Prólogo: Descuento en Desesperación

Luz.

Eso fue lo único que vio. Una luz brillante y cegadora envolvió su visión, esa luz simplemente permaneció allí, cerniéndose sobre él. Se sentía mareado, confundido y perdido, su mente estaba perdida en la nada.

Intentó moverse, pero su cuerpo no se movía, ajeno a él, sintió otra voz cerca suyo que decía algo, hablaba con una voz artificial pero se sentía un sentimiento en dicha voz.

- No te preocupes, todo estará bien... Después de todo... te mereces todo esto. -

Y entonces, dicha luz brilló más fuerte hasta que no pudo ver más, y entonces...

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- ¡¡¡AGH!!! ¡CARAJO! -

Sentí que mi cabeza se estrelló contra el techo bajo que había encima mio.

El dolor fue un duro despertar de mi sueño.

¿Quién soy yo? Bueno, mi nombre... no lo recuerdo.

Mi mente es un caos en este momento, así que estoy tratando de recordar todo lo que pueda explicar mi situación actual. Es por eso que estoy atrapado en un entorno tan claustrofóbico, Sólo cuatro paredes grises y frías me rodean, pero están tan cerca de mí que me siento atrapado, sin mencionar el techo donde mi cabeza se golpeó hace unos momentos.

La única fuente de luz era una pequeña apertura delante de mí, en una puerta de metal y acero. Parecía fuera de lugar, por decir lo menos, especialmente con tan poco margen de maniobra para mí.

- Uhhh, ¿hola? ¿Hay alguien ahi? - Grité hacia el agujero que tenía frente a mí, esperando que hubiera alguien al otro lado de la pared, aunque me preguntaba si eran amigables o no.

Pasó un tiempo y nadie venía, y yo seguía gritando y gritando, pero no había ningún otro sonido, como si estuviera realmente solo.

Fue angustiante y mis extremidades se sentían entumecidas por la falta de espacio para moverme. Entonces... supongo que solo había una salida, tuve que forzarme a salir.

Moví mis piernas hacia mi pecho para poder hacer algo de espacio para ganar impulso y pateé la puerta de acero. Fue casi inútil, era increíblemente difícil empujar esa cosa ya que apenas y se movía, pero tenía que intentarlo.

*PING*

Y entonces, sucedió lo imposible. Las patadas de mi puerta estaban haciendo su efecto, pronto pude abrir esta puerta hacia el exterior... y entonces la puerta se abrió de golpe a través de una cerradura digital que no podía ver gracias a la falta de luz, y debido al impulso cai de espaldas directo al suelo.

Bueno, eso fue una tontería.

Abriéndome paso fuera de esa posición incómoda... salí a un pasillo con las mismas puertas de acero. ¡Y el frío era mucho! Había muy poca luz y apenas podía distinguir nada más que las mismas puertas de acero en el pasillo.

Tomándome un momento para estirarme y ordenar mis pensamientos por un breve instante, sólo para que la atmósfera opresiva del lugar no me afecte. En primer lugar, no tengo Absoluta idea de por qué estoy aquí o qué me llevó a este lugar... De hecho, no puedo recordar nada.

Nada... mi identidad, mi pasado, o alguna suposición de por qué estoy atrapado aquí... Siento como si mi mente estuviera estancada, y cuanto más pienso, más le duele a mi pobre cerebro.

Aunque, tal vez podría encontrar una salida a este lugar, o al menos asegurarme de que no me hallan llevado a un almacén abandonado controlado por una red de tráfico de personas.

Caminando por el aparentemente interminable corredor de Puertas, llegué a otra puerta que se veía diferente al resto, por ejemplo esta puerta se abría hacia un lado deslizándose, y era de un color rojo muy brillante, por lo que la hacía destacar del resto del lugar monocromático.

Respiré profundamente y agarré la perilla de la puerta. Lo que me aguardaba al otro lado de esa pared, con suerte sería una salida o algo cercano.

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Cuando salí por la puerta... La imagen frente a mí no era nada de lo que esperaba.

Saludándome desde el otro lado de la puerta había... un Centro Comercial, nada parecido a los pasillos tétricos similares a los de una prisión, como si hubiera salido de otro lugar completamente distinto.

Las tiendas estaban alineadas al frente y todo derecho, la mayoría estaban cerradas y las que no carecian de cajeros o seguridad alguna, ademas la poca luz iluminando pobremente los pasillos era molesta, pero era innegable, esto era un centro comercial.

Estaba tan distraído por el centro comercial que no reaccioné cuando la pared se cerró sola detras mío, me giré para mirar de donde había venido y solo vi una pared color crema donde se suponía que estaba la puerta.

Intenté tocar la pared en busca de la puerta, pero solo el concreto frío pero colorido quedaban intactos, resignado, decidí caminar hacia mi destino hacia algún lugar... y aún más preguntas surgieron en mi mente.

Y por ahora, caminé por la atmósfera inquietante pero animada del centro comercial.

Filas y filas de tiendas de muchas marcas de ropa cuyos nombres nunca había oído decoraron el lugar, aunque la falta de luz era un inconveniente que impidia dejarme ver mas alla que oscuridad. Pero esto era extraño, no había señales de nadie hasta ahora, me pregunté si incluso había alguien aquí.

" ...ond...coj....est..mo... "

De repente, un sonido débil pero audible llegó desde la lejanía, en la interminable jungla de publicidad en masa. Sonaba... como una voz...

¿Entonces había más gente aquí? Aunque me preguntaba si eran inofensivos o no. De todas formas, era mi oportunidad de averiguar qué diablos estaba pasando.

