[62] MEJOR DE ESTA MANERA
Mientras Rick corría por el bosque con Lara en sus brazos, solo podía pensar en la última vez que se encontró en esa misma situación algunos meses atrás.
Daryl se había ofrecido a ayudarlo, pero Rick se había negado; necesitaba a Daryl de guardia, especialmente ahora que su hermano estaba entre ellos. Así que cargó a Lara, quien de vez en cuando gemía de dolor a pesar de estar inconsciente en los brazos de Rick.
—¡Glenn! —gritó Rick cuando llegaron a la carretera.
—¡Rick! —respondió Glenn, sonando aliviado—. ¡Rick! Gracias a... ¿Lara?
—Tenemos más de un problema —dijo Rick, moviéndose con cuidado para pararse entre Glenn y Merle, que aún no habían salido de los árboles.
—¿Está bien? —preguntó Glenn.
—Le dispararon —respondió Rick—. Necesito que retrocedas.
—¡¿Qué diablos está haciendo aquí?! —gritó Glenn, finalmente localizando a Merle detrás de Rick.
Mientras él y Michonne intentaban correr hacia Merle, el resto del grupo comenzó a empujarlos hacia atrás. Maggie tomó a Lara de los brazos de Rick mientras se alejaban del conflicto que se estaba gestando.
Todos gritaban, con las armas en alto, y cuando los ojos de Lara se abrieron levemente, gimió—: ¿Qué está pasando?
—Nos ayudó a salir de allí —dijo Daryl.
—¡Sí, justo después de que te golpeara! —respondió Rick.
—Ambos nos dimos un poco, amigo —dijo Merle.
—¡Cállate!
—¡Basta! —gritó Rick.
—¡Quítame esa cosa de la cara! —le gritó Daryl a Glenn.
Merle se rió—. Parece que te has vuelto salvaje, hermano.
—No más que tú con ese psicópata de allá —espetó Daryl.
—Sí, hombre —respondió Merle—. Es un encanto, tengo que admitirlo —miró a Michonne—. Lleva un rato poniéndole su "tronco" a tu novia Andrea.
—¿Andrea está en Woodbury? —preguntó Glenn.
—Justo al lado del Gobernador —respondió Daryl.
Michonne volvió a avanzar hacia Merle, pero Rick le bloqueó el camino.
—Te dije que soltaras eso. ¿Conoces a Andrea? —preguntó Rick—. Oye, ¿conoces a Andrea?
—Sí, la conoce —respondió Merle—. Ella y la rubiecita pasaron todo el invierno acurrucándose en el bosque. Sí. Mi reina arábica tenía dos caminantes de mascotas. Sin brazos, mandíbulas cortadas, los tenía encadenados. Algo irónico, ahora que lo pienso.
—¡Cállate, hermano! —gritó Daryl.
—Oye, las agarramos cerca del bosque —dijo Merle—. Andrea estuvo cerca de morir.
—¿Es por eso que está con él? —dijo Glenn.
—Acurrucados como dos pequeñas orugas —respondió Merle—. Entonces, ¿qué hará ahora, sheriff? Rodeado por una banda de mentirosos, matones y cobardes... y tu hermana, que no se ve muy bien.
—Cállate —espetó Rick.
Merle se rió—. Viejo, miren esto. Patético. ¿Todas estas armas y ninguna bala en mí?
—¡Será mejor que te calles! —gritó Daryl.
—¡Cállate tú! Manga de maric...
Rick golpeó a Merle en la nuca con su arma, dejándolo inconsciente. Golpeó el suelo con un ruido sordo y Rick murmuró—: Idiota.
—¡Chicos! —gritó Maggie—. Lara ha perdido mucha sangre, tenemos que ayudarla.
Daryl se dio cuenta de que había estado tan concentrado en lo que estaba pasando con su hermano que se olvidó de Lara. Maldiciendo levemente, se echó la ballesta al hombro y se apresuró a ayudar a Maggie, tomó a Lara y la levantó con cuidado en sus brazos. Siguió a Rick a los autos, tratando de ignorar la forma en que el cuerpo de Lara estaba inerte en sus brazos, sus párpados revoloteando ocasionalmente.
Cuando la acostó, le desató la camiseta de la cintura mientras Maggie se acercaba con los suministros médicos. Buscó por un momento antes de encontrar un rollo de vendajes.
—Aquí —dijo Maggie—. Déjame ver —revisó la herida—. La bala la atravesó pero, por lo que parece, no dañó ningún órgano. Pero perdió mucha sangre, lo cual es preocupante.
—¿Estará bien? —preguntó Daryl.
Maggie revisó la temperatura de Lara—. No tiene fiebre, lo cual es bueno, pero probablemente estará inconsciente por un tiempo. Puede que necesite una transfusión de sangre, pero aquí no tenemos lo necesario para hacerlo. Tenemos que llevarla de vuelta a la prisión para que mi papá pueda echarle un vistazo. Por ahora, sin embargo, la vendaremos e intentaremos evitar que muera.
