Capítulo IX:💋 You can be the boss 💋

El domingo Isabella nos invito a un brunch en un restaurante. Fue un alivio para nosotros salir del caos de la casa ya que aun seguían los trabajos. A las once estábamos todos ya en el restaurante, mi tía no se dio ni cuenta de que nos fuimos. Estábamos Carlo, Isabella, Piero su "amigo" y yo. 

La conversación es muy animada y estamos pasando un buen rato.

—Te lo digo la casa está hecha un caos. — Dice Alex.

— Es que es la cena de la fundación ya sabes cómo son esas señoras. Cualquier mínimo detalle fuera de lugar y criticaran a mi tía por años. 

—Toma en cuenta que va asistir mucha gente, aun personas que no son de su agrado.— añade Piero.

—Nadie es de su agrado—comentó Carlo. — Ni siquiera nosotros. 

—Concuerdo contigo.— dice con una pequeña sonrisa el amigo de Piero.

—¿Iras con Piero cierto? Quiero ver la cara de mi mama cuando los vea juntos. 

—Aunque no fuera como pareja de tu hermano aun así iría. Ya sabes no puede repudiar a una persona con un apellido de abolengo— dice Dante, que es el nombre del amigo de mi primo, se da un trago de su jugo de naranja, las chicas lo miran de forma reprobadora, yo solo acabo de confirmar que es el novio de mi primo. —  No me miren así chicas, a mi esas cosas del apellido no me interesan, pero saben que a su madre y las señoras de la fundación sí. 

— De todas formas estamos obligados a ir así que deberíamos comprar los vestidos.— dice Alex jugando con  la pajilla de su bebida.

—Tenemos que ir con tiempo por si hay que hacerles ajustes. 

—Yo iré con ustedes chicas ya que no tengo traje de etiqueta—  añadí.

—Bueno la fiesta es el viernes... deberíamos ir mañana a comprarlos.— propone Isabella.

—Yo tambien iré si no les molesta mi compañía — Interviene Dante —¿Quieres venir con nosotros amor?— pregunta dirigiéndose a mi primo mientras con una mano acariciaba su cabello. 

No entiendo porque mi primo lo presentó como su amigo si es tan obvio que estas juntos. 

—Mañana  no puedo, tenemos mucho trabajo en la oficina, creo que solo usaré uno que ya tenga.

—Nada de eso bebe, compraré algo para ti, me sé tus medidas de memoria.— dice con una sonrisa acercándose a mi primo lentamente. 

Una aceituna sale volando y da en el hombro de Dante.

—No coman delante de los hambrientos. — dice Carlo que fue el lanzador de la aceituna voladora. 

— ¡Ay no tienes pareja porque no quieres!

—No tiene pareja porque solo se acuesta con ellas y se olvida al otro día. — dice Alex.

—Eso no es cierto, no tienes pruebas. — dice Carlo con una sonrisa de autosuficiencia que me hace pensar en su padre.

—Pero tampoco dudas.— concluye ella.

El brunch es bastante entretenido, en él me entero que la fiesta es en beneficio al programa de becas, Gian obviamente irá a la fiesta, al igual que el novio de Alex. También me entero de que Dante es modelo e hijo de una rica familia de Milán, los Cabianca, recuerdo que escuche ese nombre cuando salí con mi tia. Regresamos cada uno a su casa con la promesa de encontrarnos al otro día.

🍭🍭
🍭

Estoy descansando en mi habitación, una de las mucamas toca la puerta y pide permiso para entrar.

— Adelante—digo poniéndome de pie.

—Joven esto se lo dejo un mensajero, me dijo estrictamente que debía dárselo usted.

Yo tomo de las manos de la joven una cajita envuelta en papel de regalo.

—Gracias.—digo.

La chica se retira y yo me siento en la cama a desenvolverlo. Sé que es de Gian ya me estoy acostumbrando a que me mande regalos constantemente.

En verdad no tengo idea de que puede ser esta vez. Desenvuelvo el paquete con ansias y casi lo dejo caer de la impresión. Gian está loco ¿Y si alguien hubiese abierto ese paquete? Viene con una nota que dice: "Todo conejito tiene una cola" Es un plug anal con cola de conejo en la base, al ponértelo parece que tienes cola y no solo eso tambien viene con un tubo de lubricante con olor y sabor a algodón de azúcar. Me pregunto cuando lo compró. Gian tiene que tener una App que le notifica de las entregas porque a los pocos minutos de recibir el paquete me llama.

