And I wonder: When will it be my turn?
Open me up, tell me you like it
Fuck me to death, love me until I love myself...

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Bajó del avión respirando alegremente el aire de su tierra natal, tanto tiempo en el extranjero le habían hecho bien, pero nada en comparación a su lugar de origen.

Lee Dong Min se había ido a seguir sus sueños al extranjero, trabajó desde muy chico para cumplir con lo que más deseaba y después de seis años logró convertirse en un bailarín con muchos méritos, desempeñandose hace dos años como maestro en una academia en Londres.

Si Dong Min ha regresado, es porque extraña pasar tiempo con su familia y también porque le salió una oportunidad de trabajo en la universidad de Seúl como maestro de danza, misma que no dudó en aceptar y regresó rápidamente a su país.

A sus 24 años, este bello doncel no ha hecho nada más que seguir sus sueños y olvidarse de sus intereses amorosos, incluso de sus amistades. Dejó todo atrás y muy decidido a sus 18 años dijo adiós a todo para crear una vida, un nuevo ambiente lleno de experiencias que marcarían un antes y un después de sí mismo.

Saliendo del aeropuerto, se encontró a un hombre vestido con ropa casual pero un tanto elegante, con su IPhone en la mano sin prestarle atención, por lo que al reconocerlo le arrebató el celular y corrió un poco solo para que aquel susodicho reaccionara.

-¡Hey-! ¡¿Dong Min?! ¡Minnie! -su hermano mayor lo abrazó fuertemente, tomándolo fuertemente y elevandolo en el aire por la emoción. -¡Te he extrañado mucho, revoltoso!

-¡Yo más, perro feo! -el amor de ellos era genuino, Lee Mingyu amaba a su pequeño hermano con todo su corazón desde que estaba en el vientre de su madre, siempre fue muy protector con él y más cuando supieron que el menor era un doncel.

Mingyu se encargó día con día de espantar a aquellos que le echaban un ojo a su hermanito. Aunque bueno... Todo tiene un trasfondo que Mingyu realmente no conoce.

-Minnie, mamá dijo que te llevara a casa de la tía Hyo.

-¿Tía Hyo? ¿Cómo para qué?

-No lo sé, solo me dijo: «Cuando salgas del trabajo ve a recoger a Dong Min al aeropuerto y lo llevas donde Hyoyeon» -el pelinegro se encogió de hombros.

-Ni modo, ¿Nos vamos? -el alto pelinegro asintió y lo ayudó con sus maletas, caminando entre risas al auto a unos pasos de ellos.

El viaje fue largo, sin embargo, todo el camino a casa de su tía se sintió relajante. Su hermano no ha dejado de contarle cosas de su vida, incluso le habló de su prometido con el que lleva 4 años de relación y Dong Min solo ha podido verlo por video llamadas.

-Espero que trates bien a Wonwoo, no seas un cabron con él -advirtió el chico a su hermano y este bufó.

-Estás loco, yo amo a mi prometido como no tienes ni idea. -Se defendió -Soy incapaz de hacerle algo a mi bebé.

-Ya cállate, me das náuseas.

-¿Yo o es que estás embarazado? -Dong Min hizo el un gesto en desagrado.

-¿Qué te pasa? Me ofende mucho que digas eso cuando me conoces.

-Sí, sí. Ya te dejó el tren, Min. Ningún hombre se casará contigo si sigues así.

-¿Y a mí, qué? ¿Acaso viste la propuesta salarial que me aceptaron? Eso si trae la felicidad, no una relación que terminará en divorcio, por Dios. -Porque para Dong Min, las relaciones amorosas no eran más que una pérdida de tiempo.

-No todas las relaciones son como las de nuestros padres, Min.

-Como sea, solo cállate.

El alto terminó callandose ya que le ponía los pelos de punta cuando Dong Min se enojaba. Sí, le tenía algo de miedo al carácter difícil de su hermanito. Aparte que sabía que Dong Min odiaba hablar sobre el matrimonio fallido de sus padres.

Sus padres llegaron a tener 22 años juntos, años que se fueron a la basura cuando su madre descubrió en su cama y debajo de su techo a su esposo con una mujerzuela de la calle. Todo fue un alboroto y demasiado destrozador para ambos hijos, quienes siempre hacían a su padre en viajes fuera de la ciudad cuando en realidad, descubrieron que el hombre tenía hijos de aquella mujer y las semanas que se perdía era porque pasaba con ellos.

Y luego de la separación, el hombre descarado engañó a los pelinegros solo para hacer que conocieron a sus otros hijos. Aquello sin duda fue la gota que derramó el vaso y Dong Min desde aquel invierno de hace 8 años no ha visto a su padre ni una sola vez.

Tampoco es como si le hiciera falta, siempre tuvieron un padre ausente presente que se encargaba de los gastos de la casa, pero que nunca estuvo para ellos cuando más lo necesitaban. Dong Min en realidad nunca supo que era ser amado por su papá, ni recibió el cariño de este, por lo que su existencia en el mundo es nula.

Llegaron a casa de su tía Hyoyeon y rápidamente salieron del auto, un pies en las gradas de aquella casa y miró a una rubia delgada correr hacia él.

-¡Minnie! -la mujer lo abrazó fuertemente y él apenas y procesaba qué se trataba de aquella rubia joven que había dejado hace años.

-¡Tía, te extrañé! -Kim Hyoyeon siempre fue como una madre para Dong Min, incluso se atreve a decir que fue más madre que Taeyeon, su verdadera madre. Hyoyeon siempre lo apoyó, estuvo con él siempre, en todo momento y el día de su partida, la mujer lo acompañó y le dijo: "Que todos tus sueños se cumplan, mi niño".

