Capítulo IV: 💋"Baby boy"💋
Estamos sentados en la terraza en lo que es el brunch más incómodo de la historia de los brunch. El aspecto mío y de mis primos no es el mejor, los tres tenemos lentes oscuros. Tengo un dolor de cabeza, no por haber tomado si no por no haber dormido, cuando Gian me llevo eran las cuatro de la mañana, desperté a las nueve con la tercera guerra mundial que inició porque mis primos estaban llegando a esa hora, el hecho de que le dijeran a mi tía que su padre sabía dónde estaban solo le añadió más leña al fuego.
Mi tía nos observa con disgusto, mi primo Carlo dormita en la mesa, yo hago lo posible por no emularlo, pero el ambiente invita a dormir, la suave brisa del domingo, la música de elevador que suena de fondo... Pero la vibración de mi teléfono hace que despierte. cuando miro es un mensaje de un número de teléfono que no tengo agendado... Bueno no tengo tantos números.
Buenos días preciosidad. 💖
Quién es? 🤔
Stefano.
??
El baile anoche? 💃🏻👯
Ah... Ok. Cómo tienes mi número? 🤔
Una de tus primas me lo dió. 😅
Espero que no te moleste. 😶
No 🙂
Ayer no pude despedirme de ti porque unos de mis amigos tomó demasiado y tuvimos que llevarlo. 😓
Esta bien. 👍
Yo olvidé todo lo referente a ese chico en el momento en que baile con Gian y mucho más después de tener su boca devorando la mía.
Me encantó bailar contigo. 😍
Irás al club hoy?
No lo sé, hoy es domingo. 😅
Si... Tienes razon, pero si vas llamame 😉 Bailas increíble. Dónde aprendiste a bailar así?
YouTube. 😉
No... 😆
Sí y tú? No lo haces nada mal.😁
Soy bailarín. Mientras estuve en la escuela. Ahora que voy a la universidad solo lo hago por hobbie.
😲
No dejes de llamarme si vas al club. Quiero volver a bailar contigo. 😍
Ok si voy te dejo saber. 👍
Ok 😘
Guardo su número, no está mal tener un amigo. Sí solo eso amigos, no pretendo que seamos nada más, tampoco quiero que él lo piense, pongo mi teléfono en la mesa, me fijo en que Alex también ésta dormitando
—Buenos días a todos— es mi primo Piero, no lo había visto en mucho tiempo, es muy apuesto, tiene los mismos ojos azules de su padre. Su voz nos saca a todos de nuestro estado de letargo.
Mi tía se levanta, besa a mi primo en ambas mejillas.
—Mi niño— exclama.
—Buenos días— es Gian, esa voz ya la tengo grabada en mi memoria, el nerviosismo se apodera de mí. Recuerdo los besos de ayer y solo ruego poder actuar con naturalidad ante el.
—¿Tu que haces aquí?— pregunta mi tía, es la primera vez que los veo interactuar, se me hace difícil pensar que en verdad aún le interese porque la mirada que le dedica no es la que uno le daría a alguien que quiere recuperar. Me sorprende la pregunta pues el sabía del brunch.
—Es mi casa patricia, vengo cuando quiera.
—Yo le dije del brunch— Aclara mi primo.
Lo que puedo deducir por esto es que mi tía no lo contaba entre los asistentes, asumo que mi primo le dijo porque bueno es su padre, lo confirmo por la mueca de disgusto que tiene en la cara. Yo miro a Gian resguardado tras los lentes oscuros de mis gafas., esta guapísimo, con unos jeans azul oscuro, una camiseta blanca y una chaqueta negra, también lleva lentes oscuros.
—Danny tenía mucho sin verte. ¿Cómo estás? — saluda mi primo Piero.
— Estoy bien, gracias.
Ellos toman asiento, Gian no se sienta al otro extremo de la cabecera, por el contrario, se sienta quedando frente a mí, me mira descaradamente tras sus gafas oscuras o eso quiero creer.
El orden de los asientos es el siguiente: en el lado derecho de mi tía, estamos Alex al lado de mi tía, yo al lado de ella, Carlo al lado mío lejos de su madre, del lado izquierdo Piero al lado de su madre y Gian a lado de este por ende frente a mí, hago todo lo posible para que mi mirada no vague hasta el.
El desayuno o "brunch" está dispuesto frente a nosotros, hay paninis, cornettos, tramezzinos rellenos de jamón, focaccia, tostadas, mermeladas, zumo de naranja y mucho, mucho café, lo que me hace preguntar cuál es la diferencia entre un bruch y un desayuno si estamos comiendo lo mismo.
—Casi no vienes a verme hijo.— comenta mi tía.
—Estoy muy ocupado en el trabajo es todo.
—Claro trabajas mucho para que el sin vergüenza de tu padre pueda salir a fiestar como si fuera un jovencito. Solamente míralo como están, hasta a Danny lo han mal influenciado.
Veo que mi primo nos mira.
—¿Lo han influenciado a usar lentes? — pregunta mi primo.
—A llegar tarde, a andar de antro en antro. — dice que con disgusto.
—Son jóvenes.
—¿Y tú padre?
—No es viejo. — replica Piero.
—Patricia que tú quieras actuar como una anciana a tu edad no significa que yo deba hacerlo.
