me inspeccionara.
Justamente fue lo que hizo, parecía un inspector de sanidad, mirándome de arriba a abajo midiendome con la mirada.
—Bien... solo no me gusta tu perfume, huele muy femenino.
Claro no podía todo estar bien con ella.
—Supongo que no podemos hacer nada por eso — dice suspirando.— esperemos que no le importe. Hay algo que necesitas antes de salir.
Se acercó a la mesita donde estaba y tomó su bolso, sacó un fajo de billetes.
—Te hice una reservación en uno de los mejores restaurantes de la ciudad. — dijo tendiendome el dinero. —También comprale unas flores
No quería tomarlo,pero que le iba a decir: "No se preocupe mi daddy me dio una tarjeta platinum. ¡Ah! Por cierto es su ex esposo" Así que simplemente lo tome.
—El chofer te espera afuera, Gertrudita debe volver a las diez, asegúrate de eso.
La casa de Gertrudis era muy parecida a la de mi tia, la diferencia es que tenía un impresionante jardín que parecía sacado de una película de fantasía con tantas flores de diversos colores, era realmente impresionante. El chofer parqueo en la puerta, yo toque con mi ramo de rosas en la mano, fui atendido inmediatamente por una mucama que me hizo pasar. Me condujo a una terraza donde estaba doña Gertrudis tomando te, la terraza tenía muchas plantas y varias jaulas con pájaros de diversos colores en ellas.
—Señora el joven Macri está aquí por su nieta.
—¡Oh! Sí, gracias Brunilda. ¿Gustas un té Daniele?
—No, gracias estoy bien. Estas son para Gertrudita— dije dándole las flores un poco nervioso, No me gustaba la forma en que me miraba, parecía juzgarme con la mirada, la suya era más penetrante que la de mi tia.
—Muy lindas, pero se las das cuando baje.
La conversación no la detallaré, se centró en de donde vengo, haciendo preguntas sobre mis padres, si tenía más familiares, sobre el futuro y cómo le gustaría que su nieta se case con un chico de una buena familia.
—Siempre tuve la esperanza de que se casara con tu primo Piero, pero él eligió el camino de la perversión. Mejor así después terminaba como tu tía.
No dije nada ante este comentario, no sé a qué se refería.
Quince minutos después de horrible conversación bajo Gertrudita con un elegante vestido rosa muy recatado, el pelo suelto y su sencillo maquillaje le daban un aspecto inocente, nada que ver con la chica de la fiesta.
—Ya podemos irnos Danny, lamento haberte hecho esperar.
Yo me levanta aliviado de verla.
—Buenas noches, estas son para ti. — dije dándole el ramo.
—¡Gracias que lindo!
—Le diré a Brunilda que las ponga en agua— dijo su abuela tomando las flores.
—Gracias nosotros nos vamos ya— dijo Gertrudita tomándome del brazo en dirección a la puerta.
—Que se diviertan.
Caminamos hacia la salida.
—Lamento haberte dejado tanto con la insoportable de mi abuela, pero es que me levante con una resaca que no te imaginas. Por cierto me encanta tu perfume. ¿Cotton candy verdad?
— Sí.
El chofer nos abrió la puerta, ya sabía a dónde ir. Durante el viaje Gertrudita se mantuvo en el papel.
—Venga por nosotros en dos horas. — le dijo ella al chofer.
—Tengo una reservación aquí.—dije caminando hacia la puerta del lugar.
—No te preocupes no vamos a entrar.
—¿Qué?— pregunté sorprendido.
—Ya que nos hicieron una cita juntos iremos a divertirnos. —Me toma de la mano y me lleva a la calle de atrás del restaurante, luego saca su celular del bolso. — Cariño pasa por mí, estoy con el amigo que te dije. Te mando la ubicación.
—Iremos al bar de un amigo.— dice dirigiéndose a mí.—¿Me ayudas con el cierre?— dice girándose y acercándose a mi.
—¿Te vas a desnudar aquí?
—Solo hazlo.
Yo nervioso lo hice y veo que lleva ropa debajo, unos shorts negros y un bustier de piel.
—Odio ese tonto vestido, mi abuela insistió en que me lo pusieran
Al cabo de treinta minutos dos motos de esas grandes se pararon frente a nosotros. Uno de los chicos se quitó el casco, era el de la foto que me enseñó en la fiesta de té, solo que en persona se veía mas rudo, ella se acercó a él dio un profundo beso.