—¿Qué te parece el regalo baby?

—Estas loco ¿Te imaginas que alguien lo hubiera interceptado?

—Por eso di específicas órdenes de que te lo entregarán a ti. Quiero vertelo puesto, anda póntelo y me mandas una foto.

—Bien daddy.

Yo no me limito a ponermelo, lo que me resultó un poco incómodo al principio, sino que  uso las medias altas con lazos, ropa interior de encaje de esa que tiene cintas en la parte posterior para que pueda salir la colita, las orejitas de conejo y el chocker que había comprado el día anterior. Cuando tengo todo puesto le hago una video llamada.

Pongo el celular en una base que tengo en el escritorio para poder modelar bien mi atrevida vestimenta.

—¿Que opinas daddy?

—Opino que quiero verte en vivo y directo así.

—Cuando quieras.

—Hoy sería una buen día. Sabes que no voy a poder verte mañana.

—No tengo una excusa convincente.

—Eres un adulto, no debes de dar una. Además Patricia está tan ocupada con su cena que no notara tu ausencia.

Todos sus puntos eran válidos.

—Bien, tomaré un Uber.

Me visto con otra ropa porque ni modo que fuera a ir vestido así, puse todas las cosas que llevaría en el bolso que me compraron mis primas para la universidad. Al bajar las escaleras solo están unos pocos trabajadores y ni rastro de mi tia.

Llego al apartamento de Gian ya el portero y las personas del lobby están acostumbrándose a mi. El me recibe con una gran sonrisa, me abraza fuertemente, entramos al apartamento el asiendome de la cintura.

—¿Ya almorzaste?

—No.

—¿Quieres que ordene algo?

Yo niego con la cabeza.

—¿No tienes hambre? Porque yo tengo un poco

Me giro en sus brazos y coloco mis manos en su cuello.

—De hecho sí, pero me gustaría cocinar algo.

El alza una ceja.

—¿Qué? Ya te he hecho el desayuno, vamos te cocinaré algo, lo que quieras.

El me da un delicioso beso corto y suave.

—¿Lo que sea?

—¿Que tal si mi lindo conejito me prepara unos gnocchis?

—Pues Gnocchis serán daddy. ¿Tienes todo aquí?

—No estoy seguro, puede que no,  ya que por lo general no estoy aquí.

Él me suelta, yo me quito el bulto lo coloco en nuestro sillón, me dirijo a la cocina, él se sienta en el desayunador a mirarme con una dulce sonrisa. A veces me daba unas miradas que no sabía identificar en el momento, creo que él tampoco era consciente de ellas, hasta que fue imposible negarlo.

Reviso la nevera y la despensa, de hecho faltan unas cuantas cosas.

—Faltan unas cuantas cosas.

—Bien pues vamos por ellas baby.

Ahora soy yo el sorprendido. Pensé que desistiera de la idea, o que había pedido algo así para que lo olvidara y pasáramos a coger, nada más lejos de la realidad. Yo asentí, Gian subió a su habitación bajo con una chaqueta, unos lentes oscuros y las llaves de su auto en las manos. Yo lo seguí, esta vez usamos el ferrari.

En el camino pongo música y vamos hablando de cualquier cosa, llegamos al supermercado. Veo como varias personas se fijan en mi daddy, es un hombre bastante atrayente y vaya el auto del cual se bajó. Esto me pone a pensar ¿Y si alguien nos ve? ¿Cómo explicarles lo que hacía con Gian aquí? Aunque... ¿Que tan mala suerte tiene que tener uno para que algo así suceda? Puede que no encuentre a nadie que yo conozca, pero Gian puede encontrar a alguien que él conozca, supongo que en ese caso puede presentarme como su sobrino, no tiene nada de malo ir a un super con tu ex sobrino político.

Entramos al supermercado intentando sacar todo eso de mi mente, gracias a esto paso un rato bastante agradable, si aunque sea solo comprar cosas en un super.

—En mi pueblo siempre compraba los vegetales frescos. —digo mientras elijo los tomates.— Había una señora en el pueblo que vendía los mejores, mi abuela me enseñó a elegirlos... siempre iba con ella cuando era pequeño, aunque mi papá... —digo dejándome llevar por mi parloteo

El me mira tan atentamente.

