[22] UNA ELECCIÓN

Después de eso regresaron a sus habitaciones, y Lara comenzó a guardar sus pertenencias en su bolso. No le gustó la forma en que Jenner los miró a todos cuando Vi les contó sobre el proceso de descontaminación, así que estaba empacando sus cosas en caso de tener que irse.

Daryl regresó después de un rato y le preguntó a Lara si estaba bien antes de ver sus cosas empacadas—. ¿Esperas una escapada?

—Sí —respondió Lara—. No me gusta la forma en que Jenner no dijo nada sobre ese proceso de descontaminación. Hay cosas malas aquí, así que no puede ser bueno.

Daryl se encogió de hombros y le ofreció a Lara su botella de whisky medio vacía—. ¿Quieres un poco?

—¿Estás tratando de emborracharme, Daryl Dixon? —preguntó Lara bromeando.

—Es el fin del mundo. Mejor estar borrachos.

De repente, las luces se apagaron en sus habitaciones y Lara compartió una mirada confundida con Daryl antes de dirigirse a la puerta, mirando hacia el pasillo solo para encontrar al resto de sus amigos igual de confundidos.

—¿Por qué se apagó el aire? —preguntó Lori.

—¿Y las luces de nuestra habitación? —añadió Carol.

—Sí, ¿qué está pasando? —preguntó Lara, mientras Jenner caminaba hacia ella y se dirigía por el pasillo.

—¿Por qué se apagó todo? —preguntó Daryl.

—Se está priorizando el uso de energía —dijo Jenner, tomando la botella de whisky de Daryl.

—¿El aire no es una prioridad? —preguntó Dale—. ¿Y las luces?

—No depende de mí —respondió Jenner—. La Zona 5 se está apagando a sí misma.

—¡Oye! —gritó Daryl—. Oye, ¿qué diablos significa eso? ¡Oye, viejo, te estoy hablando! ¿Qué quieres decir con que se está apagando a sí misma? ¿Cómo puede un edificio hacer algo?

—Te sorprendería —dijo Jenner.

—¿Rick? —dijo Lori, cuando vio aparecer a su esposo por otra puerta.

—Jenner, ¿qué está pasando? —preguntó Rick.

—El sistema está desactivando los consumos de energía prescindibles —explicó Jenner—. Está diseñado para mantener las computadoras trabajando hasta el último segundo. Empezó en cuanto nos aproximamos a la marca de media hora. Justo a tiempo.

Jenner hizo un gesto hacia el reloj en la pared, que se acercaba a los últimos 30 minutos de su cuenta regresiva. Le entregó la botella a Daryl y la arrebató con tanta fuerza que la mayor parte se desparramó por el suelo a sus pies. Jenner pareció repentinamente triste—. Fueron los franceses.

—¿Qué? —preguntó Lara.

—Hasta donde sé, fueron los últimos en resistir. Mientras nuestra gente huía y se suicidaba en los pasillos, ellos permanecieron en los laboratorios hasta el final —explicó Jenner—. Creían estar cerca de la cura.

—¿Qué sucedió? —preguntó Jacqui.

—Lo mismo que aquí —dijo Jenner—. No había luz eléctrica. Se quedaron sin combustible. El mundo funciona con combustible fósil. Digo, qué estúpido es eso, ¿no?

—Déjame decirte —comenzó Shane.

Rick lo agarró del brazo—. Al diablo, Shane. Ya no importa. Lori, recoge nuestras cosas. Todos háganlo. ¡Nos vamos de aquí ahora!

Una alarma comenzó a sonar y Shane se tensó—. ¿Qué es eso?

Un temporizador apareció en la pantalla frente a ellos, la fría voz de Vi anunciando—: 30 minutos para la descontaminación.

—Doctor, ¿qué pasa? —gritó T-Dog.

—Ya escucharon a Rick —dijo Shane—. Vayan por sus cosas y vámonos. ¡Vamos!

Se oyó un zumbido y las puertas se cerraron antes de que pudieran salir. Los ojos de Glenn se abrieron de terror—. ¡No! ¿Acabas de encerrarnos? ¡Nos encerró!

