[74] LA ENFERMEDAD
Después de la salida, Lara se dirigió a la torre de vigilancia mientras Daryl iba a contarle a Beth las malas noticias sobre Zach.
Se sentó con los pies colgando sobre el borde mientras intentaba que su nueva cámara funcionara, jugueteando con los diales y las baterías. Era una de esas cámaras polaroid pasadas de moda, por lo que se había asegurado de tomar un puñado de tarjetas polaroid adicionales por si acaso.
Se quedó en la torre. No había nadie con quien hablar, y podía estar sola con sus pensamientos. Era el lugar al que acudía cuando las cosas se ponían feas, y después de la salida no quería ver a nadie. Estaba cansada de perder gente y ver a Zach morir le había hecho mal. Era solo un niño; lo suficientemente ingenuo como para pensar que podría triunfar en el mundo, pero lo suficientemente valiente como para enfrentarlo. No se merecía lo que le pasó, y lo que más le dolía era que podía haber sido cualquiera de ellos.
Mientras hacía funcionar la cámara y tomaba una foto del campo para probarla, escuchó pasos detrás de ella. No miró para ver quién era, reconociendo los familiares pasos mientras tomaba la foto de la cámara y la sacudía para que la imagen cobrara vida.
—Sabía que te encontraría aquí.
—¿Dónde más estaría? —respondió Lara, inclinando la cabeza hacia atrás para mirar a Daryl—. Mira lo que agarré.
—¿Una cámara? —preguntó Daryl sentándose a su lado.
—Sí —respondió Lara—. Me di cuenta que no tengo nada para recordar a ninguno de ustedes, así que voy a empezar a tomar fotos. Si... si pasa algo, quiero algo para recordarlos.
—Eso es morboso —dijo Daryl.
Lara se encogió de hombros—. Claro que no. Es realista.
—Oye, ¿estás bien? —preguntó Daryl—. Acabo de hablar con Beth.
—Estoy bien —dijo Lara—. ¿Y Beth?
—Estará bien —respondió Daryl—. Estoy cansado de perder gente.
—Yo también —respondió Lara apoyando la cabeza en el hombro de Daryl—. Glenn y yo estuvimos hablando de niños hoy.
—Suena interesante —dijo Daryl, claramente sin pensar que fuera interesante.
—Me hizo pensar, ¿sabes? —dijo Lara—. No quiero tener miedo de vivir.
—Pero, ¿qué hay de lo que le pasó a Lori? —preguntó Daryl.
—Tenemos el equipo médico —dijo Lara tratando de contener la tristeza que la invadía al pensar en su cuñada—. No digo que debamos intentarlo, pero no somos exactamente cuidadosos. Es un hecho que tenemos que enfrentar, ¿sabes? Si sucede... ¿cómo te sentirías?
—Estaría feliz —dijo Daryl—. Si pasa, pasa. Nos ocuparemos de eso cuando suceda.
Lara asintió—. Suena bien. Solo para que lo sepas, Glenn ya dijo que quiere ser el padrino.
Daryl se rió—. ¿Por qué no me sorprende? Ustedes dos son inseparables.
—Sí, lo somos —dijo Lara sonriendo—. Ha sido mi amigo desde el principio. Es mi mejor amigo, y Dios sabe que no queda mucha gente de Atlanta.
Daryl atrajo a Lara hacia él, abrazándola con fuerza—. Todavía estamos aquí.
—Sí —respondió ella antes de dejar escapar un grito ahogado—. Déjame tomar una foto de esto.
—Odio las fotos.
—Supéralo —respondió Lara girando la cámara hacia a ella y Daryl, plasmando una sonrisa en su rostro antes de hacer clic en el botón.
Cuando la imagen comenzó a aparecer, Lara sacudió la foto. Daryl enarcó las cejas—. No pensé que te emocionarías tanto con una cámara.
—Es como darle un juguete nuevo a Judith —dijo Lara—. Solo que yo soy una adulta.
Daryl se rió—. Todavía eres una niña de corazón.
Se quedaron en la torre de vigilancia toda la noche, usando las mantas que dejaron Glenn y Maggie para cuando estaban de guardia y las cosas se enfriaban o... se calentaban.
Lara tardó un rato en quedarse dormida, temerosa de las pesadillas que pudieran surgir de las partes oscuras de sus pensamientos, pero finalmente el agotamiento la superó y se quedó dormida en los brazos de Daryl.