—Estoy hablando mucho de nuevo

—Sabes que me encanta escucharte. 

Yo sonrío.

Seguimos con nuestra compra. Gian elige dos botellas de vino, yo tomo todo lo necesario para la pasta, es diferente estar así con el, como pareja supongo. ¿Por que eso somos verdad? ¿Verdad? Yo era tan inexperto en ese momento... Pero no puedo negar que en esa época yo era inmensamente feliz a pesar de todo. Pasamos por el área de los dulces yo me detengo.

—¿Baby?

Yo me giro y miro a Gian con"ojos de cachorrito"

—¿Puedo comprar dulces? Por favor daddy— pregunto con mi voz inocente.

Que se sepa lo llamo daddy aquí porque no hay personas alrededor. Además de verdad quiero los dulces, los adoro.

Él me sonrie.

—Claro baby boy, como negarle algo a esa hermosa carita, toma todos los que quieras.

—Gracias—digo sonriendo ampliamente, si no estuviéramos en un lugar público saltaría a abrazarlo.

Yo sigo su palabra, tomo ositos de gomita, corazones de gomita azucarados, dulces de corazón con mensajes y largas paletas twist de arcoiris, OK estas últimas fueron a propósito. Yo pongo todo muy feliz en nuestro carrito.

Pagamos y nos dirigimos de nuevo al apartamento. En el auto no puedo esperar y abro mi paquete de ositos de gomita.

—¿Comiendo dulces antes de almorzar baby?— pregunta sin mirarme

—¡Daddy por favor!— digo haciendo un puchero con los labios. —Solo uno.

—¿Solo uno?

—De cada uno—digo poniendo mi tierna sonrisa.

—Baby...

-—Ok solo uno.

—Bien, adelante.

Yo dejo los ositos de gomita en la bolsa en cambio tomo la paleta. No sé si conocen las paletas twist de arcoiris pero son cilíndricas y largas. Yo le quito la envoltura, lamo toda la paleta desde la base hasta la punta lentamente, envuelvo mi lengua en el inicio de la paleta, luego la voy introduciendo lentamente en mi boca dejando salir un pequeño gemido de satisfacción.

— ¿Quieres que tengamos un accidente baby boy?—pregunta Gian deteniendo el auto ante la luz roja.

—¿Hmm...?— pregunto con la paleta en la boca abultada en mi mejilla izquierda y una expresión de inocencia.— Solo tome uno.

—El más grande de todos.

—Es que me gustan las cosas grandes daddy—digo procedo a morderme el labio, vuelvo a mi paleta le doy una fuerte chupada luego lamo mis labios — Y esta paleta es particularmente dulce. — digo dejando escapar un gemido intencionado mientras arqueo mi espalda y cierro mi ojos. Al abrirlos veo que me está mirando con esa sonrisa juguetona mientras sacude su cabeza ligeramente.

—Te gusta jugar juegos peligrosos baby.

—No sé a que te refieres, pensé que estaba siendo un buen baby. —digo mordiéndome los labios de nuevo, esta vez dejo mi mano correr hasta el borde inferior en mi camiseta el cual levanto despacio acariciándome el costado no la subo completamente pues las bocinas nos sacan de nuestro pequeño juego ya que la luz había cambiado a verde. Yo dejo salir una pequeña carcajada amortiguada, de pronto me fijo en los pantalones de Gian que presentan un interesante bulto en ellos.

—Parece que tienes algo muy grande en los bolsillos.

—No te preocupes baby te encargaras de eso desde que lleguemos.

Guardo la paleta en su envoltura y me como un osito de gomita sonriendo.

Dirán que soy bipolar porque por lo general temo lo que las personas puedan pensar, pero bailo de manera sensual y soy así de atrevido con Gian... Bueno eso tiene una explicación. En el club no hay nadie que me vaya a criticar por ser gay, digo de las personas que me conocen, los que pondrían el grito en el cielo por esto no van a lugares como ese, con Gian estamos solos, unicamente soy así con él en privado.

Arribamos a la casa, cuando entramos al departamento yo coloco la bolsa que tengo en la encimera de la cocina al igual que él, no lo hé colocado muy bien cuando tengo a Gian detrás de mi besando mi cuello, metiendo sus manos en mi camiseta yo tiro la cabeza hacia atrás dándole más acceso.