Ella nos presentó, supe que el chico se llamaba Vinnie, o así le decían. Yo me monte en la segunda moto con un chico que le llamaban C.
El bar al que fuimos se parecía a Sister's Mary en la película Deadpool, lleno de tipos rudos y gente tatuada, me sentía raro ahi, en especial por como iba vestido. Gertrudita me presento a todo el mundo los conocía bastante bien.
Me la pase bien en el bar... demasiado bien de hecho, ya que Gertrudita a la que en el bar llamaban María, su segundo nombre y que personalmente me gustaba más que Gertrudis, me jalo a bailar encima de la barra con ella. Yo me negué dado a mi dolor corporal, pero la animé mientras bailaba con otras chicas novias de los moteros que estaban ahí.
Gertrudita se volvió a poner su vestido y regresamos al restaurante diez minutos antes de las dos horas.
—A que te divertiste ¿Verdad?— me preguntó mientras esperábamos en la puerta.
— Sí.
—Oye Danny la próxima vez dile a tu novio que no te maltrate tanto.
Yo me puse rojo inmediatamente.
—¿Qué? ¿A qué te refieres?
—Me fijé en como caminas, te va a matar.— dijo con un guiño y una sonrisa traviesa.
No dijimos más por la llegada del chofer. Cuando llegue a la casa luego de dejar a Gertrudita mi tía me esperaba en su habitación para que le contara como me fue. Nunca había entrado en su cuarto, parece el cuarto de una reina, es el doble de en el que duermo, esta todo decorado en blanco y dorado, su cama es enorme. Estaba acostada recuperándose de una migraña, pero aún así quería saber, así que le hice una historia de una cena tranquila y un beso en la mejilla, se conformó con eso y me dejo retirarme a mi cuarto.
Llamé a Gian quien estaba más preocupado por cómo me sentía que enojado por haberle mentido. Intente contactarme con Stef pero me seguía ignorando.
Lunes, tenía una asignatura con Danny. Él se había pasado desde el sábado mandando mensajes y yo ignorándolo. Lo vi cuando llegó al salón y lo ignore hablando con los chicos con los que estaba, él se acercó y nos saludo a todos.
—Hola Stef— dio con esa dulce voz que tiene.
—Buenos días Daniele— fue lo único que le dije y le di la espalda, el profesor llegó por lo cual no pude no me dijo más nada.
Cuando terminó la clase salí apresuradamente para evitar a Danny.
—Stefano por favor detente, quiero hablar contigo. — lo escuche desde atrás donde casi tropezaba con el flujo de estudiantes.
Me detuve.
—¿Qué necesitas?— dije en mal tono, no era mi intención ser tan duro con él y a la vez si.
—¿Tienes tiempo para ir a tomar algo? — preguntó en voz baja, parecía afectado por mis palabras.
—No puedo, lo siento. — Mentiras, claro que podía.
—¿Qué tal cuando salgamos de clases?
—Lo siento prometí ayudar a Giulio. — Eso no era mentira.
—Puedo ir contigo al estudio.— dijo más animado.
—Daniele no, no quiero hablar ahora. — dije y lo deje ahí sin más.
Los días fueron pasando así, Danny intentando acercarse y yo ignorándolo, alejándolo. Esto me hacía sentir mal a mi tambien, pero es que es muy feo que te use la persona a la que mas amas.
Lo vi sentado con Chiara en la salida de la universidad y decidí ir a la cafetería para evitarlos, me senté a estudiar en una de las mesas de fuera. Tenía unos minutos en mi lectura cuando un capuchino es puesto frente a mi.
—¿Me aceptas esta ofrenda de paz?— Escucho una voz detrás mío, me giro un poco a pesar de que se quien es el dueño de esa melodiosa voz y lo veo sonriendo.
—Daniele. Está bien siéntate.
Por un momento pensé en decirle que no, que ya me iba, que no se sentara, pero tenía mucho sin estar con él, por eso acepté el café y le dije que se sentara. Se veía nervioso lo se por como miraba intensamente sus manos sin decirme nada. Veo que toma aire y me mira con sus bellos y grandes ojos verdes.
