I do anything
Día 7: Final de la misión.
Aclaraciones: Universo canon || Ha pasado casi dos años desde el inicio de la misión || Rated K+ || Romance-drama-comedia || Basado en un fanart.
.
.
.
Su mirada estaba fija en el pavimento que recorría, mientras intentaba hallar las palabras adecuadas en su mente, ordenando el sin fin de ideas que no le ayudaban a buscar la manera adecuada de decirlo.
Levantó ligeramente la mirada e inclinó tan sutilmente la cabeza que nadie se percataría de aquel movimiento. Su atención se dirigió hacía la persona que estaba a su lado, Yor Briar, su esposa ficticia en esa misión llamada Strix para evitar una nueva guerra entre ambas naciones. Tenía el cabello recogido de la forma tradicional y aquel suéter rojo que hacía resaltar su mirada. Se veía tan encantadora como cada día. Su mirada bajó un instante para ver la cuerda que la mano femenina sujetaba y como al final se podía ver el perro de la familia Bond, el cual había adquirido dos años atrás.
Ese perro había sido su excusa para estar a solas con Yor.
Le había encargado a Franky el quedarse con Anya en casa mientras ellos daban un paseo, esa era la única oportunidad que había armado para hacer aquello que tanto había estado posponiendo. El pedirle a Yor que dejaran esa farsa sobre su matrimonio falso y formalizaran una relación real.
Una idea que había venido a su cabeza una vez que, después de dos años conviviendo con Yor y Anya, había aceptado por fin sus sentimientos por la Briar. Algo que había sido complicado de aceptar al tener la prioridad de la misión y su propia moralidad como agente secreto. Él no era nadie y la principal regla para ser un espía era jamás relacionarse o mostrar sentimientos por sus objetivos, eso perjudicaría a la misión y su racionalidad. Era algo que había tenido presente durante largos años en servicio. Por eso mismo, la primera vez que su corazón se agitó por Yor Briar, aquella vez cuando Yuri los forzaba a besarse enfrente suyo, supo que algo andaba mal.
No podía especificar qué, pero esos latidos habían sido extraños. Por un tiempo quiso restarle importancia a esa calidez que la compañía de la Briar le proporcionaba, Centrándose en la misión, pero inevitablemente ese calor comenzó a expandirse y esos latidos extraños volvieron a presentarse una y otra vez. Twilight siguió reprimiendose y apartando pensamientos innecesarios al respecto. Hasta hace unos días, cuando se encontró a sí mismo contemplando con gran fascinación la piel de la espalda que podía apreciarse de aquel suéter rojo que la Briar usaba y como aquel pensamiento se filtró a sus sueños de esa noche. Al despertar de ese agradable sueño, la soledad de su cama lo golpeó y deseó que ella estuviera ahí, a su lado.
El hecho de extrañarla cuando estuviera fuera de casa o al despertar cada mañana y solo tranquilizarse al verla cada mañana con esa sonrisa cálida y su corazón reaccionando en respuesta... fue en ese momento que comprendió que estaba perdido. Que había roto la principal regla de un espía, él jamás relacionarse o desarrollar sentimientos que obstaculizan su misión.
Realmente intentó deshacerse de esos pensamientos, esos sentimientos, tomando una distancia de Yor y de Anya. Intentando que esa idea de una verdadera familia se esfumara de sus pensamientos. Al cabo de unas semanas, comprendió que no sería posible y lo único que restaba era aceptar sus sentimientos e ir por ellos. Tomar por primera vez una decisión egoísta en cuanto a sus emociones. Quería estar con Yor Briar, hacer de esa farsa una realidad.
Por eso mismo estaba en ese paseo absurdo con el perro, buscando la forma adecuada de sacar el tema a colación. No estaba seguro de cómo hacerlo, jamás se había visto implicado en una situación real. Toda su vida, su identidad era falsa, no existía. Ahora debía enfrentar su propia situación y sentimientos reales, cosa que lo tenía un poco nervioso. ¿Debía ir directo al grano? Eso era bastante propio de sí mismo pero una duda lo estaba carcomiendo ¿qué era lo que Yor Briar le respondería? No sabía qué era lo que pensaba en realidad. Ella había aceptado esa relación como cubierta para no ser sospechosa como una espía. En todo el tiempo a su lado no había podido analizarla en totalidad, su pensamiento era singular, un enigma. ¿Ella correspondería sus sentimientos? ¿Lo rechazaría?
Si eso sucedía al menos tendría un punto de partida, había pasado gran parte de su vida como agente secreto y mucho de su trabajo era infiltración con mujeres. Enamorarla no sería una tarea difícil, aunque todo sería más sencillo si era correspondido.