—Pensé que nada de postres antes del almuerzo daddy.

—Esto no es el postre solo vas a solucionar un problema que causaste.

Él deja mi cuello me toma de las manos, se sienta en uno de los bancos del desayunador.

—Como me dijiste que te gustan las cosas grandes aquí tengo una cosa bastante grande para que chupes. —dice mientras se desabrocha los pantalones. No sé porqué talvez porque estoy loco pero hay algo tan excitante en la forma en que se desabrocha los pantalones, algo que se me hace dominante y me gusta. Yo como un buen baby me agacho y chupo la "paleta" que tengo en la mano.

Su reacción no se hace esperar como hecha su cabeza hacia atrás, como entierra sus dedos en mi pelo, los sonidos de intenso placer que salen de su boca, hasta que no puede más y termina en mi boca. Me levanto y lo beso, él me toma de las caderas me sienta encima de él en el taburete de la cocina apretando mis glúteos.

—Creo que es hora de hacer el almuerzo — digo rompiendo el beso entre nosotros.

—Tienes razón baby.

Nos ponemos de pie, él se arregla los pantalones, yo voy a la cocina a sacar los ingredientes.

— ¿Tienes un delantal?— pregunto mientras me lavo las manos.

—¿Vas a cocinar en ropa interior o desnudo? —Pregunta acercándose a mí, colocando sus manos en mi cadera.

—Daddy nada de postres recuerda... y tu ya tuviste una probadita.

Gian besa mi cuello como respuesta.

—Creo que tengo uno por algún lado.

Yo me alejo de él para buscar en los gabinetes de la cocina pero no doy con el.

—Me parece que lo tengo en la habitación.

Esto me hace levantar una ceja. ¿Es una indirecta de que suba con él?

—No, en verdad tengo alguno en la habitación. —dice al ver mi expresión.

Levanto aun mas mi ceja.

—Lo buscare. — dicho esto sube las escaleras

Yo mientras tanto busco los utensilios que utilizaré. Gian regresa con un delantal sexy, es rosado y se ve que va con un traje de maid, me extraña que tenga esto es obvio que no lo compro para mi, lo que me hace preguntar ¿Quién lo usó antes? ¿O lo compro para alguien que no alcanzo a usarlo? La respuesta mas lógica es sí, era de alguien o para alguien. En realidad parece nuevo... Tomo el delantal de sus manos, me lo pongo sin divagar más el lo amarra en la parte de atrás y empiezo con la comida. 

Gian se sienta en uno de los taburetes de la cocina a observarme. 

—¿Quieres que te ayude?

—¿El señor di Castello sabe cocinar?— digo mientras lavo los vegetales y procedo a cortarlos

—Claro que sé cocinar y bastante bien.

—Mmm, eso habrá que comprobarlo... pero no va a ser hoy, hoy yo te cocino.

—Te gusta bastante

—Sí yo estaba encargado de cocinar luego de la muerte de mi mamá. Al igual que de limpiar la casa, cosa en la que siempre ayudaba... Mi mamá trabajaba tanto... yo... — dejo de picar los vegetales, en verdad aún me duele la muerte de mi madre. Aun recuerdo su sonrisa, el tiempo que pasamos juntos, era mi mejor amiga...y se fue, no quiero recordarla conectada a ese respirador... no quiero recordar cuando sus signos vitales se detuvieron... cuando se fue. 

Siento unos brazos que me rodean la cintura, Gian esta detrás de mi, ni siquiera me di cuenta cuando se puso de pie. 

—Sé que todos  odian escuchar la frase de sé como te sientes, pero sí lo sé, sé lo que es perder un ser querido, sé lo que es perder una madre. — dice cerca de mi oido, besa mi coronilla. — Si te sientes mal podemos dejar esto aquí salimos a comer algo mejor. 

—No— respondo rápidamente y me seco los ojos con el dorso de la mano, luego giro en sus brazos para mirarlo a los ojos.— Estoy bien, es solo que la recordé a veces no me acostumbro a que ya no está. 

—Y a veces piensas en algo y te dices a ti mismo le contaré esto  a mi madre y te das cuenta que no está... que no se lo puedes decir... Lo sé hé estado ahí. 

