Capítulo 7

-¡Tío, tía, ya estoy en casa!

Carlos cerró la puerta de su casa con el pie y saludó a sus tíos con un abrazo.

-¿Qué tal las clases cariño?- Dijo su tía.

-Bien, supongo. -Dijo Carlos encogiéndose de hombros.

-La comida está casi lista. -Dijo su tío.

Carlos simplemente asintió y subió las escaleras hasta su habitación de dos en dos. Al llegar arriba tiró la mochila encima del escritorio y se tumbó en la cama. Sacó el móvil del bolsillo y contestó a varios mensajes de excompañeros preguntándole qué tal el cambio de aires.

La verdad es que no le habia dolido el haberse cambiado de instituto, tampoco tenía muchos amigos allí. En realidad de cierta manera agradecía el cambio de aires. La mayoría de sus excompañeros tenían en ego demasiado alto y se creían el centro del mundo. Si no los adorabas ni hacías lo que ellos quisiesen era muy difícil congeniar con alguien.

Carlos suspiró y se puso a revisar sus redes sociales, no las usaba mucho, pero le servían para no aburrirse. Escuchó a su tía llamarle desde abajo, por lo que tuvo que dejar el móvil en su cama.

Comió con sus tíos tranquilamente, a penas le preguntaron nada sobre el instituto, cosa que agradeció. Termino de comer y después de recoger la mesa se subió de nuevo a su habitación, se volvió a tumbar en su cama, para minutos después dormirse.

...

Una espesa niebla cubría todo el cementerio, haciendo que el lugar fuese mucho más tétrico. Apoyado en una de las tumbas, un joven de unos diecisiete años pasaba el tiempo moviendo sus piernas de delante hacia atrás. Estaba tranquilo, como si el lugar donde estaba no le diese miedo ni respeto.

A lo lejos, una sombra se hacía pasó entre la niebla, en pocos segundos llegó hasta el lugar donde estaba el joven.

-Blas-Dijo la sombra.

El joven giró su cabeza y sonrió con superioridad al hombre que le había hablado.

-Hombre amigo, cuanto tiempo, ¿qué haces aquí?

- No te hagas el tonto. Sabes perfectamente porqué estoy aquí.

-Para matarme después de que haya sufrido la peor de las torturas.-Dijo Blas mirándose las uñas.- Me se la historia.

El hombre se abalanzó sobre Blas, pero éste lo esquivó fácilmente.

-Fallaste-Dijo el joven riéndose.

De repente otra sombra aparece entre las nieblas. Sigilosamente se va acercando hacia Blas, el cuál no notó su presencia. Cuando estuvo cerca de él lo cogió por sorpresa y lo inmovilizó en el suelo. El joven intento deshacerse del agarre del nuevo hombre, pero este era más fuerte que él.

-Parece ser que ya no tienes escapatoria. -Dijo el nuevo hombre.-¿Ahora que?

Justo en ese momento de la espalda de Blas surgieron dos grandes alas blancas y con un batir se quitó de encima al hombre.

-No te escapes, sabes que si te vas va a sufrir él.

Blas sacudió la cabeza y apoyo los pies en el suelo, dejando así de batir las alas.

-No sois capaces. Es solamente un niño.

-A él no le haríamos nada, pero tiene dos padres bien vivos a los que sí les podríamos quitar la vida.-Dijo uno de los hombres sacando de la chaqueta un cuchillo.-Pero si te quedas no les haremos nada, todavía.

-Tu decides-Dijo el otro hombre-Te vas y matamos a sus padres o te quedas y sus padres no sufren ni un rasguño.

Blas cerró los ojos y apretó los puños. Eran más listos de lo que pensaba.

-Sabeis que soy inmortal y que no podéis matarme, ¿verdad?-Dijo Blas.

-¿Sabes que en realidad no buscamos matarte? Buscamos tus alas precioso.

Los ojos azules de Blas se nublaron de puro miedo. Dio un paso hacia atrás y perdió el equilibrio. Se calló al suelo y siguió alejándose como pudo de sus atacantes.

-Tranquilo Blas, no te va a doler casi nada...

-¡Mientes!

Ninguno de los hombres respondió, simplemente saltaron sobre él y lo inmovilizaron. Le rompieron la camiseta y con unas gotas de un líquido verde hicieron aparecer las alas del joven.

Blas se resolvió intentando liberarse del agarre pero lo único que consiguió fue que los dos hombres apretasen más, haciendo que se ahogase.

-Ya no eres tan valiente, eh...

Blas noto como uno de los hombres cogía el ala y tiraba de ella, intentando arrancarlas. El otro hombre también cogió el ala y con un tirón consiguieron separarla del cuerpo del joven. Éste grito de puro dolor, y enseguida del lugar donde estaba el ala comenzó a brotar sangre.

-Sois unos hijos de puta-Dijo Blas con la voz entrecortada y la frente llena de sudor.

Pero ninguno de los hombres se dio por vencido, entre ambos volvieron a tirar de la otra ala, consiguiendo lo mismo que con la anterior. Blas volvió a gritar mientras los hombres reían a carcajadas.

Los hombres sin decir nada más se levantaron del suelo y desaparecieron dejando a Blas agonizando en el suelo luchando por no desmayarse.

Y en ese momento Carlos se despertó.

...

Eyyy, ¿que tal? Yo estoy fatal, ¡me quiero arrancar los ovarios!

Bueno da igual, ¿qué tal el capítulo? ¿Os ha gustado? ¿Creéis que el sueño de Carlos es real o simplemente es un sueño? Dejarme vuestras contestaciones en los comentarios❤

Un besito a todos 💋💜

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