—Oye Stef, no sé cómo decirte esto, no te pediré disculpas porque con eso no cambia nada, pero solo quiero que sepas que en verdad no me di cuenta de lo que hacía. Tu siempre has estado ahí para mí escuchándome hablar de Gian a pesar de tus sentimientos por mí, me has animado cuando estoy triste te preocupas y yo... yo no he sido recíproco contigo. No he tomado en cuenta tus sentimientos por mí y he usado tu hombro para llorar cuantas veces lo he necesitado. No me di cuenta de lo injusto que estaba siendo, Stef no quiero perderte por favor.
Su cara es tan dulce, su voz tan hermosa, por esa razón estaba evitando porque no podía resistirme al canto de sirena que eran sus palabras.
—Tal vez exageré.
—No te disculpes, no tienes que hacerlo solo hagamos como que esto no pasó y sigamos adelante.
Yo asentí, quería tenerlo en mi vida aunque fuera de este modo. Su sonrisa lo ilumina todo, si el destino me ha puesto para ser su pañuelo de lágrimas y su mejor excusa que así sea.
—Por cierto no te había visto nunca con ropa como la de la fiesta podrías ser modelo o cosplayer.
—Tengo potencial ¿Verdad?— preguntó sonrojándose. —Pero de hacerlo sería con un pseudónimo y máscara.
—¿Una máscara con una cara tan bonita? Es un crimen.
Ambos nos reímos. Así pasamos la tarde y terminamos viendo películas en mi casa, si todo como antes.
Diciembre había llegado y con él mi segunda fiesta favorita, Navidad. Aquí por lo general se decora después del ocho de diciembre, día de la inmaculada concepción y digamos que mi tía no escatimó en gastos para hacer de la casa villa navidad. Decoro toda la casa desde el techo hasta los pisos cambiando hasta la vajilla por una con motivos navideños.
Nunca había visto una casa tan navideña ni por la televisión desde el Babbo Natale** en el techo con los renos, el camino de mini árboles de navidad en la entrada, el pesebre de figuras de tamaño real en el patio, todo estaba festivo.
— Maldición mamá casi me caigo con los estúpidos adornos de la escalera. — se quejó Carlo una mañana, ya que mi tía había puesto motivos de navidad en cada peldaño y una guirnalda en todo el pasamanos.
—No te quejes tanto hijo— dijo más feliz de lo usual. — Toma un gorro navideño— dijo poniéndole uno en la cabeza.
—No quiero un gorro— dijo molesto.
—¿Galletas de jengibre de desayuno? ¿Otra vez?— preguntó Alex cansada porque ya llevábamos tres días en esto.
—A mi me gustan— dije comiendo mis galletas, era el mejor desayuno.
—¿Ven? A Danny le gustan.
—A Danny le gusta todo lo dulce.— refuta Alex.
—¿Pero dónde está su espíritu navideño?
—Tu tomaste todo el de nosotros señora Claus.—Responde Carlo.
—Ven Danny te llevo a la universidad y de paso comemos desayuno de verdad.— dijo Alex.
Yo me fui con ella porque por más que amara la navidad, ya habían empezado los exámenes y entregas de trabajos.
Para mi mala suerte me tocó hacer el trabajo con el mismo grupo donde estaba el chico homofóbico que descubriría que no todos piensan como él.
Cuando nos tocó entregar el trabajo al profesor a él se le ocurrió la idea de hacer uno de sus comentarios. Después de entregarlo, todos nos dirigimos a nuestros asientos a recoger nuestras cosas, menos el que se quedó hablando con el profesor.
—Profesor me gustaría que no me ponga de nuevo en un grupo con ese chico, no soy homofóbico pero las personas como el no se cuidan y no me gustaría contraer una enfermedad por su culpa tengo un hermano pequeño a todos ellos deberían hacerles exámenes antes de dejarlos acercarse a la gente normal.
Lo escuché claro aunque intento decirlo en voz baja.
—¿A qué se refiere con personas como él?
—Ya sabe a los maricas.
—Joven le voy a pedir que cuide su lenguaje en mi clase, esta institución tiene reglas muy claras sobre el acoso hacia otros estudiantes basados en su etnia, religión, raza, género o preferencia sexual, así que le pido que no vuelva a hacer comentarios de ese tipo en mi clase o en cualquier otra o me veré en la obligación de reportarlo y puede correr el riesgo de ser suspendido.