—Tienes cuarenta y tres comprarte como tal.— dice entre dientes.
Así que esa es la edad de Gian veintitrés años mayor que yo. No lo aparenta para nada.
Empezamos a servirnos la comida.
—¿Quieres que te sirva, Gian?— pregunta mirándolo con algo de... ¿Coquetería? ¡Pero si lo estaba insultado! Creo que mi tía sufre de trastorno disociativo de la personalidad.
—No gracias tengo manos.— responde sin siquiera mirarla.
—Permíteme hijito— dice mi tía dirigiéndose a Piero ocultando su enojo o decepción.
— Gracias mamá.
—¿Por qué no me sirves a mí?— pregunta Carlo.
—Puedes hacerlo perfectamente.— le responde secamente.
—Hay favoritismo en esta casa— refunfuña Carlo.
—No quiero comer nada, tengo náuseas— dice mi prima.
—¡Ja!— exclama mi tía— Lo que nos faltaba.
—¿Qué insinúas madre?— pregunta Alex.
—Amaneciendo con el novio.
—Si de algo no puedes hablar es de eso— dice Gian—¿O eso también lo olvidaste?
Mi tía no tiene argumentos contra esto, sé que tuvo su primer hijo a los diecinueve. Sé que estaba embarazada cuando se casó.
—A la edad de Alex ya éramos padres— dice Gian— Claro no le estoy diciendo que lo hagan sean más inteligentes.
— Lo dices cómo si te arrepintieras de haberlos tenido— dice mi tía.
—Nunca me arrepentiría de mis hijos.
— Para tu información no estoy embarazada madre.
—Eso sería una tragedia— comenta mi tía.
El silencio cae en la mesa, se nota que nadie quiere estar ahí.
—Por cierto hijo ¿Cuando planeas buscarte una novia? ¿Planear una familia?
—No tengo tiempo de salir te lo dije.
—Bueno yo conozco muchachas excelentes de muy buena familia.
—Piero no está interesado en solteronas histéricas, además sale con alguien— dice Gian.
Mi primo se atraganta con el jugo de naranja al escuchar esto, le dedica una mirada de incredulidad a su padre.
—¿Y por qué no me lo habías dicho?
—Es algo muy reciente— dice mi primo nervioso de pronto.
—¿Es hija de alguien que conozca?
—Si— respondió Gian sonriendo. — Es hija de...
—¡Dan! ¿Te gusta la ciudad?— pregunta mi primo Piero para cambiar el tema de la conversación.
—¿Eh? Sí aunque no he visto mucho de la ciudad.
—Y tus hermanos solo lo llevan a tomar— dijo mi tía.
—Y a bailar deberías ver como baila— comenta mi primo Carlo.
Es mi turno de atragantarme, yo no lo miro mal, Alex lo hace por mí.
—Si tuviera tiempo le enseñaría la ciudad— dice mi tía— Pero la fundación me tiene muy ocupada.
—Yo puedo hacerlo— dice Gian y sé que me mira, puedo sentirlo a través de las gafas.
—¿Tu llevarlo?— pregunta mi tía— No te confiaría a mi sobrino.
La propuesta de Gian me hace recordar la noche anterior, me pongo rojo de inmediato, solo ruego que nadie lo note.
—No le haría nada malo— dice disimulando una risa, sé porque lo dice, ese desgraciado.
—No quiero a mi sobrino cerca de tus perversiones.
—Voy a acostarme.— dice Carlo poniéndose de pie.
—A dormir la borrachera— comenta mi tía.
—No es por haber bebido.— replica Carlo.
—¡Ja! ¿Y por qué más?
—¿A ver? — respondió Carlo con un gesto pensativo — No dormí la noche entera por una orgía en la que participé con cinco tipos más, me duele el culo ahora.
La cara de mi tía es un poema. Creo que en cualquier momento va a romper el vaso que tiene fuertemente cogido de la mano.
—¿Gian lo escuchaste? ¿No vas a decirle nada?
Gian lo mira seriamente.
—¿Te protegiste?— dice sonriendo el sabe que mi primo en realidad amaneció en casa de Bella.
La vena de de mi tía va a explotar.
—¡Por eso es que son como son! Es por tu culpa, heredaron todo lo malo de ti.
—Tranquila Patricia que vas a desperdiciar todo el dinero que gastas en botox.— dice Gian sacando su teléfono y quitándose los lentes.
—¡Ah! Ahora vas a estar en el teléfono como un jovencito.
—Soy un hombre de negocios, siempre tengo que estar al tanto de mis teléfonos. — dice y saca dos teléfonos más, osea que tiene tres.
—Míralo uno para las amantes, otro para la familia y otro para los negocios.
Gian ignoro el comentario, escribiendo en su iPhone.
—Madre yo también tengo dos.— dice Piero sacando sus teléfonos.
—Lo más probable es que sea para lo mismo.— refunfuñó.
—Yo voy a subir— dijo Carlo subiendo.
—¡Detente!— gritó mi tía.
—¡Obligame!
—¡Gian Di Castello haz algo!
—Descansa hijo.
Mientras la pelea se lleva a cabo siento mi teléfono vibrar, me quito los lentes, no puedo creerlo cuando lo reviso ¡Es un mensaje de Gian!
