[112] RICK GRIMES
Rick no había matado a Pete, pero por lo sucedido lo retuvieron en una de las casas sin terminar hasta que la situación se calmó.
Rosita ayudó a Lara, quien se dio cuenta de que tenía un corte sobre el ojo cuando se limpió la mejilla y vio la sangre en sus dedos. Era un pequeño corte, causado por el anillo de bodas de Pete, por lo que Rosita limpió la herida y la vendó, dándole tiempo para que sanara.
Lara había ido a ver a Rick, que estuvo inconsciente toda la noche, pero finalmente Michonne los envió a ella y a Carl a casa para que durmieran un poco. Estuvo vigilando toda la noche mientras Lara y Carl permanecieron despiertos hasta las primeras horas de la mañana, sin poder dormir por miedo a lo que le pasaría a Rick por la mañana. Cuando Lara finalmente se despertó después de tres horas de sueño, lentamente regresó a la casa en la que estaba Rick y descubrió que en algún momento de la noche, él había despertado.
Carol, Glenn y Abraham se unieron a ella en la entrada, cada uno con miradas de desaprobación en sus rostros cuando vieron a Rick.
—¿Dónde conseguiste el arma? —preguntó Michonne.
—La tomaste, ¿no? —adivinó Carol, actuando como si no tuviera ni idea—. ¿De la armería? Fue una estupidez. ¿Por qué lo hiciste?
Rick captó la mirada de Lara, notando la ira creciendo en los ojos de su hermana. Él negó con la cabeza levemente, advirtiéndole que no hiciera una escena, antes de decir—: Por si acaso.
—Deanna planea tener una reunión esta noche —dijo Glenn.
—¿Para echar a Rick? —preguntó Abraham.
—Para intentarlo —dijo Carol.
—Eso no lo sabemos —dijo Glenn—. Maggie fue a ver a Deanna para averiguar qué piensa hacer.
—En la reunión, di que te preocupaste porque alguien cometía abusos y nadie hacia nada —le dijo Carol a Rick—. Di que tomaste un arma para proteger a Jessie de un hombre que terminó atacándote a ti. Di que harás lo que ellos deseen. Cuéntales la historia que quieran escuchar. Es lo que yo hago desde que llegamos.
—¿Por qué? —preguntó Michonne.
—Porque estas personas son niños y los niños aman las historias —respondió Carol.
—¿Y si después de todas las palabras bonitas igual quieren echarlo? —preguntó Lara.
—Pusieron guardias en la armería —dijo Glenn.
—Todavía tenemos cuchillos—dijo Carol—. Eso es todo lo que necesitaremos contra ellos.
—Esta noche, en la reunión, si algo sale mal, voy a silbar —dijo Rick—. Carol agarra a Deanna, yo tomo a Spencer —señaló a Michonne—, tú agarras a Reg. Glenn y Abraham nos cubren y vigilan a los demás.
—Podemos hablar con ellos —dijo Lara.
—Sí, lo haremos —respondió Rick—. Si no logramos convencerlos, tomamos a tres de ellos y amenazamos con cortarles la garganta.
—¿Como en Terminus? —preguntó Glenn.
—No, solamente los amenazamos —respondió Rick—. Nos entregan la armería, y listo.
—¿Querías esto? —preguntó Glenn.
—No —respondió Rick—. Me sobrepasó la situación. Lo eché a perder. Y aquí estamos. Si me disculpan, voy a dormir un poco más.
Cuando salieron de la casa y cerraron la puerta, Lara miró a Glenn—. ¿Estás pensando lo mismo que yo?
—Sí —dijo Glenn—. Está actuando como Shane.
—Exactamente como Shane —dijo Lara en voz baja—. Eso da miedo.
—¿Quién es Shane? —preguntó Abraham.
—Era el mejor amigo de Rick —respondió Glenn—. Se volvió un poco loco y Rick lo mató. No pensamos que algo así volvería a suceder, pero Rick...
