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Etta esta estaba despierta, y Tessa sentía que su corazón volvía a latir, esta vez con más fuerzas que antes, le había dado un propósito a su vida y sabía que a su lado estaban su tutora y Theo el chico que hacía más que gustarle, quien la aceptaba tal y como era.
Pero quedaba mucho que planear pero ella no dejaría que el día terminara sin hablar con Theo, después de todas esas palabras que el le había dedicado, ella debía verlo, hablar con él, pedirle una disculpa.
—Theo. —Sujetó su mano antes de que se montara en el coche y se largara con los otros. —¿Podemos hablar?
El rubio aturdido por la presencia de la pelirroja que le robaba el sueño asintió y se la acompañó hasta un parque cercano. Ambos iban en total silencio, pero no era incómodo, disfrutaban de la compañía del otro, como si fuesen dos adolescentes normales.
—Creo que debo pedirte una disculpa. —Susurró la pelirroja cuando el rubio le ofreció un helado de fresa a la vez que el tomaba uno de chocolate. —Fui una estúpida, debí...
—No es a mi a quien debes pedirle disculpas. —Sonrío el rubio y ella lo miró con confusión. —Es a ti misma porque estuviste a punto de perderte, porque casi entregaste todo lo que te hace única y especial para tirarlo a la basura.
—¿Crees que soy única y especial?
—No lo creo, estoy seguro.
Y Tessa no se contuvo, ni siquiera lo pensó dos veces, ese rubio bocazas se le había metido bajo la piel sin darse cuenta, se había quedado totalmente enamorada sin previo aviso, sin oportunidad a escapar y por eso lo besó, porque era lo que quería hacer. Ambos helado cayeron al piso, derretidos por el sol y por la pasión que emanaban esos dos.
Theo la estrechó contra su cuerpo sintiéndose el lobo más afortunado por tenerla entre sus manos, se sentía perfecta como si estuviese creada para ti.
Tessa supo que todo lo que sentía era real.
—Que sepas que este beso te hace mi novia chica del bosque.
—Que sepas que seré la mejor novia que tendrás jamás.
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Esa misma noche, cuando ya se encontraban fuera el hospital, se llevó a cabo la última reunión de los líderes en la residencia Argent. Por supuesto, ninguno de ellos quiso faltar a pesar de haber superado a la muerte hacía muy poco tiempo, razón por la cual continuaban algo frágiles, pero no pasaría mucho antes de volver a recobrar su fuerza.
Dentro del salón, todos hicieron un círculo alrededor de la mesa donde Chris desplegó el mapa que mostraba la estructura de los túneles donde los cazadores de Tamora, secundada por Paul Puckett y Lily Poe, estarían preparándose para su llegada.
Clifford Woolf, por otro lado, tendría a su propio equipo y al de William Stanley bajo su mando. Ubicados en la antigua casa que poseía su familia en Beacon Hills. Por tanto, al ejército sobrenatural solo le quedaban dos opciones.
Separarse o esperar a ser cazados.
Indudablemente la segunda ni siquiera se contaba.
— La manada de Smith y la de Kane van con Tessa y las omegas —ordenó Scott— Malia, Peter y Theo también van con ellos. El resto de mi manada, el equipo del FBI y los de Decker vendrán conmigo a los túneles.
— ¿Eso quiere decir que... —comenzó a decir Stiles, siendo interrumpido súbitamente por su mejor amigo
Tessa puso los ojos en blanco, esos dos hasta la mente se leían.
«Idiotas»
— Si. Nos tendremos que dividir.
— De lo contrario solo nos queda esperar sentados a que vuelvan a emboscarnos —agregó Lincoln con simpleza. — E imagino que ninguno de ustedes quiera acabar como la pequeña Alison ¿No es así?
De fondo, se escuchó el gruñido furioso que le dedicó Adam Kane al pelinegro. La sola mención de la muerte de su novia todavía le dolía. Tessa acababa de enterarse y eso la hizo enfurecer mucho más.