El chico se puso rojo, no se si de vergüenza o ira y se fue. El profesor me llamó en ese momento.
—Daniele no tienes porqué tolerar esa clase de acoso. Puedes reportarlo.
Yo asentí.
—Gracias profesor.
—Si no te sientes cómodo con los demás profesores puedes venir directo a mi, No me gustan los abusivos.
Yo le sonreí,ese es el mejor profesor que me a tocado. El profesor de educación estética el señor Giorgio Monteverdi, un hombre de unos treinta y cinco cabello entrecano rubio, muy amable y alguien que me ayudaría en mis futuras desventuras.
Llegué a la casa con el ánimo más alto, pero casi me da un paro al ver a Gian di Castello en un sillón en la sala con un vaso de whisky y cara de pocos amigos. Al verme solo me hace el gesto de que suba, mi corazón está latiendo muy rápido. ¿Qué hace él aquí? ¿Qué pasó ahora? ¿Por qué esa cara? Subí bastante confundido y asustado. ¿No venía a hablar de nosotros o sí?
Cuando vi a Piero entrar en la oficina con una carpeta en las manos y esa cara de que algo no andaba bien supe que mi día se acababa arruinar.
—¿Cómo estás papá? ¿Cómo te va? ¿Todo bien?
— Sí... ¿Qué sucede?
—Bien, mira en esta carpetas están los gastos de mamá a la fecha... por favor míralos luego de que me haya ido. ¿Ya tomaste cafe?
— Sí. — Ya me imaginaba que era una cantidad exorbitante.
—¿Quieres otro? Seguro que sí — el presionó el comunicador. —Bianca por favor tráele un café al jefe.
—Enseguida Piero.
—Yo me voy, si necesitas algo de mi estaré en mi oficina. — dice saliendo apresurado.
Yo tomo el reporte después de que Piero salga, a los minutos entra una de las chicas del personal de cocina con un café y lo pone en el escritorio.
Hasta ahora los gastos individuales están bien... solo veo un exceso de gastos en cosas innecesarias. ¿Adornos de Swarovski y cristal de Bohemia***? De hecho la mayoría de los gastos eran por adornos de navidad. No podía creer el monto total.
El dinero no es un problema para mí o para la familia, no es que no pueda cubrir los gastos, ¡Es que es un abuso! Patricia se está volviendo loca. ¿Cómo gasta una persona medio millón de euros en una decoración? En decoración, dinero que sacó en efectivo y pago de empleados y no los empleados de siempre, obreros, decorador y los asistentes del decorador. Es que eso es inconcebible. Patricia siempre gasta demás pero esto es inaudito. Tenía que ponerle un alto a esto.
Me deshice el nudo de la corbata y llame a Piero.
—Suspende la tarjeta de tu madre— dije desde que contestó.
—Pero papá...
— Si no lo haces cancelaré las tuyas. — dije y colgué iría a hablar con Patricia en persona. —Bianca pasa por aquí por favor.
Ella entró de enseguida.
—Por favor cancela la reunión, que el jefe de cada departamento tenga juntas individuales con sus empleados, por favor verifica si mi cita del almuerzo se puede mover para la cena, surgió algo importante que debo atender, cualquier cosa llámame.
—Entendido jefe.
Salí de bastante mal humor y cuando llegué a la casa no había mejorado. No estaba seguro de que había llegado a la mansión di Castello en donde me crié, pensaba que había llegado a Vila navidad, había abierto la puerta de la navidad de la película A nightmare before christmas. Desde la verja podia ver las decoraciones, había una inmensa corona en la verja y varios lazos sin contar que estaba rodeada de luces.
—Señor di Castello ¿Que sucede no va a entrar? — pregunto Enzo el seguridad de la puerta que está vestido de ¿Duende de navidad?
—¿Enzo porque estas vestido así?— pregunté anonadado.
—La señora... ella nos cambió el uniforme por las fiestas.
—¿Todos están vestidos así?—pregunté levantando una ceja.
—Pues sí más o menos.— Admitió rojo de vergüenza.
—Enzo si te quieres poner tu uniforme normal hazlo.
—Gracias señor.