Me abraza fuertemente, en realidad nos reconfortamos los dos en ese abrazo. 

—No te diré que deja de doler porque te estaría mintiendo, solo aprendes a vivir con eso,  te quedas con los buenos momentos y con la certeza de que su amor era real y querrán verte feliz. — dice suavemente. 

Seguimos ahí abrazados en medio de la cocina en silencio, luego de un rato nos separamos. 

—Tienes razón... así que vamos siéntate que yo te cocinaré con la receta especial y secreta de mi madre y mi abuela. 

—Todo un honor que la hagas para mi. 

Gian retoma su lugar en el taburete y yo vuelvo a los preparativos. 

—Mi madre también fue la que me enseño a cocinar. ¿Has probado la comida griega? 

Yo niego con la cabeza.

—Mi madre era griega, me enseñó muchos platos. Mi hermano y yo aprendimos porque siempre estábamos molestando en la cocina 

—¿El padre de Isabella?

— Sí mi hermano Carlo, era mayor que yo por tres años, le hubieras caído muy bien. 

—Tienes un buen concepto de mi, piensas que le caeré bien a ti.

—Eres un muchacho excelente Daniele, no tengo porque no pensar bien de ti. 

— No me conoces bien. 

—Todo lo que hé conocido de ti hasta ahora me encanta. 

Yo me sonrojo. 

—Te llevabas muy bien con tu hermano. — Es más una afirmación que una pregunta.

—Estábamos juntos todo el tiempo, en la escuela, en la universidad, fue el padrino de mi boda, yo fui el padrino de la suya. Siempre me cuidaba para evitar que me metiera en más problemas de los que me solía meter. 

—¿Eras un joven busca pleitos? 

—No para nada, pero nunca me han gustado los abusivos así que yo defendía a las personas de los bully. lo que hacía que terminara en la oficina del director. Recuerdo una vez... tenía dieciséis, mi primer novio asistía a la misma escuela que nosotros , algunas personas se enteraron de eso de que teníamos una relación, un chico de estos estereotipos de matones comenzó a burlarse de mí  y Adriano, el nombre de mi novio de ese entonces lo ignore porque eran solo palabras, claro que molestaba pero era mejor hacerse el sordo... hasta que fue más allá, decidió que sería una gran idea meterle el pie a Adriano y llamarlo puta frente a toda la escuela, mi paciencia se agotó, me tire encima de él y lo golpeé, mi hermano se metió para disuadirme hasta que le dije lo que pasó, los amigos del tipo se metieron y se armó una trifulca en la cafetería, todos a la oficina del director... — sus ojos se iluminan mientras cuenta la anécdota — Suspendidos por una semana, no pude ver Adriano en unos días porque tenía que calmar las sospechas de sus padres, en mi casa ya sabían mi sexualidad, en la suya no. 

—Pues sí eras un poco problemático.

—Solo no me dejaba abusar. ¿Y tu como eras en la escuela?

—Era un niño tranquilo, siempre lo hé sido, era el chico estudioso y tímido.  De pequeño era como todos los niños jugaba,saltaba lo normal, tambien me gustaba leer cuentos y libros de aventuras, me volví mas tímido cuando descubrí mi sexualidad, había escuchado tantas cosas en contra de la homosexualidad que me daba pánico que se enteraran, todavía me da pánico. 

—Si te soy sincero no te recuerdo de niño.

—Es que creo que solo nos vimos como dos veces y una de esas pensaste que era una niña.

—¿En serio? No lo recuerdo. 

—La vez que estuve aquí con nueve años casi nunca estabas en la casa, una vez Alex y Bella se vistieron de princesa y yo les dije que también quería ser una princesa, pues me vistieron de Aurora la bella durmiente, Alex era cenicienta y Bella era Blancanieves. 

—Supongo que Patricia no se dio cuenta o le hubiera dado un ataque. 

—No, no se dio cuenta. Yo tenía nueve pero ya sabía que no se suponía que los niños se vistieran de princesa. 

—Tenías nueve... para ese entonces mi matrimonio con Patricia iba como el tango de Gardel "Cuesta abajo en su rodada". Todavía lidiaba con el dolor de la pérdida de mi hermano y mi madre, no quería estar mucho tiempo en casa. 