Estas precioso hoy.
Éste hombre es increíble, está de veras probando mi auto control. Lo miro disimuladamente y puedo ver una sonrisa pícara en sus labios.
Tenia que decírtelo.
Escribe nuevamente.
Gracias tu también te ves muy bien.
—Todo es culpa tuya— dice mi tía dirigiéndose a Gian.
— Sí Patricia las dos guerras mundiales, la guerra de Vietnam, los atentados, todo.
Las jóvenes del servicio retiran los platos.
—Apenas tocaste tu comida— le comenta mi tía a Alex.
— Oh ya sabes el embarazo— dice con sarcasmo mientras se levanta, se dirige a su padre y le da un beso en la mejilla. — Yo también voy a acostarme, Ciao Piero. — luego de esto se retira.
—Ahí van tus obras, el mejorcito es Piero.— dijo masajeando las sienes de su cabeza — hasta migraña me causaron.
—Que buen calificativo. — comenta el aludido escribiendo en su teléfono.
—Te voy a hacer una pregunta Patricia, si soy tan mala persona ¿Por qué vives de mi dinero?— dijo dejando el teléfono y mirándola fijamente.
—Ahora me humillas.— dice mi tía.
— Te humillas tu sola al seguir usando mi apellido a pesar de que nos divorciamos hace diez años.
— Mamá ya debo irme— dijo Piero quién había estado con su teléfono todo este rato.
—¿Tan rápido?
— Tengo que descansar.
Ella se levanta tras el.
—Esta bien, no dejes de llamarme, yo me tomaré un tranquilizante y me acostare.— Escucho decir mientras entran a la casa.
Gian y yo estamos solos, la tensión entre nosotros es palpable, el me mira fijamente yo no puedo sostenerle la mirada.
Mi tía regresa.
—¿Te piensas quedar?— dice mirando a Gian de arriba abajo, me parece que lo estudia.
—Yo no tengo que darte cuentas de lo que haga— dice él.
—Me voy a acostar, tengo una migraña horrible. ¿Danny cariño necesitas algo?
—No, creo que también subiré.
Mi tía se va, no sin lanzarle una última mirada a Gian. Gian guarda sus teléfonos, se levanta de su asiento se sienta a mi lado.
—¿Me aceptarías una invitación?— pregunta
Yo me humedezco los labios.
— Una invitación ¿A donde?
— Un pequeño tour por la ciudad, claro si no estas cansado.
— No, para nada— Aunque no lo crean el cansancio se esfumo de mi. — Aunque no se si mi tía...
— ¿Patricia que? Solo te estoy dando un tour ya le dije que yo me ofrecía a mostrarte la ciudad.
Quiero ir claro que si.
— Esta bien— digo sonriendo. — debería avisarle a mi tía.
— Patricia esta con una jaqueca no es conveniente molestarla.
Salimos de la casa en dirección a su auto hoy anda en un ferrari, voy cuestionándome si esto fue una buena decisión. Subimos a su auto, el me abre la puerta muy caballeroso. antes de poner el auto en marcha saca su teléfono.
— Le escribiré a Alex para informarle que te estoy dando una vuelta por la ciudad saben donde estas.
Emprendemos la marcha. El primer lugar que visitamos es la iglesia Santa Maria delle grazie. Es una obra de valor cultural muy importante, en ella se encuentra la ultima cena de Leonardo da Vinci. Admiro el trabajo arquitectónico de la iglesia, no voy a negar que siempre he querido ir y ver en persona uno de los frescos considerados patrimonio de la humanidad.
— ¿Sabias que Leonardo da Vinci invento una nueva técnica de pintura en la ultima cena? Es decir no el fresco tradicional. Hay muchas anécdotas alrededor de la pintura, como la forma de pintar de Leonardo, el tiempo que se tardaba en pintar o como aa veces pintaba casi con furia... Yo diría que la mas notable es sobre como no encontraba un modelo para el rostro de Judas.— digo todo esto muy rápido dejándome llevar. Voy de un lado a otro admirando la combinación de arquitectura gótica y renacentista.
De ahí vamos al Castello Sforzesco, otra vista imperdible en Milan. De nuevo me encuentro emocionado mirándolo todo.
— Es increíble la conservación de las cosas, este castillo fue construido en mil trescientos sesenta, bueno ahí fue cuando empezó a construirse y aquí esta a pesar de que fue demolido y reconstruido en mil cuatrocientos cincuenta para ser residencia de los Sforza... Quisiera crear edificios así que formen parte de la ciudad donde estén, que se conserven con el paso del tiempo. Ese tipo de cosas te vuelven inmortal, son una prueba de tu paso por el mundo... Siempre había querido estudiar algo relacionado al arte a pesar de que mi papa no se mostraba my a gusto con la idea, aunque creo que acepta mas que sea arquitecto que artista plástico... yo— me fijo en Gian esta mirándome con una sonrisa mientras yo hablo sin cesar.
— Lo siento, estoy parloteando sin cesar. Es un mal habito, me pasa cuando me emociono, por lo general no me doy cuenta... Y lo estoy haciendo de nuevo.