Dejó salir un suspiro, debía dejar de dar vueltas y ser directo.
—Yor
—Loid-san ¿sucede algo? —La mujer a su lado giró para verlo, con esa sonrisa representativa.
El corazón de Twilight se agitó fuertemente y la adrenalina corrió por sus venas. Pero eso no lo detenía ni en las misiones de vida o muerte que había enfrentado.
—He querido decirte, hablarte de algo...
—¿Sucede algo con Anya?—Ella miró a Bond que se movía lentamente.
Loid negó con la cabeza, intentando ordenar nuevamente las palabras en su cabeza.
—No, quería hablar de... yo...—Una gota de agua tocó su nariz y volteó a ver al cielo.
Pequeñas gotas de agua comenzaron a descender de forma paulatina, mojando el cabello de la familia Forger. Loid no había visto las noticias del clima por lo que ese giro de las cosas no las tenía previstas. Torció la boca, debía hacerlo rápido y certero.
—Yo quiero decirte que...
Súbitamente las pequeñas gotas que caían del agua se convirtieron en una lluvia torrencial, donde el agua caía en cantidades alarmantes. Aquello alertó al perro de la familia que gimoteó al sentir su pelo blanco siendo mojado y como salía corriendo, llevándose a rastras a Yor mientras gritaba que se detuviera. Loid miró al cielo frustrado y como una lluvia pequeña había arruinado sus planes.
Un rayo atravesó el cielo, mientras el aire golpeaba todo a su paso y con eso las esperanzas del Forger.
.
.
.
La última ocasión había sido bastante impaciente y descuidado con sus planes. Había tomado la primera oportunidad que le había salido, con una excusa débil y sin analizar adecuadamente las cosas. No se había percatado del clima nublado cuando le pidió a Yor ir a pasear a Bond.
Ni había planeado la manera en como decirle las cosas, sabía por su tiempo como espía que tenía que ser temerario e improvisar cuando sus planes no iban de acuerdo a lo planeado. Pero ¡no había planeado nada aquel día! Ese había sido su error, se había lanzado sin más. Y si quería confesar sus sentimientos y cambiar su estatus de esposo falso a uno real, no podía ser tan impulsivo.
En el pasado para enamorar a sus objetivos siempre elaboraba un plan paso a paso para llevar a cabo. Yor no se merecía mucho menos que eso. Si en el pasado buscaba cualquier oportunidad para coincidir con otras mujeres, con Yor debería tomarse muy en serio. No era cualquier mujer a fin de cuentas. Ella había aceptado seguir su juego de un matrimonio falso y con ella todo fluía tan fácilmente.
Por eso había organizado esa noche, con gran detenimiento esa últimos días, asegurándose que nada saliera mal. Ese era el fin de la misión como un falso Loid Forger, para tomarlo como algo real.
Observó satisfecho su trabajo, la mesa finamente decorada por petición suya en el restaurante. Una botella de champagne en un recipiente con hielo, velas, rosas rojas que iban tan bien con la Briar y un músico preparado para interpretar una canción en el momento justo.
Ayudó a la mujer a sentarse en el sitio indicado mientras él mismo tomaba asiento enfrente y la comida era servida sin tomarles el menú antes. Loid se había encargado de esa banalidad, encargando un platillo especial para ambos para compartir. Además que le había pedido al gran e interesado Franky que cuidara a Anya, la noche sería especialmente de ellos.
Yor se veía especialmente bella, con aquel vestino negro que había usado en la fiesta donde él aceptó que eran esposos. Los golpes en esa misión desconectaron su cabeza con su boca, pero de alguna manera todo eso había salido mejor de lo que esperaba.
—Esto es maravilloso, Loid-san —Ella lo miró con las mejillas sonrosadas. —¿Acaso he olvidado una fecha importante? —La duda y el miedo la golpeó, si era su aniversario y lo había olvidado, sería la peor esposa del mundo.
—No, no es nada de eso Yor, solamente quería un tiempo a solas con mi esposa. —Hizo mayor énfasis en las últimas palabras. —Y quería hablar sobre algo.
Su mirada se dirigió detrás de la mujer, donde un mesero y el músico esperaban por su señal, asintió con la cabeza, accionando el siguiente paso en su plan. Era algo sumamente sencillo. Yor giró su rostro para ver al músico y sonrió mientras se entretenía al verlo mover las manos en el violín. Mientras tanto, el mesero tomó la botella de champagne y sirvió en ambas copas. Loid asintió indicando de esa forma que era lo que necesitaba. El Forger estiró la mano hasta dejar caer un pequeño objeto en la copa de la Briar.