Yo termine de pelar las papas y las eché a cocer. Me quedé en silencio no me gusta hablar de la relación de Gian y mi tia. Me concentré en los ingredientes de la salsa y continuó callado. 

—¿Estas bien baby boy?

— Sí — digo sonriendo — solo recordé cuando cocinaba con mamá y mi abuela me tenía que subir en un taburete para alcanzar las cosas. Siempre hé sido de baja estatura. Mi padre dice que si hubiera practicado algún deporte sería más alto, pero es que me parezco tanto a mi madre que hasta soy de su estatura. Mi padre no está muy agradecido con eso, dice que si me ejército puedo cambiar este cuerpo y verme más como un hombre que así nunca encontraré una mujer...— y unas cuantas cosas más que no valía la pena recordar.

— A mi me encanta tu cuerpo para mi es perfecto. 

Me sonrojo cuando dice ese tipo de cosas.

— Y cada vez que te sonrojas te ves tan tierno que me dan ganas de comerte. —Él se levanta del taburete, se dirige hacia mí, me toma de la cintura y me besa despacio. —Ese cuerpo que tienes es perfecto para que seas el conejito de daddy. — besa mi cuello también despacio haciendo que se me erize la piel. —Mira como se te eriza toda la piel baby boy. — dice soltado mi cintura y acariciando con  un dedo la piel erizada de mi brazo. 

Mis rodillas tiemblan esas palabras susurradas suavemente en mis oídos, sus manos vuelven a mi cintura lentamente bajan hasta posarse en mi trasero y apretarlo fuertemente. 

— Tu culo es también extremadamente perfecto— dice sin dejar de apretarlo. 

Mi boca busca la suya y nos fundimos en un pasional beso. Mi espalda choca con la pared de la cocina, levanto mis piernas y las enredo en su cintura, nuestras lenguas chocan, se enredan una con la otra. Estoy bastante excitado y puedo sentir que el tambien lo esta. 

—Daddy— gimo al sentir su lengua en mi cuello, me estoy dejando llevar por la sensación....— La comida daddy tengo que atenderla.

El me suelta sin muchas ganas, yo me dirijo a la estufa a verificar las papas, el toma una de las botellas de vino que compró, la descorcha y sirve dos copas. 

—Ay baby baby baby, me estas volviendo loco. 

Yo sonrío con satisfacción, amo ponerlo así, amo enloquecerlo. Sigo preparando la comida, quiero que me quede mas allá de excelente. Termino de cocinar mientras seguimos conversando de nuestras cosas. 

—Mañana será un día bastante pesado por eso le pedí a Carlo e Isabella que fueran a ayudarnos.

—¿Le dijiste a Isabella? Porque ella va a ir mañana a comprar los trajes para la cena de mi tía con nosotros. 

—Esa niña olvida todo, pero es un genio en las finanzas... No quiero quitarles el verano a los chicos pero estamos un poco cortos de personal y el proceso de contratación ha sido largo y tedioso. Disculpa baby no debo de arruinar nuestro tiempo juntos hablando de trabajo.

—Descuida daddy me gusta tu faceta de hombre de negocios también. Bien esto está listo. 

Sirvo la comida en dos platos, comemos ahí mismo en el desayunador de la cocina. Le doy el primer bocado a Gian.

—¿Qué tal?

Él está pensativo.

—Comer tu comida es peligroso. 

—¿Qué? ¿Por qué?

—Porque voy a querer comerla todos los días.

Yo sonreí ampliamente. 

Comimos entre más anécdotas de la adolescencia de Gian, su cara se ilumina y hay cierto brillo en sus ojos cuando habla de su familia, en especial de su madre y hermano. Terminamos de comer y yo voy a limpiar la cocina. 

—Deja eso así baby boy, tengo personas que vienen a hacer la limpieza. 

—No importa daddy, yo cocine yo limpio.

— En serio no es necesario. 

—Nada de eso. — me pongo a limpiar la cocina y lavar los platos. Veo que Gian también va a la cocina y me ayuda a limpiar. 

— Yo también comí lo más lógico es que te ayude. 

Dejamos todo impecable. Miro el resultado con satisfacción, me encanta que todo esté reluciente de limpio.

Gian me abraza por la espalda.

—Subamos, recuerda que tienes algo que enseñarme. — susurra a mi oído.