— No, me gusta escucharte así conozco más de ti, continúa por favor. — Dice sonriendo, es una sonrisa genuina. — Puedo ver que eres muy culto, pocos chicos se interesan en estas cosas, además tienes una voz muy hermosa.
— Es que siempre me ha gustado el arte y me gusta leer casi cualquier cosa que caiga en mis manos.
Nuestro próximo destino es el Duomo de Milán donde experimento la misma sensación , hasta ahora es el lugar que mas me ha gustado por los vitrales. En un momento de manera inconsciente tomo a Gian de la mano para conducirlo de un vitral a otro como un niño emocionado. Cuando vengo a darme cuanta que estamos tomados de manos, lo suelto avergonzado.
—¿Quieres comer algo Danny?
— Si muero de hambre.
Vamos a la Galería Vittorio Emanuele II, lleno de tiendas exclusivas y restaurantes elegantes.
Vamos a un restaurante de comida tradicional, el anfitrión nos ubica en una mesa con vista a la calle de la plaza, nos entrega el menú, unos momentos después se presenta nuestro camarero. Ordenamos ensalada, pastas, carnes con risotto y yo no puedo evitar pedir panacotta con fresas, mi postre favorito. Gian se encarga de la elección de los vinos, el camarero toma nuestra orden y se va.
—¿Te has divertido?
— ¿Es enserio Gian? Me ha encantado este día, he visto muchas cosa interesantes. Gracias.
— Para nada, gracias a ti por aceptar.
Llegan las bebidas y luego las entradas, la comida es bastante buena, el vino excelente.
— Lamento haber parloteado sin cesar todo el tiempo.
— Ya te dije que no me molesta así se mas cosas de ti.
—En cambio no se nada de ti, bueno que eres padre de mis primos, CEO del grupo di Castello, sabes bailar y te gusta dar tours por la ciudad.
El se ríe de buena gana, hasta el sonido de su risa me encanta.
—¿Que quieres saber de mi? Pregunta lo que quieras.
— ¿Que haces en tu tiempo libre a parte de ir de clubbing y dar tours personalizados?
— Por lo general descanso, no tengo mucho tiempo para eso ya que estoy muy ocupado. Me gusta leer un buen libro, disfrutar de una agradable compañía acompañado de buena música , navegar cada vez que puedo, estar en la soledad del mar con lo que te mencione antes es muy relajante para mi. También ir de clubbing como mencionaste para olvidarse del stress de la semana... pero no le doy tours personalizados a todo el mundo, eso es un servicio exclusivo para ti baby boy.
Siento mi cara caliente a la mención de esto ultimo.
— ¿Te gustan las películas de terror? — pregunto de pronto porque no me llega nada a la cabeza, el silencio es pesado mientras el me mira con intensidad.
—Algunas, no las que son una carnicería sin sentido. Me gusta el terror psicológico.
— Soy un fan del terror, del terror bien hecho aunque veo cualquier película nueva del genero para poder dar mi opinión.
La conversación sigue por el mismo rumbo acompañada de las miradas sugerentes de Gian y comentarios que me hacen enrojecer. Llega el postre no puedo estar mas feliz, el primer bocado de Panna cotta sabe a gloria, dejo escapar un suspiro de placer al probarlo.
—Asumo que el postre está delicioso.
Yo asiento con la cabeza pues tengo la boca ocupada en mi postre.
— La panna cotta es mi postre favorito y este esta excelente.
Cuando el camarero regresa Gian pide la cuenta y dos pana cottas más para llevar. Paga la cuenta, salimos rumbo al parqueo. Las calles están llenas de personas que salen repletos de bolsas de tiendas exclusivas. Nos subimos al auto antes de encender el mismo Gian se acerca a mi, yo estoy distraído poniéndome el cinturón él toma mi rostro por el mentón y me besa de nuevo. Yo me dejo llevar por la sensación de su boca en la mía. Lo he decidido me encanta Gian di Castello pese de todas las razones de porqué no debería gustarme. El se separa de mis labios pero aún estamos muy juntos.
— Eres tan delicioso baby boy.— dice con sus labios pegados a los míos, yo solo puedo gemir en respuesta. Me da otro corto beso, pone el auto en marcha yo me acomodo en el asiento con el corazón queriendo salir de mi pecho. A pesar de mi agitación el cansancio hace mella en mí, en algún momento me duermo, soy despertado por Gian quien acaricia mi rostro suavemente.
— Danny ya llegamos— Escucho que me dice.
Yo abro los ojos despacio, aún estamos en el auto, miro a mi alrededor un poco desorientado, puedo ver que estamos en la entrada de la casa.
— Te ves cansado, ve y descansa Danny.
— Si— respondo incorporándome. — Gracias por todo Gian.
— No tienes que agradecerme, toma— dice pasándome la bolsa donde están los dulces.. — No vayas a dejar esto.
— Pero...
— Los compre para ti, me dijiste que son tus favoritos.
—Gracias— digo nuevamente sonriendo mientras me bajo del auto.
— Duerme un poco, te llamo más tarde baby.
Yo asiento, el se va. Yo entro a la casa, no hay nadie en la sala, voy a la cocina donde tampoco hay nadie coloco las pana cottas subo a mi habitación y me duermo de inmediato.
