[164] UN FUTURO
Estaban a punto de cruzar el puente cuando sonaron los silbidos, claros como el cristal y provenientes de fuentes invisibles; el grupo se puso inmediatamente nervioso y levantó sus armas. Lara se paró entre Rick y Daryl, su dedo temblando en el gatillo.
—Maldición, Rick, mira eso —la voz de Negan habló por la radio, amplificada para que llegara a todo el campo—. Gracias. Muchísimas gracias.
—Lara, ponte detrás de mí —susurró Rick—. Quédate detrás de nosotros, ¿de acuerdo?
Solo pudo asentir mientras Negan hablaba de nuevo—. Embosqué tu emboscada con una emboscada aún más grande.
—¿Qué tal si sales y das la cara? —gritó Rick.
—Estoy en todas partes, Rick —respondió Negan—. Algunos megáfonos más, más walkies... elige una dirección para correr. A ver cómo lo haces. Queremos divertirnos. ¿Sabes qué más hice? Te traje algunos viejos amigos. ¿Recuerdas a tu amigo Eugene? Bueno, él es la persona que hizo todo esto posible. Lo mismo con Dwight. En caso de que te lo estés preguntando, no te engañó. No es más que un cobarde y un parásito, y ahora va a pararse aquí y los verá morir a todos, y va a tener que vivir con eso. Gabriel, bueno, él también tiene que morir. Hoy estamos de limpieza, Rick. Y luego... te toca a ti. No teníamos por qué enfrentarnos. Sólo tenías que aceptar las cosas como son. Así que... aquí vamos. Felicitaciones, Rick.
—Habla demasiado —murmuró Lara.
—¡Tres! —gritó Negan—. ¡Dos!
Los Salvadores aparecieron sobre la cima de la colina, una línea completa de ellos que inmediatamente dominó a Lara y sus amigos. Estaban rodeados por todos lados y había demasiados de sus enemigos para luchar para salir.
—¡Uno! —gritó Negan.
Los cañones se dispararon, pero cada uno solo disparó una vez y Lara vio cómo el arma de los Salvadores caía al suelo mientras sus balas rebotaban y les estallaban en la cara. La mayoría de ellos fueron asesinados y arrojados al suelo, pero los que no, tenían demasiado dolor como para considerar siquiera continuar luchando.
—¡Ahora! —gritó Rick.
En el momento de su ventaja, el grupo avanzó con las armas levantadas y Lara comenzó a disparar contra los Salvadores.
Escuchó a Maggie gritar desde su izquierda—: ¡SE ESTÁ ESCAPANDO!
—¡Rick! —gritó Lara.
—¡Yo me encargo! —respondió Rick, persiguiendo a Negan.
Cuando Lara y sus amigos se reunieron con los Salvadores, una de las mujeres levantó los brazos—. No dispares. Por favor. Se acabó.
Todos los Salvadores se arrodillaron derrotados y Lara compartió una mirada con Maggie—. Tengo que encontrar a Rick.
Maggie asintió—. Ve.
Lara se dirigió hacia los autos, siguiendo el camino de Rick. Lo vio colina abajo, junto a un árbol solitario con marcos de vidrios de colores colgando de las ramas. Vio a Negan de pie junto a Rick y sintió que una ola de ira la atravesaba mientras bajaba la colina con el arma apuntada.
Rick lo quería vivo.
Ninguno de los dos la vio, pero cuando se acercó, escuchó hablar a Negan—. No quería matar al padre de un chico delante de él. Resulta que eso habría sido lo mejor que podría haber hecho. Si lo hubiera hecho, puede que ese chico siguera vivo.
Rick gruñó y pateó las piernas de Negan mientras Lara se paraba detrás de él, notando la sangre en la camiseta de Rick. Ella le gritó a Negan—. No intentes nada o te juro por Dios que te volaré los sesos.
—Bueno, maldita sea, cariño —rió Negan, observando la apariencia de Lara, el sombrero en la cabeza, el arma en las manos, la expresión asesina en su rostro después de escucharlo hablar de Carl—. ¿Estás canalizando a tu pequeña futura asesina serial o algo así? Pareces tan ruda, embarazada y todo.
—Te vencimos —dijo Rick.
—¿Estás bien? —le preguntó Lara a su hermano.
—Estoy bien —respondió Rick.
—Tiene razón —le dijo Lara a Negan—. Te vencimos. Tu gente ha caído. Están arrodillados en señal de rendición.