Yo me estremecí, asentí con la cabeza, tomé el bulto que traje, el fue hasta el minibar que tiene en la sala se preparó un whisky a las rocas y subimos a la habitación tomados de la mano. El se sienta en un sillón negro de cuero que hay en su habitación.

—Ahora baby boy quiero que entres ahí— dice señalando el vestidor— y me traigas a mi lindo conejito. 

Yo entro al vestidor cerrando las puertas para convertirme en un conejito sexy. La parte más complicada es la de ponerme el butt plug, que fue lo primero que me puse introduciendolo lentamente. Mi escasa vestimenta consiste en ropa interior de encaje, medias altas con lazos y las orejitas de conejo.

Salgo del vestidor Gian me devora con la mirada, me haces señas para que gire, lo cual hago despacio.

—Estoy pensado que ya que te encanta bailar. ¿Por qué no bailas para mí?

Esto hace que me sonroje violentamente.

—Necesito música para bailar— digo en voz baja. ¿Podré bailar con esa cosa metida? Eso lo vamos a averiguar.

—Eso no es problema.— de la mesita de noche saca un control remoto al presionarlo se abren unas puertas que están en la pared dejando ver un sistema de sonido. El toma su celular por lo que asumo que es vía bluetooth —¿Tienes alguna canción en mente? 

Yo lo considero hasta que me llega una canción en específico. Me acerco a él me siento en sus piernas. 

—Deja que la ponga yo daddy quiero que sea una sorpresa— digo él me pasa su teléfono y yo pongo "Daddy" de Lana del Rey, si no la han escuchado se los recomiendo. No es la canción con el ritmo más sexy del mundo pero la letra va muy bien para la ocasión.

Puesta la música comienza mi show, no tengo palabras para describir como baile, es extremadamente sensual, la forma en la que me muevo, los pasos que hago es un baile que nunca pensé que haría en mi vida, es la clase de baile que no verían fuera de un strip club. En un momento gateo hasta él, me voy incorporando de a poco hasta quedar arrodillado entre sus piernas, subo de a poco me siento en sus piernas de espaldas a él , tomo el vaso de whisky que tiene en sus manos y me doy un trago, disimulo mi cara de desagrado, no me gusta el sabor del whisky, bailo encima de él, puedo sentir lo duro que se a puesto y me encanta. voy a levantarme pero Gian me lo impide me besa apasionadamente olvidando el baile. Sus manos comienzan a recorrer mi cuerpo, acaricia mis pezones, con su otra mano baja hasta mi ropa interior acariciándome por encima de la tela. 

— Maldición baby boy¿De donde sacaste esos movimientos?— pregunta besando mi cuello. 

—Los tenía guardados para ti daddy. 

— Sí solo le puedes bailar así a tu daddy. Ahora baby llego la hora del postre. — dicho esto me acomoda encima de él, me carga y me deposita en la cama. se sube  encima de mí apoyándose con las manos para mirarme 

—Ponte de espaldas. 

Yo obedezco y levanto el culo para que pueda apreciarlo mejor 

—Te ves adorable mi conejito... pero no puedo cogerte con esto puesto. — me acaricia los glúteos despacio y lentamente saca la "cola". No me quita mas nada ni siquiera la ropa interior. 

— No te preocupes baby pondré algo mejor ahí. 

Yo me quedo de espaldas en la misma posición, volteo un poco mi cabeza para ver que Gian se está desvistiendo. Siento cuando entra en mi, no me canso de sentirlo, la sensación de placer abrumadora, el éxtasis que nubla los sentidos. Las palabras susurradas, los gemidos descontrolados, nunca me cansaré de hacerlo con Gian, de sentir como su cuerpo reacciona ante el mío.
Me pone de espaldas a la cama.

— Me gusta ver tu rostro mientras te follo. 

Esas palabras. 

—¿Te gusta baby boy?

—Me encanta daddy. 

Su forma de hacerlo, su forma de tocarme, su forma de tratarme, me conquistaron por completo. Más que su apariencia, más que su dinero el que nunca me importo, mas que su carisma, me cautivo su forma de tratarme. Es un hombre tan elegante, tan fino, tan  distinguido, tan educado... exquisito, pero en la cama se convierte en un perverso total, tan obsceno, capaz de decirte las cosas más sucias al oído y que suenen bien, capaz de hacerte venir sólo con sus palabras. Se que dicen que no te puedes quedar con uno sin haber probado otro, pero yo no necesito probar más para saber que igualarlo es difícil, mas bien imposible. 