Conduje por el sendero para ver cómo todo estaba a tono con la navidad, todos los árboles tenían luces y formas navideñas, el sendero lleno de árboles navideños en miniatura y hechos de luces led. La columnas de entrada decoradas con flores de pascua y luces, una inmensa corona en la puerta principal. Todo el área de jardín estaba llena de decoraciones, era inaudito. Toqué el timbre sorprendido de que no sonara como unas campanas y fui recibido por una mucama vestida de ayudante de Santa Claus.
—No le avises a la señora qué estoy aquí.
Allegra asiente y yo entro para sorprenderme más con la excesiva decoración.
Paseé por las diversas salas de la casa viendo en lo que había gastado esa suma y es que desde las cortinas hasta las alfombras las había cambiado, Patricia siempre ha decorado por navidad, pero nunca así. He contado cinco árboles de navidad en diversos lugares, una corona en cada chimenea, botas en una de ellas.
Una sala en especifico me dejó boquiabierto, no solo tenía un inmenso árbol sino toda una villa en miniatura con un tren que le daba la vuelta, al encenderlo sonaban canciones navideñas y el coro de personajes en miniatura movían la cabeza de un lado a otro, más que lindo era terrorífico.
En el comedor había tazones con nueces y frutos secos, obviamente las sillas tenían fundas navideñas. Entré a la cocina que también tenía decoraciones navideñas y muérdago en la puerta a pesar de no ser una tradición italiana. Todas las chicas están vestidas de ayudante de Santa Claus y hay vasijas llenas de galletas de jengibre y dulces navideños.
—Chicas no es necesario que usen esos trajes si no se sienten cómodas.
—Está bien señor di Castello. ¿Desea algo?
Tantas cosas... Pero ninguna tenía que ver con ellas.
—No, estoy bien.
Incluso los baños estaban decorados, no me malentiendan me gusta la navidad tanto como a cualquier persona, pero esto es ya exageración.
—Aún necesitamos a la persona que se vestirá de babbo Natale, estoy pensando en conseguir renos reales... —Escuche a Patricia hablando desde el segundo nivel.
Tomé un profundo respiro, el mini bar que tenía en la sala de estar cuando vivía aquí fue retirado una vez me mude, regrese a la cocina las muchachas muy solicitas me preguntaron nuevamente si podían ayudarme en algo.
—Solo necesito un vaso de Whisky, triple y seco por favor, estaré en la sala.
—De acuerdo señor enseguida lo llevamos.
Me senté en la sala principal a meditar en que le iba a decir a Patricia, Vittoria llegó con el whisky.
—Gracias, por favor llama a la señora, dile que necesito hablar con ella.
Mientras bebo mi whisky veo a mi baby entrar por la puerta, su cara al verme es de sorpresa, le hago un gesto para que suba, él no tiene que ver con nada de esto. Patricia baja al corto tiempo muy sonriente aunque mi cara es cualquier cosa menos feliz.
—Gian qué sorpresa. Deberías avisar antes de venir.
Yo le hice gesto de que se sentara en el sofá frente a mí.
—Estoy muy ocupada Gian con la organización de la fiesta de bienvenida a la navidad...
—Yo también estoy ocupado, pero tenía que hablar contigo en persona.— dije mirándola directamente, el rubor cubrió sus mejillas. —Paty— le dije como hace años no hacía. —¿Estas bien? ¿Necesitas ayuda de un terapeuta? ¿Me podrías explicar porque demonios la casa parece la villa de Santa? Es que ni los habitantes de vila navidad tienen tanto maldito espíritu navideño.
—¿Por qué eres tan vulgar al hablar Gian? Un hombre tan refinado. No seas un Grinch y contágiate del espíritu navideño.
—Tal vez lo haría si no fuera porque recibí un reporte de tus gastos por ¡Medio millón de euros! ¡Medio millón Patricia!
Ella me miraba como si no le hubiera dicho nada.
—¿Y? Tu ganas un sueldo de seis cifras y te lo pagan mensual.
—Tu gastaste más de lo que gano en un mes. Patricia no soy un jeque árabe, no puedes gastar como si el dinero creciera en los árboles.
—¿Desde cuando te has vuelto tan mezquino? Ni que fuéramos a perder la fortuna por una mínima cosa.
—¡¿Mínima cosa dices?! — ya estaba gritando. — ¿Es que es tan difícil entender que no es una miseria?