—Saldré de esta —respondió Negan—. Siempre lo hago. Rick, estamos solo tú y yo, y Lara, y tú... estás destrozado. Soy más grande, soy más malo y tengo un bate.
—Yo tengo el arma —respondió Lara, su dedo temblando en el gatillo—. A ver quién gana esto.
—Podemos tener un futuro —jadeó Rick.
—Sé que yo lo tendré —dijo Negan.
—Sólo dame... dame diez segundos y... te diré cómo —pidió Rick, poniéndose de pie con la ayuda de su hermana.
—No —respondió Negan.
—Sólo dame diez segundos por Carl —espetó Rick.
La expresión de Negan cambió y casi sonrió—. Diez. Nueve.
—Carl dijo que no tenemos... no tenemos que ser seguir peleando —dijo Rick.
—Estaba equivocado —respondió Negan—. Ocho.
—No, no, tenía razón —dijo Rick mientras Lara levantaba su arma y evitaba que Negan se acercara.
Negan se detuvo y Lara vio las lágrimas en sus ojos. La emoción la aturdió por un segundo, porque nunca se imaginó ver llorar a Negan, pero los movimientos de Rick junto a ella la sacaron de su estupor justo a tiempo para ver un destello en la luz del sol y a Negan cayendo de rodillas, sus manos llegando a su garganta mientras la sangre se derramaba entre sus dedos.
—Mira lo que hiciste —susurró Negan—. Carl no sabía nada.
El cuerpo de Negan cayó a un lado y Lara miró hacia la mano de Rick. Un fragmento de vidrio roto estaba agarrado en su palma, sangre que no era de Negan derramándose entre sus dedos.
—Rick, Dios mío —susurró Lara, colocándose el arma al hombro—. Tira eso.
El vidrio cayó de los dedos de Rick cuando Lara rasgó una tira de su camiseta para usarla como vendaje. Rick extendió su mano, dejando que Lara envolviera el corte en su palma y atara la tela con fuerza. Mientras le vendaba la mano, vio que el resto de su ejército y los Salvadores rendidos se juntaban detrás de ellos.
—Pensé que lo ibas a perdonar —susurró Lara.
—Todavía respira —respondió Rick.
—Ellos tienen que saber —dijo Lara, señalando a la multitud reunida detrás de ella.
Pasó un brazo alrededor de la cintura de Rick mientras se dirigían hacia sus enemigos. Rick le hizo un gesto a Siddiq—. Sálvalo.
—No —gritó Maggie, tratando de correr hacia adelante pero siendo detenida por Michonne—. ¡No, no puede! ¡No! ¡No! ¡Mató a Glenn!
—Tenemos que hacerlo —dijo Rick.
—¡Debemos acabar con esto! —gritó Maggie, mientras Siddiq pasaba junto a Rick y Lara hacia el cuerpo de Negan—. ¡Rick! Tenemos que arreglar esto. ¡No! ¡No ha terminado! No termina hasta que esté muerto. No termina hasta que esté muerto. ¡No! ¡No!
—Lo que pasó, lo que hicimos... lo que perdimos —comenzó Rick—. Tiene que haber algo después. Los que tengan las manos en alto, bájenlas. Nos vamos a ir a casa. Negan está vivo, pero su forma de hacer las cosas se acabó, y el que no pueda vivir con eso pagará las consecuencias, lo prometo. Y cualquier persona que quiera vivir en paz, con justicia, que quiera un entendimiento, este mundo es suyo por derecho. Somos vida —Rick señaló a la manada—. Eso es muerte, y viene por nosotros. A menos que estemos juntos. Así que vayan a casa. Entonces empezará el trabajo. Empezará el nuevo mundo. Todo esto... todo esto es el pasado. Tiene que haber algo después.
Lara vio a Rick alejarse de ella, hacia el árbol debajo del cual yacía Negan. Sintió una mano en su espalda y se giró para ver a Daryl detrás de ella—. Sabías sobre esto, ¿no?
—¿Cómo lo sabes? —preguntó Lara.
—No parecías sorprendida —dijo Daryl—. Ya lo sabías. ¿Por qué no me lo dijiste?
—Quería hacerlo —suspiró Lara—. Pero Rick me pidió que no lo hiciera y no puedo romper la promesa que le hice a mi hermano. Lo siento.
—Está bien —respondió Daryl, aunque no parecía que estuviera bien—. ¿Qué pasa ahora?
Lara se encogió de hombros y miró a través del horizonte, a la luz del sol que volvía el campo dorado—. Ahora... vivimos.
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