Un anillo con un pequeño diamante incrustado.
El anillo que debió darle en su primera cita como pareja falsa. Aún se reprendió a sí mismo por pedirle matrimonio con un seguro de granada. Yor era tan amable que nunca se había quejado o dicho algo al respecto. Loid jamás le había dado un anillo apropiadamente, por lo que ese era el mejor momento para hacerlo. Ese anillo marcaría la realidad de su relación.
Un viejo truco con el anillo en la copa de la bebida, en el que la mujer tomaba el contenido y cuando lo vaciaba podía ver el anillo en el fondo. Un factor sorpresa y romántico, jamás fallaría.
Sonrió mientras levantaba su copa, llamando la atención de Yor, quien dejó de ver al músico e imitó sus movimientos. Chocó su copa con la de Yor y ambos se lo llevaron a los labios. Una vez que tomara el anillo, él se lo pondría en la mano y le diría sus intenciones ocultas con todo eso.
Era el plan perfecto. Con la copa en los labios, vio a la fémina tomarse el contenido, sus ojos azules estaban fijos en el anillo del fondo. Hasta que el líquido amarillo desapareció. Loid alejó la copa de sus labios, listo para decir el discurso que tenía preparado.
—Yor, yo he querido decirte que...
Inesperadamente la copa de la mano femenino se estrelló en la mesa, con fuerza suficiente para llamar la atención y sin romper el cristal, por sorpresa. Loid se quedó pasmado en su sitio ante ese cambio de hechos. Contempló a Yor con las mejillas sonrojadas, los párpados entrecerrados y una sonrisa torpe en su rostro.
—Es una verdadela sorpesa velte tan cariñoso Loid-san —Arrastraba las palabras mientras movía su dedo enfrente de su rostro. —¿acalso quieres llevalme a la cama?
Loid estaba sin poder moverse en su sitio y sintió su rostro enrojecer cuando tanto el músico, que había dejado de tocar al ver la situación, y el mesero lo miraban con reprienda. A sus ojos era un hombre que buscaba llevarse a la cama a una mujer alcoholizada. Hasta podrían pensar que él había hecho algo malo y buscaba compensarlo. Maldijo internamente mientras veía balbucear a la mujer enfrente.
Observó la copa en la mesa que ella había dejado y no podía ver el anillo al final ¿donde diablos había terminado el anillo? Miró a su alrededor pero su atención fue traída repentinamente al ver a Yor caer dormida en la mesa con brusquedad, mientras seguía susurrando. ¿De donde había sacado que quería llevarla a la cama? Bueno, no es como si no hubiera pensando en ese descenlace agradable si todo salía bien... pero no tenía idea como se le había ocurrido que estaba haciendo todo eso solo por sexo.
Se cubrió el rostro con la mano y maldijo una y otra vez en su cabeza. Había planeado todo esto con gran anticipación, días atrás poniendo todo de sí para pagarle al mesero y al músico, planeando detenidamente la forma más adecuada de hacer las cosas. En su cabeza tenía varías rutas de acción de acuerdo al resultado de las cosas, pero ninguno contemplaba ese desenlace.
¿Cómo diablos había olvidado que Yor Briar tenía una resistencia cero para el alcohol?
.
.
.
Loid removió los huevos que tenía en la sartén con gran frustración, con toda su atención dirigida en el desayuno de la familia Forger.
Dejó salir un suspiro, el centésimo desde aquella noche desastrosa donde tuvo que cargar a una Yor Briar alcoholizada hasta su residencia, sin haber tenido la oportunidad de decir nada y tirando todo su plan hecho en esos días. Había visualizado escenarios desastrosos donde ella lo rechazaba o se arrepentía de su matrimonio. Pero lo que sucedió salió por completo de su imaginación.
Tendría que considerar nuevamente un nuevo plan o alguna estrategía para hacer las cosas diferentes. Sirvió los huevos en los platos, llevándolos hasta la mesa donde comían juntos. Sirvió un poco de jugo de naranja, sin mirar demasiado a Yor. Ella eventualmente no recordaba absolutamente nada de lo que había dicho o hecho en el bar, a pesar de que cuando decidió cargarla ella había protestado, pateando al mesero hasta estrellarse en la pared.
Solo se había disculpado por quedarse dormida en su cita y Loid no la había sacado del error.
Era mejor no hacerla recordar sobre lo desastroso de la cita y el anillo que había perdido. Tendría que conseguir uno nuevo.
—Anya, ven a desayunar. —Intentó llamar la atención de su hija perdida en aquel programa de espías, sin éxito.