—¡Tenía que decorar la casa! ¿Que querías?— ahora ella también estaba gritando.
—Si tanto te obsesiona la decoración podías usar las decoraciones de años pasados que están en la tienda que tienes en el ático.
—¿Decoracion de años pasados? ¿Que dirían mis amigas?
—Me importa un bledo lo que piense tu aquelarre. Yo pago las cuentas y mientras eso sea así no desperdiciaras el dinero.
—Eres un hombre miserable, mezquino, avaro y arrogante. ¿Quien te crees que eres para venir a humillarme? Yo mantengo esta casa desde que decidiste lárgate, yo llevo el peso de que el nombre di Castello siga teniendo una buena reputación. De no ser por mí tus depravaciones nos hubieran hundido, tu y Carlo son una vergüenza, la misma Alex, Isabella ni mencionar, hasta mi Piero.
Tuve que reírme.
—¿Mi bisexualidad hubiera traído la ruina a la familia? ¿La sexualidad de nuestros hijos traen la ruina a esta familia? Que risa. No llevas el peso de un apellido que ya no llevas Patricia Macri, la única mezquina aquí eres tu, mezquina de corazón, haces todo esto de decorar y gastar para llenar con objetos el hueco que tus prejuicios dejaron en tu corazón.— Habíamos cruzado la línea, ya no hablabamos de dinero. Tomé aire y apure el contenido de mi vaso. —Piero suspendió tu tarjeta.
—¿Como te atreves? ¿Cómo alimentare a tus hijos?
—No hay necesidad de hacer un drama extra, no será por siempre de todos modos, pero gastaste tu presupuesto de meses. Te la devolveré pero con un límite.
—Adoras humillarme.
—Nada de esto me hace especialmente feliz, discutir contigo es extenuante.
—¿Como se supone que haga la fiesta. y el cenone**** en nochebuena?
—Con el dinero en efectivo que sacaste o con tu propio dinero. O con el dinero que te pagan en la fundación.
Ella me miró sorprendida.
—¿Crees que no se que en su fundación los directivos reciben un sueldo? —dije poniéndome de pie.
—¿Te vas?
—Voy por una aspirina.— dije dirigiéndome a la cocina. Le pedí una aspirina a Vittoria que me tomé con un vaso de agua, recosté mi cabeza de la isleta de la cocina.
—¿Te vas a quedar aquí?
—Por Dios Patricia no puedes esperar que la pastilla me haga efecto.
—Voy a salir a la fundación. Por eso preguntaba.
—Me iré desde que me sienta mejor. —respondí sin mirarla.
La escuché salir de la cocina taconeando fuertemente cada paso latía en mis sienes, me levanté para ir a la terraza dispuesto a tirarme en un chaise long y descansar, pero recordé que había una cama que no rechazaría a un pobre señor con jaqueca.
Ya entendía porque estaba aquí y porque estaba tan enojado, las peleas de Gian y mi tía eran horribles, ya entiendo porque se divorciaron se escuchan como si quisieran matarse, siento compasión por mis primos que tuvieron que pasar por eso de pequeños y no es que mis padres no discutieran, pero esto era mil veces peor. Después de un rato deje de escucharlos y asumí que Gian se había ido cuando tocaron mi puerta.
Abro para encontrarlo a él.
—Baby boy.
Había perdido el juicio.
—¿Que haces y si alguien te ve? ¿Y mi tía?
—Patricia salió y aparte del personal no hay más nadie aquí.
—Entra— dije apresurado y saque la cabeza por el pasillo para asegurarme que no había nadie, cuando me vuelvo el esta tirado en mi cama.
—Hablar con Patricia me dió jaqueca.
—¿Tomaste algo?
—Si, ven aquí baby. — dijo
—Daddy no podemos aquí, te lo dije.
—No haremos nada baby, de todos modos debo volver a la oficina, solo acuéstate aquí en mi pecho unos minutos hasta que pase mi dolor de cabeza.
Me recosté en su pecho, me encanta estar así, abrazado a él aspirando su exquisito aroma. Como dijo solo duramos unos veinte minutos así, dándonos pequeñas caricias y uno que otro beso. Se despidió de mí con un beso en la puerta y la promesa de vernos al día siguiente.