🍮🍮
🍮
Me desperté desorientado y un poco mareado, cuando me dormí todavía era de día y al despertarne ya estaba oscuro, tome mi teléfono eran las ocho de la noche. Tenía un mensajes de Stefano.
Hola precioso que pena que no hayas podido ir al club. 😔 Hubiera adorado bailar contigo.
Sí, no pude. Será para la próxima. 😅
Bajó a cenar, mi tía ya está sentada, en verdad no se ve bien, parece triste y sus ojos rojos e hinchados indican que estuvo llorando.
—¿Estas bien tía?— pregunto un poco tímido. En realidad me siento mal por ella y tengo una punzada de culpa, yo estuve divirtiéndome con su ex esposo y ella estaba aquí triste, soy una horrible persona.
—Sí...— responde —¿Entonces saliste con Gian?
Yo bajo la vista sonrojado.
—Si fuimos a ver partes de la ciudad.
Carlo baja con su teléfono en mano.
—¿Podrías guardar eso para cenar?
El como de costumbre el la ignora.
Mi prima también baja, debo admitir que tenemos mejor aspecto que en la mañana.
—¿No te llevo a ningún sitio extraño?— pregunta mi tía, no se a lo que se refiere.
— No...
—¿Un sitio extraño? ¿A que te refieres? — pregunto mi prima.
— Recuerda que nada que haga mi papa va a estar bien para ella.
—¿A que fue divertido verdad?
— pues si bastante— respondo un poco sonrojado al recordar el beso y las cosas que me dijo.
Mi tía no vuelva a articular palabra durante la cena, de hecho al terminar se retira.
Mi primo continua en su teléfono.
—¿Danny juegas freefire?— dice enseñándome el teléfono.
—Si pero no soy muy bueno.
—Peor que Carlo no eres.
—Callate Alex.— dice indignado.
Al terminar la cena nos dirigimos a una sala que supongo es de entretenimiento, pues tiene un gran televisor, consolas de videojuegos y un muy buen sistema de sonido.
Carlo y yo nos tiramos en el piso ambos con nuestras teléfonos.
—Jugaremos dúo vs escuadra.
Alex se tira en el sofa con un bowl lleno de palomitas y enciende el televisor.
—¿Podrías bajar el volumen?
—Usen audífonos además morirás muy rápido.
Empezamos la partida y debo admitir que soy mejor que Carlo, Alex olvidó la serie que veía y estaba concentrada en nuestra partida.
—¡Carlo míralo ahí, dispara! ¡Ay! dame eso. — le quita el teléfono y es buena, bastante buena, recuerdo que me dijo que le gustaban los viedojuegos.
Ahora es Carlo el espectador de las partida.
—¡Booyah!— grita Alex.
—Esto es humillante.— dice Carlo llenándose la boca de palomitas.— Ni siquiera juegas este juego.
—¿En serio no juegas?
— En la cuanta de Damian a veces, no me gusta este juego en particular. Por cierto Danny ¿Te llamo Stefano?
— Asi que fuiste tu.
— Si. ¿Te molesto? Es que me parece que hicieron mucha química bailando y el es muy lindo.
— No, no me molesto y si me llamo.
— ¿Y bien te invito a salir?
—En parte— ambos Alex y Carlo me miran sin entender. — Me dijo que quería volver a bailar conmigo. Así que si vamos al club que le avise.
— Yo creo que el quiere algo mas que solo bailar— me comenta Carlo.
— Deja de ser idiota por un momento Carlo. Yo creo Danny que el te volverá a llamar.
El tema muere ahí, a mi no me gusta Stefano mas que como un potencial amigo.
Nos quedamos viendo Netflix por el resto de la noche, en un momento como mis deliciosas pana cottas las que comparto con mis primos. Recibo mensajes de Gian preguntándome si descanse, luego deseándome buenas noches y también de Stefano. Yo subo a eso de las doce, me acuesto de inmediato.
🍭🍭
🍭
Abro los ojos no muy seguro de la hora aun no ha amanecido, tomo mi teléfono cinco diez de la mañana, tengo un mensaje de Gian, lo abro mas durmiendo que despierto.
Buenos días, baby boy. Pasa un buen día, si necesitas algo, llámame.
¿A que hora se despierta? Vuelvo a cerrar los ojos y a dormir, vuelvo a despertarme a las nueve
Entró a él hermoso baño y decido darme un baño de tina, lo preparo con una bomba efervescente para baño. Tiene un rico olor a vainilla, me relajo en la tina, tomó un momento para admirar el baño detenidamente, es tan elegante, minimalista.
Definitivamente cuando tenga mi propia casa tendré un baño como este. Pienso.
Es muy curioso lo cercano a la verdad que llegó a ser ese pequeño e inocente pensamiento.Me ducho en mi adorado baño, bajo a desayunar, solo estamos mi tía y yo.
—Buenos días Danny.
—Buenos días tía.
Se ve mejor que ayer, mas descansada.
Al poco rato bajan mis primos para mí sorpresa no peleamos de hecho el desayuno es relativamente tranquilo... Cosa que no tarda en cambiar.
En verdad ninguno de nosotros tiene nada que hacer, vamos a la terraza, nos sentamos en un mueble que me fascina porque tiene forma de cúpula, es bastante grande así que cabemos los tres y hacemos lo normal que tres personas que no tienen nada que hacer harían estar en nuestros teléfonos.