—Está empeorando lentamente —dijo Lara—. Estoy preocupada por él.
—Estará bien —dijo Abraham—. Nos aseguraremos de que lo esté.
Lara extrañaba a Daryl. Él se había ido por días y ella solo lo quería de regreso. Por supuesto, ella sabía que si él veía el moretón alrededor de su ojo y el corte sobre su ceja, se asustaría, así que tal vez el hecho de que él estuviera aquí era el peor escenario posible.
Pasó el resto del día en la casa con Carl, tratando de mantenerse ocupados. Trató de dejar de pensar en Daryl, pero de vez en cuando los pensamientos de Lara volvían a él. Se preguntó dónde estaba; si estaba a salvo.
Lara se dirigió a la reunión de esa noche con Maggie, usando un abrigo para protegerse del frío de la noche. Mientras caminaban, Lara se estremeció.
—¿Por qué tenía que hacerlo de noche? —dijo Lara—. Hace demasiado frío.
—Tienes razón —dijo Maggie—. Oye, ¿cómo estás después de todo?
—Estoy bien —dijo Lara—. Solo preocupada por Rick, como de costumbre.
Maggie sonrió con simpatía—. Él estará bien.
Se unieron a la multitud, y cuando Rick no apareció a tiempo, Deanna habló—. Vamos a comenzar.
—¿No podemos esperar? —preguntó Maggie—. Faltan personas, Glenn, Rick...
—Vamos a comenzar —dijo Deanna con más firmeza en su tono—. Vamos a hablar de lo que pasó. No de la pelea ni del motivo. Ya nos estamos ocupando de eso. Vamos a hablar de uno de nuestros alguaciles, Rick Grimes. Hablaremos de cómo tenía una pistola que robó de la armería y cómo la apuntó a la gente. Y hablaremos de lo que dijo. Esperaba que estuviera aquí.
—Ella dijo que vendrá —dijo Michonne.
—Estoy segura de que vendrá —agregó Lara—. Y estoy segura de que podemos resolver todo esto.
Continuaron hablando, con Michonne diciendo su parte—. Después de estar ahí afuera y no ser como tú eras ahí afuera... puede volverte loco. Rick solo quiere mantener viva a su familia. Quiere mantenerlos vivos a todos ustedes. Ustedes serán quien es él ahora... si tienen suerte.
—Rick Grimes salvó mi vida una y otra vez —dijo Carol, poniéndose de pie—. Ahí afuera hay personas aterradoras, y él me rescató de ellas. La gente como yo, gente como nosotros, necesita a la gente como él. Sé que lo de anoche les dio miedo, y estoy segura de que él lo lamenta, pero quizá deberíamos pensar en lo que dijo.
Lara asintió mientras se levantaba. Odiaba hablar frente a una multitud de personas a menos que fuera absolutamente necesario, pero dadas las circunstancias sabía que tenía que hacerlo, así que se tragó los nervios y habló—. Rick es mi hermano, y aunque no estoy aquí para excusar sus acciones, no hay nada que él pueda hacer que haga que mi fe en él vacile. Puede parecer un poco loco, pero diablos, cuando has estado ahí fuera tanto tiempo como nosotros, y has visto las cosas que hemos visto; hecho las cosas que tuvimos que hacer... te cambia. Te endurece contra lo que hay ahí afuera, construye estas defensas que no puedes derribar, porque si lo haces... mueres. Es tan simple como eso. Rick es un buen hombre. Quiere lo mejor para todos. No apretó el gatillo por razón. Solo quería ser escuchado. Quería que todos ustedes entendieran que la vida no va a volver a la normalidad. Nunca lo hará. Rick entiende eso, y ustedes también necesitan entenderlo.
Abraham se puso de pie después de Lara—. En pocas palabras: hay un gran océano de mierda del que ustedes no saben nada. Rick conoce esa mierda como la palma de su mano. Mejor que su palma.