Caminé hacia el sonido de dicha voz, a través de los pasillos de tiendas cerradas o puestos y sillas en medio de los pasillos....

Sin que yo lo supiera, el lugar al que iba, sería un antes y un después para el mayor cambio de mi vida.

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Al llegar a lo que parecía ser una entrada intermedia hacia las muchas, muchas tiendas de este gigantesco complejo, me encontré cara a cara con el sonido de las voces que escuché la última vez. Pero no esperaba que las voces vinieran de... adolescentes, de todas las cosas.

- Mira, ¿podemos relajarnos? Todo este estrés no va a ayudarnos en nuestra situación. - Dijo uno de los adolescentes.

- ¿Y qué hacemos? ¿Sentarnos, tomarnos de las manos, hacer un círculo y cantar "Kumbaya"? ¿Hablas en serio? - Otra adolescente dijo.

- Y-Yo digo, ¡n-no hay razón para ser hostiles! Especialmente porque no tenemos motivos para estar enojados el uno con el otro- - Una tercera voz habló en tartamudeos antes de que otra voz más serena pero firme lo interrumpa.

- Cállate, pequeño niño. Deja que hablen los adultos. -

- Ey, eso no fue muy amable. - Una chica regañó.

- Piensa lo que quieras, pequeña niña ridícula. -

- Vaya, vaya, qué dilema. - Una voz profunda respiró, su incredulidad era palpable.

Dichos adolescentes estaban discutiendo, lo que me hizo preguntarme si significaba que estaban atrapados en la misma situación que yo, pero eso era simplemente una teoría, nada más.

- ¡Está bien, lo entendemos! Ustedes se odian y no se toleran, ¿ahora, podrían callarse y ayudarnos a encontrar una salida de una buena vez? - Una voz molesta dijo en voz alta, claramente irritada por las quejas interminables (y unilaterales) de esos dos crios.

- ¡Tienes huevos para decirme que me calle, cabrón! ¿Quieres que te corte el cuello? - Dijo la voz enojada, agarrando al otro tipo por el cuello de su camisa, pero su expresión solo insinuaba mera molestia.

- Puedes intentarlo, marimacho, pero si lo haces, no acabará bien para ti. - El tipo advirtió, claramente tratando de provocarla para que lo atacara, y vaya que fue efectivo.

- Shimanuki, basta. - El otro chico que estaba discutiendo con la chica dijo, claramente cansado de la conversación. Y como su discusión parecía no terminar nunca, me pregunté si debería saludarlos, es decir, probablemente sea lo mejor, a menos que entrara en el escondite secreto de esos niños o algo así.

- ¿Podría dar mi opinión sobre el asunto? - Una voz aburrida le dijo al dúo en discusión.

- No. -

- Si. -

- ¡Dije que no! -

- Puedes hablar, Nazomi-san. - Dijo una voz tranquila, bastante avergonzada por la manifestación pública de violencia que ocurría detrás de ella.

- Bueno, no sé si alguien se ha dado cuenta o al menos se ha preocupado de notar el elefante en la habitación... que nos está observando desde la esquina. - La chica que dijo eso de repente levantó su dedo, y señaló en mi dirección. Y cuando ella hizo eso me quedé congelado.

- ¿Eh? ¿Podría ser? - Una voz enérgica dijo, con un acento extraño.

- No sé qué piensen ustedes, pero seguramente ese extraño hombre observando desde la distancia sería algo de interés, ¿no lo creen? - La chica habló en un tono que sonaba aburrido pero también condescendiente.

De repente, todos en la sala se giraron y me miraron, algunos con sorpresa o curiosidad, otros con extrañeza en los ojos. No sabía qué hacer...

- ¡Oye, es verdad! ¿De dónde salió? Nunca lo escuché ni lo vi entrar. - Uno de ellos dijo con voz profunda y fuerte mientras me miraba directamente.

- ¿Tal vez podría ser un guardia de seguridad? - Dijo una voz tierna y casi infantil.

- Lo dudo, míralo, parece un vagabundo que probablemente se escondió aquí para fumar marihuana o encontrar casa gratis. - Una voz apagada dijo, sus palabras tan conmovedoras como su insulto.

Sabiendo que ahora todos me veían, salí de mi escondite, con las manos en alto, en un intento de ganarme la confianza del grupo, incluso si tenían la mitad de mi edad.

- Hola, ¿eh? Miren, yo solo- ‐

- ¡¡¡A POR EL!!!! - La chica que estaba gritando todo el tiempo me gritó, mientras corría hacia mí con una velocidad que me sobresaltó, por instinto empecé a correr intentando huir.

- ¡Shimanuki, espera! No hagas nada estúpido. - Otro chico dijo eso, mientras algunos estudiantes se dirigían hacia ella para intentar detenerla. 

Yo solo luchaba por mantenerla a raya, mientras su respiración estaba a centímetros de mi cuello mientras corría alrededor del area.

- ¡¡¡DEJA DE CORRER, IMBÉCIL!!! ¡VEN AQUÍ Y LUCHA COMO UN HOMBRE! - Dijo la muchacha, persiguiéndome enojada con furia en todo su cuerpo, mientras los demás la perseguían por detrás.

- ¡S-Shimanuki-san! ¡Espera! -

- ¡Dejad de perseguir al pobre tipo! -

- ¡Golpéalo hasta matarlo por mí! -

Estaba tan ocupado corriendo por mi vida que no vi ni sentí que algo me golpeó fuerte en la cabeza. Caí al suelo con un fuerte golpe, deslizándome por el suelo reflectante hacia la pared.

Y luego todo se volvió oscuro...

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