— Ese es el problema de esta generación siempre en el teléfono. Busquen algo productivo que hacer— reclama.
Recibe una ignorada épica, en la que lamentablemente me incluyo, así que sale taconeando fuertemente de la terraza.
Entre revisar una red social y otra tenemos tiempo de conocernos un poco más. En especial a Carlo ya que con Alex es con quien mas he interactuado.
—¿Pensabas que era un bueno para nada como dice mi mama?— pregunta cuando me dice que estudia en la universidad donde se graduó su papa estudiando economía internacional y administración.
— No, claro que no.
— No es que disfrute molestar a mi madre— dice sacando un cigarrillo — Es mi madre después de todo. Es solo que no tengo paciencia para ella... — dice y enciende el cigarrillo, le da una calada. — ¿Fumas?— pregunta ofreciendo la cajetilla.
— No gracias.
Carlo entra por un momento, recibo curiosamente un mensaje de él mismo de que vaya a la sala.
—Tu hermano acaba de mandarme un mensaje.
—¿Piero?
—No, Carlo.
—Está loco ¿Para que?— dice mirando el teléfono. — vamos a ver.
En la sala hay una caja de tamaño considerable, fuera de esta veo una regla T y un portaplanos.
—Esto es tuyo, lo mandaron de la universidad y mi bella madre se tomó la molestia de abrirlo.
—Tenia que confirmar que no tenía nada peligroso.
—Ay sí porque la universidad va a mandar una bomba. Es ilegal revisar el correo ajeno.— continúa mi primo.
—No te preocupes Danny, no hay nada perjudicial en la caja. — dice mi tía. — Te mandaron de todo, no tienes que agradecerme.
— Y es verdad que no tienes que agradecerle, no lo compro ella, supongo es parte de la beca.
— Pero yo moví mis influencias.
— Solo llamaste a mi papa.
— Ustedes nunca agradecen nada de lo que hago.
— No, gracias tía, en verdad te lo agradezco mucho. — me apresuro a decir — Llevare la caja arriba— tomó la caja y la llevo conmigo, la pongo en el piso.
Ahora que lo analizo la beca no decía nada de materiales, por lo que me intriga y comienzo a revisarla... Es el sueño de un universitario y aun mas. ¡Hay una laptop en la caja! ¡Con absolutamente todos los accesorios desde disco duro externo hasta un bulto para cargarla¡Tiene absolutamente todo lo necesario para el primer semestre, desde un insignificante sacapuntas hasta los libros de arquitectura, esto último me sorprende por lo general los profesores piden los libros los primeros días de clases.
Tomo la laptop la coloco con cuidado en el escritorio, la enciendo para comenzar a configurarla.
Mi teléfono suena es el señor di Castello, una sonrisa se dibuja en mi rostro.
—Hola Gian.
— Hola Danny, te llame para preguntarte si recibiste el paquete.
—¿Fuiste tu?
— Si, mi asistente contacto a la universidad para confirmar lo que necesitabas.
— Guao, pero esto es demasiado no tenias que...
— Por favor Danny eres un muchacho muy inteligente, necesitas tener todo lo necesario para tus estudios. Recuerdo lo emocionado que estabas ayer, en verdad te encanta lo que estudias, mereces lo mejor.
— Yo... Gracias.
— Por nada, recuerda puedes llamarme para lo que sea.
Esa parte para lo que sea me hace sonrojar, mientras sonrío como idiota me sale a notificación de que Gian quiere cambiar a videollamada, voy al espejo para comprobar que estoy presentable y acepto la cámara. Siento calor desde que lo veo.
— Quería verte. No se si es cosa mia pero te ves mas bello cada vez que te veo.
Yo sonrío me muerdo los labios, empiezo a sudar las manos. El me sonríe.
— Me encantan tus labios, lo suaves y deliciosos que son.
—Oye Gian hay algo que quiero preguntarte.
—Adelante
—Quisiera saber... es decir... Me has besado varias veces y eres muy amable conmigo... ¿Exactamente que quieres conmigo?
— Eso es algo que tenemos que hablar en persona.
No soy estupido tengo una idea de que debe querer, es solo que todo lo que me dijo mi tía sobre las relaciones de una noche, el desfile de amantes, todo eso aun esta en mi cabeza.
— OK.
— Solo que no será hoy porque tengo mucho trabajo aquí en la oficina.
— Entonces te dejo para que trabajes.
— Te llamare mas tarde babyboy. ¿Me darías un beso?
Yo me siento un poco raro nunca le había lanzado un beso a nadie por video llamada pero lo hago.
— Eres encantador baby.
— Chao Gian.
Yo me quedo con el teléfono en la mano pensando en lo que acabo de hablar con Gian. Mis pensamientos son conflictivos, no debería desearlo como lo hago. No, el debería estar prohibido, pero mi corazón parece haberse divorciado de mi mente. También esta el hecho de que a pesar de que tengo una idea de lo que quiere no estoy cien por ciento seguro de lo que sea. ¿Y si es solo sexo lo que quiere? Sigo con todo eso en mi mente cuando mi teléfono suena.
Hola. Estas ocupado hoy?