—Alcanzamos el aviso de los 30 minutos —dijo Jenner, hablando a su computadora—. Estoy grabando...

—¡Carl! —gritó Lori.

—¡Desgraciado! —gritó Daryl, corriendo hacia Jenner.

—¡Shane! —gritó Rick, y Shane corrió para tratar de interceptar a Daryl.

—¡Déjanos salir! —gritó Daryl.

Hubo una ráfaga de movimiento cuando Shane agarró a Daryl por la mitad y lo arrastró lejos de Jenner. Daryl tenía su botella levantada, luciendo listo para lanzársela a Jenner, pero T-Dog se plantó entre ellos.

—Oye, Jenner, abre esa puerta ahora —exigió Rick.

—No tiene caso. Toda la parte superior está bloqueada —respondió Jenner—. Las salidas de emergencia están selladas.

—Bueno, ábrelas —dijo Daryl,

—Yo no controlo eso, lo hace la computadora —dijo Jenner—. Te dije que cuando se cierra la puerta, no se abre otra vez. Me escuchaste. Es mejor así.

—¿Qué? —preguntó Rick—. ¿Qué pasará en 28 minutos? —Jenner ignoró a Rick, escribiendo en la computadora—. ¿Qué pasará en 28 minutos?

—¿Saben lo que es este lugar? —gritó Jenner enojado—. ¡Protegemos a la gente de cosas muy desagradables! ¡Viuela usada como arma! ¡Cepas de ébola que podrían acabar con la mitad del país! ¡Cosas que no quieres que salgan! ¡Nunca! En el caso de una catastrófica falla de energía... en un ataque terrorista, por ejemplo... los EAIT se despliegan para prevenir que salga cualquier organismo.

—¿EAIT? —preguntó Lara.

—Vi, define.

—EAIT. Los Explosivos de Alto Impulso Termobárico que consisten de dos fases de ignición de aerosol que producen una onda expansiva de mayor poder y duración que cualquier otro explosivo, excepto los nucleares. El efecto de vacío de presión incendia el oxígeno entre 5.000° y 6.000°, y se usa cuando se desea la mayor pérdida de vidas y daño estructural.

—Incendia el aire —dijo Jenner—. Sin dolor. Terminará con las preocupaciones, el dolor, el remordimiento. Con todo.

Daryl lanzó su botella a la puerta, rompiendo cristales por todas partes—. ¡Abre la maldita puerta!

—¡Fuera de mi camino! —gritó Shane, pasando corriendo junto a Daryl y Rick con un hacha en sus manos.

T-Dog le arrojó uno a Daryl, pero con cada golpe contra el metal, ni siquiera pudieron abollarla. Lara miró a Glenn y se dio cuenta de que eso era todo. Así morían. Agarró la mano de Glenn y tiró de él hacia ella, abrazándolo con fuerza mientras trataba de no llorar.

—Debieron dejar las cosas como estaban —dijo Jenner—. Habría sido mucho más fácil.

—¿Más fácil para quién? —preguntó Lara, alejándose de Glenn—. ¡Nos dejaste entrar aquí sabiendo que íbamos a morir! ¿Qué tipo de persona hace eso? ¿Para quién es más fácil?

—Para todos ustedes —respondió Jenner—. Saben lo que hay ahí fuera... una vida corta y brutal y una muerte agonizante. Tu hermana... ¿cómo se llamaba?

—Amy.

—Amy —repitió Jenner—. Sabes lo que hace. Lo has visto —miró a Rick—. ¿Es eso lo que quieres para tu esposa y tu hijo?

—No quiero esto —dijo Rick.

—No puedo ni abollarla —dijo Shane, sin aliento.

—Esas puertas están diseñadas para soportar un lanzacohetes —dijo Jenner.

—¡Tu cabeza no! —gritó Daryl, cargando hacia Jenner con su hacha levantada.

—¡Daryl! ¡Daryl! —gritó Rick, mientras él, Shane y Dale saltaban frente a Daryl—. ¡Aléjate! ¡Aléjate!