Nuevamente cambiamos esta vez yo estoy encima de él.

—Muévete para daddy baby— dice sensualmente. — Enséñame que puede hacer ese hermoso cuerpecito tuyo. 

No tiene que decirlo dos veces, tantas horas de coreografía van a servir para algo más que solo bailar, Y si es difícil moverse igual teniendolo,dentro pero ya baile con un butt plug y aunque el tamaño es considerablemente mayor, lo monto como un profesional. Esta tan adentro de mi que nota en mi abdomen, es delicioso, es irresistible, es... más de lo que puedo soportar, las cosas que me terminan con mi autocontrol.

—Quiero venirme daddy. ¿Puedo?— mi voz es entrecortada aunque intento que suene dulce. 

— Haz sido un chico muy bueno así que si, vente para daddy. 

Termino desplomándose encima de Gian. El hecho de que yo haya terminado no significa que él lo haya hecho así que me cambia de posición nuevamente, me pone de lado y levanta mi pierna de una forma que no sabía que era posible, vaya que soy flexible. sus movimientos son más rápidos casi salvajes, mi mente se quedo en blanco en esos momentos. No se cuanto lo estuvimos haciendo para cuando terminamos siento que soy un ente incorpóreo flotando en el aire. 

Como de costumbre Gian me abraza. 

— Duerme un poco baby. 

Por lo general le discutiria, le diría que no, que mi tía, que si debo volver, sin embargo eso no esta en mi cabeza ahora, nada está en mi cabeza ahora. Me acurruco con mi daddy y me duermo al cerrar los ojos. 

Me desperté ya de noche, tome una ducha con Gian que termino en sexo en el baño. Cenamos recalentando los gnocchis que hice para el almuerzo. Esta vez no me pidio que me quedara porque sabía que no lo iba a hacer, aunque no acepto un no como respuesta sobre llevarme a la casa, por lo menos uso el Mercedes esta vez que es más discreto que los otros autos. 

Mientras conduce voy comiendo ositos de gomita y revisando mi teléfono, tengo varios mensajes de Alex, le escribí que había salido a hacer un poco de turismo con los chicos que Stefano me había presentado en la universidad. Soy un mentiroso consumado.

El muy descarado de mi daddy me lleva hasta el portón de la casa que está ahora en silencio, me da un corto beso de despedida, yo le digo que me escriba cuando llegue. Entro murmurando un "buenas noches" para el guardia de la puerta, estoy muerto de la vergüenza, de seguro nos vio. 

Como Gian pronóstico mi tía ni se enteró de mi ausencia, había estado tan ocupada que en la casa cada quien almorzó por su cuenta, por igual con la cena o por lo menos eso me dijo Alex, ella tampoco estuvo en la casa se fue a un bar bohemio con Damian, me dijo que debemos de ir todos un dia. Hablamos otro rato hasta bien tarde en la noche. Comparto mis dulces con ella a la que también le encantan damos cuenta de los gummy bears sin siquiera notarlo. 

 A veces me dan ganas de poder decirle a Alex toda la verdad, me muero de ganas de tener con quien hablar de todo lo que me sucede, así como ella me habla de su novio, quiero dejar de mentirle a quien se está convirtiendo en mi mejor amiga... Luego pienso que es con su padre con el que salgo y me asusta, no quiero que me odie, no lo soportaría. ¿Y qué decir de los demás? ¿Que pensaria Piero por ejemplo que se ve siempre tan serio y formal? Gian dice que no les importaría pero yo no estoy tan convencido. Alex nota mi expresión. 

—¿Estas bien Danny?

— Sí, solo estoy cansado. 

Ella consulta la hora en su teléfono.

— ¡Es tardísimo! Mejor vamos a subir. 

Yo muevo mi cabeza de forma afirmativa.

Esos días los recuerdo como la calma antes de la tormenta y lo que se desató en mi vida fue un huracán de proporciones bíblicas.

Otro capítulo llega a su fin.
Por favor voten y comenten. Me encantan sus comentarios. 😉

Proximo Capitulo: "Make daddy proud"

Sigueme en mis redes para info de esta y otras historias que publicaré más adelante.

Bye.😘

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