Dejó cada uno de los platos en la mesa, junto con la ensalada y su café, girando sobre sí mismo para ir por un poco de agua cuando vio a Yor de pie ante él con esa mirada avergonzada.
—Loid-san... Yo quería decirte que, no recuerdo casi nada de lo que ha sucedido en el restaurante ayer pero, lo siento mucho si te he causado algún inconveniente. —La mujer se mordisqueó el labio inferior con nerviosismo.
—No, para nada, no ha sucedido nada Yor.
La mujer jugueteó con el borde de su suéter, evitando la mirada azul que la contemplaba con intensidad. Yor tragó saliva, al sentir su corazón latiendo con gran fuerza en su pecho, buscando la manera de decir lo que quería.
—Es solo que yo...—Cerró los ojos concentrándose y controlando el sonido desbordante de su pecho. —No quiero que algo como eso arruine lo nuestro...—Ella levantó el rostro hasta verlo con vergüenza —Aunque sea falso. —Aclaró más que nada para ella misma.
Loid la vio de pie, avergonzada por caer en los efectos del alcohol y temiendo que ese suceso arruinara lo que tenían. Pero algo en la forma en lo que lo había dicho, en que la palabra falso sonó ajeno a sus labios que provocó que sus brazos rodearan el cuerpo femenino y lo atrajera hacía sí mismo, lo suficiente para que sus narices se tocaran.
—Yo ya no quiero que sea falso Yor. —Mencionó con el corazón en la garganta y sintiendo el color apoderándose de su rostro.
Eso era lo que desde hace tiempo había querido decirle, que no quería seguir jugando al matrimonio. Quería ser realmente un matrimonio con una hija y si para eso tenía que darle fin a la misión de fingir algo, lo haría. Podría lidiar con la operación Strix aún con una vida hecha. No había dicho las palabras como hubiera querido pero al fin lo había dejado salir.
Y se sentía realmente aliviado y libre.
Loid vio a la mujer enrojecer estridente y como sus labios temblaban al sentir aquella cercanía poco común en ellos. La miraba fijamente a los ojos. Hasta que la vio cerrarlos y elevar sus labios, como si estuviera esperando..
El Forger escuchaba su corazón reaccionar ante lo que eso significaba y que él realmente estaba siendo correspondido, que los mismos deseos de que eso fuera real eran mutuos. Sus manos se paralizaron en torno a la cintura femenina. Tragó saliva incapaz de romper esa última distancia, al no poder pensar claramente.
Hasta que Anya pasó detrás de ellos, cabalgando a Bond para llegar al comedor. Justo cuando pasaba por su lado, perdió el equilibrio y terminó estrellándose en la espalda de Yor, empujándola. Ese simple movimiento fue suficiente para que los labios de ambos se juntaran, encajando perfectamente. Loid la besó lentamente, impregnandose de aquel sabor que apenas probaba, queriendo no alejarse nunca.
—Papá y mamá se aman mucho —Anya mencionó al recordar haber visto en la televisión que eso era normal en las parejas que se querían.
El Forger terminó con el beso al escuchar a su hija, un poco nervioso de la situación. No había sido nada romántico como había planeado, eso había sido tan espontáneo y sorpresivo que de haberlo planeado no hubiera salido tan bien. Por eso mismo entrelazó la mano de Yor, quien aún seguía en trance por aquel acercamiento, y presionó su mano.
—Si, así es. —Dijo Twilight con gran seguridad de que eso era cierto.
Giró su rostro un poco para ver a Yor abrir los labios asombrada y bajar la mirada ante la forma directa por la cual Loid estaba diciendo las cosas. Y por la mirada que le estaba dirigiendo, tan cálida y tempestuosa. Solo Loid Forger podía alterarla de esa forma y estaba bien con eso.
Loid simplemente sonrió sin poder evitarlo, ante el panorama que se abría enfrente suyo. Cada uno de sus planes había sido desastroso pero aquel momento había bastado para dejar de reprimir sus sentimientos y ser honesto por primera vez.
Ese día finalizó su misión como Twilight y empezó su vida como Loid Forger.
.
.
.
¡ Y con esto termino el Twiyor week segunda edición!
He llegado un par de días tardes, pero me han surgido varias cosas, pero como dicen es mejor tarde que nunca, asi que con esto finalizo. Disfruté mucho participar nuevamente en una actividad de ellos dos, con tantas ideas que hay para aprovechar.
Esta es una situación bastante graciosa de como a Loid todo le saldria mal cuando quiere ser por primera vez honesto y me he divertido de imaginar las caras que haría. El nombre de la historia es en base a una canción de Simple plan, por si gustan más...
¿Votos o comentarios?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top