Mientras Maggie vendaba la herida de Lara, Daryl se sentó a su lado y esperó a ver si se despertaba. Podía ver sus ojos moviéndose detrás de sus párpados, y dejó escapar pequeños gemidos cuando Maggie ató los vendajes, pero aparte de eso, sus ojos permanecieron cerrados. Su piel estaba pálida, húmeda al tacto, y Daryl sintió que se le encogía el corazón cuando se dio cuenta de que no podía protegerla. Le dispararon por su culpa; porque había tratado de cubrir al resto de sus amigos, y después de rendirse a los hombres del Gobernador, se la habían llevado y la había perdido de vista.
Ahora deseaba haber matado hasta el último de ellos por lastimar a su chica.
Cuando estuvieron seguros de que Lara estaba lo más estable posible, dejaron que Michonne la observara mientras se alejaban para discutir qué hacer con Merle. Michonne se sentó junto a Lara, todavía con dolor por su propia herida, observando a la chica en caso de que hubiera algún cambio drástico. Aunque estaba claro que Rick no confiaba en ella, Michonne no tenía malas intenciones hacia este grupo.
—No funcionará —le dijo Rick a Daryl, quien quería llevar a Merle de regreso a la prisión.
—Tiene que funcionar.
—Esto agitará las cosas —dijo Rick.
—El Gobernador probablemente esté de camino a la prisión ahora —dijo Daryl—. Merle sabe cómo piensa y podríamos usar la fuerza.
—No lo voy a tener en la prisión —respondió Maggie.
—¿En serio quieres que duerma en el mismo bloque de celdas que Carol y Beth? —preguntó Glenn—. ¿Qué hay de Lara?
—No es un violador —dijo Daryl.
—Su amigo sí —respondió Glenn, sin darse cuenta de la mirada que le dirigió Maggie.
—Ya no son amigos —contrarrestó Daryl.
—No hay forma de que Merle viva allí sin pasarse peleando con los demás —dijo Rick, tratando de ser razonable.
—Entonces, ¿dejas ir a Merle y traes a "El Último Samurái" con nosotros? —preguntó Daryl mirando a Michonne, quien estaba de pie junto a Lara mientras se apoyaba en el auto.
—Ella no volverá —respondió Rick.
—Ella los trajo a nosotros —dijo Glenn.
—Y luego nos abandonó —le recordó Rick.
—No sabemos quién es —dijo Daryl—. Pero Merle... Merle es familia.
—No —susurró Glenn—. Merle es tu familia. Mi sangre, mi familia está parada aquí mismo y esperando por nosotros en la prisión.
—Y tú eres parte de esa familia —le dijo Rick a Daryl—. Pero él no.
—Bien —dijo Daryl—. Nos arreglaremos nosotros solos.
—Eso no es lo que estaba diciendo —dijo Glenn.
—Si él no va, yo tampoco.
—Daryl, no tienes que hacer esto —dijo Maggie—. ¿Qué hay de Lara?
—Ella estará bien —respondió Daryl—. Antes de esto siempre fuimos Merle y yo.
—No hagas esto —susurró Maggie.
—¿Hablas en serio? —preguntó Glenn—. ¿Te vas a ir así? ¿Abandonarás a Lara cuando más te necesita?
—Tú harías lo mismo —dijo Daryl—. Y como dije, Lara estará bien. Ella los tiene a ustedes.
—¿Qué quieres que le digamos cuando se despierte? —preguntó Glenn.
—Ella entenderá —respondió Daryl, mirando a Maggie—. Dile adiós a tu papá por mí.
—Daryl, ¿es en serio? —preguntó Glenn de nuevo.
—¡Daryl! —gritó Rick persiguiéndolo—. Oye, oye. Tiene que haber otra forma.
—No me pidas que lo deje. Ya lo hice una vez.
—¿Pero dejarías a Lara? —preguntó Rick—. Después de todo, después de que me dijiste que no la lastimarías, ¿vas a abandonarla? Olvídate del resto de nosotros por un segundo y piensa en ella. Te necesita.
—Ella entenderá —dijo Daryl—. Tiene un hermano; ella haría lo mismo si fueras tú.
—Ese no es el punto —dijo Rick—. La romperá. Empezamos algo anoche. ¿Te das cuenta de eso?
—Si él no va, yo tampoco —respondió Daryl—. Esto es todo lo que puedo decir. Cuídate. Cuida de Lara y de la pequeña patea-traseros. Carl. Es un chico duro.
—¿Ni siquiera vas a despedirte de ella? —preguntó Rick—. ¿Ni siquiera vas a hacer eso?
—Es mejor de esta manera —respondió Daryl.
Ni siquiera miró a Lara cuando pasó junto a ella, porque sabía que si lo hacía, su determinación de abandonarla se derrumbaría y no se iría.
Pero ahora, mientras estaba en el bosque con Merle, Daryl tendría que asumir las consecuencias.
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