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Todo empezó a irse al diablo luego de la publicación de las calificaciones y el inicio de vacaciones de diciembre. No por parecer engreído ni nada, pero pase con excelentes calificaciones, era de esperarse puesto que me interesa mantener la beca y a pesar de todo el drama en que suelo verme envuelto siempre me aplico en mis estudios.
Un enorme ramo de claveles blancos y rosas rojas me esperaba en la sala, lleno de bombones en el medio. Yo no estaba en la casa, venía llegando con Alex, habíamos salido porque últimamente no pasábamos tiempo juntos. En el momento en que vamos entrando mi tia va bajando las escaleras y su vista se posa en el arreglo de flores, una sonrisa se forma en su rostro.
—Me pregunto quien me mando estas hermosas flores— dice con una sonrisa.
—¿Por qué asumes que son para ti?
—¿Para quien más? Dudo que el sin servir de tu novio tenga esos detalles. — dijo mi tia tomando la tarjeta al leerla su rostro se transformó.
— Creí que habíamos hablado de tu problema Daniele.
—¿A qué se refiere tía? —Pregunté aterrado.
—¿Dónde se ha visto que un hombre reciba flores?
—Que pensamiento tan arcaico, claro que los hombres pueden recibir flores. — respondió Alex tomando la tarjeta. —Felicitaciones por pasar con excelentes calificaciones. — leyó Alex. — Es un lindo detalle mamá no lo molestes.
La mirada de rabia y disgusto en mi tía me aterraba, me quedé parado ahí con miedo.
—Dejalo madre— dijo Alex mirándola. —Vamos a subir Danny — dijo llevando el arreglo con ella.
—Más vale que te deshagas de las flores para mañana Daniele, tu padre viene por las fiestas y no quiero que se muera de la vergüenza.
—¿Mi papá?
—Era una sorpresa, pero prefiero que lo sepas y no le causes un disgusto.
Subimos las escaleras, entramos a mi habitación, Alex colocó el arreglo en la cómoda, yo me dejé caer en la cama, abracé uno de mis peluches de conejo y comencé a hiperventilar, Alex se sentó a mi lado y me dio palmaditas en la espalda.
—Calma Danny no pasa nada.
Yo la mire con ojos aterrados.
—Alex mi papá viene mañana... mira este cuarto. Nada grita que no soy hetero ante los ojos de mi padre como esto.
La decoración de mi habitación seguía creciendo; fotos con mis primos y amigos en las paredes, fotos de halloween y el cumpleaños de Gian con la ropa que fui, peluches por montón ya que Gian me los ha ido regalando,además de todos los que Stef me dio en la feria. Luces rosas y afiches de mis historias favoritas BL conviven con carteles de películas de terror, funkos de anime junto a iconos del terror, perfumes dulces, brillos labiales, uno que otro maquillaje, brillo corporal y demasiado rosa.
— Mi padre entra aqui y me mata Alex, me asesina.
—¿No estás exagerando Danny?
—No Alex, no lo conoces mi padre no es homofóbico, es él homofóbico. — Mi expresión era de puro terror, Alex me abrazó para darme consuelo, me aferre a ella luchando por no llorar. No era solo el cuarto, era todo, mi comportamiento aquí, mis amigos, Gian...
Nunca había visto a Danny tan aterrado, ni siquiera la vez que fuimos de vacaciones a casa de la abuela y su padre llegó estando el maquillado, la rapidez con la que corrió al baño esquivando los muebles fue asombrosa. Cuando salió del baño tenía la piel rojiza y pequeñas cortaduras en el rostro de lo fuerte que se había tallado para quitarse el maquillaje.
Danny temblaba en mis brazos, sabía que mi tío era homofóbico, pero no al punto de causar esa reacción en Danny. Pensaba en que podía hacer por Danny hasta que una idea cruzó por mi mente.
—Tranquilo Danny, se que hacer.
Él levantó la vista con ojos llorosos.
—No podemos ocultar todo lo de esta habitación para mañana, pero podemos cambiarte de habitación.
—¿Qué?
—Esta casa tiene varios dormitorios de huéspedes, te mudaremos a otra y el no tendra porque entrar en esta. Las habitaciones están equipadas solo tendrás que mover tu ropa. Seguro mi tio solo estará aquí hasta año nuevo, un poco más de dos semanas.
