Hace unas semanas se mudaron los nuevos vecinos, ya sabía que era un matrimonio, con su hijo de mi edad, pero lo que nunca me imaginé era que ese chico fuera tan guapo , era un chico que tenía pocos o ningún amigo, no lo sé con certeza, pero en mi escuela el llegaría a estudiar la semana entrante, ya que por cuestión de transferencia de sus archivos escolares de su antigua escuela a la nueva, se tardó casi un mes para que el entrara y ya para esta semana entrante el estará, no solo en la escuela sino también en mi salón, es algo que me tiene entusiasmada ya que no lo conozco, la única vez que compartí palabra con el fue el día que llegaron al vecindario y fuimos a su casa a darle la bienvenida, y solo fue un "Hola" la única palabra que compartimos, por eso me emociona que esté en mi clase ya que voy a tener más oportunidad de conversar con el y acercarme.
  
- En que estás pensando klere?
  Mi amiga que está justo caminando a mi lado, luego de salir de clase me aleja de mis pensamientos.
  
- Ah, solo estaba pensando en que ya la semana entrante, llega al colegio Alan.

-  Como sabes su nombre?- me pregunta curiosamente.

- El día que fuimos a darles la bienvenida sus padres dijeron su nombre.

  - Sabes, Klere, no deberias estar tan emocionada, tan inquieta por el, no sabes nada de el, no sabes quién es ni, como es.
   Estás tan emocionada por su llegada,me preocupas.

  - Clark, yo sé que te preocupas por mi, pero solo tengo curiosidad de saber de el, quiero ser su amiga, solo eso.

- Ok, está bien, entonces esperemos la llegada de el chico asocial.

  Cuando nos dimos cuenta ya habíamos llegado a la entrada de la escuela me despedí de ella hasta el lunes, ya que era viernes y no nos veríamos de nuevo hasta la próxima semana.

  Me dirigí a la casa y cuando llegue mis padres no habían llegado y eso que ya era tarde para la hora a la que ellos siempre llegaban, pero mejor así no tenía que soportar a mi padre y tal vez Hanna y Liz las sirvientas de la casa ya se habían marchado, ellas son unas personas muy agradables siempre se preocupan por qué este bien, cosa que mis padres ni siquiera se preocupan por hacer, estoy feliz de estar sola en casa, subí a mi habitación, me cambié, me coloque un jeans y un suéter manga larga, ya que la tarde era fría y pensaba ir al patio trasero de la casa para sentarme allí, baje a la sala y camine a la cocina, tome una manzana del refrigerador, y camine a hacía la parte trasera de la casa donde quedaba un jardín, apenas llegué vi el juego de columpios que mi padre había colocado allí hace muchos años atrás cuando mi hermana y yo aún éramos pequeñas, aunque fuimos creciendo y ya casi no los utilizabamos, nunca Mayleen ni yo estuvimos de acuerdo en que los quitarán de allí, y que bueno que seguían allí, habían ciertos momentos en los que me sentaba allí a pensar y me sentía tan cerca de Mayleen, ella era mi hermana y más que eso era mi mejor amiga, desde que se fue todo cambio en mi vida, me volvi una persona que apenas reconocía, pero estar aquí en el patio me recordaba a Mayleen, estaba allí de pie, observando los columpios, las flores que Hanna había sembrado y cuidaba con mucho esmero, son rosas muy lindas, de color amarillo, ya que ese es el color favorito de ella y bueno a nadie en la casa le importa si hay flores o no y menos del color, y también hay algunos claveles rojos, mi color favorito, me encanta el olor a tierra húmeda, el aroma de las flores se mezclan y me llega un aroma a naturaleza, estoy tan concentrada  en el ambiente que me rodea, qué no me he fijado que hay alguien, en el patio de los nuevos vecinos, es el... Mi vecino, Alan...

  Nota de autora: Hola, es la primera vez que escribo, estoy emocionada por qué es mi primer libro, espero que les guste.