Furtivo
Dia 6: Edén AU
Aclaraciones: Universo alterno || Eden AU || Rated K+ || Romance-drama || Loid y Yor: estudiantes de segundo año. || Ambos tienen 17 años
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Sus pies se movían con rapidez por el pasillo lateral de la escuela, con una idea en la cabeza. Ir por los libros que había dejado en el salón de clases e irse a casa.
La maestra de literatura le había pedido ayuda para llevar los trabajos que habían entregado ese día. Él como todo un caballero, no podía negarse. Siempre solía ayudarla en ese tipo de encargos cuando el resto de los alumnos no tenían su humildad. No le molestaba hacerlo, pero se había tomado más tiempo del previsto, al escuchar a la maestra hablar y hablar sobre asuntos personales para finalmente ver cómo calificaba los trabajos y en primer lugar el suyo, colocándole una calificación perfecta.
Loid no estaba seguro si aquellas notas perfectas eran por su desempeño académico, el cual era perfecto, o simplemente al caerle bien le ponía la nota total sin leer su trabajo. Cualquier otra persona se vería tentado a escribir cualquier tontería y contar con la máxima calificación. En su lugar el Forger siempre hacía su mejor esfuerzo, además que era de gran ayuda a la hora de los exámenes.
Del lado derecho estaba el edificio del Edén, la mejor escuela de Ostania, donde los alumnos con familias privilegiadas asistían. Loid estaba en su segundo año y era un alumno imperial, lo cual acontecía más responsabilidades en sus hombros. A pesar de eso, no le importaba, a fin de cuentas eso era lo que sus padres esperaban de él, la excelencia y se esforzaban lo suficiente para poder pagar la escuela. Esa era su manera de devolver el esfuerzo que invertían en él.
¿Qué era lo que Loid Forger quería realmente? No estaba seguro, pero se esforzaba para mantener tranquilos a su padres ante su futuro alentador.
Sus ojos azules se desviaron para ver el jardín que estaba del lado izquierdo de donde estaba caminando. Podía ver los árboles dispersados, y algunos arbustos con flores rodeándolos que daba una apariencia de total tranquilidad y quietud. La vida de Loid siempre era bastante movida por sus deberes por lo que un momento de quietud era lo que menos tenía. El viento acarició su rostro y sintió el aroma primaveral, pero su atención fue demandada por algo entre los árboles.
Por lo que sin pensar demasiado se adentró al jardín, abandonando en totalidad su idea de darse prisa e irse a casa. Caminó tranquilamente mientras sus pasos eran amortiguados por el césped del jardín. Rodeó uno de los árboles que se interponían en su camino y se detuvo finalmente enfrente de uno.
El follaje brindaba una sombra agradable que te ayudaba a resguardarse del sol que destellaba en el cielo azul sin nubes. Algunos pétalos flotando ante la fuerte corriente de aire que pasó entre los árboles. Loid Forger se quedó quieto, ignorando todo eso y con sus ojos azules fijos por completo en la figura que estaba enfrente suyo. Yor Briar, su compañera de clases, aquella que ansiaba conseguir su última stella para entrar a los alumnos imperiales antes de finalizar el curso escolar.
Estaba sentada, sobre el césped que rodeaba el gran árbol. Su espalda estaba apoyada en el tronco del árbol. Sus manos estaban sujetando un libro que reposaba en su regazo y tenía los ojos cerrados. Su lento respirar confirmaba que estaba durmiendo. Loid visualizó el libro que sujetaba entre sus manos, era de literatura, la obra que habían estado estudiando en clases. Podía intuir que ella buscaba leerla para poder realizar el ensayo que les habían dejado pero había terminado dormida. A ese paso no terminaría consiguiendo la stella que le faltaba.
Aunque Loid más que nadie sabía lo mucho que se había esforzado.
Yor solía acudir a preguntarle cuando no entendía nada entre clases y ambos solían estudiar juntos en la biblioteca cuando se aproximaban los exámenes. Una rutina que empezó con un favor para ayudarle a estudiar pero con el tiempo ayudó a ambos a hacer esa tarea más llevadera permitiendo que ambos pasaran más tiempo juntos. En algún momento en vez de verlo como un favor que le beneficiaría al subir sus notas, se había convertido en uno de sus momentos favoritos del día. Al estar con la Briar podía dejar atrás el estrés que lo dominaba y dejarse llevar. Se sentía tan cómodo a su lado que siempre que estaban separados, ansiaba por volver a encontrarla.