— Yo apoyo a Scott. Esto debe acabarse de una vez por todas y esos bastardos pagarán por lo que le hicieron —susurró con voz recia— Ni uno más caerá en esta guerra.
— Así es... —Etta dió un paso al frente, con la mirada de Derek Hale puesta en ella desde las sombras— El mundo sobrenatural es más que solo luchar para vivir. Somos tan humanos como cualquier persona y merecemos la vida tanto como cualquier otra criatura de esta Tierra. No vamos a dejar de reclamar nuestro lugar solo porque otros crean que ser diferente es un pecado.
Ante la profundidad de sus palabras, todos los presentes intercambiaron miradas. Tessa sonrió orgullosa,sin duda su tutora tenía el don de la palabra.
Lydia, Malia y Tessa asintieron desde sus lugares, dispuestas a cumplir con el plan a como diera lugar. Lo mismo que los demás chicos, quienes no veían la hora de marchar hacia el frente de batalla para darle la cara al enemigo.
— ¿Alguien ya ha notado como mi fierecilla es buena dando discursos? —exclamó Lincoln— Toda una Michelle Obama.
— Por todos los cielos ¿Podrías cerrar la boca de una vez? —espetó Marley, una de los agentes que habían llevado para apoyar a la caballería— Esto es un asunto de seriedad.
— Preciosa, ese humor no le va para nada a tu estatura.
— ¿Quieres ver cómo mi estatura te deja sin dientes?
Tessa comenzó a cansarse de las bromistas estúpidas y decidió soltar lo que estaba ocultando, el oscuro secreto de su progenitor.
— ¡Genial! —interrumpió Tessa de repente— Aunque adoraría ver cómo le patean el culo a Lincoln, hay algo mucho más importante que debo decirles... Todo este tiempo hemos tenido al Fenrir delante de nuestros ojos y no nos hemos dado cuenta.
— ¿A qué te refieres, Tess? —preguntó Lydia confusa.
— Clifford Woolf —dijo— él es el alfa.
—Lo sabía. —Gritó Peter y todos lo miraron —Bueno no lo sabía, pero me lo imaginaba... —Nadie dejaba de mirarlo. —Continúen por favor, luego me arrancan la cabeza.
Entre Scott y Etta intercambiaron una mirada de confusión.
— ¿Estás segura? Él es un cazador.
— Completamente. Esa es la clara explicación de por qué yo puedo alcanzar la transformación completa... porque mi padre es un hombre lobo de nacimiento.
— Eso explica muchas cosas —murmuró Derek— ahora veo un poco arriesgado enviarla sola a por él.
— Tranquilo, papi. No estaré sola —ella sonrió con suficiencia— tengo dos manadas de mi lado, sin contar a las omegas. Además, Clifford es mío, y no dejaré que salga vivo de esta.—Sus labios se curvaron en una sonrisa a la vez que en su mente repasaba la tortura que tenía planeada.
— Bien —culminó el de apellido McCall, paseando su vista por todos en el salón— todos ya saben lo que tienen que hacer, mañana al caer el Sol nos separaremos. Marley, Stiles... —ambos agentes se voltearon hacia él— ¿Creen que podrán avisar a los agentes federales?
— Solo advierto de que si hay más de un muerto será difícil que no los arresten a todos —dijo la rubia.
— Hasta ahora solo esperamos que sean Tamora y Clifford —murmuró Etta, pero todos la escucharon— No me miren así, si no lo hacen ustedes lo haré yo ¿Acaso se les olvida todas las vidas que han arrebatado y la policía no ha hecho nada? A la mierda la ley.
— La apoyo siempre y cuando no vuelva a romperme la nariz —agregó Stiles— ¡Larga vida a mamá loba!
— Y recuerden —advirtió el alfa una vez más— asegúrense de salir todos con vida.
Estaba claro que todos iban a salir con vida, Tessa se encargaría de que el único corazón de hombre lobo que dejara de latir fuera el de su padre.
Ya nos acercamos al final people!!!
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