—Sí quieres esto. Anoche dijiste que sabías que era cuestión de tiempo antes de que todos los que amas mueran —dijo Jenner.

—¿Realmente dijiste eso? ¿Después de todo tu discurso? —preguntó Shane, e incluso Lara no pudo ocultar el dolor en su rostro.

—Tenía que mantener viva la esperanza, ¿cierto? —respondió Rick.

—No hay esperanza. Nunca la hubo —dijo Jenner.

—Siempre hay esperanza —espetó Rick—. Tal vez no seas tú, tal vez no aquí, pero alguien en alguna parte...

—¿Qué parte de "ya no queda nada" no entiendes? —preguntó Andrea.

—Escucha a tu amiga. Ella lo entiende —dijo Jenner—. Esto es lo que nos derrota. Este es nuestro suceso de extinción.

Carol sollozó—. Esto no está bien. No puedes retenernos aquí.

—Es un momento muy corto. Un milisegundo. Sin dolor —razonó Jenner.

—Mi hija no merece morir así —exclamó Carol.

—¿No sería más delicado, más compasivo abrazar a sus seres queridos y esperar a que el reloj llegue a cero? —preguntó Jenner.

Shane amartilló su arma y Rick se paró frente a él—. ¡Shane, no!

—¡Fuera de mi camino, Rick! —exigió Shane—. Abre esa puerta o te volaré la cabeza. ¡¿Me escuchas?!

—Hermano, esta no es la forma —dijo Rick—. Si haces esto nunca saldremos de aquí.

—Shane, escúchalo —dijo Lori.

—Es muy tarde. ¡Si él muere, todos morimos! —gritó Rick—. ¡Shane! ¡Shane!

Shane dejó escapar un grito y disparó su escopeta a las computadoras. Lara se agachó en caso de que Shane cambiara el lugar donde apuntaba mientras Rick le arrebataba el arma de las manos a su amigo—. ¿Acabaste ya?

—Sí, creo que todos estamos acabados —dijo Shane, mientras el grupo se hacía en silencio.

—Creo que estás mintiendo —le dijo Rick a Jenner.

—¿Qué?

—Estás mintiendo sobre no haber esperanza —dijo Rick—. Si eso fuera cierto, te hubieras ido con el resto y hubieras tomado el camino fácil. No lo hiciste. Elegiste el camino difícil. ¿Por qué?

—No importa.

—Importa —insistió Rick—. Siempre importa. Te quedaste cuando otros se fueron. ¿Por qué?

—No porque quisiera. Le hice una promesa... a ella —dijo Jenner, señalando la pantalla—. Mi esposa.

—¿El sujeto de prueba 19 era tu esposa? —dijo Lori al darse cuenta.

—Me rogó que siguiera todo lo que pudiera —dijo Jenner—. ¿Cómo podría negarme? Se estaba muriendo. Debería haber sido yo en esa mesa. No le hubiera importado a nadie. Ella fue una pérdida para el mundo. Diablos, ella dirigía este lugar. Yo solo trabajaba aquí. En nuestro campo, ella era Einstein. ¿Yo? Yo solo soy... Edwin Jenner. Ella podría haber hecho algo al respecto. No yo.

—Tu esposa no tuvo elección —dijo Rick—. Tú sí. Eso es... es todo lo que queremos. Una elección, una oportunidad.

—Déjanos seguir intentando todo lo que podamos —rogó Lara.

—Ya te lo dije, la parte superior está bloqueada —dijo Jenner—. No puedo abrirla.

Se escuchó un zumbido cuando Jenner golpeó el teclado frente a él, abriendo las puertas y soltándolas. Daryl, que había estado golpeando la puerta con el hacha repetidamente, se detuvo cuando se abrió y se volvió hacia el resto del grupo.

—¡Vamos! —gritó Daryl.

—¡Lara! —gritó Glenn, agarrando su mano.

—¡Andando! ¡Vamos! ¡Muévanse! —gritó Shane.

—Ahí está tu oportunidad —le dijo Jenner a Rick y Lara—. Aprovéchenla.

—Estoy agradecido —le dijo Rick al doctor.

—El día llegará en que no lo estes.

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