Para el Forger el romance no estaba en sus planes, a pesar de que varías chicas de su curso o de otros salones se le habían confesado, siempre se mantenía al margen. No era algo de su interés. Sin embargo, ahí estaba, observando con fijación los labios femeninos ligeramente entreabiertos. Eran de un rosado pastel que habían demandado su atención demasiado de un tiempo para acá. Siempre viendo los labios moverse al decir su nombre, al hablar o al reírse de la forma tan dulce que solo ella podía hacer. Los gestos extravagantes que hacía de vez en cuando cuando se avergonzaba, algo que era bastante frecuente, o cuando se abrumaba por algo. Y aquellos sonrojos permanentes en su rostro cuando estaban juntos, que iban a juego con esos ojos carmesí penetrantes. Muchas veces se había visto atrapado en ese rojo carmesí, tan cálido.
¿Sabía el efecto que ejercía sobre él cuando lo miraba fijamente?
Era demasiado distraída para considerar lo que podría ocasionar con sus tartamudeos u ocultando su rostro entre sus manos al estar sonrojada. Loid jamás había tenido la oportunidad de ver su rostro con fijación como ahora sin que esos dos rubíes lo estuvieran estudiando. Se veía tan tranquila e indefensa, tan cautivadora aún durmiendo que...
Su corazón latía fuertemente en su pecho mientras intentaba por todos los medios mantenerlo sereno, sin éxito.
Se dejó llevar por sus instintos y se inclinó hacía ella, apoyando su mano en el tronco para servir de soporte y sin pensar en absolutamente nada más que en Yor Briar, presionó sus labios contra los de ella. El calor lo golpeó fuertemente en el rostro a la par que su corazón se agitaba con rapidez, y la adrenalina ocupaba cada centímetro de su cuerpo.
Sus labios contra los suyos, sintiendo la suavidad y dulzura de Yor Briar y como su corazón se estrujaba al pensar en lo que estaba haciendo. Abrió los ojos encontrando los párpados femeninos cerrados, observando las pestañas siendo iluminadas por un tenue rayo de luz filtrándose entre el follaje del árbol. Se alejó lentamente, con sus labios picando al romper el contacto entre ellos.
La observó durante un solo instante más y se llevó la mano a su boca, cubriendo sus labios, mientras un sonrojo apareció en sus mejillas reflejo de los latidos ruidosos de su corazón.
¿Qué era lo que había hecho? La había besado sin más, sin pensar en nada más que en probar aquellos labios que tanto había observado ¿que hubiera sucedido si ella despertaba? ¿O si alguien los veía? Él jamás, bajo ninguna circunstancia era una persona impulsiva, siempre evaluada su forma de actuar y qué consecuencias traería y una vez analizado todo el panorama actuaba. Si eso era de esa forma siempre ¿qué había sucedido esa vez?
Incapaz de poder seguir viendo a Yor a la cara, dio media vuelta y se alejó del sitio, dejando a la fémina durmiendo debajo del árbol. Intentaba controlar los latidos de su corazón, ella no había visto nada, no habría una consecuencia real pero... ¿qué era lo que eso significaba? ¿Por qué la había besado de esa forma? Jamás había tenido necesidad de mantener una relación con alguna mujer, pensando que no le gustaba nada... pero sus acciones, aquel gesto impulso había dejado en claro lo que había estado guardando profundamente en su interior.
¿Qué era lo que Loid Forger quería? Él quería a Yor Briar, era lo único que había deseado por decisión propia en toda su vida.
¿Cuándo había pasado eso? ¿Cuándo él se había enamorado de Yor al grado de no poder controlarse a besarla? No tenía una respuesta concreta. Intentó traer a colación algún momento con ella, sus tardes en la biblioteca, las veces que comían en la cafetería o cuando él la acompañaba hasta su casa, en cada ocasión él solo podía recordar verla sonreír, con ese sonrojo permanente y como solía huir de su mirada en cada ocasión, como si estuviera avergonzada.
No podía pensar el preciso momento en el que empezó a detallar más su rostro o fijar su mirada frecuentemente en los labios. O en qué momento sus manos picaban con ansiedad por querer tocarla cada vez que estaban juntos intentando retirar el mechón de su cabello de su rostro o tocar las mejillas sonrojadas. Solo había sucedido, como si fuera de un día para otro. Y eso es lo que más le estaba mortificando, sin un punto de partida no había manera de detenerlo...
Aunque la pregunta más importante es ¿qué haría para controlarse una vez que había probado la dulzura de los labios de la Briar?
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Casi he llegado, pero un par de horas tarde no es demasiado. El día 6 esta aqui, algo corto pero me ha gustado al basarme de un fanart de ellos en el Edén que me encanta.
En un par de horas (en la noche) subiré el día final del Twiyor, estamos tan cerca de terminar esta travesía.
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