Esto lo calmo, se sentó, se secó las pocas lágrimas y tomó aire varias veces.
—Eso me parece bien.
—Pongamos manos a la obra. — dije poniéndome de pie, tome un chocolate del arreglo de flores, lo desenvolví y se lo di. — Toma esto te hará sentir mejor.
Buscamos una habitación no tan lejos de la mía, ya que Danny y yo quedamos puerta a puerta, buscamos una al lado de la mía, ya que aparentemente la de al lado de la de Danny mi mamá la arreglo para mi tío, digo porque se nota que cambiaron las sabanas y arreglaron ese mismo dia. Se veía visiblemente más calmado y eso me hizo sentir mejor.
Para que no se viera tan obvio que no era la habitación de Danny llevamos uno que otra figura de terror y sus cosas de la universidad.
—Gracias Alex, no se lo que hubiera hecho sin tu ayuda. — dijo abrazandome.
—No es nada Danny para eso estamos las primas.
—Solo me faltan mis perfumes, brillos y las cosas del baño, mi papá puede revisar el cuarto, pero no creo que lo haga con el baño.
Danny salió y regresó con las manos cargadas, enseguida fue al baño, yo me senté en la cama con mi teléfono, le escribía a Bella para contarle de la visita cuando sentí una vibración en la cama, levanté la vista y vi que era el teléfono de Danny recibiendo una llamada. No daba crédito a mis ojos cuando vi lo que ponía la llamada, no me entrometo en la vida de los demás, en especial sus teléfonos... pero esto... esto no podía ser. La persona en cuestión volvió a llamar, yo tomé el teléfono en mis manos, pero no tuve el valor de contestar.
—Creo que ya no debo de traer más nada— dice Danny saliendo del baño.
Yo pongo el teléfono rápidamente en la cama. Estoy intentando controlarme, no puedo ponerme furiosa por esto.
—¿Qué pasa Alex?
Ya está no soy buena para fingir.
—¿Me podrías explicar porque tienes a mi papá agendado como daddy?
A/N: *Pronto: forma de contestar el teléfono en Italia.
**Babbo Natale: Literalmente Papá Noel, pero en italiano.
***Cristal de bohemia. Se llama cristal de Bohemia al vidrio fabricado en las regiones de Bohemia y Silesia, en territorio de los que son hoy en día la República Checa y Polonia. Se considera el mejor cristal del mundo.
****Cenone: Cena de nochebuena.
Por fin el capítulo llega a su fin.🎊🎉🎊
Retrasado como últimamente. Pero he estado en baja en estos días luego de una desastrosa cena familiar el veinticuatro y problemas en mi relación y así, pero estoy mejor.
Muchas cosas pasan en este capítulo.
¿Qué opinan de que Alex se haya enterado? ¿Como lo tomara?
El papá de Danny está a punto de llegar ¿Qué complicaciones traerá eso? ¿Se comportará el señor di Castello?
Como siempre mis bellos lectores, sus votos y comentarios son los que me ayudan a seguir. El veinticuatro estaba sintiéndome pésimo y los comentarios me levantaron el ánimo, de verdad no se imaginan lo mucho que me motivan a seguir.
Quiero tomar este espacio para darle las gracias a todos y cada uno de los que leen esta historia. Cuando empecé esta historia no pensé que nadie la leería, pero capítulo tras capítulo fue aumentando lecturas y votos y hoy a pocos días de finalizar el años casi tenemos 7K. La historia de Daniele no pensé que tuviera éxito, decidí compartirla porque a mí en lo personal me encanta escribirla, pero no pense que llegaría a tantas personas, de verdad gracias de corazón a todos.
💞💕💓💖💝
En este año próximo planeo seguir con las demás historias que tengo en borrador y finalizar Daniele, sí si se preguntan ya tengo como termina, pero aún falta para eso.
Por si les interesa saber de que van mis otras historias pueden seguirme en mis redes donde he subido personajes, memes y cosas relacionadas a las otras historias BL que subiré a partir del año próximo.
Les deseo un feliz año y que el 2021 sea mejor que el 2020. 🎊🎉🎉🎉
Un billon de besos. 💋💋😘😘😘😍
Expresión con la que Gian espero a Patricia cuando fue a hablar con ella de los gastos.
Próximo capítulo: "All I want for Christmas is you"
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