A la mañana siguiente, Lara se dirigió de regreso a la prisión desde la torre de vigilancia. No fue hasta que escuchó los disparos que sintió como el terror se asentaba en sus entrañas. Dos niñas pequeñas, Lizzie y Mika, salieron corriendo de la prisión gritando, pidiendo a gritos que alguien las ayudara.
—¡Caminantes en el D! —le gritó Glenn a Rick y Lara, que corrían hacia el patio.
—¿Qué hay del C? —respondió Rick, claramente pensando en su hija.
—Despejado —le dijo Sasha—. Cerramos las puertas de las tumbas. Hershel está de guardia.
—No es una irrupción —dijo Daryl mientras corría hacia el bloque D.
—Seguimos el plan —dijo Lara.
Agarró el arma que Glenn le arrojó y corrió hacia el bloque de celdas, con Daryl y Rick pisándole los talones. Mientras corrían hacia el bloque de celdas, Lara vio el caos total. Había gente gritando mientras los caminantes venían desde todos los ángulos, abriéndose paso a garras para salir de las celdas y atacando a cualquier persona que pudieran atrapar primero.
Era inútil usar un arma en un entorno de tan corta distancia, y Lara no quería correr el riesgo de dispararle a uno de los vivos. Giró el rifle sobre su hombro y sacó su cuchilla, agarrando el mango antes de correr hacia el caminante más cercano y apuñalarlo en la cabeza antes de que pudiera atacar a la persona acurrucada en la celda.
Vio a Daryl a un niño y arrastrarlo lejos del caminante que se arrastraba hacia él, por lo que Lara saltó entre ellos y hundió su cuchilla en la cabeza del caminante. Cuando volvió a sacar el la cuchilla, la sangre salpicó toda su camisa y Lara hizo una mueca.
Cuando cesó la conmoción, Lara escuchó a Rick gritar—: ¿Esta despejado?
Alguien respondió, así que Lara subió los escalones con Daryl pisándole los talones. Glenn ya estaba allí arriba, revisando las celdas, y mientras miraba a través de la sábana que cubría una, un caminante salió y lo inmovilizó contra la pared.
—¡Abajo! —gritó Daryl, apuntando su ballesta y matando al caminante.
Lara ayudó a Glenn a levantarse y retiró la sábana cuando vio al caminante en el suelo. Ella jadeó, su rostro cayendo mientras su corazón se apretaba—. Es Patrick.
Cuando estuvieron seguros de que el bloque de celdas estaba despejado, solo quedaron los muertos. Lara volvió a bajar las escaleras con la cuchilla en la mano y revisó a los muertos para asegurarse de que no se reanimaran. Fue difícil, porque se trataba de personas inocentes, y susurró disculpas silenciosas a todos los que mató.
Cuando lo hubo hecho, miró a su alrededor y encontró a Glenn observándola. Se mordió el labio inferior para intentar que dejara de temblar—. ¿Cómo pasó esto?
—No lo sé —respondió Glenn.
—¡Oye, Lara! —dijo Daryl, y Lara volvió a subir las escaleras.
Rick estaba agachado junto a un caminante en una de las celdas, y cuando Lara miró la sangre que cubría su rostro, frunció el ceño.
—No tiene mordeduras ni heridas —dijo Rick—. Creo que solamente se murió.
—Horriblemente —dijo el hombre al lado de Rick, el doctor S—. Punción pleural.
—Se ahogo con su propia sangre —dijo Hershel—. Causando esos rastros en su cara.
—Lo he visto antes, en un caminante fuera de las cercas —dijo Rick.
—También los vi en Patrick —agregó Daryl.
—Son de la presión pulmonar interna —explicó el doctor S—. Va en aumento, como si agitaras una lata de refresco y saltara la tapa. Solo imaginen que los ojos, oídos, nariz y garganta son la tapa.
—¿Es una enfermedad de los caminantes? —preguntó Lara.
—No, esto pasaba antes de que estuvieran ellos —dijo el doctor—. Podría ser neumococo. Es probable que sea una gripe agresiva.
—Alguien lo encerró justo a tiempo —dijo Hershel.
—No —respondió Daryl—. Charlie era sonámbulo. Se encerró solo. Demonios, ayer estaba bien. ¿Cómo puede alguien morir en un día de un resfriado?
—Tenía un cerdo enfermo —dijo Rick—. Murió rápido. Vi un jabalí enfermo en el bosque.