Un mensaje de Stefano.
No, por lo menos hasta ahora.
Me preguntaba si quisieras ir al cine conmigo? 😅
Seria bueno salir y distraerme un poco de los pensamientos que me asedian en torno a Gian di Castello. No le contesto de inmediato porque creo que le gusto... ¿Por que no me gusta el? todo seria menos complicado, en parte porque esta el hecho de que a pesar de que mis primos saben mi sexualidad, mi tía y mi padre no y tampoco quiero que lo sepan. Dejo el teléfono de un lado y vuelvo la laptop. Recuerdo que no tengo la contraseña del wifi, todo este tiempo he estado usando los datos de mi teléfono. Bajo las escaleras para preguntarle a alguien, voy a la terraza donde aun esta Alex.
— Oye Alex ¿Me das la contraseña del wifi?
—Disculpa que no te la haya dado es que pensé que la tenias.
Procede a darme la contraseña, en eso me llega otro mensaje de Stefano.
Vas a poder??
Alex ve mi cara de indecisión.
—¿Todo bien?— pregunta.
—Si, Stefano me invitó al cine.
—Supongo que le dirás qué sí.
—¿Eh? No lo sé.
—Claro que le dirás que sí, vamos así conoces otra parte de la ciudad.
— Es que no quiero darle falsas esperanzas.
— Pensé que te gustaba— dijo mi prima. — Como sea ir al cine no es darle falsas esperanzas, salgan como amigos, si quiere algo más pues le dices que no lo ves así y listo.
No era una mala idea después de todo.
Sí, me gustaría. 🙂
Excelente. 🎉🎉
Acordamos la hora y lugar. Pensándolo ahora las cosas más inocentes fue la que me trajeron mayores problemas.
🍬🍬
🍬
Alex se ofreció a llevarme ya que no conozco la ciudad, Stefano me espera en un café al lado del cine.
Debo admitir que no lo recordaba bien, es rubio, alto, de ojos azules, con muy buen físico, muy apuesto.
Me acerco a él y nos saludamos con dos besos en cada mejilla.*
—Wow Danny estás más precioso de lo que recordaba.
—Gracias, tu también te ves muy bien.
—Tenemos un poco de tiempo antes de la película. ¿Te gustaría un café?
— Sí, claro.
Nos sentamos en una de las mesas, una joven toma nuestra orden, dos capuchinos.
— Entonces Danny. ¿Cómo es que YouTube te enseño a bailar así?— me pregunta con una sonrisa.
La camarera regresa con nuestras bebidas.
—Soy de un pequeño pueblo, no tenía mucho que hacer... Así que veía muchos vídeos de baile mayormente, me aprendía la coreografía.
—Pensé que eras de Milán— dijo tomando un poco de su taza—Como bailarín profesional te puedo decir que eso es impresionante, tienes talento.
—Gracias— digo con una sonrisa tímida— Solo tengo unos cuantos días aquí, conseguí una beca en el Politécnico de Milán, gracias a mi tía.
—Cuando la vea le daré las gracias— me dice sonriendo de nuevo.
Yo lo miro sin entender.
— Así pude conocerte... Además yo también estudio allí.
Ok, coincidencias ¿Nadie? Solo falta que estudiemos lo mismo.
—¿Y qué estudias?— pregunte intrigado.
—Ingeniería civil.
—Yo arquitectura.
— Así que yo convertiré tus sueños en realidad.— dijo tomando un sorbo de su taza.
—¿Disculpa?
— Es que podríamos trabajar juntos en algún momento, como serás arquitecto y yo ingeniero. Ustedes diseñan y nosotros lo hacemos realidad.
—¡Ah... eso!
— Y hasta ahora que te ha parecido Milan
Quisiera un Euro por cada vez que me pregunten eso, no puedo evitar reír.
— Si, se que te lo tienen que haber preguntado mucho.
— Esta bien, no te preocupes— dije sonriendo— Me ha parecido hermosa, ya he visto algunos lugares importantes, fui al duomo, a santa Maria delle grazia, a la galeria Vittorio Emmanuelle tambien a el barrio Naglini. Mientras lo digo recuerdo que fui con Gian a todos esos lugares.
— Aun hay mucho por ver, cuando quieras yo te puedo servir de guia.
— ¿Eres de aquí?
— Si, nacido y criado en Milano.
Seguimos hablando por un rato más hasta que llegó la hora de la película. Nos paramos frente a la cine a estudiar la cartelera.
—¿Que te gustaría ver?
—¿Que te parece una de terror?— pregunto examinando las opciones.
—Solo si me abrazas en las partes terroríficas.— dice riéndose.
— ¡Oh vamos!
—¿Y que opinas de ver esta?— pregunta señalando una de autos y disparos.
—¿No... se, autos, disparos corredores convertidos en agentes secretos que devuelven misiles con una mano?
— Es entretenida... esta bien veamos la de terror.
— No, no te obligare a ver algo que no quieras. ¡Ya se! Esta es de acción, gran director, los protagonistas han ganado el oscar y tiene buena critica. De hecho ese director no tiene películas malas, es uno de los pocos que también escribe el guión de sus películas. ¿Sabes que hace cameos en la mayoría de sus cintas? Creo que le gusta trabajar con el actor principal, lo he visto en varias cintas. — me dejo llevar por mis pensamientos.