—Mi padre respetaba a Rick Grimes —dijo Maggie—. Rick también es padre. Es un hombre de buen corazón que lamenta las cosas que hace; las cosas que debe hacer. Y todos los que estábamos juntos antes de venir aquí, sin importar dónde nos encontráramos, ahora somos familia. Es gracias a Rick. Y ustedes no cambiaran eso. No pueden. Y no les conviene. A esta comunidad, a ustedes... les conviene... ser parte de esa familia.
—Antes de escuchar a otra persona —dijo Deanna—, me gustaría compartir algo con el objeto de ser transparente. El padre Gabriel vino a verme anteayer y me dijo que no se puede confiar en los nuevos integrantes; que se ponen antes de esta comunidad. Y ni un día después, Rick demostró todo lo que dijo el padre Gabriel. Esperaba que Gabriel estuviera presente.
—No lo veo aquí, Deanna —habló Jessie—. Así que solo estás diciendo lo que alguien dijo. ¿Lo grabaste?
—No está aquí —dijo Maggie.
—Rick tampoco —contrarrestó Deanna.
Maggie se tensó—. Disculpen.
Lara vio a Maggie alejarse del grupo.
Tobin se levantó después de eso—. Yo solo quiero proteger a mi familia. Y ya ni siquiera sé qué significa eso, pero si significa que debemos deshacernos de...
Se calló cuando Rick entró, cubierto de sangre y cargando un caminante muerto sobre su hombro. Lo arrojó frente al fuego, respirando con dificultad.
Lara dio un paso hacia él—. Rick, Cielos, ¿estás bien?
—No había un guardia en la puerta —dijo Rick—. Estaba abierta.
—Le pedí a Gabriel que la cerrara —dijo Spencer.
—¡Ve! —espetó Deanna, enviando a Spencer lejos.
—Yo no lo traje —dijo Rick—. Entró solo. Siempre lo harán. Los muertos y los vivos, porque nosotros estamos aquí. Y los que están fuera, nos cazarán. Nos encontrarán. Intentarán usarnos. Intentarán matarnos. Pero los mataremos. Sobreviviremos. Les enseñaré cómo. Estaba pensando... "¿a cuántos de ustedes tengo que matar para salvar sus vidas"? Pero no haré eso. Ustedes cambiarán. No me arrepiento de lo que dije anoche. Lamento no haberlo dicho antes. No están listos, pero tienen que estarlo. Ya mismo, tienen que estarlo. La suerte se acaba.
Unos pasos hicieron que Lara se volviera y vio a Pete en la entrada con una espada en la mano—. No eres uno de nosotros. ¡No eres uno de nosotros!
—Pete, no hagas esto —dijo Reg, corriendo hacia adelante.
—Aléjate de mí, Reg.
—Pete, solo detente.
—Aléjate de mi.
—Reg —dijo Deanna preocupada.
Pete empujó a Reg lejos de él y la espada que sostenía le cortó la garganta. Lara sintió que Rick la agarró y tiró de ella detrás de él mientras Abraham pasaba junto a ellos y tiraba a Pete al suelo, sujetándolo.
—¡Es su culpa! —gritó Pete, mientras Reg moría en los brazos de Dianna y sus sollozos perforaban el aire—. ¡Es su culpa!
Deanna miró a Rick, afligida y desconsolada—. Rick... hazlo.
Rick no dudó antes de apretar el gatillo, matando a Pete al instante. Lara se estremeció ante el disparo, agarrando la parte trasera del abrigo de Rick mientras trataba de controlar su respiración.
Una voz suave habló—. ¿Rick?
Mirando hacia arriba, Lara vio a Daryl y Aaron parados en la entrada, un hombre desconocido entre ellos. Lara sollozó cuando vio a Daryl y corrió hacia él, saltando a sus brazos. Ella se aferró a él mientras él la sostenía, y nunca quiso soltarlo.
—Gracias a Dios que estás aquí.
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