—Cerdos y pájaros, así es como se esparcía en el pasado —dijo Hershel—. Tenemos que hacer algo con esos cerdos.
—Tal vez tengamos suerte —dijo el doctor S—. Tal vez sean sólo estos dos casos.
—No he visto a nadie con suerte en mucho tiempo —dijo Bob—. A la peste le gusta esparcirse en lugares cerrados. No hay nada más cerrado que esto. Todos nosotros aquí hemos estado expuestos.
—¿Qué hacemos? —preguntó Lara—. ¿Cuarentena?
—Necesitamos una reunión del comité —dijo Rick—. Ahora.
Ahí fue donde Lara se encontró a sí misma a continuación, sentada en la biblioteca de la prisión junto a Daryl, Sasha, Carol, Glenn y Hershel. El comité se formó como una forma de liberar a Rick de su propio liderazgo, dándole la libertad que necesitaba para criar a su hija y reparar el vínculo roto con su hijo.
—Patrick estaba bien ayer y murió durante la noche —dijo Lara con voz temblorosa.
—¿Dos personas murieron tan rápido? —preguntó Carol—. Debemos separar a todos los que se hayan expuesto.
—Son todos en ese bloque de celdas —respondió Daryl—. Somos todos nosotros. Tal vez más.
—Sabemos que esta enfermedad puede ser mortal —habló Hershel—. No sabemos qué tan fácil se propaga. ¿Alguien más tiene los síntomas?
—No podemos esperar —dijo Lara—. Hay niños. Judith está aquí.
—No es solo la enfermedad —agregó Carol—. Si muere gente, se vuelven una amenaza.
—Necesitamos un lugar para ellos —dijo Hershel—. No se pueden quedar en el D. No podemos arriesgarnos a limpiarlo.
—Podemos usar el bloque A —sugirió Carol.
—¿El corredor de la muerte? —preguntó Glenn—. No sé si es una mejora.
—Está limpio —dijo Daryl—. Eso es una mejora. ¿Crees que el doctor S estará de acuerdo?
—Ayudaré a Caleb a instalarse —dijo Hershel.
Una tos proveniente del exterior hizo que todos se pusieran de pie, y cuando salieron de la biblioteca y vieron a Tyreese y su novia, que parecía estar tosiendo, él le preguntó si estaba bien y ella dijo que sí. Lara, sin embargo, no estaba convencida. Karen era residente del bloque D, lo que significa que estuvo expuesta a la enfermedad mucho antes que nadie.
—¿Segura? —preguntó Carol—. No parece que estés muy bien.
—La llevaremos de regreso a mi celda así puede descansar —dijo Tyreese.
—Tyreese, no creo que sea buena idea —respondió Hershel.
—¿Por qué? ¿Qué pasa ahora? —preguntó Karen.
—Creemos que es una gripe o algo —dijo Glenn—. Así murió Patrick.
—Judith está en ese bloque —dijo Hershel—. Ella es vulnerable. Cualquiera que pueda estar enfermo o incluso expuesto, debe mantenerse alejado.
—¿Mató a Patrick? —preguntó Karen.
—Ella estará bien —dijo Tyreese—. Ahora que sabemos de qué murió Patrick, podemos tratarlo, ¿no?
—No se asusten —dijo Hershel—. Lo resolveremos. Pero, mientras tanto, debemos mantenerlos separados. Caleb les echará un vistazo. Veré qué medicamentos tenemos.
—David del grupo Decatour también ha estado tosiendo —dijo Karen.
—Iré a verlo —dijo Glenn—. Hay algunas celdas vacías y limpias en las tumbas, ¿no?
—Sí, nos encontraremos ahí —dijo Sasha—. Vamos.
—Tendremos que convocar otra reunión más tarde —dijo Hershel.
—De acuerdo —dijo Daryl—. Iré a quemar a los muertos.
—Usa guantes y una máscara —advirtió Hershel.
—¿Estás bien? —le preguntó Lara a Carol.
—Estoy preocupada por Lizzie y Mika —respondió Carol—. Estuvieron cerca de Patrick.
—Todos estuvimos cerca de él —dijo Daryl—. Separaremos a Karen y David hasta que se sientan mejor.
—Tienes razón —dijo Carol—. ¿Ustedes están bien?
Lara asintió mientras Daryl decía—: Tenemos que estarlo.
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