Stefano me mira riendo.
— Lo siento me pasa a menudo que hablo sin cesar.
— No te disculpes dices cosas muy interesantes. Vamos veamos esa.
Compramos los tickets entramos al cine vamos a comprar las palomitas y el refresco.
— Yo pago las palomitas, ya pagaste el café y el cine. — Ya que no he tenido que pagar nada aun tengo el dinero que traje.
— Como crees Danny yo te invite.— dice y no me deja pagar.
Sin mas entramos a ver la película que resulto ser bastante buena. Durante la película sentí mi teléfono vibrar unas cuantas veces, no lo saqué, mas desde que salimos lo revise. Tenía un mensaje de Gian y dos llamadas perdidas.
No te pude contestar porque estaba en el cine.
—¿Quieres ir a cenar algo?— me pregunta Stefano.
—Sí, claro— le respondo.
Entiendo. Ya cenaste?
Voy a cenar con un amigo.
Ya veo.
Sí, lo conocí en el club, con los chicos.
Bien. Llámame cuando llegues a la casa.
Ok
—¿Va todo bien?— pregunta Stefano.
—Sí— respondo rápidamente sonriendo.
Cenamos en un restaurantes de pizza, acompañados de unas cervezas.
— De ahora en adelante seguiré tus recomendaciones de películas.
— Solo soy una persona que disfruta del buen cine.
Hablamos un poco mas, sobre películas, series, aunque yo no soy muy fan de estas ultimas Terminamos de cenar estamos dando un paseo. Stefano es un muchacho muy agradable.
—Oye Danny.— dice Stefano deteniéndose de pronto.
—Si...— me detengo también.
De un momento a otro sus labios están en los míos. ¡No puedo creerlo! No me lo esperaba, su beso es muy diferente a los apasionados besos de Gian di Castello, es mas suave... Debo detenerlo. Lo empujo un poco poniendo mi manos en su pecho.
—Lo siento Danny, es que me gustas mucho.
—Yo... Stefano, no te veo así, me gustas como amigos.
Puedo ver su expresión, sí la expresión de alguien a quien acaban de enviar a la friend zone.
—Ok Danny, ya veo.
El silencio es un poco incómodo.
—Creo que es hora de regresar— digo.
—Sí, déjame llevarte a casa.
Stefano pide un taxi, se sube conmigo para asegurarse de que llegue bien.
—¿Vives aquí?— pregunta sorprendido frente a la enorme casa.
—Sí.
—Niño rico.
—No, la rica es mi tía y sus hijos— respondo.
—Me gustó mucho salir contigo. Quiero que sepas que haré lo posible para que me veas como más que un amigo.— dice sosteniendo mi mano entre las suyas.
Yo solo sonrío, bajo del taxi y entro a la casa. Mi prima me había prestado sus llaves, no había nadie en el piso de abajo.
Subí a mi cuarto, me desvestí, me puse una pijama , me acoste y le hice una videollamada a Gian. Mi ritmo cardiaco se acelera de solo verlo.
— Hola baby boy. ¿Te divertiste en tu cita?
— No fue una cita, solo salí con un amigo.
—¿El muchacho con el que bailaste?
— Si.
— ¿Y el quiere ser solo tu amigo?
— Si, supongo, ademas a mi me gusta otra persona.— digo tornándome rojo.
— ¿En serio?¿Puedo saber quien es?— me pregunta sonriendo.
— Eso es algo que te tengo que decir en persona.
El se vuelve a reír y se humedece los labios.
— Te puedo decir que creo que también le gustas.
Y es mi turno de sonreír y morderme el labio inferior.
— Tienes una hermosa sonrisa.
Yo me pongo una almohada en la cara para cubrir mi sonrojo.
— No te cubras Danny, es cierto que tienes un lindo rostro aun mas cuando estas sonrojado.
Yo me quito la almohada de la cara.
—Mejor ¿Y como te fue en tu cita?
— Que no fue una cita.
— Ok, si dices que no fue una cita. ¿Pero te divertiste?
— Si, fue una buena película. Yo quería ver una de terror, pero optamos por otra de Tarantino me encantan sus películas, está en lo personal es muy buena.—empiezo con mi mal hábito , Gian solo me sonríe— Disculpa ya empecé a hablar sin parar ¿Y como ha estado tu día?
—Un poco estresante, mucho trabajo. Lo usual de un Lunes.
— Tu cansado y yo hablando sin parar.
— Escucharte y verte me hacen sentir infinitamente mejor.
Yo sonrío, es imposible no hacerlo, cuando a uno le dicen ese tipo de cosas.
—Quisiera verte, haré lo posible para sacar un momento mañana.
— Espero que puedas yo también quiero verte.— respondo, debería golpearme repetidas veces por eso. Cómo es que entiendo lo mal que está y aun así continúe por ese camino.
— Buenas noches baby boy.
— Buenas noches.
También recibí un mensaje de Stefano deseándome buenas noches, le respondí. Se me hace dificil dormir pensando en el señor di Castello, pensando en que me diría. No se a que hora me dormi solo se que era bastante tarde y que soñe con el. Definitivamente ya estaba perdido.
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