Si había una palabra para describir apoyo emocional, ese sería el nombre de su tía favorita.

-¡Dongdong! -reconoció esa voz sin siquiera voltearse y solo esperó el abrazo brusco de su primo. -¡No vuelvas a dejarme, Min! -dijo llorando y Dong Min lo abrazó.

-No lo haré, Sanhie - Yoon San Ha era el hijo mayor de Hyoyeon, su primo más cercano, quien era casi como su mejor amigo, su alma gemela, su todo. La persona que más ha extrañado.

-Vamos, chicos. Haechanie y tu madre están adentro. Ven, Mingyu -llamó la mujer y todos fueron dentro de la casa.

Taeyeon saludó con un beso a su hijo mayor mientras que a Dong Min lo dejó ignorado, hasta unos segundos después que Hyo la regañó y fue cuando la mujer al fin dio un abrazo a su hijo.

-Hola, Dong Min.

-Mamá. -no había emoción por parte de la castaña, era simplemente como si su hijo se hubiese ido a la universidad un día y ya. Realmente la mujer no era muy afectiva con Dong Min y hay un porqué.

Dong Min se parecía a su ex esposo, no solo físicamente, sino también en su forma de ser. Desde niño odió tanto que aquel pequeño fuera tan espontáneo al igual que su marido y, no recto y refinado como su hijo mayor y ella. Porque aun casada con Lee Jongsuk aceptaba que en ocasiones su esposo era muy corriente y extraño, lo amaba - en ese momento - pero habían sus cositas qué la hacían dudar.

Incluso después de la separación, el tener que ver a Dong Min todos los días era duro, porque por más que odiara la conducta de Jongsuk la traición dolía horrible y el que su hijo le hablara era como estarlo recordando. Lo único que agradeció fue que su hijo era un doncel afeminado y buen chico.

-¡Minnie! -la voz de Haechan de 17 años lo llamó, era el hijo menor de Hyoyeon. El único adolescente que soportaba. Gracias a Haechan aquel incómodo momento con su madre pudo esfumarse.

La tarde en casa de la rubia fue sumamente relajante, a pesar de la recibida de Taeyeon con él no fue la mejor, pudo disfrutar en compañía de su tía, hermano y primos, aunque también lidió con preguntas incómodas y raras de parte de su madre.

-¿Aun no hay novio, cariño?

-No, tía -dijo con una sonrisa incómoda.

-Dong Min se quedará vistiendo santos, ¿Quién podría casarse con él con ese carácter? -San Ha lo abrazó y respondió a su tía.

-No diga eso, tía Taeyeon. Min es muy bonito, puede tener a cualquiera hombre que quisiera. -el doncel solo rio por su comentario.

En ese momento, Mingyu saltó en su lugar y levantándose corrió a la puerta, Dong Min no entendía porqué. Cual fue su sorpresa, al ver a su tía más joven, Yoona, junto a su primo y su...

-¡Abuela! -el pelinegro al ver a la mujer corrió a ella casi llorando de la emoción. -¡Abu, te extrañé!

-Mi niño~ -Sooyoung siempre será aquella persona por la que Dong Min siguió adelante y no se rindió, la razón de su aún existir y su todo en la vida.

-Vas a asfixiar a mi mamá. -regañó Taeyeon.

-Cállate, deja que mi niño me abrace todo lo que quiera -respondió la mujer y Taeyeon no dijo más.

Caminaron dentro donde ya hubo tiempo de saludar a su extrovertida tía Yoona y a su primo, Myung Jun quien era el primo mayor de la familia después de Mingyu claro. Myung Jun tenía 27 años, estaba casado y tenía un hijo, un doncel "maduro" y entre comillas ya que el chico era igual extrovertido que su joven madre.

La casa estaba llena de su familia, pasaron parte de la noche en un ambiente que sin duda extrañaba, aquel amor de las personas que amaba estaba ahí y no se quejaba, pese a que su madre no lo quería mucho, amaba a su familia, no le podía pedir más a la vida.

Casi las 8 de la noche y la puerta fue tocada, y esta vez, fue San Ha quien salió corriendo a la entrada. Dong Min miró a Hyoyeon poner los ojos en blancos.

-¿Qué pasa, tía?

-Ya llegó el esposo de San Ha. -dijo Myung Jun en burla antes que la rubia.

-¿Esposo? -la mujer negó.

-No es su esposo, es solo un noviecito que se consiguió. -explicó. -Cumplió los 21 años y creyó que podía andar de novio con cualquiera sin importar qué. Ni su padre supo que tenía novio hasta que lo vio en redes sociales.

-El tío Min Ho debería de ponerle un alto, es un niño aún -dijo riendo, bromeando.

-Ya le advirtió que no sea tan enamoradizo, después de lo que pasó con Park no quería saber nada novios.

Todos en la sala tuvieron que quedarse callados ya que se escuchó la voz de San Ha acercándose.

-Dongdong -dijo San Ha con alegría y Dong Min se giró para verlo.

Su sonrisa se fue desvaneciendo hasta que quedó serio e ido completamente. El rubio al lado de su primo le sonrió y saludó a la familia.

-Buenas noches. -la voz del hombre salió y sintió los vellos de sus brazos erizarse.

-Buenas noches.

-Gatito, él es Dong Min, mi primo. -Dong Min se obligó a mostrar una sonrisa y extendió su mano.

-Mucho gusto. Lee Dong Min. -el roce de sus manos hizo a Dong Min parpadear con rapidez.

-Igualmente, primo. Soy el novio de San Ha, Moon Bin.

Estaba jodido.

El novio de su primo querido había hecho un hueco dentro de él.

Se enamoró a primera vista de él.